Partida Rol por web

- Visany sale corriendo hacia la Sala de Estudio, pues le ha dicho el Chambelán que la habitación del Maestro Maserrak está justo encima.

- Durius se encamina hacia sus habitaciones privadas, cuya puerta de acceso está custodiada por dos de los guardias del Capitán Zarak.

- El Lacayo Mikail sale andando con naturalidad desde las sombras del patio y se sitúa humildemente en pos de Durius Tremere.

Farkas se acercó al Capitán Ferenk Zarak una vez que el patio estaba despejado.

-Capitán. ¿Está al tanto de lo que pasó esta noche?

No sabía si alguien le había informado ya, pero al menos lo que había dicho el guardia que habían enviado al Salón Principal daba claras muestras de que no sabía bien lo sucedido.

-Tengo instrucciones precisas del Duque.

- Lo cierto es que no. Tras capturar a algunos de los guardias basarab bajé a las mazmorras y estuve con el Carcelero, y comprobando que todo estaba bien allí. Cuando este me comunicó que iba a tardar algo de tiempo en conseguir una confesión subí para ir a informar a nuestro señor... y me encontré con esta situación. Estaba empezando a preguntar, pero al ver que estaban involucradas personalidades importantes al servicio de nuestro mutuo señor, comprendí que antes de actuar era mejor pedir instrucciones precisas. ¿Qué ha ocurrido y que nos manda nuestro señor?

Farkas asintió con la cabeza. Como sospechaban el Capitán no sabía nada de lo ocurrido. Sin dar muchos rodeos, como en él era habitual le dijo lo que tenía que saber, omitiendo los detalles innecesarios para no dar lugar a más preguntas o investigaciones.

-El Caballero Iacobus tuvo un enfrentamiento en los aposentos del Caballero Durius esta noche. No nos importa que hacía allí ni quien inició la pelea. Si al Duque no le importaba mucho menos a ellos. El resultado fue que Durius salió malherido y Valru, el Sargento Dominik y algunos lacayos muertos, mientras a Iacobus no consiguieron ni herirlo. Aunque el Duque ha puesto paz entre ellos la situación, como puedes comprender, es delicada. Quiere que te encargues de vigilarlos, de una manera discreta eso si, para que lo de esta noche no vuelva a ocurrir.

Dejó unos momentos para que el Capitán asimilara todo lo que había pasado y sus nuevas órdenes. Creía haber dejado todo bastante claro como para que no tuviera ninguna pregunta sobre el asunto, al fin y al cabo el Capitán era otro de los hombres de confianza del Duque y no un entrometido como podían serlo otros.

-Otra cosa más. Nuestro Señor no quiere que nadie salga del castillo sin permiso y especialmente ninguno de los Basarab, esos tienen prohibida su salida.

- Todo claro. Aunque reconozco que evitar que esos dos vuelvan a enzarzarse puede resultar problemático - dice el capitán tras dar un suspiro- Una pena lo de Valru y Dominik, me caían bien. - parece reflexionar y asiente- En cuanto a lo de los Basarab no hay problema pero... no dejar salir a nadie del castillo... están los siervos y lacayos que viven fuera, o que tienen familia fuera, o que traen la comida a diario. ¿Qué hago con ellos? Limitar la salida no es un problema, pero si debo coordinar quienes salen, y quienes no, debería tener algún tipo de criterio para hacerlo. En todo caso... daré orden que hoy no salga nadie. Y ya mañana por la noche hablaré con nuestro señor para pedirle instrucciones más precisas respecto a los no basarab. ¿Ta parece correcto, Farkas?

-Bien. Aunque no hace falta que le preguntes al Duque, confía en tu criterio, tan solo debe querer que nadie salga ni entre sin que tu lo sepas o lo permitas. Exceptuando los Basarab claro.

No pretendía meterse en el trabajo del Capitán Ferenk Zarak o decirle lo que debía hacer. Era un hombre con experiencia y de confianza así que no había de que preocuparse. Además al Duque solía molestarle tener que repetir las cosas o recordarlas. Dicho esto Farkas había cumplido con su cometido con Ferenk así que se despidió.

-Voy a darle unas instrucciones del Duque a Durius sobre la Basarab muerta. Mañana alguien la llevará a la iglesia para que sea enterrada.

Farkas sabía que eso había sido dispuesto por el Duque y no quería que el Capitán en un exceso de celo pudiera impedir la salida de los encargados de hacerlo. Dicho esto se dirigió hacia los aposentos del Caballero Durius.

Tras asentir al caballero Farkas el capitán se queda pensativo. Realmente hubiera preferido otro desenlace para ese problema... menea la cabeza. No, no era algo bueno. Luego se dispone a ponerse en contacto con todos los guardias, dando órdenes para que nadie salga del castillo sin su autorización. También indica que deben extremarse las precauciones en cuanto a evitar en lo posible que el señor Durius y el caballero Iacobus coincidan sin que haya algun guardia presente.

Por último ordena que se vigile para que especialmente ningún basarab abandone el castillo.

CAPITAN ZARAK, FARKAS DELI:

- Ambos conocéis al Duque lo bastante bien para interpretar sus deseos a partir de sus palabras.

- Podéis suponer que lo que el Duque desea es que el Capitán Zarak controle quién entra y quién sale. Y que los que salgan tengan algún motivo de peso.

- Asimismo, casi con seguridad lo que quiere es evitar que se difundan chismorreos en la ciudad sobre peleas y asesinatos en el seno de la Corte, pues eso daría una imagen de debilidad del gobierno magyar de Transilvania ante la población.

- Además, queda claro que los Basarab son ahora prisioneros políticos. Prisioneros que deben ser tratados con honor y cuya prisión es todo el castillo en lugar de las mazmorras.

- Tanto Zarak como Farkas saben el uno del otro que ambos beben regularmente sangre del Duque, y que también pueden beber sangre de otro vampir, como Durius. La adicción de esta sangre oscura es terrible y su falta produce enorme sufrimiento y ansiedad.

- Esto no les convierte necesariamente en "hermanos de sangre" o nada por el estilo, pero sí saben que tienen una causa común en la lealtad total, absoluta e incontrovertible hacia el Duque.

- El criado Visany llega corriendo al frío patio procedente de la Sala de Estudio.

- Ve que allí están todavía Farkas Deli y el Capitán Zarak.

Hago una inclinación de cabeza hacia ambos hombres y sigo mi camino hacia los aposentos Dravescu.

- Visany sigue corriendo hacia el Oeste, hacia los aposentos de los Dravescu.

Farkas salió de las estancias de Durius y miró el patio sin encontrar a Otto. Si no había pasado a limpiar todo aquel desastre debía ser porque había decidido ir antes a atender al caballero Zuyla, así que supuso que se encontraría allí. Sin perder tiempo, cosa que no le gustaba, se dirigió hacia las estancias donde dormían el Caballero y su padre.

- Farkas Deli se dirige a las estancias de los Dravescu.

MAÑANA SIGUIENTE:

- La pasada noche fue larga para muchos y muy agitada. Fue la noche de los gritos.

- Dos horas antes del alba, el Maestro Maserrak fue a buscar al Caballero Zuyla Dravescu a su habitación para llevarlo a la capilla del castillo para velar el cadáver de Giorgina Basarab por orden del Duque.

- Allí estaban también, metidos en sacos de arpillera, los cadáveres de dos guardias feudales al servicio de la Casa Basarab.

- Enseguida corre por el castillo un horrible rumor: Anoche el Caballero de los Cárpatos y el Caballero Durius casi se matan entre sí. El Mayordomo Valru, el Sargento Dominik y varios Lacayos resultaron muertos en la refriega...

TRANSCURRE EL RESTO DEL AÑO NOVECIENTOS CINCUENTA Y SIETE.

NOCHE DEL TREINTA Y UNO DE ENERO, AÑO DE NUESTRO SEÑOR DE NOVECIENTOS CINCUENTA Y OCHO.

PATIO DEL CASTILLO:

- El Duque se marcha de nuevo de viaje a sus feudos en las llanuras de Hungría, como ya hiciera hace algunos años, para ir a buscar a su amada esposa.

- Regresará probablemente en el plazo de un año.

- Hasta entonces el Senescal y el Secretario tendrán el gobierno de Transilvania.

- Todos los habitantes del castillo salen al patio para despedir al Señor de Transilvania.

Esta noche el patio del Castillo está lleno de agitación y movimiento.

Los lacayos han preparado carruajes y caballos. El Duque partirá acompañado de buena parte de los criados y lacayos del castillo, de buena parte de la guardia (muchos de los guardias feudales montarán a caballo) y de cinco de los seis Guerreros de Sangre.

El Guardia Boru llega temprano al patio, es un hombre puntua y entiende que los hombres de a pie se presenten antes que los nobles. Por supuesto, esto es especialmente importante a la hora de tratar con su señora. No hay mayor deshonra para un noble que aparecer en escena sin sus lacayos, y él lo entiende.

Se sitúa en una posición cercana a las puertas, no quiere darse demasiada importancia. También se preocupa de que haya un espacio vacío detrás de él, clara indicación de que quiere que sus hombres se sitúen ahí.

En medio de una noche iluminada tan solo con las antorchas, la comitiva ducal estaba preparada para partir. Y allí, Durius se mantenía serio, con la carga recientemente añadida en sus hombros de gobernar Transilvania junto con Stolnic. Se mantuvo en silencio, observándolo todo. Tan solo uno de los guerreros de sangre permanecería en Castillo, Farkas, el único que el Duque dejaba atrás, probablemente como testigo de cuanto fuera a ocurrir en el año que posiblemente permanecería ausente. Un año no era un lapso especialmente prolongado, pero cabía la posibilidad de que aquel estadío se prolongara. Hasta donde sabía, la esposa de Gyula Kadar se mostraba reticente a acudir a Alba Iulia y de todos era sabido que cuando una mujer se negaba a algo, difícilmente se la podía hacer cambiar de idea. Posiblemente, aquella mujer fuera la única capaz de hacer claudicar a Gyula Kadar en algún sentido.