Partida Rol por web

Con las manos libres me acarició los pechos aumentando la ya placentera sensación que empieza a llenarme. Intento mover las caderas, a pesar de sus manos que me cojen, mientras le miro fijamente a los ojos, mordiendome el labio, buscando provocarle y exicitarle más aún con la mirada

-Vale, hasta mañana Benedeti.-  le responde alzando un poco la voz pero la vista no se ha separado de Jenny en ningún momento.

El ritmo de sus caderas continúa su aumento, su firmeza se mueve de manera experta en el interior de ella, no solo hacia atrás y hacia delante, Diego parecía un experto en esta materia y hacía multitud de movimientos con la cadera para que su miembro bailoteara en su interior, rozando por todas partes, subiendo, bajando, de un lado a otro... era algo bastante llamativa su...capacidad.

Diego empieza a gemir un poco, su respiración agitada empezaba a cobrar sonido y una de sus manos se mueve rápidamente a tomar los pechos de la marinera, amasándolos sin contemplaciones, con cierta violencia.

Acompaño a Diego en sus gemidos, cada vez más audibles. Desisto de intentar acompasarme a sus movimientos mientras mis manos se cogen a sus antebrazos con fuerza y hecho la cabeza hacia atrás cuando todo en mis caderas empieza a contraerse incontroladamente  en un momento de ansiada liberación 

Sabiendo que llega el momento de la mujer, Diego hace un notorio esfuerzo por contenerse, echa la vista un momento al techo y luego se deja "caer" sobre Jenny, todo su cuerpo sobre el de la mujer, apretándose bien adentro de ella, disfrutando de los instantes que quedaban... y entonces hace algo que pocos hombres harían.

Con un rapidísimo gesto, Diego saca su miembro del interior de Jenny para no terminar dentro de ella y en su lugar introduce su mano, tres dedos para suplir la carencia de su polla en ella y continúa masturbándola fuertemente, igualando sus embestidas con toda la fuerza del brazo para que la mujer culmine su orgasmo. Mientras tanto, él ya se procura su final acariciando su miembro con la mano libre, apuntando hacia el colchón. Si al final iba a ser todo un caballero y todo.

Quedo jadeante y sorprendida por el final. Acarició con un pie la pierna de Diego miéntras me incorporó apoyándome en un codo. 

-¿Demasiado pecado follarse una monja y correrse dentro?.. Estas hecho un caballero que solo piensa en su dama. Espero que no tengas dolor de pelotas mañana.. Te harán falta otra vez-

-Demasiado puede joderse la vida de una mujer con un niño del que cuidar...lo se bien...- dice algo serio mientras termina de sacudirse su miembro y se derrama sobre un lado del colchón, cayendo en parte al suelo. Diego suspira profundamente y sonríe satisfecho acariciando las suaves piernas de la chica con sus manos y le pone un beso en la rodilla antes de tumbarse de lado junto a ella- En el barco será otra cosa...en una tripulación con Nina a bordo siempre conviene tener hierbas abortivas en el botiquín...-  comenta llevando un dedo a sus cabellos para recolocárselos un poco.

Me giro un poco, hasta quedar frente a frente. -¿Que problema hay con la tal Nina? ¿La única mujer a bordo? ¿Voy a tener que compartirte? Puedo ser muy posesiva.. no se si te va a gustar.

Le empujo con suavidad hasta poner a Diego boca arriba y subo a horcajadas. -No me gusta compartir y no me gusta dejar negocios a medias-

Inclinandome hasta que mis labios llegan a su cuello, empiezo a besarle mientra voy bajando despacio. -Lo que te voy a hacer si que es pecado de los gordos-

-¿La única? Jaja...te olvidas de la capitana.- se ríe con gracia, dejando que Jenny se acomode sobre él, con su arma ya preparada para un segundo asalto en cuando notó su movimiento- No, con Nina no hay problema, siempre que lleguemos a puerto al menos una vez al mes...de lo contrario se pone como una fiera. La falta de sexo la vuelve insoportable pero se pone muy graciosa cuando está como una perra en celo, ni siquiera nosotros la satisfacemos, ella siempre quiere carne nueva.- chasquea la lengua como si esto le molestase o o le causara incomodidad- Así que olvidate de la competencia, señorita pero...no olvides que la mar es caprichosa y que me hice a ella para pertenecer solo a una mujer.- te dice tomando tu nuca y elevándose un poco para aprisionar tu cabeza contra la suya a medio camino entre la verticalidad y la horizontalidad- Soy un caballero, pero no tanto como para ponerte un anillo en el dedo...ni para que tú me ates a tu cama...bueno no a menos que quieras hacerlo literalmente...-te guiña un ojo al tiempo que te da una cachetada en el culo, no muy fuerte pero algo picante- ahora bien...espero que luego puedas confesarme pues soy un hombre muy devoto...deja que te lo demuestre...