Partida Rol por web

-¿E cuanto pensabas pedir por elas?- pregunta directamente, su tono ahora era tranquilo, serio y dejando a un lado una posición de capitanía y poder, ahora parecía estar negociando contigo, casi de igual a igual; tu tenías algo que ella quería, quedaba por ver qué pedías tu si te interesaba el trato.

Niega con la cabeza.

- No, mi intención no era vendérselas o venderlas a la tripulación sino ofrecerlas como una especie de compensación por subir al barco lesionada... 

Y sus palabras eran sinceras pues en ningún momento había pensado en venderlas a bordo del barco, sino que éstas pudieran ser usadas por el resto. 

-Isso es muy noble por tua parte, Ruby, mas debo insistir.-  dice con amabilidad y paciencia- Eu desseo comprar-te esas espadas para o mio barco. No acepto un regalo per compensación de ningún tipo, as cossas no funcionan así, eu antes era comerciante, en o Viexo Mundo y aprendí que todo tienhe um valor. Y que si no respetamos o valor de as cossas, as cossas dexan de ser importantes. E tamben as personas. As personas tamben tienhe um valor. - te explica gesticulando despacio, abre un pequeño cofre de un lado de su escritorio y ves que está lleno de monedas de oro.- ¿E bem? ¿Cuánto per as espadas, Ruby?

Mira las espadas y vuelve a mirar a la capitana.

- Yo no suelo encargarme de estas cosas... Siempre es Gorka... ¿6 monedas? Por cada una...

No puede evitar reir un poco, pero no parece que se ría de ti o, al menos, no lo hace con mala intención:

-Desculpa...perdón, eu no quería reir es que...tu tienes tanto potencial, chica...eu gustas mucho, de verdade. Boa, te explicaré un par de cosas.- se levanta con energía y rodea la mesa para ponerse al lado tuyo, una vez ahí se acuclilla a tu lado y mira hacia la butaca de enfrente, ahora vacía. De esta manera parece ponerte "en tu perspectiva".

-Boa...¿ves esa caja? Eu te he enseñado mis cartas, normalmente ningun comerciante que se precie fará eso pero tus oxos podem ver moito más...as ropas y as joyas de as gente te falan sobre el dinero que tenhen ¿si? Los mercaderes sem igual...solo tienes que imaginar o precio que as cosas que el mercader xeva encima...imaginatelo como monedas de oro ¿si? Así sabrás cuanto podem pagar...¿si?

Escuchó con atención las palabras y explicaciones de la capitana, atendiendo a cada uno de sus argumentos y observando aquellas cosas de las que le hablaba, asintiendo cuando entendía algo y con expresión algo más pensativa cuando tenía que concentrarse más en comprender otras cosas.

- A ver si he entendido... - Dijo algo calmada - Por sus ropas y adornos debería entender y ver que usted es alguien a quien podría pedir más monedas, ¿no? Porque posee artículos y objetos que indican que dispone de varias monedas y, además, me ha mostrado una caja llena de ellas... ¿correcto? Entonces... - Volvió a mirarla - ¿Debería pedir 8 monedas por cada una de las armas?

Se ríe pero esta vez es una carcajada completa y complacida, ahora ves la pirata que hay en ella. Te palmea el hombro sano con gesto de camaradería y se incorpora:

-Voce aprende rápido...eu gusta...boa...Voce pedis ocho monedas...-vuelve a su sitio y toma asiento despacio, volviendo a establecer cierta distacia entre vosotras- eu te digo...no, isso es demasiado...eu te ofresco cinco monedas, porque essas espadas se ven melladas, gastadas, o cuero de as vainas está gastado...no é un bon estado.- argumenta con la mirada clavada en los objetos. Te guiña un ojo y te hace un gesto de que te acerques, dando la vuelta a la mesa y te pongas a su lado.- Dexa as espadas en la butaca y ven, sigamos com a lección.

Asiente a sus palabras, escuchándolas con atención y haciendo caso a sus consejos y sugerencias. Por eso mismo se levantó de donde estaba sentada y acercándose hasta ella habiendo dejado previamente las armas en la butaca.

- Los viejos propietarios de estas armas no sabían cuidar de ellas... Las armas que pueden significar la vida o la muerte de quienes las poseen deben ser cuidadas... Tanto su filo como su empuñadura y su cuero, pues todo ellas puede ayudar en una lucha... 

Realmente parecía de lo que hablaba, pues las armas que eran de ella estaban muy bien cuidadas. 

-Esso es...-complacida por cómo aprendes asiente con la cabeza y continúa- Entonces, con essa información, eu te digo que essas espadas non valen ocho monedas, valen cinco...pero tu non podes aceptar solo cinco monedas...¿cómo me convences?

Se queda pensativa unos instantes.

- Si me dices que valen 5 cada una, las dos sumarían...  - Comienza a contar con los dedos - 10. Por tanto, ¿podría convencerte diciendo que las vendo las dos por 8 monedas? Así, su precio se rebajaría pero yo seguiría ganado, ¿no?

Uxía gira la cara una expresión irreconocible, como si no hubiera entendido tus palabras, tal vez el idioma le había vuelto a jugar una mala pasada:

-¿Com tua vas a salir ganhando si me vendes as espadas por debaxo de su precio de mercado? En realidade dessir que as espadas estan melladas o gastadas es solo uma estrategia para que voce baje el precio...voce sabes...y si no sabes ya te falo eu sobre ello...afilar las espadas, sacar-les brilho y cambiar as fundas apenas valdría unas monedas de cobre, talvez uma moneda do plata...es un precio ridículo y as espadas estarían novas ¿si?- explica, pensando que tal vez Ruby pensara que saldría ganando porque realmente no podía pedir tanto por unas espadas usadas- Aquí en el Caribe nunca vas a ver una espada nueva...uma espada nova vale veinte monedas de oro, uma de no moita calidade ¿si? Todas as armas que veas en el Caribe son viexas, melhor o peor cuidadas pero viexas, por eso es que valen solo diez monedas ¿si? Si eu te digo que essas espadas son viexas, es porque eu penso que puedo estafar a ti ¿si? 

La miró extrañada sin entender

- Pero están viejas y usadas... No son nuevas... Si pidiera 10, ¿acaso lo pagaría?

-Cinco monedas cada espada é el precio justo. É el mesmo precio que conseguirías en la tienda o puerto. Y é el precio que conseguiría cualquiera por venderla sin sabere en la tienda del puerto. -se encoge de hombros y sonríe mientras coge doce monedas de su cofre y te las ofrece para que las cojas de su mano- Seis monedas sería un boa trato, boa para ti, ha sido una boa leccion, podes aprender moito más, voce sólo debes prestar atención ¿si? Solo quedate cerca, se que podes aprender moito, eres una muhler astuta, te irá bien, eres moito mas de lo que crees.

Cogió las monedas con cierta sorpresa, mirando a aquella mujer con aprecio, pues le recordaba a Florence.

- Gracias, capitana... 

Guardó las monedas en la bolsa en donde llevaba las otras, metiéndosela después de nuevo entre sus pechos, bajo de estos.

- ¿Cerca de usted? Gracias...

La verdad es que eran pocas las ocasiones en las que alguien le decía ese tipo de cosas pues ella siempre había creído que era una niña estúpida que no sabía nada. 

-No me fales de usted...me faces viexa e aún soy jovem e linda ¿si?- dice con un tono arrogante y algo creido, para nada fingido en realidad, realmente la capitana tenía un elevadísimo concepto de si misma- Boa, podes irte, si no tenhes ninguna duda, podes instalarte en a bodega, Diego debe estar ya abaixa-  señala con un dedo hacia el suelo- él te mostra el camarote e, si tu quieres, podes pedirle que te mire o hombro- se pone el dedo en su propio hombro para ayudarte a entenderla. - E si qiuieres que el señor Smith sea quien te mire, tamben me parece bien.

Río algo calmada mientras la miraba y sonreía.

- Perdón, me educaron así, Capitana. Eres muy guapa, eso no podría dudarlo. 

Le respondió con una sonrisa y un guiño de ojo.

- Bien, bajaré a la bodega para hablar con Diego. En cuanto a quien me mire el brazo... Fue Smith quien me trató en la taberna pero, ¿Diego también sabe de curar y esas cosas? 

Asintió en la dirección que le indicaba y fue hacia allí. 

-Claro, si non é por ese pedante fantoche algumo habría perdido ya un olho o una mano...talvez ambas.- dice y se levanta para despedirse de ti, un gesto muy respetuoso en realidad.- Boa suerte, Ruby.- te desea con sinceridad, guiñándote un ojo.

- Gracias Capitana, de corazón.

Se despidió de ella con una sonrisa mientras salía en dirección a donde le había indicado.