Partida Rol por web

Miré entonces a Linc que acababa de utilizar el arma que mejor se le daba para atacar a los Huffies, la ironía y la burla. No pude reprimir una carcajada. Cuando me dijo el campo de quidditch me resultó como si se intentara burlar, pero en ese momento no presté atención a su forma de dirigirse hacia mí y le dije.- No hay otro lugar mejor para reunirse.- Ya que estaba en calma y era como mi lugar espiritual.

Asterope escuchó irritada cómo Neil seguía cargando contra los Slytherin. Pero esta vez prefirió callarse. Estaba claro que era imposible dialogar con esa gente. Luego los malos somos los Slytherin. Justo cuando el chico se dio la vuelta, resonó una imponente voz de hombre en el aula que le hizo sobresaltarse. Vio a Kendra con la varita fuera y supuso que había sido ella la autora del sonitus.

Después de un par de amenazas e insultos más por parte de Anthony y de Linc, que ya tardaba en saltar, Asterope empezó a recoger sus cosas. Ese lado malvado e hiriente de su amigo no le gustaba mucho, pero entendió que, por el calor del momento, no podía controlarlo. Bueno, están enfadados por lo ocurrido, le dijo a Linc, cuando se dirigió a ella. Es normal que sientan rencor, pero no entiendo por qué cargan contra nosotros, si no hemos hecho nada malo. Va, mejor será olvidarlo y seguir a lo nuestro. Vio que sus compañeros se estaban yendo. Definitivamente es mejor marcharse, sí. Hay demasiada tensión en el ambiente.

Vio que Linc estaba haciendo planes con Anthony y le dijo que ya querían luego en el lago. Lo miró con cara medio divertida medio de reproche. ¿En el lago? ¿No íbamos a ir a la biblioteca? Menuda cabeza tenía el chico... Eso o intenta hacerse el despistado, a ver si yo no me acuerdo. Vale, sí, ve con Anthony, anda. Para un momento en el que esos dos olvidaban su enemistad, no sería ella quien se interpusiera con quejas. Pero luego tenemos que practicar el hechizo, ¿eh? Que me lo prometiste.

Cogió su mochila y marchó directa a la biblioteca, no sin antes despedirse de la gente.

-Sí sí- decía mientras se alejaba de Asterope con Anthony "Mierda... se ha acordado de la biblioteca..." -Nos vemos allí- Se despidió de su compañera con la mano y miró a Neil una última vez, sonrió como a él le gustaba y se marchó por la puerta.

Serpientillas estiradas asquerosas.
Dijo ofendido de que le dejasen con la palabra en la boca y marchándose de clase.

Me detuve un instante en la puerta, mientras Linc y Anthony seguian cruzando descalificaciones con los Tejones. Negué levemente, como unica señal de que aquello no era lo correcto. Y, acto seguido, me dirigi a Asterope, negando- Yo voy a ir al patio. Tengo que escribir a mi familia. Aun no les envie ninguna lechuza. Venid si quereis, o si no nos vemos mas tarde.. - dije para todos, antes de abandonar el aula.

Ya habia tenido suficientes tonterias.

Maxwell asintió en silencio al conato de pelea. No llegó la sangre al río,  y no hubiera estado tan mal que lo hubiera hecho; a pesar de disfrutar de la tranquilidad de ese instituto, la perspectiva de partirle la cara a algún niñato le hacía cosquillear la piel de los nudillos.

No, no se pasó de las amenazas, algunas que había oído antes. Uno de los chicos de la otra casa parecía el retrato robot de un matón, pero uno estúpido, que perdía el tiempo escupiendo amenazas. Una amenaza es ridícula si no está respaldada por una buena hostia, a ser posible literalmente, contra la cruda realidad.

La actitud de la profesora no le sorprendió en lo más mínimo. Era una mierdecilla, como la mayor parte de profesores, a la que no le importaba lo más mínimo que sus alumnos aprendieran, o que cuando salieran del colegio y llegaran a sus casas no los recibieran con ayuno y palizas. Adultos despreciables que se arrastraban entre niños por sus miserables salarios, quemando las herida supurantes de la clase para cauterizarla, rogando que solo fuera una en lugar de un aula llena de ellas.

Al menos, eso era lo que hubiera pensado si hubiera sido capaz de articularlo. Los profesores gustaban de los alumnos fáciles, y trataban de aplastar a los complicados.

Niños como sus compañeros podían rebelarse, hasta que se daban cuenta de que era inútil. Los de la otra casa perderían esas putas expresiones de imbécil pagado de sí mismos en cuanto dieran con un profesor a quien no le cayeran en gracia.

A quién le importaba la mierda de los puntos o la mierda de las casas. En el fondo, se había divertido en esa clase; era algo nuevo para él, y lo único que importaba de verdad.

Los alumnos empezaron a irse cada uno por su lado, y Maxwell decidió hacer lo propio.

Las cosas fueron a mayores, algunos alumnos se alteraron e incluso increparon contra la profesora. El propio Matt vio que la profesora no era justa, pero tampoco iba a defender la aptitud belicista de sus compañeros... no parecían tener muchos modales. Y al fin y al cabo desde el momento en que algunos comenzaron a lanzar hechizos sin miramientos supo que la cosa iría mal.

-Otro que se marcha- dijo a los pocos que quedaban. 

Ni siquiera sabía si le importaría a alguien, no conocía a casi ninguno, ni siquiera a los de su misma casa. Asñi que se fue de allí, ya había acabado en ese lugar.

Aiden se había mantenido callado durante la discusión, sin importarle lo que decían los alumnos de Hufflepuf Serán lloricas... No merecen la pena, que pataleen todo lo que quieran, así no conseguirán más puntos Lo único bueno es que Linc y Anthony se habían aliado para meterse con ellos y tal vez esto pudiera ayudar a que por lo menos no se pelearan entre ellos.

Terminó de recoger sus cosas y salió de la clase sin saber que hacer realmente. No tenía nada que repasar y ninguno de los planes de sus compañeros le apetecía, así que simplemente se dirigió a la habitación Me daré un baño relajante antes de la cena

La clase acabó siendo un caos. Los Hufflepuff se lanzaban hechizos a diestra y siniestra como si fuera una manada de chiquillos. Sólo atinó a mirar adelante, esperando que culmine ese espectáculo horroroso. La explosión lanzada por la profesora, sobresaltó un poco a la niña, pero le alegro que con ello culminara todo. 

100 puntos!!! No lo puedo creer!!! Aunque era hora ya...Sabía que había hecho un buen trabajo y le sorprendió gratamente la premiación. Sintió un leve escalofríos a nombrar su profesora a su tía abuela y solo a atinó a agachar levemente su cabeza, grácil de manera educada agradeciendo el cumplido.

De pronto, la exasperación de ese chico Neil, la provocación y la pérdida de templanza. Ella no dijo nada, sólo atinó a tomar sus cosas y salir de la clases con una sonrisa torva disimulada en el costado de su comisura.

Amon entró en la clase y buscó sentarse junto a Morpho como le había dicho en el comedor, escuchó la explicación de la profesora Green y se quedó bastante sorprendido ante la finalidad de este hechizo, y más aún cuando demostró que podría hacer lo que quisiera con el pobre elfo- Es mucho mejor que el Agottatem -pensaba mientras miraba el efecto. Cuando pudieron empezar a practicarlo se giró hacia Morpho. 

-Vamos allá -dijo, moviendo la varita- Morfetium Morpho -y el hechizo salió de la punta de la varita hacia Morpho. Aun así, se acercó para despertarle si es que se había quedado dormido, no quería que perdiera la oportunidad de hacer el conjuro, si hubiera sido Joey le habría dejado ahí toda la clase.

Entré aún malhumorado por lo que había sucedido minutos atrás, pero pronto tendría que pasar página y procurar que no sucediera lo mismo.

Esta clase no me disgustaba demasiado, tenía acción y por eso me gustaba. La profesora no es que fuera de su agrado, no obstante admitía que era una gran maga, de hecho era de Slythering, no podía esperar menos.

Tras ver y valorar el repertorio de movimientos de ella, ví cómo Amon me lanzaba su conjuro. Levanté mi varita y pude evitar quedar tan dormido como el elfo.

Ahora le toca a un servidor - dije sin mucha confianza.

¡Morfetium!

Parece que esta asignatura se me va a atragantar también.

Oliver entró a clase, seguido de un tintineo poco habitual en el. Sabia que la profesora Green era bastante estricta, asi que prefirio sentarse cuanto antes y no llamar la atencion.

Dejo la mochila cuidadosamente en el suelo, en un lugar en el que nadie pudiera tropezarse o estropearla y, acto seguido, miró a su alrededor, esperando a que los demás aparecieran por alli. Era curioso, pero solo Amon y Morpho parecian haber llegado. Alzo una mano, discreto, saludándolos a ambos y se detuvo a escuchar atentamente la explicacion de la profesora.

Intentaria no fallar esta vez, aunque lo cierto es que Oliver estaba notando el cambio de año.

Afortunadamente, Mircea llegó a tiempo, tal y como habia predicho asi que, en cuanto el Huffie tomo sitio a su lado, se giró hacia él, varita en mano:

-¿Listo? - le preguntó, apuntando con su varita a su amigo- ¡Morfetium Mircea! - exclamó. Sin embargo, de repente, la nariz comenzó a picarle y, para cuando fue a lanzar el conjuro, se vio intentando taparse la nariz con la otra mano para no estornudar delante de la profesora Green. El giro de su muñeca fue nefasto y cualquier parecido con el gesto que habia realizado la profesora fue pura coincidencia.

Justo acababa de traspasar el umbral cuando la puerta se cerró a su espalda. Mircea se apresuró en irse a sentar al lado de Oliver. Por poco no se había quedado fuera.

Saludó con la cabeza a todos los que estaban en el aula y se dignaron en dirigirle una mirada. Había alumnos con los que nunca se había relacionado y seguramente nunca lo haría.

Prestó atención a la profesora y practicó el hechizo a conciencia. No se sentía demasiado cómodo con él. La sola idea de poner a dormir a alguien y que éste no pudiera despertar resultaba tan perturbador. Se imaginaba sumido en sus pesadillas sin posibilidad de escapar. Sabiendo que los malos sueños se repetirían cíclicamente hasta provocarle un ataque al corazón. Cuando Oliver le apuntó con la varita, Mircea aspiró hondo. Sus pulsaciones empezaban a subir y no era capaz de relajarse. Asintió con la cabeza, dándole el visto bueno. Cuando vio que su amigo no acertó con el hechizo, consiguió espirar, ya algo más tranquilo.

Al levantar él la varita, sin muchas ganas de conseguir sacar el conjuro, murmuró: Morfetium Oliver Su varita demostrando conocer de sobra a su dueño no reaccionó. Sonrió levemente por primera vez por haber fallado un hechizo.

Cassius llegó a clase, con su habitual porte elegante y estirado. Nada más entrar, dejó la mochila a un lado, y tomó asiento observando a la profesora Green. Esto solo hace que mejorar. Pensó al verla, y miró a sus compañeros, entre ellos los Hufflepuff, pero no dijo nada. Sabía como se las gastaba la profesora. Asi que prestó atención, observando a la profesora, y aquel conjuro si que le pareció realmente interesante.

Cuando les invitó a practicar, se puso en pie, tal y como le había dicho a James y le apuntó con la varita. ¡Morfetium James!  El conjuro salio con fuerza y potencia hacia James, bajo la sonrisa orgullosa de Cassius.

Daphne entró en clase y, como de costumbre, se sentó con Sara. No tenía ganas de nada, y esa profesora le quitaba más las ganas aún si es que podía ocurrir. Observó algo distraída todo la explicación, pero no "entendió" el hecho de que pudiera hacerle algo, estaba densa mentalmente.

Cuando llegó la hora de practicar, movió la varita y realizó el conjuro- Morfetium Sara -dijo antes de conseguir lanzar el conjuro. Al ver que tenía éxito, no pudo evitar intentar despertar a su amiga, si es que se había quedado dormida.

Lo que faltaba, entre el Confundus y este hechizo, no voy a poder volver a practicar un conjuro en mi vida.

Estaba despistado cuando escucha su nombre por parte de Cassius. Me doy media vuelta pero el hechizo me da quedando profundamente dormido.

Buenas noches... Pensó, acercandose hasta James y poniendose de cuclillas junto a él. Este curso lo tengo amargado... Frunció el ceño, dandole un par de golpecitos en la cara. Hora de despertarse, James. Vamos, te prometo que la próxima vez no te usaré de diana...

Y volvió a darle un par de golpecitos en la cara, esperando a que se despertara.

Ardeen llegó a clase y empezó a temblar, esa profesora la daba pánico. Escuchó atentamente las indicaciones, quedándose quieta e intentando asimilarlo todo. Luego, miró a sus compañeros, y decidió probar con una serpiente, para variar. Morfetium Sam- dijo con soltura, y notó que realizaba mal el giro de la muñeca.

Déjame, 5 minutos más, que estoy muy agustito - digo en el intento de despertarme de Cassius.

Cuando finalmente, abro los ojos, veo a Cassius y comienzo a recordar.

Vamos, que no he conseguido detenerlo, ¿no? - digo con burla, mientras me pongo las manos en la cara.

Parece que me toca a mi - digo recogiendo la varita y apuntando a Cassius

Morfetium Cassius