Partida Rol por web

El que tenía las llaves para aquel nidito de amor, ha sido herido y ya no puede continuar con su misión de abrir la puerta de aquellas dos damas a aquel lugar especial que por tan poco tiempo había servido para idear planes, estrategias y para confabular en secreto contra otros... entre otras muchas cosas que se quedarán selladas entre estos muros.

Se escuchan unas llaves tintilear en el aire, el nuevo "propietario" había vuelto a abrir la puerta y había entrado; viendo esto, las dos mujeres decidieron seguir a aquel propietario con el objetivo de encontrarse con su querido y buen amigo Reginald Coleson; para sorpresa de todos, no era el no-hijo de Walt Disney, sino Arthur von Habsburg.

Tras entrar a la habitación y ver a ambas damas, Arthur dió una leve risa, le causaba gracias la extraña pareja que encontró. Siguió caminando sin decir nada hasta sentarse en el sillón, dónde se estiró por un segundo.

-Señoritas...- Habló con un tono calmado. -¿Cómo están? Interesante pareja la suya a decir verdad...- Usó un tono burlón al decir esto último y rió nuevamente.

Elvira se había sentido profundamente decepcionada cuando el señor Disney Reginald había cerrado la Suite, por eso no lo pensó dos veces a la hora de volver a acudir en cuanto escuchó el tintineo de llaves. Para su sorpresa, en esta ocasión era otro el portador de ellas. Frente a ellas estaba el señor Habsburg.

Bueno, no hay dudas de que es una agradable mejoría.

Con una sonrisa traviesa se dirige al interior moviendo las caderas de un lado a otro, con paso lento, pero seguro. Decidida, vuelve a dirigirse a la cama donde había pasado el tiempo hasta ahora y se sienta en ella. Elvira apoya los brazos en la cama detrás de ella y deja su peso sobre ellos como quien se reclina a tomar el sol. Desde esa posición mira fijamente a su nuevo anfitrión directamente a los ojos, estudiándole. Examinándole.

-Una pareja interesante siempre es capaz de hacer cosas interesantes, mi querido Arthur -comenta ella guiñándole el ojo. -Para que vea que estoy dispuesta a confiar en usted, además de en Adele, les informo de que, una vez más, pueda delimitar la lista de sospechosos. Hay muchísimas posibilidades de que uno de esos asesinos se encuentre entre Anya, Dennise, Félix, Miguel y Rosa Castillo. Es la segunda vez que me llegan sospechas tanto de Miguel como de Rosa, o mucho me equivoco o uno de ellos es culpable. ¿Tendrían ustedes alguna información que compartir con el resto? Prometo que puedo ser muy agradecida.

Miré al nuevo dueño de la suite y no quedé decepcionada, al menos se trataba de un caballero. Con pasos seguros entré en la habitación tras la señorita Elvira. Le ofrecí al señor von Habsburg una cálida sonrisa.

- Se agradece volver a esta habitación, posee una tranquilidad de la que no se puede gozar en otros lugares - dije con sinceridad.

Me dirigí a la cama y me senté junto a Elvira, tal como había hecho hasta entonces.

- Mi buen señor von Habsburg, de sorpresas el mundo está hecho - saqué el abanico y comencé a jugar con él mientras hablábamos - yo también daré un voto de fé por usted, no creo que estaría aquí si fuera uno de los asesinos. Por otro lado, creo que querida Elvira, que de la lista Rosa sigue pareciéndome la más sospechosa. Si bien aún tengo otra persona de la que también desconfío mucho, volveré a confiar en ti. 

-¿Quién es esa persona de la que desconfía miLady, si puedo preguntar? -Elvira guiña el ojo a  la otra mujer de manera pícara- Hay algo que me perturba, he de confesar. Rosa y la otra señorita afirman haberse encontrado con una mujer en el laberinto que les ha confesado que son cuatro los asesinos, pero yo estaba en ese laberinto también y no vi a  nadie... Además, o mienten o en caso de ser culpables no tendría sentido que dijeran eso tan alegremente....
 

Escuchó atento a la charla de ambas, luego aportó algo.

-Si me permiten dar mi opinión, creo que vuelvo a desconfiar más en el señor Trump, aunque también un poco en el señor Seen. En Trump por la forma en la que el señor Tukoshita le habló antes de ser atacado, y en Seen por su forma acusadora de reaccionar.- Se encogió de hombros y volvió a hablar. -No es mucha mi seguridad, pero son mis sospechas...-

-Claro que se le permite dar su opinión, señor Arthur, si me permite tutearle. Pero está usted demasiado lejor, así no puedo escucharle bien... venga aquí con nosotras -dice mientras palmea la cama a su lado invitando al señor Habsburg.-Cuanto más vueltas le doy más cosas me escaman para ser sincera... No entiendo por qué el señor Jones sigue con vida siendo el único inocente declarado. Si yo fuera asesina iría a por él. Quiero decir, quitándoles a ustedes ahí fuera me quedan 12 personas a las que votar... si restamos al señor Jones: 11. De ser cierto que hay 4 asesinos las probabilidades de acertar con el voto y nombrar a uno de ellos no es tan baja. En cambio, por lo que a mí respecta, el chino ese loco podía haber sido tan culpable como el que más... Atacándole a él solo han conseguido tachar a otro sospechoso de la lista y acercar un poco más el voto al buen camino.

Elvira suspira visiblemente confusa. Ella es mujer de acción. De movimiento. De pasión. Tanto comedero de cabeza y asesino loco suelto no es su ámbito.

-Ya que estamos confesando le diré, señor Arthur, que la primera noche pude saber que había muy altas probabilidades de que haya un culpable entre el Dr. Jones, el Patrón, la señorita Unasga Yolas, Miguel Ortega, Rosa Castillo y Yoshitoko. A día de hoy tenemos: un inocente, un linchado, una asesinada y otro en la enfermería. Tan solo quedan Miguel Ortega y Rosa Castillo. Ambos son nombres que recibí la pasada noche como posibles culpables una vez más... de ahí mis sospechas sobre ambos. Puedo equivocarme, pero quería compartir con usted algunas cosas
 

Arthur levantó las cejas asombrado ante la invitación de Elvira, dió una leve risa y comenzó a acercarse caminando lentamente mientras la escuchó. Cuando ella terminó de hablar, él se sentó a un lado en la cama y miró a ambas.

-Interesante... entonces eso es lo que la lleva a tener sospechas por esas personas...- Llevó su mano a su mandibula, quedó pensante un segundo. -Si estas suposiciones son ciertas podríamos buscar la forma de dar a conocer esto y que se vote a alguno de los dos. Aunque hacer esto puede ser peligroso si no tenemos cuidado, si realmente son culpables y se dan cuenta que sabemos algo, quizás nos marquen como futuros blancos...- Dió un suspiro y quedó pensativo mirando el suelo, con la mano ahora en la frente.

Mientros los jóvenes conversaban, permanecí en silencio paran o interrumpirles. Después, hablé con voz clara y decidida mirándolos a ambos.

- Curiosamente, señor von Habsburg, soy casi de su misma opinión - sonreí a Elvira - de quien recelo desde el primer día es del señor Seen, su actitud en general me resulta muy sospechosa. Del señor Trump también desconfío, pero no tanto.

Me acomodé tranquilamente en la cama para adoptar otra postura y saqué mi abanico más por costumbre que por necesitad.

- Pero por el momento me estoy fiando de Elvira. No estoy del todo convencida de la culpabilidad de la señora Castillo, pero la forma en la que rápidamente saltó cuando la acusaron resulta también sospechosa y algo me dice que la encantadora señorita aquí presente será uno de sus siguientes objetivos - nuevamente, sonreí a Elvira antes de seguir hablando - respecto a lo que pasó en el laberinto podría ser que se apartaran por un momento, al igual que otros el primer día encontraron ciertas pistas que otros no vieron. En cuanto al señor Jones, a mi también me resulta extraño, pero puede que sea parte de la estrategia de los asesinos, o puede que lo hayan convertido en uno de sus aliados una vez que se confirmó su inocencia. Tampoco creo que el señor Tukoshita sea del todo inocente, pero por el momento no sospecho de él.

Al escuchar la última idea de Arthur negué rápidamente agitando el abanico.

- Eso sería como ponerle una diana a Elvira, señor Habsburg, si los asesinos saben que puede obtener información sobre ellos irán a por ella tan pronto como puedan. Tal vez lo mejor sería decidir entre los tres a quien votar, así aumentaríamos las posibilidades de expulsar a los que resulten más sospechosos.

Tras unos segundos de silencio, miré a mis dos compañeros.

- ¿Habéis pensado a quien vais a votar? Tras observar atentamente la actitud de Trump me está resultando cada vez más sospechosa, por lo que estoy pensando en votarle. La señora Castillo también es algo sospechosa, pero no me lo parece tanto por el momento.

Elvira se reclina más aún en la cama mirando a sus dos acompañantes.

-Bueno, ya que ustedes estaban ahí les contaré en qué he basado mis sospechas hasta ahora. ¿Recuerdan el cuervo que escuchamos cantar en el ventanal? He podido saber que si viene hacia mí y grazna significa que hay muy altas probabilidades de que se encuentre uno de los asesinos en la sala. Una vez más volvió a cantar al estar con Miguel, Rosa Castillo y Denise, además de ustedes dos.

Miró a Elvira y soltó una risa.

-Parece que los cuervos son bastante propensos a aparecer ante nosotros.- Dijo mientras reía. -Pero siendo así, podemos descartar a Miguel de esa lista por obvias razones. Ahora... creo que comienzo a sospechar de la señorita René.- Se levantó y comenzó a caminar en pequeños círculos. -Verán, a quien votaron fue a alguien quién habló poco y nada en todos estos días, asumo que fue por un motivo estratégico de los asesinos, siendo que son cuatro y Miguel obtuvo cuatro votos... de algún modo se está haciendo obvio que los votos son modificados, puede que crean que son quienes quedan como mejor blanco para luego asesinar a otro y "despistar". El por qué de mi sospecha a la señorita René es porque admitió votarlo, si mi hipótesis es cierta, ella es una de las culpables, junto a, según mis otras sospechas, Trump y Seen...- Dió un gran suspiro y habló nuevamente pero con un tono resignado. -Quizás solo estoy paranoico con toda esta situación...-

Eché un vistazo a Elvira cuando se tumbó y, luego, apoyé el bastón en el suelo firmemente.

- Viendo cómo están las cosas, sugiero que tratemos de ir descartando a cada uno de los que nos resulten más sospechosos. Hasta ahora los más sospechosos parecen los señores Trump, Seen y Castillo, y también René, podríamos empezar por votar a uno de ellos. Propongo votar primero a Trump o Rosa Castillo, ¿qué les parece?

Recostada en la cama, Elvira empieza a pasar lista de los que quedan vivos entre ellos.

-El Patrón, Hitler, Anya, Arthur, Clarence, Dennise, Trump, Jones, yo misma, LeFou

La mujer se había quedado sin dedos que levantar y alza las piernas conforme habla.

-Adele, Rene... Mierda.

Ya sin dedos ni piernas, se señala los pechos al hablar.

-Rosa, Saimon.

Finalmente, no tiene dedos, piernas, ni pechos así que menea la cabeza.

-Y Yoshitoko. 15. Menos nosotros 3: 12. Hitler es un cero a la izquierda. 11 sospechosos, realmente. Yo sospecho especialmente de Clarence, Dennise, Trump, Lefou y Rosa Castillo. Cualquiera de ellos podría llevarse mi voto.

-Vaya, vaya, vaya, qué interesante -comenta Elvira sin moverse un ápice de su posición- El cuervito volvió a graznar. Esta vez estaban allí el señor Seen, Dennise, el francés, René y Rosa Castillo... Fingiría que me sorprende, pero para qué...
 

La Suit se encontraba vacía, con la muerte de Elvira y Lady Adele Beatrice Margareth Blois, tan solo Arthur von Habsburg se mantenía presente, estoico cual firme tronco de un poderoso árbol, aguantando los numerosos pensamientos que le asaltaban. Tenía que hacer algo y tenía que hacerlo pronto, por lo que revisó entre los cajones por si hubiera algo que alguna de esas mujeres dejaron atrás antes de fallecer en tal terrible "accidente".