Partida Rol por web

Tus camaradas se miran con cierta indecisión, muy quietos en sus lugares, algo apartados, dejando espacio por miedo a que el marinero se vuelva contra ellos. Pero están nervisos, no saben muy bien si ayudarte o darte por perdida hasta que...

-...venga hijos de puta, que no se diga que no dais el callo por vuestra capitana. Panda de perros sarnosos, ¡es nuestra puta oportunidad!- vocifera el viejo de los ojos azules y en seguida es correspondido, no con palabras, sino con actos por uno de los tipos negros de gran tamaño que embiste al marinero por un costado antes de que pueda reaccionar y sale disparado contra la chusma, aturdido, gimotea como un bebé grandote.

Sabes que tenéis muy poco tiempo, seguro que otros marineros de la bodega han percibido el escándalo.

—Quién sabe —musitó—. ¿Cómo son las cosas allá donde vamos? A estas alturas apenas recuerdo qué aspecto tenía la tierra. Quién iba a decirme que había tanta agua en el mundo.

Se frotó ligeramente la nuca.

—Tomad mi palabra que hay libros que no merecerían ser rescatados si uno de los encontrara en el barro, y otros que, tan pequeños como son, resultan tener en sus páginas más de lo que un hombre normalmente aprende en toda una vida —Mostró una pequeña sonrisa. No podía juzgarlos por ello—. Pero es cierto que las letras requieren paciencia, tiempo y esfuerzo.

Habría podido enseñar a alguno de esos marineros, si hubieran querido, pero dudaba que fuera el caso y, de todas formas, dudaba que realmente tuviera la paciencia necesaria. Aunque no habría estado mal tener un rato para olvidar lo que ocurría en ese barco.

Se quedó un rato escuchando, en cualquier caso, sus anécdotas. Pero cuanto más tiempo pasaba, más claro tenía lo difícil que era para él conectar con esa gente. Quizá de no ser por lo que había en la bodega le habría resultado más fácil.

- Ale, a tomar por culo al discreción.- dijo tras escuchar el barullo por lo que cogió al marinero cachondo del cuello y comenzó a apretarlo con todas sus fuerzas. - Que alguien le quite las armas y se asegure de que quien venga no monte mas escándalo.