Partida Rol por web

De padres e hijos

19. Un breve descanso

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11/05/2012, 18:36
Director

22 de abril de 1997 - 22:30

Irene no les explicó a dónde les estaban llevando exactamente, pero el motivo por el que no acudían a la Taberna de Marianne era porque los sidhe la habían tomado. El mismo día en que él había caído, la vanguardia noble había desperdigado las fuerzas rebeldes y habían secuestrado el cuerpo mortal de Hericus. Los rebeldes, sin el héroe al que todos admiraban por oponerse a Catriona desde hacía bastantes vidas, vieron cómo su moral descendía y muchos amenazaron con dejar las armas. No fue hasta que los adivinos de Irene descubrieron el paradero de Hericus que trazaron un plan para rescatarlo. Al parecer, sólo el hecho de que Lady Catriona hubiese querido mantener a Hericus prisionero de modo discreto había permitido que los rebeldes cumplieran su objetivo. El grueso de sus fuerzas era escaso y por suerte habían conseguido librarse de unos cuantos.

-Te necesitamos, Hericus -dijo Irene girándose en el coche para mirarle a los ojos-. Necesitamos que luches a nuestro lado.

Habían parado en la playa en la que hacía algunas noches habían festejado la muerte de Lord Donovan. Los rebeldes fueron llegando en un goteo imparable, cada uno en su medio de transporte. En un mirador iluminado tenuemente por la luna y las farolas, todos se pusieron a curarse las heridas y a contarse la hazaña del día. Irene revisó las heridas del eshu y tras ponerle un emplasto de papel masticado, desaparecieron por arte de magia.

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12/05/2012, 23:16
Irene

-¿Y qué os ha pasado a vosotros ahí dentro? -preguntó la sátiro en tono confidencial mientras la cerveza barata comenzaba a repartirse en forma de latas y botellines y las lenguas se desataban. El murmullo comenzó a crecer y pronto su conversación se vio protegida por él.

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13/05/2012, 12:40
Hericus

Hericus no contestó a Irene en el coche, manteniéndose un avinagrado mutismo. ¿Hasta qué punto era algo más que un símbolo, un recuerdo del que había sido? Había perdido todas las batallas que había librado, sin excepción. Sus decisiones habían sido todas erróneas. No había hecho una cosa a derechas: el asesinato de Donovan había impedido su necesidad vital e inconsciente de reconciliarse con Catriona. Le había puesto los cuernos a su novia mortal con la mismísima hija de Catriona, y esta lo había despreciado no por su traición, sino por ser quien era. Había sumido en una guerra civil el reino, y muchas hadas iban a morir por su insensatez. Ni siquiera ir a conocer a su padre había sido una buena idea, y ahora se sentía una marioneta de Coma.

Cuando llegaron a la playa tomó una cerveza pero no bebió.

Bueno, engañé a Sir Daleth, le puse en el cuello la daga que nos pasó tu sluagh y él mismo desbarató la barrera que nos mantenía presos en la habitación. Pero al bajar nos encontramos con Lady Catriona. Me retó a un duelo, y me hubiera despedazado si no hubiera huido a tiempo —se encogió de hombros—, el resto ya lo sabes. Irene... tu madre es demasiado poderosa para mi.

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13/05/2012, 12:52
Julia

-Tiene ese poder para doblarte las rodillas y manejarte a su antojo que es asqueroso -contestó Julia-. Pero dejó de funcionarles conmigo.

La chica no había soltado la espada en ningún momento. Como Hericus, no hablaba demasiado, pero sus dedos crispados sobre la empuñadura bien podía significar que estaba dispuesta a luchar... o que se encontraba demasiado aturdida como para soltar su única defensa en un mundo de locos.

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13/05/2012, 12:54
Irene

-La Soberanía -contestó Irene, asintiendo-. Ese Arte es una de las cosas por las que los odiamos tanto. En la Guerra lo usaron para obligarnos a traicionarnos entre nosotros. Yo no estuve, claro, pero me lo han contado... Hericus, ¿podemos hablar en privado?

La sátiro esperó a que el eshu asintiera para caminar por el malecón lejos de los oídos de los sluaghs más perceptivos. Una vez allí le echó los brazos al cuello y le abrazó con fuerza.

-Te echaba de menos...

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13/05/2012, 13:06
Hericus

Hericus acompañó a Irene por el malecón. Cuando lo abrazó su mundo volvió a explotar con el olor de la sátiro y la suave presión de sus senos contra su pecho. La erección que se le empezaba a formar bajo los pantalones delataba sus deseos de tomarla allí mismo.

—Me has vuelto a salvar la vida. ¿Eres mi ángel de la guarda?

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13/05/2012, 13:12
Irene

-No, sólo una chica a la que le gustas mucho -respondió Irene dándole un beso. La sátiro, gustosa de perderse en sus labios, tuvo que obligarse a parar para mirarlo a los ojos y hablar de lo que en ese momento era más importante-. He estado pensando, Hericus... Yo no soy capaz de tomar la decisión.

Su tensión aumentó y apartó la mirada un instante.

-¿Cuánto... cuánto deseas matar a mi... a Lady Catriona?

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13/05/2012, 13:15
Hericus

Hericus era consciente de que había cosas más importantes que discutir, y en parte se sintió aliviado de que la sátiro se alejara de él un momento para poder pensar con claridad.

—No lo deseo —admitió—. Si existiera otro camino lo tomaría. Pero creo que se nos han acabado las opciones, ¿verdad?

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13/05/2012, 13:20
Irene

Irene asintió.

-Hemos matado a Donovan. No es que ese cabrón no se mereciera morir... Sólo por el hecho de verlo muerto, todo esto ha merecido la pena. Pero ella va a querer venganza. A cualquier precio, Hericus. Y yo no quiero que te maten a ti... -Le acarició la barba con la mano más suave y amable que le hubiera tocado nunca-. Escucha... Si quieres intentarlo por otra vía, está bien. Pero primero quiero saber que si es necesario, vas a acabar con ella. Y es cierto que es una hechicera muy poderosa. Su Casa es la que forma a los mejores hechiceros de la Estirpe. Por eso mismo, si vas a luchar, vas a necesitar un arma. Y el peor arma contra las Hadas...

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13/05/2012, 13:33
Hericus

Hericus tomó la mano de ella entre las suyas.

—Hierro frío, lo sé —contestó Hericus—. Si es necesario lo haré. La mataré con hierro frío.

Las palabras sonaban raras en su voz. ¿Realmente la iba a matar de una vez por todas? Ojalá todo pudiera haber sido diferente. Si no hubiera señalado a Donovan...

—Pero no sé si soy el mejor para hacerlo. He perdido todas las veces que me he enfrentado a ella. 

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13/05/2012, 13:36
Irene

-La has seguido hasta aquí. Eres el único que puede hacerlo.

Irene no parecía muy feliz ante la posibilidad de asesinar a su madre de la peor de las formas, pero como Hericus, sabía las implicaciones que tendría dejarla viva. No sólo en este ciclo, sino en el siguiente. Si es que había y el Invierno no lo devoraba todo.

-Mañana te llevaré a ver a nuestro herrero para que te den una daga de Hierro Frío -dijo Irene-. Pero ahora, ¿por qué no me cuentas qué es lo que ha pasado entre esa chica y tú? ¿Por qué está aquí? ¿Por qué estaba en casa de mi madre?

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13/05/2012, 13:41
Hericus

—Ella es... era mi novia mortal —balbució Hericus, aún no acostumbrado a hablar de ella como ex-novia —. Vine aquí buscando a mi padre, pero cuando las cosas se empezaron a liar y no la llamé por teléfono, se preocupó y vino. Cuando caí en combate, Catriona la secuestró a ella también, con el propósito de destruirme a través de ella. La encantó, vio lo que soy realmente y ella... ella... decidió que no quería formar parte de este mundo. 

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13/05/2012, 20:07
Irene

-Algunos mortales son así de retorcidos -dijo Irene con desprecio-. Aman lo brillante que hay en ti, esa parte que te hace especial... Pero cuando intentas llevarlos a tu mundo reniegan y luego te llaman loco. He oído demasiadas historias de romance entre changelings y humanos. Si intentas mostrarles tu lado feérico, lo desprecian. Y si intentas olvidarlo para quedarte con ellos, mueres. No debería de ser tan injusto.

La sátiro le tomó la cara con las manos y le miró profundamente a los ojos.

-Por eso tienes suerte de haberte quedado conmigo, pequeño -dijo con un ronroneo sensual.

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13/05/2012, 20:14
Hericus

A Hericus no le gustó lo que había dicho Irene y su sexualidad despampanante no le resultó de pronto tan atractiva.

Julia no era retorcida. Lo quería, estaba seguro, de lo contrario ¿por qué habría venido a buscarlo con tanta rapidez? Entendía que aquello era demasiado fuera demasiado. ¿Acaso no fue demasiado para él en su día? Las circunstancias en las que lo había descubierto no eran las más propicias, tampoco. Pero Irene tenía razón en una cosa: Julia y él no pertenecían al mismo mundo. Debían sacrificar demasiado para estar juntos: y ninguno de los estaba dispuesto. 

—No hables de ella así, por favor —murmuró—, aún es demasiado reciente.

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13/05/2012, 20:52
Irene

-Perdona... -murmuró ella abrazándolo otra vez. Permaneció así un buen rato, sin hablar, hasta que finalmente rompió el silencio-. No te preocupes, Hericus, todo va a salir bien.

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13/05/2012, 21:04
Hericus

Hericus depositó un beso en el pelo de Irene, con más ternura que deseo.

—Las cosas siempre salen bien al final, y si no lo hacen, es que no son el final —se parafraseó a si mismo, siendo consciente de que aquella misma frase se la digo a Fátima en Arabia.

Entonces era un sultán sabio y poderoso, no el metepatas que era hoy día, y sus palabras habían demostrado ser más proféticas de lo que él mismo pensaba. Aunque dudaba que matarla con hierro frío fuera a suponer un buen final. Ni tan siquiera uno agridulce. Una parte muy importante de él mismo iba a morir con ella.

—Tienes razón. Tengo mucha suerte de tenerte —la volvió a estrechar contra él y le dio un profundo beso en los labios.