Partida Rol por web

Finales y principios

[Capítulo 3.3] La Comunidad

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16/07/2019, 17:37
Daniel Green

Las vio marchar y, por un instante, sintió el deseo de hacer lo propio, de levantarse de aquella silla, coger la puerta por la que habían entrado y largarse de allí. A cualquier sitio. Y no necesariamente al Morris. Añadir que debía compartir espacio y aire con Morgana, no ayudaba a hacer la espera más agradable ni corta. 

Y por supuesto, la antigua soldado no pudo mantener la boca cerrada, aquella que sin embargo sí le exigía a él cerrar. Emitía sus juicios, quizá no consciente de que eran los suyos propios y que quizá actuara como decía hacia Anabela. No puedo ni quiso evitar un bufido y cuando Morgana terminó de vomitar su mierda habitual, Daniel se levantó, se acercó a ella mientras miraba los títulos y situándose a su espalda, le susurró.

-Y tú vete a tomar por culo. 

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16/07/2019, 18:43
[Comunidad] Anabela Reyes

La mujer guió a Trish por un pasillo hacia otra habitación. Esta parecía una especie de despacho, con varias estanterías llenas de carpetas y una mesa de escritorio con dos sillas. Anabela esperó a que la muchacha pasase al interior y dejó la puerta entornada tras ellas. Emitió un leve suspiro al mirar a la chica. 

—No sé si lo sabes, pero la verdad es que había pedido que viniese Nick a esta reunión. Con él habría sido más fácil. Creo que vamos a entendernos mejor entre las dos, si no te parece mal.

Tras aquella breve reflexión se acercó a la mesa y abrió un cajón del que sacó una libreta y una pluma estilográfica. Dejó ambas cosas encima de la mesa y miró a Trish con una pequeña sonrisa. 

Escúchame, Trish. No quiero que me veas como tu enemiga, ni que sientas que te presiono, ¿de acuerdo? No estoy aquí para juzgarte, ni quiero que trabajes por menos de lo que mereces. —Apoyó la parte inferior de la espalda en el borde de la mesa y le hizo un gesto para que se sentase junto a ella, en una de las sillas—. Lo que quiero es que lleguemos a un acuerdo justo. Que tu trabajo tenga su recompensa y todos salgamos beneficiados. 

Hizo una pausa y se incorporó para apartarse un poco, dejando espacio a la muchacha. 

—Entiendo que vuestra situación ahora mismo es complicada y que estáis envueltos en algo que os toca emocionalmente. Pero aplazar esto a otra reunión sólo hará que tengáis que viajar de nuevo, con el riesgo que eso conlleva para vosotros. Sólo tú puedes saber si necesitas más tiempo, si quieres pensar el precio con cuidado, consultarlo con otras personas o lo que sea. O si crees que ya lo tienes claro. Como sea, tú dime lo que necesitas. Sin presiones.

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16/07/2019, 19:58
Morgana Whiterocks

Daniel no pudo ver la cara de sorpresa que se le pintó a Morgana durante unos segundos. "¿Qué coño le pasa a este gilipollas ahora?" El chico pertenecía a la camada Morris y eran invitados en casa de Anabela. Dos factores que reprimieron el tortazo que iba a soltarle. Se mordió los labios. Eso hizo que un punzante dolor ascendiese hasta su sistema nervioso central. Pestañeó. Ya había repartido suficientes hostias la tarde anterior. Y recibido.

Cogió uno de los libros, "El tesoro de Sierra Madre", leyó. Lo abrió y se giró con él en la mano como si leyese, tratando de mantener el control.

"Y entonces Morga le preguntó al chapero, ¿no se supone que eres tú el que toma por el culo? ¿Tienes la puta regla o no has follado esta noche con Robin? ¿Me aclaras a qué cojones viene eso? Morgana levantó la vista, pensando que quizás el cabrón maricón se había quedado con las ganas de que la hija de puta que tenía enfrente le devolviese el beso. O quizá en el fondo era un bastardo masoca al que le gustaba recibir no solo por detrás sino también que lo hostiasen".

La marine cerró el libro y se lo puso en el pecho a Daniel- Pues eso, ¿qué puta mierda te pasa ahora?

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17/07/2019, 11:08
Daniel Green

-Oh, bravo, Morgana. Qué magnifico ejercicio de originalidad. Si quieres aplaudo y todo. ¿Que qué me pasa? Que estoy harto de tu actitud para conmigo, de tus constantes insultos siempre en referencia a mi pasado. Que si chapero, que si maricón, que si basura, que si tengo la regla... ¿Tanto te molesta mi sola existencia? ¿Tú no tienes un pasado que echarte a la cara? Sí, ya sé. Nadie parece caerte particularmente bien, ni merecerse todo tu respeto. Y hablo del Morris. Pero cuando se trata de mí, te cebas. Y no es agradable escucharte y callar tan solo por no generar más mal rollo en casa. Ni sentirte infravalorado en lo que haces o dices de forma constante e insultado a la más mínima ocasión, en lo que parece ser ya un ejercicio de diversión personal. Por no hablar de tu necesidad de decirnos a todos qué hacer -dijo Daniel, pálido y serio-. Vale, en lo que aquí ha pasado, quizá haya metido la pata. No lo sé. No creo que haya hecho nada malo. Quizá intentar ayudar en un momento en el que quedaba bien claro que no somos familia. Sí, familia. Gente que habla entre ella, unida por lazos importantes y que tiene un proyecto común. Aquí todo el mundo parece ir a su puta bola, como si fuéramos gente que comparte un piso porque eso los hace algo más fuertes o menos débiles. Joder, ni siquiera sé que hago aquí. Quise acompañaros pero no tenía ni puta idea de por qué se venia aquí. Sí, podía haber preguntado, pero seguro que hubiera recibido una respuesta del estilo, métete la puta lengua en el culo que seguro que te gusta. En estos meses he aprendido a no preguntar, especialmente si estás tú presente. Pero también podríais haber dicho de qué iba todo esto y decirme que no interviniera en ningún caso -señaló sin especial acritud-. Da igual, por una razón u otra, esto no funciona como debiera. Y siendo sincero, creo que sobro en el Morris. Cosas como las ocurridas aquí, me lo demuestran -dijo al tiempo que miraba fijamente a la mujer-. Dime la verdad, Morgana, y no te cortes. ¿Quieres que me vaya del Morris? Si me dices que sí, hoy mismo recogeré mis cosas y me largaré. Y nadie sabrá que hemos mantenido esta conversación.  

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17/07/2019, 19:39
Morgana Whiterocks

Esta vez seguro que Daniel pudo apreciar la cara de creciente perplejidad que se le ponía a Morga teñida de cierto mosqueo mientras escuchaba y aguantaba el chorreo que le caía desde la boca y las entrañas del chico. No acababa de entender a qué venía esto ahora. Le recordó a los días de combate, cuando se pactaba una tregua con el enemigo y este a la mañana siguiente te sorprendía lanzándote toda la artillería de la que disponía.

Solo que aquí Daniel no era su enemigo.

La reacción visceral de la mujer hubiese sido darle dos tortas. Pero Morga había aprendido con los años a controlar ese temperamento tan violento que gastaba en su juventud. Control que en ocasiones saltaba por los aires ante una frase que recibía de mala hostia, igual que sucedió en la taberna de Sam el día anterior.

Aguantó la mirada preñada de ira de Daniel y, en esos pocos segundos, pensó que definitivamente al chico le había pasado algo. Sumado a la trágica muerte de Nick, se rompía por las costuras incapaz de gestionar el estrés. El problema estaba en que existían personas que apagan el fuego,  pero la marine pertenecía al grupo de las que echaban más leña.

O quizás lo había empujado hasta su límite.

-No eres tan jodidamente importante, capullo. Pero si eres una puta nenaza tan sensible que no soporta su pasado, o su presente, o que le suelten cuatro insultos, tírate al Hudson y no me toques los huevos con tus lloriqueos y lamentaciones porque me los paso por el puto coño.

Acortó distancia, sin indicio de ninguna agresividad.

-Y si lo que pasa es que has despertado y debajo de esa fachada de marica de culo roto resulta que tienes un par de cojones, bienvenido a mi puto mundo. En cualquier caso, no entra en mis planes que te largues, ni siquiera el cabrón farsante de Kane. Pero si te quieres ir con tu mierda a otra parte, lo hablas con la jefecilla a la que tú y su hermana votásteis tan alegremente.

Torció su habitual sonrisa- Aprovecha el puto te y las galletitas, que no se disfrutan todos los malditos días.

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23/07/2019, 00:23
Daniel Green

No lo entendía. O no quería entenderlo, que era peor.

Y por primera vez, creyó verla verdaderamente. Una actriz. Una vieja actriz que lo único que sabía hacer era reinterpretar una y otra vez aquel pequeño papel estelar que le supuso una fugaz fama a la que se aferraba porque era su única tabla de salvación. Una mujer solitaria, llena de cicatrices, aislada del mundo y de cuantos respiraban a su lado, que mantenía siempre un ojo alerta, el  alma adormecida y el corazón congelado. Atenta al peligro, inmune al dolor, cerrada al amor.

Los insultos, el desprecio y el asco no eran sino barreras para mantener todo a una conveniente distancia. Una aspirante a depredadora que tenía mucho de presa o de víctima, que pregonaba tener cojones pero que ante todo tenía la lengua larga. Y a la que cuando se le pedía que se pronunciara se escurría como una víbora entre la hierba, no sin antes escupir su veneno.

-Si no entra en tus planes, entonces me quedaré -dijo con una sorna chorreante. Después, la miró fijamente unos segundos. De la frialdad de sus ojos azules pasó a algo extrañamente cálido-. Y quizá logre salvarte de ti misma.

Sin darle opciones a una rápida réplica, se volvió y se dirigió a la silla que había abandonado para sentarse en ella. Sirvió la infusión aún caliente en las dos tazas.

-¿Infusión? Hace frío ahí fuera. Mejor calentarse aquí dentro y estar preparados para lo que venga.

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23/07/2019, 17:22
Morgana Whiterocks

Morgana puso los ojos en blanco. O Daniel era bipolar, o estaba poseído por un ente caprichoso, o ese día se había levantado con ganas de vacilarle para averiguar dónde estaba el límite de ella. Quizá, se le ocurrió, buscaba que la ex militar le soltara una hostia y de esa manera plantear al Morris que era primordial que Morga fuese expulsada del Centro.

"Si tú me tienes que salvar, ya me puedo morir".

Sintió un agudo dolor una vez más en el hombro izquierdo. Esta vez se le debió notar en la mueca de su boca que no pudo contener. Fue un segundo, y después siguió con la mirada al chico, mientras tomaba asiento y preparaba dos nuevas tazas de té o de lo que fuesen aquellos hierbajos.

Consideró que darle la respuesta adecuada los avocaría a un enfrentamiento dialéctico en bucle. A pesar de que ganas no le faltaban y encontrarse en casa de Anabela no la reprimía. Pero estaba harta de ver como el joven pasaba de actuar igual que un mocoso histérico a un gay ofendido, y por último al salvador de su alma.

Soltó un bufido.

-Estás como una puta cabra, capullo. Nicolás debería echarte un vistazo. -Negó con la cabeza- Siento curiosidad. ¿De qué me vas a salvar y cómo lo harás?

Notas de juego

Me ha gustado mucho tu turno, cómo has utilizado, unido y jugado con las palabras para elaborar las frases y dar forma a los pensamientos de Daniel ;)

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24/07/2019, 01:40
Trish

Trish se dejó guiar a aquella habitación. Al ver que era como un despacho se preguntó si debería sentarse, pero cuando Anabela empezó a hablar dejó aquello para centrarse en lo que decía la mujer. Asintió, consciente de que tenía razón: con Nick todo habría sido más fácil. Probablemente él habría llegado y habría sabido negociar en su nombre sin parecer su chulo, o se habría preocupado de saber qué quería Trish antes, o de decir qué cosas necesitaba el Morris. Cosas en las que ella ni siquiera había pensado. Y si las cosas se ponían tensas, le habría puesto ojitos a Anabela, o hecho algún chiste, y todos se habrían relajado. Nick era así. Y sin él, todos se habían quedado huérfanos. Tullidos, como Clarita, pero de una forma más difícil de ver.

Al ver la libreta y la estilográfica Trish se acercó, aunque sin ansiedad. Siguió escuchando a aquella mujer, y frunció el ceño con naturalidad al escuchar algo que no terminó de entender.

—No te veo como una enemiga —aseguró.

Durante un par de segundos pensó si seguir hablando, pero al final decidió apostar más por la franqueza y menos por los métodos de Jimmy.

—Una enemiga se habría aprovechado de las cosas que has dicho, y en las que tienes razón. Daniel ha hablado de más varias veces antes, él no sabe lo que Morgana me dijo, y probablemente ella no me lo dijo todo.

En lugar de empezar a apuntar Trish se tomó un momento para respirar. Se apoyó en la mesa, y habló más pensando en voz alta y con el corazón en la mano que con la cabeza.

—Yo he dicho en serio que lo haría gratis —aseguró—. Si no tuviera cosas que hacer esta tarde, empezaría hoy mismo. Pero entiendo que no quieras eso. —Hizo un pequeña pausa—. Mira, el trabajo puede ser tan fino como queráis. Desde una prótesis de madera o de plástico, a algo como lo de Ivan: una pierna que ella podría mover con pensarlo, automáticamente, como si fuera suya. Aunque el equipo para eso... —Trish negó con la cabeza—. No te lo tomes a mal, seguro que sois la hostia, pero haría falta como mínimo un par de cirujanos, ingenieros, sala estéril, ordenadores... —Miró a Anabela, intentando adivinar qué le parecía de lo que hablaba a través de su expresión.

—Queráis lo que queráis, con las armas e información sobre la Reina Roja, estoy servida.

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25/07/2019, 20:03
[Comunidad] Anabela Reyes

La mujer asintió levemente a las consideraciones que Trish puso en voz alta sobre sus compañeros, pero no agregó nada más al respecto. Después siguió escuchándola, hasta que terminó nombrando a la Reina Roja. Esa mención hizo que Anabela alzase un poco una ceja, sin dejar de mirar a la muchacha. 

Apunta todo lo que necesitarías —pidió, señalando el papel—. Conseguiremos todo lo que podamos y eso será lo que tendrás para trabajar con ello. ¿Podrías comenzar en una semana? ¿Te quedarías aquí hasta terminar el trabajo?

Una vez hubo comentado aquello se centró en las peticiones de Trish que habían llamado su atención. 

—¿Dices que quieres información sobre la Reina Roja? —repitió con un tono suave que no ocultaba que aquello la había intrigado—. No es nuestra aliada ni hacemos tratos con los irlandeses. ¿Qué quieres saber de ella?

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28/07/2019, 22:18
Trish

Trish asintió a lo primero que dijo Anabela y se dispuso a ir apuntando mientras hablaban. Después asintió a su siguiente pregunta, y a la de después.

—En una semana estaría bien, sí —enunció—. Y sí, yo creo que lo mejor es que me quede. Como esté yendo y viniendo puede alargarse mucho.

Mientras tanto dividió la hoja en cuatro partes: Prótesis fija (madera o resina), Prótesis articulada mecánica (resina) y Prótesis eléctrica (metal) y Prótesis mioeléctrica (metal). Después empezó a anotar debajo cada cosa que necesitaría. Las dos primeras columnas estaban llenas de material muy rudimentario, mientras que las otras dos tenían exigencias tecnológicas, como un ordenador. Incluyó también algunas cosas que le sería útil tener, pero no necesario, como los títulos de los libros que había usado como referencia cuando había trabajado para Iván.

—Por querer... —dijo mientras tanto—. Todo lo que se pueda saber. Cómo es su organización, qué hace y dónde... —En ese momento se sintió un poco ridícula. No quería decir explícitamente qué quería por si eso exponía demasiado, pero sabía que necesitaría ser más específica—. Y dónde tendría a alguien que no quisiera que fuese encontrado. Aunque si crees que no podréis averiguarlo como pago, puedo replantear las cosas.

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29/07/2019, 14:45
Daniel Green

Daniel alzó los ojos hacia Morgana y la miró como lo haría un profesor a un alumno particularmente torpe.

-Anda, siéntate y tómate este agua sucia -le pidió usando las que podrían jhaber sido perfectamente sus palabras-. Ya te lo he dicho antes. Te salvaré de ti misma -en esta ocasión su mirada estaba centrada en la taza que tenía entre sus manos y un esbozo de sonrisa pudo vislumbrarse en las comisuras de sus labios-. En cuanto a cómo voy a hacerlo -y ahora sí miró a Morgana-, no voy a decírtelo. En términos militares, ¿de qué sirve comentar a tu adversario tu estrategia? De nada. Además, puede que ni siquiera lo sepa yo mismo. Ya sabes, estoy como una puta cabra. Aunque la pregunta realmente buena hubiera sido otra. Por qué quiero salvarte.

Notas de juego

Gracias por tu comentario. Morgana es un buen estímulo para sacar lo mejor y lo peor de uno. ;)

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30/07/2019, 02:26
[Comunidad] Anabela Reyes

La mujer esperó con gesto tranquilo y paciente mientras Trish iba anotando todo lo que necesitaría en las distintas columnas. Mientras tanto, su ceja se alzó un poco más cuando la muchacha explicó mejor a qué se refería con su petición de información. Y cuando terminó, hizo una pausa de varios segundos antes de tomar ella la palabra. 

—La verdad, no creo que Quintero vaya a aceptar esa petición, Trish —dijo, sin andarse por las ramas—. La Comunidad es un lugar pacífico. Estamos preparados para defendernos y no nos tiembla la mano para hacerlo, pero no tenemos espías investigando las mafias, ni nada por el estilo. Me temo que no vamos a estar dispuestos a buscarnos problemas con los irlandeses para pagarte. Y no sé en qué andas metida, ni quiero que me lo cuentes... pero tú tampoco deberías buscarles las cosquillas. 

Hizo una breve pausa, dejando que Trish pudiese asimilar su respuesta, y luego le dedicó una sonrisa, pequeña pero cálida. 

—¿Hay alguna otra cosa que te interese? 

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30/07/2019, 13:39
Trish

Al escuchar la respuesta de Anabela Trish la miró un instante. Se sentía decepcionada y con una pizca de ganas de protestar. Lo que estaba pidiendo valía mucho menos que lo que iba a hacer, y lo sabía... Aunque entendía que no quisieran arriesgarse. Con un suspiro decidió aceptar aquello en lugar de insistir. Le frustraba no poder llegar un día de esos y decirle a Jimmy que ella misma había conseguido la información, y que sacarían a su hermana de allí. Cuando él lo hacía todo parecía mucho más fácil, desde luego.

—No estoy metida en eso—aseguró—. Querría hacer una cosa, pero sería después de acabar lo de Clarita, no te preocupes.

Guardó unos segundos segundos de silencio, pensativa. No había llegado allí con las cosas claras, a decir verdad. Pensó qué otras cosas podría necesitar el Morris. Sí, seguramente un frigorífico nuevo estaría bien... Aunque ella se había propuesto arreglar el otro tiempo atrás. Y hacer los walkie-talkies. Y tantas otras cosas. Y podría haber dicho cualquiera de esas cosas, pero un impulso hizo que hablase la Trish adolescente y no la que pensaba en el futuro. Además, qué diablos, siempre era ella la que pensaba en esas cosas, como al conseguir la bomba de agua para liberar el sótano.

—Una guitarra eléctrica con amplificador —afirmó, y se animó a bromear para quitar hierro a la conversación tras la cagada con lo de la Reina Roja—. Si alguien se niega a eso seguramente no será Quintero, sino los del Morris.

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30/07/2019, 20:06
Morgana Whiterocks

Morgana recurrió al recurso fácil: le alzó el dedo corazón a Daniel- Vete a la mierda, soplapollas. 

Ella no estaba para rollos sin sentido de un capullo flipado. Lo mismo la taza que se había bebido el chico le hizo efecto con la mierda del invernadero que se metía. No encontraba explicación para la actitud actual de Daniel ni se iba a molestar en buscarla.

-Debería haberte contestado que sí quiero que te largues. Recuérdamelo si surge una nueva oportunidad -se cachondeó.

Después se giró hacia la biblioteca de Anabela y continuó su inspección de los títulos que se ofrecían a su vista. * 

Notas de juego

*¿Encuentro alguna novela de cuentos o por ejemplo, Alicia en el país de las Maravillas? Si fuese así, Morga le pediría a Anabela si se lo deja para los críos. 

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30/07/2019, 21:13
Narradora

La mayoría de los libros que podían ver en la estantería parecían ensayos y tratados. En un lugar privilegiado estaba «El arte de la guerra», de Sun Tzu, y junto a él «El libro de los cinco anillos», «La inteligencia como disciplina científica», «Tecnología y defensa», «La guerra futura», «Tao Te Ching (El camino del Tao)», «Meditaciones de Marco Aurelio» y «Las 48 leyes del poder». 

En otro estante había algunos tratados filosóficos, «Ética a Nicomaco», «El discurso del método», «Leviatán», «Así habló Zaratustra», «Penúltimos días», «El capital», «El contrato social» y «El arte de sobrevivir». 

Más abajo podían ver un puñado de novelas para adultos, «1984», «El espía que surgió del frío», «Farenheit 451», «Trópico de cáncer», «El idiota» y «Un mundo feliz». 

Los más apropiados para los niños, tal vez, podrían ser las tres novelas que estaban en el estante más alto, relegadas a un rincón, «Mujercitas», de Louisa May Alcott, «Viaje al centro de la tierra», de Julio Verne y «Kim», de Rudyard Kipling. 

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01/08/2019, 21:41
Morgana Whiterocks

Morgana no recordaba haber leído casi ninguno de los libros que dormían sobre las estanterías. "1984" y "Fahrenheit", así como "Un mundo Feliz", sí, con ciertas lagunas. "El arte de la guerra" la hizo reflexionar, lo empezó cuando estaba con Benjamín, pero no llegó a la mitad. Sonrió al descubrir en lo más alto y finalmente lo que buscaba, si bien era un representación mínima. No hizo caso alguna de "Mujercitas". Ojeó "Kim", que no conocía, leyó el corto resumen de la contraportada, insegura de si algo así funcionaría con los chicos. Acabó por descartarlo, considerando que la mejor elección era la que tenía enfrente, "Viaje al centro de la Tierra", sin duda. Lo había leído en su pubertad y le encantó. Era aventura directa a las venas. También recordaba una película. 

Sí, les gustaría. Solo faltaba que Anabela quisiera prestárselo. Lo abrió al azar y comenzó a leer para sí misma el primer párrafo de la página izquierda.

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01/08/2019, 23:23
[Comunidad] Anabela Reyes

La sonrisa de Anabela se volvió algo indulgente al escuchar a Trish asegurar que no estaba metida en nada, pero no dijo nada al respecto, tan sólo asintió levemente con la cabeza. 

Sin embargo, la petición de la joven sí que pareció pillarla por sorpresa. Alzó las cejas y se le escapó una carcajada. No tardó mucho en recuperar la compostura, pero su sonrisa cortés se había vuelto divertida.

—Bueno, eso sí que podemos conseguírtelo —aseguró, sin necesitar pensarlo demasiado—. Puede que nos cueste encontrarlo, pero lo tendrás. 

Miró hacia el papel que había estado rellenando Trish.

—¿Lo tienes ya? Cuando termines déjalo ahí en la mesa y lo estudiaremos después. 

Ella parecía dar el trato ya por asentado y estar dispuesta a regresar al salón junto a los demás.

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04/08/2019, 16:48
Trish

Trish asintió con una sonrisa a las primeras palabras de Anabela antes de volver a echar un vistazo al papel. Especificó distintas opciones para materiales, como la cantidad de cosas que se ahorrarían en la prótesis de resina si consiguieran una impresora 3d. Después pegó un repaso a las cosas que había marcado para quedarse, dejándolo sólo en un par de herramientas que ya le iba tocando cambiar y el ordenador portátil. Finalmente añadió una breve descripción de los pros y los contras de cada prótesis antes de dejar el papel en la mesa.

—Listo —aseguró, poniéndose en pie y encaminándose hacia la salida.

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06/08/2019, 01:59
[Comunidad] Anabela Reyes

En ese momento Trish y Anabela regresaron al salón desde el pasillo. La mujer iba detrás, dejando que la muchacha abriese el camino. Daniel estaba sentado a la mesa, tomándose una taza de té y Morgana estaba junto a la vitrina, con un libro en las manos. 

Anabela le dedicó una mirada y una pequeña sonrisa a ambos antes de hablar. 

—Trish y yo ya hemos llegado a un acuerdo —informó, aunque no se entretuvo en dar detalles dejando que se encargase la joven de eso si quería—. ¿Tenéis algún otro asunto que tratar conmigo?

Notas de juego

Mi intención es cerrar esta escena antes de la pausa (el jueves), así que tenéis un turno para decir lo que se os haya quedado en el tintero y despediros ;).

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06/08/2019, 11:00
Morgana Whiterocks

Morgana se giró, entrecerró la mirada, primero hacia una mujer, luego a la otra. Asintió con un ligerísimo cabeceo en dirección a Trish.  No dijo nada en relación al acuerdo, la peliazul explicaría después, y no iba a sacar nada en claro de Anabela, desviaría la atención y, justamente, la remitiría a la inventora. “Bien”. Anabela era el tipo de persona en la que, en un principio, quería confiar, sus acciones y conversaciones la empujaban a ello, si bien tenía claro que lo primero para la mandamás era su Comunidad. Por supuesto, nada que objetar. Supuso que no sería un mal trato. Pensó de forma optimista, les convenía a todos esa buena relación establecida hasta ahora.

Le enseñó la novela de aventuras a Anabela- ¿Me lo prestarías? Te lo traigo el sábado próximo. Creo que  gustará a Shami y Lincoln. La chiquilla y el niño del Morris –puntualizó, aunque seguro que Anabela estaba al corriente a través de Nicolás y del propio Nick. Igualmente le señaló esa circunstancia.