Tras 63 años en el trono, la Reina Victoria  tuvo el reinado más largo hasta entonces en la historia de los monarcas británicos. Debido a su extenso reinado la época recibió su nombre.

La época Victoriana se puede dividir en tres partes:

• Victorianismo temprano (1837-1851)
• Victorianismo medio (1851- 1873)
• Victorianismo tardió (1873- 1901)

Los cambios culturales, políticos, económicos, industriales y científicos que tuvieron lugar durante su reinado fueron extraordinarios.

Determinado por la Revolución Industria, que alcanzo su cúspide gracias a la máquina de vapor revolucionando la fabricación textil, la producción y uso del carbón y del acero, que continuará en el futuro extendiéndose a más tareas. El país se encontraba altamente industrializado y la mayoría de su territorio ya estaba conectado por una red ferroviaria que seguía expandiéndose.

Aunque también significo en gran medida el fin del trabajo artesano. Se crearon ciudades factoría, contaminados centros industriales sin medos para tanto habitante y donde la esperanza de vida se veía disminuida de forma drástica, y la explotación de mujeres y niños en horarios de trabajo sin fin en las fábricas por una fracción de salario.

No obstante, y a pesar de todas sus desventajas, la esperanza de vida mejoró a lo largo del siglo, por lo que las condiciones generales mejoraron substancialmente.

Los cambios sociales también fueron destacados, como el renacimiento de la doctrina evangélica, al mismo tiempo que una serie de cambios legales en los derechos de la mujer. Aunque carecían de derecho al sufragio durante la época ganaron el derecho a la propiedad después del matrimonio a través del Acta de Propiedad de las Mujeres Casadas, el derecho a divorciarse y el derecho a pelear por la custodia de sus hijos tras separarse de sus maridos.

Durante la revolución industrial se vivió un incremento espectacular de la población, debido fundamentalmente a la caída de la tasa de mortalidad provocada por la mejora de las condiciones higiénicas, sanitarias y alimenticias que se plasmó en gran medida en la reducción de la mortandad infantil. En este periodo nacen las primeras vacunaciones. Las enfermedades infecciosas siguen siendo un terrible enemigo pero la aparición de la vacuna de la viruela introducida por Jenner en Europa prometían cambios increíbles, estas vacunas y nuevas técnicas se instauraron lentamente y lucharon contra mucha oposición.  También se mejoran los sistemas de alcantarillado y de depuración de aguas residuales.

Una alimentación más abundante y regular, hizo a las personas más resistente a las enfermedades y eso les hacía vivir más tiempo, bajando la incidencia de las epidemias e hizo casi posible la desaparición de la mortalidad, especialmente la infantil.

Aunque ellos enfrentaron a otro problema  pues en esta época comienza a extenderse medios nuevos de control de natalidad que contribuyeron a limitar la explosión demográfica motivada por el aumento de la esperanza de vida. La parte mas controvertida fue el aborto, el infanticidio (ambos ilegales) y el abandono. Los orfanatos con frecuencia estaban tan abarrotados y las condiciones eran tan malsa que un escaso porcentaje de los abandonados conseguía sobrevivir. 

Londres: Estratos sociales

Estamos en 1887. La sociedad avanza a pasos agigantados a medida que se acerca el fin del siglo y nos encontramos en el centro de todos los cambios: Londres. La joya del Imperio Victoriano y líder a nivel internacional en avances científicos, médicos y tecnológicos, entretenimiento y vida social. No por nada la llaman la la capital del mundo.

Inglaterra ha ganado tanta fama, renombre y poder que a estas alturas es la opinión nacional que su deber es colonizar el máximo de tierras posible para 'civilizar al mundo'. Y dentro de su arrogancia, Londres es el summun de la soberbia. Bien vale soportar la continua llovizna y la niebla, el hecho de que muchas zonas sean tan ruidosas de día como de noche y la miseria que rodea los barrios ricos: Si eres alguien en Londres, eres alguien en el mundo.

CLASE ALTA

Aunque la nobleza y la alta sociedad están en plena decadencia, aquellas familias que han gozado de una vida ociosa y una cuantiosa renta anual sin necesidad de trabajar siguen pudiéndose permitir una existencia relajada. La etiqueta sigue siendo su principal preocupación y el valor más importante que inculcan a sus hijos.  Aunque tienen acceso a la educación más completa, su visión de la vida deja bastante que desear, puesto que temas como la pobreza, el sexo, la muerte, etc., no son aceptables en una conversación civilizada. Desgraciadamente, la falta de ocupación engendra aburrimiento y el aburrimiento en conjugación con el dinero da lugar a toda clase de problemas.

Un primogénito de la clase alta heredará la mayor parte de la renta familiar así como la casa ligada al apellido de la familia, y puede dedicarse a coleccionar todo tipo de cosas, a invertir en minería, arte, caballos, etc o sencillamente a vivir del cuento, pero se espera que todo primogénito de familia de bien contribuya para hacer crecer las propiedades y buena fama del apellido. Aquellos sin la suerte de nacer primero aún pueden contraer buenos matrimonios y vivir cómodamente o alistarse en el ejército (con ciertos privilegios).

Las mujeres son criadas para la alta sociedad y no se les permite trabajar, con rarísimas excepciones.

CLASE MEDIA

La clase media está formada a grandes rasgos por aquellos que trabajan apoyados en su mente. Tanto comerciantes como científicos, todo aquel que necesite valerse de conocimientos o habilidades mentales para ganarse la vida está incluído en la clase media. Aquellos que viven entre la nobleza y la clase trabajadora tienen una visión más completa de la ciudad y es ahora, durante las últimas décadas del siglo, cuando deciden aprovechar ese conocimiento. Mientras la nobleza decae los comerciantes avispados pueden hacerse un sitio en la alta sociedad si juegan bien sus cartas.

Un hombre de clase media puede ser comerciante, médico, abogado, propietario de una tienda, profesor, dueño de un establecimiento, etc. Un primogénito heredará el negocio familiar. Aquellos que no nacen primero puede aspirar a colaborar con el negocio o buscar uno propio, alistarse en el ejército (como soldados rasos) o convertirse en hombre de fé.

Una mujer puede estudiar en una academia para señoritas y/o ayudar en el negocio familiar de forma modesta, pero su principal objetivo sigue siendo el matrimonio.

CLASE OBRERA

La clase obrera está formada en su mayoría por aquellos que trabajan con su cuerpo. Desde estibadores hasta limpiadores de chimeneas pasando por barrenderos, artesanos, prostitutas, cocheros, etc. La vida en los barrios pobres de Londres es una colección de miserias. Gran parte de los niños no llegan a la adolescencia y el frío y las enfermedades matan a más del triple de los adultos que mueren en las clases privilegiadas. A muchos de estos barrios no ha llegado si quiera la luz de gas y las calles quedan a oscuras de noche. Asuntos que son tabú en las clases altas, como el sexo y la muerte, son tema de trato diario entre la clase obrera.

Las mujeres, aunque siguen considerándose inferiores física e intelectualmente, ayudan en los talleres de artesanos y otros pequeños negocios familiares, puesto que la falta de medios no da lugar a la separación tan extrema entre sexos que existe en las clases media y alta.

El otro Londres

OCIO

Apuestas: La noche de Londres está llena de oportunidades para gastarse unas libras, entre ellas las apuestas, casi siempre ilegales. Ya sean peleas de gallos, de perros o combates de boxeo, un antro en el que se realizan apuestas ilegales siempre está lleno hasta los topes, es entretenido y resulta una buena tapadera para cambiar dinero o información sin que nadie se fije. Estos lugares son fáciles de encontrar en el East End, en los barrios bajos.

Teatro: Los teatros son una de las principales formas de entretenimiento de la clase media y alta. Algunos teatros son más modestos y acogen números de menor pupolaridas, mientras que los grandes edificios del West End firman contratos de meses con los mejores magos, imitadores, cantantes y malabaristas de Inglaterra y el extranjero. Si se dispone de dinero siempre se puede contar con un asiento privado en un palco, donde se puede disfrutar de forma más tranquila del espectáculo.

Freak shows: Nada fascina a los victorianos como aquello que se sale de lo ordinario. Aunque a finales de siglo ya no se exhiben en la calle, los 'monstruos de feria' se encuentran aún de vez en cuando en caravanas de paso al norte del Támesis o en algunos antros de mala fama. Enanos, mujeres barbudas, hermanos siameses, etc, posaban y la gente de bien pagaba por observarles.

Fumaderos de opio: Un entretenimiento exclusivamente de caballeros, que ha llevado a más de un hombre de bien a la ruina. Los fumaderos de opio estaban abiertos toda la noche y algunos además tenían un pequeño prostíbulo en el piso de arriba. El opio podía fumarse en casa, pero estaba muy mal visto. Aunque un hombre soltero podía fumar en casa, estaba mejor considerado que disfrutara de su opio en un local de este tipo.

SEXO

Tabú: El sexo es el gran tabú de la sociedad victoriana. Muchas mujeres de clase media y alta apenas saben nada sobre el sexo. Algunas ni siquiera saben en qué consiste hasta su noche de bodas y muchos matrimonios lo consideran un sacrificio necesario. Sin embargo, la clase media-baja y baja conocen bien el sexo como placer y como negocio. Los expertos en medicina y ciencia afirman que las mujeres no tienen deseo sexual y cualquier mujer de bien (aunque sepa que no es cierto) actúa en consecuencia a esta información o es tachada de fenómeno de la naturaleza.

Pero lejos de ser los victorianos ajenos al sexo, son una de las sociedades más sexuales de la historia. Es en este siglo el número de burdeles de Londres se triplica y se inventa la pornografía como hoy la conocemos. Muchos de la clase alta cultivan su fascinación hacia el sexo coleccionando fotografías pornográficas o libros de historias eróticas que pueden adquirirse en según que imprentas y librería de manera ilegal; otros acuden a alguno de los muchos burdeles de la ciudad.

Prostitución: En los barrios bajos como Whitechapel, St.Giles y Seven Dials, todas las noches hay decenas de prostitutas que no trabajan para ningún burdel patrullando las calles. Suelen conocerse entre ellas según zonas y ser bienvenidas en todos los bares y locales, por lo que son una gran red de información si se les paga bien y os ganáis su confianza. Los hombres que se prostituyen son menos comunes y suelen encontrarse en barrios de clase media, donde se mueven en zonas y horas señaladas.

Burdeles: Si hay algo en Londres, es burdeles. Los hay en todos los barrios y de todos los tipos. En el East End son modestos o directamente cuchitriles donde es más probable salir con varias enfermedades nuevas que sin ellas. Los del West End van desde locales sucios hasta edificios de lujo donde sólo puedes entrar con recomendación de otros clientes habituales y las mujeres no sólo están versadas en sexo sino en otras muchas materias para entretener a los caballeros. Además hay burdeles 'especiales' en los que se cubren necesidades más particulares para clientes con gustos extravagantes, pero por supuesto suponen un incremento importante de dinero.

Homosexualidad masculina: La homosexualidad masculina estaba ilegalizada y aquellos que la practicaban podían acabar en la cárcel. Lo normal era que los caballeros buscaran compañía masculina en clubs o con hombres que se prostituían. En la clase baja era un poco más fácil mantener una relación con otro hombre, puesto que en la clase obrera estaban acostumbrados a ver de todo, pero aún así existía el riesgo de cárcel. En las clases media y alta dejarse ver en actitud amorosa con otro hombre era impensable, puesto que la pena podía llegar a ser de por vida en caso de encontrarse pruebas de varias relaciones.

Homosexualidad femenina: Los científicos y los médicos afirmaban que las mujeres no tenían deseo sexual, por lo que era impensable que dos mujeres tuviesen relaciones sexuales entre sí. Esto hizo que la homosexualidad femenina fuese completamente invisible en términos médicos y legales. En la era victoriana era común que dos mujeres desarrollasen una amistad romántica en la que se besaban, paseaban de la mano, dormían juntas, se escribían cartas de amor, etc., y no sólo era normal, si no que se consideraba virtuoso poseer una amistad tan fuerte. Aquellas mujeres de la clase alta que eran lesbianas podían disfrazar su relación de amistad romántica sin levantar sospechas siempre que además se casaran con un hombre. A final de siglo existía también la posibilidad del Boston Marriage, en el que dos mujeres vivían juntas y se apoyaban económicamente en una relación que la sociedad entendía como asexual pero que rara vez lo era.

LO OCULTO

Mediums y séances: Los médiums empezaron a considerarse un negocio en el siglo XIX. La fascinación mórbida de los victorianos por lo sobrenatural convirtieron a los séances en uno de los 'placeres prohibidos' favoritos de la clase alta. Los supuestos médiums usaban toda clase de innovaciones para engañar a sus inocentes clientes: Desde máquinas de humo hasta niñas adoptadas que mantenían para usarlas como pequeñas figuras fantasmales al fondo de las habitaciones.

Novelas góticas: La novela gótica y las historias de terror ganaron muchos adeptos en el siglo XIX. Fantasmas, espíritus y vampiros eran los favoritos de las jóvenes de clase media y alta, que si bien no veían lo sobrenatural con el encanto romántico de nuestros contemporáneos, soñaban con la posibilidad de un mundo más peligroso que aquel en el que vivían.

La vida en Londres

CÓMO MOVERSE

El tráfico de Londres es un infierno. El algunas zonas esto es cierto tanto de día como de noche. Aquellos con la suerte de poseer fortuna pueden contar con un carruaje propio, que aún así es sabio dejar aparcado en según que ocasiones si se tiene prisa. En la ciudad el transporte público sigue siendo con diferencia la opción más frecuente.

Entre los posibles transportes públicos que podéis usar se encuentran:

El Hackney: El carruaje más tradicional y el más abundante es el modelo Hackney. Cuatro ruedas, tirado por dos caballos, con el pescante en la parte delantera. Es bastante espacioso, caben hasta cuatro personas cómodamente y es bastante barato. Además es discreto, puesto que es completamente cerrado.

El Hansom: El modelo Hansom es más moderno y está de moda. Es más pequeño y más manejable, con lo que se mueve más deprisa en el tráfico. Tirado por un sólo caballo y con el pescante en la parte posterior, sólo caben dos personas. Además este modelo suele ir semi-descubierto, por lo que pierdes en discreción aunque ganes en velocidad.

El omnibús: Es un carruaje de dos pisos, tirado por cuatro o seis caballos, y sigue un recorrido ya fijado (el autobús de la época, vamos). Es la forma más barata de transporte y casi siempre va atestado, por lo que es fácil viajar sin ser visto. El omnibús sigue funcionando hasta media noche, por lo que los Cainitas podéis usarlo algunas horas.

El metro: Desgraciadamente el metro no funciona de noche, pero sus túneles sirven para desplazarse a aquellos cainitas a los que no les importe caminar por las vías subterráneas. Los túneles llevan a múltiples zonas y calles del centro de Londres.

También hay formas de transporte privado para aquellos con Recursos altos.

Carruaje privado: Un carruaje privado tiene como inconveniente que necesitáis a un cochero que lo mantenga y lo conduzca; además, estos carruajes suelen ser de mayor envergadura que los públicos y por lo tanto más lentos. Pero las ventajas superan con mucho los inconvenientes. Un carruaje propio se considera una muestra de poder y de distinción en Londres y los vástagos pueden modificarlo a su gusto y añadir medidas para poder utilizarlo durante el día.

Automóvil: El automóvil es aún una extraña ocurrencia en las calles de Londres, pero empiezan a verse más a menudo a medida que pasan los años. Son bastante poco fiables, ruidosos y se les prohíbe circular a más de 22 kilómetros por hora, pero poseer uno te convierte prácticamente en una celebridad.

COMUNICACIONES

Carta: La carta es el método tradicional de comunicación y aún el favorito de los londinenses, a pesar de ser lenta. Denota clase y buena crianza, y una carta bien redactada, con una caligrafía hermosa y cuyas características se ciñan a la compleja etiqueta epistolar victoriana se ganará la confianza inmediata de cualquier persona de clase alta.

Mensajero: Por un módico precio (un par de peniques, o un par de chelines de si quieres que el muchacho se de mucha prisa), puedes mandar un mensaje en apenas unos minutos. Incluso puedes hacerlo gratis, si envías a un criado, aunque un hombre adulto de mensajero puede levantar sospechas.

Telégrafo: El telégrafo tiene la ventaja de cubrir grandes distancias instantáneamente. Lo malo es que para enviarlo has de ir a una oficina del telégrafo, dar tu mensaje a un empleado que lo mandará a la oficina más cercana de la dirección a la que se envía, y de allí saldrá un mensajero en el momento para entregarlo en mano. También está el inconveniente de que al menos dos empleados leerán el contenido del mensaje. Por ello, muchos hombres de negocios desarrollaban códigos y claves sencillas para comunicare a través de telegramas.

Teléfono: El teléfono, al igual que el automóvil, es un lujo que podría aún considerarse extravagante. Aunque las líneas telefónicas ganaron popularidad y se extendieron mucho más deprisa que los automóviles, en el año en que estáis son bastante inusuales aún y sólo están al alcance de gente de mucho dinero que lo considera más una muestra de poder que un artefacto práctico.

ILUMINACIÓN Y CALEFACCIÓN

Para desgracia de los vástagos, la mayoría de los sitios frecuentados por humanos que visitéis estarán provistos de una hermosa chimenea como forma de calefacción.

Y no acaban ahí vuestros problemas. La iluminación, tanto en las farolas de la calles como en los edificios públicos (teatros, pubs, etc) y en la mayoría de las casas de clase media y alta, será de luz de gas. La luz de gas es, ni más ni menos, una pequeña llama. Da mucho calor en sitios cerrados y huele ligeramente mal, pero es mucho más controlable que su predecesora, la lámpara de aceite, o a su alternativa en el hogar, las velas de toda la vida. Aún así, la luz de gas sigue suponiendo un peligro de incendio considerable.

MONEDICAS DE COBRE

• El penique, la monedica por excelencia (las hay de 2 y 6 peniques)
• El chelín = 12 peniques
• La libra = 20 chelines
• La guinea* = 1 libra y 1 chelín (21 chelines)

El uso de «usted»

La forma correcta de dirigirse a otra persona es de usted, independientemente de la clase social a la que pertenezca o la relación que mantengan. De hecho, es normal que incluso entre familiares se use este formalismo en vez del tuteo. Es una muestra de respeto y deferencia. Además, si es una persona que se acaba de conocer o alguien con quien no se tiene confianza, se le trata de señor X o señora Y, usando el apellido, o título nobiliario en caso de tenerlo. Por supuesto, si es alguien de mayor rango o posición, también se debe usar.

Usar el nombre de pila, aunque se siga tratando de usted, denota cercanía y una relación más cercana. Sin embargo, es algo que se reserva entre los círculos cercanos de la persona o reuniones entre amigos y familiares.

El tuteo, por otro lado, es algo que se da entre dos personas muy cercanas y en un ambiente íntimo u hogareño, nunca de cara al público. Es algo que a veces ni siquiera se da entre matrimonios, aunque es bueno recordar que había matrimonios que si se cruzaban una vez al día en el hall, da gracias. Sí es más común entre una persona adulta y un niño o niña.