Partida Rol por web

Sam se dirigía hacia el pasillo cuando esa muchacha le respondió. Estuvo a punto de darse la vuelta y mirarla mal, pero decidió que no era lo adecuado. Así que en vez de eso la miró y asintió con la cabeza.

Se fue con Arthur hasta el pasillo y allí se distrajo mirando volúmenes diferentes. Hasta que Arthur le preguntó si le importaba que hicieran todos el trabajo juntos, con los de Griffindor

Claro que me importa pensó, pero se acercó hasta ellos

Seguro que terminaremos antes si trabajamos juntos susurró.

Trabajó en silencio hasta que Arthur volvió a hablarla para ir a comer

Sí, voy contigo

Una advertencia: Si rompes, desgarras, doblas, arrugas, estropeas, manchas, emborronas, tiras o haces cualquier cosa que dañe, arruine o demuestre falta de respeto por este libro, las consecuencias serán tan desagradables como esté en mi poder".

            [Advertencia de Irma Pince impresa en los libros de la biblioteca]

La biblioteca de Hogwarts, situada en el cuarto piso del castillo, contiene cientos de miles de libros colocados en miles de estanterías además de una hemeroteca de El Profeta. Entre sus muchas secciones, se cuenta la Sección de Invisibilidad, una sección que informa sobre dragones y la Sección Restringida al final, protegida con una cuerda. Se necesita la nota firmada de un profesor para acceder a dicha sección; contiene libros de Nigromancia que solo pueden ser empleados por estudiantes que estudian esas artes a nivel avanzado. Uno de estos libros grita cuando se abre.

La biblioteca cierra a las 8 de la noche.

Los libros de la biblioteca contienen varios hechizos que previenen maltrato o robo por parte del alumnado (o incluso el mismo director de la escuela, que al garabatear en Teoría de la transformación transustancional fue golpeado por el propio libro). Al parecer, Madame Pince puede exigir multas a quien dañen los libros. Alimentos (como el chocolate) están prohibidos. Madame Pince es del tipo de bibliotecaria que se ve a sí misma como guardiana y protectora de los libros.

Tengo que encontrarlo...tengo que averiguar qué libros son los adecuados para poder hacer la parte del trabajo lo mejor posible y, así, sumar la mayor nota posible...

A ver, a ver... - me decía yendo de estantería en estantería.

Parece que pude encontrar algo aceptable, no era precisamente lo que estaba deseando, pero al menos era suficiente, sobre todo con el tiempo que me quedaba.

Apunté todo lo que necesitaba y me fui al dormitorio a redactarlo correctamente y a guardarlo para poder entregárselo al profesor en la clase de CCM.

Gwendoline entró en la Biblioteca seguida por Perry con una expresión extraña en la cara. Al salir del despacho del profesor parecía triste, pero el tema de las expulsiones parecía haberla llamado la atención.

Solo eso-murmuró mientras buscaba los libros apropiados y Perry se sentaba en la mesa. Tras un rato buscando, encontró un libro sobre invertebrados que le hizo soltar un ligero "Oh". La niña abrió el libro que había sacado y su ejemplar de "Libro de monstruos, animales y otras sabandijas mágicas" y se puso unas gafas de pasta gruesa y negra, de estilo cuadrado que la hacían parecer mayor.

Sin fijarse demasiado en nada más, comenzó a escribir interrumpiedo de vez en cuando la escritura para intercambiar alguna expresión monosilábica con su compañero —Veamos...la primera pregunta que nos hizo era...el número de variedades de ciempiés  y la segunda a que parte del cuerpo humano afecta principalmente el veneno del escorpión... —De pronto, la niña paró su escritura y miró intensamente a Perry a través de sus gafas.

Creo que voy a ir a ver si veo alguno de estos gusanos por las afueras del castillo. Al fin y al cabo no voy a estar mucho tiempo aquí—dijo Gwen—y me gustaría hacer este trabajo realmente bien. Si encuentro un ciempies podré hacer un gran trabajo final. Verás... Voy a hacer que me expulsen—explicó ante la mirada de asombro del niño antes de esbozar una sonrisa rematando su frase.

Perry dejo caer sobre la mesa el libro "Aprenda artes quiméricas paso a paso: tomo 1 el sonitus" que estaba intentando memorizar.

Pe.Pe.Pero que estas diciendo!¿Por que quieres que te expulsen?- Perry no salía de su asombro- No puedes hacer que te expulsen, si si esto está muy bien y estamos aprendiendo mucho - parecía haber olvidado su mini depresión mañanera ahora que Gwen le estaba hablando de que la expulsaran -además has hecho nuevos amigos y seguro que se quedarán muy tristes si te marchas - hasta donde Perry sabía Gwen solo tenía dos amigos en el colegío Morpho y él, pero seguro que por lo menos él se pondría triste.

Gwen resopló pensativa y cerró los ojos. El chico estaba alucinando, tal y como ella había imaginado...y si supiera lo que había estado a punto de hacer...Además no tenía tantos amigos en Howarts.

—Yo no quería venir Perry...mis padres nunca querían usar magia... Fui a un cole muggle y nose—la niña arrugó la nariz bajo las gafas intentando no llorar—allí tenía algunos amigos y de la noche a la mañana me mandan aquí. Nunca les vale mi opinión... Además, aquí no encajo y echo de menos montar a caballo y jugar al baloncesto—añadió sin darse cuenta que quizas Perry no supiese que era.—¿Puedo contarte un secreto? Intenté escaparme cuando me enteré que tenía que venir aquí...

Mientras escuchaba Perry no sabía que contestar, él también había ido a un colegio muggle pero siempre había sabido que su madre y sus abuelos eran magos famosos y que él iría a Hogwarts cuando tuviera once años.

¿Escaparte? -Ahora si que no sabía que decir, se quedó callado un rato.- Todos echamos cosas de menos Gwen- dijo por fin- a mi me gustaría cenar con papa y mama cada noche para poder contarles lo que he hecho cada día y que también ellos me contaran su día. Y jugar con todos mis primos. Pero según mama no puede ser, porque si no estuviéramos recluidos los muggles podrían darse cuenta de que existimos.

No has vuelto a pensar en escaparte.¿Verdad?- Perry no sabía si de verdad quería oír la respuesta de Gwen, aunque había algo en el espíritu libre y rebelde de aquella niña que no podía más que envidiar

Gwendoline se quitó las gafas y guardó los pergaminos dentro de su libro, que desapareció rapidamente en la mochila. La niña miró muy seriamente a Perry antes de responder. —No he intentado escaparme del colegio... se que no se puede. No hay ningún pasadizo que no se conozca ya—

La niña sonrió a Perry con expresión algo cansada. —Lo malo será papa y mama...me caerá una buena bronca, pero ya veremos como avanza todo ¿no? Quizás pueda esconderme una temporada...Bah, no voy a preocuparme ahora por eso—

¿Te apetece jugar unas cartas explosivas en la Sala Común antes de ir a dormir ?

La respuesta de Gwen no tranquilizó a Perry lo más mínimo, pero al menos parecía, que de momento, había aparcado por unas horas sus planes de expulsión. 

Vale, me apetece mucho. - dijo Perrry mientras recogía sus cosas.

Aprovechando que iba a la biblioteca Arthur había regresado primero al dormitorio para recoger el libro prestado que ya había terminado y devolverlo. Tras una breve inspección del libro y comprobando que todo estaba en buen estado la bibliotecaria le sonrió y lo despidió. Acto seguido se encaminó directamente hacia la sección de biología del mundo mágico.
Una vez allí no tardó mucho en encontrar el libro que había utilizado la vez anterior para investigar sobre el ciempiés monstruoso. Antes de ocupar una mesa se detuvo a buscar entre el resto de libros hasta dar con otro de entomología general que, tras revisar su índice, demostró tener un pequeño capítulo que incluía a los seres del grupo sabandija. Entre ellos el que andaba buscando.

Cogió ambos libros y ocupó una mesa cercana y completamente libre. A decir verdad no había demasiada gente un domingo por la tarde por allí. Arthur agradeció la tranquilidad y se dispuso a terminar el condenado trabajo.

Arthur había tenido suerte. El libro de la primera vez no pudo aportarle mucho más, pero el de entomologia mágica había resultado ser una pequeña mina de información sobre el ciempiés monstruoso.

Anotó algunas de las interacciones más destacadas con esa criatura a lo largo y ancho del globo y datos históricos de pequeñas plagas y problemas que habían llegado a causar, así como alguna utilidad práctica de la carne y la coraza quitinosa en pócimas y unguentos varios.

Una vez quedó satisfecho enrrolló el pedazo de pergamino que había llevado, guardó la pluma y el tintero en su bolsa y acudió al mostrador para devolverle los libros a la bibliotecaria.

Fuera la luz del sol era cada vez menor. Había tardado más de lo que planeaba y ya debía estar atardeciendo, así que lo mejor sería volver a la sala común a descansar un poco y arreglarse para bajar a cenar.

Una advertencia: Si rompes, desgarras, doblas, arrugas, estropeas, manchas, emborronas, tiras o haces cualquier cosa que dañe, arruine o demuestre falta de respeto por este libro, las consecuencias serán tan desagradables como esté en mi poder".

            [Advertencia de Irma Pince impresa en los libros de la biblioteca]

La biblioteca de Hogwarts, situada en el cuarto piso del castillo, contiene cientos de miles de libros colocados en miles de estanterías además de una hemeroteca de El Profeta. Entre sus muchas secciones, se cuenta la Sección de Invisibilidad, una sección que informa sobre dragones y la Sección Restringida al final, protegida con una cuerda. Se necesita la nota firmada de un profesor para acceder a dicha sección; contiene libros de Nigromancia que solo pueden ser empleados por estudiantes que estudian esas artes a nivel avanzado. Uno de estos libros grita cuando se abre.

La biblioteca cierra a las 8 de la noche.

Los libros de la biblioteca contienen varios hechizos que previenen maltrato o robo por parte del alumnado (o incluso el mismo director de la escuela, que al garabatear en Teoría de la transformación transustancional fue golpeado por el propio libro). Al parecer, Madame Pince puede exigir multas a quien dañen los libros. Alimentos (como el chocolate) están prohibidos. Madame Pince es del tipo de bibliotecaria que se ve a sí misma como guardiana y protectora de los libros.

Seth entra en la impresionante biblioteca de Howards.

Con paso decidido se apresura a recepción, al girar la cabeza ve a dos chicos de su promoción, uno de ellos el chico con quien tuvo un rifi-rafe en la clase de duelo la semana pasada... - espero que ya se le haya pasado, y lo haya encajado.

Se dirige a la bibliotecaria, bajando la voz para que nadie más le oiga.

(...)

- Buenos días Madame Pince.

Seth sabía que buscar información a cerca de "Gellert Grindelwald" no era algo correcto. El tipo de experimentos y anotaciones que se exponían en sus diarios no eran del todo éticos y por supuesto no acertaban ni seguían los principios a seguir de Howards. Seth, aprovechó para pedirle a la bibliotecaría guía y la dirección a buscar a cerca de otro tema... ya buscaría por su cuenta.

- Estoy buscando información para la clase "conocimientos de criaturas mágicas", tengo que hacer un trabajo a cerca de "los ciempiés monstruosos". Me gustaría que me indicara dónde puedo encontrar libros relacionados.

Seth ya había estado la semana pasada en la biblioteca, sabía dónde estaban los libros que hablaban sobre los ciempiés monstruosos... pero quería pasar desapercibido. La bibliotecaría le indicó la sección, y señaló la dirección en la que debía caminar para toparse con los libros que había pedido.

El chico con su mochila en la mano, se encaminó en tal dirección y buscó un libro sobre los ciempiés. Lo llevó a la mesa de lectura, sacó una libreta y copió un par de fragmentos. Ya tenía casi terminado el trabajo, pero información extra nunca venía mal. Esperó el momento oportuno, se levantó y de forma discreta... comenzó su búsqueda sobre "Gellert Grindelwald".

Por nombre, título, apellidos, antiguos alumnos, magia prohibida, Instituto Durmstrang, Albus Dubledore, pura sangre... fueron algunos temas y formas de búsqueda que pasaron por la cabeza de Seth al buscar información sobre aquel tipo.

Gwen entró en la biblioteca en silencio, nada más entrar se dió cuenta de que Seth y Cassius, se encontraban por allí. Pero no hizo amago de acercarse a ellos, había ido a la biblioteca para estar a solas. Se acercó a la bibliotecaria que estaba atendiendo a Serh, no pudo escuchar lo que el chico de Huffelpuf le pidió... pero tampoco es que le importara.

- Señora Pince... me gustaría saber si hay algún libro sobre maquillaje para disfraces- le preguntó en un tono no demasiado elevado, la biblioteca era un sitio de estudio y aunque no le gustaba seguir las reglas, tenía que admitir que cuando ella estaba en un lugar que requería silencio, odiaba que la gente se pusiera a hablar.

Llego caminando a la biblioteca y me encuentro con dos personas mas de mi promoción. El inolvidable Seth y la atractiva Gwen. Bueno supongo que la soledad no es fácil de alcanzar en este colegio. Mantengo un respetuoso silencio mientras espero que tanto Seth como Gwen sean atendidos. Del primero no escuche lo que quería pero de la chica pude escuchar algo de maquillaje.

-Buenos días señora Pince... sería tan amable de indicarme donde se encuentran los libros sobre criaturas mágicas... En particular los que hablan de sabandijas.-

Hable con la educación que me han enseñado en mi hogar que no es otra que la que debe ser esgrimida por los miembros de mi casa.

Tras ser atendido Seth se fué en dirección al apartado de libros sobre "criaturas mágicas". Se pasea entre las estanterías buscando un libro que le fuera útil. Tras encontrarlo, se dirige a la mesa de lectura, donde saca su libreta y copia varias cosas de aquel libro.

Después de no mucho tiempo, el libro sigue abierto en la mesa, el cuaderno y la pluma con la que escribía también, pero ni rastro de Seth. Se había perdido por otras secciones en la biblioteca.
 

Gwen recogió los libros que al señora Pince le proporcionó. Iba a sentarse directamente en la primera mesa que se le pusiera delante, pero entonces Cassius se puso a su lado y escuchó los libros que necesitaba. Su intención fue morderse la lengua... con excaso resultado.

- Criaturas Mágicas... vaya, así que aún no has terminado el trabajo de clase. Viniendo de un Slytering resulta del todo... ¿inusual?- le dedicó una sonrisa mordaz y se dirigió a una mesa, donde había unos libros de algún alumno. Se sentó en una de las esquinas, se puso sus gafas y comenzó a leer "Maquillaje, el 10º Arte"