Partida Rol por web

Anduyn respondió con otra sonrisa y con un leve asentimiento, por supuesto que conocía a la diosa de los medianos y era una divinidad que le resultaba simpática.

-La madre de todos los medianos, no podrías tener una protección mejor. Pero ¿Alguna vez has pensado en seguir a otros dioses? Ilmater protege a todas las criaturas por igual sin importarle su raza. Supongo que no te hará daño estar a bien con él también. En todo caso mantendré mis oraciones a él por ti y nuestros compañeros.

La revelación de Namarra lo dejó más tranquilo, si era una mediana seguidora de Yondalla tenía que ser una buena persona y respetuosa con los demás.

La guerrera dejó que fuese su hermano quien interaccionase con la mediana. Él era el carismático, y Dilyn pensó que de los tres, al menos uno debía tener todos los sentidos puestos en el entorno, para reaccionar rápidamente en caso de peligro.

Eran recién llegados, y no se fiaba ni de su sombra proyectada sobre las paredes de aquella ciudad. Y a su vez, quería observar a los lugareños.

- Allá donde te cobijas, que la actitud de los demás te dirija.

De poco sirvió el paseo que se dieron por el pueblo. De lo único que se dieron cuenta era de que Puente Brandon era una pequeña aldea cuyos ingresos se beneficiaban del comercio y de las rutas que realizaban la gente de allí. Que los ladrones hubiesen decidido atacar por esa zona tenía todo el sentido del mundo pues al ser una zona de rutas comerciantes podrían adquirir un buen botín.

Finalmente escucharon un rumor que les llamó la atención y que quizá pudieran investigar mientras esperaban al resto del grupo:

- El señor Cantohelado pide ayuda a un joven y apuesto hombre que sea capaz de rescatar a su hija de la torre en la que su madrastra la ha encerrado. El hombre se casó con una bruja sin saberlo y ahora su hija está pagando las consecuencias. 

Por el pueblo todo estaba tranquilo para felicidad de Anduyn, parecía que las gentes podían dormir a pierna suelta y sin temer nada mientras ellos y sus amigos estuvieran por allí. En cualquier caso las necesidades de bendiciones de Ilmater siempre estaban presentes y el clérigo fue repartiendo plegarias y oraciones entre los habitantes del pueblo, pues eso nunca sobraba. Y cuando pensaban volver a la posada pues ya no parecía que hubiera más que hacer o ver por allí les llegó un rumor que llamó la atención de Anduyn.

-¿Habéis escuchado? Pobre hombre... Fue buscando la felicidad del matrimonio y se encontró con un mal casamiento, le puede pasar a cualquiera. Debemos pedir que Ilmater le bendiga mucho. -Después se quedó pensativo y añadió.- ¿Creéis que se refiere a una bruja de verdad? ¿De esas con poderes y que convierten a la gente en rana? O quizás solo sea una mala mujer... En cualquier caso... -Anduyn miró a su hermana y a Namarra.- A falta de un joven apuesto quizás el hombre deba conformarse con una mujer y una mediana, supongo que lo importante es rescatar a su hija. ¿Qué os parece?

Me parece que no estaría mal como próxima misión pero no podemos olvidar que tenemos otra entre manos!  Y, contestando a tu pregunta... la verdad, mi fe es costumbre entre lo de mi raza pero no soy demasiado practicante. Las calles no me han dejado muchas opciones para perder el tiempo en los ritos. Soy una persona centrada en el aquí y en el ahora. 

- ¿Un joven y apuesto hombre? -Pensó Dilyn nada más escuchó el rumor. - ¿Acaso una mujer no puede ayudar a esa muchacha? Yo les enseñaré que sí.

- ¡Eh, oye, tú! - gritó al primer personaje con pinta de lugareño que vio, haciendo por desgracia caso omiso de la idea de la mediana. - ¿Quién es ese tal Cantohelado y dónde puedo encontrarle?

Audo escuchó la pregunta de Dilyn y no tardó en explicarle quien era y darle la dirección de su casa. Cantohelado era el jefe de caballos del señor de Valle Claro y hace unos años se retiró. Ayer fue asesinado, aunque se desconocen sus motivos. Aunque lo cierto es que tuvo unos problemas con unos aventureros a los que iba a contratar, tuvieron una trifulca, y esa misma noche apareció muerto aunque nadie vio cómo.

-Tienes razón Namarra, pero mientras regresan nuestros compañeros tampoco tenemos que estar ociosos, podemos preguntar e ir adelantando cosas para poder acometer la siguiente tarea con ventaja. -Escuchó las explicaciones de la mediana sobre su fe, no era la primera persona que conocía así.- Bueno, mi consejo es que dejes siempre un tiempo para tu diosa, incluso si estás dispuesta puedo hablarte de Illmater, él cuida a los seres de todas las razas por igual y es generoso. Como has visto hasta ahora no nos ha fallado, claro que para eso hay que ser un buen hijo y obedecerle.

Su hermana tomó la iniciativa, como solía tener por costumbre y ya estaba preguntado con su estilo directo por ese tal Cantohelado. Por desgracia no parecía haber tenido un buen destino.

-¡Qué desgracia! ¿Sabe si alguien se hace cargo del entierro? Yo podría ofrecerme pues Illmater quiere que sus hijos reciban un sepelio digno y una sepultura. Y no me gusta tomar conclusiones precipitadas, pero según lo cuenta parece indicar que esos aventureros tuvieron algo que ver con el aciago destino de el pobre difunto...

Miró a su hermana y también a Namarra para ver que pensaban ellas. Con nada que hacer no hacía ningún mal acercarse a consolar a aquella familia e interesarse por lo sucedido.

Namarra se limitó a encogerse de hombros ante el comentario de Anduyn y luego prestó atención a lo dicho por Audo. 

Cantohelado era el jefe de caballos del señor de Valle Claro

- No soy de por aquí y me temo que no lo conozco. Es alguna clase de Bajá o "barón", como creo que los llaman aquí?. 

- Por Ilmater sagrado. - Exclamó repentinamente la guerrera, aunque con respecto y suavidad, haciendo que por un instante su parecido con su mellizo fuese aún más evidente.

- Él muerto y su hija encerrada. Qué clase de mal fario acusó a este hombre.

Dejó que la mediana hiciera sus preguntas mientras escrutaba el rostro de Anduyn. ¿Estaría tan dispuesto como ella a investigar y ayudar a la supuesta raptada? 

Audo se encogió de hombros tras las palabras de Anduyn. La verdad, Cantohelado estaba bastante solo, pues su única hija desapareció y se separó de su segunda mujer. Nadie ha reclamado su entierro y supongo que ya le habrán enterrado. Dijo sorprendido ante las palabras del sacerdote. Era un hombre un tanto especial, así que tampoco creo que haya mucha gente que vaya a asistir como para que merezca la pena tomarse esas molestias. 

Luego miró a Namarra. ¿El Señor del Valle? ¿Un barón? Pues tampoco te se decir. Solo sé que vive a unas horas de aquí, en una hermosa finca con una lujosa mansión. Quizá él sea la persona más cercana a Cantohelado pero llevaba muchos años sin verle, pues como os dije ya se había jubilado. Audo tomó los cubiertos mientras se preparaba para poner las mesas pues iba a ser la hora de cenar. 

A la mediana le daba más igual que al resto el destino de la joven pero se mostró interesada por el Señor del Valle.

-Una mansión, eh? Estará casado, supongo...

Anduyn negó con la cabeza manteniendo su sonrisa amable, aunque no estaba del todo de acuerdo con las palabras de Audo tampoco lo juzgaba por ello.

-Cualquier alma es importante para Ilmater amigo Audo, pero si el hombre ya está enterrado y no necesitan los servicios de un clérigo mejor así. Y si no, saben que pueden contar conmigo.

Si no necesitaban sus servicios prefería dejar el entierro en manos de sus convecinos, pues aquellas ceremonias solían ser íntimas y la presencia de extraños no era siempre bien recibida.

-Así que el Señor del Valle vive a varias horas de aquí... -Anduyn vio que ya era la hora de cenar y esperaba que sus compañeros no tardaran mucho en regresar.- Entonces deberemos posponer cualquier visita, ya es tarde y no sería de buen gusto molestar a la gente por la noche, además nuestros amigos estarán a punto de regresar. -Claro que existía la posibilidad de que no lo hicieran, bien porque les había pasado algo malo, Ilmater no lo quisiera, o porque habían decidido adentrarse en el bosque y hacer noche, algo que hubieran hecho la primera vez si no se hubiera puesto a llover a cántaros.- ¿Y que haremos si por algún casual no regresan esta noche? Veo dos posibilidades. Ir a visitar al Señor del Valle mañana por la mañana mientras esperamos a que regresen, o adentrarnos en el bosque en su búsqueda. ¿Qué os parece?

Me parece que ya lo decidiremos mañana, Aduyn, si se da el caso. Pero yo os acompañaría a ver al Señor del Valle, sin duda.

- Namarra tiene razón. Ya es tarde. 

Dilyn estaba complacida por el hecho de que sus compañeros quisieran ayudar en aquella empresa tanto como ella, pero la mediana estaba en lo cierto. Ya habían comprobado que la oscuridad en aquel lugar no traía nada bueno, y era mejor esperar la luz del día que arriesgarse en vano. A la chica encerrada no le servían de nada muertos.

- Así también tendremos oportunidad de saber si el resto del grupo quiere acompañarnos. Cuantos más, mejor. Y a todo esto, ¿aún no han vuelto?

Sí, supones bien. Contestó a Namarra sobre si estaba o no casado. Después de aquello y pensando que ya no tendrían nada más que preguntarle, se fue para seguir atendiendo al resto de clientes que llegaban a la posada para cenar algo.

Asintió a los sensatos comentarios de Namarra y Dilyn, alegrándose que la mediana hubiera decidido acompañarlos al día siguiente si seguían a la espera de sus amigos. Miró a su alrededor en la posada y seguía sin haber rastro de los mismos.

-Aún no han llegado. Supongo que será mejor cenar y coger fuerzas, puede que nos necesiten al llegar. Después dedicaré unos momentos a rezar para que el gran Ilmater los proteja. Y si esta noche no han regresado, mañana podemos decidir que hacer, si esperarlos aquí, ir a ver al Señor del Valle, o adentrarnos en el bosque para buscarlos.

Dicho aquello invitó a ambas mujeres a compartir la mesa y la deliciosa cena que Audo había preparado para sus huéspedes.