Partida Rol por web

Diana entró en la biblioteca acompañada por Eli y seguida desde una prudente distancia por Gwen, que a pesar de haber entablado conversación en más de una conversación seguía manteniendo su aire distante y altanero... cuestiones que lejos de importunar a Diana, hacía que insistiera en entablar amistad con la pelirroja.

- Pues la verdad es que nunca imaginé que las sirenas fueran así... - hablaba con Eli justo antes de entrar- bueno vamos a ver que encontramos- añadió bajando la voz, Diana solía ser muy respetuosa con las normas de manera que se dirigió hacia el bibliotecario con su radiante y sincera sonrisa- Buenos días señor Booky- le dijo en un susurro acentuando su sonrisa- Hoy nos ha dado clase una sirena y nos ha pedido que hagamos un trabajo sobre ellas... podría indicarnos donde buscar, si lo hago yo voy a tardar el doble y me he propuesto sacar buenas notas.

Buenos días, pequeña, saludó Booky a Diana, a la vez que abarcaba con la mirada a las otras dos chicas que parecían conformar la comitiva. Al ser Diana la que se había dirigido a él, fue en ella en quien se centró.

La gente del agua, confirmó el bibliotecario con la cabeza. Son unos seres increíbles.

La vida de Booky aunque no demasiado larga no había sido carente de aventuras. Recordaba el año que había pasado viviendo en las ciudades de la gente del agua y todo lo que aprendió allá abajo.

Puedes buscar mucha información en la sección de Cultura Mágica en Sociedades No Humanas, y también en las estanterías de Historia de la Magia. Seguro que si buscas en otras zonas, encontrarás auténticas joyas, dejó caer el elfo libréstico con una sonrisita.

Tras indicarle como llegar a las secciones nombradas, Booky juntó las manos y se quedó mirando a Diana, esperando por si la niña tenía alguna pregunta más.

Asintió a las palabras de Diana. En el mundo muggle las sirenas poco tenían que ver con eso, y seguramente Diana tendría la misma concepción que ella.

-Reconozco que no se parecen en nada a lo que me esperaba... pero me ha gustado ver como son realmente. Por lo menos no nos hemos quedado otro año sin conocerlas.

Al ver como el bibliotecario, otro ser extraño de los que no había en el mundo muggle, les indicaba donde buscar sobre las sirenas Eli se lo agradeció.

-Muchas gracias, señor Booky, sin su ayuda podríamos haber estado horas buscando.

Se acercó a la zona que el extraño ser les señaló, concretamente en la de Cultura Mágica en Sociedades No Humanas y se dispuso a buscar.

-Vamos, Di, a ver qué encontramos. Yo buscaré en esta zona.

Fantastico. Ha sido muy educativo, muchasa gracias señor Booky sin mas Neil se despidio desde detras de los otros alumno. Se habia quedado embobado pensando en sus cosas.

Le dio mucha vergüenza el haberse quedado allí plantado como un tonto y retrasar el trabajo del elfo, así que salió de la biblioteca sin llamar la atención.

Había sido una semana bastante relajada. Los alumnos empezaban a tener recuperaciones y parecía que los libros de texto de las asignaturas les valía para estudiar lo necesario.

Además, recordando el inicio del curso y el mes que estaba cerca de acabarse, había cosas que merecía la pena recordar. Los Ravenclaw que casi siempre solían ser los que llenaban las sillas de la biblioteca, habían sido sustituidos por Slytherin y Hufflepuff, que ahora conformaba la mayoría de alumnos que iba a la biblioteca, se quedaba a estudiar o sacaba libros. Ravenclaw claramente había menguado en su bibliofilia, pues ninguno de los nuevos había aparecido por allí. Booky sabía a ciencia cierta que las estanterías que los águilas tenían en su cala común no era comparable a la gran variedad que la biblioteca contenía.

Tras abrir la biblioteca, limpiar mágicamente el polvo que podía haberse aposentado por la noche y recorrer los pasillos para consolar algunos libros que se sentían solos y olvidados, Booky abrió las puertas de la Sala del Saber de Hogwarts: la mejor biblioteca de todas las islas del norte de Europa.

Subido sobre su taburete alto y enfrascado en un gran tomo escrito en un idioma que le estaba costando descifrar, Booky conseguía prever la entrada de los alumnos. Levantaba el rostro y sonreía con el alma, el corazón y toda la alegría del mundo a todo niño y niña que buscara paz en el santuario de las letras.

- ¿Para mí? - El chaval salió de la clase de duelo, y viendo la hora que era, supuso que los chicos que fueron al puente, ya habrían marchado de allí para ir a comer, cosa que le fastidió. Pero las obligaciones, eran las obligaciones, y eso incluía ayudar a sus compañeros de clase con los conjuros. Tomó lo que Kendra le acababa de entregar, aquella lamina de papel, que miró, y acabó por sonreír ampliamente. - Esta genial - Dijo, con total sinceridad. - Muchísimas gracias, está muy bien hecho. Ahora tendré que darte algo a cambio... ya pensaré en ello. - Acabó por decirle, pasillo adelante.

- No te preocupes, no me olvidaré del asunto del duelo... La próxima vez que coincidamos en la clase de duelo lo solucionamos - Y hablando, acabaron por llegar a la puerta de la biblioteca. Se paró antes de entrar, y miró a Kendra, llevándose el dedo índice a los labios. - Shhh.... -

-Para ti. - repitió, con una media sonrisa, asintiendo. Y, cuando vio aquella sonrisa en el rostro de Ithan, la suya también se ensanchó, ilusionada. Aun asi, en cuanto el chico habló de darle algo a cambio nego, agitando una mano en el aire- No, no hace falta... Te lo he hecho porque quería... No hace falta que me des nada a cambio...  añadio, mirandolo de reojo.

Asintio entonces, al hablar del duelo y acabó por tenderle una mano, para estrecharla con él- Trato hecho entonces. En la próxima clase de duelo. Aunque Lincoln va antes que yo, ¿eh? - dijo, dando a entender que el duelo entre Linc e Ithan tenia preferencia. Tenia que reconocer que tenia curiosidad por aquel "pique" entre ellos.

Y en cuanto Ithan se llevó los dedos a los labios, ella imitó el gesto, haciendo lo mismo - Shhh... - susurró, con una sonrisilla divertida, preparada para entrar en la biblioteca, aunque no tenia muy claro qué hacían alli.

Tras detenerse unos segundos en la entrada de la biblioteca, Ithan acabó por entrar en esta, parandose una vez más después de entrar, pocos metros más allá de la puerta, observando su alrededor. La biblioteca de casa era grande, pero al ver aquello, llamar a lo de casa biblioteca sería faltarle el respeto a un sitio como aquel. - No me imaginaba esto tan grande... - Le susurró a quien le acompañaba, Kendra.

Tenía claro las normas de aquella y de cualquier biblioteca. No liarla demasiado, no hacer mucho ruido y hablar en susurros para no molestar a nadie. Se fijó en los más mayores, que estaban estudiando, y saludó con un gesto de la mano a los que conocía, Eli y su prima, a quien además les dedicó una sonrisa, y a la chica pelirroja de Ravenclaw cuyo nombre no sabía, pero después de conocerla le dedicaría poco más que un saludo con la mano.

Caminó hasta el bibliotecario, esperando su turno para poder hablar con él, mirando por encima del mostrador, con curiosidad a todo lo que podía. -Hola, me llamo Ithan, un placer - Se presentó y luego señaló a Kendra. - Y ella es Kendra - Y dejó que la chica se presentara, antes de carraspear, pensando en como hacer su pregunta.

- Ehm... Aquí... ¿Hay libros Muggles? De Historias Muggles. -

Kendra entro a la biblioteca detrás de Ithan. A decir verdad, también era la primera vez en su vida que entraba en una biblioteca y ver tanto libro junto la maravilló. Comparada con aquella, la biblioteca de su casa no era más que una burda estantería para niños- Bufff... y yo que pensaba que la de casa era grande... Es una pasada... - dijo la chica, revelando asi que también era la primera vez que pasaba por alli.

Sonrió en primer lugar a Gwen, al ver que estaba allí, alzando una mano, educada y, acto seguido, su mirada se poso en las dos chicas de segundo de Gryffindor, a quien recordaba del dia en el lago- ¿Esa es tu prima, verdad? - preguntó, refiriéndose a Diana, mientras saludaba también a ambas, aún con la sonrisa en los labios.

Seguía sin saber qué habian ido a buscar alli hasta que Ithan se detuvo delante del elfo. Le costó, de entrada, entablar conversación con la criatura. Desde pequeña, siempre le habían enseñado que los elfos solo servian para hacer una cosa: obedecer, y eso era todo el trato que habia tenido con ellos en casa.

Sin embargo, la aparición de Pizpireta y Polvorilla el dia anterior y del bibliotecaria ahora, hizo que se produjera un ligero conflicto interior. ¿Qué debia hacer? Se suponía que eran criaturas inferiores pero  el colegio le había dado aquel puesto.  Decidió finalmente optar por el camino diplomático: por increible que pareciera, tendria que lidiar con él cada vez que necesitara algo de alli. Y, para eso, más le valía ser amable.  Así pues, carraspeó ligeramente, dibujando una diminuta sonrisa en sus labios: Hola... sí, soy Kendra. Encantada. - acabó por decir, esforzándose por no sonar forzada.

Y entonces volvio a intervenir Ithan, haciendo una pregunta que la dejó total y absolutamente descolocada. ¿Libros Muggles? ¿Acaso se podian leer libros Muggles allí? ¿Y de qué iban aquellos libros? Segun le habia explicado su abuelo, los libros que tenían los muggles eran libros estúpidos sin ningun tipo de contenido que ni siquiera llegaban a la categoría de libros infantiles. Pero Ithan era un chico inteligente y muy listo... ¿Qué hacía entonces leyéndolos? Estaba hecha un lío. Desde que había llegado a Hogwarts no habia dejado de darse cuenta de que estaba equivocada en muchas cosas que creia ciertas y comenzaba a plantearse si esta tambien no sería una de ellas.

La pequeña rubia de Ravenclaw entró en la biblioteca alegre y pensando en sus cosas. No reparó casi en las personas que había a su alrededor.

Hacía tiempo que no acudía a ese sitio y casi se lleva por delante a su nuevo responsable. -Ui, perdón. Se disculpó. Aunque no lo había tirado del taburete, Selena estaba buscando libros y lo vio justo a tiempo para parar. Aun siendo un elfo, subido en el taburete tenía más o menos la misma estatura que la pequeña. Le pareció curioso y entrañable. Siempre le habían gustado esas pequeñas criaturas.

Volviendo a su cometido, la Ravenclaw recogió un par de libros de geografía y climatología y se dispuso a extender su trabajo de CCM, buscando posibles localizaciones ideales para los centauros.

Booky estaba terminando de poner los puntos y las líneas horizontales a un texto que estaba escribiendo, aparentemente en un idioma desconocido. La letra era angulosa y ladeada hacia la izquierda.

Cuando el Gryffindor se acercó, depositó la pluma tras limpiar su punta en un paño de tela.

Sí, ya sé quien eres, el último de los Trace en entrar en la escuela. Al igual que también sé quien es la señorita Lestrange, comentó dirigiendo sus ojos saltones a la pequeña. El elfo libréstico ni se daba cuenta de la sorpresa que siempre causaba al demostrar que conocía a cada una de las criaturas que habitaban aquel castillo: alumnos, profesores y personal auxiliar.

¿Historias Muggles?, lo que en cualquier otro elfo hubiera parecido cómico, ver a una Lestrange acompañando a alguien interesado en cosas muggles, a Booky simplemente le pareció algo interesante, que dejó almacenado en algún lugar de su memoria.

¿Muggles vistos a través de ojos mágicos? ¿La censura de la sociedad muggle en la edad oscura? No, eso no, eso está en la sección prohibida, uhm..., se quedó pensando Booky.

¿No andarás buscando libros de escritores muggle?, hay unas cuantas estanterías en la sección de Amagicis, puedes buscar ahí, dijo sonriendo el elfo tras indicar a Ithan como llegar.

Se quedó algo parado al ver que el elfo sabía quién era él. En un principio, no supo que decir, mirando a Kendra cuando también la reconoció. Rápidamente se recompuso, volviendo a mirar al elfo, poniendo ambas manos sobre el mostrador, mientras asentía con la cabeza ante la pregunta del elfo sobre el tema de los libros muggles.

- Así es. - Contestó cuando le preguntó sobre libros muggles, y lo vio quedarse parado durante unos segundos. Estará pensando. Pensó, y cuando el elfo volvió a hablarle, se quedó unos segundos, pensando lo que le había preguntado.

- ...........eh............ Sí. Eso, libros escritos por muggles. - E inclinó la cabeza, cuando le señalo la estantería que se convertiría en su nuevo objetivo. Siguió el gesto del elfo con la mirada, y acabó por quedarse mirando la estantería, durante unos segundos antes de moverse. - Muchas gracias. - Contestó, volviendo a mirar al elfo con una media sonrisa satisfecha y agradecida, asintiendo con la cabeza, y separándose del mostrador para ir en la dirección indicada.

Se metió entre las estanterías, junto a Kendra. - Sí, esa es mi prima -  y entonces, reparo en algo. Se paró, mirando a Kendra. - ¿Conoces a mi prima? - Le preguntó en susurros, antes de volver a mirar las estanterías, buscando algún libro que le pareciera interesante.

Kendra abrio los ojos ligeramente, disimulando una mueca de sorpresa cuando el elfo dijo conocerla. Ella también buscó a Ithan con la mirada, negando sutilmente, dándole a entender que ella también estaba alucinando con aquello.

Cuando el elfo pareció dudar sobre la ubicación de los libros muggles a Kendra le pareció totalmente comprensible. Era lógico... ¿Cómo iba a haber libros muggles en Hogwarts? Sin embargo, cuando acabo por enviarlos a aquella sección, no pudo evitar sentir cierta curiosidad. -Gracias... - dijo ella también, educada, aunque sintiéndose extraña por haber agradecido algo a un elfo doméstico. De hecho, era la primera vez en su vida que lo hacía, que ella recordara.

Siguió entonces a Ithan por los pasillos y, cuando estaba a punto de preguntarle por la literatura muggle le preguntó por Diana. La Slytherin asintió, con una media sonrisa- Claro que la conozco... La conoci antes que a ti, de hecho...¿No te acuerdas que te dije que me habia hablado de ti en el lago? Nos vimos una vez que estaba alli con Cassius, un chico de segundo de Slytherin. - le explicó, intentando refrescarle la memoria.

Y entonces comenzó a curiosear entre los estantes, con cierto aire de duda- Por cierto... ¿Qué buscas exactamente? Nunca he tenido un libro muggle entre las manos... - reconocio, encogiéndose de hombros, con una media sonrisa y una expresion interrogante, mientras observaba los libros que habia ante ella.

Al cabo de un rato de estar redactando, la barriga de Selena emitió un pequeño rugido. La pequeña se llevó las manos al vientre, intentando calmarlo. "Será mejor que vaya a comer ya y más adelante continuaré la redacción."

Sin prisa pero sin pausa, recogió todo lo que había cogido y lo dejó en el mostrador de la biblioteca. Seguidamente la abandonó dirección al comedor.

Diana que había agradecido al elfo las indicaciones, se diirgió hacia a la sección de la biblioteca que buscaba acompañada de Eli, no tardó en cargarse con varios tomos voluminosos y polvorientos con olor a moho y dirigirse a la mesa más cercana para ponerse manos a la obra.

- Vaya... estos libros están muy bien... creo que nos va a quedar un buen trabajo...- comentó mientras comenzaba a tomar notar.

De reojo vio a su primo y a la chica de Slytering, reprimió si habitual euforia escandalosa por un saludo con el brazo bien estirado y una sonrisa de oreja a oreja dedicado a ambos. Cuando terminó de copiar lo que le resultó más llamativo, depositó los libros que no le eran necesarios en un carrito y se dirigió al bibliotecario para que le dejara llevarse uno de los libros que no le había dado tiempo a leer.

- Eli... yo me voy ya al comedor, ¿nos vamos?- le dijo a su copañera mientras recogía sus cosas y se dirigía fuera.

Gwen, que había dejado que Diana solicitase la información que quería del bibliotecario, siguió a la chica y a su amiga hacia la sección indicada. Tras hacer una selección previa se decantó por un par de libros y fue a sentarse a una mesa más apartada. Tras un rato de estudio decidió que era hora de volver al comedor, así que recogió sus cosas y salió de la biblioteca con el mismo silencio con el que había entrado.

Ithan estaba trasteando, sacando libros, comprobando el titulo, y volviendolos a guardar. Estaba buscando uno en concreto, eso se le notaba a la legua. ¿Dónde estará? Se preguntó, frunciendo el ceño, poniendose de puntillas para alcanzar los de la estantería superior.

Paró un momento, descolgandose la mochila y dejandola en el suelo un momento, para volver a ponerse de puntillas, intentando alcanzar la estantería superior. Interrumpió sus quehaceres cuando escucho a Kendra hablar de Diana, y recordandole cuando le habló de ella. Es verdad que me lo dijiste.  Reconoció, frunciendo el ceño, y volviendo a ponerse depuntillas, sacando un libro y comprobando que ese, tampoco era. Él no sabía quien era Cassius, pero tampoco preguntó.

- Robinson Crusoe -  Contestó inmediatamente, siguiendo con su busqueda hasta que ella dijo que no había tenido un libro muggle entre manos... nunca. - ¿En serio? ¿Por qué? - Aquelló le extrañó. Aunque quizás a él también le habría extrañado si no fuera por que su hermana se casó con un muggle, y le cuenta todo este tipo de cosas. Más concretamente, fue ella quien le recomendó buscar ese libro en concreto.

Despidió a su prima levantando el brazo y saludandole, haciendole gestos para hablar después en el Gran Comedor.

- Robinson Crusoe - Repitió en un susurro apenas audible para Kendra. - Según me contó mi hermana, va de un Muggle que se queda atrapado en una isla desierta - Siguió de puntillas, mirando el lomo de los libros. Con los brazos a la espalda, para mantener el equilibrio mientras se fijaba en que no se le pasara ni uno. Hasta que Kendra contestó la opinión de su familia sobre los Muggles.

Ithan la miró durante unos segundos, parpadeando un par de veces, ante tal revelación. Se la quedo mirando, durante unos segundos, intentando interpretar aquella sonrisa de la chica, sin acabar de comprenderla. Esperaba que ella no pensara así, pero aquella no era una conversación a tener en medio de la biblioteca. Le preguntaría fuera, para no molestar a los alumnos más mayores, que estaban estudiando.

Pero sin duda, le preguntaría. Y aun perplejo, mirándola, fue cuando ella le ofreció un libro. Aquel que estaba buscando. Bajó la vista hasta la portada, leyendo el nombre un par de veces. - Sí, es este - Contestó, tomando el libro entre sus manos y haciéndole un gesto a Kendra para que le siguiera hasta el bibliotecario. Espero a que la chica se pusiera a su altura, para comenzar a andar.

Acabó sus pasos delante del mostrador del bibliotecario, esperando a que lo atendiera  Disculpe Señor...  Lo dejó en el aire, pensando que no sabía el nombre del elfo. - ¿Podría decirme como se llama, por favor? - Le preguntó, y una vez el elfo se presentó, estiro la mano para estrecharla con él. - Un placer - Dijo, con una amplia sonrisa.  -¿Podría llevarme este libro para leerlo, por favor? - Preguntó, amable y cordial, con una sonrisa cargada de esperanza.