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Y no quedó ninguno: Diez Negritos

18. En el exterior

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21/07/2013, 16:47
Robert Calvincott

Gran discurso el de Bartok, intentando razonar y distraerlo. Violet, qué decepción... ¿Acaso ella no cometió también delitos? Y pensaba salir airosa.. Me arrepentía de las veces que intenté ayudarla. Maldigo su alma y su estampa.

Pero no era el momento, ahora.. El barquero miraba hacia Bartok, bebiendo sus palabras, contestado a sus divagaciones. Era el momento de convertirme en invisible, yo.

Permanecí en silencio, a pesar de las ganas que tenía de gritarle a Winchester lo loco que estaba, y con movimientos suaves, tranquilos, y esperaba que apenas perceptibles, comencé a mover mi brazo para tomar impulso y lanzárselo lo más acertadamente posible.

Lo tenía agarrado por el mango, y en el momento que nos obligó a subir los brazos había intentado esconderlo tras mi antebrazo, o al menos que no fuese tan evidente. No me lo había mandado tirar, señal de que o no lo había visto, o no le importaba, así que ahora, que estaba distraído, era mi oportunidad.

Conté mentalmente un breve "tres, dos, uno.. ¡YA!", y arrojé el cuchillo en la dirección a Fergus como había visto hacer algunas veces a los artistas de circo. En mi bolsillo aún tenía mi navaja, que traje encima desde que acepté el contrato de este miserable, pero.. Esperaba no tener que usarla.

Sólo quería quitarle la pistola al demente. Después, le partiría la cara.

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30/07/2013, 12:46
Director

El cuchillo sale despedido de la mano de Calvincott. En ese momento, Fergus se percata de ello y le da tiempo a girarse para encararlo. El cuchillo pasa rozando su oreja derecha. Ha estado a punto de acabar con su vida. Un hilillo de sangre comienza a manar de su oreja, a la cual el filo ha rozado. La sangre resbala por el lóbulo y comienza a gotear por la blanquecina camisa del hombre.

No se lo esperaba. La expresión de su rostro muestra que no esperaba un intento de revelión tal en las dos víctimas, a quienes imaginaba temerosas, asustadas, suplicantes en su fuero interno, escondiendo dichos sentimientos bajo una fina capa de hostilidad.

 

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30/07/2013, 12:50
Director

Notas de juego

De acuerdo al orden de iniciativas, éste sería el orden de acción:

-Calvincott

-Bartok

-Winchester

Winchester os apunta con un arma, pero lleva el seguro puesto.  No contaba con un ataque de las víctimas, así que actúa en su turno normal. A partir del siguiente, si sigue portando el arma, pasa a actuar primero.

Podéis hacer vosotros las tiradas en el offtopic. Si no las hacéis, simplemente narrad lo que deseáis y ya las hago yo en privi, explicando las consecuencias, ¿okis?

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02/08/2013, 11:32
Robert Calvincott

Fallé, ¡¡maldíta sea!!

apenas pude ver el brillo del cuchillo en la oscuridad, pero ví moverse al asesino, esquivándolo u librándose por los pelos. No era cosa de desaprovechar la situación..

Bartok se movió también, lo ví por el rabillo del ojo, pero no me paré a averiguar qué haría. Esta situación era tan desesperada que no podíamos esperar a ponernos de acuerdo y coordinarnos, como otras veces.

Me abalancé desde mi posición hacia Winchester, procurando ladearme y salir del objetivo de su pistola, si me disparaba. Iba a abalanzarme sobre él con toda la fuerza de la que fui capaz, con todo mi peso, con toda mi rabia, pero me agaché en el último momento.

Una piedra cenca de él llamó mi atención. Grande, manejable. Al dar el paso la ví, y me agaché a cogerla. Le aplastaría la cabeza con ella, o se la haría comer.

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02/08/2013, 16:29
Stephen Bartok

Sorpresa y duda cruzaron los ojos de el asesino en el momento en que el cuchillo atravesó el aire y winchester se volvió hacia Clavincott; Bartok reconoció una oportunidad mordiéndole el culo y reaccionó al instante ; sacó la pistola del bolsillo al tiempo que corría hacia el, sólo tenía un tiro y no iba a desperdiciarlo disparando desde lejos en la oscuridad.

Trató de atacarle por un costado, mientras se volvía hacia el mayordomo. Apuntó con el hacha a la mano del arma, quería arrancarle el arma de la mano de un golpe del hacha, o la mano entera, le daba igual.  Lo que en el fondo quería era acabar con todo esto y no le importaba si le tenía que matar para conseguir paz. Había alcanzado el límite.

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07/08/2013, 19:23
Director

El hacha de mano no logra su objetivo. Desgraciadamente pasa a escasos centímetros del brazo de Winchester...

Pero sí que logra algo. Winchester ha bajado el arma. Asustado al ver el arma volando hacia él se lanza a un lado para esquivarla, perdiendo por un momento de vista a las dos últimas supuestas víctimas...

Y eleva el brazo a la desesperada, apuntando a aquel que le acaba de lanzar el hacha. Un ensordecedor disparo surge de tan insignificante arma de fuego, y el hombro derecho de Bartok comienza a arder como nunca antes lo había hecho. El dolor es horrible, terrible, acuciante... Pero hay que seguir adelante. ¿Un disparo en un hombro? Se puede sobrevivir tras algo así. Pero si uno se rinde... Si uno se rinde se acaba todo.

Y Winchester no tiene la intención de rendirse. No tras haber ideado tan magna obra. No tan cerca del final. Ya ha disparado una vez. Ya sabe quién ha de morir quemado por el sol y quién ha de hacerlo ahorcado. Han decidido. Es el momento de llevar su plan hasta las últimas consecuencias. El fin. El fin, el ansiado fin de toda aventura...

Notas de juego

-Calvincott

-Bartok

-Winchester

Haced como si comenzase otra ronda ahora. Bartok, el disparo ha sido duro para tu hombro, pero no te sientes morir. Eso sí, ese brazo lo tienes medio idiota, no inútil, por supuesto, pero duele muchísimo.

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08/08/2013, 11:50
Robert Calvincott

Con la piedra que había cogido aún en la mano, al ver que se centraba en Bartok, me abalancé sobre el asesino, incapaz de impedir que le disparase, pero dispuesto a hundirle el cráneo con la piedra.

Quería golpearle, matarle. Por todo lo que nos había hecho. Por todos cuantos habían muerto a sus manos o por su cómplice y traidora Violet, que si no hubiera muerto ya, sin duda la habría despellejado yo mismo también con sumo gusto.

Este tiempo de horror y muerte me dio fuerzas, y mi brazo no me respondía, sólo pensaba en verlo muerto.

Le ataqué como un animal herido y acorralado. No tenía nada que perder. Estaba ciego de odio, cansado, asustado, embrutecido, desesperado.. extraña mezcla.

O él o yo. No hay más.

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09/08/2013, 11:12
Director

Winchester estaba más centrado en Bartok, a quien acababa de disparar, que en Calvincott.

Por eso no lo vio venir. El puño de Calvincott aferraba una gran piedra, y con dicho fragmento de roca golpeó con furia la cabeza de Winchester. El asesino emitió un rugido, mezcla de furia y de profundo dolor. De su cabeza comenzó a manar sangre a borbotones. Mucha sangre. Muchísima sangre. Fergus se llevó la mano a la herida y apretó con su palma la zona golpeada. Al retirar la mano pudo comprobar que ésta se había teñido de rojo. El intenso color del líquido manante cubría por completo aquella ajada extremidad. Las gotas de sangre resbalaban por la muñeca, adhiriéndose al negruzco pelo del brazo del hombre, serpenteando entre cada hebra, resbalando por la piel hasta el codo.

La otra mano soltó el revólver. Éste fue a parar al suelo, a los pies del hombre. De pronto, los ojos de Winchester mostraron una expresión ausente, y en su rostro emergió una palidez alarmante. El asesino se desplomó en el suelo, aún con vida, pero sin sentido.

No había culminado su obra. Sin embargo, su rostro no mostraba pesadumbre al respecto. Mostraba satisfacción, como aquel que se siente con el deber cumplido, como el de alguien que por fin sabe que se halla a punto de permitirse por fin descansar, de aquel que llevaba demasiado tiempo aguardando a que la muerte viniese a por él. Y ya se hallaba cerca, rondando. O al menos eso suponía mientras la inconsciencia se apoderaba de todo su ser.

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09/08/2013, 15:27
Stephen Bartok

Bartok no perdió instante y  apartó el revolver con el pie mientras apuntaba con la derringer a winchester. Debido al dolor del hombro caminaba raro, con el brazo herido muy pegado al cuerpo.

¿Ha acabado? dijo en una mezcla de euforia histeria y felicidad ¡Ha acabado! constató como si ahora tocase despertar en su cama.

 Creía que iba a romper a llorar pero no sabía por qué, dolor, alivio, nerviosismo, nunca antes había intentado matar a nadie ni mucho menos verle morir

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09/08/2013, 16:29
Robert Calvincott

Entre sorprendido y nervioso, dejé de golpearle. El asesino se desvaneció entre mis manos. No pude seguir pegándole más. Parecía inconsciente, éso ya bastaba.

Sabía yo de sobra que el golpe había sido fuerte, como para que estuviera fingiendo.

La euforia de Bartok me contagió, pero miré de reojo el arma.

-Coge eso y aléjalo. No nos fiemos. A saber qué tiene éste escondido.

Me levanté, y le miré de nuevo.

-Parece indefenso, y pensar que ese cabrón nos ha tenido en jaque todo este tiempo.. mejor no pensarlo. Habrá que salir de aquí, avisar a la policía.. ¿Qué haremos ahora?

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09/08/2013, 18:21
Stephen Bartok

¡No lo se! dijo frustrado debatiéndose entre las ganas de pegarle un tiro en la cara y no. Yo quiero irme, pero no quiero que me siga nunca más ¡¿ Que te parece ahora maldito loco?! ¡¿Que hacemos contigo?! 

Conforme el nerviosismo pasaba el dolor se hacia patente y la perdida de sangre se hacía mas notable comenzaba a estar cansado. Y algo mareado. Hacía un instante que había comenzado a llorar pero no se daba cuenta de ello.

¿Tenemos donde encerrarle? pregunto a clavincott Atémosle y encerrémosle hasta que venga el ferry, a no ser que quiera hacer otra cosa, no le culparía por sucumbir a esa tentación, hoy la llamaría justicia.

Ciertamente no se creyó que estuviera diciendo que hicieran otra cosa que matarle, pero era un hecho y ya lo había dicho

 

 

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21/08/2013, 22:36
Robert Calvincott

-Se me pasa por la cabeza, sí.. no voy a mentirle. Me encantaría pegarle un tiro, pero.. Ha dicho que se está muriendo. Matarle no haría más que ahorrarle el sufrimiento. Él quería los crímenes perfectos, nosotros se los hemos estropeado.. Dejémosle que sufra su fracaso, Bartok. ¡Será peor para él que cien tiros!

Me parecía realmente la venganza más cruel que podría imaginar. Que lo poco que le quede de vida lo sufra como un asqueroso fracasado delincuente y asesino.

-Atémosle, como dice, y.. no me animo a dejarle solo. No me fío, y menos aún en su terreno. Ahora somos dos contra uno, podemos llevarle a donde queramos y vigilarle con las armas de las que disponemos. Cuando venga el ferry, lo entregaremos a él, su diario y toda su historia con las pruebas que le incriminan. ¿Le parece bien?

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30/08/2013, 18:28
Director

 

Notas de juego

Si a Bartok le parece bien tu idea, prosigo con la escena final. Si prefiere otro plan, espero a que os pongáis de acuerdo.

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31/08/2013, 01:53
Stephen Bartok

Bartok asintió cabizbajo, estaba muy cansado, por primera vez en todo este tiempo se sintió cansado conforme le abandonaba la tensión del momento, la adrenalina y los músculos agarrotados  y doloridos se relajaban. Y luego estaba el dolor y el frío cortante que se apoderaba de él conforme la sangre que empapaba su hombro se enfriaba.

Durante un instante se quedo aturdido mirando al infinito

Me parece bien.. dijo al fin tras un periodo largo de silencio

 

 

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04/09/2013, 11:39
Director

Un buen trabajo en equipo. Bartok corrió a la caseta a por una cuerda mientras Calvincott vigilaba al hombre. A su regreso, entre los dos lo atasteis bien atado, imposibilitando su escapatoria.

Winchester no era demasiado pesado y entre los dos no hallasteis dificultad para cargarlo hasta la casa. Ni una sola vez lo dejasteis solo. Si uno debía ir al baño, el otro vigilaba, si uno preparaba su maleta para regresar a tierra firme, el compañero no quitaba ojo al prisionero. La mayor parte del tiempo éste se mantuvo inconsciente.

Pasaban las horas allí sentados, en el porche de la casa, y por allí no aparecía un alma. Quizás la mañana siguiente, que era la del Lunes, trajese consigo un mayor movimiento de barcos. Sin embargo aquella jornada solamente os devolvía la visión de un solitario mar en calma.

De pronto, un ruido rompió la monotonía de la soporífera jornada. Un barco, a lo lejos. Se estaba aproximando a la isla. Apenas quedaban unos minutos para que alcanzase la zona del embarcadero. ¿Se detendría? ¿Pasaría de largo? Era vuestra oportunidad para salir de allí...

Notas de juego

Si hay un posteo regular, no veo motivo para no ponerle punto y final a la partida antes de mediados de mes. No creo que lleguemos al fin de semana de la semana que viene :P

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04/09/2013, 20:05
Robert Calvincott

Notas de juego

Él sigue sin despertarse? Corre riesgo de muerte? A ver si con tanto ajetreo se nos va a quedar frito :S

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04/09/2013, 23:50
Stephen Bartok

Bartok buscó por los alrededores una luz con que llamar la atención del barco

Voy yo dijo Bartok sin más Si, se revuelve usted está en mejor estado para mantener le a raya se explicó a continuación para que no pareciera un capricho repentino ¿Le parece bien?

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05/09/2013, 15:05
Robert Calvincott

-¡No podemos dejarlo pasar de largo, haga lo que se le ocurra! Vigilaré a este elemento, aunque parece que estará inconsciente por largo tiempo -dije, mirándole, y mirado alrededor a ver si podíamos disponer de algo que nos ayudase a llamar la atención del barco. -Por otro lado, tampoco sabemos quién viaja en él.. Y parece que la isla ya es su destino. Si le parece, vaya y averígüelo, si tiene problemas, yo le ayudaré. Sino, ya sabe dónde encontrarnos. Tengo ganas de perder a éste de vista.. -miré a Winchester con desprecio, mientras lo decía.

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17/09/2013, 12:33
Director

Bartok corrió como alma que lleva el diablo. La linterna. La linterna con la que habíais recorrido el sótano. La habíais vuelto a depositar en la caja.

En unas cuantas zancadas recorrió el pasillo completo y bajó las escaleras, con mucho cuidado de no tropezar con la cuerda que había servido para que el cura se abriese la cabeza al caer, ni tampoco de pisar el cuerpo del malogrado clérigo, aún reposando en el frío y sucio suelo del sótano.

Allí estaba la linterna, exactamente donde la habíais dejado. Bartok la tomó y regresó al minúsculo embarcadero. El barco no parecía tener intención de atracar en él, pero sí de ir a pasar relativamente cerca.

El prisionero se despertó. Pasaba la mayor parte del tiempo en una especie de trance, como dormitando. Desde que le habíais arrebatado el arma parecía otro, mucho más viejo y débil. Una vez perdió el motivo por el cual seguir viviendo parecía que la enfermedad se estaba apoderando de lo poco que quedaba de aquella figura que tan mal os lo había hecho pasar a lo largo de dos interminables días.

Mientras el actor enfocaba hacia el barco con la tenue luz de la linterna, Calvincott hacía aspavientos con los brazos intentando llamar la atención. Las voces de los dos hombres se fundían en un clamor de socorro.

Parecía que iba a pasar de largo. Parecía que os iba a dar de lado, ignorándoos en su periplo por aquellas aguas bravas. Sin embargo, cuando estabais a punto de perder la esperanza, el barco viró lentamente y se acercó a la isla, atracando en el muelle.

De cubierta surgieron un par de cuerdas lanzadas al embarcadero. Primero subió Bartok, luego el prisionero, y por último lo hizo Calvincott. El barco se hizo a la mar, abandonando la isla, abandonando aquella tumba flotante, abandonando aquella pesadilla, aquel infierno en vida. Todo había terminado...

Presa del agotamiento, los dos hombres cayeron de rodillas sobre el frío y húmedo suelo de cubierta y comenzaron a sollozar hasta que las primeras tímidas lágrimas acabaron por transformarse en un torrente a la vez dulce y amargo, dulce por saberse en el final de toda aquella historia, amargo por todo lo vivido, por pensar cómo se podría soportar el seguir viviendo el día a día después de una cosa así.

El capitán del barco se sorprendió por la extraña conducta de los nuevos pasajeros pero no dijo nada e impidió que nadie preguntase nada. Al ver al prisionero, lo señaló con un ademán interrogatorio del dedo índice de su mano derecha. Calvincott solamente atinó a decir una palabra: "asesino", acompañada de otra de Bartok: "Comisaría". Nada más.

El capitán los hizo acomodar en el interior del barco. Uno de sus marineros, un hombre mugriento y con un fuerte olor a pescado, los cubrió con unas lonas que habían conocido tiempos mejores. Calvincott y Bartok durmieron hasta regresar a la bahía. A su llegada, por petición del capitán, un par de coches patrulla se hallaban aguardando por los tres. Acomodaron a las dos víctimas en uno y al prisionero en otro, y partieron a toda velocidad a comisaría.

Aún no había acabado todo. Aún quedaban las explicaciones finales.

Pero después... ¡Oh, glorioso después! ¡Qué deliciosa palabra! ¡Después! ¡Después la nada! ¡Reposo, descanso, olvido! Descansar... Dormir en un cuarto sin miedo a despertarse en mitad de la noche para presenciar cómo alguien te clava un puñal en el pecho! ¡Alimentarse sin miedo a morir envenenado! ¡Poder pasear sin pensar que un asesino te apunta con un revólver! ¡Oh, maravilloso después!

Notas de juego

Llega el momento de vuestro post final. No me importa esperar por él, pero me gustaría que fuera relativamente largo. Ya sabéis, un poco vuestros pareceres, cómo explicar lo sucedido (o mencionar cómo lo hicisteis o cuál fue el resultado del dicho interrogatorio), qué hicisteis al acabar de dar las explicaciones pertinentes a las autoridades, si habéis resumido vuestra vida u os habéis largado a Zihuatanejo... Lo que se os ocurra :)

Después de ello, ya pondré yo uno más, el último, de despedida.

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19/09/2013, 18:55
Robert Calvincott

Respiré hondo. Muy hondo..

En comisaría me preguntaban por lo que había sucedido en la isla.. ¿Cómo resumirlo? ¿Cómo hacer ver la rabia, la desesperación, el miedo..? Tantos asesinatos, y tan crueles.. No, no podrían entenderlo.

Traté de que comprendiesen por lo que habíamos pasado, pero era imposible. Policías.. ¿Qué podía esperarse de ellos? Sólo anotaban en un papel datos, y más datos. Ninguno fingía el más mínimo interés por lo que yo estaba contando.

Recordé la invitación a la isla, los participantes de la fiesta. La grabación del misterioso anfitrión. La terrible rima infantil de los negritos que se quedará para siempre en mi memoria. El descubrimiento del primer cadáver, y todos los que le siguieron. Las horribles figuritas de porcelana que nos estremecían. Las idas y venidas en la noche. La caza del asesino..

Qué pronto acabé de contar la historia, para lo larga que parecía en mi cabeza. Jamás podría olvidar lo sucedido. Ni todo el whisky del mundo podrá ahogar los recuerdos, ni el olor de la sangre. Ni mucho menos el dolor de la traición.

Cuando me levanté y me dirigí a la salida, el aire fresco me azotó en la cara. No podía dejar de mirar hacia atrás, seguro de que alguien iba a atacarme, de que los policías se darían cuenta de mis antecedentes, de que podrían inculparme..

Pero no. Nada de eso sucedió.

Me dirigí al bar más cercano, y me senté en la barra.

-Jefe, sírvame un whisky.. ¡y deje la botella! -le dije al camarero. Pensaba pillarme la borrachera más grande de la historia.

No sabía qué iba a hacer ahora. Tampoco sabía qué había sido de Bartok. Valiente muchacho. Como lo viese salir de la comisaría pensaba invitarlo a beber conmigo.. ¡Nos lo habíamos ganado!

Encendí un cigarrillo mientras me servía la bebida, y miré a los parroquianos. Cada uno parecía dedicarse a sus asuntos, así que no me preocupé de lo que estarían pensando.

Dos de ellos jugaban a los dardos. Por un momento, me distraje mirando lo nefastos que eran, cuando.. ¿qué era eso? En la penumbra del bar me pareció ver.. Sí, lo era.. LO ERA.

En una estantería, al fondo.. Una estatua de un negrito. Menuda ironía. No pude por menos que sonreírme, mientras me levantaba de mi asiento. Me dirigí hacia ella, y despacio la cogí. Nadie pareció darse cuenta, pero nada en ese momento me hubiese parado.

¡¡CRAAAASSSHHH!!

¡Con qué gusto la arrojé al suelo, hasta hacerla mil pedazos!

La miré por un momento, despedazada, antes de alzar la vista hacia la barra y el dueño del local, que ahora sí me estaba mirando.

-Lo siento, jefe.. ¡Se me resbaló! Apúntemelo con el whisky..

La cara del negrito aún se distinguía, sonriente, entre los restos de la figura. Tranquilamente le puse un pie encima, y terminó de reventar bajo mi suela al ponerme a caminar, mientras murmuraba..

..Un Negrito se encontraba solo.

Y se ahorcó, y no quedó

¡ninguno!..

Regresé a la barra con mi whisky. No sabía qué sería de mí ahora. No sabía si volvería a servir a nadie. Posiblemente no, después de lo vivido. Tal vez me embarcase..

Daba igual. El ahora es lo que cuenta.

Miré el fondo del vaso, y ví mi cara desfigurada en el cristal del fondo. Whisky era lo que necesitaba.

Y olvidar..