Partida Rol por web

[HLdCN] - Subastas Millonarias

12. The Penultimate Peril (Noche)

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12/10/2018, 15:08
Entorno

"¿Qué fue eso?" dijo una voz.

"¡Se escuchó como el disparo de un arpón!" gritó otra voz.

"¿Un arpón?" preguntó la tercera voz. "¡Se supone que esto es un hotel, no una galería de tiro!"

"¡Yo oí un esplach!" gritó alguien.

"¡Yo también!" dijo alguien más en acuerdo. "¡Se escuchó como sí alguien hubiera caído en el estanque!"

Los Millonarios observaron la asentada superficie del estanque y en el reflejo vieron como las contraventanas y ventanas se abrían en cada piso del Hotel Denouement. Las luces se encendían y aparecían las siluetas de las personas asomándose por la ventana y apuntando a los desconsolados ricos, los cuales estaban demasiado disgustados como para poner atención a todo el griterío.

"¿A qué viene todo este griterío?" preguntó otra voz. "¡Me dormí muy rápido!"

"¡Es media noche!" se quejó alguien más. "¿Por qué están todos gritando?"

"¡Te diré porque todos gritan!" gritó alguien. "¡A alguien le dispararon con un arpón y cayó en el estanque!"

"Regresa a la cama, Bruce," dijo alguien más.

"¡No puedo dormir sí hay asesinos libres por ahí!" gritó otro huésped.

"¡Amen, hermano!" dijo otra persona. "¡Sí se ha cometido un crimen, entonces es nuestro deber permanecer despiertos en nuestras pijamas en el nombre de la justicia!"

"¡De todos modos no podía dormir!" dijo alguien. "¡La asquerosa comida India me ha mantenido despierto toda la noche!"

"¡Alguien dígame que esta ocurriendo!" dijo una voz. "Los lectores de El Diario Punctilio querrán saber que pasó."

El sonido de la voz de Geraldine Julienne y las referencias de sus inexactas publicaciones, por el momento, obligaron a los ricos a detener sus llantos. Sabían que sería más prudente posponer su dolor—una frase que aquí significa " llorar la muerte de Dewey Denouement en otra ocasión"—y asegurarse de que el periódico imprima la verdad.

"Ha ocurrido un accidente," dijo Dennise, sin alejar su mirada de la superficie del estanque. "Un terrible accidente."

"Uno de los gerentes del hotel a muerto," dijo Saimon.

"¿Cuál?" preguntó una voz que venía de una venta muy alta. "¿Frank o Ernest?"

"Dewey," dijo Reginald.

"No existe el tal Dewey," dijo otra voz. "Es sólo una figura legendaria."

"¡No es una figura legendaria!" dijo Anya con indignación. "Es un sub—"

El Patrón tomó la mano de la Millonaria y esta dejó de hablar. "El catalogo de Dewey es un secreto," susurró. "No podemos permitir que lo anuncien en El Diario Punctilio."

"Pero la verdad," murmuró Dennise.

"El Patrón tiene razón," dijo Saimon. "Dewey nos pidió que guardáramos su secreto y no podemos fallarle." Observó tristemente al estanque y limpió las lágrimas de sus ojos. "Es lo menos que podemos hacer," dijo el.

"No me había dado cuenta de que era una ocasión triste," dijo otro huésped del hotel. "Deberíamos vigilar todo cuidadosamente e intervenir solamente sí es absolutamente necesario."

"¡Yo no estoy de acuerdo!" gritó alguien en un tono áspero. "¡Deberíamos intervenir ahora mismo y vigilar solamente sí es absolutamente necesario!"

"¡Deberíamos llamar a las autoridades!" dijo alguien más.

"¡Deberíamos llamar al gerente!"

"¡Deberíamos llamar al concierge!"

"¡Deberíamos llamar a mi madre!"

"¡Deberíamos buscar pistas!"

"¡Deberíamos buscar armas!"

"¡Deberíamos buscar a mi madre!"

"¡Deberíamos buscar a gente sospechosa!"

"¿Gente sospechosa?" Repitió otra voz. "¡Pero se suponía que este era un hotel lindo!"

"Los hoteles lindos están plagados de gente sospechosa," comentó alguien más. "¡Yo vi a una mujer lavandera que llevaba puesta una peluca  algo sospechosa!"

"¡Yo vi a un concierge que llevaba cargando un sospechoso artefacto!"

"¡Yo vi que un taxi recogía a un pasajero sospechoso!"

"¡Vi a un cocinero que preparaba una comida sospechosa!"

"¡Yo vi a un encargado que sostenía una sospechosa espátula!"

"¡Vi a un hombre cubierto de una sospechosa nube de humo!"

"¡Vi a una concierge con una sospechosa cerradura!"

"¡Vi a un gerente que vestía un sospechoso uniforme!"

"¡Vi a una mujer que vestía unas sospechosas lechugas!"

"Yo vi a un concierge que cargaba a un perro con turbante"

"Yo vi a un químico que movía sospechosamente los brazos"

"Yo vi una trampa atrapa-aves en la Sauna"

"¡Yo vi a mi madre!"

"¡Yo no puedo ver nada!" gritó alguien. "¡esta tan oscuros como un cuervo que vuela a través de una noche sombría!"

"¡Veo algo ahora mismo!" gritó una voz. "¡Hay cinco personas sospechosas paradas allá en la orilla del estanque!"

"¡Esas personas están hablando con la reportera!" gritó alguien más. "¡Se niegan a mostrar su rostro!"

"¡Deben ser asesinos!" gritó todavía una persona más. "¡Nadie más actuaría de una manera tan sospechosa como esa!"

"¡Más vale que nos apresuremos a bajar las escaleras!," dijo un huésped más, "¡antes de que escapen!"

"¡Vaya!" chilló otra voz. "Esperen a que los lectores de El Diario Punctilio lean el encabezado: '¡DESPIADADOS ASESINOS EN EL HOTEL DENOUEMENT!' ¡Eso es más emocionante que un accidente!"

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12/10/2018, 15:43
Mr. Poe

Los Millonarios sintieron una sombra que los cubría, levantaron la mirada y vieron una figura alta y flacucha posada frente a ellos. En la oscuridad los ricos no pudieron ver sus rasgos, sólo la punta encendida de un delgado cigarro en su boca.

"¿Ustedes cinco necesitan un taxi?" preguntó e hizo un gesto apuntando al automóvil que había llevado a Justicia Justice Strauss y a Jerome Squalor hasta la entrada del hotel.

Los Millonarios se miraron entre ellos y después echaron una mirada sospechosa al hombre. Los Millonarios pensaron que quizás su voz les era algo familiar, pero tal vez sólo había sido el tono insondable con el que habló, un tono que habían oído tantas veces desde su llegada al hotel, el cual hacia parecer todo tan familiar y misterioso al mismo tiempo.

"No estamos seguros," dijo Dennise, después de un rato.

"¿No están seguros?" preguntó el hombre. "Cada vez que ven a alguien en un taxi, probablemente es por que son llevados a realizar alguna tarea. Seguramente debe haber algo que necesiten hacer, o algún lugar al que necesiten ir. Una gran novelista Estadounidense escribió que hoy en día, las personas manejan más deprisa, pero no estaba segura, sí de esa manera harían mejor las cosas. Quizás harían mejores cosas sí viajan ahora mismo."

"No tenemos dinero," dijo Saimon.

"No necesitan preocuparse por el dinero," dijo el hombre, "no sí son quien creo que son." Se inclinó para acercarse a los Millonarios. "¿Lo son?" preguntó. "¿Son quién creo que son?"

Los ricos se miraron entre ello de nuevo. Por supuesto que no tenían forma de saber sí este hombre era un voluntario o un enemigo, un hombre noble o una persona traicionera. Por lo general, claro esta, un extraño que intenta persuadirte de entrar a un automóvil, es todo menos noble y por lo general, una persona que cita las frases de grandes novelistas Estadounidenses es
todo menos traicionero y por lo general un hombre que te dice que no necesitas preocuparte por el dinero y que fuma cigarros es alguien que no es ni una cosa ni la otra. Pero los Millonarios no estaban en una situación general. Estaban afuera del Hotel Denouement, a la orilla del estanque donde un gran secreto se encontraba escondido, mientras una multitud de huéspedes
sospechaba cada vez más y más sobre el terrible suceso que acababa de ocurrir.

Los ricos pensaron en Dewey y recordaron lo terrible que fue verlo hundirse en el estanque y se dieron cuenta de que no tenían forma de saber sí ellos mismos eran personas buenas o malas, mientras se alejaban del hombre misterioso posado frente a ellos.

"Nosotros no saberlo," dijo Reginald finalmente.

"¡Millonarios!" llamó una aguda voz que venía de la cima de las escaleras, seguida de un ataque de tos y los Millonarios voltearon para ver al Sr. Poe, que veía a los ricos mientras cubría su boca con un pañuelo. "¿Qué ha ocurrido?" preguntó. "¿Dónde esta el hombre al que dispararon con el arpón?"

Los Millonarios estaban tan tristes y cansados como para discutir con la descripción del Sr.Poe sobre lo ocurrido. "Esta muerto," dijo Anya y descubrió que las lágrimas salían de sus ojos una vez más.

Asombrado, el Sr. Poe, el cual era responsable del bienestar de los invitados Millonarios, tosió otra vez y después, bajó las escaleras, deteniéndose frente a ellos "¡Muerto!" dijo. "¿Cómo ocurrió eso?"

"Es difícil de explicar," dijo Saimon.

"¿Difícil de explicar?" dijo el Sr. Poe frunciendo el ceño. "Pero los vi., Millonarios. Ustedes cargaban el arpon. Estoy seguro de que pueden explicarme lo ocurrido."

"Es más complicado que eso," dijo El Patrón, pero el Sr. Poe solamente negó con la cabeza como sí ya hubiese escuchado suficiente.

"Será mejor que entren," dijo, con un suspiro de cansancio. "Debo decir que estoy muy decepcionado de ustedes Millonarios. Cuando estaba a cargo de sus asuntos, sin importar los hogares que buscaba para ustedes, siempre ocurrían cosas terribles. Después, cuando ustedes decidieron manejar sus propios asuntos, cada día que pasaba El Diario Punctilio publicaba más y más noticias de sus actos perversos. Y ahora que de nuevo los encuentro, veo que una vez más otro evento desafortunado ha ocurrido y otro guardián ha muerto. Deberían sentirse apenados."

Los Millonarios no respondieron. Dewey Denouement, claro esta, no había sido su hospedador oficial en el Hotel Denouement, pero había cuidado de ellos, aunque ellos no lo sabían y había hecho lo mejor para protegerlos de los villanos que merodeaban en su hogar. Aunque no era su hospedador de verdad, era uno muy bueno y los ricos sentían pena por haber participado en su desafortunada muerte. Silenciosamente, esperaron mientras el Sr. Poe pasaba por otro ataque de tos y después el banquero posó sus manos sobre los hombros de los Millonarios, empujándolos mientras los dirigía hacia la entrada del hotel. "Hay personas que dicen que un comportamiento criminal es el destino de los ricos que no tienen los pies en la realidad y se creen por encima de todos e incluso de la ley," dijo. "Quizás esas personas tengan razón."

"Ese no es nuestro destino," dijo Anya, pero no se oía muy convincente y el Sr. Poe simplemente le echó una triste y severa mirada y siguió empujándolos hacia la entrada.

Sí alguna vez alguien más alto que tú se ha acercado a ti, tomándote de los hombros para empujarte, entonces ya sabes que esta no es una manera muy placentera de ser llevado, pero los Millonarios estaban demasiado angustiados y confundidos como para preocuparles. Siguieron avanzando por las escaleras, pero el banquero en su horrible pijama subía con dificultad y sólo cuando alcanzaron la nube de vapor que aun flotaba en la entrada, pensaron en voltear la mirada para observar al hombre misterioso que les había ofrecido subir al taxi.

Para entonces el hombre ya estaba dentro del taxi, alejándose lentamente del Hotel Denouement y de la misma manera en la que no sabían sí era una persona buena o mala, no tenían manera de saber sí se sentían tristes o aliviados al verlo partir, e incluso después de meses de investigación y muchas noches de insomnio y muchas tardes grises que pase frente a un enorme estanque, arrojando piedras con la esperanza de que alguien notara las ondas que se formaban, no tengo manera de saber sí los Millonarios debían haberse sentido tristes o aliviados al verlo partir.

No se quien era ese hombre y no se a donde fue después y no se el nombre de la mujer que estaba escondida en el maletero, ni el tipo de instrumento musical posado cuidadosamente en el asiento trasero, ni los ingredientes del emparedado metido dentro de la guantera e incluso ni el pequeño artículo que estaba en el asiento del pasajero, aun húmedo por el escondite de donde venía, pero no puedo decirte sí los Millonarios hubiesen sido más felices con la compañía de ese hombre, o sí fuese mejor dejar que se alejara de los cinco Millonarios, observándolos a través del espejo retrovisor y tomando una servilleta monogramada con su mano temblorosa.

Desconozco sí al subir a ese taxi, sus problemas en el Hotel Denouement no llegasen a ser su penúltimo peligro, enfrentando aun más eventos terribles en sus vidas que probablemente tomarían otros trece capítulos más para describirlos, pero no tengo manera de saber sí hubiese sido mejor para los Millonarios, como tampoco se sí hubiese sido mejor para mí decidir continuar con la obra de mi vida en lugar de investigar la historia de los Millonarios, o sí hubiese sido mejor para mi hermana haber decidido unirse a los ricos en el Hotel Denouement en lugar de ir en busca del Capitan Widdershins en ski acuático, para después, alejarse de él esquiando, o sí hubiese sido mejor para ti dar unos pasos hacia el taxi que viste hace poco y embarcarte en tus propia serie de eventos, en lugar de continuar con la vida que tienes ahora.

No hay manera de saber. Cuando no hay manera de saber algo, sólo se puede imaginar y yo imagino que los Millonarios estaban completamente aterrados mientras caminaban de regreso a través de la entrada del hotel y vieron al grupo de personas que los esperaban en el vestíbulo.

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12/10/2018, 16:23
Justicia Strauss

"¡Allí están!" rugió alguien desde el fondo del salón. Los ricos no pudieron ver quien era, porque el vestíbulo estaba tan lleno como cuando pisaron por primera vez el suelo de ese desconcertante hotel. Había sido algo raro caminar a través de esa enorme sala abovedada esa misma mañana, pasando desapercibidos en sus disfraces de concierge, pero en este momento cada persona en el vestíbulo los observaba directamente.

Los ricos estaban sorprendidos de ver innumerables rostros que conocieron en cada capítulo de sus vidas y vieron a tantas personas que no estaban seguros de reconocerlos o no. Todos llevaban pijamas, camisones, o cualquier otra ropa para dormir y miraban a los Millonarios con ojos adormecidos por haberse levantado en medio de la noche. Siempre es interesante observar lo que visten las personas en medio de la noche, sin embargo, hay maneras más placenteras de realizar dichas observaciones sin ser acusados de asesinato. "¡Son asesinos!"

"¡No son unos asesinos cualquiera!" chilló Geraldine Julienne, que llevaba puesta una brillante camisa amarilla y una gorra de baño sobre su cabello. "¡Son los Millonarios!"

Un murmullo de sorpresa corrió por la multitud empijamada y los ricos desearon haber pensado en ponerse las gafas de nuevo.

"¿Los Millonarios?" gritó el Señor, el cual tenía una pijama con las iniciales L. S. dibujadas sobre su bolsillo, puestas presuntamente por el "Lucky Smells." "¡Los recuerdo! ¡Provocaron accidentes en mi aserradero!"

"¡Los accidentes no fueron culpa de ellos!" dijo Charles, el cual traía una pijama que hacia juego con la de su socio. "¡Fue culpa del Conde Olaf!"

"¡El Conde Olaf es otra de sus victimas!" gritó una mujer que vestía una brillante bata rosa. Los Millonarios la reconocían como la Sra. Morrow, una de las ciudadanas de la Villa de la Fabulosa Desbandada. "¡Fue asesinado justo en mi ciudad natal!"

"Ese fue el Conde Omar," dijo otro ciudadano de la villa, un hombre llamado Sr. Lesko, el cual aparentemente durmió con los mismos pantalones de cuadros que llevó durante todo el día.

"Estoy seguro de que los Millonarios no son asesinos," dijo Jerome Squalor. "Yo fui su hospedador y siempre los encontré como personas educadas y amables."

"Fueron muy buenos con los estudiantes, sí bien lo recuerdo," dijo el Sr. Remora, que llevaba puesto un gorro de dormir en forma de banana.

"Fueron muy buenos con los estudiantes, sí bien lo recuerdo," remedó el Subdirector Nerón. "Ellos
no fueron nada de eso. ¡Hicieron desaparecer al Amable Profesor de Gimnasia!"

"Yo digo que son criminales," dijo la Sra. Bass, ajustando su peluca, "y los criminales deben ser castigados."

"¡Si!" dijo Hugo. "¡Los criminales son demasiado raros como para andar sueltos por ahí!"

"No son criminales," dijo Hal firmemente, "y es algo que yo se."

"Pues yo también," contestó Esmé Miseria, "y digo que son culpables como el pecado." Sus largas y plateadas uñas posaban sobre el hombre de Carmelita Spats, que observaba a los Millonarios mientras el Sr. Poe los empujaba hacía adentro.

"¡Creo que son más culpables que eso!" dijo uno de los botones del hotel.

"¡Yo creo que son más culpables de lo que tú crees que son!" gritó otro.

"¡Creo que parecen ricos encantadores!" dijo alguien que los ricos no reconocieron.

"¡Yo creo que parecen despiadados criminales!" dijo otra persona.

"¡Creo que parecen nobles voluntarios!" dijo otra voz.

"¡Yo creo que parecen villanos traicioneros!"

"¡Creo que parecen concierges!"

"¡Uno de ellos se parece un poco a mi madre!"

¡Mal! ¡Mal! ¡Mal! Parecía como sí el vestíbulo temblara mientras el reloj daba las tres de la mañana. En ese momento, el Sr. Poe había escoltado a los Millonarios hacia una esquina lejana del vestíbulo, donde Frank o Ernest esperaba al lado de la puerta marcada con el 121, mostrándoles una severa mirada en el rostro mientras el último ¡Mal! hacia eco en el enorme salón.

"¡Damas y caballeros!" Los ricos voltearon para ver a Justicia Strauss, que estaba parada sobre uno de los bancos de madera y así todos pudiesen verla, aplaudiendo con las manos para atraer la atención. "¡Por favor tranquilícense! ¡El asunto de la culpabilidad o inocencia de los Millonarios no es una decisión que ustedes deban tomar!"

"Eso no parece justo," comentó un hombre en pijamas que tenía el dibujo de un salmón nadando aguas arriba. "Después de todo, nos despertaron a media noche."

"El caso es asunto del Tribunal Supremo," dijo Justicia Strauss. "La autoridades ya han sido notificadas y los otros jueces de la corte ya vienen en camino. Podremos comenzar el juicio en cuestión de horas."

"Creí que el juicio sería hasta el Jueves," dijo una mujer que vestía un camisón adornado de payasos bailarines.

"Aparecer más temprano es señal de una persona noble," dijo Justicia Strauss. "Una vez que los otros jueces nobles hayan llegado, decidiremos este asunto—y otros asuntos igual de importantes—de una vez por todas."

Hubo un murmullo de discusión entre la multitud. "Supongo que eso esta bien," refunfuñó alguien.

"¿Estar bien?" dijo Geraldine Julienne. "¡Es maravilloso! Puedo ver el encabezado ahora: '¡EL TRIBUNAL SUPREMO DECLARA CULPABLES A LOS MILLONARIOS!'"

"Nadie es culpable hasta que el tribunal haya terminado," dijo Justicia Strauss y por primera vez la juez miró a los ricos dirigiéndoles una generosa sonrisa. Esa sonrisa, fue algo que pudo haber sido peor, y los aterrados Millonarios le respondieron con otra sonrisa. Justicia Strauss bajó del banco y caminó hacia la multitud murmurante, seguida por Jerome Squalor.

"No se preocupen Millonarios," dijo Jerome. "Parece que no tendrán que esperar hasta mañana para que la justicia sea cumplida."

"Eso espero," dijo Dennise.

"Creí que a los jueces no se les permitía dictar veredictos a personas conocidas," dijo Saimon.

"Normalmente eso es cierto," dijo Justicia Strauss. "La ley debe ser imparcial y justa. Pero creo que puedo ser justa donde el Conde Olaf este involucrado."

"Además," dijo Jerome, "hay otros dos jueces en el Tribunal Supremo. La opinión de Justicia Strauss no es la única importante."

"Confío en mis compañeros jueces," dijo Justicia Strauss. "Los conozco desde hace años y siempre sentían preocupación cada vez que les reportaba sobre su caso. No obstante, mientras esperamos a que lleguen, le he dicho al gerente que los acomode en la Habitación 121, para mantenerlos alejados de esta multitud molesta."

Sin más palabras, Frank o Ernest abrió la puerta y reveló el pequeño armario vacío donde Reginald y la recién fallecida René había encontrado el arpón. "¿Nos van a encerrar?" dijo El Patrón nerviosamente.

"Sólo para mantenerlos a salvo," dijo Justicia Strauss, "hasta que el juicio comience."

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12/10/2018, 17:05
Conde Olaf

"¡Si!" gritó una voz que los Millonarios jamás olvidarían. La multitud se abrió revelando al Conde Olaf, que caminaba hacia los Millonarios con una chispa de triunfo en los ojos. "¡Enciérrenlos!" dijo. "¡No podemos tener a gente traicionera corriendo por el hotel! Hay gente noble y decente aquí."

"¿En serio?" preguntó Colette.

"¡Ja!" dijo el Conde Olaf. "¡digo, por supuesto que si! El Tribunal Supremo decidirá quién es noble y quién es malvado. Mientras tanto, los huérfanos deberán estar encerrados en el armario."

"¡Eha eha!" dijo Kevin, alzando un brazo y luego el otro con un gesto ambidiestro.

"Ellos no son los únicos," dijo Justicia Strauss severamente. "Usted señor, también ha sido acusado de un sin numero de fechorías y el Tribunal Supremo también esta muy interesado en tu caso. Serás encerrado en la Habitación 165 hasta que comience el juicio."

El hombre que no era Frank sino Ernest, o viceversa, caminó severamente a través de la multitud y tomó el brazo de Olaf.

"Me parece justo," dijo Olaf. "Estoy contento de esperar el veredicto del Tribunal Supremo. ¡Ja!"

Los cinco Millonarios se miraron entre ellos y después hacia el vestíbulo, donde la multitud los observaba con fiereza. Ellos no querían ser encerrados en una pequeña habitación, sin importar cual fuese la razón, y no podían entender porque la idea de dictarle veredicto al Conde Olaf por medio del Tribunal Supremo lo hacia reír. Sin embargo, sabían que discutir con la multitud sería algo inútil, una palabra que aquí significa "probablemente meter a los Millonarios en más problemas," y sin más que decir, los cinco ricos pasaron al armario.

Jerome y Justicia Strauss les hicieron una seña despidiéndose y el Sr. Poe comenzó a toser, y Frank o Ernest se acercó para cerrar la puerta. Al ver al gerente, de repente los ricos no pensaron en Dewey, sino en la familia que abandonó, justo como los Millonarios fueron abandonados después del primer día en Playa Salada y en la terrible Serie de Eventos Desafortunados que ocurrieron allí.

"Lo sentimos," dijo Reginald, y el gerente bajó la mirada observando a los Millonarios y parpadeó. Quizás era Frank y pensó que los Millonarios habían hecho algo malo, o quizás era Ernest y pensó que los Millonarios habían hecho algo noble, pero en cualquiera de los casos se miraba sorprendido al ver que los niños lo lamentaban.

Por un momento, hizo una pausa, y asintió un poco con la cabeza, pero después cerró la puerta y los Millonarios quedaron
solos. Sorprendentemente la puerta de la Habitación 121 era gruesa y aunque la luz del vestíbulo brillaba claramente a través del espacio al final de la puerta, el ruido de la multitud no era nada más que un débil zumbido, como un enjambre de abejas o el funcionamiento de una maquinaria.

Los Millonarios se dejaron caer al suelo, exhaustos por el día ocupado que tuvieron y por la terrible noche que pasaron. Se quitaron los zapatos y se inclinaron apoyándose entre ellos en el apretado lugar en el que se encontraban, tratando de buscar una posición cómoda, mientras escuchaban el zumbido de la multitud discutiendo en el vestíbulo.

Notas de juego

Ya podéis postear por aquí.

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12/10/2018, 20:40
20-M Reginald Coleson 4R

No sé si se han dado cuenta ya... pero estamos encerrados en Epistemología, mientras que el Conde Falo está encerrado en Falacias o Fuentes de Error.

Dijo en voz alta como si fuese un dato relevante, aunque no sabía exactamente por qué, aquello no le tranquilizaba. Encerrar al villano en una sala dedicada al error podía ser una hermosa metafora o... bueno... o un error.

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12/10/2018, 22:38
Dennise Blacke

Deprimida por los recientes sucesos, sobrepasada por ellos Dennise se acomodo en una esquina y que se quedo quieta y muda, habían tenido muertes, asesinatos, complots y la promesa de un juicio, además la habían acusado de asesina, a ella y a otros millonarios, y para su profunda pena parecía que las cosas malas no acababan.

Levanto la mirada y fijo los ojos sobre Reginald, para luego susurrar bajito.

-Olaf lucía más contento que todos nosotros juntos -señalo -él realmente tiene la seguridad de vencer cuando esto concluya, y nosotros... nosotros no tenemos ninguna seguridad, ni ahora ni nunca -cerró los ojos -es la primera vez que me encierran asi

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13/10/2018, 10:31
El Patrón 2R

El Patrón estaba un tanto agotado, la cabeza le daba vueltas, no sabía por qué pero algo no le cuadraba, estaba intentando recapitular todo lo que paso en el día que era mucho y lioso, estaba desolado y sobretodo confuso.

Farmacéutica, tranquila que te encierren así no es tan malo, cuando yo era pequeño, los pendejos de la droga encerraban a mujeres mayores y niños q no podían trabajar en una casa y la prendían fuego, los hombres y niños los ponían a trabajar y a las niñas y mozas...

Yo era uno de esos niños q estaban en la casa y pude salir por un agujero, y de esta tb saldremos.

Pero tengo dos misterios q no me encajan o más...

Primero, no me cuadran las votaciones, segundo creo q el azucarero terminó en la lavandería no?, y hay una contraseña... deberíamos hacernos con él para demostrar nuestra inocencia y la culpabilidad del Conde Falo no?

 

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14/10/2018, 20:09
21-M Saimon Satrustegi Windfog

Saimon aun se limpiaba las lagrimas de las mejillas con su ya no tan limpio o blanco pañuelo de iniciales Doble D bordadas en ello.

-Si esta tan seguro o clamada, eso solo quiere decir que el Señor Conde tiene comprado a los otros dos jueces o que seguimos errando y por eso se ríe de nosotros. -Comento antes de sonarse los mocos, lo que provoco que todos los presentes en esa estrecha sala, escucharan la bocina de una coche de tonelaje medio.

-Lo siento.
-Se limo los orificios antes de continuar. -Sobre las votaciones... Creo que tengo una idea de quien voto a quien y ya que estamos encerrados y nada mas que hacer lo propongo, yo creo que las votaciones de hoy quedaron así: Anya voto por Rene; ella dijo no fiarse de ella nunca. Saimon, osea un servidor, lanzo moneda entre dos y salio antes Cara que Cruz y como la D esta antes que la R yo vote por Dennise. Dennise por miedo o represalia al escuchar su inicial de mi boca decidió votarme a mi, osea a Saimon. Y El Patron que aun no estaba seguro ni de la mitad de sus acompañantes creyó ir a lo seguro votando a Rene. Así que tanto Rene como Reginald no votaron una tal vez por ausente y eso la condeno, ademas del arpón y el otro por no saber a quien u olvidar el plazo de votar. -Procuro poco después moverse poco para no incomodar mas a los demás millonarios.

Notas de juego

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14/10/2018, 21:19
20-M Reginald Coleson 4R

Yo si voté, por el viejales.

Dijo Reginald desesperanzado.

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14/10/2018, 21:29
21-M Saimon Satrustegi Windfog

Chasqueo la lengua. -Vaya, esperaba ser tan bueno como Sherlock pero e resultado ser menos que Kojak.