Partida Rol por web

London by Night: Crimson Nights

[Prólogo] What nobody wants (Jackson Moore)

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15/03/2019, 17:07
Jackson Moore

- Mi impresión, Señor Reid -Respondo al inspector-, es que la víctima no vio a su asesino -Antes de que me corte, añado-. Si me permite...

Abro rápidamente mi cuaderno y, tras releer mis primeras pesquisas, le expongo mis suposiciones. 

- Los cortes son directos a una arteria principal, no hay nada que indique que haya sido pasional, lo cual casi quita de la ecuación una relación cercana, sino más bien las malas artes de un psicópata meticuloso, y eso da la impresión de que el susodicho es alguien con una gran frialdad y quizá ciertos conocimientos médicos, o quizá una técnica perfeccionada. Esto último podríamos aclararlo si las dos primeras mujeres tienen puntos en común pero sus fatales heridas son más chapuceras. O quizá venía de antes, sólo que no tienen un hilo común.

» Además -prosigo-, puedo errar, pero parecen estar hechos por detrás. Lo cual quitaría la sospecha de que la mujer estuviera huyendo, más si cabe tras la ausencia de marcas de violencia. Los cortes son muy limpios como para que fueran hechos mientras la víctima se refugiaba.

Me quedo callado, como esperando una aprobación por parte de un superior, para después rápidamente añadir, una vez que permite que me encargue de los habitantes de la casa: 

- Habrá que confirmar mis deducciones con el informe del forense. 

Dicho lo cual, me dirijo hacia la puerta de la vivienda. Llamo y espero a que me abran. Cuando abre, me recibe la mujer de la ventana. Sin duda parece que le ha afectado, aunque desconozco si por cercanía o simplemente por ver la escena. En cualquier caso, me presento. 

- Buenos días, señora. Mi nombre es Jackson Moore, y me gustaría hacerles unas preguntas en nombre de la policía. Sólo serán unos minutos. 

Cuando acceden a recibirme, acepto de buen grado una taza de té, y pido un terrón de azúcar. 

Una vez se persone la familia, aunque no hace falta que estén los hijos, les haré una pequeña batería de preguntas reglamentarias: ¿Escucharon u oyeron algo anoche? ¿Vieron a alguien sospechoso merodeando? ¿Conocían a la víctima, o la habían visto anteriormente por esta zona?

Una vez les tome declaración, apuntando quién dice qué en mi bloc de notas, quisiera cambiar impresiones con el inspector. 

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18/03/2019, 01:00
Narrador

El inspector Reid te mira durante tu discurso informativo, acabando por asentir al terminar. Observa la escena una última vez, llevando sus manos a la espalda, balanceando el peso de su cuerpo de una pierna a otra. Tarda unos segundos en contestar, perdido, al parecer, en lo que sea que esté trabajando su mente. Como si estuviera tratando de recrear la escena que tiene delante. Frunce el ceño, soltando un leve bufido de contrariedad. 

-No es una mala hipótesis, señor Moore. -Te mira. -No voy a negar que he pensado en esa misma dirección, pero teniendo en cuenta que la primera mujer fue una violación, confirmada por la propia víctima, de tres hombres, siendo uno de ellos un adolescente, y el segundo, un ensañamiento... -Enarca una ceja, volviendo a mirar al frente, carraspeando para continuar. -Costará encontrar puntos en común, si es que los hubiera. -Vuelve a mirarte, asintiendo, para continuar hablando. -De todas formas, hay que concentrarse en el asesinato que tenemos frente a nosotros. Si su hipótesis resulta correcta. ¿Por qué la victima encaraba la puerta de aquella vivienda? -Se lleva la mano al mentón. -Podría darse la situación de que la salpicadura de sangre fuera fortuita, producto de un giro violento al recibir el corte, pero no deja de llamarme la atención la próximidad a la vivienda y que encarase la puerta. -Termina mirándote y se disculpa para ir a hablar con el carretero.

Caminas hacia la casa y eres bien recibido, te dejan pasar sin ningún tipo de problema aunque se nota el nerviosismo de la familia por lo ocurrido. Eres conducido al salón y, al no responder a su ofrecimiento, la mujer traga saliva y camina hacia el asiento más cercano, tratando de mantener un porte digno y, a la vez, mostrar cierto grado de indignación por no apreciar lo que te podían ofrecer. Pero es sólo un momento, dada la gravedad de la escena que se ha vivido en el exterior, al entrar en contacto con el sofá, puedes ver, perfectamente cómo la mujer se desinfla anímicamente. De repente, su rostro muestra el cansancio acumulado, caes en la cuenta de que, con toda la probabilidad, llevan despiertos desde que se ha dado la señal de alarma. El marido se queda de pie, paseando de vez en cuando a lo largo de la estancia, con los brazos cruzados y sin ocultar, de vez en cuando, un bostezo silenciado por su propia mano. Su cara refleja preocupación. Durante unos segundos, lo único que rompe el silencio que se forma es el contínuo golpeteo de la madera contra el suelo de la mecedora. Finalmente, la mujer observa a su marido y toma aire, expulsándolo en un suspiro largo.

-Pregunte, señor agente, pero déjeme avanzarle que no creo que no creo que vayamos a ser de ayuda. -Traga saliva y se retira una lágrima que empieza a recorrer su mejilla con el dorso de su mano derecha, temblorosa. 

Tus preguntas reciben un largo silencio como respuesta al principio. La pareja se mira, como buscando que uno de los dos tome la iniciativa y empiece a contestar. Finalmente es la mujer la que toma la palabra. 

-No... lo lamento. -Dice la mujer. -Nosotros estábamos durmiendo, y no fue hasta que escuchamos la campana de alerta que nos despertamos. 

-El primero en despertar fui yo. -Confiesa el hombre con voz grave. -Al escuchar la campana de alerta imaginé que algo como esto podía haber pasado. -Asiente con la cabeza, con nerviosismo. -Desperté a mi mujer en cuanto noté que la campana se detenía cerca de casa y ambos bajamos a observar que estaba pasando, por la ventana... Lo que no nos esperábamos encontrar era... eso... -Señala con el dedo hacia la puerta, indicando el cadáver. -No hemos podido pegar ojo desde ese momento...

En ese momento la vieja deja de mecerse y se gira en la silla para mirarte. Su rostro está compretamente surcado por profundas arrugas, lo que te indica que la mujer ha vivido muchísimo. Con una voz muy débil, y una mirada lechosa y perdida, levanta una de sus manos para señalar hacia ti. 

-Sólo un sonido seco. -Termina diciendo y baja el brazo. -Un sonido seco, sólo. -Afirma con la cabeza con convicción. -Y el baile de sombras. Sólo dos, dos juntas que desaparecieron al mismo tiempo.

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18/03/2019, 20:47
Jackson Moore

Doy un par de sorbos al té mientras escucho tanto a la mujer como al hombre. Quiero dar sensación de tranquilidad, para ver si sé transmitírsela, de forma que pese a la escena vivida puedan aclarar sus mentes y responder a mis preguntas con normalidad.

No obstante, tal y como momo me temía, la familia apenas tiene información que ofrecernos. Era de esperar que estuvieran en la cama a las horas en las que se produjo el asesinato, pero no me han respondido a la pregunta que creo más importante, y es si conocían de algo a la víctima o por el contrario estaba ahí, en su puerta, de casualidad.  

- Entonces, perdonen que insista -contesto, mirando al hombre para quitarle el peso de responder a la mujer, que está visiblemente compungida-, ¿La víctima no les era familiar? ¿No la habían visto nunca por la zona, o por los alrededores de su vivienda?

Desconozco si la anciana tiene algún problema de carácter mental, pero las palabras que suelta en ese momento me desconciertan completamente. Miro hacia el matrimonio, con expresión de incógnita, como esperando que ellos digan algo, hasta que finalmente añado con la mirada puesta tanto en el matrimonio como en la propia señora de la mecedora: 

- ¿Qué quiere decir, señora? -pregunto, con tono intrigado-. ¿Qué dos sombras? ¿Qué sonido? ¿Ha visto usted algo?

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20/03/2019, 02:32
Narrador

Tanto la mujer como el marido abren los ojos como platos, primero ambos miran a la anciana para acabar mirándose entre ellos, con un claro gesto de incredulidad en el rostro. La mujer parpadea un par de veces antes de darse cuenta de que has vuelto a preguntar algo. Puedes observar como baja la mirada, tratando de recordar lo preguntado. Abre la boca y trata de erguirse en el asiento, una vez se ha puesto en orden. 

-Disculpe a mi madre, agente. Por desgracia los momentos de lucidez de los que dispone se han acortado hasta casi desaparecer. -Traga saliva, mirando a su madre convv csvsdara de pena. -Mi padre... nos ha dejado recientemente y ahora... nos tenemos que hacer cargo de su cuidado. -Acaba reconociendo. Lleva sus manos a sus muslos y los frota un par de veces. Viéndote tomar el té la situación se relaja un poco y vuelvse a quedarse un poco parada pensando. Es el marido el que toma la palabra. -No, no la conocíamos. No sabíamos quién era. -Acaba sentenciando. -Pero tampoco sabría decir si vivía por esta zona o no...

La mujer asiente con la cabeza corroborandom en  silencio las palabras de su marido. Poco más puedes sacar en claro de esta pareja, así que te centras en tratar de encontrar alguna lógica a las palabras de la anciana en la mecedora. 

-Dos sombras, joven. Dos sombras. -Sonríe señalando hacia la ventana. Luego vuelve a mecerse como si nada de esto fuera con ella.

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22/03/2019, 15:40
Jackson Moore

Me tomo las palabras de la anciana más como los desvaríos de una senil mujer de avanzada edad que como los de una falsa vidente, como sí puede ser mi bien conocida y querida Vadoma, a la que, por cierto, un día de estos debiera visitar. Tiene su puesto de "videncia" en el barrio, y es posible que alguien haya ido o vaya en los subsiguientes días a contarle sus penas y, con suerte, se haya enterado de algo interesante relativo a los asesinatos.

Sea como fuere, doy un último trago de té y deposito suavemente la taza en su platito. Guardo el cuaderno de notas en el interior del abrigo después de haber apuntado que la familia no tiene relación con la difunta ni la había visto anteriormente, y me levanto del asiento. Me atuso la ropa, cojo el bastón y el gorro, y me despido. 

- Gracias por su cordialidad -Agradezco, con sinceridad-. Rogaría que si se enterasen de cualquier cosa, vieran algo raro en los próximos días, o se acordaran de algo de lo que hoy no, fueran a la comisaría más cercana y preguntaran por mi; Jackson Moore. Cualquier agente me pasará nota y yo mismo me acercaré a visitarles a su domicilio si así lo desean.

Dicho esto, espero un segundo por si me quieren acompañar hacia el exterior, y me encamino hacia la salida. Una vez fuera, iré a ver al inspector para poner en común mis notas, básicamente que los inquilinos de la casa no tenían relación alguna con la mujer asesinada. 

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25/03/2019, 23:48
Director

Tras las palabras de la senil anciana, te queda claro que poco o nada te queda por hacer en esa casa. El informe del forense te tendrá que dar algo de lo que tirar. De momento sólo tienes interrogantes y casi ninguna respuesta. Nada concluyente a primera vista. Quizá la ausencia de pruebas más concluyentes sea en sí una prueba, no lo sabes... sólo te puedes imaginar la cantidad de trabajo que te espera, estos días, con los informes de los dos asesinatos anteriores que quieres repasar. 

A mitad de camino, el inspector Reid se despide de ti para ir a otro sitio. No es el único caso que tiene entre manos y no hay suficientes agentes como para andar delegando. El resto del camino hacia la comisaría pasa bastante rápido, pero no te puedes quitar de la cabeza las palabras de la vieja en la mecedora. "Dos sombras, joven. Dos sombras." Si no hubiese sido una señora señil la que te hubiera dicho eso... ¿Le hubieras dado importancia? Seguramente sí... Y quizá aún lo tuvieras en mente aunque no quisieras. ¿Qué podría significar?

Al llegar a la comisaría la cosa no va a mejor, todo el mundo está haciendo algo, Abberline está en otro asunto y no lo localizas, Tampoco hay muchos agentes en la central, el doctor no ha acabado la autopsia y quedan unas cuantas horas hasta saber algo más. No vas a perder el tiempo, así que solicitas que te den los informes de los dos primeros casos, dos casos que siguen abiertos y que está llevando el inspector Reid. Asumes que los informes estarán en la pila que hay en la mesa de su despacho, que se encuentra cerrado. De todas formas, uno de los agentes que te ve por ahí, había colaborado con el inspector Reid, antes de ser derivado a una serie de robos que se han dado en Mayfair, lo poco que puede contarte es que la primera mujer, rondaba los 40, se llamaba Emma Elisabeth Smith, que murió por las complicaciones de sus heridas, en el hospital. Ella misma dijo que la violaron entre tres hombres, siendo uno de ellos un adolescente. La otra mujer, Martha Tabram, también rondaba los cuarenta, pero ella fue asesinada con ensañamiento, pues contaron casi 40 puñaladas en su cuerpo. 

Vuelves a tu escritorio, a esperar a que el doctor termine de hacer su trabajo. Aunque te pones a rebuscar en tus notas, lo poco que hay y la falta de algo más concluyente hace que te pases el tiempo sentado, sin hacer nada de provecho. Aprovechas para tomarte un café y pasar el rato. Finalmente el forense acaba su trabajo y puedes ir a hablar con él. 

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26/03/2019, 00:55
George Bagster Phillips

Entras en la morgue a tiempode ver cómo un señor enjuto, larguirucho y espigado, cubre el cuerpo de la víctima. El médico forense asociado a la policía metropolitana es George Bagster Phillips, una persona complicada, por definirlo rápidamente. Aunque lo conoces de oídas, no habías tenido la oportunidad de hablar con él. Esto, para cualquier persona se traduce en buenas noticias, pero en este momento te gustaría tener más confianza con alguien cómo él para poder tratarle de una forma más impersonal. La delgadez de su cuerpo acentúa su seriedad, su expresión no ha cambiado ni un ápice desde que te ha visto entrar, y su mirada se ha fijado en ti, y no la mueve, pese a que no deja de recoger sus instrumentos. Finalmente, es él mismo el que rompe el silencio al hablar. 

-¿El qué puedo ayudarle, agente? ¿Tiene alguna duda?. -Dice algo molesto. 

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27/03/2019, 20:01
Jackson Moore

"Dos sombras, joven. Dos sombras..." ¿Quizá quiso decir dos personas? ¿Podría ser? Bueno, lo cierto es que no lo se. Lo que sí se es que no pretendía darle mayor importancia pero las palabras de la anciana me acompañan durante todo el camino de vuelta a la comisaría, dando más vueltas en mi cabeza que las que consideraba realmente necesarias.

En cualquier caso, cuando regreso a la comisaría me veo sin posibilidad de hablar aún con el doctor, por lo que decido dedicar el tiempo a repasar los informes de las anteriores víctimas. Maldigo para mis adentros cuando me doy cuenta de que tampoco tengo acceso a ellos, pero me sorprende gratamente uno de los agentes que me pone, por así decirlo, al corriente de los casos. 

Por lo que me cuenta, no consigo sacar ningún punto en común. A priori no parecen tener relación ni entre ellas, ni tampoco con la tercera víctima, pero tampoco soy un experto en la materia por lo que es una pregunta que guardo en el tintero para ver si el forense puede determinar algo más.

La espera, qué cosa tan horrible. Desde que hablo con el agente doy vueltas por la comisaría como pollo sin cabeza, y un café es casi todo lo que consigo sacar en claro desde que entré por la puerta. Quizá sea el hecho de que es mi primer caso serio, o que quiero abarcar más de lo que realmente puedo con las escasas pistas que tengo, pero lo cierto es que me frustra en exceso el hecho de quedarme quieto cuando soy consciente de que hay muchas cosas que hacer. Por eso, cuando finalmente tengo oportunidad de hablar con el forense, no tardo ni un segundo en ponerme en marcha. 

El Señor Phillips resulta ser un hombre sin apenas empatía, lo cual achaco a su trato constante con la muerte, aunque quizá sea al revés y su trato con la muerte sea derivado de una falta total de empatía con los hombres. En cualquier caso, y sin esconder mi cara de asombro ante lo que me parece una falta total de tacto para con los agentes de la ley, respondo.

- Buenos días, Señor Phillips, perdone que interrumpa su trabajo. Mi nombre es Jackson Moore, y estoy investigando el caso de la mujer encontrada en Buck's Row. Quisiera oír su palabra de experto al respecto, si no le importa...

Intento ser todo lo educado que puedo, aunque no puedo evitar sentirme un poco molesto por sus formas iniciales. Saco mi bloc de notas y le suelto unas preguntas al aire a ver qué puede decirme al respecto.

- Mi humilde opinión me dice que ha sido un hombre con ciertos conocimientos médicos, o bien una técnica perfeccionada. ¿Cree que el asesino produjo ambos cortes? ¿Ha encontrado alguna relación con los anteriores casos? Lo cierto es que sería de agradecer cualquier información que puediera facilitarme...
 

Notas de juego

Si puedo realizar algún tipo de tirada tipo "carisma" o similar para tratar de acercarme al forense y que pueda facilitarme información más fácilmente, puedes tirar por mí sin problemas.  

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28/03/2019, 22:10
George Bagster Phillips

El forense se te queda mirando sin modificar el gesto durante unos segundos. Como si estuviera rumiando algo en la cabeza. Si no fuera por el cosntante parpadeo de sus ojos, podrías equivocarte y pensar que es una escultura de cera, en una posición poco agraciada, realizada por las manos de un talentoso artista. Aparta la mirada de ti para depositarla en el cadaver cubierto, es en este momento cuando un gesto cercano a la molestia se dibuja en su cara. Con un ligero bufido, cargado de hastío, destapa el cadaver hasta lo politicamente correcto visible, El cuerpo, lavado, muestra el habitual tono blanquecido cadavérico. La mandíbula no permanece cerrada, por lo que la boca está completamente abierta, colocando un gesto extraño en el rostro de la difunta. La mitad superior pertenece a una mujer relajada, la mitad inferior, a una mujer sorprendida en exceso. El doctor te vuelve a mirar, sin mover las manos, que las mantiene en la mesa, comienza a hablar

-Procure guardarse su humilde opinión, agente. No estoy aquí para entrar a debatir las percepciones de un ojo inexperto, ni las tribulaciones hipotéticas de una mente sin cultivar. Estoy para contestar con hechos. -Añade en un tono informativo, neutro, que contrasta con las palabras que escuchas. -La difunta se llama Mary Ann Nichols. -Te muestra una bandeja con varios objetos y unas pocas monedas.. -Al menos eso es lo que pone en los documentos de registro que llevaba, en un bolsillo interior, junto al resto de sus posesiones. Según esos mismos registros, se hospedaba en la casa de huéspedes nº18. -Después pasa a señalar el cuello. Mirándote a los ojos. -Si observa el cuello de la víctima podrá observar los dos cortes que son la causa de la muerte. Dos cortes precisos y profundos, bastante profundos. -Aprieta la mandíbula, como si estuviera haciendo cálculos. Aunque tiene los ojos clavados en ti, su mirada esta perdida, hasta que comienza a hablar de nuevo. -Dada la precisión y fuerza empleados en el corte, la víctima ya estaba muerta antes de tocar el suelo. Dudo que pudiera articular palabra. -Mueve la mano, abarcando el resto del cuerpo de la mujer. -No hay muestras de violencia, ni señales defensivas. Esta mujer fue atacada por sorpresa. -Vuelve a apoyar la mano en la mesa, sin dejar de mirarte en ingún momento. -La persona que ha efectuado los cortes tiene mucha pericia con la hoja. Teniendo en cuenta que son dos los cortes, en la misma arteria, se podría llegar a intuir cierto grado de conocimiento médico o simplemente de anatomía. Eso incluye desde alguien ligado al mundo sanitario, como un dibujante a carboncillo. -Remarca el segundo ejemplo como si fuera algo importante. -La hoja empleada en el asesinato debía de estar muy afilada. Bien puede ser un bisturí, una navaja de afeitar, un cuchillo afilador o una hoja para sacar la punta al carboncillo. Cualquier metal afilado que pueda blandirse con soltura a una mano. -Espera unos segundos sin dejar de mirarte. -Todo esto lo tendrá en su informe, no puedo sacar conclusiones con lo que tengo entre manos. Lo unico que puedo afirmar con seguridad, es que la víctima fue sorprendida desde atrás por alguien lo suficientemente diestro como para seccionar la arteria limpia y profundamente, dos veces, sin darle opción ni a gritar por su vida. 

En la misma posición en la que está, se te queda mirando. Quizá esperando a que te des media vuelta y te marches, o en el peor de los casos, que vuelvas a hacer alguna que otra pregunta.

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01/04/2019, 20:26
Jackson Moore

Enarco una ceja ante la respuesta del forense, pero me guardo mi "humilde opinión" acerca de su total falta de tacto. No me ha sorprendido, pero esperaba un poco más de respeto.

Sea como fuere, con el bloc de notas en mano, apunto aquello que me parece importante o remarcable, como son el nombre de la difunta, Mary Ann Nichols, así como la dirección donde se hospedaba, siguiente punto de mi investigación. 

Si Bagster esperaba que mi vista se separase del cadáver cuando me mostraba en detalle las fatales heridas, o mostrase algún signo de debilidad ante la visión de un cadáver, sin duda ha fallado. He visto demasiado en mis años en África, no sólo muertos y heridos en combate, sino también la desagradable muerte por enfermedad, y sobretodo lo que hacían los indígenas zulúes a los pobres hombres que caían en sus emboscadas como para mostrar desasosiego frente a la difunta. 

No obstante, apunto entre mis notas que las heridas parece que impidieron que gritara, subrayo "conocimiento médico", y apunto las posibles armas empleadas: Bisturí, navaja de afeitar, cuchillo afilador u hoja para sacar la punta al carboncillo. Finalmente, subrayo también "sorprendida", como yo esperaba. 

Guardo mis conjeturas para mí, pues como dice el forense no quiere saber nada de las percepciones de un ojo inexperto, guardo mis apuntes en el interior de la chaqueta, y me despido.

- Muchas gracias por su tiempo, Señor Phillips. Un placer. 

Me doy la vuelta y me dispongo a partir en dirección a la casa de huéspedes Nº18 pero, pareciendo querer importunar aunque sin ser a posta, me giro con el dedo índice en alto: 

- Perdone, una cuestión -Seguramente le moleste, pero no me importa. Yo, al igual que él, estoy haciendo mi trabajo-. ¿Cómo tiene las rodillas, o la dentadura? ¿Posible prostituta? 

Responda lo que responda saldré del lugar con intención de ir hacia la hospedería, salvo que algo me interrumpa. Por el camino, por aquello de comer algo, compraré en un puesto de fish and chips algo que llevar al estómago, pues me veo que hoy será un día largo. 

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04/04/2019, 22:03
George Bagster Phillips

Asiente con tranquilidad, como respuesta al agradecimiento por el desempeño de su trabajo, pero no dice nada más, simplemente parece empezar a recoger el equipo con el que ha estado trabajando hasta el momento. Alguno de los que trabajan para él se pasará un buen rato limpiando y afilando los utensilios, por que sinceramente dudas que sea él mismo el que tenga todo preparado y a punto para su utilización. La pregunta acerca de la dentadura y las rodillas de la víctima parece interesarle bastante. Vuelve a descubrir el cuerpo y observa las partes mencionadas con detenimiento. Emitiendo soniditos con la boca cerrada que pueden poner nervioso a cualquiera que los escuche de continuo.

-Interesante pregunta. No tiene síntomas de enfermedad sexual. -Deja de mirar la boca para pasar a la rodillas. No se para ahí, también observa las manos y la ropa que llevaba puesta. -Sí que es cierto que se observa un cierto desgaste pronunciado, y un déficit de higiene dental que bordea lo preocupante. La ropa tampoco es concluyente, pero es un modelo extendido entre las meretrices de Whitechapel. No me extrañaría que esa fuera su profesión. Es muy probable. -Termina afirmando.

Sí no tienes ninguna pregunta más, volverá a ponerse a recoger todo. Nunca se sabe cuando necesitará tenerlo todo limpio para hacer una nueva autopsia. Te diriges hacia el exterior, cuando de repente, un montón de pasos rápidos te alertan de que algo está ocurriendo en el piso de arriba. De dos en dos escaleras, pese al dolor de la pierna, subes con bastante agilidad. Ya en la planta baja, una voz familiar te llama por tu nombre. Lo buscas con tu mirada hasta dar con él.

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04/04/2019, 22:26
Alfred Winston

El inspector Winston, uno de los agentes de policía con los que más has tratado, está organizando un grupo de urgencia. No sabes muy bien qué está pasando, pero parece grave. Por lo que puedes escuchar, al parecer, una de las fábricas está siendo asaltada por un grupo de indeseables que ha irrumpido en el interior, atacando a todos los trabajadores. Lo peor de todo es que se han escuchado hasta disparos.Sois apenas una de Ena de agentes, y aunque no has escuchado aún el número de indeseables que están atacando, saber que sólo hay una decena de agentes es completamente insuficiente.

1Sé que no es lo ideal... lo sé. Pero no tenemos más agentes disponibles... -Dice Winston, aunque al verte pasar, deposita su mirada en ti. -¡Moore! ¡Moore! -Levanta la mano para indicarte que te acerques con ellos. -Tenemos un motín entre manos. Necesitamos todo el apoyo posible. ¿Te apuntas?

Te mira esperando una respuesta afirmativa.

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05/04/2019, 15:34
Jackson Moore

Aunque en los primeros minutos conversando con el forense no me sentía cómodo, creo que he dado con su punto; el hacer preguntas suspicaces, quizá aquellas fuera de lo que habitualmente se le pregunte por parte de los agentes. En cualquier caso, decido sacar el bloc de notas nuevamente y antes de volver a guardarlo apunto las últimas notas que Bagster relata, como la falta de higiene dental, aunque no es concluyentes sobre que se trate de una prostituta. 

Me despido de él nuevamente, agradeciendo su labor, y vuelvo sobre mis pasos de camino a la planta principal de comisaría, momento en que el ajetreo en el edificio despierta mi interés. Allí está el viejo Winston, que me llama a voz en alto para solicitar que les eche una mano con un motín.

Aunque él espera una respuesta rápida, dada la necesidad, me reservo unos segundos para pensar. 

Lo más importante es que no quisiera que se repita la batalla campal protagonizada durante el Domingo Sangriento, por lo que estoy decidido a intentar parlamentar si se da la posibilidad, pero tampoco puedo dejar que Alfred se haga cargo de la situación en solitario con un grupo de cansados agentes que, con bastante suerte, habrán dormido cinco horas y estarán deseosos de dar algún golpe para después irse a emborrachar y contar su hazaña.

Además, aunque soy plenamente consciente de que tengo un importante caso entre manos, del cual quizá dependa mi futura carrera, me siento en la obligación de echarle un cable. Quizá yo no estaría aquí si no fuera por él, pues gran parte de lo que he aprendido en estos años en el cuerpo me lo ha ido enseñando él como buen compañero. 

Por ello, tras unos segundos de espera en los cuales he sopesado la situación, sonrío levemente y, con un amistoso guiño, le respondo: 

- Porque eres tú, Winston, porque eres tú...  

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07/04/2019, 23:43
Alfred Winston

No érais muchos, pero íbais armados, la porra y, si se ponía tensa la situación, la pistola. Winston abría la marcha, moviendo la campana para llamar la atención de la gente y que abrieran el paso, al igual que para parar a los carruajes que pudieran cortaros el paso. Mientras abre el camino, habla para recordaros lo que vais a tener entre manos. Parece preocupado y, aunque camina con cierta decisión, al mirar a su espalda puedes ver a un hombre que camina al interior del coliseo romano. Decidido si, pero sabiendo que lo que tiene delante es una dura prueba. No va a ser fácil, ni mucho menos. 

-¡Recordad, es una situación descontrolada! -Dice con intensidad. -En algún lugar de esa fábrica está el que nos ha llamado pidiendo ayuda. Entramos, cogemos a unos cuantos y sacamos al encargado. ¿Está claro? -Espera vuestra respuesta. -Han despedido a todos los trabajadores de la fábrica, todo aquel que se os ponga por delante será un hombre que lo ha perdido todo y no tiene nada más que perder. ¡Golpead primero y preguntad después!

Giráis la última calle para enfilar la fábrica y ya empezáis a ver la batalla campal que se ha formado en el interior. Hay peleas aisladas hasta en el exterior del edificio, gente noqueada en el suelo, sangre, quejidos, golpes sin ningún tipo de control. Winston comienza a correr hacia los pocos que están afuera, haciendo sonar la campana y gritando. Pero en un principio nadie parece entender que la autoridad ha llegado. Un cristal roto, miráis hacia arriba para ver a alguien que ha traspasado una de las ventanas, precipitándose contra el suelo pesádamente desde el segundo piso. Cae, rebotando contra la acera y se queda inmóvil durante unos segundos, justo antes de empezar a quejarse, tímidamente, del golpe. Ha sobrevivido, pero está claro que ese golpe lo va a dejar en la cama mucho tiempo hasta que se recupere. Si es que no se ha roto nada por dentro... Winston, que se había parado en seco para ver caer, a plomo, a aquel hombre. vuelve en si, y moviendo la campana, añade. 

-¡Alto todo el mundo! -Dice con decisión. -¡Contra la pared! -Advierte, pero sin que nadie haga caso. 

Comienzas a escuchar como se da la voz de alarma, por dentro del edificio, y como todo el mundo comienza a correr sin orden ni concierto. Winston avanza, porra en mano y comienza a golpear a los que se encuentra. Al igual que el resto de tus compañeros. Todo se está yendo un poco a la mierda, pero era algo que estabas seguro que iba a terminar pasando. 

Notas de juego

Tira una percepción + alerta dif 7

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09/04/2019, 20:43
Jackson Moore

El camino se me antoja eterno. No sé si a causa de mi desgana, pues abandonar el caso no era lo que más me apeteciera, o simplemente que la situación me recuerda en exceso a la vivida el Domingo Sangriento, pero el caso es que voy distraído, sin apenas darme cuenta del camino que recorro, y miedo me da que yo sea el único, quizá con Winston dado que se le ve angustiado, que no tenga ganas de emprenderla a golpes. Sea como fuere, no voy a ser yo el que se eche para atrás, y menos cuando he dado mi palabra de ayudar a mi viejo amigo. 

Al llegar a la fábrica descubrimos que, como bien dijo Winston, en efecto, la situación está completamente descontrolada. Cuando ya no pensaba que podía ir a peor, ver al hombre caer desde el segundo piso me deja un instante en estado de shock. Observo la escena como quien mira una obra de teatro, sin caer por un instante en que de ficción tiene más bien nada. 

Cuando vuelvo en mí, despertado de mi ensimismamiento por la campana que agita el inspector,  rápidamente tomo la iniciativa. 

- ¡Tú! -Me dirijo hacia el primer agente que tengo a mano, mientras le agarro del brazo con fuerza y tiro de él hacia mí, para que me preste atención-. ¡Rápido, ve a buscar un carruaje! ¡Ese hombre necesitará que le vea un médico inmediatamente! ¡Y da la alarma, aunque sea a gritos, pues necesitaremos refuerzos y camillas! 

Por un instante se me corta la respiración, al verme de nuevo en el frente de batalla. Ese era mi elemento, me movía con soltura, pero hace tanto tiempo de aquello que a día de hoy no sé si sería capaz de revivirlo. Creo que esa puede ser la razón de mi desgana, reconocer que aquel tiempo pasó y que quizá ya no sea el de antes.

Cuando Winston grita para que todo el mundo sepa que la ley ha hecho acto de presencia, y los hombres del interior del edificio parecen tratar de salir por patas, retomo la iniciativa dirigiéndome hacia los policías. Quizá no me hagan caso, pues es posible que muchos de ellos me consideren un novato, pero he liderado a más hombres que este puñado de agentes y la gran mayoría necesitan que alguien les de una orden bien dada para actuar con diligencia. 

- Rápido, desplegaos en parejas -Les insto-. Cubríos las espaldas. ¡Y que nadie se quede fuera de la vista de nadie! 

Seguidamente doy un paso al frente, situándome tras el oficial al mando.

- ¡Tranquilo todo el mundo! ¡Las penas podrán ser atenuadas si colaboran y no obstaculizan la labor policial! ¡Será mejor que hagáis caso al inspector, señores! 

Si nada se interpone en mi camino, y veo que la gente colabora, trataré de practicar primeros auxilios al hombre que ha caído por la ventana.

- Tiradas (2)
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11/04/2019, 19:13
Narrador

El agente a quien coges en primer lugar, tiene el terror dibujado en la cara, pero al zarandearlo vuelve en sí mismo y asiente a tus órdenes. Se aleja un poco del grupo para buscar un carruaje, y empieza a dar la alarma a gritos, lo que parece impresionar un poco a todos los que están alrededor, ya sea de los esbablecimientos o de las personas que simplemente estaban pasando por ahí. Winston tiene que quitarse a alguno de encima, al igual que el resto de agentes, a base de porrazos bien dados tanto en hombros como en cabeza o articulaciones. Los agentes empiezan a hacerte caso, dividiéndose en parejas, tomando más terreno a lo largo, evitando que muchos de ellos salgan de ahí corriendo, tratando de evitar ser capturados. Tus gritos, impresionan al menos a los que tienes delante. Y aunque algunos de ellos están armados con maderas, las dejan en el suelo, levantando las manos. Momento que tus compañeros aprovechan para poner los grilletes a algunos de ellos. 

Pero no todo iba a ser tan fácil, por una o por otra razón, todo se termina torciendo. De repente, de algún punto del segundo piso, se escucha un disparo y unos gritos horrorizados. Instintivamente todos os agacháis mirando en dirección a donde viene el disparo. Y pronto se empieza a escuchar, como un clamor que va en aumento: "¡Disparos!". Y todo se vuelve a descontrolar de nuevo. Algunos de los que tienen puestos los grilletes se incorporan rápidamente y tratan de librarse del agente que tienen encima. Alguno acierta a darle con el metal de grillete en la cabeza, haciendo caer al agente redondo al suelo, sin perder el tiempo, pese a estar con el grillete puesto, salen corriendo en diferentes direcciones, mientras que de dentro vuelven a salir más hombres, corriendo, o golpeándose unos con otros. Al menos, algunos de los que se han quedado quietos, tras tu grito inicial, permanecen quietos, aunque protegiéndose, agazapados en el suelo. 

Varios de los que salen portan maderos en sus manos, que usan para golpearse los unos a los otros las heridas y marcas de lucha se les empieza a ver, con heridas abiertas, sangrando profusamente o tambaleándose, otros directamente cayendo contra el suelo, desmadejados como los títeres sin cuerda. En el interior aún queda gente golpeándose, pero puedes ver desde tu posición que todos avanzan hacia unas escaleras donde se están agolpando. Es en ese punto donde la pelea parece encarnizarse más aún. El tapón que se ha formado en esas escaleras costará hacerlo caer.

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11/04/2019, 22:06
Jackson Moore

Parecía que mis palabras surtían efecto. El policía cumplía órdenes, los agentes se desplegaban como se les había indicado, y hasta los alterados alborotadores se rendían. Todo marchaba. Me sentía bien porque todo marchaba y lo estábamos consiguiendo, más o menos, por las buenas. 

De pronto, un disparo resuena en el segundo piso. Instintivamente me encorvo, echándome la mano izquierda a la cabeza y la diestra directamente a la funda del revólver. Me levanto sólo para escuchar más disparos y ver como todo se empieza a desmadrar. Todo lo que había conseguido se estaba desmoronando. 

La situación  me está tentando a sacar el arma y disparar al aire para comenzar a meter en vereda a esta turba de maleantes, pero por el momento contengo las ganas. Bastante caldeado está ya el ambiente como para alterar más al gentío.

Con un ágil movimiento, cambio el bastón de la zurda a la diestra y, a modo de porra, lo agarro con firmeza. Debemos subir al segundo piso y detener a quien esté disparando antes de que mate a alguien, si es que no lo ha hecho ya, y me temo que vamos a tener que usar la fuerza para ello. 

Busco con la mirada a una de las parejas que esté cerca de mi posición, y les grito:

- ¡Ustedes dos, conmigo!

Seguidamente avanzo con paso firme. Winston estará al mando, y sin duda sus años de experiencia lo avalan como agente, pero los años también pasan factura y no sé hasta qué punto podrá hacer frente a lo que ahora nos tocará. Por ello, tomo el papel de líder momentáneamente, aunque me paro a su lado un instante: 

- Vamos, viejo amigo. Sabíamos desde un principio a qué veníamos -Confieso que yo no esperaba que fuera para tanto, y siento que la situación se nos va a escapar de las manos, pero una vez aquí no podemos echarnos atrás-. Debemos hacerlo. 

Le miro, hago un gesto con la cabeza en señal de movimiento, y trago saliva. Sin pensar demasiado, pues eso podría costarme caro, avanzo con paso firme hacia el interior del edificio. Una vez dentro, después de haber gritado en el exterior "¡Entrando!" para que los agentes del exterior supieran que algunos vamos dentro, y tras dar un paso al frente, grito a todo pulmón: 

- ¡Despejen las escaleras, maldita sea! ¡¿No véis que están disparando?! ¡Vamos, dejad paso si no queréis que os maten, insensatos!

Notas de juego

Solicito una tirada para tratar de convencer y que nos dejen sitio sin necesidad de tener que ponernos a repartir estopa. Mi idea era intimidar, pero si es de otro tipo, adelante. 

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17/04/2019, 00:14
Narrador

Entras en la fábrica, seguido de un par de agentes, entre ellos, tu amigo Winston. Nada más cruzar el quicio de la puerta la imagen que recibes es desgarradora: El suelo está lleno de personas, unas quejándose y retorciéndose, otras completamente inmóviles encima de un charco de sangre. Desconoces el estado en el que puedan estar. Un goteo constante que choca contra tu hombro derecho te hace girar la cabeza, para darte cuenta de que tienes sangre fresca en tu abrigo. Al levantar la mirada puedes comprobar cómo se filtra la sangre entre los maderos del techo, habiendo teñido de un color rojo oscuro ahí donde se condensaba la gota que finalmente precipitaba contra ti. Winston pisa, sin poder evitarlo a alguien el suelo, y éste grita de dolor pidiendo que con continúen los golpes. El otro agente observa incrédulo lo que tiene delante, llevándose una mano a la cabeza. 

Tus gritos poco pueden hacer por calmar los ánimos de los que tratan de subir por una escalera completamente abarrotada de gente. Los que empujan desde abajo empiezan a ponerse verdaderamente nerviosos, y los que se quedan en medio empiezan a gritar de dolor. "-¡Mi brazo!" -Exclama uno. "-¡No puedo respirar!" -Dice entre bocanadas de aire otro. A estos gritos se empiezan a sumar auténticos alaridos de dolor. Todo esto parece quebrar la confianza de los hombres que empujan desde abajo, siendo los primeros que tratan de huir corriendo, sin ningún tipo de dirección prefijada, símplemente esperando que os centréis en cualquiera de los otros para poder salir por donde habéis entrado. A la estampida de estos se les unen varios más que corren directamente contra vosotros. Todo pasa muy rápido, el agente que va con vosotros se ha alejado un poco, tratando de evitar que los primeros que han salido corriendo tengan la vía libre con facilidad. Winston es el primero en tratar de aguantar la embestida, y con mucho esfuerzo, parece que consigue detener el avace del hombre. Aunque por su lado empiezan a alejarse más trabajadores, pasando de largo. Contra ti se lanza otro de los trabajadores, directamente contra tus costillas, el avance es tan rápido y directo que poco puedes hacer por esquivarlo.

- Tiradas (9)

Notas de juego

Los 10 en V20 son dos éxitos.

Tienes que tirar un evitar derribo (Destreza + Atletismo), si fallas vas contra el suelo.

Tira la resistencia para aguantar el daño.

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18/04/2019, 16:49
Jackson Moore

La situación en el interior no es sólo tensa, sino que resulta estar más descontrolada que lo que en un principio parecía. Sólo puedo llegar a pensar, ni si quiera a imaginarme, que si aquí abajo es así cómo será arriba, pues al menos hay un charco de sangre que ya se está filtrando hacia el piso inferior y eso posiblemente indique hay al menos un herido más de gravedad.

Intento poner cierto orden haciendo uso de ese carisma que dicen que tengo, pero si la escalera comienza a descongestionarse no es precisamente gracias a mis voces sino al miedo y la angustia que parece estar haciendo mella en los alborotadores de la fábrica. Lo que no esperaba era que se lanzasen sobre mí persona, y menos que fuera incapaz de parar el golpe. 

Para cuando me doy cuenta estoy ya en el suelo, y sólo he conseguido exclamar un doloroso monosílabo "¡Ou!" al caer de espaldas. Mi cara, a caballo entre la sorpresa y el dolor, debe ser todo un poema, y aunque no tengo ahora mismo la capacidad de realizarme un chequeo médico, algo me dice que se me han podido fracturar un par de costillas.  

Sea como fuere, tratando de aguantar el dolor y mantener la compostura, intento zafarme del hombre que me ha lanzado al suelo, para seguidamente tratar de ponerme nuevamente en pie. Mi idea sigue siendo llegar al segundo piso, pues hace rato que las peleas entre alborotadores pasaron a ser un juego de niños comparados con el sonido de los disparos encima de nuestras cabezas. 

- Tiradas (2)

Notas de juego

Lo primero es intentar deshacerme del hombre que tengo encima, y luego seguir el camino hacia el segundo piso. Dejo que hagas las tiradas que sean necesarias. 

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24/04/2019, 14:11
Narrador

El placaje desesperado del hombre que se ha lanzado contra ti te pilla de sorpresa, que unido al dolor del impacto de su hombro contra tus costillas consigue que pierdas el pie, notando la ingravidez de tu cuerpo hasta que te estrellas contra el suelo, dando un par de vueltas en el suelo. Si has sido consciente de lo que ha pasado hasta ahora, ha sido por pura casualidad y lógica, más que de haber comprendido exactamente la situación, pero para cuando eres consciente de ti mismo, notas un cuerpo a tu lado, y unos brazos por encima de tu cuerpo. Por pura incercia comienzas a forcejear contra la presa, con la dificultad añadida de estar en el suelo, pero no tardas en poder desembarazarte del férreo agarre, que no es tal. Empujas hacia un lado, con las piernas, a la persona que te está agarrando, te incorporas, sentándote en el suelo, y moviéndote hacia atrás unos centímetros hasta que te das cuenta de que el hombre, al que te has quitado de encima, no era el mismo que te había placado, si no que era uno de los que se estaban quejando en el suelo, dolorido por los golpes que había recibido. Confundido, miras hacia la puerta por la que has entrado, para ver como se están escapando, a medida que se agolpan en la puerta, tratando de salir en primer lugar, los mismos que se amontoban en las escaleras. Uno de ellos echa un vistazo hacia atrás, justo antes de salir por la puerta, y al ver que te estás incorporando, empuja con fuerza hasta que consigue salir corriendo de allí, sin un rumbo fijo. 

Intentas levantarte con rapidez, pero una punzada de dolor te llega del costado, haciéndote caer de nuevo al suelo. Te cuesta recuperar el aliento, pero finalmente consigues levantarte para ver cómo se escapa aquel hombre desesperado. El dolor es fuerte, va a dejarte marca, pero al menos no notas que te hayan fracturado nada. Una pequeña recompensa, al menos. Del exxterior, tus compañeros que se han quedado fuera asegurando a los que pueden, empiezan a gritar que se queden quietos, pero no ves que esos gritos estén surtiendo efecto alguno. De hecho, todo lo contrario, cuanto más gritan, el revuelo del exterior es mayor. Ves a uno de tus compañeros que agarra a alguien por la camisa, y al girar la cabeza hacia el otro lado, echa el brazo hacia allí, pero fracasa en el intento, resbalándose y perdiendo el agarre del que tenía cogido, haciendo que este salga corriendo en dirección opuesta al guarida que ha caído de culo en el suelo. Entre maldiciones, gritos, y gente corriendo sin cabeza a cualquier lado, te vuelves a centrar en las escaleras, que han quedado aparentemente despejadas. Al moverte en su dirección, a tu lado, como si de un peso muerto se tratase, cae un vagón de carga con dos personas en su interior, haciéndote dar un pequeño salto lateral del susto. Uno de los que iban dentro, por el impacto sale rodando del vagón hasta quedar hecho un ovillo en el suelo, quejándose de uno de sus pies, que ha quedado colocado a 90º de su posición correcta. Sus halaridos son tan fuertes que se te clavan en la cabeza. El segundo ha quedado en el interior del vagón sangrando de un lateral de la cabeza, como si el impacto contra el suelo hubiera hecho que se golpeara la cabeza contra uno de los lados del vagón. Al levantar la mirada, puedes ver a quien estaba "operando" el vagón de carga, colgando, sangrando, del pasamanos del segundo piso, completamente inerte, mientras se va escurriendo hasta que finalmente cae de cabeza contra el suelo, quedando en una posición que sólo podrías definir como la de un muñeco que ha dejado de interesar a un niño. Un calvo, con un madero ensangrentado en las manos, se asoma por la barandilla, abriendo los ojos como platos al verte. Te señala y grita. 

-¡Alguaciles! -Mira hacia atrás. -¡Han llegado los alguaciles! -Se gira y lanza el madero a algún lado, antes de salir corriendo y perderle de vista. 

Subes las escaleras como puedes, a tu lado puedes ver la cara de tensión y miedo que tiene Winston. Pero al menos está subiendo contigo, sin mediar palabra alguna. Escucháis cómo el vagón vuelve a subir, para llenarse de otras tres personas que buscan escapar por cualquier medio. Alguien salta por la misma ventana rota por la que viste caer a plomo a un pobre infeliz que debe de seguir luchando por respirar ahí fuera. El que está tratando de bajar el vagón cargado de personas, tiene un gesto de sobreesfuerzo inhumano, y finalmente pierde el tirador de la polea, haciendo que caigan a plomo contra el suelo. El estruendo que se escucha te obliga a cerrar los ojos unos instantes, mientras escuchas los gritos de dolor de los que han caído al nivel del suelo, y los mantienes cerrados hasta que te acostumbras a los gritos de dolor. 

Ya en el segundo piso, sólo puedes llegar a ver a un total de seis personas, que no saben qué hacer, muy nerviosas, mirando hacia todos los lados. El madero que llevaba el hombre que ha alertado a los de arriba que subíais está clavado en los cristales de la puerta del despacho de la fábrica, y la puerta está combada hacia el interior, como si un elefante hubiera tratado de pasar a través de ella, pero no ves al hombre en cuestión. Winston traga saliva y abre la boca para hablar, pero no logra articular palabra alguna. Mueve la porra de una mano a otra, bastante nervioso, controlando con la mano derecha, cuando está libre, que la empuñadura de su arma está lo suficientemente accesible como para sentirse más seguro.