Partida Rol por web

Y no quedó ninguno: Diez Negritos

18. En el exterior

Cargando editor
04/06/2013, 18:55
Director

Salís al exterior. No queda demasiado para que anochezca. La apoteósica lluvia de la jornada anterior ha dado paso a un escaso chispeo que apenas hace necesario el uso de paraguas o sombrero. El terreno embarrado se ha ido paulatinamente secando, permitiendo que deambuléis por el exterior sin hundiros en el barro hasta el tobillo.

Aunque no queda demasiado para que comience a anochecer, aún se ve perfectamente en el exterior, y por si acaso, habéis llevado con vosotros la linterna. No os seduce la idea de merodear por el exterior a oscuras sin una luz que os muestre el camino, así que por si las moscas habéis tomado dicha precaución.

Al conocer Myst y Bartok el camino, llegáis en un momento a la ladera en cuestión. Es una pared muy escarpada, y varios metros más abajo, aproximadamente unos tres, veis una cueva en la pared de roca. Sería factible descender aferrándose a la pared de la cueva, aunque otra alternativa es buscar la mohosa cuerda que utilizasteis en la anterior ocasión y que se encuentra en la caseta de aperos, a unos metros de donde os encontráis, aunque no es visible desde aquel punto ya que una arboleda oculta su existencia desde ese ángulo.

Un rápido vistazo os muestra que el cuerpo de Scarlett Sommers sigue en el fondo del barranco, destrozada tras caer contra las afiladas rocas. Aunque fue una muerte veloz, el cariz de ésta resulta espantoso, inquietante y repugnante. La sola idea del impacto contra las rocas es causa suficiente para provocar pesadillas. Menos mal que no se le ve el destrozadísmo rostro...

Cargando editor
05/06/2013, 18:27
Robert Calvincott

Yo no había estado ahí, y me dejé conducir por mis acompañantes. La creciente falta de luz nos dificultaba cada vez más la visión, pero aún el cuerpo de la señorita sommers asomaba, estrellado, en el fondo.. Dejé de mirarlo, ya no servía de nada hacerlo, y no quería dudar en hacer lo que habíamos convenido: llegar a la cueva.

-Habiendo una cuerda, podemos asegurarnos al descender. La señorita Myst pesa menos, y Bartok y yo podríamos asegurar la cuerda, y sujetarla en caso de caída. ¿Qué les parece?

Cargando editor
08/06/2013, 19:30
Stephen Bartok

No me parece mal, pero no soy yo quien debe decidir eso¿ Myst que opina al respecto? dijo Bartok , mientras hablaba se sujetaba el sombrero para que no saliera volando por el aire que ascendía al estrellarse con el acantilado.

Cargando editor
10/06/2013, 22:24
Myst

Me asome un momento con cuidado al barranco, observando durante unos segundos el acantilado y el cuerpo de la señorita Sommers al fondo de este. Probablemente esta sea la única circunstancia en el mundo por la cual me atrevería a realizar algo así, pero probablemente era la única forma de acabar esta pesadilla con vida... me parece un buen plan. Será mejor que lo hagamos cuanto antes, no vayamos a ser descubiertos por nuestro "querido anfitrión".

Cargando editor
13/06/2013, 16:53
Robert Calvincott

-Bien, cojamos la cuerda entonces, átesela bien- Nunca había hecho esto pero ninguno queríamos terminar ahí abajo.

Cargando editor
14/06/2013, 11:13
Director

Llegáis a la caseta de aperos. La construcción no es más que una modesta casucha de madera minúscula. Tiene una sola puerta, mirando hacia la casa, y una ventanita pequeña. Desde afuera no se divisa lo que hay en el interior, ya que el cristal está realmente asqueroso, tanto por fuera como por dentro. Se ve que los criados desconocían su existencia, pues de otro modo la habrían pasado a limpiar, pero el bromista de U.N. Owen se ve que había pasado de contarles tal cosa.

La puerta es bastante endeble. La cerradura rota cuelga de la puerta.

A la izquierda de la destartalada caseta de madera se ve una abandonada huertecilla, ahora ligeramente tomada por hierbas creciendo a su antojo, y más a la izquierda, árboles y más árboles cubriendo el camino.

No había luz en su interior, pero con la tenue iluminación que entraba por la puerta, y la escasa que la sucísima ventana dejaba vislumbrar, pudisteis comprobar que en la caseta había infinidad de herramientas de labranza. Sin duda era la casucha de quien fuese el anterior jardinero de la Isla del Negro. Cuchillos, azadas, un hacha, tocones de madera, sacos de tierra, de semillas, algún saco de grano mohoso, velas, cuerdas... Todos los aparejos habidos y por haber se encontraban allí. Si bien es cierto que ninguno de ellos se encontraba en buen estado, fruto del paso del tiempo, muchos de ellos aún se podían aprovechar.

Una cuerda pende del techo, sujeta a un gancho situado en el centro del mugriento techo. Dicha cuerda no se encontraba así en vuestra anterior visita a la caseta. Se ve que o Violet o vuestro misterioso asesino se ha dado un paseo por la cabañita. La cuerda parece una soga.

Cargando editor
20/06/2013, 18:16
Robert Calvincott

Observo lo poco que se puede, a través de la mugre de los cristales.

-Ahí hay cosas del jardinero, parece que no han sido tocadas en tiempo, pero.. esa cuerda del centro sí. Parece estar preparada para ahorcar a alguien..

Sin darme cuenta, apreté en mi mano el mango del cuchillo que llevaba.

-Creo que se puede entrar en la caseta, igual hay algo que nos diga a dónde puede haber ido.. ¿Qué les parece? Yo podría entrar, y ustedes vigilen, o entramos dos. No hay muchos más sitios en la isla donde el asesino pueda estar.

Cargando editor
20/06/2013, 19:35
Stephen Bartok

La cabaña era pequeña y no había mucho sitio para que dos personas se movieran con desenvoltura, se molestarían mas que otra cosa

No recuerdo que eso estuviera así la última vez, ten cuidado... no sabemos que pueden haber tramado  dijo preocupado Bartok y añadió No parece que nada de lo que hay aquí nos vaya  a servir de mucho...  Aún así hay que intentarlo, vigilamos por este lado y cuidado cuando toques esa cuerda o te muevas cerca, parece demasiado evidente, como para distraer de ... no sé de otra cosa que se viera menos.  no sabía poner en palabras el mal presentimiento que tenía así que concluyó Mira donde pones los pies y no te precipites hacia la cuerda, me da mala espina.

Cargando editor
24/06/2013, 12:22
Director

Notas de juego

Espero por el mensaje de Myst antes de postear lo que sucede con Calvincott al entrar en la cabaña :P

Cargando editor
24/06/2013, 15:52
Stephen Bartok

Notas de juego

Que suspense.....

Cargando editor
24/06/2013, 23:14
Myst

La cuerda en mitad de la caseta no presagiaba nada bueno. Parecía como si nuestro asesino la hubiese colocado ahí a sabiendas de que pronto un cuerpo inerte colgaría de ella... y que no sería el suyo pero entonces, ¿el de quien? ¿Y cómo tenía pensado matar a su siguiente victima? Muy bien yo vigilare el exterior junto al señor Bartok. Tenga cuidado señor Calvincott, tengo el presentimiento de que nuestro "anfitrión" aún no ha dicho su última palabra...

Cargando editor
01/07/2013, 11:59
Director

Calvincott entra en la caseta con mucho sigilo y una inmensa cautela, mirando a todas partes, analizando cada detalle de la estancia. Entre otras cosas percibe un hato de cuerdas algo mugrientas pero aún resistentes. Se hallan sobre un grasiento bidón vacío.

Es inevitable mirar al techo, fijarse en aquel gancho en medio de la estancia, del cual pendía una gruesa cuerda, tan inerte, tan insignificante, y sin embargo tan amenazadora. Tal había sido la tensión a lo largo de aquellos dos días que hasta una simple cuerda, que en otras circunstancias se habría tomado como una simple broma de mal gusto, resultaba tan amenazadora como el más afilado de los puñales.

Calvincott tomó la cuerda y se dispuso a salir a toda prisa, feliz por saberse seguro, por creer que había logrado librarse del peligro que U.N. Owen, el misterioso anfitrión, había preparado para aquel que osase aventurarse en la caseta.

Y justo cuando se disponía a salir de la estancia, sucedió.

Excelente puntería. Acertó justo en el medio de la cabeza de la adivina. Myst se tambaleó, aturdida, confusa, la cabeza sangrando, hundida. Aún dirigió una mirada suplicante a sus dos acompañantes antes de que la vida se le escapase por momentos.

Su cuerpo cayó al suelo, como una muñeca rota. La alta hierba comenzó a teñirse de rojo. LA sangre manaba a borbotones. Aquello era el final de Myst...

Al lado de su cabeza se veía el objeto que habían arrojado contra la menuda adivina. Era una figura de oso, una especie de reloj. No era muy grande, pero se veía francamente pesado. Otra broma macabra del misterioso anfitrión. Siguiendo al pie de la letra la cancioncilla de los Diez Negritos...

Pero vuestra mente ya se hallaba demasiado acostumbrada a la muerte como para alarmarse y sumirse en un desesperado llanto o en una incontrolable histeria. No. Vuestra mente trabajó aprisa. Aquello no había caído solo. Habían arrojado aquel objeto desde lo alto, desde el árbol más cercano a la caseta. Y no teníais duda alguna sobre el perpetrador de tal vileza: U.N. Owen.

Notas de juego

Antes de narrar el resto de este post, dejemos que Myst ponga su post de despedida. Después prosigo.

Cargando editor
03/07/2013, 19:28
Myst

Parecía que por fin, por primera vez desde que llegamos a aquella isla nos habíamos adelantado a nuestro “anfitrión”. No estaba muy segura de a cual de las muertes hacía referencia el gancho pero daba igual. Esta vez habíamos sido más rápidos y habíamos desbaratado todo su plan. El pulso se me empezó a acelerar, pero esta vez no por el miedo sino por el ansia, pues sentía que estábamos cada vez más cerca de salir con vida de esta situación.

Según iba saliendo el señor Calvincott de la caseta me disponía a decirles que debíamos apresurarnos cuando note algo que me golpeaba la cabeza por detrás. Dada la fuerza del impacto no pude evitar dar un par de pasos hacía adelante y a punto estuve de acabar con mis huesos en el suelo. Me lleve la mano a la zona donde había notado el golpe y donde ahora comenzaba a notar un dolor sordo. Note la mano húmeda nada más ponerla en la zona del impacto. ¿Acaso me habían lanzado un pescado o alguna ropa recién lavada?

Puse la mano delante de la cara para poder examinar mejor el liquido... y al verla mis ojos se abrieron como platos. Sangre. La mano estaba total y completamente roja de sangre. Tarde casi un minuto en darme cuenta de quien era esa sangre, en darme cuenta de que la sangre manaba a raudales por mi cabeza. Al parecer había cantado victoria antes de tiempo y “mister” U.N. Owen se nos había vuelto a adelantar. El gancho no era más que un cebo y habíamos picado como pardillos.

La vista comenzó a nublárseme y las piernas se me debilitaban con rapidez. Abrí la boca para intentar pedir ayuda a mis dos acompañantes, pero tan solo me salio un ligero gruñido. Las rodillas finalmente se quedaron sin fuerzas y acabe cayendo al suelo con violencia. Pero ya no sentía nada, tan solo una paz y una quietud como no había notado desde hace mucho tiempo. Mi visión se apago hasta que tan solo veía una especie de túnel con una fuerte luz blanca al fondo.

Con las pocas fuerzas que me quedaban estiré la mano intentando alcanzar la luz. De repente y de la nada una silueta comenzó a formarse en la luz y a coger forma humana. Poco a poco fue haciéndose más nítida hasta adquirir forma humana. Una forma que reconocía perfectamente. Una cara que hacía años que no veía.

William... y tras susurrar ese nombre la vida abandono mi cuerpo y me fui a reunir con todas aquellas pobres almas que había mandado al otro mundo a lo largo de toda mi vida.

Cargando editor
03/07/2013, 20:41
Stephen Bartok

Bartok se giró hacia donde había venido el proyectil antes de saber que pasaba, miró hacia la oscuridad con una mano en el bolsillo y otra mano en el hacha que había sacado del craneo de aquel pobre hombre. Miro fijamente, como un perro con hambre mira a las personas comer.

¡¡Salga de ahi!! Le grito antes de ver nada. Se maldijo por lo bajo por tratarle de usted

Entonces Myst se desplomó a sulado, contuvo el impulso de mirar hacia ella para mantenerse en guardia  frente a lo que pudiera ser.

Oh dios mio! escuchó su propia voz expresando en voz alta los pensamientos que traicionaban sus nervios, siguió mirando los arboles ¿Clavincott, esta... se interrumpió para tragar saliva esta muerta? dijo sin permitirse dejar de mirar alrededor

Cargando editor
05/07/2013, 12:15
Robert Calvincott

Salía yo de la caseta, aún cauto pero feliz por regresar vivo, cuando todo sucedió. Pude ver cómo se desplomaba, pude ver su sorpresa, y escuchar su murmullo.. Myst, que a tanto había sobrevivido, caía justo ahora..

Miré al árbol desde donde pareció haber salido la estatua.. ¿Había alguien allí? El golpe fue tremendo. Y Myst, sangrando a borbotones por su cabeza, muerta.

-Sí, lo está -respondí a Bartok, sin detenerme más en la pobre mujer. Había cosas más importantes ahora, como nuestra propia vida. ¿Y si el asesino oculto tiene más objetos que arrojar, o incluso una pistola?

-¿Hay alguien ahí? -dije con rabia, pero preparado para correr hacia la caseta y ponerme a cubierto si hiciese falta. La oscuridad era buena aliada, aunque no para dejarnos ver a nosotros-. ¡Baje inmediatamente! Estamos armados, ¡baje si no quiere que vayamos a por usted!

Opté por la opción de la amenaza directa, y realmente estaba dispuesto a matar a quienquiera que asomase del árbol. Eran ya tantas muertes, tantos nervios.. La rabia me podía.

-¡SALGA YA!

A la vez pensaba en lo que Myst murmuró... ¿William?

¿A quién podría referirse? ¿Acaso reconoció a alguien? Sólo recordaba un William en todo esto..

-¡William Fox! ¡Le hemos descubierto!

El policía acatarrado que también estaba invitado en la isla.. ¿Podía ser el artífice de toda esta trama de muertes y venganzas? No estaba seguro, pero decidí arriesgarme a decir su nombre.

Y murmuré a Bartok..

-Si sigue la canción, nos atacará con fuego.. Esté preparado. Lo de dentro de la caseta es una soga para el último negrito, el penúltimo moría quemado por el sol..*

Notas de juego

*Tres Negritos se pasearon por el Zoo.

Un oso los atacó y quedaron:

Dos.

Dos Negritos estaban sentados en el sol.

Uno de ellos se quemó y quedó:

Uno.

Un Negrito se encontraba solo.

Y se ahorcó, y no quedó

¡ninguno!

Cargando editor
08/07/2013, 12:34
Fergus Winchester

Una sonora carcajada os hizo estremeceros. Era una muestra de tamaña frivolidad en una situación tan desagradable como aquella, con el cadáver de Myst aún caliente a vuestros pies, que resultaba más tétrica y aterradora que el más escalofriante de los gritos de terror.

Con una agilidad próxima a la de un felino, una figura descendió de un árbol y os encaró. Caminaba hacia vosotros, pasito a pasito, como quien se halla meramente dando un agradable paseo por el campo. En su mano derecha portaba un arma de fuego, un revólver, que apuntaba al frente, hacia vosotros dos.

Y entonces comenzó a canturrear aquella canción que con el paso de las horas habíais llegado a odiar:

Tres Negritos se pasearon por el Zoo.

Un oso los atacó y quedaron:

Dos.

Dos Negritos estaban sentados en el sol.

Uno de ellos se quemó y quedó:

Uno.

Un Negrito se encontraba solo.

Y se ahorcó, y no quedó

¡ninguno!

Frenó a un par de metros de distancia de donde os encontrabais, sin bajar el arma en ningún momento. Sonreía divertido, como si todo aquello le resultase de lo más cómico:

-El octavo negrito fue atacado por un oso. Adiós, señorita Myst. Ya nunca más volverás a envenenar a otro hombre inocente. Ahora es el turno del noveno negrito. Y diganme ustedes dos, Stehpen Bartok y Robert Calvincott, ¿quién desea morir "quemado" por una rápida e infalible bala y quién quiere ahorcarse dentro de la caseta? Ha llegado el final para los dos últimos negritos, y con ello mi magna obra llegará a su fin. Todos los demás ya han caído presas de mi perfecto plan. Es hora de rematar mi obra, de poner punto y final a esta deliciosa trama de justicia divina. Y para que vean lo que valoro su incontestable instinto de supervivencia, hasta les voy a dejar colaborar en la escritura del capítulo final.

Y así, Fergus Winchester, el barquero que os había llevado hasta la Isla del Negro, daba por fin la cara cuando ya quedaba poco para que concluyese la obra.

Notas de juego

Si por un casual entráis en combate, persuadirlo o algo, lo que se os ocurra, me indicáis lo que deseáis hacer y yo procedo con las correspondientes tiradas secretas. Si preferís hacerlas vosotros en el offtopic, también me parece bien.

Cargando editor
08/07/2013, 15:52
Stephen Bartok

Barok comenzó a separarse lentamente de Clavincott con pasos lateralres y decididos, si ese hombre le disparaba al menos clavincott tendría una oportunidad de llegar hasta él mientras se le enfrentaba también se puso de perfil hacia el para darle un menor blanco y para tapar la mano que sacaba del bolsillo con la pistola que llevaba ocultando desde que llegara a la isla.

¡¡Está loco!!  gritó  al hombre ¿Que le hace creerse mejor que la policia? ¿Que los jueces? ¿Que le hace ser tan infalible como para que no haya matado a ningún inocente en esta isla? No tiene pruebas, no tiene nada mas que su demencia; si las tuviera hubiera acudido a la policía. Luego añadió con sobrado desprecio Usted no es nada , sólo un chiste y cuando  se descubran todas estas muertes no los acusaran a ellos, ellos serán las víctimas de un monstruo.

En la creciente oscuridad que los cercaba el sombrero de Bartok arrojaba sombras tenebrosas y aciagas sobre su rostro. Y el filo del hacha se vaía de modo intermitente cuando conseguía captar algún haz de luz que se reflejaba en su superficie.

Notas de juego

si hace el gesto de apuntarme voy a saltar de lado y si hace el gesto de apuntar a clavincott voy a dispararle y correr hacia él

confío en que no vea la pistola ya que estamos en la penumbra a dos metros y mi cuerpo está en medio, ya describí mi mano en el bolsillo antes, estaba agarrando la pistola.

por otro lado a ver que contesta

Cargando editor
11/07/2013, 16:42
Robert Calvincott

-¿¿¡¡Pero qué...!!?? -dije, cuando se descubrió el barquero, y estupefacto escuché todo lo que dijo, y la rabia se me acumuló.

-Loco desgraciado, ¿qué ha hecho? Los ha matado a todos, sólo tiene una pistola, y somos dos contra uno.. ¿Acaso piensa que va a salir con vida? -vi de reojo que Bartok pensaba atacar, así que le distraje-. Tengo su cuaderno, loco. Está a buen recaudo, y con él iremos a la policía -tenía mi cuchillo aún en la mano, y lo así firmemente, esperando no ser visto en la oscuridad-. Su plan no era tan perfecto, Ferguson..

Notas de juego

Tengo intención de tirarle el cuchillo mientras me muevo hacia él, pero aún fallando, a donde sea, al menos eso lo distraería y le haría disparar, no sé si he de tirar dados para ello.

Cargando editor
17/07/2013, 19:33
Fergus Winchester

Fergus Winchester parecía regocijarse ante vuestra indignación.

-¿Que por qué me creo mejor que la policía o los jueces? Porque a los hombres se les puede comprar. Hoy en día cualquiera con un buen abogado puede salir indemne de sus crímenes, cualquiera lo suficientemente atractivo como para comparecer ante un tribunal y resultar simpático a la prensa o al jurado puede ser absuelto hasta del más abyecto crimen. Todos ustedes, los diez, eran culpables, no pueden negarlo. La culpabilidad es patente en sus miradas. Violet Morrigan me lo contó. Cuando sonó el disco del gramófono que os acusaba de vuestros crímenes, Violet os miraba a todos. ¿Y sabéis lo que vio? Nueve semblantes culpables. Nueve asesinos descubiertos. Nueve personas a sentenciar a muerte, diez incluida la niñata estúpida que decidió matar por algo tan futil como el amor. No, amigos, yo he hecho mis deberes. No supongo que son culpables, LO SÉ. Lo sé tan bien como que yo no me vendo. Un culpable ha de morir, ¿y qué mejor persona para ejecutar el plan que una que se halla al borde de la muerte? Me estoy muriendo. La enfermedad se está apoderando de mi organismo. Pero antes de abandonar este mundo quería hacer algo grande por él, y no se me ocurría ofrenda mejor que llevarme conmigo a diez seres despreciables que hacían más bien estando muertos.

Se tomó un momento para tomar aire. Ahora que os fijabais en su demacrado rostro podíais ver con claridad esos síntomas de hallarse cercano a la muerte, esas marcas de sufrimiento y agonía de aquel que se aferra a una vida que se escapa por momentos.

Yo no soy policía, ni juez, ni jurado. No soy nadie, un mero soñador con ideales de justicia que se han visto desbaratados por un sistema judicial injusto e inútil. Fuera de esta isla no soy nada, pero aquí, para mis invitados, he sido Dios. He sido vuestro Dios y he hecho justicia divina. Ya no volveréis a matar. Es mi legado.

¿Un plan perfecto? No me hagan reír. Nunca llegarán con el diario a la policía. Van a morir, aquí y ahora. Nunca regresarán con vida. ¿Y que si muero yo qué pasa? Nada. No me importa si he de morir con mis diez víctimas. El diario demuestra al tipo de persona que me he llevado por delante. Puede que a ojos de la policía y de algunas personas yo sea un asesino. A los ojos de otras habré sido la respuesta a sus plegarias. Y luego llegarán seguidores, imitadores, gente que me admirará y que continuará con mi legado, limpiando el mundo de asesinos y seres sin escrúpulos, con el corazón de piedra, corrompidos hasta la médula.

 

 

Notas de juego

Analicemos la situación:

-Fergus apunta a uno y a otro intermitentemente, pensando en acribillar a tiros al primero que haga un movimiento brusco.

-Bartok tiene una pistola en su bolsillo, dispuesto a extraerla en cualquier momento y coser a tiros al asesino.

-Calvincott tiene un puñal que pretende arrojar a Fergus para, como mínimo, distraerlo si no le da.

¿Es así? Si es así, Calvincott, puedes narrar cómo le lanzas el puñal en tu próximo post. El resultado de dicha acción lo narraré yo :)

Cargando editor
19/07/2013, 22:17
Stephen Bartok

 Y a violet nadie pudo caerle simpático¿ Verdad? Gran testigo aquél que es como nosotros, según usted un asesino, un criminal le respondió Bartok  Y usted no puede equivocarse por que su demencia se lo impide ver. Usted no busca Justicia, busca venganza y no sobre nosotros sino sobre el mundo entero por lo que le pasa.

Luego inspiró para darle el golpe final 

Nadie reza por otro loco resentido mas en el mundo, a nadie le importa lo que ha hecho ni lo que le pase, esa es la verdad que usted mismo se niega a ver

Notas de juego

sigo caminando de lado hasta que clavincott y yo estemos en un los vértices de un triangulo rectangulo donde el vertice del angulo recto sea fergus y los otros dos nosostros, no más por que si disparamos o lanzaramos el cuchillo en dirección de fergus podríamos darnos si fallaramos. Espero que explique