Partida Rol por web

Con aquella cosa echándose encima del marine, Albius tenía que medir bien sus disparos. Demasiado cerca, y demasiada gente para su arma. - Sujeta a Lugere, sujeta... - la salva de disparos pasó a través...o por encima de aquel engendro. Justo en el momento que Albius apretaba el gatillo el ser medía algo más que el marine, para justo un parpadeo después, llegarle apenas por la cintura con varios miembros más. - ¡MIERDA! - 

No tenía sentido seguir malgastando munición tan valiosa en una situación tan complicada. - ¡Láser largo, sácalo y dámelo! - 

El soldado que le acompañaba soltó el arma pesada y sus manos buscaron con frenesí el arma que hacía poco les habían dado. 

El cultista que tenia Vitaly delante fue evaporizado por un disparo de fusión que pasó peligrosamente cerca del soldado Lantanita. Su mirada se paró en el uniforme fezzornita. Había intentado matarlo, el tio perro? No estaba seguro, pero la sospecha era suficiente para el. Pensó en volarle la cabeza con un par de disparo de plasma, pero no tenía tiempo ahora mismo, debía confiar en que Kolya le cubriese la espalda si volvía a intentar matarlo. No vió que Kolya se iba corriendo hacia la oscuridad, eso si. 

Enfundó su pistola laser rapidamente mientras avanzó hacia la espalda del torcedor, hasta tenerlo a un par de metros, y le descerrajó dos disparos de plasma. O lo intentó

Quintus mantuvo la posición encongiéndose de hombros.-Si no se puede seguir el único camino que nos queda es el que dejamos nada más entrar a mano izquierda, cerca de donde estaba el cebador con la granada. Lo que ordene sargento Schenkopp.-si Katrin le ordenaba avanzar se uniría al pelotón, si el lugar de ello pretendían retroceder el Enviudador afianzaría la posición tratando que asegurar la zona.-Quizás el enemigo use algún tipo de pasadizos laterales que se nos hayan pasado por alto sargento, peinar la zona nos llevaría tiempo, aunque imagino que el auspex hubiera detectado algo así. ¿Alguna lectura al respecto Fiks?-por el momento el lantanita les había salvado de volar las tuberías de gas y les había prevenido de ciertos sustos por lo que no dudada de su capacidad usando aquel cacharro.

Desde la seguridad que le ofrecía la retaguardia, Alain fue viendo como uno a uno los guardias iban sucumbiendo al miedo. Cuando vio al sargento Kolya echar a correr, supo que tras ese recodo había algo temible capaz de hacer frente no ya a dos escuadras de soldados, sino a un mismísimo marine espacial. La interrogadora, que supuso que era la persona más importante de entre todos ellos quedaba por delante de él, por lo que se forzó a dar unos pasos al frente, a la vez que contenía el aliento y levantaba el cañón de su rifle contra la mole que se batía con el Astartes. 

- Sólo las que he mostrado, enviudador Quintus - le respondió Fiks, enseñándole las lecturas de la pantalla que tanto había revisado y que Katryn había querido ver en persona -. Imagino que ojos y armamento serán más útiles de manera inmediata al otro lado.

El lantanita guardó el áuspex, recargó su arma para dejar su cargador a medias como último recurso, bajó la visera de su casco y se aseguró que los respiradores funcionasen bien. No quería quedarse sin respiración o envenenarse, no de aquello que convirtió a sus hermanas y hermanos en zombies.

- El Emperador protege - se encomendó Fiks para asentir hacia la sargento Schenkopp antes de caminar hacia la oscuridad insondable.

Katrin observó la pantalla del aparato sin llegar muy bien a entender del todo lo que esta decía, de modo que no le quedaba más que fiarse del lantanita, por mucho que le pesara. Al menos fue el primero en avanzar, por lo que, si sucedía algo, no sería ninguna perdida. No obstante, por otro lado, tampoco podía dejar que un lantanita mostrara más arrestos que alguien de Fezzorn, y aunque lo que decía Quintus tenía sentido, tampoco tenía ganas de volver sobre sus pasos o buscar una ruta alternativa que seguramente no existía, por lo que, aferrando con fuerza su espada sierra, apuntó hacia el pasillo que tenía enfrente — El Emperador protege — se limitó a decir a los demás, repitiendo a Fiks, antes de dar un paso hacia lo que el auspex marcaba como pura oscuridad.

Vorgen encajó un golpe tremendo del enemigo, notó como la armadura crujía pero su pierna aguantó el envite. Con un gruñido, el marine devolvió el golpe atravesando las defensas del enemigo y sintiendo de nuevo como la criatura sufría. Iba a ser duro, pero acabarían con ella. 

Buscando una aproximación diferente y protegerse de un posible peligro, Vorgen sacó su pistola bolter con un rápido movimiento y descargó una ráfaga pero la criatura fue más rápida y los proyectiles se perdieron sin conseguir ningún impacto. 

Avanzo hacia el combate para así poder ayudar, convencido de que quizás sea una lucha cualquiera, un combate contra los sectarios que buscábamos y así poder despachar un poco de basura hereje hacia el infierno que tanto anhelan, cuando veo que Kolya corre a mi lado hacia la retaguardia. En su rostro puedo ver el miedo y entiendo que algo malo, muy malo está sucediendo en el frente.

"Mierda, supongo que eso sucede cuando el líder no es un Kasrkin."

Sin dudarlo un momento, comienzo a correr a toda mi velocidad para ponerme en el frente de batalla y así poder derrotar a lo que sea que hizo que algunos de la partida corran como conejos asustados. Noto claramente que el Astartes está luchando con la fuente del miedo aunque no puedo verlo por culpa de la esquina, por lo que corro hacia Silvara, que parece ser el mejor punto para encarar a este nuevo y temible enemigo.

Kolya había encontrado al fin al Torcedor; pero no esperaba que fuera un monstruo en sí. En realidad no sabía qué esperaba encontrar; pero cuando lo vio no pudo reaccionar, no pudo hacer nada. Se vio a sí mismo abierto en canal de nuevo frente a ese médico extraño que le había asegurado volver a encontrarte y toda su voluntad se quebró y, antes de darse cuenta, estaba huyendo por esos túneles de forma completamente aleatoria.

Conseguí recuperar la consciencia y la compostura más rápidamente de lo que creía y apoyé amabas espadas para incorporarme, cortando parte del suelo con mi espada de energía con suma facilidad, el arma destelló furiosa. Ningún enemigo del Emperador conseguiría doblegarme. Me impulsé hacia adelante, cargando contra la aberración demoníaca.

Lancé dos estocadas rápidas con la espada que emitía aquel fulgor azulado, pero no conseguí impactar al demonio, así que llena de rabia lancé un corte horizontal con mi sable para herir a la bestia. No pasaría de aquí, acabaría con ella.

-¡¡Ya me lo agradecerás luego, lantanita!! Paul sonrió tras la máscara, haciendo un saludo muy poco marcial a Vitaly cuando su disparo de fusión evaporó al cultista que intentaba sacarle los higadillos.

Pero en ese momento por fin lo vio. Una mole de músculos y colmillos emergió del corredor y se lanzó contra el Ángel del Emperador. La sola presencia de aquella abominación fue demasiado para su mente, que se retrajo sobre sí misma para protegerse. Su visión se emborronó, debió caer y golpearse la cabeza, porque la oscuridad le envolvió...

No podía estar cerca de aquella criatura, tenía demasiado miedo, así que empiezo a retirarme poco a poco mientras el resto lucha, esperaba alejarme de aquel maldito ser hasta que los matasen, 

Arthur se dejó caer apoyando los codos en el barro para conseguir estabilidad. El monstruo cambiaba de tamaño como un maldito duende forcejeandocon el marine gigante. Estaba agotado de arrastrarse por la maldita jungla, con el corazon encogido por el terror infantil e intentando encontrar un hueco tras la mole del puño imperial para acertar al monsturo que no dejaba de cambiar de tamaño. Aun asi Arthur disponia de toda la motivacion del mundo para acertar a todo lo que habia ido mal con su niñez con su arma grotescamente destructiva. 

La cosa no parecía ir muy allá, con aquel ser, riéndose como un condenado, aparentemente teniendo resistencia suficiente para aguantarle la vertical a un ángel del Emperador con puño de energía, lo que unido a los devastadores efectos del miedo no arrojaba un resultado muy esperanzador. Pero había algunas notas que invitaban a tener algo de fe, como que el arrebato de demencia del sargento acechadunas apenas duró un suspiro, recuperándose lo suficiente para volver al combate, o que el penal lograra acertar con su rifle de fusión al monstruo, aunque no pareció causar grandes heridas. 

Con horror, fue testigo de como había evitado su disparo, pero no tenía muchas opciones, o seguía disparando o seguía disparando. El torcedor no iba a ser fácil de derribar, pero Malek no se rendía en absoluto, puede que llegara a morir en ese lugar olvidado, pero iba a dejar bien el alto el honor de los Yatha - ¡Sigue disparando! - le dijo a su hermana que lo apoyaba.

Aquello había sido de lo más raro... Aquella oscuridad parecía casi tangible, pero una vez reunieron el valor para atravesarla, no ocurrió nada. La visual volvió a la normalidad en aquel lugar, y pudieron ver como aquel condenado túnel daba aún más vueltas, pero sin rastro de nada. Solo algunos de esos "gusaluces", extraviados de la colmena principal. 

Mis pasos rápidamente me llevan a ver al enemigo y es una horrenda criatura, enorme y emitiendo una risa desquiciante que es difícil de escuchar. Ahora entiendo el motivo de que varios hayan huido pues no es precisamente un espectáculo a los sentidos mas mi deber no es disfrutar de lo que veo y oigo sino acabar a todos los enemigos del Emperador, como esta enorme masa de porquería ambulante.

Veo que lucha contra el Astartes como un igual y entiendo que no soy oponente para él pero confío en que mi arma tenga la potencia necesaria para estorbarle lo suficiente y brindarle así al ángel del Emperador la oportunidad de asestar el golpe letal.

"Es mi deber y si debo morir frente a esta abominación para cumplirlo, así ha de ser."

Aunque mi corazón me insta a gritar con furia "¡Por Cadia!" contengo la falta de compostura y disparo en silencio contra la criatura, ajustando bien el predictor de movimiento para impactar con el mayor número de munición, manteniendo la fe en el Dios-Emperador y en su mirada sobre nosotros, aun en este foso de porquería impía.

Se estaba quedando demasiado atrás y había perdido la visual, el Enviudador se levantó abandonando la posición de retaguardia para dar un repentino sprint buscando colocarse a la altura de la formación. Superando por un momento a los Fregasuelos, al menos hasta que pudiera volver a cubrir la situación desde su nueva posición.

- Agradecidos, agradecidos, agradecidos... - farfulló el lantanita tras llegar al otro lado y expulsar el aire que había contenido en sus pulmomes - ¿Qué más hay por aquí?

El que al principio sólo detectase a los gusaluces le hizo hasta gracia y, de no ser por el visor frente a su rostro, se le habría visto sonreír. Avanzó todo lo que pudo por el pasillo, dedicando una mirada curiosa a las lecturas de audio del áuspex, por si algo se estuviese escondiendo.

Casi resultó decepcionada al ver que al otro lado de la oscuridad tan solo la esperaba más túnel, exactamente igual que el anterior. No sabía que esperaba realmente, pero se alegró de no volver a sentir algo como lo que les había enviado allí. Aquellas alcantarillas estaban rápidamente perdiendos su toque sobrenatural, sin duda debido a que la luz del Emperador empezaba a llegar a ellas mediante su mano.

Vio que el grupo se había desperdigado, por lo que se detuvo a esperar hasta que se reagruparan todos de nuevo — No os retraséis, no podemos dividirnos o quedaremos expuestos, o peor aún, perdidos — la idea de no saber donde estaban en un complejo tan enorme como aquél ya era mala de por sí, pero encima tener que afrontar aquello solo... nadie iba a quedarse atrás mientras ella estuviera al mando.