Partida Rol por web

- Artes quiméricas quería decir... perdón. Dijo mirando al techo.

Arqueé una ceja cuando Mircea se marchó, ¿se había enfadado? Miré a Seth, confuso, pero luego me encogí de hombros. Si Mircea no quería tener amigos allá él. Acabé de comer todo lo que había metido en mi plato y me levanté casi de un salto. 

- ¡Bien, vamos a adivina...! - escuchó entonces el comentario de Sara - Es verdad, si nos toca Artes Quiméricas... Seguramente alguno de los alumnos mayores lo sabe - hice un gesto, señalando a los compañeros de casa mayores que había en la mesa - ¡Vamos a preguntarles!

Daphne también se puso en pie, total, ella había picoteado tanto con la tontería de esperar que estaba más que llena.

-¿Vosotros sabéis de qué irá esa clase?-puso las manitas en los hombros de Sara, afectiva.

Miró inquisitiva a los niños mientras sentía como la impaciencia por llegar a clase crecía poco a poco.

Cuando Filipp llegó a la mesa, se había cruzado con Mircea por el camino. Parecía que él ya había terminado.

Hola chicos - dijo a sus compañeros de casa. Filipp se sentó y comenzó a servirse. Cuando hubo terminado de llenar su plato dijo - Los exteriores no están mal, ¿verdad? Pero yo tengo ganas de explorar esos pasillos. Están llenos de armaduras, y seguro que hay pasadizos secretos que podemos descubrir... Pero bueno, ahora tenemos que ir a clase. A ver de que va eso de las artes quiméricas. Porque la verdad es que no tengo ni idea...

Tras preguntar a los debidos alumnos mayores me acerqué de nuevo a los compañeros.

- Bueno, creo que más o menos ya sé por dónde hay que ir. ¡Vamos!

Mientras Seth se iba del comedor me puse en marcha e hice un gesto para que los que quedábamos en la mesa avanzásemos todos juntos. 

No se de que irá la clase pero vamos a comprobarlo. Digo cogiendo a Daphne de la  mano para ir juntas a la clase de artes quiméricas

Filipp apura su desayuno y sale tras sus compaañeros.

Bajo a comer algo adormilada y bastante dormida. Cuando llego, únicamente quedan allí los más rezagados. Me asiento y echo rápidamente la comida dentro de mi plato, devorándola. Ya me he perdido mi primera clase, no quiero perderme la segunda.

Antes de salir del comedor, cojo una pieza de fruta que me voy comiendo por el camino. Bien, ahora... ¿dónde estará mi siguiente clase?

¡Ya está servida la cena del día 1!

-¿crees que me reñirán por no haber vuelto? Se supone que nos ibamos a poner a practicar los hechizos con Ardeen para que aprenda-le iba diciendo a Mircea entrando con él al comedor, preocupada por no haber regresado de dejar la mochila en el cuarto.

Se sentó en un lado y se escurrió para hacer sitio al niño.

-No te preocupes, no diré nada, prometidísimo-se miró la mano y tendió a Mircea el meñique- enlazamos los meñiques y sellamos la promesa-asintió un par de veces muy convencida.

- Puedo echarle una mano a Ardeen.- se ofreció, esbozando una media sonrisa sincera. Parecía que el cariz inexpresivo que caracterizaba sus pálidas facciones estaba de vuelta; una buena señal si se tenía en cuenta el aspecto mortecino que había lucido su rostro horas atrás. Agradecido por poder contar con el apoyo de Daphne, Mircea no pudo evitar sentirse mal por haber irrumpido en los planes del trío. Si la recién llegada aparecía por la mesa, iría a disculparse personalmente con ella. Era lo mínimo que le debía tras echar a perder su tarde de prácticas.- Así podrás ayudar a Sara. Si no te parece mal, claro...

Visiblemente incómodo por tomar asiento en medio de un grupo tan numeroso de personas, no tuvo más remedio que ceder un poco y aceptar el asiento que su nueva amiga le ofrecía a su lado.- Gracias otra vez, Daphne.- agradeció el niño, perceptiblemente emocionado al mismo tiempo que ladeaba el rostro, algo confundido por la manera en la que la chica pensaba validar sus palabras.- ¿El meñique?- cerró los dedos de su diestra, dejando extendido únicamente el más pequeño mientra lo contemplaba con expresión desconcertada.- ¿Es alguna clase de ritual o algo?

-He visto gente que lo hace-explicó Daphne sintiéndose algo tonta, lo mismo no era importante-aaasí-enganchó su dedo con el de él y sonrió abiertamente, sobre todo por la expresión atónita de Mircea, que no parecía entender nada de nada de lo que hacían.

-¡Ah!¡¡Sopa de melocotón!!-se emocionó soltando a Mircea y sirviéndose esa sopa dulce y fría-mis abuelos la hacen a veces-explicó como si eso fuera lo más obvio del mundo mundial.

Se oyó un susurro de conversación entre Olver y Seth que mientras entraban se iba haciendo más sonoro - .... pero el hechizo no me funcionó, por lo visto no está hecho para ver lo invisible - acabó la conversación Seth al encontrarse junto a Daphne y Mircea.

Buenas noches, ¿qué tal éstas horas antes de la cena? - saludó a los compañeros que no había visto desde la clase de quimerismo. Se sentó en uno de los bancos y miró la cena. Lanzó una mirada a Mircea, pero no dijo nada. Cómo siempre Seth quería tenerlo todo controlado, analizado y catalogado...  y... estaba demasiado hambriento como para realizar su rutina. ^^
 

Bajo tranquilamente a cenar y me dejo caer en un lado de los chicos de mi curso. 

-Buenas noches- murmuro a Daphne, mientras me sirvo comida distraídamente. Apenas había comido unas horas antes y todo parecía delicioso ante mis ojos. 

Llego al comedor para la cena, me sirvo un poco de todo y como ya es costumbre bendigo los alimentos antes de comer nada.

Un primer día ajetreado, ¿seran todos así? pregunto a mis compañeros

Tras hablar con Seth sobre su intento fallido de usar un conjuro de leer magia con libros invisibles llegamos al comedor. Me senté junto a Seth y miré al resto de compañeros de Hufflepuff.

- ¡Vaya! Parece que todos tenemos hambre, ¿eh? - reí mientras comenzaba a llenar mi plato - Supongo que la vida en el castillo es así, Sara. ¡Siempre tendremos que hacer un montón de cosas! Pero seguro que hay clases que te gustan más que otras, ¡puede que hasta te lo pases bien!

No abandoné la sonrisa que esgrimía. Miré de reojo a Mircea. 

- Ah, antes hemos estado en la biblioteca. Había unos libros invisibles pero no hemos conseguido leerlos. Seth lo intentó con un hechizo, pero parece que no está hecho para leer lo invisible - me encogí de hombros - Quizá nos enseñan alguno algún día. ¡O uno para hacerse invisible! - miré a Seth - ¿No sería eso genial, Seth?

Filipp entró en el Gran Comedor, caminó hasta la mesa de su casa y se sentó en ella.

Hola - dijo en voz baja a sus compañeros. Tenía la mirada perdida y movía la mandíbula como rozando sus dientes. Se sirvió un par de trozos de comida. Los mordisqueó con desgana.

Una vez hubo terminado de cenar, dejando la mayoría en el plato, se levantó. Me voy al dormitorio - les comentó sin mirarles tan siquiera, mientras se levantaba y volvía a salir por la puerta del comedor.

- El hechizo para volverse invisible, no se si existirá, pero sería uno de los hechizos que más practicaría sin duda. - respondió a Oliver mientras veía llegar a Filipp al comedor. Su visita fue fugaz.

- Creo que a este chico le pasa algo. Ha dicho un simple hola y adios... - Dijo Seth mientras terminaba de cenar. Ahora que parecía que ya estábamos la casa completa, estábamos todos juntos... - creo que es por lo mal que se le han dado estas clases, yo también me sentiría desganado si mis primeras clases salieran tan mal, en el dormitorio le preguntaré.

- ¿Qué tal os ha parecido el primer día en Howards? - dirigiéndose a todos.

Bueno... - no terminaba de captar la idea, pero se encogió de hombros y le devolvió la sonrisa.- Es una promesa.

Mientras se afanaban en buscar entre las numerosas fuentes de comida que poblaban la mesa con el fin de llevarse algo a la boca, el resto de alumnos de su generación comenzó a irrumpir en la mesa y tomó asiento a su alrededor. El primero fue Seth, enfrascado en una charla con Oliver que parecía ser muy entretenida pero que no despertó interés en Mircea. Antes de lanzar su mirada celeste contra un plato curvo relleno de Strogonoff fue capaz de percibir las miradas que le dirigieron ambos, afrontándolas con su impertérrito semblante de siempre al mismo tiempo que inclinaba levemente su rostro.

La segunda en llegar fue Ardeen y el rumano, aprovechó la oportunidad que le ofreció cuando se acercó a saludar a Daphne para dirigirse a ella.- Buenas noches, Ardeen.- masculló con cierta dificultad tras haber masticado rápidamente la porción de carne que tenía en la boca, algo avergonzado.- Me gustaría... pedirte perdón por lo ocurrido en clase de Quimerismo. Si aún te parece bien... podría...- le costaba hilvanar las palabras, eso era obvio. Le costaba relacionarse con los demás, y más aún con las mujeres. Pero tenía que hacer un esfuerzo por arreglarlo.- podría ayudarte con el Sonitus.

La aparición de Filipp y su fugaz presencia en la mesa preocupó a Mircea. No había que ser demasiado inteligente para presentir que algo le ocurría al muchacho. Terminando apresuradamente con la ración de Strogonoff que le quedaba en el plato, se levantó de la mesa para seguirle.- Voy a ver como está. Nos vemos mañana.- susurró a Daphne mientras salía en dirección a la Sala Común de Hufflepuff.- Buenas noches y que aproveche.