Partida Rol por web

A medida que el Sombrero Seleccionador iba nombrando las casas a la que pertenecía cada alumno, la gente de la mesa que correspondía a vuestra casa vitoreaba vuestro nombre y os hacía señas para que os unierais a la suculenta cena.

En la mesa había gran cantidad de manjares. Cualquier plato que podías imaginar estaba preparado en aquel banquete de bienvenida.

¿Hufflepuff?... ¿de verdad? era lo que menos me esperaba. La casa más mediocre que Howards ha conocido en toda su historia. Ese sombrero no tiene nada de inteligente...

Pensó Seth mientras caminaba hacia la mesa desde la que le vitoreaban. Gracias a su expresión siempre seria impidió que los demás vieran la decepción que sentía. Un par de chicos se separaron abriendo un hueco donde Seth se sentó, les sonrió con desagrado y sin decir una palabra continuó mirando al estrado desde donde seguían repartiendo a los alumnos.

Espero que me sorprendan estos chicos, no les será dificil pues les tengo en un nivel muy bajo de estima. Y al menos... la comida no será un asco, Hufflepuff si hizo algo en su vida: inventar recetas de cocina. Cogió un trozo de tarta de melaza...

¿Mis padres habían sido Hufflepuff? me giro como para hacer más preguntas pero miro al resto de niños que estan esperando subir, tendré que esperar a otro momento, me muerdo el labio con impaciencia pero finalmente hago una genuflexión a la subdirectora y voy a la mesa persignandome.

¿Que sabía de los Hufflepuff? poco o nada, solo lo que había dicho el sombrero... ¿leales y trabajadores? estaría bien que las monjas pudieran saber eso siempre decían que no me gustaba trabajar.

Hola, me llamo Sara. saludo nerviosa a los que ya estan en la mesa, veo que alguno ya esta comiendo sin esperar al resto de compañeros ni bendecir la mesa algo que las monjas nunca permitirían, le dedico una mirada un poco molesta aunque supongo que aquí no habrá costumbre de bendecir la mesa por lo menos podría esperar a estar todos en la mesa para comer, cojo la cruz entre mis manos y bajo un poco la cabeza para empezar a susurrar pero lo suficientemente alto para que los que esten a mi lado pudieran oirlo. Señor, bendice estos alimentos que vamos a tomar...

Como era de los primeros por orden alfabético fui el primero en sentarse en la mesa de Hufflepuff. Muchos chicos y chicas vitorearon mi nombre mientras me acercaba, sonriente. Por el camino miré a mis amigos del vagón, que seguían esperando su turno. Sonreí, aunque el sombrero tenía razón. No tenían por qué acabar en la misma casa, aunque podrían ser amigos igualmente. 

Se sentó en un espacio que los alumnos más mayores habían dejado para los más pequeños y se sentó a esperar a que todo el resto de alumnos fueran repartidos en sus respectivas casas. Aunque era consciente de que no iríamos a las mismas casas, no pude evitar chasquear la lengua, decepcionado, cuando mis amigos fueron asignados a Ravenclaw y a Griffindor.

Fueron llegando otros niños que habían sido puestos en la mesa de Hufflepuff, tres chicos y tres chicas. Al contrario de lo que la experiencia en el tren me había contado, una de las chicas fue la primera en presentarse.

- ¡Hola, Sara! Yo soy Oliver Blackwood - le dije, animado. Le sonreí mientras apoyaba los brazos en la mesa, cruzándolos bajo mi cabeza. Luego miré al resto de los alumnos nuevos, había uno que había llegado y había sonreído, pero nada más - ¿Y vosotros? ¿Cómo os llamáis? Como somos los nuevos alumnos de Hufflepuff supogo que... eh... podremos llevarnos bien. ¿No? 

Iba a compartir una gran parte de mi año académico con aquellos niños, así que esperaba realmente que nos lleváramos bien.

Saludos a ambos, me llamo Seth Rajel, encantado.  Hufflepuff finalmente... ¿esperábais acabar en esta casa? Si consigo que nos llevemos bien, todo será más fácil de llevar.
 

- La verdad, Seth, es que creo que desde el principio prefería esta casa. Mis padres me dijeron también que me parezco mucho a mi abuelo, y él fue a Hufflepuff también.

Sonreí. Quizá no todo el mundo quería estar en la casa que le había tocado, pero yo estaba muy satisfecho.

- ¿Tú te lo esperabas?

Sintio cierta desazon al ver que sus amigos iban a distintas casas y se acerco bastante insegura a la mesa de los Hufflepuff.
-da..Daphne-tartamudeo presentandose cuando llego con el resto de niños de primero.
-yo... Eh...-enrojecio como un tomate- no... No tenia mucha idea de como eran las casas y...-sonrio algo nerviosa- me alegro de estar aqui

Filipp se acercó a la mesa de Hufflepuff mientras todavía iba asimilando lo que había dicho el sombrero. En fin, que más daba. En el fondo eran estudiantes de Hogwarts, y esta curiosidad de las casas era algo que sólo se daba en este colegio. Hufflepuff estaba bien.

A ver, es cierto que dicen que es la casa de los que no quiere nadie, pero da igual. Soy inteligente y podré salir adelante. Probablemente en esta casa tengamos un valor oculto que los demás no pueden ver. A los únicos que les importa el rollo de las casas acaban en Slytherin, a los demás, nos da un poco igual, seguro - pensó Filipp.

Hasta ahora no había reparado en que el comedor estaba lleno de manjares exquisitos. Además, entre los estudiantes revoloteaban algunos fantasmas. Al acercarse a la mesa vió a algunos estudiantes de 1º que ya habían sido asignados a esa casa. Una niña y dos niños. Hola - les dijo al acercarse. Se acercó entre aplausos de los miembros de su casa y se sentó junto a ellos, en el hueco que habían dejado los alumnos mayores.

Hola Seth - dijo al chico que había venido en el tren con él. Yo me llamo Filipp ¿Vosotros como os llamáis? - preguntó dirigiéndose a los demás Hufflepuff de 1º al tiempo que les tendía la mano, con una sonrisa.

Saludos "da..Daphne", saludos Filipp creo que vosotros tampoco esperabais acabar en esta casa. - Saludó con una sonrisa cordial a los recien llegados.

Su mente ya había analizado a todos a cuantos había saludado, creía saber qué esperar de cada uno de ellos.
 

-yo creia que me echarian directamente-reconocio con sencillez pasando por alto el pullazo a su tartamudeo y estrechando la mano de Filipp

Pues la verdad es que yo no esperaba ninguna en concreto, pero tampoco descartaba nada - le dijo Filipp a Seth.

Y no sé por qué creías que te echarían, Daphne. Si estás en esta casa seguro que eres una chica leal y justa. En el fondo, todos sabemos que aquí estamos la buena gente - le dijo con una sonrisa. La chica parecía tímida, pero Filipp quería trabar amistad con sus nuevos compañeros.

Sonreí cuando llegaron el resto de compañeros de casa. 

- Hola Filipp, yo me llamo Oliver.

Sin abandonar mi expresión afable miré a la chica que tartamudeaba.

- Filipp tiene razón, Daphne. No tienen por qué echarte. Además, con nosotros estarás muy bien, ¿verdad? - la última pregunta la lancé al aire, mirando al resto de alumnos de primero que habían sido seleccionados para Hufflepuff - Los niños que conocí en el tren han ido a Gryffindor y a Ravenclaw, ¡pero no hay problema!

Entonces adopté una actitud más pícara y miré a mis compañeros con complicidad.

- ¿Creéis que podríamos ganar la copa de la casa este año? ¡Sería genial! - tras mi pregunta me di cuenta de lo poco apropiada que era. Vaya, no quería que pensasen que me interesaba sólo con eso - Quiero decir... que estaría bien... para la casa... Pero lo que cuenta es que hagamos honor a lo que nos ha llevado a esta. Supongo...

Sonrió algo ruborizada agradecida a los ánimos de sus compañeros.

-Mis amigos han ido a...-giró la cabeza buscando los estandartes del león y de la serpiente- esas dos-las señaló- ¿qué conseguimos si ganamos la copa?-curioseó sirviéndose algo de pastel de carne y examinando el líquido anaranjado de su copa, puede que fuera zumo de calabaza.

Cuando termino mi plegaria levanto la cabeza y cojo una manzana a la que le pego un mordisco.

Claro por que no podríamos ganar, todos empezamos en igualdad de puntos. ¿Hay premio? pregunto, ya que eso era algo que no se me había ocurrido. Supongo que los puntos será por estudiar y portarse bien ¿no? pregunto curiosa sin saber por que más pueden dar puntos.

- Hay muchas formas de conseguir puntos, también está el Quidditch... Y por supuesto que vamos a ganar la copa, contad con ello.  Las otras casas están más ocupadas con sus tramas internas: una conspirando en silencio, otra aislada en sus pensamientos intelectuales y la otra cegada por su orgullo y poder.

(Leales y justos... con talentos ocultos para las otras casas... veremos a ver qué sale de esto... ^^)

- Yo soy Mircea.- se presentó el muchacho tras dirigirse a la mesa asignada a los miembros de su Casa, entre los vítores habituales con los que aclamaban a cada nuevo integrante. Había tenido la fortuna de colocarse cerca de otros alumnos de primer año, a los que todavía no conocía, mientras asistía a la asignación del resto de sus compañeros de vagón.- Mircea Padurearu. Encantado.- acompañó sus últimas palabras con una ligera, pero respetuosa, inclinación de cabeza. Para sus nuevos compañeros de clase resultaría obvio que su origen distaría mucho de ser londinense. Más que su apellido era el acento lo que lo delataba, pues en ocasiones arrastraba las palabras junto a un leve y exótico seseo. Sin embargo, éste no era marcado, ya que su pronunciación era perfecta.

- Yo desconocía el procedimiento de selección de esta escuela.- explicó, encogiéndose de hombros mientras se rascaba la cabeza.- Pero supongo que si el Sombrero lo ha decidido así, sus razones tendrá. Soy el primero de mi familia en entrar en Hogwarts, así que tendré que esperar para ver si mis hermanos corren la misma suerte que yo.- el chico no tomó comida. Esperaba la intervención del director, algo así como un discurso o palabras de bienvenida que iniciasen el banquete. Si no ocurría nada en diez minutos, Mircea se pondría manos a la obra, pues el estómago le rugía como si no hubiese probado bocado en toda la mañana.- ¿La Copa? ¿Qué Copa?

Aunque la pregunta sorprendiese a sus interlocutores, la curiosidad del rumano buscaba ser saciada. Él se encontraba en una atmósfera completamente desconocida. Conocía algunas de sus costumbres y anécdotas gracias a algunos libros que había ojeado, pero jamás todas. Instintivamente, encogió la cabeza sobre los hombros preparándose para las expresiones de incredulidad que quizás aflorarían de los semblantes de los que le rodeaban.

Daphne miro a Mircea y le dedico una sonrisilla complice ante su pregunta sobre la copa de las casas, ella tampoco tenia mucha idea.
En lo que alguno contestaba dio un trago a su zumo de calabaza.
-entonces...no se puede ser amigos de los niños de otras casas?

Cada vez más alumnos de primero se pronunciaban. Estaba bien que nos conociéramos si íbamos a estar cerca mucho tiempo.

- Encantado de conocerte, Mircea - el acento del niño en algunos momentos me extrañó, pero no me importó - Los miembros de la misma familia no tienen por qué ir a la misma casa que sus padres. Mi hermano ahora mismo está en Ravenclaw, igual que mi padre cuando era estudiante. Mi madre estuvo en Gryffindor. El único miembro de mi familia que sepa que estuvo en Hufflepuff fue mi abuelo, por parte de padre - me llevé una mano al hombro pensativo - Más bien dicho, que seas de la misma familia que alguien no tiene por qué conllevar que vayáis a la misma casa. Simplemente coincidiríais si tuvierais una personalidad similar. Supongo que en eso, en parte, se basa el sombrero. 

Seguí esgrimiendo mi sonrisa. Y me dispuse a seguir hablando. Había tenido que parar para contener el aliento.

- La copa de la casa es un premio que se concede al final de cada curso a la casa que más puntos acumule. Según nuestro comportamiento los profesores pueden sumarnos o restarnos puntos - dejé que mi mirada se perdiese en el vacío durante unos instantes mientras sopesaba mis palabras - Es como... un honor. O algo así. 

Asintió un par de veces durante la explicación del niño, y entonces cayó en la cuenta...

-¿vuestros padres son magos?-se sentía bastante tonta al preguntarlo, pero por qué no curiosear, total, ya habían hablado de refilón sobre la familia...

La pregunta de Daphne parecía ser la pregunta del millón, yo lo único que sabía era lo que había dicho el sombrero al asignarme la casa pero todo lo referente a mis padres seguía siendo un misterio para mi.

¿Vosotros que creis? pregunto con una sonrisa. yo misma me pregunto que sabe el sombrero sobre mi familia y cuanto sabe la directora. Miro nerviosa a la mesa de los profesores deseando poder ir a preguntarles.