Partida Rol por web

Bruscamente,casi de un salto, se separa de la puerta.

Asi lo..lo hare Pater.Responde algo nervioso por la conversacion.Manteniendo la cabeza gacha y la habitual postura que su joroba espalda le obligaba a tomar.

Sin perder ni un segundo se dirige lo mas raudo posible en busca de los monjes, a los que despierta golpeando con fuerza en sus puertas.

Hermanos el Abad requiere de vuestra ayuda, rapido.

Unos pocos minutos transcurren en el despacho del Abad mientras el jorobado regresa. El anciano permanece en silencio observando al invitado atentamente, con curiosidad. No pronuncia palabra hasta que el jorobado vuelve.

Muy bien, mi buen Ciferinos, ahora volved a vuestra celda pero permaneced despierto. Tengo que deciros algo muy importante esta noche.

Despidiéndolo con la mano, la puerta se cierra desapareciendo el fiel sirviente y quedando los dos expertos escribas en respetuoso silencio entre los dos oscuros monjes. ¡Quiêtus! exclama dos veces, y los inofensivos monjes permanecen como petrificados.

Alimentaos susurra, tendiendo una mano con la palma abierta como ofreciéndolos al invitado.

- "Os agradezco vuestra hospitalidad, vuestra gentileza no será olvidada." -

El Monje Capadocio muerde el cuello de un monje y luego del otro, alimentándose de los dos y dejándolos débiles y aturdidos.

Ciferinos asiente levemente con la cabeza y se retira,con cautela,hacia su celda.

- El Hermano Silas de Capadocia reposa varios días en una celda cerrada del Monasterio, reservada para monjes visitantes de órdenes de clausura.

- Tras unos días, se separa en buenos términos del Abad Lucius Sempronius y emprende viaje hacia el Norte.

Ven, mi buen Ciferinos. 

Haciendo volver otra vez al fiel sirviente el Abad se dispone a borrar ciertos malos recuerdos. El bueno del hermano Ciferinos ha escuchado esta noche mucho más que cualquier otra pero al sabio Abad no le importa la curiosidad, de hecho le beneficia, siempre que pueda corregir sus efectos.

El influyente Abad Lucius manipula la mente del jorobado una vez más como si fuera barro en sus manos. Hace sufrir cambios y quiebros, elimina y crea como el mismo Dios lo hizo, en su sabiduría. Al final del proceso la moral del pobre hermano está intacto, igual que su ignorancia, aunque quizá su cordura esté un paso más cerca del abismo.

Antes de despedir al guardián del monasterio, los débiles escribas desangrados a medias sufren el mismo proceso. Su memoria es también reconducida hacia el terreno inofensivo porque... ¿al fin y al cabo no es eso lo que hace un pastor?

En los siguientes días el Hermano Ciferinos estará atento al invitado, más por una compulsión inconsciente que por un deseo racional. Sus ojos se separarán rara vez de la puerta de la celda del monje desconocido, salvo para recibir sus lecciones nocturnas, claro. Los días pasan y el buen guardián ve partir al misterioso encapuchado sin haber dado señal alguna de malas intenciones o pista de su procedencia o destino.

La serenidad habitual vuelve al monasterio de Braila como siempre lo ha hecho, dando la impresión de ser un lugar eterno, inmutable. En el establo reconstruido a medias, una noche más acaban las lecciones impartidas por el anciano líder.

Buenas noches, mi buen Ciferinos.

Así es, mi buen Arnaldus. Partireis con el campesino a Slobozia y ayudareis a Fray Domenico en su evangelización, aquí teneis poco que hacer por el momento y vuestro talento y fe no encuentra salida.

El abad informa, sabiendo que su deseo será respetado por el católico convertido.

Preparad vuestras cosas, el viaje será duro y dentro de unos meses volvereis para informarme de los progresos.

Despidiendo al hermano con un gesto con la mano y una bendición, le hace salir donde Ciferinos le espera para acompañarle junto al mensajero.

-Como usted desee Abad, espero ser de utilidad al Señor en Slobozia. ¿Deseais que lleve algún mensaje a nuestro hermano Fray Domenico? y después de una breve pausa añado ¿Cuanto tiempo se supone que debemos permanecer en esas tierras? A veces la difusión del mensaje divino puede prolongarse durante años...

Asi es, el mensajero os dará una carta para que se la deis en mi nombre al hermano Domenico. Permanecereis ahi hasta el final del año próximo o hasta que os requiera.

El Abad cambia el tono para hablar con más cercanía.

Padre Arnaldus, vuestra labor en este tiempo ha sido encomiable y vuestra fe es un pilar de este monasterio... difundid la sagrada palabra y estareis siempre en mis oraciones.

con un gesto de despedida concluye, antes de volver a dar el sello sagrado para que el padre lo bese:

Tendreis mucho que hacer, no es entretengo más. Teneis mi bendición y mi gratitud.

-Gracias Abad. Espero poder cumplir la misión que se me ha encomendado para la gloria del Señor. Parto pues con presteza.

Me retiro haciendo una reverencia acompañado por Ciferinos, que me escolta hasta mi celda. Allí recojo alguna de mis pocas pertenencias, las que pudieran ser útiles en el trayecto o el destino final.
Unas horas más tarde me encuentro saliendo por la puerta de la abadía acompañado del mozo. No parece muy hablador, pero seguro que durante el camino tenemos tiempo a conocernos bien.

MONASTERIO DE BRAILA: RESULTADOS DE VERANO:

- Abad Lucius Sempronius: Reclutar Lugartenientes: Hermano Daniel. Consolidar Poder: Lugartenientes Leales.

- Acciones de Verano No Declaradas: La Facción permanece mayormente Inactiva.

AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y UNO.

ESTACION DE OTOÑO.

MESES DE OCTUBRE, NOVIEMBRE Y DICIEMBRE.

MONASTERIO DE BRAILA: SUCESOS DE OTOÑO:

- Al poco de iniciar viaje, una desafortunada riada alcanza al Padre Arnaldus, que muere ahogado.

MONASTERIO DE BRAILA: SUCESOS DE OTOÑO:

- Al poco de iniciar viaje, una desafortunada riada alcanza al Padre Arnaldus, que muere ahogado.

La carta que el Padre Arnaldus entregará a Domenico de Sajonia en nombre del Abad Lucius Sempronius dice lo siguiente:

A mi fiel Domenico de Sajonia, hermano en la santa fe.

No podían ser mejores las nuevas que me llegan en vuestro nombre. Vuestra iniciativa supera mis esperanzas, no cabe duda de que el Todopoderoso guía a sus más devotos siervos. Con tal pastor ningún empeño ha de sernos imposible.

Según mis órdenes, esta misiva os ha debido ser entregada por el Padre Arnaldus cuyo talento y bienhacer ya pudisteis conocer durante vuestra estancia en Braila. Quede Arnaldus a vuestro servicio pues sé que os resta un largo camino por recorrer y no escatimaré esfuerzos para compartir vuestra carga. No dudéis en hacerme llegar cualquier petición que tengáis y procuraré satisfacerla, Dios mediante. Mantenedme igualmente bien informado de vuestros progresos y de los cambios en Slobozia.

Os adjunto con esta carta la confirmación de vuestra misión y nuestra sagrada alianza firmada, tal y como pedisteis. Con ella, ya que decís que el nuevo señor Dagu es hombre de bien, no dudo que se os darán todas las facilidades que una región tan convulsionada pueda dispensar a un enviado a látere de este humilde Abad. Decidle al anciano Dagu que una de mis plegarias de cada día será por él y por la paz y estabilidad en Slobozia.

Debo pediros que os guardéis de un poderoso señor llamado Conde Florescu y de toda su influencia. Rezo porque no se crucen vuestros pasos con los suyos, pero en conciencia debo advertiros del peligro que supone. Comprenderéis no puedo ad cautelam revelaros mucho por este medio, pero sabed que sospecho que este Conde no sea otra cosa que un demonio vampiro.

Malditos sean todos los de su clase, lux perpetua luceat eis.

Investigad lo que podáis al respecto pero con discreción, mi buen hermano. De la misma forma me interesaría lo que pudierais averiguar sobre los magiares, infieles paganos contra los que tal vez nos toque luchar en el nombre de Dios.

El mensajero en quien confiasteis ha demostrado su valía y lealtad pero sed precavidos en adelante, como lo habéis sido hasta ahora,  con no revelar datos que pudieran dar información a nuestros enemigos, o a los del anciano Dagu el paciente, en el caso de que futuras misivas no llegaran a su destino.

Te bendigo, Domenico de Sajonia.

In nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti.

Abad Lucius Tempronius, señor temporal y espiritual del Monasterio de Drinago.

Unos días después de la partida del Padre Arnaldus llegan a las puertas del monasterio unos campesinos con un carro. Parecen algo turbados y piden hablar con el Abad sobre un asunto muy importante.