Partida Rol por web

Amanecer del día 2

Martes

Segunda Semana de Septiembre

Me giro al escuchar un sonido más agudo de lo que debería, y asumo que la fuente está acercándose a mi. Veo entonces dos fuentes de luz y de nuevo ese sonido ensordecedor que me destroza los tímpanos acompañado de una risa macabra que se burla de mi por ser tan incompetente con la magia.

Despierto sobresaltado, sudando y con el pulso acelerado. Respiro con fuerza intentando hacer que mis pulmones recuperen el aire que necesito, pero mi diafragma se resiste a hacer correctamente su trabajo.

Miro a un lado y a otro mientras me calmo, el sonido sigue aún dentro de mi cabeza e inconscientemente llevo mi mano derecha a la espalda bajo el pijama para palpar la cicatriz... duele y sigue ahí, como siempre seguirá hasta que me muera.

Veo bultos en las camas a mi alrededor, mis compañeros y mi hermano deben estar aún durmiendo, una ligera y apesadumbrada sonrisa aparece en mi cara al darme cuenta de que no se ha repetido la escena de la primera noche, supongo que me voy acostumbrando a estar aquí, aunque esta pesadilla realmente me ha inquietado.

¿Y si es algún tipo de advertencia mágica o algo así? ¿y si todo va a salir mal y alguien intenta avisarme? — Niego con la cabeza, es solo una pesadilla, nada más.

Es aún bastante temprano, y mis compañeros aún duermen, por lo que intentando ser sigiloso salgo de la cama sin vestirme aún y me pongo unas zapatillas cómodas y bien calentitas con las que salgo al baño para echarme un poco de agua en la cara y bajar a la sala común, me ducharía, pero no quiero hacer más ruido del necesario.

— Buenos días, y gracias.— Susurro creyendo que nadie me oye antes de abandonar el dormitorio.

Me fui algo tarde a dormir, y luego a la mañana siguiente cuando me desperté, ya solo quedaba yo y dos más de primero. Me dí cuenta y entonces me fui hacia sus camas y les desperté. - ¡Arriba muchachos! Nos hemos dormido. Vamos vamos vamos. - Entonces me vestí y me fui directamente al comedor.   

Cuando se levantó apenas podía despegar los párpados pero ya notó que Ed no estaba en los dormitorios.  Se duchó, se puso las ropas, hizo unos estiramientos pues la primera clase sería la de duelo y se fue al comedor a ver si veía a su hermano. Hoy tendrían clase con los Huffles y quería presentarle a Mircea.

Me levanto al oír ruidos cerca de mí y veo que es Ed que se viste nerviosamente. Remoloneo un poco más en la cama, pero ya me he desvelado, así que al oírlo caminar escaleras abajo me levanto y me preparo para bajar con algo de prisas para ver si todo va bien con Edward.

- Buenos días... - Digo por si alguien me escucha, y bajo.
 

Byron despierta cuando escucha a Colin. Se había dormido de nuevo? Ya podía ser, se había pasado casi toda la noche en vela gracias a la siesta que se había pegado la tarde anterior. Con flojera, más aún de la habitual y una cara que denotaba cansancio en cada uno de sus rincones, Byron se levantó y se empezó a vestir.

- Buenos días.- dijo sin ganas y con un evidente escepticismo.

Como iban a ser buenos días con el cuerpo como lo tenía? Parecía que le habían dado una paliza durante la noche. Suspiró y empezó a prepararse la mochila con lo que necesitaba. Tras esto, empezó a caminar hacia la sala común. Había cenado tarde, tenía el cuerpo hecho polvo, seguramente no visitaría el comedor hasta la hora de la comida. No tenía apetito.

Me despierto tarde y mal, como nunca me habia ocurrido. Algo me ha pasado, debo enmendar ese comportamiento.

Me visto deprisa y salgo corriendo hacia la sala comun siguiendo al resto.

Christopher se levantó cuando todos se habían marchado, cuando Isidoro se subió sobre su pecho y ronroneó para despertarle.

El chico se levantó y, frotándose los ojos, se fue al baño a darse una buena ducha. Cuando salió, iba muy rápido. Volvería a ver a Gwen, y no sabía por qué, pero le hacía ilusión.

Hasta luego, Isidoro dijo acariciándolo mientras se ponía la mochila y salía corriendo.

Perry dejó su mochila con alegría sobre su cama. La mochila quedó entreabierta reconociendo al instante aquel objeto tan interesante que había cogido del desván de su casa. un objeto así, seguro que estaba prohibido en Howarts, pero el riesgo merecía la pena. Con él había descubierto los planes de Cassius de pelear con el hombre lobo del Bosque Prohibido. Al verse tan solo en el dormitorio masculino se le ocurrió una idea. Podría aplicar el Alarmir sobre el objeto con la intención de enterarse si alguna vez alguien ponía sus manos encima de él. después de todo podría practicar el sonitus después de la cena, sin importar que hubiera gente delante.

Sacó el objeto de la mochila, con aquella extraña forma de lengua, y lo puso sobre la cama. Perry lo había bautizado como Lenguófono. Sacó la varita y puso la punta en contacto con el lenguófono.

- Alarmir Cáscaras.-Así quedaría algo protegido.

Perry se puso el pijama y se metió con satisfacción en la cama. Cómo le gustaba meterse entre las sábanas frescas e ir calentándolas frotando los pies contra ellas. Repasó mentalmente el día y no podía decir que hubiera sido malo, aunque había tenido algunos contratiempos. Empezaba a entrarle sueño pero se forzó a leer un poco pro si llegaba su hermano al algún compañero a conversar.

Christopher entró en la habitación e Isidoro se acercó para saludarle. Cogió a su gato en brazos y lo llevó hasta la cama, donde estuvo acariciándolo un rato. Cuando el gato se bajó, Christopher se puso el pijama y se metió en la cama.

Buenas noches

Subo las escaleras de nuevo con la ayuda de William y al llegar veo ya a algunos compañeros acostados, entre ellos Perry al que veo frotando los pies contra las sábanas, como siempre, lo que hace que en mi rostro se dibuje la nostalgia por nuestra casa.

— Menudo día de locos, ¿eh, Will? — Le digo en voz baja a mi amigo apretando un poco mi mano en su hombro en gesto cómplice.

Dicho esto me dirijo a la cama donde procedo a desvestirme y ponerme un pijama bastante cómodo, abrigado y mullido, aunque lo hago con algo de torpeza por no querer encender la luz y molestar a los durmientes.

Una vez estoy ya con la ropa de dormir me introduzco bajo las sábanas y siento todo el cansancio del día empujando mis párpados para cerrarse cuanto antes, aunque mi cerebro aún está en plena actividad, lo que provocará que tarde un poco en dormirme.

— Hasta mañana, chicos, buenas noches. — Me despido por hoy de mis compañeros.

Entro con Pyros y me dirijo a mi cama. Al momento me pongo el pijama y me acuesto.

-Buenas noches a todos, compañeros.

Cuando entro saludo a los que aún estén despiertos con un movimiento de manos mientras con la lengua intento quitarme disimuladamente un trocito de coles de bruselas que se me ha quedado entre los dientes, lo cual hace que tenga una cara muy rara cuando los saludo. Voy a la cama y me cambio rápidamente para evitar notar el frío demasiado tiempo antes de meterme en la cama.

- De locos. - Contesto. - Buenas noches, chicos. - Les digo a todos y me meto en la cama. En cuanto cierro los ojos oigo cómo algo choca contra el cartón de mis golosinas. 

¿Se mueven?

Cojo una de las cajas y me doy cuenta de que se quedan quietas en cuanto las cojo, como si estuvieran atentas. Ilusionado por ver ese tipo de cosas, abro una de las cajas y veo que las ranas de chocolate se mueven dentro de ellas.

¡Halaaaaaa! ¡Cómo mola!

Me apresuro a cerrarlas con una sonrisa enorme en la cara, y entonces cuando me voy a volver a tapar veo a Ed. La verdad es que lo he visto pasarlo algo mal. Parece siempre preocupado por hacerlo todo perfecto y encima no puede comer lo que quiera. Echo un ojo hacia la cama de Perry y escondiéndome un poco cojo una de las ranas de chocolate, guardándola en la mano para que no se me escape y me acerco a la cama de Edward en silencio.

- Eh... toma. Por una no te pasará nada, seguro. - Le susurro y le agarro una mano para darle la rana sin que se ponga a saltar. - Buenas noches.

Me voy a la cama y cojo otra rana para comérmela yo. En cuanto me la meto en la boca, pensar que pueda ponerse a saltar me da un poco de asco, pero justo cuando voy a escupirla asustado me doy cuenta de que ya no se mueve y que sabe a chocolate. No es el mejor que he probado, pero es dulce, y no sé cómo lo hace, pero el chocolate siempre calma a uno y con el sabor de la golosina se me pasa por completo el aturdimiento que me ha provocado el Agottatem de Ed. Y así, más relajado, poco a poco me voy quedando dormido.

Tengo ya los ojos cerrados cuando percibo a William acercarse descalzo a mi cama. Al estar contiguas solo tiene que dar un par de pasos, pero aunque sus pasos suenan bastante amortiguados, algo me hace abrir los ojos y verlo ahí al lado.

Inicialmente me siento un poco confuso, preguntándome qué querrá, aunque al mismo tiempo intrigado también. Pero cuando pone la rana de chocolate en mi mano siento como a través de mi mano un sentimiento de felicidad rellena todo mi cuerpo.

Mi primer instinto es devolvérsela y decirle que se la he regalado, pero después decido que es un detalle que ha tenido conmigo devolviéndomela, y no quiero fastidiarlo, así que sonrío y asiento con a cabeza.

— Gracias — Susurro y sostengo la golosina en la mano hasta que William vuelve a su cama, momento en que me llevo la rana a la boca y siento cómo sus movimientos se detienen y el chocolate comienza a deshacerse en mi boca, pero lo mejor que tiene no es eso, sino el hecho de que contenga el sabor de un amigo, el gusto a haber conseguido que alguien ajeno a mi familia y sin motivo alguno me dé un regalo.

Cuando Byron entró todos estaban en la cama, Parecía que Christopher aún se movía, así que dijo suave un "Buenas noches" mientras se desvestía para poder cambiarse y meterse él también en la cama.

Amanecer del día 3

Miércoles

Tercera Semana de Septiembre

Perry se había quedado dormido leyendo un libro sobre la cama así que despertarse no fue un problema para él. Tenía el cuello dolorido y casi no podía girarlo hacia un lado.

- Grrrr.- Gruñó en bajo para no molestar, pero luego se dio cuenta de que hoy tenían clase de encantamientos. No era un problema para todos los Ravenclaw. Todos los de segundo eran bastante buenos en esa asignatura y Perry tenía un don para aquellos hechizos.- ¡Buenos días perezosos! Vamos Colin, no querrás llegar tarde con la bruja de Encatamientos jaja.- Recordó el mal humor de su hermano la noche anterior por algo que habría hecho la profesora Green así que se aseguró de que Colin no se quedaba vagueando en la cama.

Me despierto y miro a mi alrededor en busca de los que puedan haberse quedado dormidos. No podemos dejar que a nadie le ocurra, si nos damos cuenta es nuestra obligación despertarlos.

-¿Que tal habeis dormido, chicos?-Pregunto a Ed y Will pero también a todos los demás.

Tras ver a Colin dormido se me ocurre una pequeña trastada.

-No me lo tengáis en cuenta, hay que despertarlo.-Sonrío.

-Sonitus.-Susurro haciendo un gesto de varita.

Al momento un sonido un tanto confuso inunda la sala.

Cuando el sonido acaba, me visto rápidamente y salgo hacia la sala comun.

- JAJAJA.- Rió Perry.- Muy bueno Helios. Nos vemos en el comedor. No quiero llegar tarde con la Poofesora Green.