Partida Rol por web

Dhaeva 2: El Caballero de las Tinieblas.

Transilvania: 1) Alba Iulia: Castillo de Balgrad. - Estancias de invitados.

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26/08/2013, 10:52
Schaar Dvy.

¿Y eso era todo? ¿Dos monstruos combatiendo, ciegos a todo excepto a su enorme soberbia? Schaar casi lamentó la estupidez de todo esto. Casi. El problema fundamental era que no tenía, en el fondo, ninguna duda sobre quién era el responsable de todo esto. Y quién decía la verdad y quién no. Ahora, mientras observaba el combate, mientras veía como uno y otro guerrero se golpeaban, y la muerte podía apoderarse de uno u otro, no pudo menos que pensar en el señor feudal, en como él llegaría para encontrar muertos a sus hombres de confianza. ¿Era, después de todo, lo que pretendía? ¿que iba a hacer cuando llegara y senescal y capitán de su guardia personal estuvieran muertos? Schaar no lo sabía, pero lo temía. Claro que lo temía. Habría falta ser idiota para no temerlo. Esperó, sin embargo, a que su señora le diera una orden. Ella era la que tenía la decisión, después de todo. Schaar solo era un guerrero. ¿Qué sabía él de conveniencias políticas? Lo que él sí sabía es cuando se le mentía. 

Y por supuesto, el caballero Iacobus Radoslav había mentido. 

Dejó que el combate terminara. Había dado al capitán la ocasión de actuar. Pero él no había entendido sus palabras. ¿O era que solamente era un cobarde? Pero la cosa estaba clara. El hombre de confianza del duque había acusado al primer y al segundo caballero de matar al senescal. Ellos, por supuesto, lo negaban. Y el único que podía en nombre del duque actuar, era el capitán. Pero había preferido no hacer nada. 

Schaar calculó las posibilidades, metódicamente. Todo era sencillo cuando se veía combatir. Una espada cortaba el aire, y hendía, desgarraba. El hombre lobo se mantenía en pie por pura voluntad, como una bestia negándose a morir. Pero iba a perder. Schaar no se movió. 

En el fondo, ¿quien era peor de los dos? ¿quien mas peligroso? No lo sabía. Sabía sin embargo que el más peligroso de los tres estaba al llegar. Y por eso esperó . Y todo terminó en un instante, y como era de esperar, el caballero terminó el trabajo, confirmando las sospechas de Schaar. 

Pero por supuesto, tenía que seguir hablando. Siempre se quejaba, con sus gestos, de la estupidez ajena. Pero no veía la suya propia.

- No esperaba que preguntarais semejante estupidez – dijo – Pero mucho menos esperaba que no movierais un jodido dedo por salvar a tu señora y a su hijo.

 

- Tonterías. Farkas el hombre de confianza del duque, que no dudo que conocía su... "afección"... sólo os amenazaba a vos. Y difícilmente hubiera podido atacar al segundo caballero nombrado por el duque o al hombre de confianza del mismo sin que tal hecho fuera, de un modo u otro, una traición. Sin embargo el capitán sí hubiera podido resolver esto. Como dije, el nombrado por el duque para mantener la ley en el castillo era él. Pero ha preferido abstenerse. En todo caso, si hubiera atacado Farkas o vos, a mi dama o a su hijo, les hubiera defendido. - señala con claridad Schaar que no ha envainado su espada- ¿Y ahora qué, Iacobus? ¿tan estúpidos creéis que somos todos? ¿o consideráis que el duque cuando regrese estará contento tras, entre unos y otros, haber logrado que los Basarab estén en guerra con nosotros, y que la mitad de los hombres de confianza que tenía esten muertos?  

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27/08/2013, 23:37
[RIP] Caballero Iacobus Radoslav de los Cárpatos.

Iacobus escuchó, impertérrito. La punta de su espada continuaba goteando hacia el suelo, inmóvil, porque continuaba siendo sujetada por una mano que había bajado como si no fuera a levantarse de nuevo. Escuchar aquella necedad le cansaba, así como muchas otras cosas, pero más cosas había que requerían su atención que eso.

- Entiendo que prefieras actuar cuando el daño ya está hecho - señaló Iacobus, sin acritud - No lo comparto. Habéis olvidado lo que habéis visto hace algunas horas, en el patio, y pensáis demasiado en el futuro sin pensar en el presente. Vuestra prerrogativa, vuestra existencia - dijo, con un gesto de la mano que no sostenía la espada - Sobre lo que haga el Duque cuando regrese, poco puedo deciros. Sé lo que hay ahora: y es ocuparse de este desastre. Y, más tarde, de los Basarab.

Señaló a Ferenk, y luego a la puerta.

- ¿Salís conmigo?

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28/08/2013, 09:07
Schaar Dvy.

Schaar asintió a las palabras del caballero y, sin envainar la espada, miró a este, y luego al capitán. Entendía, tal vez erróneamente, que la petición ¿o era una orden? de que lo acompañaran, era sólo relativa al capitán. Así que se quedó esperando a que salieran ambos, a fin de comprobar que la dama Dubieta estaba bien 

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28/08/2013, 11:28
Capitán Ferenk Zarak.

Schaar Dvy demostraba ser tan presuntuoso como todos los demás. No solo presumía de conocer las intenciones de los que estaban por encima de él, sino que tenía el descaro de enunciarlas en voz alta. Poco importaban sus palabras, o las de los demás, pues el Señor haría lo que el Señor decidiera.

Ferenk bajó la mirada hacia su mano diestra. Las espadas eran demasiado ligeras. Quienes nunca habían sostenido una, y quizás solo habían visto lo que podía hacer al cortar o penetrar en un hombre, las imaginaban como pesados pedazos de metal; la verdad era muy diferente. Hacía años que la paz reinaba en Alba Iulia; la empuñadura era un objeto extraño entre sus dedos, y sin embargo no se había dado cuenta de que seguía sosteniéndola.

La espada regresó a su funda y los ojos de Ferenk se alzaron de nuevo hacia el Caballero de los Cárpatos.

—Vamos.

Al menos, el Caballero Iacobus tenía un orden de prioridades razonable, fueran cuales fuesen las consecuencias de lo ocurrido para el propio Ferenk.

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28/08/2013, 18:10
T01: CASTILLO DE BALGRAD: Estancias de Invitados.

- El Segundo Caballero, el Capitán de la Guardia y el hombre de armas Dvy salen del pasillo y se dirigen al Patio del Castillo.

Notas de juego

// Salen de escena: Iacobus, Capitán Zarak, Schaar Dvy.

// Siguen en: Patio del Castillo.

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28/08/2013, 21:50
[...] Dubieta Szantovich.

Dubieta asiente hacia su caballero, iría con Iacobus a solucionar todo aquel desastre mientras ella permanecía en su alcoba. A aquel ritmo el castillo quedaría desierto.

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29/08/2013, 00:18
[...] Dubieta Szantovich.

¿En qué estaban pensando? A cada día que pasaba desde la ceremonia su alrededor parecía arena que se escurría de entre sus dedos. Los acontecimientos pasaban a tal velocidad que no había tiempo de reacción, y la complejidad de los mismos debían ser analizados con precisión. Sin duda habían demasiados frentes abiertos.

- Tiberiu, veo que has sido obediente.

El pequeño pudo notar la satisfacción en su voz. Si todo el desastre en el pasillo hubiera sido visto por el pequeño... Quería forjar el carácter de su hijo, pero no arriesgo de su salud mental. No le apetecía estar despierta en incontables noches para conciliar el sueño de su hijo.

- Tomaremos nuestra cena aquí -les informó- Pero esperaremos un poco hasta ver si... Si el desperfecto en el pasillo se soluciona.

Desperfecto. Sin duda una palabra poco compasiva, pero no iba a entrar en detalles frente al pequeño. Tomescu sabía a lo que se refería, así como su intención. La joven tomó asiento frente a la chimenea e indicó a su hijo que se sentara en la otra butaca.

- Estoy segura que has oído lo que ha pasado en el pasillo, o al menos te haces una idea. Hubo una lucha, una pugna de voluntades e intereses -calló unos segundos para ver si estaba prestando atención- No vas a salir hasta que el pasillo sea acondicionado.

Hasta que llegara la cena podría aprovechar el tiempo con su hijo, después de todo su deber era velar por él.

- Por lo general, los enfrentamientos se resumen a un vencedor y un perdedor. Tu abuelo solía decir que la guerra era una sucesión de combates donde el vencedor no puede relajarse y pensar que ya lo ha logrado todo -continuó con calma, casi como si el otro lado de la puerta estuviera en perfecto estado- Tiberiu, doy por hecho que entiendes lo valioso que es elegir a tus rivales. No siempre es posible, pero tomar buenas decisiones es fundamental. Es importante que nunca te dejes llevar por tus impulsos cuando tu vida y la de los que quieres están en juego. Pero claro, eres joven para una contienda -sonrió- Sin embargo, no lo eres para entender unas lecciones básicas de la vida.

Dubieta suspiró ante la ausencia de ajetreo en el exterior, pues al parecer nadie había avisado para retirar el cuerpo y limpiar la sangre que pronto se convertiría en un hedor insoportable.

- Tomescu, busca al Chambelán y ponle al corriente de lo sucedido en el pasillo. No entres en detalles, el fin de su tarea es que el lugar esté en buen estado para los invitados. Si tiene alguna duda dile que la Dama Stolnic le sugiere que pregunte al Capitán Zarak.

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30/08/2013, 08:57
Guardia Tomescu.

Tomescu cerró la puerta en cuanto Dubieta entró en los aposentos. Al caer aquella horrible ciratura, notaba cómo su cuerpo volvía a recuperar su movilidad, su cerebro daba órdenes y sus músculos respondían. Cada vez más sereno, consiguió respirar profundamente sin hacer ruido, para recuperar un poco de tranquilidad mental.

Escuchó las palabras de una madre a un hijo. ¿Cómo explicar la situación tan salvaje que había ocurrido en el pasillo? ¿Cómo explicarle que, para ser caballero, a veces había que tomar decisiones horribles, en la que lo único que te mantenía con vida, era tu destreza y tu habilidad con un arma? Por suerte, la dama Dubieta era hábil con las palabras y una gran madre, reduciendo el impacto y dejando la inocencia del niño impune.

Bueno, tan impune como es posible en esta situación... recapacitó pensando en la boda.

Mi señora acompañó a sus palabras con una inclinación de cabeza. Al llegar a la puerta, se giró para hacer una pregunta.

Disculpe mi pregunta, mi Dama, pero mientras yo busco al Chambelán, no habrá nadie que os proteja. ¿Es segura esa acción?

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05/09/2013, 00:05
[...] Dubieta Szantovich.

Dubieta meditó brevemente...

- Tranquilo, haces bien Tomescu. No sé cuánto tiempo le llevará a Schaar así que no podemos prescindir de ti -dedicó unos segundos a decidir, pues de lo que estaba segura es que no podía permitir que el hedor de la sangre se impregnara en las paredes- Quédate aquí y cuida de Tiberiu, voy al aposento de mi prima.

"Esto es de locos, un disparate completo"

- Tiberiu... Permanece en la habitación y no salgas al pasillo. Y vos, Tomescu... -lo apartó del niño para susurrarle- Confío en que no permitas que vea lo sucedido.

Se despidió de su hijo con un beso en la frente y salió de la habitación, siendo cuidadosa de no abrir la puerta de más. 

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05/09/2013, 00:07
[...] Dubieta Szantovich.

Nada había cambiado, la sangre teñía las paredes y las vísceras del ser amenazaban con enraizarse en la piedra. Los tres hombres se habían olvidado por completo de enviar a alguien a limpiar el pasillo, pero tal vez era el momento adecuado para hablar con su prima.

Levantó su vestido lo suficiente para evitar que se manchara, dirigiendo sus ojos hacia la puerta mientras intentaba pensar qué demonios estaba sucediendo. Tocó a la puerta con firmeza, pero con el toque de una dama.  

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08/09/2013, 19:31
Guardia Tomescu.

Tomescu asintió con un leve cabeceo a la petición de la dama Dubieta. Miró a Tiberiu y sonrió. La cara de aquella criatura reflejaba inocencia y dulzura.

¿En qué momento perdemos esos valores? pensó de pronto apenado. Imaginó al niño creciendo en aquel lugar, con tanta muerte y destrucción a su alrededor. Si se generaba una guerra por todo esto... ¿Qué sería de Tiberiu?

Alejó esos pensamientos de su mente cuando vio a la dama salir de la habitación.

Dime, Tiberiu. ¿Qué crees que es lo más importante para ser caballero?

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08/09/2013, 19:38
Sirvienta Elena.

No esperaba ver eso al abrir la puerta, la inmensa mole inhumana que hiela mi sangre, congela mi cuerpo y no me deja moverme ni gritar. No controlo mis acciones, una parte me pide que me marche que escape, otra que me quede y observe.
Los destello de las armas al chocar, no garras contra acero, animal contra hombre. No se por que me parece que esto es algo para lo que no estaba mente preparada. Paralizada mientras observó todo y siento que puede que sea mi final, casi lo agradecería desde ayer siento cómo mi mente se está.resquebrajando.

Los dorados ojos de la bestia al caer me miran y no veo un animal, veo a un pobre hombre con una vida cruel y un destino mas cruel aun. Me da pena, es valiente por haber desafiado al Caballero. Creo que seré la única que lloré por él en el castillo.
Me persigno al ver la.sangre negra, parece que nadie se da cuenta, monstruo grita mi mente, el sonido mudo que se pierde en mi garganta. Lógico es un buen complemento a la que es su esposa, Endemoniada me grita mi mente, me grita mi corazon. Creo que hay más monstruos con forma humana de lo que podía pensar. Me quedó en el pasillo, mientras mi señora entra en la habitación y todos se marchan.

Solo queda el cuerpo decapitado de ese hombre y su sangre encharcando el suelo bajo el, la sangre, he visto demasiada sangre en tan poco tiempo, morire cubierta de sangre, lo se . Alguien tiene que limpiarlo y sacarle para que le den sepultura. Cada vez la opción de marcharme me gusta más.

Ignoro lo que pasa a mi lado, simplemente cojo una sabana blanca, todos merecemos un entierro digno y nadie es quien para negarlo.
Primero cubro el cuerpo, con ella y luego coloco la separada cabeza junto a el bajo el cielo artificial que le he creado. Rezo en silencio antes de comenzar a prepararle, a limpiar la sangre y a amortajarle, ya vere como le saco de alli. 

Lo siento, intentare que al menos estes en un lugar bonito donde ver el cielo estrellado es lo unico que digo intentando que parezca que su cabeza no se ha separado de su cuerpo, su sangre aun fresca, mancha mi vestido y mis manos. ¿quien eras? 

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10/09/2013, 12:56
Guardia ducal Hakir.

Hakir no entendía nada. Nunca había destacado por ser demasiado inteligente, de hecho nunca había destacado en nada, así que se quedó callado mirando estupefacto la situación. El mundo en el que se movía esa gente era demasiado grande y complicado para el torpe guardia. Así que se limitó a seguir las órdenes de su capitán y cogió el cuerpo de Farkas y se lo acomodó para arrastrarlo.

En ese momento vio como una sirvienta tomaba el cuerpo decapitado y se disponía a sacarlo de la estancia, así que se dirigió a ella.

- Sirvienta, el capitán Zarak me ha encargado la labor de llevar el cuerpo a la capilla, así que el transporte de ese cadáver queda a mi cargo. Si quieres ayudarme a transportarlo te estaré agradecido, pero hemos de seguir las órdenes al pie de la letra.

Dicho esto se acercó a la sirvienta y dejando la lanza en una esquina apoyada asió esa especie de "saco" que la sirvienta había dispuesto para transportar el cadáver.

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12/09/2013, 22:36
Sirvienta Elena.

Levanto la mirada y clavo mis cristalinos ojos en los de ese guardia. 

Asiento mientras termino de atarlo para que no se pierda la cabeza.

Necesitare un poco de agua para limpiarle y tal vez si puede conseguirlo hilo y aguja para coser la piel. Nadie merece morir de esta manera y tener que ser enterrado sin que su cuerpo este unido. 

Espero que lo tome para poder irnos, demasiadas muertes en tan poco tiempo, demasiadas muertes para este lugar. ¿Sabeis donde tenia sus habitaciones? creo que necesitare algo de ropa para poder cubrirle.

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14/09/2013, 15:46
Director II.
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HAKIR:

- Sabes que el Guerrero de Sangre Farkas Deli moraba en la antesala de las estancias privadas del Duque, a las que sólo se puede acceder desde el Salón Principal.

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16/09/2013, 16:59
Dama Radovina Radoslav de los Cárpatos.

La puerta de Radovina sonó al ser golpeada con firmeza. Pasó un latido de silencio, antes de que nadie respondiera...

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16/09/2013, 17:15
Dama Radovina Radoslav de los Cárpatos.

...pero no fue más que eso, un latido. Porque se abrió casi de inmediato, lentamente.

Y fue la propia Radovina la que apareció por el estrecho espacio que quedó al abrirse. Su cabeza ladeada, miró sin sorpresa a la figura que tenía delante, aunque al instante sus ojos volaron raudos un poco más allá, situándose y situando. Elena, ayudando... ¿a retirar el cuerpo de Farkas? Eso parecía, aunque no pudo verificarlo al estar su prima frente a ella. Y Boru, firme, en el pasillo, cerca. Volvió a buscar las pupilas de Dama Dubieta, y abrió más la puerta.

-Pasad, Condesa. -En público Radovina seguía dando a su prima trato protocolario, aunque no fuera así en la intimidad.- No os quedéis ahí, no es... agradable... Hablemos dentro, si os parece.

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17/09/2013, 12:18
Guardia ducal Hakir.

Si bien era cierto que nadie merecía morir decapitado y desnudo, que Farkas hubiera intentado atentar contra la vida de su señor y que su capitán hubiera ordenado expresamente el traslado del cuerpo tal cual eran argumentos necesarios para pasar la desnudez por alto. Las órdenes eran órdenes, y a Hakir no le pagaban por pensar sólo por hacer, así que volvió a dirigirse a la sirvienta, esta vez de manera mas firme.

- Entiendo lo que me dices y pides, pero vuelvo a repetirte que pienso cumplir las órdenes al pie de la letra. No pienso arriesgarme a ser castigado por la piedad de una sirvienta. Recuerda que esta "pobre criatura" acaba de intentar acabar con la vida de tu señor, ¿A que se debe tanta benevolencia con un traidor? - clavó su mirada en los ojos de la sirvienta - Si no quieres ayudarme está bien pero no me entorpezcas.

Dicho esto, el rollizo guardia agarra el improvisado saco, esperando reacción por parte de la sirvienta. De no ser así, cargaría el peso el mismo hasta fuera de la estancia y lo arrastraría cuando saliera de la estancia, lejos de miradas burlonas.

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17/09/2013, 22:03
[...] Dubieta Szantovich.

La joven se sintió satisfecha de que una sirvienta se estuviera ocupando del pasillo, por lo que no tendría que perder el tiempo en avisar a la servidumbre. Apenas esperó frente a la puerta, tan impertérrita como lo estuvo durante el combate, cuando Radovina la invitó a entrar a su estancia. Se dejó guiar al interior y tomó asiento en el lugar indicado.

- Radovina, prima... -se acomodó en el asiento mientras la observaba- Permite que sea directa con mis palabras, pues dado los últimos acontecimientos lo creo necesario.

Los años habían naturalizado sus gestos y acciones, de tal manera que el breve instante antes de hablar pasaba inadvertido.

- Las últimas y contundentes acciones de vuestro esposo me tienen preocupada. Habla de conspiraciones, incluso de un inmediato peligro hacia mi persona y mi hijo -realizó una breve pausa- He querido reunirme con él para abordar el tema, y cuando estoy en ello sucede algo tan imprevisible como lo ocurrido en el pasillo. Dime prima, ¿necesitamos preocuparnos? No sé si Iacobus está convencido de las confabulaciones o... -movió una de sus manos para no concretar demasiado.

Dubieta no estaba segura de lo que sucedía, pues si Iacobus estaba perdiendo su juicio todos podrían estar en peligro. 

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21/09/2013, 12:24
Dama Radovina Radoslav de los Cárpatos.

Escuchó a Dubieta con el semblante muy serio. No estaba asustada por lo sucedido, pero evidentemente sí que estaba preocupada, tanto como parecía estarlo su prima. No respondió enseguida. Entrecerró los ojos evaluando de nuevo la situación, una vez más, intentando poner en orden sensaciones, pensamientos. Y transmitir sus propias conclusiones. Pero no era fácil, porque a pocas había llegado.

-No conozco a Iacubus, Dubieta, eso me temo. No creo que esté loco, si a eso te refieres con... -Repitió casi inconscientemente el gesto de las manos que acababa de hacer ella. -No, no lo creo. Pero... ¿peligroso por sí mismo...? Sí, desde luego. No me preguntes, es sólo una sensación... reafirmada con percepciones: el hedor que le siguió al salir de la Capilla, tras los esponsales, era de azufre y carne quemada. Y procedía de él, puedo jurártelo. -Se estremeció levemente al recordarlo, era de nuevo aceptar que su esposo no era humano, aunque en aquel momento no supo qué era. Tampoco ahora, aunque...- Y ahora has visto la lucha. Se mueve y reacciona con una fuerza, una precisión y una velocidad de demonio... de un verdadero demonio...

Calló. Era una metáfora, sí. Pero... ¿hasta qué punto...? Volvió a mirar a su prima, ahora con la mirada triste, los ojos bien abiertos, las pupilas carmesíes en todo su esplendor. No parecían malignas, a pesar del color.

-¿Quieres saber si hay algo contra ti y tu hijo? ¿Por lo que él te dijo? Habló de confabulaciones. Bueno, si quieres mi propia opinión, claro que las hay. Cuando entré en el Gran Salón tuve la certeza de que acababan de asesinar a tu anciano esposo. Allí, no en las habitaciones de los nobles Dravescu. ¿Fueron ellos...? No sé decirte. Lo que sí tengo muy claro es que nosotras debemos formar un bloque, unir nuestras fuerzas, por escasas que sean, o puedan parecer a terceros, y salvaguardar nuestra Casa. Ya, ya no somos Szantovich, ninguna de las dos... pero sí lo es Tiberiu. Y estoy convencida de que debe seguir pretendiendo sus derechos. Te parecerá ingenuo que yo, que no tengo ninguno, abogue por ellos... pero no me siento unida a nadie más que a ti y a tu hijo. No, no me siento unida a nadie más....

La última frase la dijo para sí misma, en un susurro.