Partida Rol por web

Maxwell recogió su varita y se repantigó como pudo en la silla, la cabeza colgando tras de sí, mirando al techo e imaginando con todas sus fuerzas que así se encontraba confortable.

Solo las gemelas se atrevieron a romper el silencio en el aula, avisando de sus planes. El niño levantó el brazo y lo agitó perezosamente como despedida. Puede que fuera al lago, pero más tarde. Primero quería pasar por la biblioteca. Tenía una conversación pendiente con Booky, y quería aprovechar para preguntarle algo más.

Cuando no le quedaban fuerzas para engañarse sobre la comodidad de su postura, se incorporó poco a poco, crujiendo como una casa antigua. Sin añadir otro ruido al silencio, salió de allí.

Kendra se escabulló de la clase, tras ver que Asterope tambien lo hacia sin dirigirle la palabra. No se enfadó ni la culpo. Podia entenderla. Se acerco entonces a Lincoln, el unico de sus amigos que habia alli, seria- Me voy, Linc. He quedado con Ithan. Creo que esta noche deberiamos intentar hablar con Aste. Me preocupa. - fue lo unico que le dijo, dedicandole un gesto compungido.

Y despues salio del aula, sin despedirse de nadie, excepto de el, en direccion al lugar en el que habia quedado con Ithan.

Linc ya tenía las cosas guardadas antes de acabar la clase y aún así, la más rápida fue Asterope, le joven Siral la miró pero no dijo nada, ya tenia suficiente con sus problemas, no estaba para meterse en el de los demás, entonces fue cuando Kendra decidió acercarse a hablar con él.

Tras sus palabras solo pudo decir un rotundo y seco -No- Miró a la Lestrange y cogió la mochila -Que vaya bien con Ithan, si queréis hablar, hablad vosotros con ella- Tras éso dio al espalda a su compañera y salió de clase.

Oyó la sugerencia de las gemelas pero negó con la cabeza.

-Pasadlo bien, pero yo tengo otros planes- les dijo antes de que se fueran- espero no meterme en un lío.

Salió de allí con esa idea en mente.

Aquella clase sería impartida por el director Lupin. Cuando todos los alumnos se habían sentado ya en sus pupitres, Lupin tenía junto a él un gran cofre y un enorme libro que pertenecía a la clase que iba a impartir.

Buenas tardes, jovencitos. Dijo mostrando un rostro cansado a todos los alumnos. Imagino que todos estaréis un poco mejor después del tiempo que ha pasado ya desde Halloween, en vista de que nadie ha venido a verme para buscar consuelo, intuyo que estaréis todos mucho mejor. De todas maneras, podéis dormir a gusto ya. Hemos patrullado una y mil veces los pasillos del colegio y no hay rastro de nada sospechoso, así que intuímos que lo que atacó ya no está. En cualquier caso, aún mantendremos la vigilancia. Además, la lechucería ya está abierta y el Ministerio nos ha mandado una nueva bandada de lechuzas para que podais escribir a vuestras familias.

Por lo demás, vamos a seguir con la clase de Encantamientos. Dijo abriendo el gran libro que tenía junto a él. El conjuro de hoy va a ser el "Colloportuss" que aunque no esté la profesora Green, os lo mostraré yo.

Lupin se puso en pie para acercarse al enorme baúl que había junto a él. Después se puso en cuclillas y señaló la cerradura del arcón y dijo las palabras de aquel nuevo conjuro: "Colloportus baúl" . El baúl se puso a brillar durante unos segundos, especialmente la cerradura, para después no mostrar ningún otro signo aparente.

El conjuro de hoy os servirá para estar un poco más seguros en vuestras habitaciones y para asegurar vuestros objetos. Cualquier cosa que se pueda cerrar puede ser objetivo de este encantamiento. Se quedó mirando a los alumnos. Probad con vuestras mochilas, o con cualquier cosa que llevéis con vosotros. ¡Ya veréis lo eficaz que es!

Una vez lanzado este conjuro, nada ni nadie lo podrá volver a abrir salvo quien lo ha lanzado. Él será el único mago capaz, y si encima le añadís un conjuro de Alarmir, entonces os daréis cuenta de quién está tratando de forzarlo. ¡Vamos, queridos alumnos! ¡Que comience la diversión!

Morpho fue el primero en llegar a clase. Según el profesor, todo lo acontecido días atrás era agua pasada. Él no dudaba de los hechos, pero sí de sus palabras, de todos modos, ¿quién era él para no creerle?

¡Hola señor!

Pensando en cosas más importantes, pudo ver cómo Lupin les enseñaba un conjuro directamente relacionado con los robos. 

A este paso vamos a tener que guardar nuestras cosas en una sala común, porque parece que estamos rodeados de ladronzuelos.

Apartó a un lado su mochila para dar paso a la parte práctica. Apuntó a la cremallera y dijo:

¡Colloportuss!

Tenía toda la pinta de haberlo conseguido.

Li entra en la clase y como siempre hace saluda al profesor, en este caso el directo Lupin con una inclinacion de cabeza mientras dice:

- Buenos dias profesor.

Era cierto que era por la tarde pero aun se confundia con las expresiones de saludo a las diferentes horas, tras esto camina hacia su escritorio y se sienta atenta a lo que el director les dice sobre que ya pueden enviar correspondencia, esto le alegra ya que por fin iba a poder ponerse en contacto con sus padres y estos con ella que no habia recibido ninguna noticia el dia de su cumpleaños y tal vez por eso no se entero de nada de lo que habia sucedido.

Li mira atentamente lo que hacia el profesor y asiente, tenian que cerrar algo y realmente no sabia que hacer, asi que mira el bolsito que lleva con sus libros y cosas, lo coloca encima de la mesa y ceremoniosidad saca su varita, una varita de color rosado que apunta mientras dice:

-¡ Colloportuss bolsa!

Mueve la varita tal y como habia hecho el profesor y espera el efecto, esperando haberlo hecho bien aunque siente que le ha salido bastante bien, a fin de cuentas las clases de encantamientos son las que mejor se le dan 

Aunque había escuchado los rumores de que Helen seguía internada en San Mungo, al entrar en clase Mircea estaba convencido de que vería a la gnoma, que como mala hierba, estaría ahí; pero no, era el director quien ocupaba el frontal de la clase esperando a que llegaran todos los alumnos.

Se sentó en primera fila y depositó sobre la mesa el sombrero que se había quitado al entrar en clase. Dejó la varita a un lado mientras sacaba con su otra mano el libro de la asignatura: Encantar y encantamientos encantados, de Filius Flitwick. Apartó un poco la silla haciendo hueco a Daphne cuando ella también llego.

Al escuchar al profesor recordó que hacía ya unos días que su lechuza había vuelto tras su viaje a Londres; Ferenc era el único superviviente, junto al gran ave de la profesora Luna, que había conseguido escapar con vida de la masacre de la lechucería. 

Tras las instrucciones adecuadas, la lectura necesaria y haber practicado lo suficiente el conjuro nuevo, Mircea sacó un pequeño cofre de su sombrero que dejó sobre la mesa. Miró a Daphne y la sonrió levantando solamente una comisura de los labios, en una mueca que parecía decir: por intentarlo... Tocó el cofre con la varita y murmuró: Colloportuss Supo que no lo había logrado. Guardó aquel objeto de nuevo en el sombrero y se fijó en como lo hacía su amiga.

Daphne entró en clase de Encantamientos junto a Mircea. Le sorprendió ver que la profesora Green aún no estaba. ¿Estaría fingiendo seguir enferma para no tener que responder a todas las preguntas que tenía la gente? No, no podía ser eso. Nadie era tan ruin como para fingir ese tipo de cosas. O eso era lo que pensaba Daphne, al menos. Lo de las lechuzas no le gustó mucho. Seguía habiendo una bestia suelta controlada por un psicópata y ¿le traían más víctimas? Pésima idea. Esperaba que las pobres lechuzas nuevas no sufrieran ningún ataque.

Se sentó junto a su amigo y atendió al director, que les enseñó un conjuro de lo más útil para mantener sus secretos a salvo. Primero vio cómo lo intentaba Mircea con un cofre que sacó de su infinito sombrero. Pero no parecía tener mucha maña para Encantamientos. Arrugó la boca con gesto de pena-. La próxima irá mejor –le dijo sonriendo mientras probaba ella con su mochila.

- Colloportuss –pronunció mientras apuntaba con la varita. La tela brilló igual que había ocurrido con el baúl del profesor, así que Daphne imaginó que lo había conseguido. Se puso muy contenta, porque últimamente lo sacaba todo a la primera. ¡Las ventajas de levantarse con el ánimo al máximo!

No fue de los últimos en llegar pero si se rezagó un poco. Pasó junto a Morpho y junto a Mircea. Cuando estaba al lado de Daphne se paró para decirle acompañando sus palabras con una sonrisa pícara: Espero que esta vez me salga, aunque no me importaría mucho volver a quedarme contigo.- Dicho eso James se sentó junto a Lì.- Lì, ¿si sigues estando dispuesta, al final de la clase podemos repasar el hechizo de transformaciones? - Ahora sacó su mochila y su varita. Apuntó firme y realizó los pasos del profesor medianamente bien.- Colloportuss.- Su mochila solo lanzó un destello cortísimo no como los de Daphne, Lì o el profe.- Parece que esta vez estoy más atinado. Mircea, Morpho, si queréis ayuda no tendréis ni que preguntar.

Sam entró en clase y tomó asiento. Sabía que la profesora Green no iba a dar la clase, así que esperaba que fuera un profesor mínimamente interesante. Pero sufrió una gran decepción.

La charla sobre Halloween la aburría demasiado. Todo el tiempo se hablaba de lo mismo, y ya la daban ganas hasta de bostezar. Pero, como sabía que no estaría bien visto, se contuvo. Tamborileó con sus dedos sobre su pierna, mostrando su impaciencia.

El conjuro parecía interesante. Seguridad en sus pertenencias. Otro conjuro que merecía la pena conocer...

Colloportuss Mochila murmuró, apuntando. El conjuro brilló, con menos intensidad que el baúl del profesor. El conjuro había funcionado.

Sara entró distraida a la clase. No había ido a comer porque se había perdido. Otra vez. Se rascó la cabeza y buscó sitio para sentarse cerca de Daphne.

Miró a la puerta, asustada. ¿Volvería la profesora Green? ¿Sería la sirena? Un escalofrío le recorrió el cuerpo cuando escuchó los pasos del profesor Lupin y, al entrar, suspiró tranquila.

Con el ceño fruncido, observó y escuchó al profesor. Algo indignada, le hubiese gustado preguntar por qué no habían encontrado al culpable, o por qué no lo habían identificado. Pero no abrió la boca al ver la complejidad del conjuro.

Puso su mochila en la mesa y agitó la varita. Colloportuss dijo, pero la mochila no funcionó.

Ooh...

Que el profesor Lupin sacase el tema de Halloween me parecía absurdo, sobretodo teniendo en cuenta que querían que la gente se olvidase del asunto. Pero obviamente, no dije nada, además, era mejor soportar las meteduras de pata de Ted Lupin que no aguantar a la gnoma con cara de pedo.
Cuando comenzó a explicar el encantamiento, una sonrisa traviesa se adueñó de mi rostro. Si conseguía dominarlo, podía asegurarme muchas muchas risas.

- Colloportuss mochila. -Apunté a la mochila con la varita, tan concentrada como pude. Tenía que aprenderlo como fuera. La mochila brilló, y con ella, mi sonrisa. Cogí la cremallera y traté de abrirla, no consiguiéndolo.- Genial. -Volví a sonreir traviesamente.

Ante el comentario que le hizo James, Daphne no pudo evitar sonrojarse y sonreírle tímidamente, aunque algo confusa-. Ah, va... eeh... vale. Pues suerte –le dijo, mirando de reojo a Mircea, sin saber muy bien dónde meterse.

Siguió con el sonrojo hasta que vino Sara, a quien recibió con sorpresa y preguntándose dónde había estado-. ¡Sarita! Ven, acércate –Cuando vio que su amiga no pudo sacar el conjuro, le pasó un brazo por los hombros. Ya era el segundo del día que le salía mal. Además, el profesor Lupin le echó una bronca por no haberse presentado a la recuperación-. Bueno, tú no te preocupes, ¿vale? Que ya verás cómo a la siguiente te va mejor y aprendes los dos sin problemas. Te ayudaré. ¡Y Lupin se tendrá que tragar sus palabras! –le dijo con un abrazo mientras le acariciaba el pelo. Cuando se soltó, le preguntó-: ¿Practicaste el Mejoratem de Transformaciones cuando me fui? ¿Qué tal?

Luego le dedicó una sonrisa de aprobación a Morgana, que sacó su Colloportuss sin mucha dificultad-. ¡Muy bien, Morgana! Por cierto, nos has abandonado a la hora de comer, ¿eh? –le dijo en broma sacando la lengua.

Daphne recordó entonces que había algo que tenía que hacer ese día. ¡Las cenizas de Nimu! Iba a ir al lago para echarlas al agua y, ya de paso, practicar algún conjuro que tuviera atrasado-. ¿Alguien se apunta a venir al lago? Voy a ir ahora mismito antes de que oscurezca –preguntó a la clase-. Mir, si te vienes, te ayudo también a ti con el Colloportuss -le dijo a su amigo.

Morpho felicitó a su compañera por haber logrado el mejor conjuro.

Después, se dirigió hacia donde estaba Sam y le recordó una cosa:

¿Te parece que me enseñes ahora el conjuro morfetium?

Gracias James, fue la sucinta respuesta al viperinilor. Había dejado atrás los días de clase en que evitaba recibir ayuda de nadie, que duró casi todo el año pasado; aunque ahora seguía prefiriendo sacar los conjuros por su cuenta, si uno era muy difícil, acababa claudicando y buscando ayuda, pero como no era el caso con los conjuros de encantamientos, no malgastaría el tiempo de uno de los pocos chicos majos de Slytherin.

Acabada la clase, el chico recogió con rapidez: libro dentro del sombrero, sombrero a la cabeza y varita dentro de la manga. Inclinó brevemente la cabeza en dirección a Lì hua, en señal de felicitación  y después sonrió a Morgana. Finalmente se volvió a Daphne, no hace falta, ya has pasado toda la mañana ayudando, podemos dejarlo para otro momento. Si es que él no lo sacaba antes por su cuenta... Pero te acompañaré. No estaba seguro si Daphne aún guardaría las cenizas de la lechuza que habían incinerado hacía dos semanas, pero sabía que el lago significaba mucho para la chica.

Li sonrie levemente al ver que el hechizo le sale bien, pero cuando el director le felicita no puede evitar sonreir y ante sus palabras agacha la cabeza mientras dice:

- Muchas...muchas gracias profesor

Al parecer los chicos pensaban ir al lago, ella solo fue un par de veces y le apetecia ir, asi que cuando James le mira dice:

- Si, pero si quieres podemos ir al...lago si al lado con los demas

Cuando los compañeros le felicitan agacha un poco al cabeza mientras dice.

- Gracias, muchas gracias

Sam miró extrañada a Morpho.

¿El morfetium no te le había enseñado ya? Me suena que sí

Sara se puso roja como un tomate y agachó la cabeza ante la bronca de Lupin. Si el profesor hubiera querido escucharla, un murmullo salió de sus labios diciendo La profesora Green me da mucho miedo reconoció, por eso no había ido a la recuperación.

Daphne llegó para consolarla, pero no fue hasta que Lupin se marchó realmente que no volvió a levantar la cabeza. El conjuro me salió bien, se me puso el pelo blanco también sonrió. Yo voy al lago, así aprendo este conjuro y no me dicen nada más...