Partida Rol por web

Cago en los muertos, me prometieron un camión. ¡UN CAMIOOOON! ATPJÚU - Incluso cubierta con pañuelos y turbante la arena le entró como colada con cucharón en la boca, escupiéndola, reuniendo saliva para intentar escupir todo lo posible. Pero el gesto de escupir le dejaba entrar aún más arena. Además el calor era asfixiante y tan solo el ruido de los vehículos le era familiar. Si le dejaran, metería la cabeza en la chimenea del chimera para, ya que tenía que morir, hacerlo al menos sin escupir constantemente

Se agachó un momento mientras otros compañeros avanzaban a su lado sin prestar ayuda, a nadie le importaba una penal menos - Hijos de puta - Su equipo pesaba demasiado. ¿Porqué los apoyos pesados íbamos andando y otros más ligeros iban en vehículo? Ojalá tenga la oportunidad de pasar desapercibida para el Pater y freír unos cuantos hijos de perra, tal como hiciera con el Pater Vulcano, así habrían plazas suficientes

Recobrando el aliento, y con avance pesaroso siguió a los humeantes vehículos sobreponiéndose a la arenosa polvareda que levantaban a su paso. 

Oír el ruido del motor del chimera fue una gran noticia. Lidio no pudo evitar sonreír por ello, ni por el comentario de Krane. Estaba acostumbrado al carácter peculiar de su gremio.

Al notar el gesto de Alfonso, activó la radio:

—Visiongeniero Krane, cuando lo estime adecuado Alfonso puede encargarse de conducir el chimera.

Luego, miró al Hidalgo y a Sabre Rose.

—Alfonso de Santiago, confío en tus manos. Prepárate. Magíster, ¿me haría el favor de acompañar a Alfonso?

—RECIBIDO —contestó—. COMPLETARÉ EL RESTO DEL TRAYECTO A BORDO DE ESTA MÁQUINA, POR SI VOLVIERA A REQUERIR MI ATENCIÓN. 

Viggo acompañó el convoy hasta el chimera siniestrado. El camino, luchando sin parar contra el maldito viento era tremendamente duro, notaba como las fuerzas le fallaban, pero no estaba dispuesto a ceder. Esperó montando guardia, atento a cualquier posible ataque, hasta que el visioingeniero lo revivió. Una vez la máquina estuvo operativa, el soldado y su compañero se metieron dentro protegiendose por primera vez de la maldita arena.

Aunque Tania iba minimamente adelantada, con esa tormenta no se iba a poder alejar mucho. Debido a esto, no tardo mucho en aparecer acercandose al chimera con determinación. Escuchó al cretino de Gomes mandar a uno de sus lacayos a conducir lo que el trabajo de los custos (o uno de ellos, no iba a robarle merito a Krane) había reparado. Y se negó en redondo a permitir que ese grupo de narcisistas siguiese controlando el cotarro. Activó su rádio, inmediatamente.

Yo conduciré el Chimera reparado por el Visioingeniero - Informó. No era una petición, ni una pregunta. Era un hecho. Y avanzó hacia la maquina con la seguridad de alguien que no espera replica alguna. 

Lidio se sorprendió por las palabras de Tania. Pero hizo un gesto a los suyos para que ignoraran a la soldado y continuaran según la orden dada.

—No habrá escuchado nada por el viento. Proceded.—dijo, quitándole hierro al asunto.

Alfonso se encogió de hombros y bajó del Pernambuco de un salto, junto a su segundo, torciendo el morro al sentir una vez más la inclemente arena clavarse en su piel y lijar su armadura, aunque afortunadamente llegó al otro vehículo en pocas zancadas.

Todavía dándole a Tania un voto de "confianza", permitió caballerosamente que la stormtrooper se adentrara primero en el chimera, aunque dejó salir un pequeño suspiro de exasperación cuando de sentó en los mandos.

— Las órdenes del Contagem son claras, Tania. A pesar de todo, sigue existiendo una jerarquía —comentó, por el canal general, poniendo los brazos en jarra.

Permaneció en su puesto de artillero en el Pernambuco, como bien había señalado el Contagem.

Nadie de los presentes parecía querer agradecer la hospitalidad Brilariesa, como si, los actos de unos pocos fueran suficientes para estigmatizar al regimiento... Será que en el resto de regimientos de la guardia, eran todos gentilhombres adalides de la justicia y el honor... como nosotros los Brilarienses no obstante.

En esos pensamientos andaba sumergida cuando el contagem dió una orden directa a Alfonso y pareció no gustar a todos los presentes. Tania la Imperator de los Custos pareció opinar otra cosa. y lo hizo saber. Suponía que una mujer en su posición tenía mucho que demostrar. Pero ese comportamiento era impropio de un mando de la guardia.

Se encogió de hombros antes de echar un rápido vistazo a Sintra reposando casi a sus pies mientras Marcia seguía con su canturreo ritmico. Le había parecido escuchar un canto al omnisshia mientras el visioingeniero Crane intentaba poner en marcha el espíritu maquina del chimera caído.

La voz de Alfonso resonó en el canal general exponiendo claramente la situación a nuestra supuesta aliada. ¿Cómo era posible tener estas riñas entre compañeros cuando había un terrible y poderoso enemigo en común? A veces olvidaba que ellos ya estaban de vuelta de todo y que su joven aspecto no llevaba aparejada la soberbia e inmadurez de la juventud

Permaneció atenta al visor del puesto de artillería de Pernambuco

Con la proeza de Krane, más guardias podrían viajar a cubierto de la tormenta y antes llegarían al bastión de la Inquisición... o eso esperaba

Varinia y Lenore permanecieron vigilantes mientras el visioingeniero realizaba su labor. O todo lo vigilantes que se podía estar en medio de una maldita tormenta de arena. Cuando escucharon el ronroneo del motor del chimera siniestrado, fue como si escucharan música celestial.

Con más espacio disponible era el momento de ponerse a cubierto, así que ambas sororitas entraron en el vehículo. -Quedan sitios libres en el chimera desarmado. Sugiero abrir la marcha con el artillado y seguirlo nosotros a poca distancia- comunicó al resto del grupo por su vococomunicador.

Tania ya estaba sentada a los mandos, poniendo todo en orden, pulsando los botones que debían ser pulsados, cuando le llego la replica de uno de los brilareses, hablandole de jerarquia. Hizo rugir el motor de la maquina como respuesta, aunque finalmente acabó por abrir de nuevo el canal de comunicaciones. 

No me hable de jerarquía mientras se refiere a mi con mi nombre de pila, soldado. Soy una storm trooper y estoy capacitada para conducir esta maquina; Deje de perder tiempo y entre en elchimera

Bueno, al menos no le había dado la patada, que conociendo el humor de perros que se gastaba la stormtrooper, era perfectamente posible. El espadachín se cruzó de brazos y resopló... pero acabó por negar lentamente y sentarse en uno de los asientos del chimera junto a su segundo.

— Ta... la Stormtrooper Brown tiene el control del chimera, Contagem —informó por el canal general. No valía la pena obnubilarse por algo tan nimio.

Gomes abrió línea con el canal de mandos para solucionar la situación rápidamente, sin ocultarlo a quienes estaban en Pernambuco.

—Contagem a Sargento Novalee. Mis hombres son expertos conductores y están acostumbrados a operar en conjunto. Por favor, ordene a Tania que ceda los mandos del chimera a Alfonso.

Al ver el chimera estropeado rugir y volver a la vida de nuevo, la francotiradora le dio un golpe a su compañera y ambas salieron corriendo como pudieron hasta llegar al chimera, para meterse dentro y viajar a resguardo. No tenía sentido quedarse fuera si aún quedaba sitio para guarecerse de aquella terrible tormenta. 

Parados bajo la tormenta, algunos penales se arroparon junto al tractor en busca de un poco de cobertura de los elementos mientras el visioingeniero trabajaba. Bender apenas les prestó atención, puesto que el 80% de sus recursos estaban ejecutando las rutinas de rezo y letanías esperando la supervivencia del espíritu máquina. Se habría ofrecido a ayudar, pero no podía dejar el tractor sin órdenes, el viejo motor sufría con el rascar de la arena. Los diseñadores del tractor lo habían preparado para todo tipo de terrenos, por suerte, cosa que no podía decir de si mismo ni de su equipo. Su capa que le cubría como un poncho aleteaba y estaba llena de microfisuras que costarían de reparar. El aviso de infracción por maltrato de la propiedad imperial seguía parpadeando bastante abajo de su lista de prioridades. Si estuviera solo se enterraría en la arena a esperar que pasara la tormenta, pero tenía que seguir avanzando con la compañía.

Cuando el chimera resucitó, Bender dedicó parte de su procesador a letanías de agradecimiento a los espiritus, lo que permitió focalizar su atención en la siguiente tarea. Avanzar.

Sanguine escuchó el chimera rugir, se ajustó de nuevo la tela que parecía querer volar con la arena. El hombre deseó poder subirse y que su Fe no sólo le ayudase a mantenerse en pie, si no a descansar un poco.

Estuvo tentado de decirle algo al Contagem...

-...

...pero reparó en que, fusionado con el Pernambuco, la única manera de hacerlo hubiera sido abrir los comunicadores generales y aquella hubiera sido una horrible, horrible, HORRIBLE idea. Sin contar conque más que fácilmente hubiera podido considerarse desacato a los niveles de, bueno, a todos los niveles. No, era mejor que no entraran en conflictos en aquel momento con ninguno de los bandos, cuando su situación era tan extraordinariamente precaria. Y el que estuviera conectado a la matriz acogedora del espíritu-máquina que la ayudara a templar su corazón, desconectarse y poder olvidar a todo y a todos no influía en lo más mínimo en su elección.

Esperó a que el nuevo y "flamante" chimera se acogiera a formación, o ver lo que quería hacer, y reanudar la expedición. Giró la cabeza por unos momentos hacia atrás mientras lo hacía, la cabeza aún conectada por el cableado al tanque, comprobando que todos los allí presentes se encontraran en línea o, al menos, en un nivel de malestar aceptable.

Después de todo, si lo que Mattis había dicho era cierto, alguien podía acabar pagándoles a ellos con lo que considerasen la misma moneda.
 

La Hermana Caelestia finalizó sus cantos y notando el desgaste en su equipo y los animos de la tropa asintió al resto de la unidad de hermanas y buscó entrar a alguno de los Chimeras, al menos para conservar el buen estado del equipo que la permitia amplificar su voz y dar ordenes. Si perdia esa pieza podrían perder una pieza clave a la hora de coordinarse en el campo de batalla.

La situación estaba clara, y el tiempo apremiaba. Por el momento, solamente Nilsa se había embarcado en el chimera recién reparado junto a Krane, ya que en ese punto, Tania parecía estar imponiéndose a las ideas o designios del Contagem Gomes. Nadie estaba dispuesto a participar en aquella diatriba, al menos, por ahora. El chimera seguía practicamente vacío, a la espera de que los mandos organizaran el asunto o que los sodados tomaran la iniciativa.

-Aquí la hermana Varinia. Si alguien se fatiga en algún momento y no puede seguir el ritmo, Lenore y yo le cederemos de buen grado nuestro puesto- chasqueó el comunicador de todos.