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La Compañía Negra: El Dios del Dolor.

Territorio de Cho n Delor

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15/05/2012, 21:29
El Cráneo de Plata.

- Tres tenderos de Idon os han ayudado y acompañado.

- Cuando bajáis a los heridos os ayudan y después se llevan su carromato. Se despiden de vosotros con amabilidad y se van.

- Entonces es cuando veis con horror que además de los cuatro heridos muy graves: Dedos, Lengua Negra, Pelagatos y Sicofante... ¡¡También hay dos muertos!! Parecen idonitas pobres y mugrientos. No tienen nada que les identifique, casi parecen mendigos.

- Durante las siguientes horas, Matagatos se esfuerza en atender a los cuatro heridos graves, dejando para después a los cuatro heridos leves del grupo (él mismo, Mentiroso, Peregrino y Khadesa).

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15/05/2012, 21:33
EL TIEMPO SE AGOTA.

PASAN LAS HORAS.

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15/05/2012, 21:33
Analista.

Mucha gente de la Compañía se acercan por la zona de los Hostigadores, todos están obviamente muy preocupados. Está claro que para la Compañía, los Hostigadores son hermanos.

Analista y todos desean saber lo que ha pasado, pero no se atreven a interrumpir a Matagatos, que está trabajando febrilmente para ayudar a los heridos críticos, desatendiendo sus propias heridas y de los tres compañeros heridos de menor gravedad.

A los que están bien y no están atareados todo el mundo les pregunta y se suceden gestos de camaradería y preocupación.

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15/05/2012, 21:36
La Compañía Negra.

- Khadesa desea con toda su alma ayudar a su hermano a curar a los más heridos, pero es superior a sus fuerzas. Sufre un ataque de nervios y llega un momento que no puede ser de ninguna ayuda. Jamás la habían atacado a machetazos.

- La ayuda de la pequeña R'Gaa, por contra, resulta decisiva para evitar que sobretodo Lengua Negra y Dedos sufran una infección de la sangre, pues se da cuenta de que sus vendajes empapados de sangre están sucios y limpia bien las heridas de nuevo, aplicando nuevos vendajes.

Notas de juego

- Voy a pedir nuevas tiradas a los heridos críticos en sus escenas privadas.

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15/05/2012, 22:10
La Compañía Negra.
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ATTAR:

- Te despiertas muy dolorido en la tienda de Campaña. No sabes cómo has llegado hasta allí ni cuanto tiempo ha pasado.

- Lo cierto es que por ti te pasarías todo el resto del día descansando.

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15/05/2012, 22:12
[RIP] Attar.

Attar se despertó de golpe, y descargó un golpe con su pértiga diciendo:

-¡Attar te ganará, Campaña!

Pero enseguida se arrepintió de aquello, cuando notó como todo su cuerpo se quejaba por aquel movimiento... ¿y dónde estaba la pértiga? Hizo memoria, y finalmente llegó a su último recuerdo: un golpe de la pértiga de Campaña que le dejó fuera de combate. 

-Ung... Attar perdió... debería pedir perdón a Matador...

Pero había jaleo fuera, así que se arrastró fuera de la tienda para ver que ocurría. 

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15/05/2012, 23:44
Rastrojo.

Caracabra me guarda rencor... Me negó las explicaciones que compartió gustosamente con Guepardo. Es igual. No me importa. Pude pegar la oreja y enterarme igualmente. Y ya se las haré pagar a ese chepudo infecto.

Había guardado la esperanza de que Khadesa... Pero no, llegó muy acomodada en un carro. Con algunos cortes, sí, pero no los suficientes para que las espectativas de Rastrojo se vieran colmadas.

En cambio, le impactó el estado de Dedos. Hizo que algo dentro del chamán se removiera, como un retortijón o un parásito intestinal revoltoso. De entre todos los heridos, Dedos fue la que logró preocuparle.

Cuando metieron a los heridos graves en la tienda común, Rastrojo se escabulló. Estaba buscando un lugar apropiado para... ¿velarla durante la convalecencia? Bordeó la gran tienda y se quedó en la parte de atrás, intentando escuchar más allá de la lona el trabajo de los curanderos. Escuchó la ineptitud de Khadesa, pero no le sorprendió. En lugar de eso, le hizo preocuparse aún más por el destino de Dedos.

Es por aquella discusión-se dijo-. Ella se abstuvo en mi juicio y yo no la perdoné. Es normal que yo esté tan preocupado. Si ahora se muere, con ese rencor entre ambos, su espíritu me atormentará por siempre.

Cruzó las manos sobre su regazo y rezó en silencio. El Rastrojo de siempre había rezado para que el alma de los espíritus no regresase vengativo, pero con Dedos de por medio se dedicó a lanzar plegarias para que siguiese viva.

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16/05/2012, 06:45
Peregrino.

La tensión aun se respira en el ambiente mientras cargamos a los heridos en el carromato. Llegan varios de nuestros compañeros, lo que me permite bajar un poco la guardia y descansar algo. Al finalizar nuestra tarea, de alguna manera Serpiente convence a Matagatos de llevar dos cadáveres. Me hago a un lado completamente indignado de las ignominias que pueden hacer los hombres con sus ambiciones de poder oscuro.

El camino al campamento se hace más lento de lo que realmente es, pues me mantengo alerta, casi paranoico, de un posible segundo ataque. Miro con desconfianza todo lo que me rodea mientras mantengo mi mano en la empuñadura de mi katana. Lo bueno es que a pesar de todo lo que siento y espero que suceda, el camino transcurre sin novedad y llegamos finalmente a la zona de acampada de los Hostigadores, donde comenzamos a bajar a los heridos del carromato, después de lo cual los tres tenderos se marchan amablemente. Los miro con desconfianza, pues realmente no sé como serán las gentes de estas tierras y no me inspiran nada bueno las situaciones y las posteriores acciones.

Me mantengo a un lado de donde Matagatos está atendiendo a los compañeros más heridos. Saco mi espada y comienzo a limpiarla con agua de la sangre que aun mancilla su pulcro filo. Uso mis harapos y agua de mi pellejo para eliminar cualquier mácula del metal, pues la espada es el Alma del Guerrero y el alma de un combatiente honorable no guarda mancha alguna. Continúo metódicamente hasta terminar completamente, momento en que vuelvo a envainarla y espero a que los sanadores se desocupen.

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16/05/2012, 13:50
Caracabra.

 

El jorobado ya está más relajado había visto como todos los hostigadores regresaban en el carro de la pitonisa, en principio no había ningún muerto aunque estaban muy herido. Parecía que Khadesa era una de las menos heridas y eso le alegraba, aunque, no dejaba de pensar que fallado, que al quedarse con Serpiente la había traicionado.

Caracabra tomo las batatas que le ofreció Geopardo y las guardo agradecido, Gracias, luego cuando tenga tiempo me hare el collar que dices. Al igual que el guerrero pensaba que podían ser útiles para ahuyentarlos espíritus. Pero estaba confuso, si el espíritu de Sacorroto había venido a anunciar el ataque, porque iba a mantenerlo alejado de él. Puede que el espíritu atormentado viniera a avisarle más veces, y si se ponía el collar no podría acercarse, no podría advertirle de los peligros.

Viendo como salía corriendo Guepardo lo siguió, estaba confuso. Al aparecer Guepardo pensaba que todo esto era un truco de magia de Serpiente. Espera, yo también voy. Caracabra estaba atento a la respuesta de Serpiente. Quería saber si había estado jugando con él, si por su culpa había traicionado la confianza de Khadesa.Aunque fuera verdad que el oscuro había jugado con él, el jorobado no tenía el suficiente valor para enfrentarse al aprendiz de mago.

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16/05/2012, 16:32
La Compañía Negra.

CURACIONES DE LOS HERIDOS CRITICOS:

PRIMERA HORA:

- Pelagatos y Sicofante salen fuera de peligro, aunque son dejados acostados en la tienda de Khadesa para posteriores cuidados.

- R'Gaa evita que las heridas de Lengua Negra y Dedos se infecten.

- Matagatos se pone bastante nervioso, y Khadesa muchísimo más.

- Mentiroso echa una mano, imitando a Matagatos.

- Dedos y Lengua Negra caen a un estado crítico y parecen estar a punto de morir.

SIGUIENTES HORAS:

- No es hasta la tercera hora que Dedos deja de sangrar y parece estar por fin fuera de peligro.

- El caso de Lengua Negra es el que más se complica, pues es el herido más grave de todos. En un momento dado parece muerto, su corazón deja de latir y deja de respirar. De algún modo Matagatos logra reanimarlo con ayuda de Mentiroso y especialmente de R'Gaa.

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16/05/2012, 16:37
EL TIEMPO SE AGOTA.

TRANSCURRE EL RESTO DEL DIA.

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16/05/2012, 16:38
Teniente.

- "Bien hecho, Matagatos. Has suturado muy bien esas heridas, eres tan habilidoso como tu padre.

¿Tienes un momento para hablar con el Capitán y contar lo sucedido?" -

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16/05/2012, 16:43
[RIP] Attar.

Attar seguía sin saber muy bien que hacer en todo ese caos... de hecho, ni siquiera sabía que demonios había pasado, sólo que había varios Hostigadores heridos, de los que habían ido a la ciudad, parecía.

Sin embargo, parecía que no iba a ser útil ni nadie iba a explicarle nada, así que se pasó el resto de la tarde descansando, para recuperarse de la paliza de aquel combate. 

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16/05/2012, 17:19
Ponzoña.

Poco o nada podía hacer. Era la hora de Matagatos y de quienes pudieran ayudarle a sanar a los heridos, pero en su interior rugía la tormenta de la venganza. Se paseó de un lado a otro, como una fiera enjaulada y en ocasiones picada por las lanzas. Pero su confusión, su inquietud, también era la de los otros. Y ahora, con su líder ocupado, a él correspondía restablecer una rutina que los alejara a todos de aquel lugar, dejando espacio libre, y concentrándolos en diferentes funciones, aunque parecieran inútiles. 

En aquel momento, la pitonisa cayó víctima de la presión y de sus propias heridas y fue el aldabonazo que necesitaba para actuar. Tomando a la quinta por los hombros, la llevó en silencio hasta su propia tienda.

-Debes descansar, quinta. Tus heridas no son graves pero sí importantes. ¡Loor! Ven y atiende a Khadesa. Lava su sangre y haz que duerma -pidió a la hostigadora. Cuando esta llegó para atender su petición, se volvió donde el grueso y habló para todos-. Hermanos, dejemos que ellos hagan su trabajo. Campaña. Veo a analista. Ve donde él y dile lo que Matagatos nos contó acerca del ataque. Jabalí, Uro, descargad a los dos cadáveres del carro y colocadlos a su lado. Serpiente, la muerte no es algo que te repela. Estúdialos como haría una hiena, saca de ellos cuanto puedas y te regalaré sus dedos -dijo macabramente-. Ojopocho, atiende a Attar. Está en la tienda de Campaña. Si ha despertado, cuéntale lo ocurrido y vigila sus heridas. Caracabra, Escarabajo, Guepardo. Que no les falte agua ni fuego a Matagatos y quienes les ayudan y retirad los vendajes sucios y arrojadlos al fuego -miró a un lado y a otro y entonces vio a Rastrojo, semioculto tras la tienda comunal-. Y tú, Rastrojo, que despierte el chamán que encierras tan celosamente en tu interior como el huevo guarda su polluelo y que eclosione. Reza y pide por la vida de los nuestros. Sé un hermano y te consideraré como tal.

Dicho aquello, se acercó hasta Jabalí y Uro.

-Bajemos los cadáveres de esos desconocidos. Quizás pertenezcan a los atacantes.

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16/05/2012, 17:44
Matagatos.

Al llegar al campamento encontramos parte de la tienda de Khadesa montada como improvisada enfermería, también había ollas de agua en el fuego, signo de que nuestros compañeros no habían perdido el tiempo desde que habían recibido la noticia. La expectación era evidente, no solo entre los hostigadores sino también entre los más cercanos a nuestra zona de acampada. Seguramente en poco tiempo la noticia correría por toda la Compañía, era algo habitual cuando regresaba alguna patrulla con bajas o heridos, aunque esta vez la sorpresa sería mayor puesto que nadie esperaba un ataque en Idon. Cuando el carro para cojo a Dedos en brazos lo más delicadamente posible y la meto dentro de la tienda. Mis compañeros van acercando a Lengua Negra, Pelagatos y Sicofante. Echo a todo el mundo de dentro de la tienda, no necesito distracciones. Tan solo Khadesa y R'Gaa que están ayudándome podrán salir y entrar de allí, al igual que Peregrino y Mentiroso que también están heridos y pueden quedarse dentro a descansar hasta que encuentre tiempo para atender sus heridas. Mentiroso decide ayudar y como en Idon resulta igualmente crucial y toda una sorpresa. Ponzoña como mi segundo también podrá entrar y salir para interesarse por los heridos e informar si quiere al resto de hostigadores.

Me acerco a Pelagatos y comienzo a quitarle las protecciones de su armadura.

-Haced lo mismo con Lengua Negra y Sicofante.
Digo a Khadesa y R'Gaa.

Ellos tres llevaban armaduras más aparatosas y ahora había que quitárselas para atenderlos mejor. Dedos llevaba una ropa más ligera y su herida en el cuello estaba bastante a la vista, no haría falta moverla de donde la había colocado. Mientras R'Gaa quita la armadura a Sicofante Khadesa intenta hacer lo propio con la de Lengua Negra, pero una y otra vez es incapaz de aflojar las correas correctamente, parece muy nerviosa.

-Deja que lo haga yo. Le digo poniendo mi mano sobre la suya mientras la aparto suavemente y termino de quitarle la armadura a nuestro primo.

Khadesa se encuentra visiblemente conmocionada por todo lo sucedido, está claro que lo del ataque ha sido demasiado para ella y no es de extrañar. Aún así se ha comportado valientemente y en ningún momento ha pensado en si misma, tan solo en ayudar a los heridos.

-Será mejor que descanses.
Le digo mientras estoy a punto de enviarla a su tienda, pero alrededor comienzan a formarse un montón de sombras que se perfilan a través de la lona, sería mejor que no saliera y se expusiera a todas aquellas miradas y preguntas. Quédate aquí con nosotros y si te encuentras mejor puedes echarnos una mano luego.

Antes de meterme de lleno en la faena me despojo de mis armas y de la armadura para estar más cómodo y las dejo en el fondo de la tienda amontonadas. Con la tranquilidad de la tienda y las mejores condiciones repasaría una por una las heridas de mis compañeros para asegurarme que todo estaba correctamente.
R'Gaa se afana en atender a sus compañeros y limpia con éxito las heridas de Dedos y Lengua Negra. Sus vendajes estaban sucios, habíamos tenido que utilizar las ropas de nuestros atacantes como vendas improvisadas y el suelo del mercado tampoco estaba nada limpio, no era de extrañar que hubiera suciedad en sus heridas. Afortunadamente la exploradora se había ocupado de eso con eficiencia.

Pelagatos y Sicofante salieron de peligro pronto afortunadamente, habían resistido muy bien el daño y sus heridas evolucionaban favorablemente, una hora después ya no se temía por su vida. Miro a Khadesa, a Mentiroso y sobre todo a R'Gaa que había estado muy preocupada por Sicofante.

-Sicofante y Pelagatos ya tienen el pulso estable y sus heridas han dejado de sangrar. Una ligera sonrisa se dibuja en mi rostro, aunque sabía que lo más difícil estaba todavía por delante.

Tanto Dedos como Lengua Negra no solo no mejoraban sino que parecían empeorar por momentos.
Dedos no paraba de sangrar y por mucho que lo intentábamos no conseguíamos detener la hemorragia.

-Hay que limpiarle la herida constantemente, tarde o temprano tiene que dejar de sangrar. Digo algo nervioso y no totalmente convencido.

Las cosas se estaban complicando demasiado y temía por su vida, pero no dejaríamos que se nos fuera fácilmente. Tres horas más tarde lo habíamos conseguido. Respirábamos aliviados pero nadie sonreía, Lengua Negra se encontraba todavía muy grave y era el que más nos preocupaba.

-No respira!! Gritó Mentiroso señalando a mi primo.

R'Gaa y yo corrimos hacia él, tan rápido que estoy a punto de tropezar y caerme. Le cogí la mano para encontrarle el pulso pero Mentiroso tenía razón, su corazón había dejado de latir.

-Rápido!! Presiona aquí con fuerza cuando yo te lo diga!! Digo colocando las manos de Mentiroso en el pecho de Lengua Negra. R'Gaa, ayúdalo, tenemos que hacerlo reaccionar!!

Me agaché al lado de su cabeza y le abrí la boca mientras sujetaba su mandíbula abierta con una mano y le tapaba la nariz con la otra. Acompañando las presiones de Mentiroso y R'Gaa fui metiendo aire al cuerpo de Lengua Negra. Durante unos instantes el tiempo pareció detenerse.

No te mueras primo, sigue luchando.

Tras varios intentos el corazón de Lengua Negra volvió a funcionar. Me quedé sentado en el suelo a su lado, demasiado tenso durante unos instantes como para hacer otra cosa.

Atender a los heridos graves ocupaba todo mi tiempo, una hora tras otra, pero lo peor eran aquellos momentos de incertidumbre durante los que nada podíamos hacer ya y tan solo nos sentábamos a esperar que todos nuestros cuidados sirvieran para algo. Con diferencia esos momentos eran los peores y parecían eternos. Yo solía sentarme cerca de Lengua Negra en algunas ocasiones, aunque la mayoría de las veces permanecía al lado de Dedos.

Cuando todos salieron de peligro la noticia se esparció rápidamente por el Campamento. Poco tiempo después el Teniente en persona vino a felicitarnos y a pedir mi presencia para relatar lo sucedido. Yo no estaba nada orgulloso de mi actuación, mis nervios habían puesto en peligro a mis compañeros y mis curas no habían sido tan efectivas como hubiera deseado.

-Ha sido un trabajo en equipo.
Digo señalando a Khadesa, Mentiroso y R'Gaa sin los cuales no lo hubiera conseguido. Me gustaría ir con Khadesa, ella tiene información importante. Si se nos permite me gustaría vendar primero sus heridas y las de Mentiroso y Peregrino, no quiero que se compliquen.

Habíamos tenido ya suficientes complicaciones como para arriesgarnos a que nuestras heridas se infectaran. Cuando el Teniente abandona la tienda hablo un momento con Ponzoña.

-Diles a todos que ya están fuera de peligro. Le digo señalando a los heridos. Serpiente dijo que obtendría información de los cadáveres. ¿Puedes preguntarle si ya lo ha hecho mientras atiendo a Khadesa, Mentiroso y Peregrino? El Teniente quiere información. Antes de que se retire añado. ¿Quieres acompañarnos?

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16/05/2012, 17:48
Matagatos.
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Me siento al lado de Dedos cansado, han pasado ya varias horas de intenso tratamiento y todavía no puedo asegurar que mis compañeros estén fuera de peligro. Al sentarme acaricio su mejilla suavemente. Dedos se encuentra pálida, con la pérdida de sangre su bonito color oscuro se ha vuelto bastante más claro.
Me encuentro cansado, pero no por el esfuerzo físico, todavía podría seguir muchas más horas atendiéndolos, es la desesperanza de la situación y ver que a pesar de mis esfuerzos la vida de mis compañeros sigue pendiente de un hilo. Dedos me preocupa cada vez más, en ocasiones siento que la pierdo y un nudo me atraviesa la garganta. La miro con ojos vidriosos, quizá si estuviéramos solos en aquella tienda lloraría de rabia y dolor, pero me contengo, no quiero que me vean llorar. Con delicadeza cojo una de sus manos entre las mías y la acaricio suavemente sin dejar de mirarla, quiero estar ahí cuando abra los ojos y no pienso dejarla sola hasta que se recupere.
En ocasiones, cuando parece que está más débil o desfallece le aprieto un poco la mano, quizá me sienta junto a ella de alguna manera y eso le de las fuerzas necesarias para seguir luchando.

Lo está haciendo, se que lucha por volver a mi lado.

Es increíble como me ha cambiado la vida desde que estoy junto a ella, ni yo mismo me he dado cuenta de lo mucho que la he llegado a querer durante este tiempo. Quizá no llevábamos mucho tiempo juntos, pero había sido una relación sincera e intensa y también en cierto modo inocente y pura en ocasiones. Eso podía cambiar la vida de cualquiera.
En algunas ocasiones acerco mi cara a la suya y le susurro cosas al oído.

-No te preocupes, estoy aquí contigo, no te va a pasar nada.

-Estarás bien, dentro de poco volverás a hacer piruetas y daremos un paseo por el campo.

-Te quiero Gacela, no me abandones.

Nunca obtenía respuesta del cuerpo inerte de Dedos, pero tenía la esperanza que al igual que cuando le apretaba la mano o la acariciaba ella me escuchara de alguna forma, que supiera que no estaba sola y que nunca más lo iba a estar mientras yo viviera.
Ver a Dedos allí tendida, entre la vida y la muerte, me había hecho ver cuanto la quería. Nunca me separaría de ella y me daba igual lo que pensara el resto del mundo y quienes lo supieran o no, desde aquel momento no volvería a ocultar mis sentimientos por ella.

Me gustaría tanto poder besarla y darle un abrazo.

Aquello no era posible, no debía moverla hasta estar seguro de que se encontraba fuera de peligro y la herida estuviera cerrada. Pero me imaginaba abrazado a ella, tendido a su lado ofreciéndole mi calor y mi apoyo y no separarme de ella hasta que volviera de nuevo junto a mi.
Pero aquello no era más que un pensamiento, debía seguir atendiendo al resto, más tarde volvería de nuevo junto a ella.
Me levanto lentamente mientras suelto su mano despacio hasta que mis dedos pierden el contacto con los suyos y antes de alejarme poso suavemente, casi sin tocarla, mis labios en su frente.

Notas de juego

Bueno ya pondré la canción cuando aprenda...

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16/05/2012, 18:25
Uro.

El sombrío salvaje reaccionó de inmediato a las palabras de PONZOÑA. Su imponente anatomía fue la primera ponerse en movimiento, rompiendo así con la expectante perplejidad que los había invadido a todos. Aquello era algo que no podía pasar desapercibido para el resto de sus camaradas, y URO contaba con ello.

Después de todo, aunque los Hostigadores por fin habían encontrado un líder digno de organizar sus filas, siempre era mejor echarle una mano.

Así que, sin mayores ceremonias, se acercó al carro y tomó uno de los cuerpos sin vida que yacían despatarrados en su interior. Su rostro no evidenció el más leve gesto mientras se cargaba al hombro aquellos miembros flácidos e inertes, cubiertos de mugre y sangre aún espesa y húmeda, ni tampoco cuando los dejó caer sobre el suelo desnudo.

- Bandidos… - dijo escuetamente a PONZOÑA mientras señalaba uno de los cuerpos que acababa de transportar - SERPIENTE querer probar su brujería… MATAGATOS aceptar…

Tras ello, el fornido guerrero simplemente se encogió de hombros, como si las decisiones de su líder estuvieran más allá de su comprensión. Casi parecía resignado. Aunque podía notarse una sutil nota de aprehensión en su torva figura, como si la sola mención del brujo bastara para ponerlo en guardia.

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16/05/2012, 19:35
[RIP] Jabalí.

Jabalí se situó detrás de la comitiva, con sus otros tres compañeros, vigilando que ningún nuevo ataque los sorprendiera. Pero su atención se negaba a estar pendiente solo de ese posible ataque ya que lo que pasaba en los dos carromatos llamaba poderosamente su atención.

Se palpaba el nerviosismo por los heridos, por su suerte, por la necesidad de ayudarle. Pidieron a gritos ayuda y Jabalí se sintió un inútil por no poder ofrecerla. Su enorme brazo, su fuerza bruta, su saber hacer con las lanzas, nada podían hacer por ayudar a los heridos.

-Yo puedo ayudar a tapar alguna herida -murmuró sin mucha convicción mirandose una de sus manos- Tengo una mano grande y puedo apretar con fuerza...

Nadie le respondió, más no lo esperaba realmente. Vio como R'Gaa se prestó a ayudar y como Mentiroso tomaba las riendas del carro y azuzaba a las bestias camino del campamento. Miró en derredor deseando con todas sus fuerzas que apareciera alguno de aquellos indeseables para poder partirles la crisma él mismo y poder sentirse útil. Pero como parecía que nadie deseaba meterse con ellos en aquel momento, puso sus manos sobre la parte de atrás del carro y empujó con todas sus fuerzas para ayudar a las bestias a desplazarlo más rápido.

Antes de lo que esperaba, llegaron al campamento sin ningún incidente. Vio como Ponzoña repartía órdenes y como todos las acataban sin rechistar. El momento lo requería, estan en juego esas cuatro vidas hermanas.

¿Cadáveres?

Jabalí abrió los ojos, sorprendido ante la orden que Ponzoña les había dirigido a Uro y él. Curioso, levantó la vista y miró dentro del carro.

-¡Por todos los demonios que andan sueltos en esta maldita ciudad! ¡¿Quienes son estos dos?! -dijo al descubrir dos hombres en el carro. De un salto, se encaramó al carro y los miró fijamente, primero a uno y después al otro, del que cogió un brazo y lo levantó, soltándolo segundos después para ver como caía inmediatamente ante el efecto de la gravedad.

-Yo no sé mucho de esto, pero dirían que sí, que ya están criando gusanos -le comentó a Ponzoña que se había acercado a Uro y a él- Ummmm -murmuró ante las palabras del Hiena- Pues si estos dos son del grupo de los atacantes, tal vez estos vuelvan para recuperarlos. Eso si son lo suficientemente hermanos entre ellos. Tendremos que tener cuidado, podemos tener alguna visita inesperada en el campamento, aunque si son tan cobartes como para atacar como lo han hecho, no creo que tengan el valor necesario para recuperar a sus muertos.

Cogió a uno de los cadáveres por las piernas y lo arrastró hasta el borde del carro para que Uro y Ponzoña lo bajaran. E hizo lo mismo con el segundo, dejándolo al borde. Después, de un salto, se dejó caer al suelo.

-Ponzoña, sé que no tengo voz ni voto aquí, pero este ataque... Bueno, lo que quiero decir, es que me encantaría partirle el cuello a alguno de los que han atacado a nuestros hermanos. Lo siento aquí -dijo tocándose el pecho- Hace mucho que no sentía algo parecído, pero quiero venganza. Nadie ataca a un hermano y se va como si nada hubiera pasado.

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16/05/2012, 21:03
Serpiente.

No podía parar de reírme cuando recordaba que los guardias de Idon se habían tragado que los dos cadáveres eran también hostigadores moribundos. Incluso había fingido apenarme por las mujeres que estarían deseando escuchar sus últimas palabras. Había sido entretenido. Y precisamente fue riendo entre dientes como me encontró Guepardo.

-  Todos necesitamos saber. Todos. Tú, yo… Incluso el contrahecho Caracabra- añadí cabeceando hacia el que se nos acababa de unir.- Hoy más que nunca. Pero no siempre la intención sirve y aun sirviendo no dura para siempre. ¿Estáis dispuestos a aceptar la respuesta aunque no os guste escucharla? Si es que sí, seguidme. Tengo dos amigos en el carro que os darán lo que buscáis.

Antes de aproximarme al carro toqueteé con entusiasmo una de las bolsitas que llevaba enganchada al cinto. Cuando llegué ya estaban bajando los dos cuerpos.

- Un poco más de respeto para los cadáveres Jabalí, para mancillarlos ya estoy yo.- Solté una risita antes de dirigirme a Ponzoña. – Precisamente los he traído para sacarles información, aunque Khadesa cree que tengo intenciones más oscuras.- Di un par de patadas a uno de los cuerpos.- La necesito a ella, su información, y también a ti para que escuches lo que los muertos tienen que decir.

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16/05/2012, 21:05
Ponzoña.

Habían arrojado el último cadáver al suelo, cuando llegó Serpiente. Su conversación era la de siempre. Sus formas las habituales. Una cebra no pierde sus rayas a voluntad, pensó Ponzoña, pero por primera vez desde que lo conociera, el brujo con ojos de culo de avispa no le provocó rechazo. El deseo de venganza alimentaba su odio y estaba dispuesto a cooperar con Serpiente.

-Todo llegará -respondió a Jabalí-. No es decisión tuya ni mía vengar a los nuestros. Pero al igual que sol se pone cada día, ellos pagarán. La pitonisa descansa -comentó al brujo-. Iré a por ella.

Caminó con largas zancadas hasta llegara  su tienda. Loor aguardaba a la puerta de la misma. Separó la tela e introdujo la cabeza. Mostraba los ojos cerrados, pero ignoraba si dormía. Quizás si se hubiera fijado en su respiración, podría haberlo determinado, pero el tiempo era arena que escapaba de entre sus dedos.

-Quinta, te necesitamos. Los muertos y Serpiente te aguardan.