Partida Rol por web

Dhaeva 2: El Caballero de las Tinieblas.

Transilvania: 1) Alba Iulia: Castillo de Balgrad. - Salón Principal.

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17/09/2012, 18:02
Durius Tremere de Slobozia.
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Solo fueron unos metros, los suficientes para que una puerta y un pasillo iluminado por antorchas separaran dos mundos. El de la muerte y el de la vida. Durius se acuclilló y dejó su carga en el suelo, junto a un pequeño banco corrido de oscura madera tallada.

-Sentaos, niños Basarab -ordenó. Su tono era serio y al mirarlos, sus ojos no acentuaban sino aquella seriedad. Su rostro era el de una estatua cincelada en mármol blanco cuyos ojos refulgían a la luz vacilante de las antorchas. Guardó silencio durante un tiempo. Hubo una época en la que hablar con niños le resultaba fácil. Eran tiempos de paz, de alegría, donde las preocupaciones se limitaban a cosas sencillas. Pero había llegado la guerra y con ella la sangre, las muertes y la responsabilidad. Y la alegría había desaparecido y un niño no podía permitirse ser un niño demasiado tiempo, fuera noble o plebeyo. Durius clavó una rodilla en el suelo para ponerse a la altura de los pequeños-. Veronika, Vikos. Hasta hace una hora érais niños. Vuestra edad es lo que exige e impone. Mas ese es un lujo y un privilegio que ya no podéis permitiros, pues lo habéis derrochado. Por lo tanto, os hablaré pues como a adultos, a sabiendas de que quizá no lleguéis a comprender el alcance de cuanto voy a deciros. Vuestra presencia en la corte es fruto de un acuerdo entre vuestro abuelo Blaatu y el Duque Gyula Kadar, acuerdo ante el cual no tenéis poder de decisión alguno. Deberían haberos aleccionado, advertido, dicho cuáles serían vuestras responsabilidades y obligaciones. Vuestra madre, vuestro padre, vuestra familia, nuestro propio mayordomo. No lo han hecho. Es evidente -sentenció-. Y habéis actuado como lo que ya no sois ni podéis ser. Niños. Y con ello habéis aprendido una lección amarga que hubiera preferido no recibierais. Pero no hay tiempo para el llanto ni para el arrepentimiento. Lo hecho, hecho está y no es posible cambiarlo. Todo en esta vida tiene consecuencias. No podemos pretender arrojar una piedra al agua y que no salpique. Es lo que ambos habéis hecho. Sin maldad, con ignorancia. Tú, Veronika, negaste lealtad al Duque, sin saber siquiera lo que eso supone. Tú, Vikos, apoyaste a tu hermana reproduciendo palabras que no son tuyas, como el cuervo capaz de hablar pero que ignora el sentido de cuanto dice. Es evidente que Anselmo os adoctrina aunque no correctamente. Sois Basarab y no podéis permitiros actuar sobre la ignorancia. La ignorancia es para los cerdos que hozan el suelo buscando bellotas y lombrices. ¿Acaso sois puercos? No. Sois el futuro de una de las familias más antiguas de Transilvania, vástagos de su sangre y como tales se os exige y exigirá más que a cualquier otro de vuestra edad. Deberéis aceptar cálices cuyo sabor amargo no os guste. Pero ello os hará más fuertes. Y nunca, recordad mis palabras, debéis olvidar. El perdón es un don cristiano y solo unos pocos pueden permitirse su lujo en nuestras tierras. Pero el olvido es la muerte. Recordadlo.

Volvió a callar, dejando que sus palabras sedimentaran en las tiernas mentes de aquellos niños.

-En breve deberemos regresar al salón principal y deberéis jurar lealtad al Duque. No es negociable, no podéis negaros. Es un simple formalismo. Tomároslo si queréis como un juego. O considerad vuestro juramento una mentira, si así lo preferís, un pecado que deberéis purgar con la confesión y la penitencia que se os imponga. Pero entraréis y sin lágrimas ni congoja, juraréis. Vuestro honor y el de vuestra casa así lo exige. Vuestra sangre lo exige y hoy ya se ha derramado inútilmente demasiada. Prometí a vuestro abuelo que cuidaría de vosotros y es lo que haré. No soy vuestro padre. Ya tenéis uno, de notable valor y gallardía por ende. No lo avergoncéis. No soy vuestro tutor. Ya tenéis uno. No seré vuestro maestro, pues tal labor recaerá sobre Maserrak. Pero puedo ser el oasis donde calmar vuestra tristeza y dolor. O la piedra inamovible en la que podréis refugiaros cuando amenace la tormenta. Soy Durius Tremere de Slobozia, vuestro protector y no dejaré que os hagan daño -culminó. Sus ojos eran un mar en calma y su voz, la brisa entre las ramas del bosque-. Es hora de regresar, mi pequeña dama. Es hora de jurar, mi pequeño señor. No defraudéis a los vuestros. Si queréis preguntar algo, este es el momento. En caso contrario, poned vuestro mejor rostro y que nada refleje vuestro dolor -Durius se puso en pie y tendió una mano a cada uno de ellos. Era la hora de la verdad. Era la hora de los Basarab.

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17/09/2012, 18:03
[OUT] Vikos Basarab.
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Al tomar la mano y escuchar sus palabras así como el acero que había sido sacado de su funda y blandido, obedecí las ordenes de aquel que por juramento, seria mi protector.
Aquel que antes repudiaba por la forma que nos miraba, ahora se había vuelto mi salvador y el de mi hermana, pero no el de mi familia y menos de mi tia.
Los Basarab sabíamos convivir con la muerte, no hacia mucho había perdido a cinco tíos, pero no por eso la escena dejo de impactarme.
Me aferre con fuerza a Durius y procure no llorar, aunque en mis ojos la lluvia ya había comenzado silenciosa y sin aviso.
Nuestro orgullo le había costado la vida a quien nos amaba, pero nuestro orgullo también la vengaría algún día.
Cerré el puño sobre la ropa de Durius, impotente, furioso y triste.

Algún día...
Primero el Caballero de los Cárpatos...
Luego el duque... 

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17/09/2012, 18:08
[OUT] Veronika Basarab.
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               Veronika tardó en mirar al caballero que les hablaba, aunque la mayoría de las cosas no las entendía si entendió que esa muerte había sido primero por su culpa, por hablar primero, y segundo de su madre, por no haber respondido a sus preguntas.  Desvió la mirada hacía el frio suelo y ladeó un poco el rostro antes de simplemente asentir, no diría nada ella primero, esperaría a que su hermano hablase, y luego si el no tenía nada mas que añadir hablaría ella. Acababa de recibir una bofetada mucho mas dolorosa que cualquier otra, la decepción. El olor de la sangre aún se ocultaba en su pequeña nariz, aunque fuese mas un espejismo que otra cosa.

            Alzó el rostro para mirar al que se presentaba como Durius, un protector, Durius, un oasis, Durius, una piedra...o Durius el de la mirada triste por lo que ella se le antojaba, y es que decían que cuanto mas intentabas proteger a alguien o ser protector, mas tristeza y fuerza había detrás. El propio Durius debería de entender la mirada que ella le envió, mas reseca de lo que debería ser en un niño, la culpa, el tormento, y una decepción que pronto acarrearía en un posible odio. Pero tambien, pudo entrever un ligero agradecimiento, a sabiendas la niña de que a el tampoco le gustaba aquello, quizás estuviese equivocada, quizás el solo fuese un hombre malo, pero el gesto de su mano se volvió lo único verdadero en todo ese juego de brujas.

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17/09/2012, 18:28
[RIP] Caballero Zuyla Dravescu.
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Zuyla apenas logró ver al golpe letal que el propio Duque asestó a la mujer Basarab.

Ignorado, por completo rumió el caballero, comprobando de primera mano, al fin, que la legendaria crueldad del Duque Kadar no era sino muestra de la cruel realidad. No había ningún honor en lo que acababa de ocurrir. Ninguna utilidad, tampoco.  ¿Acaso mi nuevo señor es capaz de sacrificar a sus huéspedes sin ningún reparo? ¿No respeta las más elementales normas de cortesía? ¿Es que ni siquiera se ha planteado otra salida?

El caballero Dravescu apretaba con fuerza los dientes superiores contra los interiores. ¿A quién he jurado fidelidad? ¿Es un hombre o un monstruo sin compasión ni corazón?

Zuyla se acercó entonces al lugar en que el cadaber de Giorgina reposaba, los ojos abiertos en una mueca de incredulidad, como si no se hubiera dado cuenta aún de que ya estaba muerta. Y todo por una estúpida pataleta de unos críos.

El caballero se agachó para cerrar los ojos de la finada, sin importarle que Gyula Kadar, su sire, aún estuviera delante. Acto seguido metió los brazos debajo del cuerpo y lo alzó como si no pesara nada, incorporándose ante su señor. La mirada de Zuyla decía todo lo que pensaba, no podía ocultarlo. Pesar por una muerte absurda. Asco por quién la había propinado tan alegremente. Decepción por quien la había ordenado y rematado.

Me ocuparé de que sus restos sean tratados conforme a su estatus dijo, dándose media vuelta, y dirigiéndose hacia las puertas, sin esperar a saber si el Duque lo permitía o si él sería el siguiente cadaver en la sala.

Al menos, que ella mantenga intacto su honor. Dios sabe que muchos aquí lo han perdido ya... se dijo mientras sus pasos sonban en medio del sielncio de la sala...

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17/09/2012, 19:22
Maserrak de Flambeau.
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No necesité verlo para saber lo que estaba ocurriendo, el sonido y, sobre todo, el olor, me bastaron para saberlo. Estaba entrenido asistiendo a la madre de los niños, por suerte no le había ocurrido nada serio, simplemente el shock del momento le había hecho perder el conocimiento. Otra cosa sería cuando por fin despertase, no era capaz de predecir exactamente su reacción.

De modo que en cuanto supe lo que estaba ocurriendo decidí que era más adecuado que permaneciese en aquel estado, si se dejaba llevar por las emociones podría acabar muy mal. Me di la vuelta para contemplar lo evidente, dejando a mi paciente descansar por un momento. Efectivamente, Giorgina Basarab yacía en el suelo sobre un charco de sangre...

" Santo Dios... - pensé.- ¿De verdad era necesario? "

Inmediatamente pensé en los niños ¿Debían sus inocentes almas verse obligadas a contemplar aquello? Quizás hubiera quien pensara que cuanto antes se diesen cuenta de la cruda realidad de la vida, mucho mejor, pero desde mi punto de vista resulta prematuro someter a un niño a semejante visión.

" Debo hacer algo... - pensé desesperado.- pero... ¿el qué? "

El Caballero Zyula Dravescu fue más rápido que yo y se apresuró a sacar el cadáver de la guerrera, puede que por otros motivos pero lo estaba haciendo al fin y al cabo. Sin duda me había parecido lo más sensato de toda la noche, de modo que decidí sumarme al gesto y participar.

- Esperad un momento, Caballero Zyula - me giré hacia el Duque manteniendo la compostura.- Mi señor, os ruego que me permitais ayudar al Caballero Zuyla a sacar el cuerpo, aún no está familiarizado con las costumbres del Castillo... Depositaremos el cuerpo y volveremos inmediatamente.

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17/09/2012, 19:42
[RIP] Caballero Zuyla Dravescu.
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Zuyla observó al llamado MAserrak de Flambeu. Apenas había podido intercambiar unas palabras con él durante los días que habían transcurrido hospedados en el castillo, puesto que aquel hombre parecía estar siempre muy atareado.

No obstante Zuyla no era estúpido, y percibió el tono de advertencia urgente que había en las palabras del maestro. El caballero asintió, con semblante serio, aguardando la decisión del Duque...

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17/09/2012, 21:51
[RIP] Senescal Jensi Stolnic.
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Toda la situación se había ido de las manos irremediablemente. Y todo por la estupidez de la madre de ciertos niños que decidió optar por la imprudencia que por el sentido común. Y este era el resultado: la muerte de una guerrera y lo que era peor, la falta de piedad del Duque se había desvelado ante todos sus vasallos. Sabían que era un hombre cruel, mas ese acto lo justificaba. 

A partir de ahora le temerían mas, pero también le despreciarían. La mirada del caballero Zuyla era desde luego, un claro ejemplo. Era valiente, pero también estúpido por actuar de aquella manera. Menos mal que Maserrrak supo intervenir a tiempo, pero dada la situación, podría ocurrir cualquier cosa.

El Senescal se acerco hacia el Duque e inclinándose ligeramente, le susurró algo en su oído. 

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17/09/2012, 21:55
[RIP] Senescal Jensi Stolnic.
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Disculpad que os moleste, mi señor- le dijo- creo que no le será muy inconveniente dar un entierro decente a esa guerra. Se ha hecho justicia en la corte- su justicia- y todos han aprendido la lección. Creo que ya no es necesario alargar mas esta situación de lo necesario. 

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17/09/2012, 21:57
[RIP] Mayordomo Valru de Bistritz.
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"Y allí estaba, el verdadero Duque en todo su esplendor... Supongo que tantas caras de asombro se deben a que ninguno de los aquí presentes ha tenido el "honor" de contener a sus hordas magyares..." aunque los pensamientos que cruzaban la mente de Valru eran todos de ésa índole, no dejó que su rostro revelara absolutamente nada. Negó con la cabeza levemente, ante todo aquello.

"Y todo ésto, por el necio orgullo de una familia que, aunque se sabe ya derrotada, no quiere admitirlo..." 

Pasó a mirar fijamente el charco de sangre, y como levantaban el cuerpo.

"En fin, parece que la servidumbre del castillo va a tener trabajo con ése suelo."

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17/09/2012, 23:34
Lindor de Slobozia.
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La sangre salta frente a mis ojos. El corte que el Caballero de los Carpatos ha asestado a la mujer guerrera Basarab ha salpicado con el fluido vital gran parte del suelo. El carmesí del líquido tiñe mis ojos, mostrándome como las personas sufren daño y mueren. Siempre había leído y sabido acerca de la muerte y la lucha, de como los guerreros blanden sus armas y se matan los unos a los otros en un despliegue de sus capacidades, pero es muy distinto haber leído y oído esos relatos que ver a una guerrera caer moribunda con su costado destrozado por un corte.

Mantengo mi posición, un poco paralizado por todo, pero sin miedo. ¿Por qué? Porque sé que esto se produjo por una razón y sé también que nada tiene que ver conmigo, pues yo llevo a cabo mis labores de manera correcta y no reniego de mi lugar en el mundo. En cambio los Basarab han negado la autoridad del Duque Kadar y lo lógico es que este imponga su mandato. Quizás otros lo hubiesen hecho de una manera más piadosa, pero nuestro Señor no se caracteriza por su pasividad, por lo que no me sorprende su reacción después de analizarla.

El Soberano se pone de pie de esa manera antinatural tan característica y, con una rápido movimiento, acaba con la vida de Giorgina Basarab. Dejo que la visión de la sangre se impregne en mis retinas, pues sé que pertenezco a la Corte y que estoy siendo entrenado para servir a mi Señor Durius. Él no necesita a un cobarde y a un niño llorón, él necesita a un hombre. Me convertiré en uno digno de él y la sangre que vea será la que me mostrará el camino.

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18/09/2012, 00:28
Duque Gyula Kadar.
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El Duque asiente ante las palabras de Maserrak, dando así su silenciosa aprobación para que el cadáver de Giorgina Basarab sea retirado del Salón.

Mientras el Caballero matavampyr y el Maestro de la Corte salen de la gran estancia, el Duque regresa en silencio al Trono Ducal, donde se sienta y desde donde mira hacia sus siervos.

Poco después, el Secretario Durius regresa con los niños Vikos y Veronika.

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18/09/2012, 00:53
[...] Mayordomo Otto de Sajonia.
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Demasiado rápido para verlo. Demasiado rápido para hacer nada. Ni tiempo tuvo Otto para avergonzarse u ofenderse por las atrevidas afirmaciones de Durius cuando el destello del acero llegó a sus oídos. El tiempo para las palabras había quedado atrás: palabras que habían provocado aquello y palabras que no lo habían podido evitar.

El mayordomo sacó su tablilla encerada y mecánicamente pasó el pulgar por una de las tareas que tenía pendientes y que ya no podría completar. Pero no se conformó con que los trazos desaparecieran. No. Mientras a su alrededor ocurría lo que prefería no mirar siguió frotando y ahondando aun más en la cera intentando no pensar. Y se maldijo por poder escuchar el sonido del cuerpo caer sobre la piedra, los jadeos de quien en sus pulmones ya no encuentra aire que respirar, el silencio y el metal, y la misma muerte al final…

Sintió una punzada en el dedo y miró, y lo que vio fue una astilla clavada en su pulgar y un surco desnudo de cera. Detrás de aquello encontró a su señor y un enorme charco de sangre fresca. En su vida aquel líquido se había vuelto excesivamente familiar.

Lo que quedaba de Giorgina salió por la puerta y los niños regresaron, pero Otto no pudo apartar la mirada del charco.

- Hay que limpiarlo. Tengo que limpiarlo- musitó con apatía. No podía dejar el suelo manchado y con toda la corte mirando. Eso estaba mal.- “Necesito trapos. Y un cubo con agua. Mejor dos. Y estropajos. Que no se me olviden los estropajos…”- Así que uno a uno fue enumerando los utensilios que necesitaba para limpiar, utensilios que conocía demasiado bien. 

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18/09/2012, 03:01
[RIP] Caballero Iacobus Radoslav de los Cárpatos.
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La sangre de la espada chorreaba. Decenas de gotas, vivas, ásperas y cálidas que discurrían desde la empuñadura hasta el ocaso mismo de sus días en el suelo. Había sido sólo un arco y lo demás, simplemente, una exhalación. A fin de cuentas, el tiempo siempre se detenía una vez que los cuerpos comenzaban su caída. Cada movimiento acontecía entonces al ritmo de un demasiado escaso para vivir. Alguien que cogía niños en volandas. Alguien que parpadeaba obligándose a mirar. Alguien que se limitaba a permanecer como si sólo fuese una planta. Alguien que se escondía tras cualquier actividad menos la vista. Cada instante discurría tan lento como si todo pudiese ser contenido en la caída de una gota, como si las gotas fuesen segundos, días y años del tiempo. Un arco, un gemido, el silencio, el metal y un golpe. Con el golpe, todo volvía a su lugar.

Clapf.

La mujer se desplomó en el suelo y la vida pareció volver, contenida por el aliento de muchos anudado en pechos llenos de horror, incertidumbre y asco. Iacobus se irguió, consciente que había asestado el golpe que esperaba, y de pie al lado de la guerrera le observó hiperventilar, agonizar mientras intentaba tomar su espada caída. El caballero parecía ignorar lo que sucedía a su alrededor, como si no le interesara en lo más mínimo. La punta de su espada ahora estaba apoyada en el suelo, erguida y la guardia baja, humillante e hiriente a un costado de su oponente caída. La sangre cuesta abajo se fundía con el gran, enorme charco que comenzaba a cubrir toda la sala.

Quizás ahora, querida. Antes no tenías salida.

El caballero de los Cárpatos levantó la mirada, no para buscar aprobación, no para buscar vítores. Cruzó la de Durius, a la cual contestó con una circunstancial. Que jugase a ser niñero de sus esbirros, tal como le gustaba. A él, en aquel momento, le importaba otra cosa. Ya había hecho el primer movimiento, y esperaba poder... Pero vio cómo se levantaba el Duque, juzgó el tenor de sus pasos, y movió la cabeza. Bien, eso era todo, no había margen de duda. Apenas prestó atención a como acababa con Giorgina Basarab. Simplemente, volvió a negar mientras el sonido lo quebraba todo y se grababa a fuego en la memoria de niños, putas y cobardes.

Podría haber sido de tantas otras formas, y no ésta, si hubiese dependido de mí.

En fin. Cuando el caballero Dravescu se acercó a recoger el cuerpo, Iacobus se apartó y dejó que lo hiciera. La sala se había quedado vacía, vacía de palabras, pues nadie se atrevía a decir nada y sólo quedaba el eco de los gemidos de Giorgina y las últimas palabras de Maserrak. El caballero de los Cárpatos miró entonces a Dubieta, luego a Schaar, sacudió la espada y envainó, antes de agacharse a recoger lo único que había quedado de la Basarab además de su vida líquida. Levantó la espada de la guerrera, caída, y la sopesó en su mano.

Ah, sí, podría haber sido totalmente distinto.

¿Habéis terminado con esto la deuda de sangre contra los Basarab por su afrenta? - preguntó Iacobus, mirando al Duque, justo cuando los dos niños y Durius volvían a entrar.

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18/09/2012, 11:30
Duque Gyula Kadar.
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- "La noble y honorable Casa Basarab ha sido víctima de una conspiración y traición entre sus filas.

Por suerte la instigadora del complot ya ha sido justamente castigada. Me inclino a creer en la inocencia de la dama Svitlana Basarab y de sus dos hijos.

Sin embargo, Giorgina no pudo actuar sola en su trama malvada. Sin duda tuvo cómplices.

Capitán Zarak, Sargento Dominik, Schaar Dvy, Flaviu Krevcheski, Valru, Zort. Prended de inmediato a los seis hombres de armas de la comitiva Basarab y conducidlos a las mazmorras del Castillo. Pagarán por su traición.

En cuanto a los siervos desarmados, podrán seguir sirviendo a sus señores Basarab, pero si alguno llegara a empuñar siquiera un cuchillo, recibirá el castigo más severo.

Chambelán, veo que mi secretario ya regresa con los niños. Por favor, proseguid con la ceremonia de juramento de fidelidad." -

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18/09/2012, 11:40
[RIP] Sargento Dominik.
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El sargento Dominik observa la escena con ojo clínico. Ha visto muchos combates antes, los verá muchos mañana, y es perfectamente conocedor de que la sangre, siempre, siempre, vuelve a su vida. Sus ojos repasan el combate, tomando buena cuenta de los movimientos realizados por el caballero Iacobus.

No hay reproche en su mente hacia el caballero, ni tampoco da importancia a la muerte que se acaba de producir en el salón del trono. La mujer Basarab era una mujer de espada, y tras los acontecimientos en la tierra de los Basarab, el sargento no puede sentir estima alguno por aquellos a los que, un día, sirvió.

¿Qué son todos ellos después de todo sino partes de un engranaje, de una jerarquía? Sirvió con lealtad a sus señores Basarab, aunque ellos renieguen de su nombre y su servicio. Ahora sirve con igual lealtad a su señor Durius.

El sargento hace un gesto por acercarse al niño Lindor. El sargento recuerda cuando vio por primera vez morir a un hombre por espada. Nadie estuvo allí para él. Sin embargo su gesto es cortado por las órdenes del duque justo cuando pone su mano sobre el hombro de Lindor, animándolo.

Al escuchar al duque retira de inmediato la mano

- Como ordeneis mi señor duque - dice haciendo una reverencia marcial antes de mirar un instante a Durius, mientras espera que el resto de los mandados por el duque se presten también a cumplir la orden de este- Con vuestra venia saldré de la sala a cumplir vuestra orden

 

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18/09/2012, 11:51
Capitán Ferenk Zarak.
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- Como ordeneis - el capitán retira su mano de la empuñadura de su arma, preparada tan pronto la guerrera Basarab tuvo la brillante idea de plasmar como adulta lo que hubiera podido pasar por una chiquillada. En fin.... estaba cumpliendo su deber de proteger a sus señores. Pero es una pena. Hubiera sido mejor que pasara por las mazmorras, y quizás, haberla podido mantener con vida.

En todo caso ya no tenía importancia. El sargento Dominik ya se acercaba a la puerta, y eso mismo hizo el capitán, mientras esperaba que el resto de los llamados por el duque fueron con ambos para cumplir las órdenes del señor de Transilvania.

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18/09/2012, 11:56
[RIP] Mayordomo Valru de Bistritz.
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Parecía que aquella noche, Valru tendría que ensuciarse las manos. 

"Un complot... Una bonita y velada amenaza, si vuelve a ocurrir, la mujer y los niños serán los siguientes, supongo."

Inspiró con resignación, e hizo una reverencia en dirección al Duque.

-Así se hará, mi señor.

Justo Durius acababa de entrar en la sala, y realizó un leve asentimiento respetuoso a modo de saludo, antes de posicionarse al lado del sargento y el capitán, esperando al resto del grupo para abandonar aquel lugar.

"Y cazar como perros a ésos desgraciados..."

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18/09/2012, 15:26
[OUT] Flaviu Krevcheski.
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El petimetre agarro con fuerza el mango de la daga, y permaneció quieto al lado del caballero de los Cárpatos. Mantuvo la serenidad, un justo castigo, aunque el acero nuca debería de relucir en la corte. Por fin había comprobado que las leyendas sobre los Basarab eran ciertas, eran unos rivales extraordinarios.

Paso la mirada por los asistentes, ahh, pobres niños, espero que este castigo les haga salir de su error.  Luego miro hacia la mujer tendida en el suelo, esta mejor así, de esa forma no ha visto la carnicería. Aunque habría que llevarla a otro sitio para atenderla.  No pese que la función de hoy sería tan interesante. Pero esto aun no ha acabado.

En cuanto oyó la orden del duque, se unió al coro de voces, como ordenéis, mi señor.

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18/09/2012, 17:39
[RIP] Zort Dravescu el Emisario.
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Complot?!... Eres astuto Gyula, eres muy astuto...

Zort observó por última vez al Duque, y luego el charco de sangre. La vida en aquella Corte sería mucho mas difícil (y probablemente corta)de lo que pensaba. Por suerte Zuyla era ya, no solo un bravo guerrero, si no uno cauto e inteligente, aunque osado a veces.

Ahora les tocaba pagar injustamente a los pobres infelices soldados. Zort se sumó a la comitiva, más por las ganas de salir de aquel lugar que por la orden del Duque. Al pasar al lado de Maserrak, hace un breve gesto, agradeciendo sus palabras, que tal vez salvadon a Zuyla.

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18/09/2012, 19:54
Tiberiu Radomir Szantovich.
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Observó sin apartar la mirada, sin querer o sin atreverse a hacerlo. Con curiosidad y sorpresa a un mismo tiempo. Ese iba a ser el primer combate real que presenciara. Y cuando terminó, más allá de consideraciones morales y trascendentales sobre la vida humana y el asesinato, Tiberiu se sintió profundamente decepcionado.

No hubo ni fintas ni contraataques, ni esquivas ni entrecruzar de espadas. Nada de lo que veía cuando Schaar entrenaba había ocurrido y mucho menos de lo que esperaba en un combate entre caballeros. Un solo golpe bastó, un tajo que ni siquiera vio y Giorgina estaba en el suelo. Claro que ella no era un caballero.

Otra de las cosas que llamó su atención fue la gran cantidad de sangre que vio junta. Su color y su brillo. Muchas veces  se había hecho heridas, cortes y rasponazos principalmente, pero después del dolor inicial, que Tiberiu intentaba ocultar para demostrar que era un niño valiente, la sangre no tardaba en parar de manar. En aquel caso no paró. Salió y siguió saliendo eligiendo como su nuevo cauce el suelo empedrado y ganando cada vez más terreno.

De entre todo lo allí ocurrido solo hubo una cosa que realmente le incomodó, algo que hizo que se removiera inquieto entre los protectores brazos de su madre: los desesperados jadeos de Giorgina en su intento por aferrarse a la vida. Pero esos, por suerte, no tardaron en desaparecer como cualquier rastro de vida.

Y eso fue todo. Quizá más tarde cuando la conmoción inicial pasara sintiera horror por lo que había presenciado. A lo mejor hasta tenía pesadillas. Pero todavía no había llegado ese hipotético momento.

Cuando todo pareció terminar Tiberiu alzó el rostro en busca del de su madre. Tenía una pregunta.

- ¿Papá murió así?