Partida Rol por web

Puntual como un reloj, el transmisor volvió a recibir una señal, que tras girar algunas ruedas y manipular el aparato, se estabilizó y limpió lo suficiente como para reconocer la voz del Lord General.

-Punto Fénix, aquí mando, ¿nos reciben? ¿Qué noticias tienen para mi?

-Mando, aquí el sargento Kolya de los Lantanitas. Hemos designado a unos representantes de todos los regimientos para que estén presentes en esta reunión. Antes de nada, me gustaría que hiciera oficial el nombramiento del Sargento Druso del 13º de Asedio como Oficial al mando de esta operación, para que después no haya problemas. Señor, ¿podríamos saber qué está pasando en la ciudad y como va la cosa? -las últimas comunicaciones eran poco esperanzadoras por los sonidos que transmitían- y creo que tenemos una lista de suministros para pedir.

Hizo un gesto para que los nuevos miembros de ese grupo de mando se presentaran al Lord General.

Ahmed escuchó la comunicación del mando y ahogó un suspiro de alivio. Al menos no estaban solos. El alto mando sabía que estaban ahí y tendrían instrucciones más claras para ellos. Y a lo mejor, tenían noticias de lo que ocurría en el planeta, en general.

Permaneció en silencio pues aún no le tocaba hablar, y escuchó las sabias palabras del sargento Vladislovich. Druso debía ser nombrado como oficial al mando en aquel lugar. Y cuanto antes mejor.

El Acechadunas esperó a que le tocara el turno de hacer inventario. Sabía exactamente lo que tenía que decir.

Siguiendo las órdenes que me habían dado, me dirijo hacia la reunión con los oficiales en representación del 38º regimiento de Kasrkin. No me gusta demasiado la idea de ser elevado por encima de mis compañeros pues nunca me he considerado con habilidades para el mando. Más bien soy el típico soldado arisco y con gran carencia de humor, sin carisma alguna y más bien hosco en sus comunicaciones. Lo que tengo para decir es generalmente para mis enemigos y se los digo con mi bólter pesado, pero supongo que esta vez tengo que hacer gala de otras habilidades entrenadas en la academia.

"Los kasrkin hacemos lo que sea necesario y siempre lo hacemos bien."

Al llegar, saludo marcialmente a todos los presentes y me incorporo cuando se me brinda permiso. Al hacerlo, entrego al sargento lantanita (el mismo que me designó), los datos de los pertrechos que nos quedan como regimiento, anotados ordenadamente en mi placa de datos.

Una vez que está conforme con ello, me alejo y me quedo en un borde de la habitación, intentando no estorbar en la labor de los presentes pero en buena posición para escuchar lo que sea que se diga.

Sin poder endosar la visita hasta la zona de mandos a nadie mas, hacia allí me encamine, en casi todas las posiciones los soldados se preparaban para el inminente ataque por llegar. Pero la verdad es que tras el recuento que había hecho de municiones, esperaba que el enemigo se demorase lo suficiente como para que nuestro mando pudiese suministra algo de equipo.

En la habitación, Lantanitas, acechadunas y karskin son los primeros que veo en la reunión. Saludo y tras pasar la placa con los datos sobre municiones que me han pasado, me quedo a la expectativa. Podía ser que la voz que salía del transmisor, nos diese buenas noticias.

A mi pesar, asiento a las palabras del lantanita. Era prioritario señalar a los nuevos mandos, dado que apenas eran necesarias un par de palabras para acabar con ello. Por otro lado, en cuanto al equipo, sería necesario un resumen rápido para no liar al mando con las tropocientas mil peticiones.

- Frederick Lenz, del 303º. En un instante procederemos a un desglose de lo disponible por cada regimiento, pero si continúan con el plan inicial el resumen es: Raciones para todos, incluidas monturas, munición y combustible para los blindados, salvo que los quieran de adorno, y munición de rifles y pistolas láser. Los silicanos tienen lanzas sólo para la mitad del regimiento y los penales apenas cuentan con un cargador para sus pistolas.

Entono a modo de resumen por si las comunicaciones se perdían antes de que todos pudiéramos explicar con detalle lo que disponíamos.

Me habían designado para representar a los Krieg, no era algo que hubiera deseado en ningún momento, pero el deber me había llamado y no me negaría, aunque seguramente había muchos mejores soldados para esta tarea.

Entro en la sala en la cual se va a producir la reunión de oficiales. Saludo al resto de los presentes y entrego los datos que he conseguido recabar sobre mis compañeros, mucha munición y poca comida. Nuestros recursos eran totalmente lógicos y acordes a nuestra función: Luchar por el Emperador. Aunque en la situación actual, quizás fuéramos a echar de menos algunas raciones.

Después de dar la información requerida, me mantengo a la espera, mientras observo al resto de los representantes a través de la máscara de gas. Al escuchar la voz del Lord General, me vuelvo hacia el trasmisor, pero no hago ningún gesto más, simplemente continuo esperando para que hablen en primer lugar los que han organizado todo esto. 

El general escuchó lo que unos y otros decían, y aunque no habían respondido del todo a su pregunta inicial, suspiró y decidió tomar la palabra.

-Les contaré como está la cosa, pero sí, antes de nada... Por la presente, yo, el Lord General Marius Hephaestus, con la aprobación del resto del Alto Mando, nombro al sargento Marius Druso del 13º de Asedio comandante en jefe de la defensa del Punto Fénix. En cuanto a nuestra situación, es estable-explicó, siendo brevemente interrumpido por algunas explosiones de fondo-esos bastardos han decidido atacar con todo. Oleadas de abominaciones putrefactas, y tras ellas, una legión de soldados entrenados y pertrechados con equipo de la guardia profanado. Incluso vienen con sus propios blindados y todo. Nos están dando duro, pero nuestra posición es firme. Nosotros también tenemos algunos ases en la manga, y contamos con la ventaja del terreno. El principal problema, es que no podemos avanzar. No hasta que decidan romper el ataque, y eso no parece que vaya a suceder pronto. En cuanto a las poblaciones, la cosa va bien, creo, ¿por qué pregunta?-replicó el general.

-Sargento Lenz, anoto sus peticiones-añadió, a la espera de respuesta.

-La pregunta vino porque en el mensaje del servocráneo y la primera conexión se escuchaban ataques y yo recuerdo dejar un frente perfectamente defendido, señor -contestó a la pregunta- y mis chicos solo tienen cinco cartuchos de escopeta por cabeza, por lo que necesitaríamos munición para nuestra arma principal, así como municiones de armas pesadas para todos los regimientos si es posible pues no sabemos con qué nos van a atacar y si dice que tienen blindados es mejor estar preparado.

Suspiró al pensar que la defensa que había hecho de su trinchera casi perfecta no había servido para nada.

El sargento había esperado que todos informaran y, sólo entonces, asintió a la cabo Agripa para empezar a hablar. Antes miró unos segundos al sargento Kolya, y asintió con la cabeza. Quizás no fuera él el más indicado, pero era cierto que la historia entre lantanitas y fezzornitas impedía que cualesquiera de los otros dos sargentos fueran elegidos para el mando de la misión.

- A sus órdenes señor. Haré, con la ayuda del Emperador, lo que esté en mi mano para estar a la altura. El problema fundamental, señor, es que desconocemos el tiempo que vamos a estar aquí. Dependiendo de esa circunstancia las prioridades son unas u otras. Lo que más me preocupa, ante esa incertidumbre, es la comida. Tras realizar el recuento, y salvo que encontremos una fuente de alimentos lo que no parece probable en el lugar donde nos hayamos, sólo disponemos de comida para mantener a la tropa durante nueve días. Y a las aves de monta por cinco días- eran, para Marcus, las noticias más graves. Si escaseaba la comida (y lo haría pronto) la moral iba a derrumbarse. Pero lo peor, obviamente, era la ignorancia. Si supieran que iban a ser atacados o rescatados pronto... pero no era esa la idea, no. En absoluto- En cuanto al resto nuestras municiones son escasas, así como, tal como ha indicado el sargento Frederick Lenz, el combustible de los blindados. Sin embargo, si hay que priorizar, prescindiría del combustible de los blindados. Creo que salvo que haya un excedente para mandarnos, que lo dudo, al tener que asegurar la posición los blindados tomarán posiciones defensivas, casi como piezas de artillería. Se que es minusvalorar su capacidad, pero tenemos que defender este punto, y la capacidad de movernos no es lo prioritario. No, con tantas necesidades. Sin embargo, sí sería conveniente algo de munición para los mismos, puesto que sólo tienen para tres o cuatro rondas de disparos

Hace una pausa antes de continuar.

- Estamos expuestos a un ataque nocturno de nuestros enemigos. Sería conveniente tener bengalas, y visores nocturnos para, al menos, nuestros mejores tiradores y quienes tengan armas de largo alcance y alto poder destructivo. Si vamos a enfrentarnos a fuerzas numerosas pero probablemente con desorganización y que nos atacan desde campo abierto, minas, explosivos y granadas serían, igualmente, convenientes. En cuanto a lo que se refiere, expresamente, a munición, los acechadunas como ya ha escuchado están razonablemente servidos puesto que tienen 5 cargadores de rifle láser por hombre, 3 cargadores de pistola láser y 3 granadas krak y 3 fragmentación. También los krieg están bien con sus seis cargados de rifle laser por hombre y otros tantos agotados. La milicia va bien de munición puesto que tienen entre 4 y 5 cargadores para sus carabinas por miliciano. Munición de proyectiles. Los penales solo tienen un cargador de pistola por cabeza. En cuanto a los lanceros van bien de cargadores pero, como ya se ha dicho, sólo tienen lanzas de caza para la mitad de los hombres. El 13º de asalto cuenta con 3 cargadores de pistola láser intactos por hombre, y una variada combinación de munición de carabina láser y escopeta... Alrededor de 4 cargadores por cabeza. Además de 3 granadas de fragmentación y 3 flash fotón, por supuesto.  Algo similar con los kasrkin, que tienen 3 cargadores de pistola láser, y 3 de carabina láser o escopeta de combate por persona, y 2 granadas de fragmentación y 2 granadas krak. La munición de escopetas de lantanitas es claramente escasa, no más de cinco tiros de escopeta, y a los fezzonitas les faltan algunos cargadores de rifle laser. Haciendo un resumen... y por prioridades...

1º Comida en la medida de lo posible.

2º Munición para los blindados

3º Bengalas y visores nocturnos para algunos de nuestros mejores tiradores

4º Munición de escopeta abundante para los lantanitas, un cargador de rifle laser más por hombre para los fezzornitas y lanzas para los lanceros 

5º Granadas, minas y explosivos

6º Cargadores de pistolas laser.

7º Algo de material médico. Hemos habilitado una zona de enfermería en el sótano de la mansión, pero temo el efecto en la moral si nos enfrentamos a un asedio o combate largo y nuestros heridos no pueden recibir una asistencia médica razonable. Aunque dadas las circunstancias, es el menor de nuestros problemas.

Hace una pausa meditando y vuelve a hablar.

- Se que es mucho señor, y entendemos las circunstancias en el centro de operaciones. Lo que sea posible de lo solicitado, nos vendrá bien.

A medida que escuchaba hablar al Sargento Marcus, Ahmed se preguntó cómo reaccionaría el Alto Mando. Tropas experimentadas y con munición podrían resistir un asedio prolongado, incluso darle la vuelta a la batalla si era necesario, llegado el caso. Pero ante aquellos demonios infestados de enfermedades, sin comida ni agua potable… aguantarían poco tiempo.

La idea del sargento de conseguir visores nocturnos hizo que el ánimo del Acechadunas aumentara. En efecto, con equipo de ese calibre, él y algunos de sus compañeros podrían abatir a bastantes enemigos si intentaban ampararse en la oscuridad para acercarse a su posición. No es que se enorgulleciera de ello, pero Ahmed se consideraba uno de los mejores tiradores de su regimiento.

Se mantuvo firme en su posición y esperó la respuesta del Alto Mando con un creciente interés.

El sargento Marcus había expuesto nuestras carencias perfectamente, de ser paliadas lo mas seguro es que pudiésemos mantener la posición por largo tiempo, de lo contrario tendríamos o una deshonrosa retirada o una muerte horrible. Sabía que la guardia imperial tenía muchas posibilidades de terminar así ... pero no era una muerte que me gustase. Como siempre estábamos a merced de las líneas de suministro y esas líneas podrían ser rápidamente cortadas, así que en principio tendríamos que tener fe en el Emperador y en el buen hacer del Administratum.

Escucho a Marcus completamente quieta, con una aparente calma tras la máscara de gas. No tengo nada que añadir, lo que ordene me parecerá bien, como debe ser. Yo ya he dado el informe que requerían y no tengo mucho más que añadir. La comida era vital, los soldados de Krieg necesitábamos esa comida si queríamos aguantar algunos días y poder así disfrutar de la gloria del combate, de la lucha contra la herejía. Por suerte y como era lógico había sido la principal prioridad demandada por el sargento que ahora estaba al mando de toda esta fuerza Imperial.

Esperaría a más órdenes por parte del sargento, había sido así siempre, no recordaba haber tenido que representar a tantos guerreros, era un extraño honor con el que me había bendecido el Emperador.

Por otro lado me interesaba conocer si habría alguna estrategia a seguir en caso de ataque, esos detalles eran importantes para poder actuar de la mejor forma, una que nos beneficiara a todos en la lucha contra un enemigo común. Pero de momento, esperaría, era el momento de tener paciencia y escuchar.

El hombre escuchó en relativo silencio las peticiones, aunque al otro lado de vez en cuando se escuchaba sonido de combate muy amortiguado. Cuando terminaron, volvió a tomar la palabra.

-Muy bien, veré qué se puede hacer. Los envíos no podrán ser por tierra, ya lo saben, así que movilizaremos algunos Marauder para que les "bombardeen" las mercancías en contenedores con paracaídas, como se hizo con la consola de mandos. En cuanto al tiempo, sinceramente, espero que sea poco. Pero el enemigo no parece estar dispuesto a aflojar la presión, y temo que una salida a campo abierto acabe siendo un fracaso sembrado de muertos... Y dado que parece que esos miserables alzan cadáveres, no pienso darles más munición. ¿Hay alguna otra cosa que quieran comentarme?

Íbamos a tener que aguantar en nuestras posiciones hasta vete tu a saber cuánto y si en el frente andaban tan jodidos, eso podría significar que no llegaran todos los suministros solicitados.

- Cuente con nosotros para movilizarnos de forma inmediata.

Le aseguro demostrando que a ninguno nos hacía gracia permanecer parados y a la espera.

Ahmed pensó por un momento en la opción de dispersar a algunos Acechadunas por los exteriores y alrededores del pueblo y la mansión. Los suyos no sólo eran expertos tiradores, sino que eran expertos en ocultarse y continuar disparando sin ser detectados por el enemigo. Al menos alguno de los Acechadunas eran capaces de aquello, y muy buenos.

Pero si lo hacían, quedarían expuestos a la artillería aliada también... y a cualquier posible bombardeo que el Alto Mando pudiera enviar para ayudarles. Por lo que la idea no resultaba tan buena.

Con ello, y contando con que los Acechadunas tenían munición suficiente, y el Alto Mando parecía que iba a suministrarles raciones y agua... Ahmed calló. 

De momento no tenía nada más que añadir.

Por lo que decía el Lord General, la alimentación y los pertrechos necesarios llegarían por vía aérea enseguida que fuera posible, mientras debíamos esperar y aguantar la posición. No tenía nada que decir, al menos no en este momento, la promesa de víveres en un futuro cercano era suficiente para que todos los Krieg pudieran luchar sin ninguna preocupación, puesto que perder las fuerzas por el hambre era una idea terrible.

Espero por si alguien tiene que decir algo más y sino que se dé por acabada la reunión, hay cosas que hacer más allá de hablar.

El envío sería por aire, la llegada podría ser en cualquier momento, pero seguimos con la duda de si los transportes acertarían a dejarlas sobre nuestra posición o no.

- Sargento Druso, nuestras monturas podrían estar listas para salir e ir a recoger los suministros que no caigan directamente en nuestra zona de despliegue. Me encojo de hombros. - No es la misión que aumente el honor de nuestra unidad, pero es mejor que tener a los lanceros mano sobre mano.