Partida Rol por web

No se molestó en cerrar la puerta, y tampoco se sentó. Se limitó a quedarse a medio camino entre Goldfield y la entrada, señalándole.

-De pie -ordenó secamente.

El hombre le miró con seriedad pero dejó la agresividad a un lado. Sin mediar palabra se levantó muy despacio y se apoyó en su bastón, esperando a que él hablara.
 

Ya a su misma altura, Troy avanzó y le dio un empujón en el pecho. No lo bastante fuerte para moverse, aún con la pierna mala, pero sí para dejarle claro lo que opinaba de él.

-Eres despreciable. Un viejo patético y despreciable.

No se inmutó más allá de mirarle de arriba a abajo y Troy dudó por un segundo si le iba a dar un puñetazo como respuesta. Sin embargo él solo asintió y permaneció impasible.

- ¿Y qué más? -
 

Retrocedió un poco y empezó a gesticular agresivamente con una mano. Sentir que era el único que perdía los papeles sólo hacía que los perdiera a lo grande. Pero claro, James no tenía motivos para inmutarse. Ya se había salido con la suya.

-Dime una cosa, ¿se supone que somos una familia? El Equipo, digo. Porque Christopher, el pobre, parece convencido de que sí. Que nos preocupamos y cuidamos los unos de los otros. Dime, ¿lo somos?

- Siempre ha sido así. Desde que con Número 2 el Centinela se convirtiera en un equipo, somos una familia. Nadie dice que vayamos a ser siempre una familia feliz. A veces las cosas cambian, como con Thomas, y la familia debe hacer un sacrificio. Yo lo hice cinco años antes de que entraras al equipo, cuando falleció la familia de Brian, y ahora te lo estoy pidiendo a ti. - dijo, impasible - Sólo eso. -

-Ya puedes dejar el chantaje emocional. Sabes que voy a quedarme, y creo que ya has caído lo bastante bajo por hoy.

Retrocedió un poco más y volvió a avanzar como un caballo a punto de encabritarse.

-Y no me mientas. No me has pedido nada. Nadie me preguntó si quería formar parte de esto. Cuando fuiste a buscarme a Chicago no me pediste que volviera. No te importaba ni yo ni mis motivos para marcharme, sólo que estuviera dispuesto a correr hacia ti cuando silbaras. 

- ¿Había otra opción? Eres mayorcito ya para saber comprender cada situación. Por aquel entonces más allá de ti no había nadie. Decidí volver a vestir el traje antes que obligarte a volver y sólo te fui a buscar cuando no había más remedio. Creo que no puedes decirme que doy palmas para que bailes lo que yo te digo. - dijo con calma. Efectivamente Troy supo que James conocía su victoria, pero aquel argumento sonaba con algo más de peso que todo lo demás. - Me han contado sobre tus acciones aquí. Lo de Szilard estuvo más, pero supiste imponerte ante la mala gestión de Jonathan y conseguir reconducir el equipo para rescatarme. Por eso y por otras cosas te elegí como mi sucesor, Troy. Siento si las maneras no te han gustado... pero no tengo la facilidad de palabra de Wayland. -

-No te hace falta su labia. Ya tienes todo lo demás. -Dio otro paso hacia delante. Era evidente que no le interesaban los cumplidos, especialmente teniendo en cuenta que se trataba de cosas que ya sabía-. Escúchame bien, James. Eres un viejo infeliz y miserable porque tu sentido del deber te ha impedido marcharte del equipo, y ahora has descubierto que la forma de huir de esto es encasquetármelo a mí. Me has chantajeado para que haga lo que sabes que a ti te ha impedido llevar una vida feliz con la señorita Felina durante treinta años. Y si eres aunque sea un poco tan buen hombre como esperas que todo el mundo crea... entonces espero que eso te quite el sueño. Pero no tengo muchas esperanzas.

Se apartó para dejarle el paso libre.

-Ahora fuera de mi base. Si vuelves a presentarte aquí o a contactar con nadie de mi equipo lo consideraré un acto hostil. Te encerraré y tiraré la llave. Te haré enviar tus cosas. Y dile a Szilard que lo mismo va para él. No quiero que ninguno de los dos esté en la base cuando salga de esta habitación.

James decidió robarle un último beso que alargó durante unos pocos segundos más antes de levantarse, asintiendo con la cabeza. - Lo haré. Te llamaré mañana, ¿de acuerdo? No vuelvas a irte a China, por favor. - bromeó con una leve sonrisa mientras se alejaba hacia la puerta sin darle la espalda, no sin dificultad debido al bastón

No se giró hasta que había abierto la puerta, a tientas, como si temiera que al apartar la vista de ella se esfumaría. - Hasta mañana, Romy. - murmuró, y aquellas palabras le supieron a gloria. Pese a la despedida, aun tardó casi 10 segundos en decidirse y desaparecer por el umbral, cerrando a su paso.

Una hora más tarde, desde el burbujeante jacuzzi, con una copa del mejor vino que podía disponer y picoteando fruta de una fuente de chocolate líquido, Romy Shepar hizo llamar a Horus sólo para restregarle en buenos términos lo extremadamente feliz que era. La línea horizontal de la ciudad se podía contemplar a la perfección tras las enromes cristaleras, y un suave aroma a azafrán cargaba el ambiente.

No; no había mujer más feliz en el mundo que ella.

James sencillamente asintió, sin añadir nada, mientras cogía su periódico y se dirigía hacia la salida. Cuando iba a desaparecer por la puerta se paró un instante.

- Yo he dado al Centinela más años que nadie después de Brian y de Leonard. Es mi decisión y nadie me obligó a ello. Trata de no cometer mi error. - dijo antes de salir.

Troy se quedó solo y sintió como la rabia se iba convirtiendo lentamente en amargura. Aislar a Goldfield y Szilard del equipo como el primero había intentado hacer con él le hacía sentirse mejor, pero sabía que aquello duraría poco. Aunque intentara romper todos los lazos posibles con la Fundación Wayland e Industrias Wayland, sabía que no podría hacerlo tanto como quisiera, pues el dinero con el que el Equipo se financiaba venía directamente de ahí.

Una vocecilla le habló y le hizo sentirse mejor automáticamente. - Al menos seguirás estando cerca de Bates. -

Dejó pasar un tiempo que sobre el papel parecía razonable, pero le pareció eterno. Finalmente suspiró y se asomó a la puerta para anunciar otra reunión. Dio vueltas por la sala hasta que empezó a entrar la gente. Sabía que en aquel momento parecía un demente peligroso, pero no le importaba.

Esperó a que todos se sentaran, sin mirar a nadie, y después esperó un poco más. No quería ni imaginar qué pensaban todos de él en esos momentos, ni verlo en sus caras, así que cuando se volvió hacia el equipo procuró no mirar a nadie a la cara con demasiada atención.

Exceptuando a Goldfield, Szilard y Bates, todos atendieron la llamada con rapidez. Caras largas por todas partes y signos de molesta que perduraban en los rostros de Fedora y Brenda. Troy ya no podía saber si era por las maneras de James o por el hecho de que tanto él como el anciano tuvieran que haberse ido. Todo se sentía como un mal sueño para ellas.

La primera en decir algo fue la propia Móvil 2, que carraspeó y miró con una extraña frialdad al nuevo Operaciones. - ¿Y bien? -

-Soy consciente de que este es un comienzo difícil -empezó con voz ronca-. No os gusta que Szilard se haya ido. Y es normal. Pero recientemente me han recordado las normas del Centinela, y una de ellas es que los secretos no existen. No es literal. No pretendo despojaros de vuestra intimidad. Pero no voy a trabajar con un hombre que ha estado sentándose sobre una bomba semejante durante décadas sin decir nada. Esto no es negociable. Si queréis tener contacto con Szilard, sois libres de hacerlo. En vuestro tiempo libre.

Él sabía, igual que los demás, que nadie en el equipo tenía tiempo libre. Nunca. Se volvió hacia el recién nombrado número 11 y su gesto se suavizó un poco.

-Mark, estoy de acuerdo con la decisión de Goldfield. Te has ganado el derecho a vestir el traje... si quieres. Pero tienes diecisiete años. Hasta que Bates se recupere y tú alcances la mayoría de edad yo seguiré llevando el traje y tus salidas se limitarán a patrullas de rutina.

- Yo estoy de acuerdo con tu decisión, Troy. Aunque no me alegra perder a alguien tan increíble como el señor Szilard, es cierto que el asunto del Protocolo Taminus debería haber sido aclarado hace mucho. - dijo él. Brenda se inclinó para decirle 'Terminus', pero el conductor hizo un gesto despreocupado - Sin embargo... va a ser difícil que el Centinela mantenga tan avanzada su tecnología sin él. Mark ha demostrado ser muy capaz con el tema, pero sin querer desmerecerle creo que este asunto se le queda algo grande, más si compaginará el asunto con sus tareas como Número 11. -

- Yo no estoy de acuerdo. Creo que la decisión de Goldfield fue una sobrada y ésta me parece una sobrada aún mayor. ¿Qué haremos ahora sin su tecnología? ¿E Industrias Wayland? Quizás la nieta del difunto Wayland decide dejar de financiarnos si se entera que el viejo ha sido largado de aquí de una patada. ¿Has pensado en eso? - le dijo con seriedad y de brazos cruzados

- Yo... yo no quiero que Szilard se vaya. Y creo que no podré ni acercarme a crear las cosas que él creaba. Pero si Goldfield ha decidido que Troy sea el nuevo Operaciones y esas son sus órdenes, yo las acataré sin dudarlo. No tengo problema en desempeñar una labor u otra mientras sea de utilidad al equipo. - comentó el joven, que aunque parecía seguir preocupado sonaba bastante más seguro que muchos de ellos

- Yo no voy a decir nada al respecto. Esto está siendo un error y lo lleva siendo desde que este par de críos se pelearon. - soltó la rubia como si Troy no se encontrara allí presente - Yo también haré lo que se me mande, y punto. -

Encajó los golpes tratando de no parecer muy dolido. Cuando Goldfield se había marchado y había podido repasar lo que le había dicho, ya más calmado, se había dado cuenta de que había sido su resentimiento el que había hablado. No se arrepentía de haber dejado a Szilard fuera, pero sabía que pese a todo se merecía, por lo menos, que se lo hubiera dicho a la cara. Y aunque su orgullo no le permitía dar marcha atrás pensaba buscar un momento para reunirse con Szilard fuera de la base y explicárselo. Y quizá pedirle perdón por estamparle la cabeza contra la mesa.

-Hasta que encontremos a alguien que ocupe el puesto de Instrumentación me gustaría que colaboraras con Cable, Mark. Si es que aceptas volver al equipo -dijo, volviéndose hacia el hacker-. Sé que trabajaste con Szilard para actualizar nuestro equipo. Aunque te sugiero que te tomes unos días para disfrutar de tu libertad primero.

Se sentó a la cabecera de la mesa y suspiró. No estaba yendo bien, pero francamente no se había esperado que fuera a ser de otro modo. Tuvo que reunir muchas fuerzas para convencerse de utilizar la misma voz, diplomática pero cargada de interés, que habían usado contra él. En cuanto pronunció la primera sílaba se dio cuenta de que se le daba mucho peor que a Goldfield, así que optó por una honestidad a la que estaba tan poco acostumbrado que resultaba casi dolorosa.

-Ya lo sé, Brenda. Y no me gustaría que te callaras. Eres sin lugar a dudas la persona más sensata de la habitación, incluyéndome a mí. Y si quieres decirme algo te pido que lo hagas. Tan pronto como termine la reunión. Por otra parte, la financiación no debería ser un problema. Brooke Wayland no sabe la verdad sobre el Centinela, hasta donde tengo entendido, y aunque Szilard ya no este aquí sigue conservando su trabajo en Industrias Wayland. Esto me lleva a otro punto -dijo, y se preparó mentalmente para las reacciones de los demás. Había decidido que si se lanzaban sobre él para darle una paliza no iba a defenderse-. Mark Wong será, mientras yo ocupe la posición de Operaciones, el último recluta del Centinela que salga de la Fundación Wayland. Número 12 será reclutado de entre los justicieros actualmente en activo.