Partida Rol por web

Bordeando con cuidado el campo de batalla Truvio trata de colocarse en una posición resguardada de los enemigos y desde allí, en un desesperado intento poor frenar a la criatura de ultratumba entona los versos de Hunger of Hadar tratando de poner un obstáculo entre el lich y nuestra muerte segura...

Truvio conjura una nube de maléfica oscuridad sobre el lich.

[PNJ]

Aaron coloca la esfera de fuego encima del lich, se concentra lo mas que puede y lanza una bola de fuego sobre el lich, el infierno de calor achicharra al no muerto.

De la oscuridad mágica que ha conjurado Truvio sale humeante el terrible lich. Apunta con su dedo a Truvio y un rayo oscuro que alcanza a Truvio en el pecho.

El valiente semielfo cae al suelo, escupiendo sangre.

Tojó! Tojó!

Asher, ducho en el acoso a una presa herida, no desaprovechó la oportunidad de herir de gravedad al liche, disparando dos rápidas flechas a su blanco, mientras abandonaba la oscuridad: la primera para hacer que este se agachara evitando un impacto directo, y la segunda consiguiendo una maravilla de la arquería al atravesar limpiamente uno de los opcipitales de la calavera no muerta. Una profunda grieta se abrió en el cráneo del monstruo, mientras el explorador desaparecía tras una columna, dispuesto a jugar una dura guerra de guerrillas contra el arcanista.

Estado:

Eyskhan: Moribundo (1 tirada fallida)
Helen: Moribunda (1 tirada fallada)
Quarion: 69 daños, Moriundo
Truvio: 75 daños, Moribundo.

Paladina: 15 puntos de vida, desmembrada.
Lich: 163 daños, bloodied.

Turno de: Truvio, Aaron

PNJ

Aaron mueve la esfera flamígera sobre el lich que trastabillea por efecto de las flechas de de Asher. Esta vez la esfera prende en la ropa del no muerto que empieza a arder con fuerza. El lich gesticula mientras intenta apagar el fuego que prende también en sus carnes muertas.

En unos segundos el no muerto cae inmóvil al suelo convertido en un bulto en llamas... la sala queda en un extraño silencio, que pronto se ve interrumpido por los gritos de agonía de los moribundos y de la paladina desmembrada.

La ayuda de Aaron para liberar a Eyskan del bloque de hielo que le estaba congelando tiene éxito, y una garra dracónida surge de entre la escarcha con tres pociones de curación.

 -Gracias compañero, dales esto a orejas largas y a Truvio - dice mientras le entrega dos pociones al mago

Eyskan se levanta mentras los cristales de hielo caen a su alrededor y le da la poción restante a Helen

- Bebe esto, te sentará bien

Helen se puso de rodillas con dificultad, tosiendo.

Hay que encontrar su... Gema. Y destruirla - Dijo llevandose una mano a la cabeza con un gesto de dolor. Le impedía pensar con claridad.

Poco a poco el dolor de cabeza remitió y las imagenes de la batalla volvieron a su mente. Se giró hacia Eyshkan.

Gracias, amigo. Sin ti nunca hubiese salido de esta.

Se levanto lentamente mientras miraba a su alrededor: Los esqueletos, los restos chisporroteantes de Kithendrem, sus compañeros aún incapacitados... Se dió cuenta de lo cerca que ha estado de la muerte. Y de fracasar.

Miró hacia los dos compañeros que les habían salvado la vida y su mirada se cruzó con la de Asher. El explorador no entendia todo lo que había en juego. No se daba cuenta de que, llevarse el Nanok, no sólo era una opción táctica. Pero les había salvado la vida. Sin dudas. Sin discursiones. Sin vacilar. Hubiese muerto antes de dejarles allí, a pesar de las diferencias.

Helen se dió cuenta de que había cometido un error de cálculo y casi le había costado la vida. No podía hacer esto sola. Solo podrían tener éxito juntos, con un mismo objetivo y una misma meta.

Debe de ser la contusión en la cabeza que me ha dejado tonta - Se dijo para sus adentros

Asher, creo que esta frase deberías leerla tú. Es más seguro que las separemos... Y te has ganado el derecho a ello. Cuando tengamos el Nanok, veremos que hacemos finalmente con él.

Helen se levanta y recorre la sala buscando la Frase. Tras un rato, se da cuenta de que algo esta escrito tras el altar, con unas runas similares a las de la sala del ángel.

El lich tiene una gema colgada al cuello que parece mágica. La paladina lleva un par de anillos y un collar que parecen caros, además de una espada mágica. En una esquina cerca del altar hay un par de cofres cerrados que parecen bastante pesados.