Partida Rol por web

ojos amarillos. - Glup, trago Martin con dificultad, aquello era extrañamente parecido a lo que el había visto, pero lo suyo había sido a las cinco de la tarde, y claramente no era ningún sueño o imaginaciones como lo de los demás.

Aquello cada vez le daba más mal rollo. Consulto nuevamente su reloj nuevo. No, aún no era hora de volver a casa.

Jack me agarra. ¡Un chico me toca! Lo de la bici pase, pues debería agarrarme para no caerme, pero esto es harina de otro costal y me pregunto por qué mi corazón se acelera tanto. Salgo fuera con él que me dice algo de unas tortuas, lo que hace que mi corazón, que hasta ese momento brincaba aceleradamente, se pare en seco.

-¿Dónde?-le pregunto antes de que me diga que debería ser más rápida.

Le miro con algo de desprecio y chasqueo la lengua.

-Igual tú deberías haberme buscado antes-le contesto encarándole.

Luego le observo y casi no puedo controlar mi lengua al decirle:

-¿Todavía quieres ir al lugar dónde murió aquel chico?

Me quedo mirándola, y casi el la calle le susurro:

-¿lo dudas?. Estoy esperando a ver si alguno hace algo raro para que se despisten, y colarme...

Le miro la rodilla y le digo:

-Igual tu me puedes servir... ¿y si decimos que te hemos de ir a curar rápido?, mas que nada que tu madre no vea esa herida tan fea, a mi me reñirían durante una semana entera... y a ver si esta vez eres mas rápida. Había una tortuga en las nubes.

Al parecer, muchos de los chicos habían tenido en los últimos dís experiencias...desagradabels, por decirlo de alguna manera. Pero... ¿Por que? Aquello era cada vez más raro. ¿Qué ocurría en Derry? ¿Por qué habían empezado a morir asesinados tantos niños? ¿Y la risa? ¿Las alcantarillas?

Mientras hablaban, Paul había empezado a temblar e interrumpió la conversación del resto

Walter... Walter me dijo aquel día, antes de que fuese con vosotros que... había un gato de ojos amarillas en las alcantarillas que hablaba...y yo...yo creí que bromeaba.—el chico comenzó a removerse nervioso— y el rabino nos ha dicho que han muerto muchos niños en los últimos siete meses. ¿Y si eso viene por nosotros? ¡Tenemos que hacer algo!

- Secretitos son de viejas... - dije en voz baja viendo a Jack llevándose a Emily y susurrándole cosas al oído.

Entonces Paul me sorprendió, con un nuevo relato y una "misión" para todos. Pensé en lo ocurrido y me parecía una locura... pero ¿por qué no? No teníamos mucho que perder, y tal vez sería una aventura... Tan sólo debía intentar que Phil no se enterase, y si podía ser, evitar el Memorial Park por si algún vecino se chivaba.

¿Y qué hacemos? - contesté finalmente a su proposición.

Todo aquello era muy extraño, y las palabras de Paul le pillaron con la guardia baja. Que tenían que hacer algo. 

-Pero, ¿qué podemos hacer? Somos niños. Nadie nos creerá si contamos que hay alguien o algo en las alcantarillas que está matando a los niños. Y si puede matarles, no se como queréis que le plantemos cara. 

Aunque no le gustaba, Chester consideraba que tenía razón... Poco podían hacer contra algo así. De hecho, un escalofrío le recorrió al acordarse de su incidente.

-Estaba pintando la capilla del orfanato, cuando el Jesucristo del cuadro me guiñó un ojo y me hizo mirar hacia arriba. Miré, y las bocas de los santos tenían gestos malvados y goteaban sangre... ¡Sangre!-el niño sufrió otro leve ataque de temblores al recordar aquello-mientras me iba, Jesús volvió a llamarme... Pero no era Jesús. Estaba fuera de la cruz, y me decía que fuera con él, que me protegería. Que juntos flotaríamos, que allí todos flotaban. ¿Cómo quieres plantar cara a algo así?

Los relatos de sus compañeros hicieron que Danny levantase la mirada del suelo y escuchase atentamente. No era el único, no tenía que llevar la carga en solitario, tenía amigos en quien apoyarse.

Aquello le hizo sentirse algo más fuerte.

 - ¿Y qué hacemos? -estaba claro que Chester tenía razón. ¿Cómo iban a efrentarse a... eso? Se acercó a su amigo Jack, que estaba en la puerta del garaje. Sólo él y Lissey no habían dicho que les hubiese ocurrido nada extraño.

- Jack, ¿a ti también te ha pasado algo así?

Me giro al escuchar a Danny hablarme.

-Y tu como sabes que me pasó algo, ¿acaso me espiabas y no me ayudaste? -comenzaba a dudar de mi propio amigo, últimamente se empeñaba en ocultarme cosas, y verse con otros amigos. Igual se estaba cansando de mi, y quería que yo desapareciese.- Un mendigo me pidió ayuda, le ayudé, y resultó ser un payaso, pero literalmente hablando. Salí corriendo, y lo apedreé.

No tenía muchas ganas de hablar, así que con eso di por concluido mi discurso.

Iba a darle una idea fugaz a Jack pero Danny vino y habló directamente con Jack. Éste comenta algo que hace que se me ponga la piel de gallina y no sé muy bien por qué.

-¿Por qué todo esto tiene globos y payasos? ¿Por qué vosotros? ¿Por qué yo sólo vi una tortuga que posiblemente fuera más imaginación mía que cosas de este tipo?-pregunto algo asustada y comenzando de verdad a tener miedo sin saber por qué.

Paul parecía ausente a las conversaciones de los demás, pero no lo estaba puesto que asentía y palidecía ante cada declaración.

Yo... yo ya no digo matarlo, pero si tenemos que hacer algo para protegernos—dijo Paul a todas luces asustado — Si me gustaría matarlo por lo que hizo a mi hermano pero... ¡¡Es antinatural!! Algo así no puede existir. Dios no lo permitiría y sin embargo...

Mientras hablaba, Paul había sacado un pañuelo para secarse las lágrimas y, una caja de cerillas resbalo de su bolsillo hasta caer al suelo.

- ¡Hey, que yo no sabía nada de eso, Jack! Sólo te lo estaba preguntando. -protestó Danny. Después escuchó lo que dijo su amigo y lo que dijo Paul de protegerse.

Vio caer la caja de cerillas del bolsillo de Paul y eso le recordó las velas.

- ¡Las velas! Quizás si las encendemos... Bueno, ya habéis visto lo que han hecho... a lo mejor ellas nos pueden proteger... a lo mejor era eso lo que querían decirnos.

Me agacho a recoger las cerillas. Lo que dice Danny es una estupidez, pero por encender unas velas no creo que pase nada, así que me limito a abrir la caja y enciendo una de las cerillas. La miro unos segundos, desde pequeña siempre me he quedado miando el ulular del fuego ¿cómo decía mi padre? Ah, sí, me hipnotiza.

Enciendo una a una todas las velas de ese candelabro sintiendo algo de miedo por lo que pueda ocurrir.

Misteriosamente, solo una delas velas que Emily intenta encender mantiene su fuego encendido. El resto parecen resistirse a ser encendidas. Tras unos segundos de duda, Paul se acerca y, encediendo otra cerilla prende una de las velas, que se mantiene encendida. Aquello parecía cosa de mágia. Sí era blanca o negra era algo que estaba por verse.

- ¿Me dejas, Paul? -Danny tomó la cerilla de éste, que matenía encendida en la mano. Con ella, intentó prender su propia vela.

Con más ímpetu del que pretendía, me acerqué corriendo a por una vela e intenté encenderla poniéndola sobre el fuego de la de Emily.

- Yo también quiero...

El chico también se acercó a encender una vela, aunque realmente no sabía muy bien lo que estaban haciendo. Ni siquiera creía que aquello fuera a dar ningún resultado bueno. 

-Espero que no lamentemos ésto...

¿Si tus amigos se tiran por un puente tu también te tiras?- Podía oír las palabras de su madre en la cabeza, aunque ella nunca había sospechado que Martin no tenía ningún amigo y que está era la primera ocasión en la que la frase hecha tenían algún sentido para su hijo.

Las velas se habían movido solas, no tenía sentido encenderlas, ni volverlas a tocar tampoco, si no era estrictamente necesario.

¿Un payaso?, ¿con nariz, peluca y zapatones?- Le preguntó a Jack

-Un payaso auténtico de circo. -sentencio- aunque su sonrisa era muy extraña... -atento a lo que hacían digo- prended la mía, a ver que pasa -ya me había adjudicado una vela para mi, mientras miré a Emily y asentí con la cabeza...

-Bueno, parece que todos aquí ahbeis sufrido algún caso extraño... de algo... extraño-digo mientras suelto al caja de cerillas y me coloco de nuevo junto a Jack-. Me... me encuentro algo mareada, el olor a cera siempre me marea, voy a tomar el aire ¿de acuerdo?-les digo antes de salir fuera.

No sé cómo explicarles todo lo que se me agolpa en la cabeza, pero necesito tomar el aire y es lo que hago, ya soy una niña rara, no pasará nada porque piensen que soy más rara aun.