-¿Cuidado con el género? - Diego sonríe hasta casi componer una carcajada, alza la mano y sus dedos acarician tu mejilla, bajan por el cuello y parecen detenerse al llegar al inicio de tu camisa- ¿Te has reencontrado con Dios, hermana, al ver tan de cerca la muerte?- pregunta con cierta sorna- ¿Qué tiene de malo hacer lo que quieres...?- comienza a desabrochar los botones de tu camisa con una sola mano, despacio, delicadamente, no desea romperlos o tal vez pretende jugar con tu paciencia.
Escena cerrada hasta nuevo aviso. Fin de los días 1-2-3 de viaje.