Partida Rol por web

El servocráneo emite el mensaje, aunque en un tono bastante más bajo, casi podría decirse que privado. 

La grabación empieza, y el silencio pronto es roto por sonidos de explosiones y combate, aunque buena parte amortiguado por lo que seguramente sean paredes. De fondo, el Lord General da ordenes a voz en grito de forma frenética, con un tono que va aumentando y haciéndose más claro, probablemente debido a que se esté acercando a la zona de grabación.

-¡... Bastardos no nos arrebatarán estas posiciones! ¡Quiero las aeronaves en el aire ya, y averigüe por qué la artillería no está barriendo la tierra de nadie! ¡Refuerzos a los sectores 6, 8, 9 y 15! ¡Beaufort, movilice su artillería!-una breve pausa donde se distingue a alguien diciendo algo-¡Ya sé que son modelos anticuados, pero si los Basilisk no disparan, algo tendremos que usar! ¡¡Y dígales a los milicianos del sector 9 que como vuelvan a romper la línea, yo mismo bajaré a fusilarles uno a uno!!-tras eso, otra réplica, probablemente afirmativa a juzgar por el gruñido de satisfacción del Lord General, que ya debe estar al lado del receptor de sonido-¿esto está listo? Bien-y tras eso y un leve carraspeo, empezó lo que debía ser un mensaje dirigido a vosotros, aunque aún se escuchaba de fondo sonidos de un fuerte combate.

-A los mandos que queden ahí fuera. Lo siento mucho hijos, alguien ha cometido un error colosal en las estimaciones sobre el enemigo. ¡Las puñeteras lecturas no estaban bien, ahora ha quedado claro! No sabemos como, pero han traído al planeta legiones de soldados herejes profesionales, bien armados y entrenados. Eso por no mencionar las... Cosas que han aparecido-añadió.

-Por eso les mandamos retirarse, cuando las lecturas se corrigieron, quedó claro que ustedes iban a tener problemas. Maldición, ¿por qué no pidieron apoyo? Quizás con algo de artillería, o de apoyo aéreo, sus posibilidades hubieran sido mejores, y les habría ordenado continuar con el ataque-esto último, sin embargo, lo añade con más cansancio que otra cosa-entiendo el orgullo de la infantería, hijos, pero comprendan que la guerra no se gana en solitario. Y si el enemigo se agrupa en grandes números, pedir apoyo a los chicos de la artillería no es nada malo, aunque no sepan lo que es pringar de verdad. ¡No me mire así, Coteaz! Sabe que sus muchachos estaban mucho más a salvo que esos pobres diablos. 

-La retirada se debió a dos motivos: el primero, nuestros tácticos aseguran que ustedes no disponen de suficiente munición y hombres para asegurar una posición y, a la vez, pasar a través de esos muertos, de los condenados entes ruinosos, y de las tropas que venían detrás. Era o una cosa, u otra. Y la segunda, habían sido rodeados. Aún no lo sabían, pero lo que hicieron esos degenerados ha alzado auténticas hordas por toda la tierra de nadie, y parte se dirigían hacia ustedes. De ahí que les hayamos mandado a Fénix, no podían volver a nuestras líneas. Poco después de los muertos, llegaron los soldados, y trajeron blindados con ellos... Y ya pueden escuchar el resultado-añadió, dejando por unos segundos que el ruido de combate y el frenético murmullo de los miembros tácticos del mando se escucharan.

-Les explico todo esto porque les ha tocado un papel ingrato. Son los mandos superiores, y deben aguantar en esa colina, hasta que nos apañemos para romper el bloqueo y devolver a las fuerzas ruinosas a sus líneas. Están fuera de alcance de sus vox respecto a la línea principal, y el bombardeo constante no está ayudando. Por eso están escuchando este mensaje pregrabado. En la cima, cerca de la mansión Almerthas, encontrarán un envío aéreo. Consiste en un generador, una torre de radio de campaña desmontada, y un cuadro de comunicaciones. Deben instalarlo, les sugiero la zona de la mansión, y ponerse en contacto, para más instrucciones. Quizás podamos enviarles algo más por ruta aérea, pero lo ignoro. Planifiquen su defensa, organicen las fuerzas que les queden, cuenten los recursos, y que el Emperador les proteja. Puede ser lo último que les quede-finalizó, con tono serio. 

La cara de los comisarios era aún más seria y severa de lo habitual. La situación era ciertamente preocupante, pero su labor estaba más allá de cualquier contratiempo, debían asegurarse de mantener a la Guardia en funcionamiento y ganando batallas, por los medios que fueran necesarios. 

-Muy bien, señores sargentos-dijo finalmente Malatesta, tomando la palabra-parece que les toca tomar la iniciativa. Si yo fuera ustedes, haría caso a los consejos del Lord General. 

Kolya estaba esperando que hablaran el resto de mandos cuando el servocráneo apareció y les dio su mensaje. Mientras lo escuchaba, el lantanita se mantenía con los brazos cruzados, el ceño fruncido y mordiendo su vara de lho mientras que daba caladas. Cuando mencionó lo de la artillería soltó una carcajada.

-Yo pedí apoyo, pero no debieron de recibir el mensaje -comentó a nadie en particular y, cuando el mensaje terminó y el comisario habló, suspiró de forma profunda.

-Mis chicos son buenos construyendo estructuras y haciendo túneles. Si no hay tecnoadeptos podríamos levantar la antena e intentar cavar unos túneles para movernos por debajo, quizás con algunas salidas por todo el perímetro o puntos concretos.

Miró hacia la aldea.

-Si aseguramos el pueblo y la mansión podriamos desplegar a los Acechadunas en las zoteas y pisos altos para que seleccionen objetivos. ¿Alguien sabe como aprovechar mejor los blindados que tenemos?

El sargento de la décimo tercera había esperado unos instantes a que el sargento fezzonita, o a que el sargento de los lanceros, se pronunciaran. Sin embargo sólo el silencio flotaba ahora en la estancia, y las únicas palabras fueron las del comisario y posteriormente, las del sargento Nikolai. Fue al comisario al que primero respondió.

- Evidentemente, no hay otra opción señor comisario- dijo inclinando la cabeza- Consejos u órdenes no tiene sentido actuar de otro modo a como señala un superior-  tras decir esto guardó un instante de silencio y habló, más como si quisiera refrescar sus propias ideas- Bien... tenemos que defender la posición hasta que lleguen refuerzos. Y eso es todo lo que debe saber la tropa. Si supieran que nuestra situación es tan complicada, podría cundir el desaliento. Y con lo que hemos pasado tal cosa fácilmente pudiera resultar fatal. Nuestras órdenes son sencillas: defender la posición hasta que recibamos otras instrucciones. Nada más y nada menos. Y debemos hacerlo ya, como bien señalas, sargento Nikolai. Hay que usar a la infantería para asegurar el pueblo y luego la fortaleza, y trasladarnos a la misma de inmediato, formando hay el cuadro de mandos y comprobando el material del que disponemos. Probablemente los blindados, una vez que hayamos tomado el pueblo y la mansión, y asegurado el terreno, podremos disponerlo del modo que causen mayores daños al enemigo cuando intenten tomar la mansión. Y probablemente podamos convertir el pueblo en una trama explosiva gigante con los zapadores. Bien... voy a indicar a los hombres que minimicen el uso de armas de fuego y usen sobre todo armas cuerpo a cuerpo. Tenemos que ahorrar munición, visto lo visto. 

Creo que lo ideal sería que avanzaran limpiando el pueblo en formación los 200 legionarios penales de los Despojos de Burke en la parte central, protegiendo el flanco derecho y revisando ese lateral del pueblo los unos 140 lanceros selicanos con sus aves, y el lado izquierdo los 94 del 13º de asedio. Detrás irían los 450 milicianos de la Milicia selicana,  los 250 zapadores lantanitas, el millar de Krieg, los 250 fezzornitas, los 200 acechadunas, y por último los 92 soldados de Kasrkin, los 3 hellhounds y 3 leman russ (básico, vanquisher y demolisher) de los 33º y 40º acorazados de Konig. Avanzarían primero los que tienen que limpiar el pueblo, y tras ellos, todo el grueso de las tropas, que posteriormente avanzarían en esa misma formación hasta la colina, para tomar la fortaleza. Ya en la fortaleza, como bien dice el sargento Vladislovich, podriamos desplegar a los Acechadunas en las zoteas y pisos altos. Aunque lo primero sería reparar las comunicaciones, ver lo que tenemos, y probablemente emplear como también ha indicado él a los zapadores para empezar a preparar defensas. ¿Alguien tiene algo que aportar, añadir, sugerir o cambiar? No podemos perder más tiempo. Si nos pillan así nuestra posición será imposible.

-Me parece perfecto. Puedo dividir a mis chicos, unos pocos que construyan la antena de comunicaciones y otros que se preparen para poner explosivos. Deberíamos de intentar hacernos con un mapa del pueblo, o hacer uno, y así marcar donde vamos a poner trampas y donde puestos de defensa. Podríamos intentar crear una especie de embudo o pasillos que lleven a los traidores a zonas de muerte, donde les esperaremos para masacrarlos con todo lo que tenemos.

Dio una larga calada mientras seguía pensando.

-Si la mansión tiene algún tipo de pasadizo de fuga para los habitantes, sería interesante. Bueno, ya que tenemos un plan de acción, ¿nos ponemos en movimiento?

Nadie más respondió, lo que hizo que Marcus mirara con curiosidad al sargento fezzonita. Entendía que el sargento de los lanceros permaneciera en silencio, toda vez que no parecía repuesto del combate. ¡Si hasta a él le resultaba difícil después de lo que habían visto! Pero dado que el sargento Frederick Lenz había empezado una agria discusión con el sargento Nikolai, Marcus hubiera querido escucharlo y que se pronunciara. 

Pero el tiempo pasaba.

- Si no hay objeciones con el plan, procedamos.

Genial. Simplemente genial.

Las noticias era una auténtica mierda y no decían nada que pudiera ser una alternativa a mi idea inicial de tomar el pueblo, de hecho incluso ponían limitaciones, por lo que hubiera sido mejor marcharme por mi cuenta y riesgo con el resto de Fezzorn sin escuchar el puñetero mensaje.

- Genial.

Es la única declaración que realizo, aunque esta suena cargada de tal sarcasmos que bien podría ser tomado por una maldición.

Cuando se aclaró la señal, la asistente de Marius empezó a trastear con diales y lanzar llamadas en clave por el receptor vox, al principio de manera inútil, pero acabó dando con lo que parecían las fuerzas aliadas. Un hombre respondió a las comunicaciones.

-Aquí mando central del frente, le recibimos, identifíquese-exigió, con un tono levemente autoritario. De fondo, se escuchaban murmullos de actividad, y de vez en cuando, alguna explosión amortiguada. Agrippa transmitió las claves de identificación adecuadas, y tras unos segundos, un ruido de aceptación surgió del emisor-espere un momento...-replicó, alejándose para buscar a alguien. Y al poco, la voz del Lord General se escuchó a través de las ondas de radio.

-¿Hola? ¿Siguen ahí? Punto Fénix, si me reciben, quiero que me informen de todo lo ocurrido y su situación actual. 

Hago un gesto a Agrippa, asintiendo y tras mirar al resto de sargentos presente, respondo a la comunicación del mando.

- Mi general, a sus órdenes. Soy el sargento Marcus Druso, señor. De la 13ª de Asedio. Ahora mismo temporalmente al mando de lo que queda, junto a los sargentos Nikolai "Kolya" Vladislovich del 15º de Zapadores de Lantan y Frederick Lenz del 303º Regimiento de Fezzorn. Hemos cumplido las instrucciones, ocupando el puesto indicado. Hemos llegado a la mansión y al pueblo, y conforme instrucciones, tomado lo suficiente para instalar este puesto de comunicaciones. Hemos sufrido importantes bajas en nuestro intento de avanzada aunque destruimos a casi todas las tropas de rebeldes enemigas. Sin embargo se alzaron cantidades ingentes de muertos de la tierra. También los destruimos. Pero luego...- el sargento tose un instante- ... surgieron otras cosas. Algunas de ellas enormes. Mutaciones del caos que no debieran existir. Destruimos bastantes, pero finalmente no tuvimos más remedio que retroceder hasta el punto que se nos indicó. Se está procediendo a fortificar en lo posible la posición para defendernos hasta que lleguen refuerzos o se nos den nuevas instrucciones, señor. Nuestras fuerzas se componen ahora mismo de unos 200 legionarios penales de los Despojos de Burke, unos 140 lanceros selicanos con sus aves, 94 del 13º de asedio, 450 milicianos de la Milicia selicana,  250 zapadores lantanitas, un millar de Krieg, 250 fezzornitas, 200 acechadunas, 92 soldados de Kasrkin, 3 hellhounds y 3 leman russ (básico, vanquisher y demolisher) de los 33º y 40º acorazados de Konig.

Había realizado un buen resumen, pero aún hacía falta una postilla adicional.

- Sargento Frederick Lenz, del 303°. Aparte tenemos órdenes de ahorrar munición en caso de hacer nuevos contactos con el enemigo. Necesitamos reafirmar que ese punto sigue en vigor.

Con suerte habían conseguido cambiar nuestra situación y los refuerzos se encontraran más cerca de lo esperado.

No tenía nada que añadir, por lo que Kolya se quedó fumando su vara de lho mientras esperaba unas órdenes precisas, cuanto tiempo tardarían en sacarlos de aquí o en mandar refuerzos, lo que fuera.

Durante algunos segundos solo recibieron estática como respuesta, pero poco después llegó la voz general, precedida por un chasquido. Probablemente las emisiones y recepciones iban con cierto retraso.

-Entiendo. Díganme, ¿en qué estado se encuentra la escala de mando? Todos los hombres deben tener alguien ante quien responder, ¿es esto así?-preguntó, antes de responder a las palabras de Lenz-es buena idea que ahorren munición, pero su principal deber, en estos momentos, es mantener la línea y sobrevivir. Sí, sobrevivir. Soy consciente de lo que parece, pero no les hemos enviado a un matadero. 

Se pudo escuchar, a través de la radio, algunas explosiones, seguidas de unos improperios y unas órdenes ladradas por el propio Hephaestus.

-Aquí nos están dando bien. Por eso les hemos desviado, no podrían abrirse paso de vuelta, es suicida. Esos malnacidos han conseguido una cantidad de refuerzos que el departamento táctico no veía posible, así como equipo y apoyo pesado... Y también otras cosas, como las que ustedes mencionan-añadió, con un tono algo menos firme en esa última frase. Algo natural, pues ningún buen siervo del Imperio quería verse mezclado siquiera en esos asuntos.

-Y dado que esas son sus órdenes, permitan que les preste ayuda. En primer lugar, en forma de consejos. No puedo darles una estimación clara, pero es altamente probable que se tiren un buen tiempo en el punto Fénix. Así que les insto a que busquen el modo de acomodar a los hombres, y se hagan a la idea de que van a tener que tratar la zona como si fuera un campamento. Busquen un refugio adecuado, habiliten jergones, habitáculos, lo que puedan. En segundo lugar, aprovechen lo que tienen. Son una fuerza multidisciplinar, especializada en varias tareas. ¡Válganse de ello! Usen eficazmente sus distintas capacidades para fortificar la zona, asegurarla y mantenerla. ¡Colaboren, por el amor del Emperador!-les exhortó.

-Y gestionen eficientemente sus recursos humanos. Una situación como la que han vivido erosiona la moral de cualquiera, y los hombres necesitan reponerse. Por las cifras que me comunican, tienen suficientes efectivos para permitirse turnos rotativos y descansos. No duden en concederlos. Habiliten así mismo una enfermería o avanzada médica de algún tipo, es vital que los hombres estén en buen estado de salud para desempeñar sus labores. Y tras estos consejos, llega lo que sin duda están esperando-anunció, aunque otra explosión y un crepitar de estática dejó mudo al general. Durante varios largos segundos, pareció que habían perdido contacto, pero finalmente se recuperó la señal.

-¿Siguen ahí? Esa ha estado cerca... ¡Revisen las antenas emisoras, creo que ese blindado ha acertado a alguna!-dijo, evidentemente a alguien más, antes de volver a dirigirse a vosotros-puede que no podamos enviarles refuerzos ni rescatarles, pero no les vamos a dejar tirados. Creo que tenemos la posibilidad, al menos todavía, de hacerles llegar por vía aérea algún equipamiento. Piensen muy bien qué necesitan, teniendo en cuenta que podrían tirarse en ese lugar una buena temporada, y comuníquenmelo. Ahora me despido, espero su respuesta en... ¿Digamos unas seis horas?

- Sí, señor. En seis horas le informaremos de nuestras necesidades. Se seguirán vuestros consejos. Que el Sagrado Emperador les ampare. Cambio y corto

No había mucho más que decir, y no lo hizo. Con cierta velocidad miró al resto de sargentos.

- He pensado nombrar un enlace para cada uno de los grupos. Necesitamos saber la situación exacta de cada uno de los grupos, y sus necesidades. En principio no es necesario enlace para los de la 13ª, ni para los fezzornitas, ni para los lantanitas. Al fin y al cabo, estamos nosotros. Pero sí para el resto.

Tras las palabras, y teniendo en cuenta la disposición de fuerzas que había establecido, Marcus se puso a estudiar como fortificar mejor la posición y el lugar más idóneo para poner la enfermería, así como un medio adecuado para hacer turnos de guardia. Toda una vida de sargento y su experiencia militar debían servirle para ello...

- ¿Opiniones?- preguntó igualmente a sus dos compañeros sargentos.

Kolya iba a preguntar qué cojones estaba pasando en la ciudad, pero el sargento Druso cortó la comunicación antes de que pudiera hacer nada. En seis horas contactarían de nuevo.

-Me parece bien, estaba pensando en que los Krieg, los Acechadunas y los Caballeretes necesitan una representación, así como los Karskin. También había pensado que deberíamos pedirle al Comandante que le ponga al mando a usted de forma oficial, para que no haya problemas con algunos que están algo subidos y no obedecen órdenes, como los caballeretes.

Se rascó la barba pensativo.

-Creo que tendríamos que pedir munición y suministros médicos de todo tipo, así como detonadores para las cargas, pero también algo de amasec para subir la moral de las tropas. Nosotros sabemos que la ciudad está jodida, pero ellos no, y si lo decimos tal vez algunos se larguen. Si traen algo de amasec podemos fingir que la cosa está bien en la ciudad y, por tanto, mejorar la moral.

-Puede que sepa a quienes podemos nombrar como representantes de regimientos.

¡Cómo si fuera a permitirme considerar el responder al lantanita! Porque aunque todos sabíamos que había mencionado a los selicanos, entendía perfectamente ese comentario velado.

- Necesitamos realizar un inventariado antes de pedir nada a lo loco...

Sugiero antes de pararme a pensar en algo que seguramente fuera una auténtica locura.

- De todos modos, estamos de acuerdo en que nuestra situación es jodida y estamos rodeados, pero quizás el Emperador haya decidido sonreirnos y podamos alcanzar el mando enemigo. Deberíamos preguntar al Lord General dónde se estima su posición antes de decidir nada sobre el equipo.

Propongo al resto consciente de que sería un acto suicida, aunque quizás fuera el golpe necesario para terminar con esta guerra.

Había estado esperando alguna opinión sobre quienes deberían de ser los representantes de los regimientos, pero no había tenido respuesta, así que se encogió de hombros y se puso en marcha para buscar a los que él creía que podían servir, que al fin y al cabo sería como cualquier otro.

-De acuerdo, voy a buscar a los representantes y a hacer un inventario de lo que mi regimiento necesitaría. Luego, cuando tengamos todos los inventarios, vemos que puede ser más necesario y qué no.

Y sin esperar más, se fue de la reunión a cumplir con lo que había dicho.

Asentí a las palabras del sargento Kolya justo antes que se marchara, mientras trataba de examinar las posiciones en el mapa, planteándome donde debía ir cada cosa. Finalmente, a los pocos minutos que ambos sargentos salieran, salió también él y se dirigió a los presentes usando, como antes, la tecnología tech-vox.