Partida Rol por web

Se fué a cenar. Pero si quieres puedo ayudarte... O...

Miro entonces a Cassius.

... Puedo ayudar a mi compañera y que tu compañero te ayude a tí, quizá así ella esté más cómoda...

Sonrío con amabilidad, algo tímido.

¿Francas para quién? Porque para alguien como él puede que sean francas, pero no tienen que serlo para todos los demás y eso no quita que con sus palabras de niño rico y prepotente ofenda a los demás.

-No se puede practicar sin la supervisión de un adulto.

Sin nada más que hacer ahí, se dispone a continuar lo que estaba haciendo antes de que Cassius se metiese de por medio.

-En el momento en el que hables con algo de humildad quizá comience a pensar mejor de ti, hasta entonces, seguiré pensando que tienes otros motivos.

Pongo los ojos en blanco y me giro dispuesto a marcharme.

Tengo cosas que hacer. Siento no poder ayudaros.

Una ligera sonrisa antes de irme.

Pero... ¿quien se cree? ¿Por qué?... Estoy tan cabreado que estoy por sacarme sangre con las uñas de la mano que tengo empuñada.

Me giro a Noah antes que se marche. ¿Que es eso de hablar con humildad? Antes que me conteste encojo mis hombros En fin, ya tuve suficiente por un día, me voy a comer.

De la rabia no había notado la presencia de James. Hola james, mañana si quieres te ayudo con el hechizo, le digo tratando de cambiar mi actitud por una sonrisa. Gente de mi casa al fin.

Venga vamos al comedor que nos dejan sin comer.

De acuerdo. - digo siguiendo a Cassius.

El campo de Quiddich estaba completamente nevado y no se podía apreciar el verdor habitual.

Viktor Krum estaba enfundado en una bufanda de colores negros y escarlata y con un abrigo que le cubría todo el cuerpo. Con unos voluminosos guantes tomaba su escoba mientras observaba como ibais llegando.

Buenos días, jovencitos. Dice mientras os muestra una amplia sonrisa. Y veis como el vaho sale de su boca.

Cuando todos los alumnos estaban colocados en torno a él con sus escobas en la mano, él colocó la suya entre sus piernas y dio una fuerte patada al suelo. Su escoba comenzó a elevarse con facilidad y naturalidad.

La semana pasada os prometí que hoy os mostraría alguno de los movimientos de mi época de jugador y aquí los tenéis.

El profesor Krum se alzó a toda velocidad hacia el cielo para después caer a gran velocidad en picado. De nuevo retomó altura mientras hacía varios giros y volteretas en el aire, había que estar muy atento o perderíais los movimientos que hacía. Finalmente se elevó varios metros más y colocó sus piernas en equilibrio sobre el palo de la escoba y voló así durante un buen rato.

Finalmente, descendió y haciendo un mortal hacia delante cayó de nuevo en el mismo punto donde había empezado, sosteniendo de nuevo su escoba con la mano. Mostró otra amplia sonrisa e hizo una reverencia como aquel que acaba de terminar de actuar en un gran teatro.

Casi todos vosotros estáis muy lejos de alcanzar este nivel, pero eso no quita que sigais practicando. Algunos de vosotros aún no habéis sido capaces de aprender a volar, así que practicaremos lo mismo que en la otra clase. Simplemente os limitaréis a elevar la escoba, para luego elevaros vosotros y dar algunos vueltas por el estadio.

Los que ya habéis aprendido, lo tendréis un poco más complicado. Dijo mientras señalaba unos grandes arcos que había en el estadio. Veis esos tres arcos, pues los que ya habéis aprendido a volar tendréis que volar a través de ellos y moveros en zig zag. ¡Veamos si sois capaces!

Dice mientras se vuelve a subir a su escoba y se prepara para seguiros durante la clase.

Perry observaba impaciente la desmotracion del profesor Krum. Mientras lo hacía, se tapaba las orejas, rojas y doloídas pro el frío, con la smanos enguantadas.

- ¡Wow!- Entonó el chico al ver las piruetas en el aire del profesor. - Eso tiene pinta de ser imposible.- Sin embargo lo que tenían que hacer ellos era pasar por tres aros dispuestos en zig-zag. Al menos Perry estaba dispuesto a intentarlo. Tomó la escoba y consiguió emprender el vuelo, pero moverse de manera precisa ciomo para pasar por los tres aros era más complicado de lo que había pensado.

Hoy tenía que aprender a volar. Sabía que no era lo que me importaba, pero quería hacerlo. Todos lo hacían menos yo. Sabía que todo lo que hacían ellos sería mucho mejor que lo que hacía yo. - Venga Colin, hoy si que puedes. - Entonces dejé la escoba en el suelo y tendí la mano al aire. - Accio Escoba. Accio Escoba. - Nada, hoy tampoco era el día de volar. Estuve intentándolo durante toda la clase, pero ni tan si quiera se levantaba más de un palmo del suelo y así poco podía hacer. Miré a Krum y le hice un no con la cabeza. - Necesitaría ayuda señor Krum, no.. no se levanta.

Marcus se habia fijado en los movimientos de su profesor casi sin pestañear, intentando quedarse con algo aunque lo que habia mostrado era algo aun imposible para ellos, pero a los que habían aprendido en la clase anterior ahora tenían que realizar un vuelo de control pasando por los arcos.

Vio como Perry lo intentó no logrando pasar por los tres, Marcos apretó los labios preocupados mientras montaba y se concentraba haciendo elevar bajo él la escoba, ahora tenía que intentar hacer el ejercicio.

- Allá voy... - murmuró.

Paso una, y casi la segunda pero se desvió bastante en la tercera, se apresuró a bajar al suelo antes de que perdiera el control. Dio un resoplido al haber fracasado.

- Tsk... casi...

Gwendolin entró en la clase y cogió una de las escobas que el profesor había dispuesto para ellos. Las clases de vuelo no eran de su devoción... como casi todas, peor no le quedaba más remedio que intentarlo. Miró de reojo a sus compañeros, habían fracasado vilmente, lo que dio ánimo para intentarlo. 

Se colocó sobre la escoba dio una patada en el suelo y consiguió elevarse, pero al tratar de realizar la pirueta que indicó el profesor terminó por hacer un doble mortal y terminar de culo en el suelo. Avergonzada por aquel espectáculo arrojó la escoba al montón, se cruzó de brazos y se fue a una esquina.

- Vaya un rollo de clase- murmuró malhumorada.

Flurry, el búho de Selena, se unió al andar de la Ravenclaw hacia el campo. Cada sábado, el animal llegaba para disfrutar y dar coraje a su "familiar" y hasta entonces había funcionado.

La pequeña de Ravenclaw se quedó bocabierta al ver al profesor Krum hacer todos esos movimientos e incluso aplaudió con entusiasmo cuando aterrizó sin ninguna dificultad. -Vaya! Eso ha sido genial! No podía salir de su asombro.

Una vez la clase empezó, se colocó en posición y enseguida se elevó hacia la zona indicada por el profesor. Tras un par de intentos donde pasaba uno de los arcos por fuera, se aventuró inclinándose más y logró hacer un giro algo más cerrado que le permitía sortear todos los arcos.

Selena lo celebró con Flurry, que graznaba orgulloso, antes de regresar al suelo.

Con su Cometa 280 al hombro, y con una bufanda negra coronando el cuello de su capa también negra, Mircea se acercó al grupo de Ravenclaws que estaban esperando a que empezase la clase. El chico no se perdonaría haberse perdido la primera clase de vuelo y sabía que tenía una ardua labor por delante si quería ponerse al día.

No pudo evitar tamborilear sus dedos sobre el mango de su escoba mientras asimilaba todos aquellos movimientos de Viktor Krum. Si tuviese tiempo de sobra, se propondría aprender a hacer todo eso en el menor tiempo posible, pero siendo sinceros... Ni tenía tiempo y seguramente tampoco tendría nunca la habilidad necesaria para ello. Siempre había sido el peor de su familia en volar.

Sopesando la escoba regalo de su tío, miró la plaquita serigrafiada que contenía el nombre del modelo. Es ahora o nunca, susurró. Sin pensarlo mucho más, pasó la pierna por encima del palo y poniéndose en posición miró hacia los aros que había en la distancia. Golpeó el suelo con el pie y...

La escoba empezó a remontar el vuelo con lentitud. Se detuvo y quedándose suspendido a unos 10 pies del suelo, se dedicó a ver como los demás volaban.

Ardeen llegó sofocada, dejó las cosas a un lado y se preparó para recibir las indicaciones del profesor.
Cuando escuchó que podían volver a intentarlo se animó un poco, pero al coger la escoba sintió un escalofrío.
Odiaba las alturas y todo lo relacionado con ellas, y pensar en suspenderse en el aire era algo que no iba con ella.
Se colocó sobre la escoba, tratando de concentrarse, pero tenía tanto miedo que se puso a temblar, y la escoba no reaccionó. Una parte de ella respiró aliviada.

Oliver estaba, sencillamente, emocionado. Al igual que Mircea, tampoco se perdonaba no haber asistido a la primera clase de vuelo, con lo que le gustaba. Llegó corriendo, escoba en mano, junto al resto de compañeros y, tras atender al profesor, a quien miraba con una buena dosis de admiración - era Viktor Krum, despues de todo, todo buen aficionado al Quidditch quería ser como el de mayor- se ajustó la bufanda, y sonrió de oreja a oreja.

-Genial... ¡Alla voy!- exclamó, subiendose a la escoba, con confianza y determinación. Y, sin ningun tipo de complicación, su escoba se elevó en el aire, en cuanto golpeó el suelo- ¡Que pasada!- dice, riendo, efusivo, dando un par de vueltas por el estadio sonriente y satisfecho.  Está euforico.

Los pasitos de Daphne sonaban al crujir la nieve bajo sus pies, la túnica de invierno protegía a la niña del frío exterior en gran parte. Correteó con la mochilita al hombro hasta alcanzar su escoba y se colocó  en el corro formado alrededor del profesor de vuelo, mirándole con los ojos brillantes por la emoción y las mejillas y nariz coloradas por el frío.
Sin duda, ésa era su clase favorita.
Ahogó un gritito de emoción cuando Krum, ese dios búlgaro del aire se elevó sobre sus cabezas, creando varios movimientos y terminando con el famoso Amago de Wronski.

Siguió con la mirada los arcos por los que tenía que volar en zig zag y asintió. El aire era mucho más cómodo que la tierra, uno no podía sentirse pesado en él... al menos así lo veía la niña que pasó una pierna sobre su preciosa Saeta de Fuego plus.
-¡arriba!-indicó con una patada en la tierra, alzándose ingrávida sobre el manto níveo que se había convertido el suelo de Hogwarts. Sonrió alborozada cuando el viento le revolvió los rizos e, inclinándose sobre el mango de la escoba, pulido y brillante con la marca en letras doradas, se lanzó sin dudar un instante hacia los arcos, describiendo una ruta en zig zag tal y como el profesor Krum había indicado, aunque más movida por el instinto y el subidón de adrenalina que por su naturaleza obediente.
En el aire era mucho más fácil ser ella misma.

Estaba claro que el vuelo con escoba no estaba hecho para los Ravenclaw,la única que lo había conseguido era Selena,  todo lo contrario que los pequeños tejones. Perry observó como Oliver despegaba y lograba hacer una buena actuación.  No pudo evitar aplaudir cuando el chico pisó tierra.

- ¡Bravo chicos! Qué maravilla.- Le caían bien los de esa casa. También se acercó a Selena, que al menos les había salvado del total ridículo.- Lo has hecho genial Selena, estupendamente.

Esas clases no me gustaban. Era mucho más seguro quedarse en el suelo, pero no tenía otro remedio.

Me puse al lado de la escoba temblorosa y dije un leve Arriba. Fue tan bajito que me sorprendió que la escoba me hiciera caso. Pasé una pierna por encima y me agarré con fuerza al tiempo que tragaba. Empecé a ascender lentamente, pero casi se me fue de las manos y me dirigí demasiado rápido hacia los palos.

¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!

Podía controlar la escoba, de hecho lo estaba haciendo, pero me seguía dando miedo. ¡Podía matarme! ¡Y no me había confesado, iría al infierno!

Miré a mi alrededor, y me alegró ver que casi todos los de mi casa estaban, igual que yo, dando vueltas por el aire. Me entristeció un poco ver que Ardeen estaba aun en el suelo, pero mi euforia era tal, que ni siquiera eso fue capaz de borrar por completo la sonrisa de mis labios, si acaso solo a nublarla un poco.

Y, cuando vi que además incluso Perry le aplaudía, sonrió de oreja a oreja, radiante, saludándolo con la mano- ¡Esto es genial! - reconoció. Hacía falta poco para hacer feliz a un chico de once años, pero lo de volar en escoba habia que reconocer que era le leche.

Bueno, me alegro mucho que hayais recapacitado y os hayais dignado esta vez a venir. La otra clase fue claramente un desastre y el Sr. Lupin me llamó la atención por ello.

¡Menos mal que hoy habéis venido casi todos! Sólo falta Seth... ¿Dónde se habrá metido ese pequeño muchacho? ¡Una pena que no haya asistido!

Daphne, Sara y Selena*, habéis hecho un buen trabajo y si queréis podeis iros ya. Si veis a Seth decidle que venga, que aún está a tiempo de asistir a la clase.

A los demás, si queréis podéis volver a hacer un nuevo intento antes de iros a comer. Mircea y Oliver podéis probar a seguir volando y tratar de hacer la prueba de hoy, la de meteros entre esos tres arcos. Los demás, simplemente podéis volver a hacer otro intento, a ver que tal se os da esta vez.

Y los que aún no controlais la escoba lo suficiente, también es una buena oportunidad para intentarlo de nuevo.

Oliver sonrió de oreja a oreja. ¿En serio el profesor Krum les dejaba seguir volando?

-¡Claro que sí, profesor Krum! ¡Ahi voy!- exclamó y, sin pensárselo dos veces, echó a volar impecable, y realizó un perfecto zigzag entre los tres arcos, sin despeinarse siquiera. Viendo cómo lo hacía, cualquiera habría dicho que era coser y cantar. Estaba disfrutando de lo lindo y se notaba. Y, en cuanto terminó, dio una última vuelta antes de aterrizar, con la sonrisa más radiante que se pueda imaginar- ¡Ya está profesor! - le dijo, esperando su veredicto, satisfecho con lo que había hecho. Y entonces se centró no sólo en la respuesta del profesor, sino también la actuación del resto de sus compañeros. Ardeen tendría una segunda oportunidad y Mircea podría intentar aprender lo mismo que él. Aquello eran buenas noticias y, definitivamente, el profesor Krum molaba.