Partida Rol por web

La reaccion de Ardeen me toma por sorpresa, escucho sus palabras e instintivamente intento defenderme segun me ha explicado, sin embargo su hechizo nunca llega a realizarse. Sin darle pie a que se sienta mal por el fallo, me apresuro y apunto la varita hacia mi compañera.

-Eleccella Fulminis!-grito dando un ligero golpe de varita en su direccion, y el rayo sale dirigido hacia Ardeen.

Por detras mio se acercaban Amon y Daphne aunque mi concentracion puesta en mi actual oponente no me permitian visualizarlos.

Llevaba a Daphne del brazo cuando no pude evitar explotar- ¡MALDITA ENANA DE MIERDA! -grité- si es que por algo los Duendes no pueden llevar varita, son como sanguijuelas lo quieren todo para ellos -dije más que enfadado- y aun así va de prepotente y de sabelotodo -si, vale, era la primera que me daba 50 puntos pero eso no significaba que me gustara su carácter.

Entonces ví fuera a Mircea y la otra chica de Hufflepuff- Venga Daph, anímate o insultala, verás como te quedas a gusto -dije mientras saludaba con la mano a los otros chicos.

Daphne se encogió cerrando los ojos cuando Amon estalló despotricando barbaridades varias sobre la profesora Green.

-Ha sido mi culpa, Amon, no puedo decir cosas malas-dijo ladeando la cabeza como ausente. Desvió la mirada hacia Mircea y Ardeen y alzó una mano con suavidad para saludar. 

-¿Y ahora es malo alegrarse por hacer bien un conjuro? -dije algo más tranquilo- no tiene ni pies ni cabeza -entonces sonreí algo maliciosamente- bueno sí, pero muy junto, ¿no te parece?

Me reí un poco por mi chiste sobre la estatura de la profesora y luego cambié de tema- ¿Podrías dejarme a Nymu para enviar la carta? -dije recordándola lo que la pregunté hace un par de días.

-¿Nimu?...Oh, sí, claro, está en la lechucería...si le llevas algo para picotear se pondrá contenta-murmuró Daphne en respuesta.

-Si ya te encuentras mejor, ¿vamos a la lechucería y mando la carta? -le pregunté a Daphne- aunque, si quieres podemos acercarnos al Lago Negro, a ver si sale el calamar gigante -era uno de los planes de los que hablamos y de momento no cumplimos, esperaba que eso la animara.

De pronto aparece uno de los profesores que sale corriendo hasta donde están Ardeen y Mircea practicando el conjuro.

¡Maldita sea! ¿No os dijeron que los conjuros de Duelo Mágico están prohibidos realizarse fuera de la clase? Solo se pueden hacer en las salas o lugares habilitados para la práctica. En cualquier otro caso se entenderá como que ha sido un ataque mágico y eso está prohibido en el colegio. ¡Jovencito, 20 puntos menos para Hufflepuff y da gracias de que no te quite unos cuantos más! Tu casa va la peor de todas y esto no le vendrá nada bien. Hablaré con el profesor para que os lo recuerde. 

Y después de sancionaros e ir negando con la cabeza el profesor se marchó de allí.

No puedo disfrutar le exito de mi hechizo pues de la nada aparece un profesor para reprendernos, en vano balbuceo mi indignacion.

- Pero...no estabamos, solo era una practica...Esta bien.-Concluyo derrotado, miro a Ardeen y le digo.

- Perdon, yo no sabia...

Miro a Mircea y no puedo evitar sentirme culpable.. yo tenía que haberlo sabido. Para una vez.. que tenía un plan de hacer amigos y hablar con alguien.. me llevo las manos a la cara intentando pensar algo.

Alzo la mirada a Mircea y veo que el tampoco está mejor.

Yo tampoco sabía.. digo disculpándome.

Bueno.. digo contando mentalmente los puntos restados Vamos a la biblioteca.. podemos repasar allí la teoría. sugiero como plan alternativo.

Le hago una sonrisa para que no se sienta mal, aunque por dentro algo me forzaba a decirle que si habia sido su culpa. Tome mis cosas y le dije.

- Tendremos que practicar mucho para recuperar los puntos perdidos en las proximas clases. Aproposito tu has asistido a la de transformaciones? Es la primera de mañana y no he ido a la anterior clase.

Mientras hablo con Aldeen camino hacia el castillo y veo a Daphne con un muchacho que me parecio haber cruzado en otras ocasiones. Al llegar a su altura les digo.

- tengan cuidado con realizar conjuros que acaba de reprendernos un profesor, 20 puntos menos nos costo.

-Bueno Daph, ya es de noche... ¿vamos a cenar o prefieres que nos acerquemos al Lago Negro a ver al calamar? -pregunté mientras intentaba animarla ya de cualquier forma.

-Creo que es mejor que nos vayamos a cenar, Amon-musitó la niña cogiéndole de la manita- mañana te llevo con Nimu y te lleva la carta, prometido.

Tiró del niño de Slytherin hasta el comedor.

Es mejor que hagamos lo mismo Mircea le digo a mi compañero y vamos hacia el gran comedor.

Ante la propuesta de Ardeen asiento y le sigo de cerca, observando maravillado la arquitectura del castillo.

Gwendoline decidió dar un paseo por los jardines y los terrenos de Howarts para poder buscar algún ejemplar de aquellos ciempies monstruosos. Guiandose por lo que había leído en el libro el día anterior, la niña se puso a buscar por las rocas humedas cercanas al lago, disfrutando tambien del paisaje. Durante un largo rato, se quedó embobada mirando los vastos jardines y la magnificiencia del castillo. Todo aquello era tan hermoso...  tan bello...

Tengo que reconocer que no creo que pudiese encontrar en el mundo muggle nada igual... al menos llevando una vida normal.

Durante cerca de una hora, la niña vagó solitaria, saltando entre las rocas, sin hacer mucho caso de la tarea que tenía que hacer y sin preocuparse de su túnica llena de barro, al igual que la escoba que llevaba en la mano.  Entonces recordó su trabajo. Si quería hacer el mejor trabajo de la clase tenía que ponerse a ello. La niña se puso a cavar con las manos, ensuciandose aún mas hasta que, de pronto, vio un nido de aquellos bichos. Con cuidado, se apartó unos pasos para observarlos mejor, memorizando todo aquello que la llamaba la atención, su coloración, sus movimientos, los tamaños... Incluso tuvo que parar con una ramita el repentino ataque de uno de los miembros mas agresivos del grupo. De la ramita comenzó a caer algo de liquido algo pegajoso que Gwen observó con gran interés y algo de miedo: era el veneno... o al menos eso pensaba ella. La niña decidió guardar aquella sustancia. Podía servirla para ganar puntos extra en el trabajo y demostrar, antes de lograr su expulsión, que no era ninguna incompetente. Con mucho cuidado se apartó de los gusanos y recogio el mucoso elemento con un pañuelo que dobló con sumo cuidado.

Lo verteré en uno de los botecitos que tengo de ingredientes cuando vuelva al cuarto...Jo...Lo malo de que me expulsen es que no volveré a ver nada como esto

En aquel momento, la niña se percató de que estaba,literalmente, hasta las cejas de barro y volvió con paso tranquilo hasta el colegio, contemplando aquellos paisajes que no se había molestado antes en mirar.