Partida Rol por web

Lady Catriona e Irene. Marnie, Tambi y Laurin. Irish y su padre perdido. Su progenitor y él. Padres e hijos, por doquier. Casi podía notar la veleidosa mano del destino en todo aquello.

—Sí, me gustaría ir contigo —le respondió.

Miró a Irene. Su padre tenía algo que ver con la rebelión, se lo había dicho el Doctor Coma y se lo había confirmado ella. Esperaba que la dueña de la taberna de Marianne lo recordara y no se enfadara con él.

—¿Cómo puedo localizarte, Irene?

Irene se mordió el pulgar, tensa.

-Te vas con ella.

No hubo ira sino decepción en sus palabras. La sátiro ladeó la cabeza y evitó la mirada de Hericus.

-Puede que este lugar no sea seguro, pero si lo dejamos a su suerte, los nobles lo ocuparán. Tendré que organizar las defensas con algunos de mis otros amigos. Todo sería más fácil si estuvieses aquí, Hericus. Eres el hombre que necesitamos, el héroe que puede ayudarnos a derrotar a Lady Catriona... -Dio un paso adelante y lentamente buscó los ojos del eshu. Extendió una mano y la puso sobre el pecho del viajero, una suave caricia-. ¿Vas a dejarlo? ¿Vas a dejarme?

Hericus tomó la mano de Irene entre las suyas, y la miró a los ojos. Por un momento, fue como si sólo él y ella existieran.

—No voy a dejarte, Irene, porque tu causa es mi causa —le dijo con aplomo—. Pero esto es muy importante para mi, y sería una grosería no escuchar lo que Marnie me tenga que decir después de lo bien que se ha portado conmigo. Y sabes que mi encontrar a mi padre podría resultar útil si queremos que Catriona pague por lo ha hecho, ¿verdad?

Irene hizo una mueca y algo de luz apareció en su rostro. El eshu la había convencido.

-Dragan no querrá ser encontrado así como así. Es un hombre con un temperamento muy fuerte. No quiero que tengáis problemas... Pero, dado que quieres encontrarlo con tantas ganas, te daré una pista. Id a hablar con Janis. Estará trabajando en el taller Johnson & Avery. Dile que te envío yo, que te ayude a contactar con Dragan. Es todo lo que puedo hacer... por ahora.

La sátiro se le acercó y le dio un beso en la mejilla, muy cerca del labio. De cerca percibió con claridad el olor que desprendía, tan dulce y seductor como animal y salvaje. Marnie también tenía aquella aura sensual, aunque en su caso tenía un aire maduro y ligeramente maternal. Y siempre se mantenía un par de pasos más lejos de él de lo que se acercaba Irene...

-Ven aquí de nuevo esta noche. Te estaré esperando.

Hericus sonrió y se alejó suavemente. Tragó saliva y se recordó que debería volver a respirar. "Está utilizando sus encantos como arma —pensó Hericus—, y bastante a destiempo. Has enseñado tu jugada de forma prematura."

Echó una mirada de soslayo a la otra sátiro. "Marnie tiene razón. Irene es peligrosa y yo me he dejado llevar a su terreno. Quiere asegurarse de que siga sus planes. ¿Por qué si no iba a tratar de seducirme tan descaradamente cuando ya he dicho que pienso ayudarla?"

—Gracias por la información, Irene —repuso con cautela antes de dirigirse a Marnie—. ¿Nos vamos?

-Sí. Vámonos.

Volvió a pasar por encima de los cuerpos y abrió la puerta de la taberna para dejar pasar a Hericus. Le lanzó una última mirada a Irene. La sátiro la incomodaba. Salió detrás del eshu y le guió hasta el coche.

-Aquí. Ha dicho Johnson & Avery, ¿no? -Abrió las puertas del coche y se sentó en el asiento del conductor-. Vamos allá.

Marnie sonaba distante, como una madre decepcionada, pero siempre amante.