Partida Rol por web

London by Night: Crimson Nights

[Prólogo] What nobody wants (Jackson Moore)

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26/02/2019, 10:40
Narrador

31 de Agosto de 1888.

En algún momento tuviste la sensación de que este sería tu año pese a no poder quitarte de encima la losa de saber que eres casi un recién llegado. Tras el Domingo Sangriento, y en agradecimiento a tu contribución y camaradería, se te anunció que tu nombre se propondría para los próximos ascensos, en la cadena de mando, para inspector. Aquel fatídico día cumpliste la orden dada, por el Sir Charles Warren, y junto a unos dos mil policías y unos cuatrocientos militares, te lanzaste contra la manifestación organizada en Trafalgar Square por la Radical Federation. Los nervios y la diferencia en número, pasmosa, entre los diez mil manifestantes y tus compañeros hicieron perder los estribos a muchos, aplicando una desmesurada fuerza bruta a la hora aplacar a los manifestantes, acabando con la vida de dos de ellos y un número alto y sin determinar de heridos. Esto ocurrío el 13 de Noviembre, antes de que empezara este año, y si la situación ya no era la más civilizada para un país donde la opinión que se tiene de el vale más que el propio dinero, Londres enloqueció.

La contínua llegada de refugiados rusos y judíos empezaba a molestar a los ingleses que estaban viendo como su ciudad se sobrepoblaba empezando a colapsarse. Tal fue la llegada de inmigrantes que se tuvieron que habilitar refugios en los que se iban hacinando mientras que la ciudad trataba de adecuarse a su nueva situación. Pero no iba a ser fácil, pronto la pobreza y la falta de medios, incluyendo la falta de atención médica se traduciría en una avalancha de pequeños delitos que, cualquiera con dos dedos de frente, podía notar como dejaban de ser meros hurtos para convertirse en asesinatos. Aunque la policía trabajaba sin descanso y tenía todo el apoyo de la aristocracia y la clase política vigente para acabar con cualquier tipo de problema de la forma que creyeran oportuno, no daban abasto. De todos esos crímenes, los más importantes y que mantenían desconcertada a la policía, los de Whitechapel habían acaparado las portadas de los periódicos, haciendo que los jefes se lo tomasen como algo prioritario y personal.

El primero de todos, el asesinato, aunque todavía no se sabía si llamarlo de esta manera, de Emma Elisabeth Smith y de Martha Tabram habían logrado meter el miedo en el cuerpo a los londinenses, y aunque la línea de investigación, seguía a día de hoy abierta, el ambiente en comisaría se había enrarecido por completo. Las continuas disputas entre James Monro y Sir Charles Warren en su manera de hacer las cosas no ayudaban a establecer unos puntos claros que seguir. Esta divergencia se mantendría hasta este mismo día.

La campana te había despertado, eran poco más de las 6:00 am, y aunque ibas a despertarte ya para acudir a tu puesto de trabajo, levantarte alarmado por la campana policial no te ponía de buen humor. Acicalándote lo más rápido posible, bajas a la calle sólo para escuchar a la gente murmurar lo que ha podido pasar. Aunque nadie sabe absolutamente nada con certeza, los nervios a flor de piel que se han instaurado de forma permanente en la gente, consigue hacer que se formen multitudes, comentando de forma hipotética lo que haya podido pasar. Pero aunque te pares y trates de escuchar algo de lo que están hablando, cada multitud dice una cosa diferente. Al llegar a la comisaría, lejos de encontrar respuestas, te encuentras una situación a punto de estallar.

Rojo de la ira, el veterano jefe de policía golpea fervientemente la mesa de su escritorio frente a su homónimo, sir Charles Warren, que tampoco puede contenerse y gesticula con aspavientos violentos contestando a Monro.

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26/02/2019, 12:28
James Monro

Con el puño en la mesa, el jefe de policía pide explicaciones. A cada frase que dice, su puño golpea la mesa haciendo que los papeles y los artículos de decoración reboten contra esta. Con la mano que no golpea la mesa, señala con el índice al hombre que tiene enfrente, sin evitar golpearle en el pecho de vez en cuando con dicho dedo.

-... y usted, mientras los demás hacemos nuestro trabajo, se encarga de dirigir a mis hombres ya dirigidos a otros puntos ha hacer otras labores difentes! -Le espeta sin contenerse. -¡Y así no hay manera de poder organizar nada, señor mío! ¡Por que cuando creo que algo se está haciendo resulta que, por que usted ha intervenido sin mi consentimiento! -La saliva le sale de la boca sin ningún tipo de control, impactando contra la ropa del hombre de enfrente. -¡No le consiento, bajo ningún concepto, que actúe a mis espaldas! ¡De hecho, cuando abandone la comisaría me pondré en contacto con el comisionado para ponerle al tanto de esta... -Mueve la mano abierta en círculos, buscando una palabra educada que le pueda llegar a servir. -...Repetida e inviable situación que está fomentando con sus mal hacer!

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26/02/2019, 12:37
Sir Charles Warren

El hombre de mayor edad, mantiene la mirada desafiante al jefe de policía, aunque espera pacientemente a que termine de despotricar para no cortarle. Puede verse, con suma claridad, cómo se le empieza a hinchar la vena que baja por el lateral del cuello hacia el hombro.

-¡Sí no es capaz de llevar la labor policial a buen término, alguien deberá coger las riendas de la situación para ponerle remedio! -Afirma sin ningún tipo de pudor. -¡Debido a su incompetencia, que ha debido de inculcar a los hombres que dirige, se le están empezando a amontonar los cadáveres en Whitechapel! -Golpea la mesa. -¡Llame! ¡Llame al comisionado y trate de explicarle esta falta de liderazgo, de talento, de actitud y aptitud que demuestra!

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26/02/2019, 12:43
James Monro

Como si de un puñetazo en la nariz se tratase, el veterano policía se echa hacia atrás, observando de arriba a abajo con una mueca de desprecio a su interlocutor. Levantando el lateral del labio superior derecho para acentuar el desprecio que le tiene, deja pasar unos segundos antes de continuar. 

-¡¿Y acaso es usted el que va a solucionar todo?! -Suelta un leve bufido. -¡¿Aquel que no le dolió lanzar a poco más de dos mil efectivos de la policía contra más de diez mil manifestantes?! -Vuelve a incorporarse acercándose a Warren. -¡Esta no es una situación en la que pueda soltar a los perros de presa para que le solucionen la papeleta! Sir... -Termina añadiendo el título de este último con deliberado desprecio.

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26/02/2019, 12:50
Sir Charles Warren

El hombre se sonríe con soberbia, levantando el mentón en dirección al jefe de policía. Con actitud mucho más relajada, se coloca los puños de su chaqueta de corte clásica. 

-De lo que no me cabe la menor duda es de que como no se va a solucionar esta investigación, es no haciendo absolutamente nada. -Vuelve a sonreírse. -Como está pasando en estos momentos.

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26/02/2019, 12:55
James Monro

El hombre se muerde el labio inferior, incorporándose. Visiblemente dolido, con las manos en la mesa, termina asintiendo con la cabeza, comprendiendo la futilidad de alargar esta disputa que no va a tener final, por mucho que se lo pida. 

-Muy bien, sir Warren. -Rebusca en sus bolsillos. -Veo que no me deja usted otra opción. -Tira la placa de policía encima de la mesa, para rebuscar en el cajón y sacar otra, que le acredita como un policía subordinado más. -Dimito. Pero seguiré en el cuerpo, sólo para que cuando todo esto acabe, venga aquí, y le diga: "Se lo dije".

Tras la respuesta de Warren, sale de la oficina en dirección a la calle.

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26/02/2019, 13:02
Sir Charles Warren

Viendo cómo Morno se despoja de su rango frente a él, continúa con su pose altiva mientras en su rostro se dibuja una sonrisa cínica. Antes de que salga por la puerta el antiguo jefe de policía, este le corta con una última frase. 

-Le dejaré venir a felicitar una auténtica y exitosa labor policial. 

Cuando Monro abandona la comisaría, recoge la placa que ha quedado encima de la mesa y se la guarda en el bolsillo. En ese momento se gira y observa cómo el resto de los agentes que se encontraban en las cercanías se encuentra mirándole. Frunciendo el ceño acude hasta el quicio de la puerta y mira a todos los presentes. 

-¡El espectáculo ha terminado! ¡Ahora, a trabajar todo el munto! -Su mirada cambia, mientras busca a alguien por ahí. -¡Abberline! ¡A mi despacho!

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26/02/2019, 13:08
Narrador

Un hombre, cerca de tu posición suspira, el inspector Frederick Abberline observa cómo el nuevo jefe de la policía metropolitana cierra la puerta y se adentra en su nuevo despacho para sentarse a esperarle. Tras unos segundos de indecisión, se levanta de su puesto y camina, más lento que rápido, a cumplir con la primera orden que le ha dado el nuevo jefe. 

El bullicio en la comisaría rompe el silencio que se había formado con la disputa entre los dos pesos pesados que tenía la policía en ese momento. Los comentarios que se escuchan son de toda clase, desde la injusticia con Monro, hasta la necesidad de cambiar los aires en la comisaría ante a falta de resultados que se estaban dando con el antiguo jefe. Lo único en común que se podía identificar en las conversaciones entre los agentes de policía era la inseguridad que, aunque ya se sentía, había salido a la superficie tras el cambio de liderazgo. 

Tras unos minutos que se hicieron más largos de lo esperado, Abberline sale del despacho con cara de preocupación. Cerrando la puerta tras de sí, pone los brazos en jarras y llama a los agentes que no tardan en hacer un corrillo alrededor de él. Tras unos segundos explicándoles la nueva situación, que no deja de ser exactamente igual a la anterior, dispersa a los agentes movilizándolos con la nueva tarea que tienen que llevar a cabo. Antes de que te des media vuelta, Abberline te llama.

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26/02/2019, 13:17
Detective Frederick Abberline

Aún con los brazos en jarras, el veterano detective se te queda mirando durante unos segundos sin mediar ninguna palabra. Es sólo cuando te das la vuelta para comenzar a andar a tu mesa cuando menciona tu nombre. 

-Señor Moore, acompáñeme. -Levanta un brazo y lo mueve indicándote que le sigas. Junto a él acabas en una de las habitaciones de interrogatorio. -Habrá estado al tanto, imagino, de lo que acaba de ocurrir. -Dice mirándote, esperando tu respuesta, pero sin ocultar su intención. -El nuevo jefe, sir Warren, me ha pedido que establezca un grupo de investigación. Esta madrugada han hallado el cadáver de una mujer en Whitechapel. Ya es el tercer asesinato en ese distrito y se teme de que los refugiados puedan alzarse contra la autoridad. -Asiente con la cabeza. -Tengo entendido que vas a ser uno de los propuestos para el ascenso por tu labor en la manifestación del 13 de Noviembte. -Te mira a los ojos y sin esperar respuesta continúa. -Alguien con sus habilidades puede venirme bien. Si aceptase, está dentro. -Espera unos segundos para continuar. -Necesito que vaya al lugar del crimen y se hagas cargo de la escena, hasta que levanten el cadáver. Tome pruebas, espere la evaluación del forense... ya sabe, cuando tenga la información vuelva a informarme.

Se queda esperando por si tienes alguna duda que resolver. En el momento en el que aceptes te dará el lugar donde se ha cometido el crimen para que acudas lo más rápido posible. 

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26/02/2019, 21:54
Jackson Moore

He estado durante años en el frente. He liderado tropas. He visto morir a amigos y enemigos por igual. Y nada de eso me ha dado tantos quebraderos de cabeza; no que yo recuerde. Sin embargo, tras casi un año, aún hay días que me despierto sobresaltado tras imaginar el sonido de decenas de silbatos pitando con fuerza, mientras una verdadera batalla campal se desarrolla a mi alrededor. Bueno, no imaginar, mejor dicho es recordar. Sí, recordar, pues para bien o para mal ese fatídico 13 de noviembre me acompañará allá donde vaya. 

Pese a que hayan pasado ya más de cinco años desde que me despedí de la vida castrense e ingresé en la policía londinense, sigo teniendo claro que una cadena de mando bien definida es necesaria para realizar un buen trabajo. Por ello, actué sin vacilar bajo las órdenes impuestas por el oficial al mando de la policía metropolitana, Sir Charles Warren, y no dudé en golpear antes de ser golpeado. Miento, al principio dudé, después de todo no era un ejército enemigo aunque lo pareciera, sino manifestantes, pero luego no puse ningún reparo al ver que muchos de estos iban armados y no evitaban el conflicto. Creo que en algún momento incluso me dejé llevar, olvidando dónde estaba, pero al fin y al cabo estaba realizando mi labor; era lo que me habían ordenado. Ese fue el problema, que no era el lugar para olvidar dónde estaba, aunque dicen que mi carrera se ha impulsado por ello...

Pronto esto quedó en un segundo plano. Los refugiados, la falta de recursos y los delitos menores eran el pan de cada día. Era el trabajo que nos da de comer, y nada con lo que no se pudiera lidiar. Sin embargo, la cosa cambió cuando comenzaron a aparecer cadáveres y estos seguidamente salieran como noticia de primera página en los periódicos. No sólo se podía percibir la tensión en las calles, sino también dentro de las comisarías, incluso entre los dos grandes pesos pesados de la policía; Monro y Sir Warren. Lo que yo decía, es necesaria una cadena de mando bien definida y con los objetivos y las acciones a seguir claras, cosa que a día de hoy distaba mucho de la realidad. 

Lo que no esperaba, sin duda, es que Monro fuera a dimitir. Lo cierto es que se me debió de quedar la cara blanca mientras veía a las dos autoridades enfrentarse a gritos, y encima hacerlo con público, pero si hay algo bueno de la situación es que ahora seguiremos un único curso de acción, y de acción, nunca mejor dicho, dado el carácter aguerrido de Sir Warren.  

Con la escena en mente, simplemente pensando en las palabras de ambos mandos y lo que ahora vendría, me había quedado un poco traspuesto. No sé cuánto tiempo pasó exactamente, pero doy gracias a que el Detective Abberline me llamase antes de que lo hiciera cualquier otro, y más aún después de escuchar sus palabras.

- ¿Formar parte de un equipo de investigación? ¡Claro! -Pensé. Creo que sonreí, y seguramente se me notase que estaba aceptando antes incluso de soltar una palabra. 

- Agradezco su invitación, señor Abberline, y acepto su proposición -Agacho la cabeza muy levemente en señal de afirmación y de respeto-. Y sí, está en lo cierto -Sentencio-. Soy consciente de la naturaleza del desafortunado encuentro que han tenido Sir Warren y el señor Monro ante toda una comisaría repleta de personas que no tenían por qué haberlo presenciado. 

Creo que he sido claro y  conciso en mis palabras. Cuando estás arriba no debes permitir que las emociones afloren o tus subordinados pueden llevarse una mala impresión. Además, creo que se ha de ser un poco más sutil. Podría seguir hablando de este tema, sí, pero si existe una cadena de mando es por algo y prefiero no meter la pata el primer día.

- Si me permite, detective -Continúo, expresando una duda que ahora más que nunca tiene su aquel, y aprovechando de paso a cambiar el delicado tema-. ¿De qué habilidades estamos hablando? No me malinterprete, sólo quisiera saber qué se espera de mí.

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28/02/2019, 13:11
Detective Frederick Abberline

El veterano policía, con la mirada cansada marcada por unas profundas ojeras que parecen introducir los globos oculares dentro de las propias cuencas, se toma un segundo para contestarte. 

-Determinación y el cumplimiento de las órdenes, sean cuales sean. Señor Moore. -Admite finalmente. -Y no, no era una escena que tuviera que presenciar toda la comisaría. -Asiente con cabeza. -Es mejor que aparte ciertas cosas de la mente, tenemos otro asesinato en Whitechapel y no podemos perder el tiempo con naderías y juegos de poder. 

El detective Abberline camina hacia la puerta de la comisaría, acompañándote a la salida. Esperando por si tuvieras alguna pregunta más que hacerle. 

-Trataré de enviarle apoyo lo antes posible, imagino que al inspector Reid, que ya está encargándose de los otros dos casos junto con otros compañeros y es alguien de mi plena confianza. -Se para frente a la puerta, tendiéndote la mano. -Espero que podamos empezar a cerrar casos de una vez por todas. Le veo más tarde, señor Moore.

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28/02/2019, 20:35
Jackson Moore

La determinación y el cumplimiento de las órdenes es algo que me es muy familiar, y no tendré problema en cumplir con dicha obligación. Además, presiento que junto al Detective Abberline podré llegar lejos en mi carrera, y además me inspira cierta confianza como superior, necesaria en estos días y más aún visto el trajín que se traen entre los mandos de la jefatura. 

Afirmo en silencio. Le acompaño hacia la puerta y, justo cuando la va a abrir, saco de mi abrigo el cuaderno de notas que siempre me acompaña. No tengo una memoria especialmente buena, aunque tampoco soy olvidadizo, pero prefiero tenerlo todo siempre bien documentado. 

- Perdone Detective, una última cuestión -Le digo entonces, con una sonrisa sincera, y con un tono un poco más distendido-. ¿Podría indicarme la dirección exacta del escenario? La calle me es familiar, pero no quisiera perder tiempo.

Dicho esto, y en cuanto me facilite la información, apuntaré la ubicación. También apuntaré el nombre del inspector que me acompañará y que se ha hecho cargo de los otros dos asesinatos, Reid. 

Por último, antes de despedirme y marchar hacia el escenario del crimen, le dedico unas breves palabras. Dicho lo cual, me pondré en marcha hacia el destino. 

- Gracias por este voto de confianza, detective. 

 

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02/03/2019, 01:12
Mary Ann Nichols

Abberline te indica el camino que debes de tomar para llegar a la escena del crimen. Te encamina hacia el London Hospital, ya que la calle en la que se ha cometido el crimen está a poco más de un centenar de metros del hospital. No evita apresurarte, pues el asesinato ha ocurrido cerca de las cuatro de la mañana, que es cuando recibieron el aviso, y todavía no se ha localizado a un juez para que acuda a la escena a efectuar el levantamiento del cadáver. Por tu experiencia, puedes deducir que el no se ha localizado se traduce en: "No hay un juez que tenga ganas de acudir a Whitechapel para hacer esa labor". Tras prepararte y coger todo lo necesario para iniciar tu trabajo, acudes al lugar del crimen. A medida que te vas acercando, comienzas a ver grupúsculos de gente, más o menos grandes, comentando entre sí. Puedes imaginar que, siendo el tercer asesinato de la zona este año, la gente comienza a estar muy nerviosa. Al pasar cerca de esas aglomeraciones de gente puedes escuchar la charla indistinguible, y de lo poco que puedes reconocer no hay nada claro. Es como si sólo por haber escuchado la campana, se hubieran reunido a comentar qué ha podido pasar sin saber muy bien qué ha pasado. Aunque todos parecen estar de acuerdo de que ha sido un asesinato, el resto se dedica a despotricar sobre la víctima, insinuando que se dedicaba al trabajo más antiguo, llamándola meretriz cuando no se usa el sinónimo menos educado. Algunos de los hombres asienten con la cabeza o directamente afirman, como si dedicarse a la prostitución normalizase el asesinato de esa persona, poniéndole figuradamente una diana en la espalda a todo el colectivo. Cada poco tiempo aguien se va del grupo, pero otros entran, reiniciando una conversación, en sí, absurda.

Tus pasos te llevan a Buck's Row, que no es una calle de paso normal y corriente pese a estar relativamente cerca del hospital. A medida que te acercas a tu destino, la gente se concentra en torno a un cerco policial, protegido por varios agentes de uniforme de aspecto cansado. Las ojeras han hundido los ojos en sus propias cuencas, dando un aspecto cadavérico a los agentes, que luchan, no sólo contra la turba, si no contra ellos mismos para no caer rendidos. No te cabe la menor duda de que necesitan un relevo lo más pronto posible, o la turba, si sigue amontonándose, sobrepasará el cerco sin que nadie pueda hacer nada por evitarlo. La prensa está en la escena, y aunque puedes ver que están haciendo preguntas a los agentes, estos no contestan nada en absoluto, siendo sinceros, están más proximos a sacar sus porras y cargar contra al gente que a responder preguntas para las que no tienen respuesta. Haciéndote hueco, a duras penas, llegas a la escena del crimen. Allí ya hay un agente vestido de paisano, acompañado de dos agente de uniforme, en cuclillas a un lado del cuerpo mientras va dictando al que lleva un bloc de notas. Este escribe con rapidez, pero en su cara se refleja la urgencia. 

El cadáver se encuentra en el suelo, encima de un charco de sangre reseca, que converge en torno al cuello de la víctima, a poca distancia de la puerta de una de las viviendas de la calle. A una distancia demasiado corta. La mujer, entrada en la cuarentena, no presenta ningún tipo de lesión en el cuerpo visible, tras el primer vistazo. Al igual, que la escena del crimen, que no parece mostrar ninguna pista al pasear la mirada en derredor. A un lado, un hombre de aspecto cansado, parece volver a repetir algo a otro guardia de uniforme. Al fondo, un camión de transporte está siendo custiodado por dos guardias uniformados. Desde el cerco, uno de los periodistas parece llamarte, haciendo aspavientos para que le hagas caso. No te llama por tu nombre, pero puedes comprobar que se está dirigiendo a ti mientas es empujado para que vuelva a su sitio por uno de los agentes que mantienen el cerco.

Notas de juego

Para investigar el terreno tira Percepción + Investigación. 

Para investigar el cadáver tira Astucia + Investigación.

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03/03/2019, 10:42
Jackson Moore

Intento caminar todo lo deprisa que puedo a través de las calles de la gran ciudad en dirección a la escena del crimen, pero no puedo evitar tener que apoyarme con fuerza sobre mi bastón en alguna que otra ocasión. 

Es una ligera cojera que a día de hoy apenas me produce molestias. Casi no es visible, pues han pasado ya bastantes años desde que fuera herido en la batalla de Laing's Nek, y tampoco me impide continuar con mi habitual ritmo de vida, pero tengo la certeza de que con los años empeorará y me será imposible caminar sin ayuda, y ya ni hablemos de correr. Por ello, sé que he de desarrollar mi carrera ahora que aún puedo; ya tendré tiempo de estar sentado tras una mesa de despacho en el futuro. 

Sea como fuere, llego a Buck's Row y más concretamente al lugar que me ha indicado el detective Abberline casi más guiado por los curiosos que se acercan a ver y chismorrear sobre la fallecida que por mi propio conocimiento del callejero londinense. Odio tanto este nivel de conducta cotilla similar al voyeurismo, que no puedo evitar sentir una pizca de enfado y asco al ver a la muchedumbre agolpada mientras despotrican sobre el pasado del cadáver. En fin...

- Dejen paso -Pido permiso con la esperanza de que me dejasen pasar entre las decenas de personas agolpadas, pero nadie me hace caso-. ¡Policía! ¡Dejen paso, por favor! -Grito entones, rugiendo de enfado, mientras empujo levemente a la multitud con el bastón para abrirme camino hacia el escenario del crimen. De momento no lo llamaré asesinato, si no tengo datos que lo confirmen.

Al llegar decido centrarme en la tarea que tengo por delante, por lo que antes de nada decido ir donde el cadáver para un primer vistazo rápido, y de paso presentarme formalmente al agente de paisano que parece estar recogiendo notas. 

- Jackson Moore -Me presento-. Me envía el Detective Abberline para que me haga cargo de la escena. ¿Y usted es?

Una vez se presente, cosa que espero que haga, me pondré manos a la obra tratando de dar con pistas que me hagan de piezas de puzzle. 

Por último, lo último de todo, será acercarme hasta el periodista. No pienso decirle nada, pero quisiera saber si él tiene algo que decir.  

- Tiradas (2)
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08/03/2019, 19:59
Edmund Reid

El agente de cuclillas se gira al escuchar cómo te presentas. No te cuesta reconocerle, la verdad que ahora mismo es uno de los hombres más reconocibles del cuerpo de policía, puesto que él se está encargando de los otros dos asesinatos que se han dado en la zona. El inspector levanta la mano, indicando que le des un segundo, para terminar lo que estaba haciendo con el agente que está tomando notas. 

-¿Lo tiene apuntado, agente...? -Dice con voz cansada. -¡Apúntelo de una vez! -Dice sin dar tiempo a que este conteste. -La proximidad del cuerpo a la puerta de la vivienda puede indicar que la víctima buscaba ayuda o cobijo. -Dice aumentando el tono de voz. -Y no he terminado, háganse a un lado y esperen a mis instrucciones. 

Ahora sí se gira hacia ti, y se levanta para saludarte. Aunque trata de sonreír, el gesto se queda a medias entre el cansancio y el intento de ser cortés. Tiende la mano esperando a que se la estreches. 

-Reid. -Dice con la convicción de un hombre hecho a las presentaciones. -El inspector Edmund Reid. -Después se gira mirando la escena del crimen y tiende la mano para que hagas lo que tengas que hacer. -No sabía que iba recibir ayuda, pero es bienvenida, agente. ¿Qué le parece si echa un vistazo, saca conclusiones y las ponemos en común? -Termina ofreciendo. -Mientras tanto, si no le importa, señor Moore. -Pasa su mano por su cuello mientras te habla. -Voy a terminar de dictar las notas al agente. Tómese su tiempo.

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08/03/2019, 20:19
Narrador

-La escena del crimen

La escena del crimen tiene poco que decirte, aunque hay una zona bastante grande acordonada, la ausencia de evidencias es bastante llamativa. Por lo que parece, el crimen se concentró en pocos metros alrededor de donde cayó el cuerpo sin vida de la mujer. Una segunda pasada aleja toda duda y concentra tu atención en las cercanías del cuerpo. Aquí es de donde sacas la mayor parte de la información. El cuerpo sin vida está a pocos metros de la puerta de una de las viviendas de la calle, la puerta y la parte derecha del muro, presentan una mancha alargada de sangre, probablemente expulsada por la víctima al recibir el corte fatal. Por la posición del cuerpo, y la mancha de sangre en la puerta, puedes intuír de que el asesino hizo el corte desde la espalda de la víctima. Por la ventana de la vivienda, puedes ver a una mujer, con gesto aterrorizado, obervando todo desde el interior de la vivienda.

El hombre cansado que está hablando con la policía, por lo que has podido averiguar, es un carretero llamado Charles Cross, es quien ha avisado al policía que le está interrogando, John Neil, agente que estaba de patrulla en ese momento.

-El cuerpo.

El cuerpo es el de una mujer entrada en los cuarenta años, por los ropajes podrías aventuar que no es una mujer adinerada, aunque trata de vestirse lo más elegantemente posible, se nota que no son telas de una calidad superior. Tampoco es un gran descubrimiento, pues Whitechapel es de las zonas más pobres de Londres, y la aristocracia no suele pasear allí por donde pasea el ganado. A primera vista, lo que te llama la atención principalmente es la ausencia de violencia que se puede entrever, al no notar ningún tipo de moratón en el cuerpo de la víctima. Si esto se confirmase en la futura exploración forense, indicaría una de estas dos hipótesis, o la víctima conocía a su asesino, o este le sorpredió.

El charco de sangre, que es batante abudante, nace del cuello de la víctima, donde un par de cortes profundos han seccionado, con habilidad clínica, la arteria carótida. Son cortes limpios y profundos, no puñaladas sin sentido. El cuerpo no presenta ninguna otra laceración, ni las uñas de las manos, presentan carne desgarrada o sangre, que indicaría un forcejeo. 

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11/03/2019, 20:02
Jackson Moore

Una vez finalizadas las formalidades con el Inspecto Reid, me pongo en situación. Examino la escena y el cuerpo de la fallecida, y aunque no hay mucho de donde rascar lo cierto es que consigo sacar algunas conclusiones que apunto de manera resumida en mi bloc de notas. No obstante, son piezas de un puzzle sin acabar, y al cual le faltan muchas para estar terminado. 

Dadas mis suposiciones, dudo que la víctima estuviera buscando ayuda, como supone el inspector, dado que todo apunta a que fue un asesino con anterior relación o que sorprendió a la víctima, aunque más me inclino por la segunda por la falta de heridas de carácter pasional, más bien meticulosas, lo cual podría significar algún tipo de formación médica.

Entre otras ideas que rondan mi cabeza, una de las primeras es saber si el edificio se trata de algún lugar habitual para la fallecida, o si estaba ahí casualmente. Además, así podré saber si es verdad que se trata de una prostituta, aunque su forma de vestir pueda insinuarlo. Además, aunque imagino que no es el caso, quisiera saber si se han escuchado algo antes de que el carretero informase a la policía.

- Perdone, agente -Le digo entonces al policía que tomaba apuntes para el inspector, centrándome en la mujer de la ventana-. ¿Alguien ha hablado con la señora de la vivienda, o sabe quién vive en el edificio?

En caso de que la respuesta sea negativa, me dirigiré a la puerta de la vivienda para hablar con los inquilinos, tras hacerle una seña a la señora de la ventana para que se acerque para hablar con nosotros. 

Nota mental: Pedir los informes de los dos asesinatos anteriores para tratar de localizar algún punto común y ver si se trata del mismo asesino. 

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14/03/2019, 01:37
Narrador

Con diligencia, apuntas tus impresiones en tu block de notas a medida que avanzas a lo largo de la escena del crimen y el cadaver. Tus primeras impresiones se empiezan a fijar. Quizá, comparando los asesinatos con los dos previos puedas dar con una pauta, o al menos, sacar más piezas de un puzzle que acabas de empezar a hacer. El periodista que te llamaba sólo pretendía hacerte algunas preguntas, pero poco más. Últimamente, los diarios han cargado bastante contra la Metropolitana por considerarlos un atajo de iinútiles bárbaros con privilegios, incapaces de ocuparse de nada serio. Comparan las acciones que suele llevar a cabo la policía, para dejarla en evidencia. Para desalojar a un pobre de alguna zona pública que haya escogido para descansar, cuatro o cinco agentes, pero para los asesinatos u otros casos más importantes, o serios, uno o dos detectives, como mucho. Algo que la gente que lee, o escucha la noticia en los típicos boca a boca, se suma a la crítica, al sentirse desprotegida. 

El guardia que estaba tomando notas por parte del inspector Reid te informa de que todavía no se ha procedido a interrogar a la familia de la vivienda, y que ellos tampoco han podido salir a hablar. Al haber una mancha de sangre en la puerta de la vivienda, el inspector Reid les ha informado de que deben quedarse en el interior, para no alterar la escena del crimen, hasta que llegue el juez y se pueda levantar el cadaver y acta de lo sucedido. Por fortuna, el juez aparece en la escena, junto con el médico forense asociado a vuestra comisaría. Mientras hacen lo suyo, el inspector Reid se acerca a ti.

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14/03/2019, 02:11
Edmund Reid

Al ver que se va a pode progresar, de una vez por todas, el veterano detective se pone a tu altura, con las manos en la espalda, observando a los recien llegados hacer su trabajo tras informales de otdo lo que precisaban. 

-Al menos no nos harán tener que quedarnos aquí más tiempo del estríctamente necesario, y podremos hablar con la famiiia de la vivienda, de una vez por todas. -Te miro a antes de devolver la mirada al juez y al médico forense. -¿Cuales son sus impresiones hasta el momento, señor Moore?

Con la seriedad que le caracteriza, se queda mirándotemientras le contestas. 

Tras el examen del cuerpo en ua primera instancia, el foresnse le da el visto buen al juez que no tarda en firmar el acta. Los agentes levantan el cuerpo que es introducido en una especie de urna de madera, donde lo van a trasladar hasta la propia comisaría, donde será sometido a un examen mucho más minucioso.

-Adelántese, señor Moore. Iré a hablar con el testigo que encontró con el cadaver. 

Te mira, afirmando con la cabeza y se separa de ti en dirección al hombre cansado.

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14/03/2019, 03:50
Narrador

El charco de sangre reseca es todo lo que queda una vez se llevan el cadáver. Ante tus ojos, uno de los agentes echa un cubo de serrín a la mancha, tapándola y dejando la escena algo más visible. Sólo las fotografías que ha tomado el forense son testigo de la sangrienta escena que acababa de desaparecer. La policía levanta el cerco y todo vuelve a una falsa normalidad que no deja de ser molesta. Te acercas a la ventana de la casa para indicar a la señora que ahí se encuentra que abra la puerta, pero aún así, y con cuidado de no golpear en la parte manchada con la sangre reseca, tocas en la puerta esperando a ser recibido. Sin hacerte esperar, la puerta se abre. Una señora, también en la cuarentena, con gesto compungido y temblorosa, hace verdaderos esfuerzos para saludarte. 

-Buenos días... agente... -Traga saliva. -¿Qué... desea?

El intento de mostrar entereza y compostura, a la vez que la típica educación inglesa es encomiable, no sólo por la situación en sí, si no por que la parte de la ciudad en la que vive ya te indica que el esfuerzo es superlativo. La mujer se manteniene quieta en la puerta. En el momento en el que le digas que quieres hacerle unas preguntas, serás invitado a pasar y a tomar un té, o un café, si gustas. Conducido al salón, verás la ventana en la que estaba asomada. No está sola en casa, una mujer mayor, que podría ser su madre, su marido y sus dos hijos también están en la casa. La señora mayor, sentada en una mecedora, parece no darse cuenta de que has pasado por su lado. No deja de mecerse con la mirada perdida en las brasas, aún llameantes, de la chimenea.