Sonríe ante la petición de Gorka.
- Bueno, ya escogimos hamaca... ¿No? Lástima, no podremos compartirlas... Tendré que acostumbrarme a dormir lejos de ti...
Le sacó la lengua divertida tomando su mano para después observar a Filippo y acercarse a éste.
- ¿Necesitas algo por aquí? Me refiero, ¿puedo ayudar en algo?
En cuanto éste le contestase decidiría pues si bajar con Gorka o hacer lo que se necesitase hacer.
El timonel estaba tan sumido en sus pensamiento o tal vez, en la observación del mar que casi parece que se sobresalta cuando te acercas a preguntarle, sus ojos se vuelven a ti un momento y te responde con un gruñido amistoso aunque cansado:
-Está bien, ha sido un día difícil, si necesitamos algo aquí arriba mandaré al capullo de Velasco a que os dé una voz, le veo demasiado feliz con su ociosidad.- un asomo de sonrisa malvada se dibuja en su semblante.- ¡Oye De Castro, cuando acabes de fingir que haces algo, recuerda que puedes sacar las balas que se han enquistado en las tablas!
-¿Y de paso te las meto por el culo o mejor en la oreja, italiano?- le grita el español con un deje de fastidio en la voz pero se pone a hacer lo que le ha dicho con ayuda de una daga.
El italiano se ríe y vuelve su atención a vosotros dos:
-Va, marcharos, pero no hagáis nada que haga ruido o salpique.- os advierte y no tenéis claro si va en broma o en serio, pero parece que os podéis retirar de la cubierta.
Sonriendo a Filippo, aunque no sé si tomarme en serio sus palabras o no, miro ahora a Ruby. Pues bien, princesa, parece que podéis retiraros a vuestros aposentos digo añadiendo una torpe reverencia en dirección a la entrada a la bodega.
Luego aprovecharé para ponerme detrás y deleitarme con su cuerpo al caminar... y quizá no solo viendo sino también palpando un poco. O un mucho si no se enfada demasiado.
- Gracias Filippo
Dijo con una sonrisa y tomando después la mano de Gorka para acompañarlo hacia abajo, caminando ella por delante mientras movía sus caderas con aquella sensualidad que la caracterizaba y dejando que las manos de él fueran donde quisiera, después de todo tenía la confianza suficiente para saber que no haría nada que a ella le disgustase.
Una vez algo más ocultos le guiñó un ojo dedicándole una sonrisa cargada con cierto deseo.
- ¿Piensas recompensarme por lo de la taberna?
Bajáis las escaleras hacia el piso inferior. Desde la escalera podéis oír que en la bodega hay gente, probablemente casi toda la tripulación, si buscáis intimidad seguramente no sea el sitio ideal. Por otro lado, el camarote parece vacío...
Si tú quieres será un placer hacerlo comento ahora siendo más descarado acariciando el trasero de Ruby. Sin embargo cuando bajamos algo no cuesta escuchar que la bodega está llena de nuestros compañeros, algo bastante inapropiado si realmente quiere que le pague lo de la taberna.
Entonces miro al camarote y luego a la joven con una clara intención en mis ojos. ¿Te atreves? pregunto señalando el camarote con la cabeza. Aunque por supuesto si no quiere no pasa nada y simplemente la suelto antes de llegar a la bodega.
Tuya es la elección.
- Yo siempre lo quiero todo de ti... Deberías saberlo...
Le guiñó un ojo mientras él acariciaba su trasero y ambos bajaban por la escaleras para escuchar las voces del resto. Los ojos de Ruby se fijaron pícaros en los de Gorka.
- Sabes que si...
Escena cerrada hasta nuevo aviso. Fin de los días 1-2-3 de viaje.