Partida Rol por web

Truvio se revuelve de dolor y consigue a duras penas beberse el brebaje que le acercan sus compañeros.

- Ha estado muy muy cerca, demasiado.... ¿En qué estabamos pensando cuando nos metimos aquí a las bravas? Deberíamos aprender a pensar antes de actuar...

Todavía sin poder mantenerse en pie observa como el resto ya está saqueando el botín. Echa un vistazo alrededory comenta...

- Este lugar no me gusta nada, pero es fácilmente defendible. Se impone pasar, al menos, una noche aquí. Juntemos los restos impíos de nuestros enemigos, hagamos una pira y calentémonos. Demasiado frío le ha dado ese maldito lich a mis huesos.

Mientras Truvio habla Helen se mueve rápidamente y de forma nerviosa por la habitación. Coge el colgante del lich, lo pone en el suelo y lo golpea un par de veces con la espada. Al ver que no lo ha dañado mucho hace un gesto de rabia lo deja en el suelo y corre a abrir los cofres.

En ellos encuentra una pila de monedas y un saquito con varias pociones.

El eladrin se despierta a duras penas tras recibir las atenciones de su compañero. Las heridas son muy graves. Cierra los ojos, habría que descansar para recuperarse...

Eyskhan se acerca a la paladina, aún con escalofríos en sus escamas.

- Hola... ahora que hemos acabado... Puedes explicarnos en qué consistía vuestro plan? ... Antes de nada te diré que te conviene colaborar porque sinó podrías acabar encerrada en una caja de hierro en el fondo de el mar para toda la eternidad

- La verdad, nunca he entendido muy bien las ideas de Kithendrem. - dice rápidamente - Aunque el plan original era usaros para matar al mago y el dragón y permitirnos acceder a las frases. Kithendrem siempre ansió obtener el Nanok, y yo esperaba obtener la libertad si lo ayudaba.

- Pero podría tener otros planes - reflexiona - Es muy listo, y nunca se sabe que planea.

- Cómo podemos acabar con Kithendrem?

El eladrin observa al dracónido mientras trata de recuperar el resuello.

- No lo se. El nunca me lo diría. Supongo que quemando el cuerpo, sumergiéndolo en ácido o algo así. - Katherine no parece muy convencida mientras habla.

Ante las palabras de Helen, Asher asintió con simpleza y tras asegurarse de que todos se incorporaban lentamente, se dirigió en busca de la segunda frase, dispuesto a leerla sin demora.

-¿No hay algún modo de disipar su conjuro? Es patético condenar a existir a alguien de esa guisa.- dijo el guerrero, seguidamente, observando a la paladina.

Cita :

Me da la impresión de que sería más efectivo destruir la gema que ha aporreado sin éxito Helen. Aunque parecía bastante seguro de su solidez, dado que en nuestro primer encuentro nos la enseñó con desparpajo.

Dirigiéndose de nuevo a Katherine:

- Por cierto, entiendo lo del dragon... Pero, ¿Cual era el objetivo de matar al mago, si no tiene ninguna de las tres llaves?

- No nos dejaba acceder a la primera frase. Además teníamos algunas viejas cuentas pendientes.

Ahser se acerca al altar y mira atentamente la frase que se encuentra tras el. A medida que su vista se va pasando por los caracteres, estos se van desvaneciendo lentamente.

La frase dice : Cuando el mundo era joven...

¿Cuentas pendientes? ¿Qué cuentas pendientes? - Dice Helen mientras observa como Asher graba la frase en su memoria

- No se, cosas de magos. Desde que los conozco ambos se odian.

Tras haber examinado la parte trasera del altar, Quarion se reincorporó y comentó:

-Entonces, muy posiblemente, si alguien sabe cómo hacer que Kithendrem, si así se llamaba, no regrese a la vida, es su archienemigo loco. Solo tenemos que llevarle la gema esa y dejar que haga con ella lo que le plazca. Tal vez a cambio incluso nos dé acceso a la tercera frase, si Quarion usa un poco de labia oportuna en la propuesta.- se le ocurrió al práctico montaraz -Lo que sí que me ha quedado claro es que el poderoso Kithendrem se pasó décadas ansiando el Nanok sin poder abrir la dimensión en la que está oculto. Cada vez me parece más una soberana tontería llevarnoslo, siendo así.- volvió a rebullir el guerrero.