Partida Rol por web

Encontrarse la cabaña así le supuso una pequeña decepción. Tenía mucha curiosidad por ver lo que había en aquel sótano. Dio varias vuelas buscando una forma de entrar, pero no parecía haberla.

Probó la resistencia de los tablones de las ventanas, para ver si alguno cedía con facilidad. Se sentía tentada a intentar subir al tejado, y ver si desde ahí podía entrar, pero tampoco quería acabar en el hospital como Ryota. Menos aun perdidos en medio de la nada y con todo el mundo fuera. 

Si ninguno de los paneles cedía, volvería a su habitación. 

- Me temo que  no las traigo de serie, voy a volver a curiosear por donde dejaron lo poco que han traído para estas labores, si no tendremos que volver a escribir a la avanzadilla que ha ido al pueblo para ver si pueden hacerse con algo de eso.- La ropa me molestaba, no solo por estar sudada si no por estar impregnada de la peste del lugar. Me tomase un baño o no, esa noche iba a querer arrancarme la piel a tiras. 

Hice de tripas corazón y volví al interior de la casa con paso decidido por si tocaba llamar o escribir a los otros y terminaba siendo demasiado tarde.

En el momento en el que me había embarcado en aquella misión ya me había imaginado que iba a ser de todo menos agradable, pero no me había preparado para eso. Era la escena más esperpéntica que jamás me había encontrado y sólo podía rezar porque fuera a mantener ese título por el resto de mis días, porque de verdad que nunca quería estar de nuevo en una situación así.

—Sabía que esto no iba a ser fácil, pero... —Tener la ropa sudada pegada al cuerpo no ayudaba a sentirme mejor, pero ya no había marcha atrás.— Me da que tampoco está entre mis funciones. Aunque, a malas, si Baddi no encuentra nada, quizá podemos buscar algo lo suficiente consistente como para que haga la función de palanca sin serlo. Más que nada, por no tener que esperar a que vuelva el resto.

Uno cedió, solo por una esquina. 

Te pareció notar un frío fresco del interior, y por un instante incluso el silbido del aire pasando entre los tablones. 

Mientras Baddi había salido, y Inoue se dedicaba a juntar los trozos de porquería de aquel lugar, te pareció escuchar un poco de aire saliendo del desagüe. Como un silbido, ¿o un siseo?

Fuiste a la cocina, y tras mirar un poco, así por encima, viste en una esquina las tenazas para coger las cosas del horno. Eran de metal pesado y antiguo. 

¿Pero eso no estaba ahí antes no? 

Cuando volví al patio interior estaba claramente molesto, incluso más pálido de lo normal, que ya es decir, pero portaba unas pesadas tenazas que parecían propias de una cocina. 
- Inoue, he encontrado esto... En la cocina. Espero que sirvan.- Alargué la herramienta a mi compañero pero casi como si me estuviese pensando el no cedérselas, antes de recapacitar, despejar un poco la cabeza con el aire exterior y tratar d3e ordenar un poco mis ideas. - ¿Os sonaba... Habwer visto estas tenazas antes...?- Tan pronto como lo pregunté me arrepentí de ello, quién se iba a fijar en tal cosa excepto un tarado como yo. Simple y llanamente no me debía haber fijado con la suficiente atención. Demasiadas emociones y novedades en tan poco tiempo.

Estaba a punto de desistir, cuando uno de los paneles cedió ligeramente. Apenas fue una esquina, pero fue suficiente para notar una brisa fría viniendo del interior. Durante un momento dudó que hacer, pero la curiosidad pudo con ella. Si había aire era que allí había un camino que iba hacia algún sitio... 

Buscó a su alrededor algo con lo que hacer palanca. ¿Algún tablón? Si no, tendría que ir a buscar herramientas. 

Por instinto, miré a Inoue, como esperando ver alguna reacción en él, pero no parecía que él hubiera escuchado nada. Fruncí el ceño. No tenía ni idea de desagües, ni de cañerías, ni de este tipo de instalaciones en general, pero sí suficiente sentido común como para suponer que no podía ser normal. Estuve apunto de comentarlo en voz alta, pero temiendo que quizá tampoco era tan importante, me acerqué un poco más intentando afinar el oído para ver si podía distinguir mejor el ruido.

Baddi y Lyssa se encontraron en la entrada de los baños, y cuando entraron y buscaron a sus compañero, Kueng estaba muy inclinado sobre el desagüe en la bañera, se puso de rodillas, pegando el oído todo lo que podía. En una esquina, Inoue intentaba meter un amasijo de pelo, animales muertos pequeños y porquería en una bolsa. 

Era el viento, pero tampoco tenía demasiado sentido..¿verdad?

Io...-Te pareció escuchar algo, te arrodillaste sin darte cuenta de que te estabas manchando, era como si reconocieras el sonido, la...no, no era una voz, pero tenías que entender que era. Tu cabeza apenas estaba a medio metro del agujero cuando Lyssa y Baddi entraron de nuevo. 

....Kueng....- Acababas de escuchar la voz de tu hermana, quejumbrosa, muy baja, casi imperceptible del desagüe. 

- Hola, chica cuervo.- Saludé a Lyssa antes de continuar caminando hacia Jiro no sin demostrar una cierta inquietud con mi andar.

- Inoue, he encontrado esto... En la cocina. Espero que sirvan.- Alargué la herramienta a mi compañero pero casi como si me estuviese pensando el no cedérselas, antes de recapacitar, despejar un poco la cabeza con el aire exterior y tratar de ordenar un poco mis ideas. - ¿Os sonaba... Haber visto estas tenazas antes...?- Hice la pregunta, haciéndola extensible a Lyssa, pero me arrepentí de ello, quién se iba a fijar en tal cosa excepto un tarado como yo. Simple y llanamente no me debía haber fijado con la suficiente atención. Demasiadas emociones y novedades en tan poco tiempo.

Posé las tenazas, junto a él en el suelo y procedí a tratar de coger la bolsa para que pudiese introducir los despojos con mayor facilidad.

-Veo que os habéis apañado muy bien sin mí, ¡fantástico! - los felicitó de forma bastante poco honesta mientras observaba toda la basura que Inoue trataba de meter en la bolsa. 

Observó las tenazas que Baddy había traido*. No le sonaba haberlas visto antes, pero tampoco le sonaba ninguna otra herramienta. No es que fuera demasiado de ayuda. 

-Nunca las he visto... pero hablando de herramientas ¿Sabéis donde puedo encontrar una palanca, o un hacha, o algo parecido? 

Ni me llegué a percatar de que mis compañeros habían vuelto a entrar a la habitación. Mi atención estaba completamente fijada sobre el desagüe, al que me acercaba más y más, pegando tanto la oreja como podía sin llegar a tocarlo. Es díficil recordar el dicho de que «La curiosidad mató al gato» en el momento, y en uno como ese todavía más. Todo lo que había conseguido evitar mancharme antes lo estaba haciendo en ese momento.

Y entonces lo escuché. Bajo, lejano, pero reconocible y claro.

─¿Niu...? ─Exclamé de pronto, instintivamente, sin pararme a pensar en ello, con una alarma que rompía mi manera de ser habitual. El corazón había pasado a martillearme en el pecho como si estuviera planeando escapar de la prisión de mis costillas en cuestión de un momento.

Pasado el susto inicial, estiré los brazos, alejandome del desagüe pero todavía inclinado en la bañera. Era imposible. Sabía que era imposible. Me lo había imaginado. ¿Verdad? Quizá lo peor es que me quedé mirándolo como si esperara escuchar algo más, y ni me di cuenta de la imagen que debía estar dando a mis compañeros.

- Puffff... Yo no he visto ninguna herramienta aparte de esto, y juraría que no las había visto la primera vez que estábamos en la cocina. De haber más herramientas deberían de estar en algún trastero o deberían haberlas dejado en este patio, que es donde más nos hacen falta, pero a saber.- Contesté a Lyssa meintras me giraba hacia Kueng.

- Kueng ¿Estás bien, tío? ¿Te ha dado un golpe de calor o algo? No creo que Niu...- Me quedé mirándolo a él y al desagüe intermitentemente, y yo pensaba que el día se me estaba haciendo difícil. Al momento me di cuenta de que mis palabra spodían haber sonado mal y traté de corregirme. - ¿Quieres que te traiga un baso de agua? Tal vez te convenga salir un poco del patio, dar una vuelta por fuera de la casa o algo...-

Inoue siseó por lo bajo y soltó el matojo que estaba intentando meter en bolsas escuchándose como algo metálico caía contra el suelo. Se llevó un dedo a la boca unos instantes, con gesto de dolor.- .....

Miró al grupo, a Kueng en específico al inicio aunque al final a todos- Tened cuidado con lo que tocáis, me he encontrado con algo que corta en el desagüe- se miró el dedo, que no dejaba de sangrar. Basicamente se había abierto casi toda la yema del dedo índice. 

Sacó un pañuelo del bolsillo y rodeó el dedo con él.- Lyssa, por favor, ayúdanos aquí, tenemos problemas y dudo que quieras ir a orinar o bañarte en un lodazal. No vamos a poder terminarlo si no tenemos ayuda-Apretó el papel en torno a la carne- estamos buscando una palanca o algo así para abrir el desague, con suerte con las tenazas podremos enganchar el metal y tirar. Lyssa, ya que nosotros estamos con esto, podrías ir a limpiar la zona de aseo, al menos, espero que no tenga tanta suciedad como esto...