Partida Rol por web

-Jajajajaja, sí sí, he estado bien, olvida lo que he dicho jajaja- Lincoln no se había dado cuenta de que había dicho éso en alto, sin duda el estar con Asterope lo relajaba demasiado y no era el Linc controlador y manipulador que solía ser... -Enserio, sí un buen día de verdad- No podía contarle la verdad, lo que pensaba continuamente, lo preocupado que estaba por ella y las ganas locas que tenía de vencer a Ithan y demostrar que él y solo él era el mejor.

Cuando Asterope habló de la mesa Gryffindor Linc no pudo decir mas que una cosa -¿Celosaaaa? Jajajaja- sonrió sentándose junto a su amiga y dijo tranquilamente -No perderé esa apuesta, lo hice sobre seguro, así que tranquila, no iré a la mesa de los Gatos, no quiero ni verle la cara al asqueroso de Noah y menos al Weasly atontao ese... que asco de niño...- Linc se levantó y se colocó frente a Asterope de cuclillas -A ver, dime, ¿Se te ha pasado lo que en realidad te ha pasado ésta mañana? No creerías que yo iba a creerme ésa mentira... es decir, me has dicho la verdad, pero no toda la verdad... lo de las historias no es lo único que te ha pasado y se te nota en la cara...-

Que olvide lo que ha dicho... claro. Asterope no era tonta. Si Linc había soltado eso era por algo. No entendía por qué no quería contarle nada. Vale que ella no había sido del todo sincera con él sobre su día, pero le había confesado parte de sus temores y problemas, mientras que él se reservaba absolutamente todo. ¿Estás seguro de que no pasa nada? Porque tú nunca hablas por hablar.

Le cambió la cara cuando su amigo le insinuó que estaba celosa. No lo estaba, pero se puso un poco nerviosa solo con la idea de que Linc pudiera pensarlo. ¿Celosa? No, no, no. ¿Por qué? No, no. Solo he dicho que no me gustaría verte sentado con los leones... pero porque eres uno de los nuestros. Por suerte para ella, el chico cambió de tema justo cuando se sentaba a su lado.

Entonces llegó el momento que tanto temía Asterope. Ella ya sabía que mintiendo no se ganaría la vida nunca. Quizás pudiera conseguirlo si se lo proponía y si creía que realmente valía la pena mentir. Pero como nunca le había gustado, nunca se había esforzado. Y muchas veces se ponía bastante nerviosa. Por eso se había imaginado que Linc no creería sus palabras. Al fin y al cabo, hablar con un chico, que él se ponga a contar historias de terror y que ella no se haya enterado de su nombre era raro. Pero estaba decidida a no decir nada más. Quizás engañar no supiera, pero callar sí.

No te he contado ninguna mentira. Lo dijo con un tono de ofensa fingido. Aunque, en realidad, prácticamente todo era cierto, así que en cierto modo se sentía con un poco de derecho a ofenderse. No me ha pasado nada más, es solo eso. ¿Te parece poco? Fijó sus ojos en los suyos, intentando mantener la mirada, pues sabía que el contacto visual ayudaba a la mentira. No tenía muchas esperanzas en que la creyera, pero pensaba seguir negándolo todo o, por lo menos, ocultando lo que quería ocultar.

Lincoln levantó als dos cejas mientras miraba a Asterope -Sí, para un Slytherin es poco, pero tranquila, estoy aquí, no te va a pasar nada jaja- Rió un poco para sacar importancia al tema y le dió un golpecillo cariñoso con el dedo índice en la frente de ésta.

Linc se quedó mirando a su amiga, decidió cambiar de tema y dijo rápidamente -Oye- Le sonrió justo antes de empezar con su pregunta -Ves tirando tu para la fiesta, yo no se aun si iré o no... asi que mejor tira sin mi y ya decidiré que hacer despues- Sonreía de oreja a oreja, al menos hasta que aparto su rostro de la vista de su amiga, cambió a un toque serio y pensativo, no le hacía especial ilusion ir a la fiesta y se estaba planteando muchas cosas, entre ellas, la de entrar en el bosque prohibido y ver que había ahí que lo hiciera tan "prohibido", la curiosidad podía demasiado con él..

El sol había desaparecido ya hacía un buen rato y estaba oscureciendo bastante rápido. El bosque empezaba a dar un poco de miedo, pues si de día era ya difícil que los rayos de luz pasaran a través de los árboles, de noche estaba todo completamente negro.

Se giró hacia su amigo cuando le habló. En sus ojos podía verse sorpresa y desilusión. ¿Cómo que no vas? No es que se imaginara a Linc socializándose con el resto de gente, pero creía que iba a aparecer por allí. ¿Por qué no querrá venir? Espero que no sea por eso que te ocurre y no me quieres contar... Estaba sonriente, pero él siempre la miraba así. Siempre ocultaba lo que realmente pensaba tras una cara aparentemente despreocupada y divertida. Y pocas veces se abría y le contaba lo que guardaba en su interior.

No quiso insistirle más, así que recogió su mochila y se levantó. Bueno, pues yo voy yendo. Pero espero que vengas. Le apetecía sobre todo estar con él, en lugar de verse rodeada de tanta gente desconocida. Porque, aunque sus amigas fueran, Kendra estaría con Ithan y Ludmila... aún no tenía demasiada confianza con ella.

Le miró y le sonrió al despedirse. Hasta luego. Si no nos vemos en la fiesta, pásalo bien... ¡Y no te metas en líos! Le guiñó un ojo y se marchó directa al castillo. Pasaría primero por la habitación para dejar las cosas de clase.

Lincoln se despidió de Asterope sonriendo, como si no pasara nada, como si solo quisiera descansar 5 minutos y la fuera a ver en nada... pero la cosa no iba a ser así.

Se pasó mucho rato en la intemperie, no tenía frío y su mente estaba en otra cosa, problemas y soluciones, todo lo iba encontrando, cuando creía haber conseguido una cosa, aparecía la otra... así continuamente hasta que se dio cuenta de lo tarde que era, miró hacia el castillo y volvió a girarse hacia el bosque... algo le llamaba a entrar, se moría de ganas por saber que había ahí adentro... se sentó de nuevo en la fría hierva mientras miraba ese oscuro y tétrico bosque -Es increíble... la de secretos que debe haber ahí adentro...- Sonrió por un instante y se quedó pensando que hacer... no le apetecía mucho aparecer por la fiesta, pero Asterope se lo había pedido, y eso la verdad, sí pesaba mucho en él.

Linc, después de un buen rato sin moverse de ahí y pensando que era mejor, decidió irse para su sala común, iba a tardar en llegar, pues la hora que era no ayudaba estar por fuera del castillo, como un profesor le pillase tendría serios problemas, así que sin decir nada y con cara seria, pensativa y como no, dormida, desapareció dirección al castillo, mirando una última vez al bosque, sonrió y se dio la vuelta hacia su sala común.

Linc llegó al bosque, solo y la verdad es que lo necesitaba... realmente se planteó meterse dentro y... "¿Porque no?" Miró a sus alrededores y no vio a ningún profesor, pero no era idiota, con lo que sabía ahora mismo podría morir ahí -Mejor mas adelante- Dijo en voz alta, sonrió y cogiendo una piedra la tiro a lo hondo del bosque, como retándole a que le atacara.

Dio media vuelta y se sentó sobre una gigantesca piedra, mirando el bosque, unas ganas locas de entrar se apoderaban de él y por un instante olvidó todos los problemas, la adrenalina que se le metía en el cuerpo pensando en todo lo que podría haber ahí dentro le hacía estar en otro mundo, estaba feliz y tranquilo.

Linc había pasado mucho rato a su bola, no le habían molestado pero seguía sin saber que hacer, sentado sobre una piedra, con rocas en su manos y mirando hacia el bosque no pudo sino decir una única cosa -¿Que narices le está pasando a éste colegio?- Se había pasado la hora pensando en que hacían los Slytherins junto a los Huffies, porque una profesora era medio gata, porque la cuatro ojos le había fastidiado su hechizo al principio de curso y porque no podía dejar de pensar en Asterope... -Joder...- Dijo poniendo las manos en la cabeza, ésa última parte la tocaba las narices bastante, ya que no lo entendía, pero por ahora preferiría no decir nada de ello.

Enfadado Lincoln tiró las piedras, todas juntas contra el bosque, perdiendolas entre su niebla para acto seguido ponrse a gritar de rabia -¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!- Cerró los puños y apretando los dientes pensó "Pienso ser el mas fuerte, pienso hacer que todo sea como debe ser, voy a poner la otra cara, una maldita y falsa sonrisa para mis compañeros y para los demás y cuando tenga la oportunidad..." Sonrió -Todo irá bien- Con esas palabras y mirando una última vez la niebla, cogió la mochila y se fue dirección al comedor.

Linc llegó a los alrededores del Bosque junto a Asterope, había sido un viaje raro, normalmente habrían estado hablando y haciendo el tonto hasta llegar ahí pero ésta vez su compañera se limitó a seguir sus pasos sin mediar palabra alguna.

Se acercaron a donde normalmente habían estado por esa zona, y una vez al lado de la gran roca en la que Linc se había pasado horas sentado y pensativo, paró, tirando su mochila al suelo y diciendo mientras se giraba -Bueno, ya estamos a solas donde querías- Acabó la frase al acabar de girarse y se quedo con los brazos cruzados, mirando fijamente serio a los ojos de Asterope, sin pestañear y sin la típica sonrisa que hace una semana mostraba hacia ella -Dime, tengo prisa.-

Linc, ahí plantado, con la túnica negra y verde, realmente asustaba, podía ser el típico chico que sonreía mucho, ya fuera con burla o sin ella, pero cuando estaba serio, con los brazos cruzados y comportandose de manera tan borde, llegaba a dar miedo.

Asterope llegó detrás de Linc a las lindes del Bosque. Estaba un tanto nerviosa. Cuando simplemente planeaba hablar con él, era más fácil. Pero ahora que estaba a punto de hacerlo de verdad no sabía por dónde empezar. Como siempre, sus escasas habilidades sociales le impedían saber cuáles eran las frases correctas que debía decir. Deseaba tener más confianza en ese tipo de situaciones. Si hablar con Linc fuera tan sencillo como una clase de Encantamientos...

No tiene que ser tan difícil. Yo quiero saber qué le pasa y solo tengo que preguntárselo. Y no dejarle marchar ni cambiar de tema hasta que me lo cuente. Pero... ¿y si no suelta prenda? No puedo obligarle. ¿Y si le molesta que le insista? ¿Y si no sé cómo responder ante lo que él me conteste? Tenía demasiadas dudas. Pero ahora no podía echarse atrás. Ya vería cómo lo solucionaría a medida que se fueran desarrollando los acontecimientos.

Se pararon. Iba justo a empezar a hablar cuando el chico abrió la boca. Las palabras que soltó y, sobre todo, el modo de decirlas, le cortaron el habla durante unos segundos. Lo sabía... ¡Le pasa algo conmigo! Cassius me dijo que eso era imposible; pero, si no le pasara nada conmigo, no me hablaría así. Como si esa tarea no fuera suficientemente difícil, Linc la estaba empeorando.

Escuchó un aullido a lo lejos, en el interior del Bosque, que le hizo sobresaltarse. Pero no hizo más caso. Ahora no podía pararse a pensar en las criaturas misteriosas que había dentro. Tomó aire y empezó.

-Eeeeh... –Linc estaba demasiado serio y eso le ponía aún más nerviosa-. Eeeeh... Verás... Hace mucho... muchos días que no hablamos o quedamos para dar una vuelta o... algo –Bajó los ojos al suelo, ya no se atrevía a mirarlo directamente-. Sé que te pasa algo y... ¡Jo, soy tu amiga! Deberías contármelo. Sobre todo si es conmigo. O, al menos, no darme de lado ni tratarme así, aunque no me lo quieras contar. No sé qué te he hecho, pero podríamos arreglarlo. Dímelo, anda.

Calló. Ahora solo le tocaba escuchar la respuesta. 

Linc levantó una ceja al escuchar lloriquear a su compañera -¿Y tu eres una Slytherin?- Sonrió con aire burlón, esta vez si, pero como le había sonreido a Anthony -¿Porque no le preguntas a tus nuevos amiguitos? Los Huffies ¿Eh?- caminó hacia ella -¿Ahora de repente te importa como estoy?- Le miró cabreado de nuevo -LLevo una semana rayado y pensando en mil cosas distintas, ¡Pero sobre todo en ti! ¡Y TU NO ESTABAS! Siempre con esos ...putos Huffies...- Dió unos pasos atrás y grito -¡PUES LARGATE CON ELLOS! Joder.-

Levantó la mirada y clavó sus ojos, que empezaban a humedecerse, en los del chico. ¿Cómo podía decirle eso? ¿Que había pasado de él? ¡Mentira! ¿Y qué más dará que ella tuviera otros amigos? ¡Asterope no era propiedad exclusiva de Linc! Sabía que los Hufflepuff no le caían bien, pero la pequeña tenía todo el derecho a pasar el tiempo con quien quisiera. Pero él no lo entendía. ¿Por qué no lo entendía? Si los tejones le hubieran hecho algo grave, como robarle a su mascota o darle una paliza, pues comprendería que no quisiera que su mejor amiga se juntara con ellos. Pero su odio estaba provocado simplemente por la división de las casas. ¡Qué absurdo!

Y que no era una Slytherin... Eso le dolió mucho.

Al cabo de unos segundos, pudo reaccionar. Lo mejor era hablar tranquilamente e intentar arreglar las cosas, pero no podía. Si algo tenía la niña era orgullo y no pensaba rebajarse cuando ella no tenía la culpa de nada. Los ojos se le secaron, ya no soltaban ni media lágrima. Así que, con una mirada que aterraría hasta al mismísimo demonio, le soltó:

-¿Qué sabrás tú lo que es ser Slytherin? ¿Te crees que odiar a los demás te hace más digno de esta casa? –La sangre le hervía y tenía el cerebro nublado por la ira-. A los amigos no se les trata así, ¿sabes? Si tanto pensabas en mí, podrías haberlo demostrado en lugar de evitarme. A mí y a todos. ¡Y claro que me he preocupado por ti! ¡Te he preguntado qué tal estabas mil veces, pero tú, siempre tan cabezón, eres incapaz de contarme nada nunca! Por eso dejé de insistir.

Estaba a un suspiro de darse la vuelta y largarse de allí. Ella deseaba una respuesta al comportamiento de Linc y, ahora que la tenía, no quería seguir escuchando más. Pero aún no había acabado-. Si me da la gana ir con los Hufflepuffs, iré con los Hufflepuffs. Al menos a ellos les da igual qué otros amigos tenga.

Con un último arrebato de rabia, sacó la varita rápidamente con una mano y una hebra de lana del bolsillo con la otra -¡Agotattem! –El hechizo había sido más que potente, sin duda. Ahora que ya había descargado gran parte de su furia, se dio la vuelta y salió corriendo, sin comprobar si Linc había podido combatir el hechizo o no.

Linc retrocedió un paso cuando vio a Asterope así, pero no dejaba de estar enfadado, seguía furioso con su amiga... pero, cuando a ésta le empezaron a salir las lágrimas se sintió hundido, acabado... no entendía nada, "¿Porque le he hablado así? No se lo merece... ella no, ella me..." Dejó de pensar en el momento en el que las lágrimas se fueron y empezó a salir su orgullo, Lincoln, por supuesto, no iba a ser menos -¡Basta!- gritó una vez había acabado ella, separando ambos brazos de él hacia sus respectivos lados, cabreado como él solo, estaba ciego de odio en ese momento, pero lo que sin duda no se esperaba era el hechizo de su compañera, el hechizo que un día le enseñó para practicar... se lo lanzó para hacerle daño.

Y lo hizo, Linc solo pudo decir una cosa antes de recibir el golpe -Ou...- Voló por los aires y cayó al suelo en cuestión de segundos, con la espalda en el suelo y la cara mirando al cielo, se quedó un buen rato, pensando, pero enfadado y ahora mas que nunca, Asterope ya no significaría nada para él, iba a vengarse por ese golpe a traición... Asterope y todos los que se pusieran de su lado iban a pedirle perdón, el orgullo y cabezonería de Linc no le iban a dejar ver que había sido error suyo, para él, nunca lo haría mal.

Cuando ésta se largo corriendo Linc no pudo hacer otra cosa que empezar a cabrearse con el aire, lanzando hechizos aleatorios contra el bosque, contra los arboles o contra nada, gritaba y maldecía a todo el mundo, estaba harto y quería venganza por todos los inútiles de éste colegio -Si Voldemort siguiera vivo... ¡Ésto no sería así!- apretó los puños y chilló con fuerza.

Linc se sentó en el suelo, cansado, ya no podía mas "Éste colegio es una porquería... no hay ni un solo mago decente, nadie que de verdad se merezca llamar así, todos apoyan a los Muggles y les tratan como a iguales... Dan asco" Se levantó, cansado de tanto ataque inútil y recogió su mochila.

Empezó a caminar hacia el Lago pero no dejaba de pensar una y otra vez "¡¿Pero de que va Asterope?! ¡¿Encima?! No he dejado de pensar en ella en toda la semana y ella no paraba de estar con esos malditos Huffies.." Se paró, apretó los dientes con fuerza y cerró el puño -Pienso atacarles a todos... se arrepentirán de ser Huffies, ¡JODER!- Linc lanzó la mochila contra el suelo, cabreado y la chutó, le daba igual romper algo, estaba cabreado y no podía evitar que esa sangre caliente que tenía saliera a flote -¡Malditos!-

Pasó el rato y finalmente la recogió para, definitivamente, ir al Lago a calmarse un poco con las olas.

- No. - Contestó nada más salir del castillo. Aquella era su negativa a que estaba enfadado con ella. Claro que no lo estaba, todo lo contrario. Pero después de eso, se pasó todo el camino en silencio, mirando el suelo en silencio mientras caminaba. Hacía bastante frio, era octubre ya, y de noche. Y a pesar de ir todo el camino pegado a ella, no hubo más interrelación por su parte.

No hasta que llegó al linde del bosque, momento en el que se paró y miró a su alrededor. Estaban solos, y tenía un rato todavía para poder hablar con Kendra tranquilamente. Lo que no sabía, era como comenzar aquello, que decir... o como comportarse.

No sabía siquiera como se lo tomaría ella. Pero no entendía como en el resto del colegio se decía que ellos eran novios. Porque si Diana se enteró, e Ithan era consciente de que su prima rara vez se enteraba de algo, quería decir que prácticamente todo el colegio debía saberlo. ¿Por qué Ian no le había dicho nada? ¿Y Mathew?

Entonces, miró a Kendra. ¿Qué le digo? ¿Cómo? No quiero parecer que... yo que sé... ¿Y si ella pasa y se enfada? - Kendra... Tu sabes... que tu me gustas ¿No? - Muy bien Ithan. Acabas de demostrar que eres imbécil. Y además, estaba demostrando que su cara estaba roja como un tomate, algo evidente a pesar de la poca luz que había.

- Bueno... - Carraspeó. ¿Y ahora qué? - Yo me preguntaba, que... Bueno. A ver. - Paró un momento, mirando a su alrededor. - Vale. Espera. - Le pidió, quitándose la mochila, metiendo la mano en esta y sacando algo que escondió a su espalda.

- Me gustaría que fueras mi novia. - Acabó por decir, más serio de lo normal, y tendiéndole un libro. Tenía planeado dárselo desde hacia tiempo, y sin duda, aquello le salvaba no solo la situación... si no que mataba dos pájaros de un tiro. Y se la quedó mirando, sonriéndole con nerviosismo, cierta timidez y miedo ante los segundos que pasaban sin que esta le contestara.

La verdad es que aquel "No" no habia sonado muy convincente, sobre todo porque, despues de decirlo, Ithan no habia vuelto a dirigirle la palabra en todo el trayecto, ni habia levantado la vista del suelo.

Si, claro que tenia que estar enfadado con ella... Si no aquello no tenía explicacion.

Sin saber como, y sumida en sus pensamientos, llegando al linde del bosque prohibido y, aunque en situacion normal deberia estar nerviosa, asustada y emocionada ante la idea de tener ante ella un lugar tan peligroso, lo cierto era que, en aquel momento, el bosque era lo que menos le importaba. Le preocupaba mucho más su situacion con Ithan.

Por eso, cuando comenzó a hablarle, Kendra puso todos sus sentidos en el, atenta. Sin embargo, si para algo no estaba preparada en aquel momento Kendra fue para la primera frase que escucho de labios de Ithan. De repente, noto un pellizco en el estomago,muy diferente al que sentia antes; no era de angustia o de preocupacion, sino mas bien todo lo contrario- S....si. - dijo, sencillamente, sin que le saliera la voz siquiera del cuerpo, notando como aquel nerviosismo iba en aumento. Y, cuando estaba a punto de añadir algo mas, Ithan intervino rapidamente, en un nuevo intento por explicar lo que tenia que explicarle, sin mucho tino de nuevo.

Aquel gusanillo era cada vez mayor, y Kendra tuvo que coger aire incluso, al notar que aquellos nervios estaba robándole el aire que repiraba. Y fue a la tercera cuando la chica abrio los ojos de par en par, impactada por aquella afirmacion.

Queria que fuera su novia.

La reaccion llego progresivamente: primero aquel gesto de sorpresa, luego aquella mueca de desconcierto y confusión, acto seguido aquella comprensión y aquella asimilacion... y entonces, por fin, la mas radiante de las sonrisas. Una de pura felicidad- Ithan yo... tú... nosotros.... - comenzó a decir hecha un manojo de nervios, sin saber siquiera como formar la frase- ¡Sí! -acabo por exclamar, con una risilla nerviosa-Quiero decir... que yo... que yo tambien me muero de ganas de ser tu novia. - acabo por decir, cogiendo el libro con una mano, mientras que con la otra mano buscaba la del rubio, acabando por entrelazar sus dedos con los de el.Y, ni siquiera fue capaz aun de mirar el titulo del libro: estaba hecha un manojo de nervios y no podia hacer otra cosa que pensar en lo que acababa de pasar, y mirar a Ithan, con una enorme sonrisa dibujada en el rostro.

¿Y ahora que? ¿Le daba un beso?¿No se lo daba? No sabia que hacer. Despues de todo, era la primera vez que le pedian salir, y nunca, antes se habia visto en aquella tesitura.

En cualquier caso, y fuera como fuera, a Ithan le podia quedar clara una cosa: que Kendra, en aquel momento, era pura dicha.

Y, aunque se giró hacia el, con el libro en la mano, y redujo la distancia que los separaba a ambos, mirandolo cara a cara,lo cierto es que le daba miedo dar el ultimo paso que los separaba, asi que se quedó ahi, esperando a que el chico tambien reaccionara a su respuesta. 

Las cuatro primeras palabras dejaron al Rubio con un nudo en la garganta, sin saber que iba a decirle a Kendra. Entonces la vio sonreír y aquellos segundos de silencio, se hicieron eternos. Se la quedó mirando, en un instante que solo existía ella, hasta que, de repente... gritó que sí. La sonrisa del chaval apareció en su cara, una amplia sonrisa cargada de felicidades y alivio, y tras eso, lanzó un suspiro mientras dejaba que los nervios, al menos parte de ellos salieran de su estomago y garganta para desaparecer.

Agarró la mano de Kendra, con firmeza, pero sin apretar. La miró a la cara, con una amplia sonrisa, cuando escuchó que ella también tenía ganas de ser su novia. Pensaba que esto sería más difícil... Pensó. No le soltó la mano, sintiendo su propio corazón latir con fuerza, por los nervios, por la emoción.

Todo estaba muy bien, con Kendra delante, ahora ya su novia, con su mano agarrada y esa amplia sonrisa. ¿Y ahora qué? Pensó, sin saber que debía hacer, o que debía hacer ahora. Y ella dio el primer paso, acercándose a él y pegándose.

Entonces, él hizo lo propio, pegándose algo más a ella, esperando unos segundos y entonces se agachó un poco, dándole un beso en la mejilla a Kendra, tras lo que se separó un paso, mirándole a ver cómo reaccionaba. Él, por su parte, estaba nervioso y feliz a partes iguales, con una amplia sonrisa y las mejillas encendidas por un color rojo.

- Ahora cuando me pregunte mi prima ya le puedo decir que eres mi novia... - Bromeó, riendo.

Ithan y Kendra estaban en el linde del bosque. Nada más llegar, se habían puesto a hablar en susurros, tras eso llegaron segundos de silencio y finalmente, Ithan le dio algo a Kendra y esta le agarró de la mano, acercandose a él y el Rubio, acabó por darle un beso en la mejilla.

Ambos estaban sonriendo y con las mejillas encendidas. y seguían hablando entre susurros, riendo de tanto en tanto.

Arnold llegó instantes después de Ithan, y lo vio junto a Kendra. Se acercó a ellos, alzando la diestra a modo de saludo. –Hola, chicos, que plan hay?- Preguntó, mirando los árboles y hasta donde la vista podía alcanzar hacia el interior del bosque, no le agradaba mucho tener que entrar ahí, le daba cierto miedo, pero las ganas de investigar, de comprobar las historias de sus abuelos, eran mayores que ese pequeño resquicio de miedo.

Tras apartar la mirada del bosque, los miro a ellos, que parecían encantados de estar allí. –Esperamos a alguien mas?- preguntó, por mera curiosidad, mientras lanzaba una rápida mirada a su espalda, en dirección al colegio.

Lincoln llegó el último a las lindes del bosque "maldito Ithan... aunque en cierto modo, debería agradecerselo por lo que ha pasado...", como no, pensaba éso, pero no iba a decirlo, mas bien lo contrario, se acercó a la parejita y al Weasly mientras miraba mal a Ithan -Ya estoy aquí- Dijo alzando la mano derecha hasta la altura de su hombro, venía comiendose un platano, pues después de la púa que le habían hecho, tenía hambre, miró a Kendra y lo dijo claramente -Tenía hambre- Miró al Weasly y se quedó pensativo "Al fin y al cabo, en la pelea con Noah se puso de nuestro lado... igual no debería ser muy brusco con él" -¿Éste también viene?- Claramente, las maneras de hacer amigos no iban con Lincoln, y lo dejó patente, miró de nuevo a la pareja y dijo con una sonrisa maliciosa y burlona -Bueno, entonces... ¿Entramos ya?- Las ganas de entrar le hacían despertarse, el saber lo que podía haber ahí dentro le emocionaba muchísimo, pero lógicamente, no iba a entrar solo.