Partida Rol por web

Castillos y Caballeros

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09/11/2017, 19:13
- Muerto (terremoto) - Ser Tyler Risefeller

Tyler entró caminando junto a Ser Galbart, unos pasos por detrás de Lady Astrid. 

Ambos caballeros parecían conversar tranquilamente, Tyler con una sonrisa amable en su rostro, como era habitual en él.  Miró el comedor, allí estaban ya algunos de los invitados. No mostró ansia ni prisa por escoger una silla, aguardó a que primero tomasen asiento las damas, si ellas se sentasen todavía esperaría un poco a que alguno de los caballeros presentes tomasen posición. 

Saludó a Tabitha con una leve inclinación de cabeza y una amplia sonrisa.

Si Lady Myriah, Lady Astrid y Lady Tabitha esperaban al resto de los Vaelys para tomar asiento, Tyler haría lo propio. Un invitado jamás debe pasar por delante de sus anfitriones, el respeto debe ser mutuo y las confianzas no han de tomarse a la ligera.

Sin perder la sonrisa continuaba hablando en voz baja con ser Galbart.

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09/11/2017, 19:20
- Muerto (terremoto) - Ser Tyler Risefeller

La mirada y la sonrisa de Ser Tyler tomaron un aire divertido por un momento.

-Imagino a más de uno lanzándose a por las damas como un perro sobre un hueso al que roer. No quiero pelearme con un perro, al menos por ahora-

Dijo casi susurrando a Galbart mientras su sonrisa se ensanchaba ligeramente. Estaba claro que aquel comentario solo deseaba compartirlo con el norteño. Paseó su mirada por el resto de invitados, a algunos los conocía, otros no los había visto en la vida, pero sabía que los caballeros no siempre lo son tanto.

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09/11/2017, 20:26
- Muerta (terremoto) - Astrid Vaelys

He tenido el privilegio de acompañar a Lord Tywin Lannister en alguna cacería y más de una vez habló de vos –Sonriendo, añadió:- No quiero mentiros ni fingir que erais su único tema. Realmente, hablaba de mil cosas distintas y de cientos de personas diferentes. Pero la impresión que le causasteis fue grata. ¿Seguís manteniendo contacto con la familia?

Astrid se alegró de aquellas palabras. Quizá no eran ciertas y era una manera de entablar conversación con la primogénita de la casa, pero el intento era de agradecer.

He de decir que no tenía mucha relación con Lord Tywin dijo, a pesar de las duras palabras de su madre sobre la familia. Su cara hubiese sido la misma que al escuchar a Oberyn anteriormente, pero ella era su madre, y comprendía su disgusto a la perfección. Al fin y al cabo, Astrid en sus propias carnes había sufrido esa humillación, aunque más por parte de los sirvientes, pues ellos habían permanecido correctos en todo momento Pero era un hombre amable. Yo siempre solía acompañar a lady Cersei para continuar mi educación sonrió, recordando aquella época. Su madre y Cersei eran, para Astrid, el modelo a seguir para conseguir todas sus metas. Si había mujeres poderosas en los siete reinos, eran ellas dos.

Prefirió no seguir tratando el tema. Su madre podría enfadarse en exceso y no era necesario dar esa impresión a las visitas. Además, Alester parecía inteligente, y sabía que era un tema que no debía continuar, no al menos delante de su madre

Si me disculpáis... hizo una leve inclinación de cabeza y fue a ocupar su lugar, a la izquierda del asiento de su padre. Se quedó de pie, al igual que su madre, a la espera de la llegada de los demás.

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09/11/2017, 21:27
(2) Alester Marbrand

Alester se quedó totalmente petrificado con la respuesta de Lady Myriah. Incluso con temas delicados, uno no espera esa frialdad de las palabras de la anfitriona de una casa. Y, mucho menos, el contenido de esas palabras.

Una maldición, por supuesto... Si me hubieran dicho la de veces que iba a escuchar esa palabra desde que inicié mi viaje, no lo habría creído. Pues ya era la tercera o la cuarta vez que se lo mencionaban. Por supuesto, se escuchaban ese tipo de cosas en Marcaceniza. Magia, hechizos, dragones, maldiciones… Términos que resultaban emocionantes en los libros de cuentos y en relatos históricos, de épocas lejanas.

Pero nadie sensato se lo tomaba en serio en el mundo real, tal vez los campesinos iletrados y los habitantes de tierras misteriosas, donde aún creían que la magia no se había desvanecido del mundo. Pero escucharlo de toda una dama educada de Poniente le rechinó demasiado. ¿De verdad Lady Vaelys creía que existía tal cosa? Pero, por encima de todo, si había alguien que no creía en las maldiciones era Tywin Lannister, uno de los hombres más pragmáticos y con los pies en la tierra que Alester había conocido. ¿Que la familia había echado de su casa a Lady Astrid por rumores sobre una maldición? No era posible, tenía que haber algo detrás de ese trato tan extraño.

En el rostro de Alester, aunque intentó mantenerlo impasible durante toda la conversación, se vio durante medio segundo una mueca de comprensión. Quien lo notara podría pensar que en su mente había atado cabos y había llegado a una conclusión.

- Comprendo, mi señora –respondió a Lady Vaelys. Y, viendo que la matriarca de la familia continuaba con sus deberes de anfitriona, se giró hacia la primogénita, quien respondía con más amabilidad. Aunque ella no daba muestras de enfado, sintió el deber de disculparse, aunque fuera por deferencia a su madre -. Disculpad si mi comentario os ha ofendido en lo más mínimo, Lady Astrid. No era mi intención, desde luego –agachó la cabeza y se apartó, pensativo.

Al volver sus pasos, vio que más personas habían entrado en el comedor. Ser Tyler, a quien saludó con un gesto de la cabeza; Ser Glover, el norteño a quien había conocido durante el viaje; y otra de las hermanas. Tabitha o Lenia, obviamente, pues ya había conocido a las demás.

Procedió a presentarse a ella, como había hecho con los demás miembros de la familia-. Ser Alester Marbrand, mi Lady –dijo con una breve inclinación de cabeza.

Se quedó ahí, esperando al resto de los invitados y, para qué negarlo, a la comida.

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10/11/2017, 00:22
- Narrador -

Notas de juego

Por cierto, me olvidé comentarlo, el comedor huele mal, huele como a establo de caballos.

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10/11/2017, 00:23
- Narrador -

Notas de juego

Por cierto, me olvidé comentarlo, el comedor huele mal, huele como a establo de caballos.

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10/11/2017, 00:23
- Narrador -

Notas de juego

Por cierto, me olvidé comentarlo, el comedor huele mal, huele como a establo de caballos.

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10/11/2017, 00:23
- Narrador -

Notas de juego

Por cierto, me olvidé comentarlo, el comedor huele mal, huele como a establo de caballos.

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10/11/2017, 00:24
- Narrador -

Notas de juego

Por cierto, me olvidé comentarlo, el comedor huele mal, huele como a establo de caballos.

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10/11/2017, 00:24
- Narrador -

Notas de juego

Por cierto, me olvidé comentarlo, el comedor huele mal, huele como a establo de caballos.

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10/11/2017, 00:25
- Narrador -

Notas de juego

Por cierto, me olvidé comentarlo, el comedor huele mal, huele como a establo de caballos.

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10/11/2017, 00:31
- Muerta (suicidio) - Lady Myriah Vaelys

La mirada de Myriah hacia Alester fue dura y amenazadora ante sus palabras de disculpa. Pero después ablandó el rostro e hizo un leve y sutil gesto con la cabeza a modo de aceptación de las disculpas. Luego miró al vasallo de la casa Risefeller que parecía entablar conversación con el visitante de la Casa Glover, pero no dijo nada. Realmente estaba de acuerdo en que la espera podría resultar aburrida hasta que su rostro cambió por completo. Era como si una pequeña arcada hubiera brotado de lo más interno de su ser. Ese olor había vuelto a impregnar el gran comedor. Daba igual la cantidad de flores que hubiese, o lo que los sirvientes hubiesen abierto las ventanas y aireado la sala, aquel olor a cuadra había vuelto y ahora era más repugnante que nunca.

Observó uno a uno a los presentes y buscó a alguno de sus empleados pero no había ninguno entre ellos. Se encontraba sola con sus dos hijas mayores, pero no había ni rastro de nadie del servicio, ni de ninguna hija más. Había que llamar de inmediato al jefe de caballos para pedirle explicaciones por ese olor que aún no se había extinguido. Alguien parecía querer humillar a la casa Vaelys, o aún peor, sabotear la fiesta y no iba a descansar hasta encontrar al culpable.

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10/11/2017, 19:46
(0) Oberyn Nymeros Martell

-¿Qué siete infiernos es ese hedor tan repugnante? -preguntó Oberyn Martell, ante el desgradable olor que envolvía el Gran Comedor, una vez que advirtió la mueca de desagrado en el rostro de la señora de la casa-. He olido perfumes mejores en el Lecho de Pulgas. -Se fijó en el caballero que había permanecido en el Gran Comedor antes de que Lady Myriah, Lady Astrid y los otros caballeros entraran en él. Oberyn esbozó una sonrisa maliciosa y trató de buscarle el punto cómico a la situación-: ¿Habéis sido vos, Ser Trindell? ¿Acaso no sabéis controlar vuestras propias fratulencias? -Pronunció aún más su sonrisa, tratando de indicar al caballero que aquello no era sino una broma, esperando su reacción.

Oberyn se fijó entonces en la otra persona que se encontraba desde el principio en el Gran Comedor: Lady Tabitha Vaelys. Una belleza de ojos claros y corta cabellera azabache. Si bien podía vislumbrar algunos de los rasgos de su madre en la joven, el dorniense veía en ella el mismo fuego en la mirada que había tenido Lord Rhys cuando era joven, así como su propia hermana Alyra. Sin duda, una auténtica Vaelys.

-Lady Tabitha. -Aún de pie, Oberyn pasó junto a la joven y le dirigió un cortés saludo.

Después, el príncipe se alejó tres asientos de la posición de Lady Myriah y sus hijas, todavía sin tomar asiento.

-Lady Myriah, en vista de este desagradable olor, mucho me temo que alguien está pretendiendo impedir cualquier compromiso entre vuestras hijas y sus posibles pretendientes -afirmó el dorniense, adoptando un semblante serio-. Quienquiera que sea, pretende arrojar el buen nombre de vuestra casa al barro y mostrarla como una casa decadente y sucia en la que no se mantiene una buena imagen frente a los invitados. Algo que, en vista de vuestro empeño y el de vuestras hijas de hacernos sentir como en casa, no considero que sea cierto. Y mucho que temo que el causante de este oloroso suceso es uno de vuestros sirvientes. Tal vez ese atractivo mayordomo, Ross, tenga mucho que decir al respecto.

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10/11/2017, 21:40
- Muerto (terremoto) - Ser Tyler Risefeller

Nada más cruzar la puerta al gran comedor sucedió lo que temía. Aquel hedor volvía a ofender su olfato sin piedad. Se cubrió la boca y nariz con la mano mientras tosía para disimular el gesto, le salió bastante natural ya que no le cogía por sorpresa.

Al parecer tocaría volver a soportar aquello mientras comían. Los Vaelys disponían de un gran cocinero, sin embargo aquel olor pestilente ensombrecía cualquier plato, por delicioso que fuese en realidad. 

La voz de Oberyn y sus palabras le sorprendieron, provocando que volviese la mirada hacia el dorniense. Hubiese sonreído ante la supuesta broma que dirigió a Ser Cedric Trindell si no la hubiese encontrado de muy mal gusto. 

Parece que algunos no saben hacerse notar sin desvirtuar a otros públicamente.

Quizás entre aquellos dos hombres existiese cierta complicidad, aunque dudaba que fuese la necesaria, pues Ser Cedric Trindell era un caballero vasallo de los Vaelys, igual que los Risefeller, y no creía ir muy errado si dijese que Ser Cedric no había viajado en la vida a Dorne, tampoco era muy habitual ver a la Vívora Roja por estas tierras. Al menos Tyler no había tenido el gusto hasta el momento. Le pareció desafortunado sobretodo dado que allí habían muchos caballeros con los que a penas habían cruzado un saludo, y señalar a alquien de ese modo podía ser muy contraproducente. 

A pesar de todo esto Tyler no salió a la defensa de Cedric, esperó a que el caballero se defendiese por si mismo.

En cuanto a lo demás, a grandes rasgos estaba de acuerdo. Se limitó a observar y escuchar lo que respondiese Lady Myriah y sus hijas, así como el resto de caballeros.

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12/11/2017, 14:58
(0) Ser Lance Dayne

Mientras las conversaciones se iban cruzando de un lado a otro, Lance mantuvo una rectitud propia de la de una estatua. Arrugó la nariz por el olor y por el comentario de Oberyn, pero no dijo nada al respecto pues al fin y al cabo a continuación vertió sus teorías, prefirió callar un poco más hasta que escuchó hablar a lady Myriah acerca de la desafortunada muerte de Alwen Vaelys y la susodicha maldición.

Una vez más el recuerdo de su amigo lo enturbió un tanto, y quizá por esa razón se fijó en lady Astrid, decidió acercarse, quizá con un afán de imprimir normalidad al acontecimiento y renovar lazos largo tiempo separados.

Mi señora. se inclinó ser Lance con galantería disimulando el gesto forzado por el hedor, habiendo sido bastardo estaba un poco más acostumbrado a tales circunstancias, para bien o para mal. No sé si me recordaréis.. soy Lance.. dudó un instante si usar su apellido de bastardo, pero saltándose el protocolo por un instante se quedó en blanco. el hijo de Mariabelle Lannister, no sé si os acordaréis de mi, en vuestra estancia en Roca Casterly hace años, aunque debo admitir que con quien tuve mayor y profusa relación fue con vuestro hermano. apuntó mostrando una sonrisa contenida, algo nostálgica. Aunque debo reconocer que difícilmente os habría reconocido de no haber escuchado vuestro nombre. Habéis cambiado mucho. admitió el caballero.

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13/11/2017, 23:20
(2) Ser Galbart Glover

-Imagino a más de uno lanzándose a por las damas como un perro sobre un hueso al que roer. No quiero pelearme con un perro, al menos por ahora-

El norteño sonrió disimuladamente ante el comentario del caballero-Mucha razón tenéis. Hay que ser paciente, muchas veces los perros son impulsivos y pierden la oportunidad de coger ese hueso, en ese momento seremos nosotros quién lo cojamos-compartió una sonrisa cómplice con ser Tyler mientras veía como iban entrando el resto de caballeros.

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13/11/2017, 23:27
(2) Ser Galbart Glover

Ese hedor de nuevo alcanzó las fosas nasales de Galbart-un cubil de lobos recien paridos huele mejor-pensó arrugando ligeramente la nariz, estaba acostumbrado a los malos olores pero aquel era peculiarmente intenso incluso para él. Observó como el resto de caballeros iban entrando y se presentaban ante la Señora del castillo y dos de sus hijas, cosa que el norteño había hecho previamente en el desayuno, así que se permitió el lujo de permanecer en un segundo plano dejando que los demás hicieran sus saludos pertinentes.

En cierto momento el norteño vió como Lady Miriah le miraba, el cuál en respuesta, realizó una ligera reverencia, la edicación debía de ser exquisita en ese momento, cosa que a Ser Oberyn parecía darle igual, tan comentario en otra situación más relajada habría sido propio de una buena carcajada, pero ante Lady Miriah y sus hijas debía de haberse contenido, pero no era objetivo del norteño aleccionar a nadie, así que permaneció de pié, espectante a que entrasen el resto de comensales y elegir un sitio adecuado en el que descansar sus posaderas.

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14/11/2017, 16:57
(2) Alester Marbrand

Alester, ocupado como había estado con las conversaciones protocolarias, no había notado antes el fuerte hedor que había en el salón. Arrugó la nariz y frunció el ceño cuando lo percibió y vio que no era el único que reaccionaba ante tal olor. Intentó mantener la compostura y actuar con total normalidad, pues al fin y al cabo la peste que había tenido que soportar durante las batallas había sido mucho peor y consiguió superarlo. Seguro que en seguida se acostumbraba. O eso esperaba, porque comer así no iba a ser muy agradable.

Pero más asqueroso que el hedor fue el comentario del dorniense. Por los Siete, pero ¿qué clase de modales les enseñan en el sur?, pensó con expresión totalmente incrédula a lo que acababa de oír. Estaba rodeado de caballeros y las damas anfitrionas, en una casa que no era la suya. El momento para comentarios sobre flatulencias no ese precisamente.

Como, al parecer, la comida aún no llegaba, Alester se acercó al caballero norteño, con el que había coincidido durante el viaje, para hacer conversación-. Lord Glover, no he vuelto a veros desde que entramos en la Fortaleza. ¿Habéis tenido una mañana provechosa?

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14/11/2017, 20:10
- Nueva Ubicación -

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14/11/2017, 20:11
- Narrador -

Notas de juego

En el comedor huele mal, huele como a establo de caballos.