Partida Rol por web

Lengua Negra dedicó una sonrisa a Teniente, acompañada de otro asentimiento de cabeza. Se volvió hacia sus Campamenteros y los miró con una mezcla de orgullo paternal y respeto. Habrían diferencias, habrían asperezas, habría amistad, habría compañerismo. Fuera lo que fuera que hubiera, eran sus hombres y sus mujeres, sus guerreros y valkirias. Junto a ellos, los carros manipulados de forma apresurada y según su plan de la víspera, destinados a facilitar el transporte de las escalas. Del abartón del carro asomaban dos largas maromas, de las que tirarían diez de sus fuerzas, cinco en cada una.

Desenvainó su espada.

-¡Es la hora, Campamenteros! Que diez de vosotros tiren de las maromas. El resto, empujad por la retaguardia. ¡EN MARCHA MIS BRAVOS!

- Y así, valerosamente, salen los Campamenteros del Campamento de la Duodécima Compañía Libre de Khatovar, seguidos por los Magos Escupeculebras y Tragasapos, y por Teniente y Segundo Guardaespaldas.

- "Informe de cómo va el avance." - Ordena Analista a Caratótem y Sedoso. Los magos se encuentran sentados cerca del Capitán. Permanecen muy juntos y la mano diestra de Caratótem sujeta la de Sedoso.

Sus caras reflejan su concentración.

Sedoso toma la palabra.

- "Todos los pelotones han desplegado ya, señor." - Indica el mago. - "Están cada uno en su posición. Detecto mucha tensión... y muchos nervios." -

Caratótem asiente levemente.

- "Sí. Están agitados. Algo les asusta." -

Me sitúo cerca de Analista. En voz neutra recito como un mantra lo que he visto en sueños:

- Cieno negro, algo se agita debajo... Algo no va salir como esperamos. Debes llamar a Portaestandarte. Aunque quizá ya sea demasiado tarde. Una energía corrupta y malévola se alzará. Hasta él en la distancia la sentirá. Puedes seguir ignorándome como has hecho hasta ahora, Analista. O puedes empezar a dar crédito a mis palabras. La Quinta NUNCA ha fallado en sus predicciones. Porque es la misma Diosa quien me las susurra. 

Hay pleno convencimiento en mi voz. Él no quiso escucharme. Él será el responsable del devenir de la batalla.

- "El Triplete ha comenzado a defender la muralla. Algunos dolorosos han caído." – Menciona Sedoso al Capitán continuando con su labor ignorando el hecho de que Khadesa esté hablando con él.

Analista observa a Khadesa por un momento.

- "Hay poderes que escapan a tu comprensión, Khadesa." – Responde. – "No digo que no vaya a suceder lo que dices. Pero no podemos fiarnos de tus visiones y hay que estar preparados para todo." – Dice con tono firme.

Caratótem interviene.

- "El ritual se ha completado. Los muertos se alzan… Están por todas partes." – Explica estremeciéndose ligeramente.

- "Esto no puede ser bueno… Malos espíritus…" – Indica el chamán, que parece asustado.

Tras unos pocos segundos Sedoso comienza a temblar y su cuerpo se agita casi involuntariamente. Suelta un pequeño chillido y tanto él como Caratótem se llevan las manos a la cabeza.

- "Algo va mal, Capitán." – Dice Sedoso a Analista. Y lanza una mirada de incomprensión a Khadesa.

Miro a los hombres sin inmutarme. Sin reproches. No es el momento. Me envuelvo en un manto de frío pragmatismo. 

- Lo que tiene que suceder, sucederá. Ahora, continúa desconfiando de mis visiones. Pero NUNCA han fallado. Había algo incomprensible para todos, salvo una cosa: la magia no es gratis.

El recuerdo de Serpiente envuelto en ese manto de energía negra me asalta. Ponzoña, Matagatos... todos están allí fuera. Y nosotros podemos ser los siguientes. 

- Sedoso, ¿qué veis? 

- "Los muertos... los muertos caminan." - Dice Sedoso casi tartamudeando. - "Están por todas partes... Serpiente no tiene el control." -

Parece acongojado ante lo que sea que ve u oye.

- "Khadesa..." - Dice Analista mirando a la Quinta a los ojos. - "Nada está saliendo como estaba planeado..." - Admite con un peso enorme sobre los hombros. - "Quizá deberíamos ordenar retirada..." -

- "Portaestandarte en ningún caso llegará a tiempo." - Añade sin apartar la vista de la pitonisa. - "¿Qué me aconsejas tú?" -

KHADESA:

- Acabas de sentir algo, como el levantamiento de un leve peso. Como si antes te espiaran y ya no.

- Te fijas en los cuervos cercanos, y te das cuenta de que hasta hace un momento os observaban. Ahora son cuervos normales.

- "Hay que salir a rescatarlos. Yo podría abatir a esos seres a distancia, y si contásemos con un experto en sigilo podríamos abrir un camino hasta los nuestros." - Demanda a Analista.

La duda se refleja en su rostro. Se debate ante cuál es la mejor opción y vuelve a posar su mirada en Khadesa, pero la pitonisa pone en ese momento los ojos en blanco.

Mira de nuevo a Khadesa y un interrogante se plantea en su mirada.

- "¿Tú no has estado entrenando con Dedos últimamente?" -

De repente ya no estás ahí. Te ves a ti misma en el llano de Galdan. Frente a ti la muralla y la puerta. Entre la puerta y tú una marea de cuerpos sin vida que se mueven de forma antinatural por medio de magia.

Son los Caminantes que están rodeando y atacando a tus hermanos de la Compañía por todas direcciones.

Ves a uno de ellos delante de ti. No se ha percatado de tu presencia. Estás agachada, oculta en la niebla. Controlas tu respiración y el ser no parece darse cuenta de ti. Las criaturas olfatean en el aire pero no saben dónde estás.

En ese momento lanzas tu daga y despiertas.

No puedo creer lo que está pasando. Es como si todo lo que pudiera volverse en contra de nosotros, de la Duodécima de Kathovar, se materializara. Pero la Compañía no ha llegado donde está por ser negligente. 

- Capitán, hay que detener al maestro titiritero... Los cuerpos están rodeando y atacando a los nuestros... No los controlamos nosotros- me giro con gesto decidido a Ballestero-. Confío en que cumplas tu palabra. Iré contigo, seré tus ojos. Manteneos alerta, alejaos de los cuervos. Son antinaturales a veces. ¿Ha sobrado algún peto de cuero y botas de los últimos botines?

Intentad contactar con Portaestandarte. Aunque si mi intuición no me falla, ya sabe que algo va mal. Y posiblemente acuda. Saldremos de ésta.

Lo digo casi más por mí misma, tratando de convencerme de que estoy tomando la decisión correcta. 

- "Bien, sea pues." - Asiente en dirección a Khadesa.

- "¡Cabo Cortaplumas! Te quedas al mando de la defensa del Campamento, junto con tu Escuadra. Tan sólo cuentas con los Seguidores de Campamento, recuerda que no son combatientes. Protege el fuerte lo mejor que puedas y no abras la puerta ante extraños o ante nadie que se comporte de forma sospechosa.

¡Ballestero! Reúne a tu Escuadra, partimos de inmediato.

¡Gordo Wem! Con la venia de Usurero, que uno de tus hombres corra a buscar botas de cuero, guantes de cuero y un jubón de cuero para Khadesa. ¡Pronto! No tenemos tiempo que perder." -

Se va corriendo a buscar sus armas mientras discute acaloradamente con Guardaespaldas y ordena a los mozos de cuadras que ensillen su caballo y también a Hechizado.

Uno de los mozos ensilla y prepara los caballos, el viejo caballo de guerra del Capitán-Analista, y Hechizado, el poderoso corcel mágico de Matagatos.

Uno de los Rufianes le trae de la Tienda de Grog un saco a Gordo Wem. Este lo examina y se lo tiende a Khadesa. Dentro hay un jubón de cuero, brazales y grebas de cuero, un capacete de cuero, botas y guantes.