Partida Rol por web

El eco del Diablo

Inocencia

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31/08/2018, 04:59
Clementine Ouvrard

No podía negarle la oportunidad de huir, quizás porque sabía algo que él no: yo nunca iba a dejarlo ir. Podía sentir que a medida que las palabras salían de sus labios era transportada a otras dimensiones de la percepción, una en la que los sonidos de su boca me acariciaban y me erizaban la piel y la mirada de sus ojos me sonaba a las dulces melodías de un piano lejano. Si no hubiéramos estado en Clairmarais habría pensado que me estaba embrujando, salmodiando con su voz varonil exactamente aquello que mi alma necesitaba oír.

Mi mirada, que había estado fija en la suya, bajó a sus labios cuando pronunció mi nombre y pude sentir, como aquella vez en el sueño, que me fallaban las piernas y que el deseo atravesaba mi cuerpo como un rayo. Me apoyé contra la mesada buscando depositar algo de peso en ella, quería sonreír pero estaba demasiado imbuida de su presencia en este pequeño espacio en el que no tenía que esconderme y él podía verme como realmente era, pestañeé varias veces como tratando de borrar su influjo y dije -Me alegro de que me hubieras dicho todas esas cosas, con o sin excusa, de otro modo no podría haberte traído de nuevo y no estaríamos aquí hoy -alcé una ceja, de pronto todas las estadísticas en las que había estado pensando en el viaje hacia la casa me parecieron la cosa más ridícula del universo, en cambio mi mente se aseguró de traer hasta mí el recuerdo de cada vez que me hubo tocado y mirado en las últimas horas, mis dedos tamborilearon sobre el mármol inquietos, ansiando sentir su piel una vez más.

Y viniste a buscarme, viniste, aunque no me recordaras. Así que no, no fue un impulso del momento y no me arrepiento de nada.

Quise decirle que hubiera sido imposible no buscarlo, por más que solo fuera para devolverlo a este mundo y que luego se olvidara de mí. Que había logrado que no me olvidara de él no solo con sus palabras, si no con cada acto desinteresado y arriesgado en el que nos había ayudado, con cada destello de su espíritu que había logrado vislumbrar y que me mostraba la silueta de un alma hermosa, de un temple inconmovible.

Me mordí el labio suavemente y lo vi acercarse a mí, acortando la distancia que prudentemente nos separaba. Sentía que el corazón me latía increíblemente fuerte y rápido, casi sofocándome, y mis manos se alzaron para depositarse sobre su pecho, abiertas, sintiendo su calor y el palpitar de su corazón a través de la tela. Alcé la mirada, sabía que él estaba esperando la mía, y le dije con mis ojos que se quedara conmigo para siempre. Pero no era suficiente, me puse en puntas de pie, deslicé mis manos hasta su cuello y lo atraje a mí para besarlo en los labios. No pude evitar dejar escapar un gemido contenido al contacto con ellos, que se sentían iguales, mejores que en el sueño.

Me separé solo un poco manteniendo su cuerpo contra el mío y murmuré contra su boca -Lo quiero todo, todo contigo, te quiero a ti.

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31/08/2018, 10:06
Elliot

La mirada de Clementine, firme e intensa, no abandonaba sus ojos mientras hablaba y Elliot sentía cómo bajo su influjo se desplomaban muros levantados durante años como si hubieran sido de arena fina y fuesen barridos por un vendaval. Si tratara de mentir para protegerla cada gesto, cada palabra que intercambiara, cada latido y cada respiración le traicionarían y proferirían en su lugar la verdad a gritos. Ella era ahora como un ancla, como una torre, como el punto de apoyo sobre el que se sustentaba su universo y aunque le rechazara Elliot no concebía que su corazón pudiera moverse ya ni un ápice.

No pudo seguir hablando porque la emoción no se lo permitía. Dar ese último paso era como superar el abismo definitivo y cuando se aventuró sobre él tirándose al vacío, las cálidas manos de Clementine sobre su pecho formaron un puente firme para ayudarle a vencerlo. Que le tocara hizo que cada fibra de su cuerpo temblara recorrida por una calidez sobrecogedora. Que le besara fue como si cada anhelo sentido alguna vez tuviera allí su culminación. Elliot tomó a la chica abrazando su espalda y la trajo hacia sí extasiado por su aroma, por la suavidad de sus labios y por el gemido suave que ella depositó en su boca y que intensificó su excitación haciendo que separarse de sus labios le dejara sin aliento. Se sentía vibrar de la cabeza a los pies con la boca de Clementine apenas rozando la suya. Entonces ella habló como escribiendo con los labios sobre los suyos.

Lo quiero todo, todo contigo, te quiero a ti.

-Te quiero… -respondió Elliot casi en un suspiro. Sentía su cabeza dar vueltas, al mundo dar vueltas y su cuerpo ligero, como si su espíritu empujara hacia arriba. Se sentía transformado. Juntando su boca de nuevo se perdió por completo con ella en un beso.

Notas de juego

Edito: quería añadir la música y no me ha dado tiempo antes. Del resto no he cambiado nada.

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31/08/2018, 14:11
Clementine Ouvrard

Me abandoné por completo al siguiente beso, ahora sí ya dejadas de lado las dudas iniciales; tampoco es que pudiera pensar en otra cosa mientras sus labios me prendían fuego con cada roce, porque todo aquello que me ataba a este mundo parecía desvanecerse en un lugar luminoso y difuso mientras mi lengua exploraba su boca, un lugar que solo estaba reservado para la sensación.

Mis manos pasaron de su cuello a su rostro, acariciándolo suavemente, luego mis dedos se hundieron en su cabello y bajaron por sus hombros, en cierta forma quería memorizarlo todo y me sentía muy codiciosa. De alguna manera tenía la impresión de que mañana, cuando tuviéramos que irnos de este lugar, el hechizo se rompería y él me sería arrebatado otra vez.

Pero si había podido correr el velo una vez, podría dos veces: necesitaba creer eso para mantener la cordura y mientras más tuviera para recordar más fácil sería tenerlo de nuevo conmigo, necesitaba crear pistas. Envuelta en ese pensamiento tuve la urgencia de sentir cómo era debajo de la camisa y me separé de él solo para mirarlo a los ojos, pidiéndole permiso con la mirada mientras deslizaba las yemas de mis dedos por debajo de la tela hacia su abdomen. Obviamente quería sentir y recorrer su ser por completo, suponía que mis ojos debían estar llenos de deseo y curiosidad; apreté mi cuerpo contra el suyo para indicarle que hiciera conmigo lo que quisiera.

Por lo general era más atrevida, muchísimo más. Pero esta no era una situación común ni él era cualquier hombre para mí, además de las complejidades obvias de su personalidad estaban las escondidas: no sabía hasta qué punto el niño traumatizado había alcanzado al adulto.

Deslicé mis manos hacia su espalda sintiendo su piel ardiente y le mordí suavemente el labio inferior antes de volver a besarlo con pasión. En algún rincón de mi mente pensé que quizás debería haber puesto el agua para el té en el fuego.

Notas de juego

Quería postear antes, pero ha sido virtualmente imposible.

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01/09/2018, 00:19
Elliot

Clementine recorría con sus manos el rostro, el pelo, los hombros de Elliot mientras se besaban sin parar. Él acariciaba su espalda, su costado, su cuello. Sentía cada caricia recibida como una descarga y al mismo tiempo una tensión más y más placentera se iba acumulando en sus miembros deseosos de recorrer todo el cuerpo de la chica para liberarse. Ella metió la mano bajo su camisa, mirándole a los ojos como pidiendo permiso al mismo tiempo que resultaba arrebatadoramente provocativa, la respiración de Elliot se entrecortó al sentir el contacto de la yema de sus dedos recorriendo su vientre. Clementine volvió a apretarse contra él, Elliot la llevó un paso hacia atrás hasta que quedaron apoyados él contra ella mientras sujetaba sus caderas y ella contra la piedra de la cocina. Habría querido levantarla y sentarla sobre el mármol, quitarle la blusa, las botas, los pantalones… Hacerle el amor allí mismo, pero no, no quería algo así con ella. No ahora. Y no solamente eso, claro está: estaban a una puerta y puede que a menos de un minuto de que cualquier bienintencionado entrara a ayudar a sacar a la mesa las tazas para el café.

Le costó poder concentrarse lo suficiente para hablar mientras sentía los pechos de Clementine contra el suyo y la respiración agitada de la chica en su boca, quien le besaba de nuevo tras haber mordisqueado sus labios. Paró de besarla al fin y habló a su oído para susurrarle mientras con las manos tomaba las suyas, inmovilizándolas un momento pidiendo una tregua. Sus labios rozaban la oreja de la chica:

-Clementine… Quiero desnudarte por completo, besar todo tu cuerpo, sin prisa… Alguien entrará en cualquier momento -suspiró-. No sé cómo podré ser capaz de volver al salón, pero creo que deberíamos hacerlo y encontrarnos más tarde-. Volvió a mirar su rostro y la vio más hermosa que nunca, con su mirada y sus mejillas encendidas, sus labios húmedos entreabiertos aún, y el latido rápido de su corazón que podía sentir en las manos. Iba a tener que ayudarle o no sería capaz de salir de allí.

Notas de juego

Una preguntilla para imaginarla mejor: ¿Clementine suele llevar el pelo recogido o suelto? ¿O alterna ambas cosas?

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01/09/2018, 04:57
Clementine Ouvrard

Su cuerpo me atrapó entre la cocina y él, sus manos me detuvieron y pensé que lo había ofendido de alguna forma, por lo que me paralicé en el lugar. Fueron sus palabras las que me trajeron de nuevo a la realidad, una realidad mucho más prometedora que cualquier sueño.

No tenía idea de qué me excitaba más: el roce de sus labios en mi oreja o lo que me estaba confesando, y en cierta forma prometiendo. Sin embargo, pude hacer uso de mi fuerza de voluntad y serenarme. Tenía razón, por supuesto. Eso no quitaba que sintiera que me ardía el cuerpo y que el lugar por el que me tomaba las manos estaba en llamas. Nuestras miradas se encontraron y sonreí con total naturalidad y una maligna picardía -Tienes razón y estoy de acuerdo con que volvamos al salón y terminemos esto más tarde. Creo que antes debemos preparar el té y el café, para disimular -le di una mirada elocuente y me volteé, dándole la espalda. Era necesario un corte de este tipo ya que de otra forma no respondía por mis actos.

Encendí el fuego y puse el agua a calentarse al tiempo que buscaba la cafetera italiana o de émbolo que pudiera haber allí. Pensé que era menester desviar nuestros pensamientos de la situación reciente -Soy hija única -dije en voz lo suficientemente alta para que me escuchara él -Nací en París, tengo 26 años. Trabajaba en el Hospital Lariboisière como médica de urgencias y pediatra hasta que Édith llegó a mi vida víctima de un accidente de tránsito y comencé a descubrir la trama de todo esto -no atiné a mencionar nada de la secta en voz alta pero me quedé inmóvil durante unos segundos sopesándolo, luego proseguí -Soy médica porque mis padres así lo quisieron; da la casualidad de que me gusta la medicina, pero casi todo lo que he hecho en mi vida ha sido dictado por su voluntad. Nunca me hicieron sentir amada, si no que era algo accesorio. No les hablo hace casi un año y ahora, más que nunca, no quiero hacerlo -tragué grueso.

-Ah. Y puedo ver el cuerpo astral y los espíritus que quieran ser vistos, puedo hablar con ellos-. Volví a darme vuelta y carraspeé -¿Buscas las tazas, por favor? -.

Notas de juego

Creo que después de tu próximo post ya podemos volver, o volvamos directamente si Cusa lo estima conveniente.

PD: perdón las ediciones, pero es tarde y me olvido de detalles xD

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01/09/2018, 11:30
Elliot

Clementine estuvo de acuerdo con él y Elliot sonrió ante la expresión “terminemos esto más tarde”, que dijo con una mirada pícara a la vez que con una sencillez y complicidad naturales que lanzaban otra flecha directa a su corazón. Inmediatamente comenzó a preparar el café y té prometidos, y en un primer momento Elliot ni se movió más que para dejarle espacio, absorbido por su elegante manera de moverse y feliz al rememorar sus palabras cuando dijo que le quería. No podía evitar sentir cierta incredulidad ante lo que le estaba ocurriendo.

Sin detenerse en ningún momento en su tarea la chica comenzó a contarle acerca de sí misma. Cuando habló de sus padres Elliot lamentó profundamente que fuera así su relación con ellos. Era evidente que le causaba dolor y por lo que decía parecía encontrarse en el peor punto en el que hubiera estado nunca. También pensó en la necedad de aquellas personas y cómo alguien podría abandonar de ese modo a su niña y no demostrar en cada gesto que la amaba. Era posible que el brindis de Mats, levantando su copa por las madres y padres de los presentes, también hubiera producido una punzada en el corazón de Clementine.

La última confesión acerca de espíritus y cuerpos astrales le sorprendió y no al mismo tiempo. No tenía idea de que pudiera ver tales cosas, pero sabía que había sido totalmente sensible a las necesidades de Édith ayudándola a recordar a su padre y su nombre, al igual que había sido capaz de alcanzar por su cuenta el puente de la marisma para encontrarlo a él. Un aura especial emanaba de ella y sus ojos parecían poder atravesar todas las cosas. Ahora era joven, pero esa mirada crecería con el tiempo, estaba seguro, y quién sabe hasta dónde podría alcanzar.

Se giró hacia Elliot carraspeando y pidiendo las tazas y fue cuando, ensimismado con ella como estaba, se dio cuenta que no estaba colaborando en absoluto.

-Claro, enseguida… -se puso a comprobar armarios buscando lo que le había pedido-. Siento de verdad que las cosas con tu familia sean así-. Dejó las tazas que había encontrado en una bandeja y volvió a mirarla-. Quiero que te sientas libre para preguntarme cualquier cosa y que sepas que puedes contar conmigo. Siempre, para lo que sea.

No pudo evitar volver a acercarse a ella, aunque esta vez sólo acarició suavemente su pelo y la beso en la frente -Gracias por contarme.

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02/09/2018, 01:24
Anders Berisha

Encontraron una cafetera italiana y la pusieron al fuego. El café tardó un siglo en empezar a subir y justo cuando iban a salir con las bandejas entraron Estelle y el señor Berisha, que les echaron una mano sin dar signos de que hubieran notado nada raro.

Luego entró Geneviève junto a Édith. La niña quería despedirse de la doctora antes de irse a dormir. Le dió un abrazo, un beso y le avisó de que esa noche dormiría en otra habitación, con su padre.

La niña aprovechó que salía para sacar el primer café y unas cuantas tazas en una de las bandejas y los adultos charlaron un rato sobre ella en la cocina. Geneviève había sido su terapeuta cuando era pequeña y les contó que confundió las habilidades de onironauta de la pequeña Édith con un episodio psicótico. Más tarde trató de ser la terapeuta de su padre y durante un tiempo fue aliada de Vendela para convercer a Montillet de que su hija no había existido jamás. Por suerte sin éxito.

–Si alguien tenía un problema de los tres, esa era yo. –Confesó, un poco ebria.–Sin darme cuenta fantaseaba con ser la esposa y la madre y les fallé como terapeuta.

El señor Berisha resultó ser un hombre empático,que escuchaba con atención y apoyaba a sus interlocutores sin decir una palabra, sólo con un gesto, siempre constreñido pero sumamente comunicativo.

Las bandejas con café y algún licor salían de la cocina pero ellos no. Cuando volvieron a la mesa Daniel se había ido a dormir y Mats estaba fuera con Ada. Seguía lloviendo con la misma intensidad.

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02/09/2018, 01:45
Ada Bytnar

Negó con la cabeza.

–No hay nada que tenga que perdonarte, Mats... Nunca pensé que Vendela pudiera hacer daño a nadie ¿De verdad quiso matar a su marido? ¿Y a Edith? ¿Seguro… seguro que le hizo a esa niña los tatuajes en contra de su voluntad?

Suspiró, nerviosa.

–Mats… ¿Estás seguro de que son tan crueles?

Hizo un aspaviento y buscó la mano libre del periodista para agarrarse a ella. Las suyas comparadas con la de Mats eran muy pequeñas pero muy bien proporcionadas, con los dedos estilizados y la piel extremadamente suave.

Le miró a los ojos. Sufría.

–Amo a Vendela, Mats. Cuándo nos arrollaron en la autopista no podía creer que ella estuviera implicada en esa decisión. Luego, cuando logré escapar hasta la carretera hice autostop y me paró un autobús, que me condujo a la estación donde nos reencontramos.

En el autobús dormí… soñé para comunicarme con ella. En el sueño le pregunté qué debía hacer y me dijo que hiciera caso a mi instinto, que fuera a tu lado y que no me separara de ti jamás.

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02/09/2018, 05:32
Mats Bergstrøm

Me quedo mirando a Ada con el ceño ligeramente fruncido. No puedo decir que la revelación de su amor por Vendela me haya pillado por sorpresa, pero sí la confianza que demuestra al contarme todo lo demás. Abro la boca para contestar, pero me temo que mi respuesta sería demasiado apresurada. Me reclino hacia atrás, apoyándome en la barandilla del porche mientras no dejo de mirarla. Lanzo un suspiro profundo.

Te entiendo, Ada. Mejor de lo que crees —digo al fin, en un tono de voz suave y conciliador—. Y sé que ahora mismo te estás rompiendo por dentro, que te haces preguntas que jamás pensabas que se te podrían pasar por la cabeza. Me gustaría poder decirte otra cosa. De verdad, te juro que me encantaría. —Guardo silencio durante unos momentos, ponderando cómo decirle lo que pienso, lo que . Lo siento muchísimo, Ada. Sí, son así de crueles. —Me muerdo el labio. «Son los peores monstruos que jamás he conocido, unos auténticos genocidas», quiero decir, pero sería una muy mala idea; no es lo que Ada necesita escuchar. Al fin y al cabo, a nadie le gusta que le digan que la persona a la que ama es un psicópata—. Tienen un único objetivo en mente, y ningún límite a la hora de intentar conseguirlo. Absolutamente ninguno, te lo garantizo. Lo he visto con mis propios ojos. —La miro con intención, deseando que sea capaz de leer entre líneas. Me abrazo a mi propio cuerpo, frotándome un brazo al sobrevenirme un repentino escalofrío. Aguanto la respiración durante unos momentos antes de dejar escapar otro suspiro—. En cuanto a que Vendela te haya dicho que te quedes conmigo… —empiezo, sin estar muy seguro de si quiero continuar. Meneo la cabeza, ligeramente confuso—. Quiero creer que incluso las personas más espantosamente… equivocadas del mundo pueden tener un momento de lucidez, o incluso de compasión. Podría decirte que tal vez planee poseerte para asesinarme. Joder, parece lo más probable. —Suelto una carcajada nerviosa—. Pero… En el fondo, lo que quiero creer es que ella sabe que yo te protegeré.

Guardo silencio durante unos segundos para que mis palabras calen, para que Ada realmente asuma todo lo que le estoy diciendo, que no es poca cosa. Me incorporo, separándome de la barandilla y acercándome a Ada. Le sonrío con ternura.

Eh. Es normal que tengas dudas. Todo esto es una locura, y enfrentarse a la verdad no es fácil. —Apoyo una mano en el antebrazo de Ada, dándome cuenta de lo distante que he sido siempre con ella. No lo merece—. Lo que están haciendo Vendela y los demás debe parar. Mira a Édith. Mira a Sophie…«Mírate a ti». Pero te entiendo, vaya que sí. E igual como estoy aquí para los demás, también lo estoy para ti. Lo digo en serio. Para lo que quieras, si necesitas hablar… Lo que sea.

Le dedico una nueva sonrisa a Ada, y le doy un golpecito muy, muy suave con el puño en el hombro.

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02/09/2018, 03:26
Clementine Ouvrard

Iba a decir algo más a Elliot pero de pronto el salón se mudó a la cocina, como sospechábamos que podía ocurrir. Saludé a Édith con un efusivo abrazo y la llené de besos, luego le dije que estaba muy feliz de que por fin se hubiera reunido con su padre y le pedí que lo disfrutara mucho.

Y después ocurrió algo que no me esperaba por completo, Geneviève hizo una confesión completa de aquello que había rondado su cabeza y que sin dudas todavía la apenaba, hubiera jurado que ella y el señor Berisha tenían algo pero quizás todavía seguía fantaseando con Montillet y verlo hoy le había puesto todo de cabezas; quién sabía. Quise consolarla pero el recuerdo de las sesiones con el psiquiatra durante mi adolescencia y de los meses que pasé internada, medicada y apática, volvieron a mí con un sabor amargo... Por lo menos había entendido que debía fingir que no veía lo que veía para que me dejaran en paz, y por un tiempo decidí creer esa mentira también; Édith por otro lado había sido muy pequeña para eso, me sentí más unida a ella que nunca.

Finalmente, pude sacar algo positivo para apuntar -Al menos seguiste luchando y ayudaste mucho a Édith, lo importante es que ahora ella y su padre están juntos -recalqué y sonreí ligeramente. Sin darme cuenta me había quedado paralizada ante todo aquello y decidí ponerme en marcha al salón cuando los demás lo hicieron.

Sentada nuevamente a la mesa quise preguntar por Vendela, me intrigaba esa mujer, pero más que eso me daba miedo no poder reconocerla si se me presentaba. ¿Todos allí la habían visto? Por otro lado no quería invocarla en sueños tampoco al pensar demasiado en ella.

Serví café a los que quisieron y después me llené una taza para mí. -¿Cómo te diste cuenta de que Édith sí existía después de todo, Geneviève? -quise saber.

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02/09/2018, 09:59
Elliot

Mientras esperaban que saliera el café, Elliot observaba a Clementine. Se preguntaba desde cuándo vería espíritus y el miedo que podría haberle provocado, más aún si ya los veía de niña. Y si la relación con sus padres había sido siempre distante, ¿podría habérselo contado o era aquello un secreto que no había sido capaz de compartir con nadie hasta que conociera a Daniel, Leah o Mats? Sin embargo no quiso preguntar en ese momento no estando seguro de si querría darle más explicaciones sobre ello o hacerlo le causaría dolor. Se quedó allí mirándola con un gesto que expresaba que estaba atento por si quería compartir algo más.

Al instante entró Édith a darle las buenas noches y la chica la abrazó y besó repetidamente mostrando lo mucho que la quería y se había encariñado con ella en este tiempo. La satisfacción que sentía al verla con su padre se transparentaba en cada sonrisa que les dedicaba y que la hacía verse todavía más hermosa. Estelle, Berisha y Geneviève les terminaron de ayudar con las bandejas y demás y su anfitriona, desinhibida por la emoción y probablemente por el vino, les confesó sus remordimientos por su papel inicial en toda aquella historia. Clementine le dirigió unas palabras de consuelo y recalcó lo único ya importante: ambos estaban juntos al fin.

Antes de volver al salón Elliot se acercó a Berisha y le dio el pésame por Ellisif, algo que no había hecho todavía. Recordó a la muchacha con ese aura brillante que percibió en ella en el asalto, dispuesta a cualquier sacrificio por Mats como el mismo Berisha parecía. No pudo evitar preguntarse por qué Mats contaba con una especie de grupo de guardaespaldas de su propia familia. Él no era como la gente del comisario. Por lo que sabía esta era la primera vez que se enfrentaba con algo de la naturaleza de los sectarios, en teoría era periodista -y un hacker de los buenos, además-, pero algo en todo esto no le cuadraba en absoluto con la información que tenía de él.

Al volver al salón les comentaron que Daniel se había marchado a dormir y que Mats había salido con Ada. Con la lluvia que estaba cayendo le resultó un poco extraño y se quedó intranquilo pensando que estaba a solas con una de las chicas tatuadas. En teoría ellas aún no habían recordado a los sectarios y las habían mantenido en la oscuridad por seguridad. Pero ahora que ya había pasado el ataque y utilizado el factor sorpresa que necesitaban ya no era ningún secreto para los soñadores que todos habían recordado. ¿Se habría roto el hechizo también para ellas? Elliot miró un instante a Sophie y luego se acercó a Cléo inclinándose hacia ella.

-Perdona Cléo, ¿puedo hacerte una pregunta? -miró a la chica a los ojos para tratar de leer en ellos aunque no le contestara- ¿Sientes que algo está volviendo a tu memoria? -Elliot no llegó a sentarse a su lado. Esperó a que le respondiera y después de tomar de la mesa un cuchillo y ocultarlo procurando que nadie lo advirtiera dijo: -voy a avisar a Mats y Ada que el café está listo-. Salió en su busca.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Hago una tirada de Percepción más Empatía para leer en el rostro de Cléo (Elliot tiene "desconfiado" a uno, por si lo quieres tener en cuenta para algo). Le parezca lo que le parezca saldrá a buscar a Mats de todos modos.

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02/09/2018, 11:11
Geneviève Gibran

–Cuando recibí la noticia de la muerte de Montillet salía de una clase en la facultad. Me desmayé en el pasillo y creía que me moría. Me vi a mi misma rodeada de un corro de alumnos y compañeros. Ese fue un punto de inflexión muy importante en mi vida.

Se rascó la nuca, sonrió.

–Por un instante vi dos cosas que existían en un punto ciego de mi mente al que normalmente no podía mirar directamente. Una era mi propio rostro, el de ahora, como mujer, lo que siempre fui... El otro era el de Édith. No sabía sus rasgos ni su nombre pero por un instante la vi y desde entonces supe que ella existía como sabía que yo misma existía. Una intuición más poderosa que cualquier percepción.

Aunque no me pasó nada grave creo que tuve algo parecido a una experiencia cercana a la muerte, y viajé a un sitio en el que todos los velos estaban corridos.

A partir de ahí empecé a investigar sobre la memoria y el olvido en el inconsciente colectivo. El interaccionismo simbólico y cosas por el estilo, buscando pistas sobre cómo se podía manipular a otro a ese nivel, y en una conferencia conocí a Estelle. No creo que fuera casualidad. Lo que no sabíamos a nivel consciente lo sabíamos a un nivel diferente, que tenía sin duda peso en nuestra toma de decisiones. De alguna manera nos buscábamos la una a la otra.

- Tiradas (3)

Notas de juego

1 de 3
 

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02/09/2018, 13:56
Anders Berisha

El pésame dejó a Andres pensativo, sutilmente dolido. Afirmó con la cabeza. Daba la impresión que se sentía culpable no ya de la muerte de su protegida sino de haber dejado de pensar por un momento en ella y haberse relajado.

Notas de juego

2 de 3

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02/09/2018, 13:57
Cléo

Clementine sintió que Elliot se ponía en guardia. Cuando salió con él escuchó desde un segundo plano la pregunta que éste le hacía a Cléo. La chica afirmó con la cabeza y le respondió de una forma un poco desorganizada como era habitual en ella, confusa desde que la rescataron del fondo del estanque.

—Todavía soy incapaz… Imposible distinguir un sueño de un recuerdo…  Pero sí… Diría que sí… Son como Moáis…

La doctora también vió que Elliot se escondía con habilidad un cuchillo de una bandeja que quedaba por recoger y sin esperar más respuestas de Cléo se ponía en marcha con determinación hacia la puerta que conducía al porche.

Notas de juego

3 de 3

El siguiente post es para Queen y puede haber después réplica de Aliosha pero no podéis pasar de la puerta. Mi siguiente respuesta será cuándo paséis el umbral.

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02/09/2018, 14:15
Clementine Ouvrard

Mientras escuchaba la respuesta de Geneviève, que me resultó del todo reveladora pues no hacía otra cosa que mostrar el hilo conductor en todo esto, noté que Elliot se ponía inquieto y hacía una pregunta a Cléo, una muy específica. Con un rápido vistazo me di cuenta de que quizás Mats y Ada no habían ido a dar una vuelta tan inocente. Miré a Berisha, deseé preguntarle si habían dicho a las muchachas algo que las hiciera recordar mientras no estábamos... Pero Elliot se me estaba adelantando uniendo cabos rápidamente, cabos que no estaba segura de que fueran tales porque la respuesta de Cléo había sido muy vaga.

Había que actuar, aunque fuera solo para chequear que Mats y Ada estaban bien, quería creer eso con todas mis fuerzas y no que nuestro sancta santorum había sido vulnerado. De ninguna manera iba a dejar a Elliot ir solo, miré en derredor buscando una linterna -Espérame que voy contigo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Hago la tirada no solo para buscar la linterna, si no para estar atenta a todo lo que pudiera suceder alrededor.

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02/09/2018, 16:43
Ada Bytnar

Ada aprovechó el gesto de Mats para acercarse y apoyar la cabeza en su pecho, como dándose cobijo en él.

—Sabes lo que peor llevo.

Tardó unos segundos en contestar. Ni siquiera la lluvia con su estruendo rompía ese silencio. Habló casi con un susurro.

—No soy como Sophie, ni como Cléo o Édith. Yo no soy una víctima, Mats. Sí, los tatuajes hacían daño, duelen todo el rato, pero me los hice por propia voluntad… Son estigmas… como los de los santos. Son el Verbo escrito en mi piel. El Logos insuflando el Cosmos. Los versos de Thot. Soy una princesa de una realeza sagrada y por lo tanto el legado de su reino de terror. Y quiero ser una víctima, Mats. Quiero ser una víctima y olvidarme. Ojalá no hubiera recordado.

Notas de juego

1 de 2

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02/09/2018, 16:45
Ada Bytnar

La puerta se abrió y salieron al porche Elliot y Clementine, esta última empuñando una linterna.

Ada estaba apoyada al pecho de Mats, cogida a su brazo derecho. El porche les cobijaba de la lluvia, que caía con intensidad.

Notas de juego

2 de 2 para Belgeval.

1 de 1 para el resto.

Ya podéis postear.

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02/09/2018, 17:02
Elliot

Clementine se unió a él llevando una linterna. Si había que actuar rápido no había tiempo para explicaciones, aunque si le seguía es que también había intuido algo extraño o atado los mismos cabos. Asintió con evidente preocupación en su mirada y salió con ella al porche.

Allí vieron a Mats y Ada refugiados de la lluvia. Ella estaba apoyada en su pecho y tomaba su brazo derecho. Elliot pensó que si decía algo, si evidenciaban que estaban allí y ella iba a hacerle daño, aprovecharía ese mismo instante pues más tarde no tendría oportunidad. Era infinitamente mejor estar equivocado y pasarse de paranoico que dudar un instante y darle la más mínima oportunidad de que hiciera daño a su amigo.

Hizo un gesto a Mats con el dedo sobre sus labios para que guardara silencio, y actuando desde la espalda de Ada para que no le viera acercarse, la tomó con el brazo izquierdo por el cuello y con el derecho apoyó el cuchillo bajo su barbilla.

-Vamos, suéltalo y sepárate de él muy despacio. Si emites un sonido te mato.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Dire, si he de tirar algo más dímelo. Dejo una tirada de Destreza más Agredir un tanto floja, pero por si hiciera falta.
 

Edito: he añadido una última frase.

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02/09/2018, 23:52
Clementine Ouvrard

Realmente no me esperaba que Elliot fuese tan... directo. Me mordí el labio inquieta por el resultado y tensa, tensa porque si habíamos sospechado bien todo esto se iba a ir al diablo. Tragué grueso.

Permanecí atenta a cualquier reacción de Mats, de la muchacha y de Elliot respirando apenas, exhalando el aire lentamente frente a la expectativa mientras veía como el vaho se disipaba en el aire húmedo. Si nos habíamos equivocado Mats nos iba a matar figuradamente, pero si no nos habíamos equivocado lo podían matar a él, o a todos nosotros literalmente.

Escaneé los alrededores también en búsqueda de cualquier detalle que me resultara extraño o anormal y lamenté profundamente que tuviéramos que desconfiar así de una chica que había sufrido tanto...

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03/09/2018, 01:19
Mats Bergstrøm

La confesión de Ada me deja sin habla. En el momento en que sus palabras dan paso al silencio, todavía tardo un par de segundos en acabar de comprender lo que acaba de decirme. Un escalofrío me recorre la espina dorsal. ¿Es posible que…?

¿Cómo…? —es lo único que consigo decir. En ese momento veo abrirse la puerta que da al porche, y Elliot y Clémentine salen del edificio. Sus caras expresan alarma. Con el ceño fruncido por la confusión, intento registrar lo que está sucediendo; Elliot se acerca a Ada por la espalda, cuchillo en mano, mientras Clémentine permanece al margen sujetando una linterna. Antes de que pueda reaccionar, Elliot ha colocado el cuchillo en la garganta de Ada y le ordena que me suelte y se aleje de mí. Una parte de mí quiere apartarse de un bote y ponerse a salvo, pero otra voz más fuerte en mi interior me dice otra cosa.

Que la proteja, que no la deje sola ahora.

¡No! ¡Espera un momento! —exclamo en un susurro áspero, apartando a Ada del filo del cuchillo. Deshaciendo el abrazo, la miro directamente a los ojos, apoyando mis manos en la parte alta de sus brazos—. Ada… ¿Qué es lo que pasa? ¿Qué te han hecho creer? Mírame. No sé por qué piensas que eres el fruto de sus atrocidades, por qué quieres ser una víctima. ¡Ya casi lo habías conseguido, Ada! Por favor… Eres mucho más fuerte de lo que ellos serán jamás. ¿Por qué querrías consumirte, desaparecer, ser olvidada? —Niego con la cabeza lentamente, incrédulo—. Te han engañado. Te han engañado, Ada. Puede que ahora no seas capaz de verlo, pero con el tiempo lo entenderás. ¿Cómo puede una voz como la tuya querer extinguirse? ¿No te das cuenta de que eres libre, de que puedes ser quien tú y solo tú decidas ser? —Zarandeo a Ada, como queriendo hacer que entre en razón—. ¡Por el amor de Dios! No eres suya, no eres de nadie. No tienes ningún propósito inescapable. ¡Eres la dueña de tu destino, y puedes hacer lo que quieras! Lo que quieras. No estás sola, joder. Sea lo que sea, lo superarás. Lo superaremos todos juntos.

Jadeando, aparto mis manos de Ada, mirando de soslayo a Elliot y a Clem para que no se precipiten.

Te he dicho que confío en ti. Sigo confiando en ti. Y ahora te pido, te suplico, que confíes tú en ti misma. —Suspiro, intentando regular mi respiración—. Ada, busca en tu interior. ¿Qué es lo que quieres hacer?

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro Carisma más Empatizar para comprender a Ada y que ella me comprenda a mí, para tratar de que me vea como un apoyo, si eso tiene sentido. Saco un 13 (not bad). ¿Quizá mi peculiaridad Emotivo ayudaría en esta situación?