Partida Rol por web

Conecto el transmisor para que sean solo los miembros de los Custos los que oigan lo que les voy a decir, y aunque posiblemente rayase mas la paranoia que otra cosa quería ser precavida para lo que podía venir. - Señores a efecto inmediato, debemos ser mas puntillosos con nuestras acciones, aunque hemos ganado, no dudo de lo que se aproxima es una purga. Cierro el micro unos segundo antes de continuar. - Sabemos que el mando a desaparecido en extrañas circunstancias, y no sabemos si nuestro benefactor está entre los purgados o no ... hemos de tener cuidado a partir de ahora. 

El comunicado del nuevo “Alto Mando”, hizo fruncir el ceño a Adler, quien miró a su compañera Friday con un gesto significativo.

Estaban jodidos.

En su dilatada experiencia como soldado superviviente de mil y una batallas, sabía a ciencia cierta que solo había dos razones por las cuales el gran e invencible ejército del Imperio podía perder ante sus múltiples enemigos. La primera, era que los oficiales se dedicasen a perder el tiempo en luchas intestinas por el poder y la segunda, que el comandante al mando fuera un incompetente.

Al parecer en este caso iban a disfrutar de ambas eventualidades. ¿Dos semanas de descanso para el enemigo? Ya puestos podían invitar a esos jodidos xenos a una semanita de Spa en un balneario.

Por si fuera poco, esa chorrada de que Northwode era un traidor solo podía darse con la complicidad del Comisariado. La escoria siempre sabía cómo amontonarse en el basurero de la política.

Hasta el momento, los Hidalgos le habían parecido unos meros pedantes, ahora, eran oficialmente unos pedantes peligrosos. 

Como siempre, la sargento Novalee no pudo evitar ser impulsiva y comentar al respecto. El que lo hiciese en una transmisión cerrada no les evitaba que esta pudiese ser examinada por el estrategium y eso les pasase factura. ¿Es que no podía haber esperado a hablar del jodido tema cuando pudieran reunirse en persona?

   - Por suerte, no tenemos nada que temer pues nuestra lealtad al sagrado Dios Emperador es incuestionable.- Respondió por el trasmisor, realizando un doble cierre y encendido de comunicación intentando darle a la sargento una indirecta de que aquel no era ni el momento ni el lugar para hablar del tema.

El Pater escuchó estupefacto los gritos y se sumó a los que adoraban a su amado dios emperador. Con todo, le daba la impresión de que las cosas sólo habían comenzado a torcerse y que, por desgracia, se torcerían mucho más.

- Alabado sea el Dios Emperador. - Continuó gritando.

La sangre era poderosa, la carne también, pero el amor a su Dios era sano y no conocía límites.

En un momento dado Ceres se acercaría al Doctor Death, entre paciente y paciente, en un momento dado en que el trajin les permitiera descansar a ambos.

Si bien Ceres no había hecho gesto alguno con el anuncio, si que había apreciado el gesto de su compañero de professión.

- No hacemos esto por los grandes nombres que saldrán glorificados, sino por contribuir a paliar el sufrimiento de la galaxia. - Le diría quizá un poco a destiempo, estaba claro que la mujer no tenía la empatía por su punto fuerte. - El emperador sabe quien ha sacrificado qué, y si eso no le vale, al final del día, piense que sin todos nosotros, todo sería peor. Siéntase orgulloso Doctor, pues yo me siento aliviada de tener compañeros de batalla como usted. Me recuerda que en nuestro imperio hay fuerza y honor y compasión que hace que todo esto, en última instancia tenga sentido. - No estaba acostumbrada a hacer cumplidos, se la pudo ver, pues estaba incomoda.

Ceres atendía las heridas diligente de quien acudían, dando prioridad, como no se esperaba otra cosa, a sus hermanas.
- Los hombres pierden el norte y convierten en luchas de poder cosas que deberían ser evidentes, en momentos de lo más inoportunos. - Le dijo a Caelestia mientras minuciosamente prestaba atención a los injertos de piel que le estaba poniendo. - Y  la hermana Aurestia Aquilina tiene parte de razón, nosotras quedamos al margen de sus luchas de poder, tenemos un propósito por encima de estos conflictos internos, no apartaremos la mirada de ese propósito. Y nuestras superioras no dejarán que los altos mandos pierdan la perspectiva.- Añadió.

La pregunta de las armas Xenos le recordó el espeluznante episodio de la Canonesa. Por eso tardo en responderla. Esa afirmación le hizo repasar todas las lecturas del diagnosticador.

- Hermana Caelestia, no soy una experta en xenos, pero le mantendré bajo observación para asegurarme de que no ocurre nada inusual. - Le aseguró para que quedara tranquila.

Fred no tenía ni idea de si unos aumentos cibernéticos hubieran podido hacer tan pesado al comisario como para que aquellas cosas no hubiesen podido levantarlo. En todo caso, poco importaba, ya que habría muerto igual bajo las garras de los xenos voladores. Fred sacudió la cqbeza ante aquellos pensamientos un tanto inútiles y se limitó a asentir al tecnosacerdote. 

-Por supuesto, lo cuidaré con dedicación. Gracias por tu tiempo-le dijo, dándose la vuelta antes de ir a reunirse con su regimiento. Querría haber comentado las noticias con ellos, pero había demasiados oídos cerca como para que fuese seguro. 

Robert saludó a su sargento cuando salía volando y luego volvió a mirar a Mathis mientras se ponía de pie. - Me parece que eso de agacharse y pasar desapercibidos no va a poder ser. Sobre todo si mi intuición es cierta y la revista nos la hacen nada más llegar. - dijo sin perder la sonrisa. - Pero no quiero arruinarle la sorpresa teniente. Cabeza alta, ha hecho un buen trabajo. - se despidió volviendo con el resto de heridos. 

Se sobresaltó un poco cuando la voz de Ceres sonó a su espalda. Quizás fue porque seguía absorto en sus pensamientos o por la habilidad de la mujer, quizás algo de ambas. 

- Tiene razón, hermana. - dijo tras escuchar sus palabras y sonreír, casi ruborizándose ante el halago de la sororita. - A veces dejo que las pequeñas injusticias me impidan ver el aspecto global de lo que hacemos aquí. Dar nuestra vida por la causa es el sacrificio último que podemos hacer por la causa y me hierve la sangre al ver que hay quien piensa que unas vidas valen más que otras. Pero tiene razón, nada es más importante que llevar el orden y acabar con el sufrimiento en la galaxia. - Se dio un momento para calmarse. - Para mi también es un orgullo combatir junto a las Hermanas de Batalla, las palabras se quedan cortas para describir vuestra fe y el arrojo que mostráis en la batalla. Sois un ejemplo. - añadió, más cómodo dando un halago de lo que había estado recibiéndolo. 

Decir que la Hermana Varinia se quedó a cuadros tras escuchar la voz del nuevo Lord Comandante Vimaraes sería quedarse muy corto. ¿Northwode, un traidor? Improbable como mínimo. Múltiples preguntas sin respuesta cruzaron el pensamiento de la sororita.

Por azar, se encontraba cerca del lugar donde Ceres y las demás hermanas de su unidad estaban ayudando a atender a los heridos, o siendo atendidas ellas mismas como era el caso de Caelestia. Se acercó a ellas y al llegar saludó también a la hermana Aurestia con una inclinación de cabeza. -Buen combate allí arriba, hermana. Todo un espectáculo- sentenció.

Antes de reunirse con su unidad, la palatina se detuvo en un lugar discreto para abrir un canal privado de vox -Aquí Varinia. Creo que los recientes cambios de liderazgo en el Alto Mando requerirían como mínimo una reunión de oficiales. Sírvanse unirse a mi tras el santuario al Ominissiah del espaciopuerto a las 21:00.

Mathis se presentó allí de forma puntual, aunque desde luego era evidente, incluso antes de que se retirara el casco, que no estaba ni del mejor de los humores ni en su mejor momento. En su rostro se mezclaban frustración, asco y también cierto temor ante lo que estaba por venir. 

-Hermanas, sargento Custer, pater Sanguine...-saludó a cada uno-una gran oportunidad de celebrar la próxima caza de brujas, ¿verdad?

Caelestia acudió allí retirándose el casco, soltándose la melena para sacudir la cabeza y dejar que los rizos de esta cayeran a los lados de su rostro, observó a los reunidos durante un breve momento, asintiéndoles con un solemne cabeceo.

-Aguardo a que hableis, hermana Varinia.- Dijo, con curiosidad por el motivo de la reunión. Para ella había sido una victoria y ahora la guardia tenia que hacer cosas de la guardia; seguramente esperarían a que se reincorporasen las tropas, rezando mientras tanto. Un contratiempo ahora que parecía que habían ganado algo de iniciativa contra el xeno.

La verdad era que había sido toda una sorpresa la comunicación de la Palatina, sobre todo porque ella era de las que mas a salvo estaba en estos momentos, aunque podía entender que no estuviese de acuerdo con lo que ocurría entre los mandos de la guardia, y esta extraña situación. Había acudido a la reunión por respeto a los que allí se encontraban, pero quedaba claro que éramos una pequeña presencia en el planeta, jugando a un juego que nos quedaba muy por encima de nuestras posibilidades. - Hermanas, teniente Mathis, pater ... 

Varinia se encontraba ya en el lugar convenido cuando el resto de los oficiales llegaron a la parte trasera del santuario al Omnissiah. La derruida torre donde antaño se encontraban los vocoemisores que llamaban a la realización de los sagrados ritos del Mechanicum había resistido mejor que el resto del edificio. Sólo una tapia de rococemento, la trasera, seguía intacta ocultando las figuras de los convocados. No era el lugar más oculto del espaciopuerto, pero tendría que servir.

Retirándose el casco, miró a los recién llegados. La mitad de su cabeza la llevaba rapada y la otra lucía un mechón de pelo negro que caía sobre su ojo derecho. Apartándoselo de una manera sorprendentemente delicada para una oficial del Adepta Sororitas, comenzó a hablar.

-Alabado sea el Emperador, hermanos. Les he convocado porque opino que, a la luz de los acontecimientos recientes, debemos mantenernos en guardia. Varias son las razones que me han hecho llegar a esta conclusión.

En primer lugar, las sospechas vertidas sobre la integridad del difunto LC Northwode no encajan en la personalidad del oficial del Imperio que todos habíamos llegado a conocer, aunque fuese brevemente. Era un oficial dispuesto a luchar y en las distintas reuniones que tuvimos claramente se podía ver que no sólo quería ganar esta guerra si no que no le importaba aceptar sugerencias de mandos inferiores para lograrlo. ¿Qué traidor pide la opinión de leales siervos del Imperio como todos los presentes? Como les digo, no tiene sentido.

Por otra parte está lo conveniente de la pérdida del Lord General Aurelio cuando la batalla estaba a punto de concluir. Minutos después, el nuevo LC Vimaranes y supuestos miembros del comisariado abaten al oficial que debía heredar el mando. No sé en lo que respecta a ustedes y sus regimientos- los miró a todos con expresión sombría- pero las Sororitas llamamos a esto ataque de decapitación. Si alguien quisiese privar a las fuerzas del Imperio de sus mejores y más carismáticos oficiales, no podría haber elegido un momento mejor.

Por último, quiero recalcar la intranquilidad que me produce que el LC Vimaranes sea ahora el oficial al mando. Se dice que es más un animal político que un soldado. Además, ¿qué tipo de líder da por ganada una guerra cuando queda tanto por hacer y tanta sangre Imperial por ser vertida?

La palatina dejó de hablar durante unos instantes y suspiró. De repente parecía muy cansada, estaba claro que pese al escaso tiempo transcurrido le había dado muchas vueltas al asunto. -Creo que es nuestro deber descartar que haya habido algo turbio en el cambio de liderazgo. Si resulta que las acusaciones contra el LC Northwode eran fundadas, seré la primera en aceptar el liderazgo actual y seguir luchando por el Imperio contra el xeno. Pero debemos estar seguros.

Queda lo más importante; ¿qué se puede hacer al respecto? Supongo que podríamos intentar hablar con los Tacticae, si es que alguno de ellos no iba en el Aquila 001 cuando fue abatido. El tal Funteyn pasaba por ser muy leal al LG Aurelius y seguro que estará interesado en descartar juego sucio en la muerte de su amigo. M. Saye podría ayudarnos a descartar movimientos inusuales de tropas y materiales en estos últimos días.

También podríamos confiar nuestras sospechas a los oficiales brilarianos que han combatido y sangrado con nosotros. Quiero creer que la lealtad forjada en batalla puede hacer que se presten a ayudarnos con una investigación interna en el regimiento brilariano. Pero también podrían delatarnos, y me consta que no necesitamos darle razones al Lord Comisario para caer sobre nosotros y nuestros regimentos.

La mano del Alféres tomó la petaca tras un murmurado y educado

con licença 

y procedió a llevársela a la boca, con la actitud lenta y meticulosa que podía asociarse a los hombres cataclísmicamente borrachos que trataban de mantener un mínimo de dignidad y verticalidad sobre sus propios cuerpos. La bebida le quemó la garganta, que había recibido también castigo por inhalar los vapores ardientes del que había sido su camarada de armas, y la devolvió, permaneciendo allí, a la merced de otras personas, un mutilado de guerra que había visto a sus más queridos morir en la refriega.

"..."

Y la nueva encomienda. No sabia qué hacer con ella, pero... lo meditaría después. Sin duda al menos se merecía cinco minutos de no hacer nada, ahora y en más que Brilaria estaba en la posición privilegiada que se merecía. Un traidor había sido encontrado, un alfil derribado y un nuevo rey coronado, una nueva partidda más de regicida, intrigas de la corte como de costumbre.

- Gracias. - Le dijo asintiendo, con una sonrisa algo relajada, al fin. - Las pequeñas injusticias son para otros momentos, quizá, aunque me alegra ver que hay gente que no aparta la mirada de ellas solo por que sea más cómodo que enfrentarse a la verdad. - 

Miró la cola de heridos y le tendió una cantimplora con agua fresca.
- El trabajo espera. Y no quiero dejar que mi aprendiz sin supervisión demasiado tiempo.-  Reconoció de un modo amistoso.

Caelestia escucho a Varinia con el ceño fruncido, no porque estuviera en desacuerdo con la Palatina, sino porque parecía que ahora tocaria luchar en otro campo de batalla, uno que no se resolvió atravesando la quitina del enemigo para darle muerte.

Su mirada se volvió hacia los demás allí reunidos, juzgando cada reacción y movimiento.

- Los Custos ya estamos mal mirados, su señoría Palatina y no dudaría en que esto terminara con unas cuantas ejecuciones sumarias en nuestras filas. Niego con la cabeza. - No estoy dispuesta, que bajo mimando fallezcan soldados leales al Emperador, por dar un escarmiento a posibles rivales políticos. Es mas sabía bien que mi propio equipo de soldados mas próximos estaba en una situación peliaguda para explicar muchas de las cosas que nos habían solicitado hacer. - Puede contar con nosotros, por el Sagrado Emperador, seguiremos sirviéndole mientras podamos. 

Mathis escuchó lo que la sororita debía decir, aunque no pudo evitar enarcar una ceja ante la mención a lo ocurrido con el Aquila 001. 

-Hermana, lo que sugerís sobre el destino del Lord General es muy grave. Es cierto que Vimaranes es un animal político, pero eso sería alta traición. Es... Atentar contra un superior. Es contranatura-replicó el teniente-no creo que el difunto Northwode fuera un traidor o un hereje, y es un movimiento repugnante el que ha hecho nuestro nuevo y "glorioso" líder. Pero de eliminar competencia y robar la gloria de un escenario operativo, aunque sea de la forma más baja posible, a comprometer un desembarco para descabezar a sus propias fuerzas y ocupar el vacío de poder... Hay varios pasos. 

-En cuanto al contagem y los suyos... No lo sé-replicó el iloeterano, negando suavemente con la cabeza-el plan que salió de la mesa de operaciones no es el que se ejecutó. Y no me refiero a los cambios operativos forzados por las circunstancias que todo plan sufre. Me refiero a que el contagem decidió que tenía prisa por llegar, después de acordar justo lo contrario. Están sedientos de gloria. No sé qué pasaría si Vimaranes les ofreciera justo eso a cambio de dejarnos atrás, pero no las tengo todas conmigo con que nos eligieran a nosotros-añadió, encogiéndose de hombros. 

-Por lo demás... No sé qué margen tendremos para movernos, si es que tenemos algún margen en absoluto. Se hará lo que se pueda para sobrevivir, y para que las cosas se hagan bien.