Partida Rol por web

El camarero amablemente informó a Nîlo que sólo necesitaba a alguien contra quien apostar y que entre ambos elegían de mutuo acuerdo quien era el tirador y quien el espectador. 

Mientras tanto, la pelea acabó y los marineros volvieron a sus apuestas cuando Bai Qu tomó esposados a alguno de los participantes de la riña y a algunos más, sin saber muy bien el motivo. 

Nîlo no tardó mucho en crear el ambiente propicio a las apuestas en una mesa, pero parecía que nadie quería jugar contra él, hasta que algunos de los marineros le dijeron que debía apostar primero para llamar la atención de alguien que quisiera lo que apostaba y a cambio su compañero debiera ofertar una cosa de semejante valor.

Se sorprendió un poco. ¿Acaso algunos bastardos hicieron trampa en la pelea o se metieron por el lado así sin más? ¿O alguna razón mucho más oscura, como que...? Parpadéo entonces, pensando en ello. Si era cierto este lugar era simultáneamente su paraíso para los juegos más siniestros como lo sería su purgatorio personal por sus pecados varios. Bai Qu tenía bien claro quién era el viajero "Sargon O'Till" en realidad, y en cierto modo saber eso hacía que esta isla fuese un nido de criminalidad bonito, un lugar donde perder la apuesta era seguramente perder tu libertad. ¿Y quería invitar a los piratas aquí? Bastardo, un padre considerado sí, pero un...

Oh mierda. Otra realización aplicada. Tragó entonces y comprendió que esto, esto eran las ligas grandes. ¿Estaba sobre sí mismo? Nah, esto era su vida, no tenía nada más, y así debía ser. Agradeció al maese y le dejó una propina decente, luego armó su mesa pensando en que si de verdad perder y que, de ser el caso, los que apostara por él (O si ganaba y los que apostaron contra él) iban de cajón a la cárcel por eso, era... Monstruoso. Ya entendía por qué su hija no quería ni ver este puto lugar. Una prisionera más, VIP, pero aún así.

- Muuy bien...

No sonaba muy confiado pero aún así tenía los dados. Jugaría como tirador primero para analizar la mecánica del tirador y el motivo de que tuviese menos chances de victoria, si había algo que no compensase o tal vez una lógica más allá de la lógica de la repetición posterior, posiblemente solo siendo eso, posiblemente.

¿Qué apostar o más bien ofrecer? ¿Alguno de sus anillos u accesorios? ¿Su máscara de cabeza? No, temía que no. Tocaba ser aburrido, la maldición del novatillo sin enchufe, de tener que partir como el novatillo justamente. Suspiró entonces y colocó 5.000 berries enrollados. ¿Poco? Probablemente, pero era un inicio, no es que fuese definitivo, si ni siquiera había tirado los dados primero. Más encima iba a jugar limpio esta ronda al menos, y quizá otra más como espectador.

A menos que diese vuelta todo. Abrió sus ojos y sonrió. Eso haría.

Decidió jugar como espectador a último momento, dejando los cubiletes a quién viniese.

Nervios, mala onda, bla bla, todo el sentimiento típico de los nuevos y los ignorados. No ayudaba lo que vió antes.

Un hombre de aspecto desaliñado no tardó en sentarse enfrente tuya con una amplia sonrisa.

- Otro incauto al que desplumar hoy, aunque solo sean 5000, valen una botella para esta noche. - Dijo haciendo que un grupo de personas se acercaran alrededor y comenzasen a apostar sobre las tiradas. - Me llamo Rosha y soy el capitán que mejor juega a esto.

Acto seguido cogió el cubilete y lo meneo antes de volcar su contenido en la mesa.

- 5. - Frunció el ceño al ver que no había ganado con la primera tirada. - Demasiado malo.

Fue entonces cuando las apuestas de las personas de alrededor giraron en torno a Nîlo, aumentando varias veces el monto que se jugaban los jugadores.

- 10, 6, 9. - Fueron los siguientes tres resultados, causando demasiada expectación en el juego que rara vez duraba más de tres rondas.

Finalmente, en el último movimientos, los dados marcaron un 5, haciendo que Rosha ganara la apuesta.

- Que pena niñito, aún te quedan algunos años para poder ganarme. - Dijo al tiempo que recogía tu dinero y se lo guardaba. - ¿Quieres la revancha o prefieres marcharte sólo habiendo perdido 5000?

Fantástico. Una apuesta y un juego de verdad. Su sonrisa se ensanchó de los cojones y casi olvidó el cockblock que le hizo antes el mismo Bai Qu, las implicaciones que vió hace segundos o minutos apenas y casi la mayoría de sus problemas. Pasó a una sonrisa más normal y agradeció.

- Muy agradecido a usted por unirse a la mesa, señor. Que comience entonces.

Nîlo entonces observó a este sujeto, que si de verdad era un capitán, tendría algo más interesante que ofrecer, pero de momento no era importante, solo su presencia. Se empezó a fijar en cómo tiraba los dados y en los dados mismos mientras notaba cómo se acercaba más gente agregando al asunto. Eso lo emocionó pero no perdió de vista el foco.

"¿Demasiado malo?", no entendía eso, si las combinaciones todas eran iguales. En una probabilidad de 1 en 12, o sea, dos veces seis con la única excepción siendo el "1" que era físicamente imposible, se volvía 1/11. Si el tirador ganaba con 7 o con 11 entonces tiene un 2/11 de vencer inmediatamente, un 6/11 de no ganar de inmediato y un 3/11 de perder instantáneamente.

Para sacar un 5 solo se puede con combinaciones de [1] y [4], de [2] y [3] y nada más, 2/6 en ambos casos, por ende 4 entre 36 numéricamente hablando. Se enfocó entonces. ¿Qué quería ver el joven Targoss, "Sargon O'Till" ante los presentes (Asumiendo que Qu no hubiese desembuchado su identidad real)? Dos cosas.

Primero, el modo en que los dados rodaban y se movían, la forma en que este señor, Rosha, usaba los dedos y movía los cubiletes y por otro lado quería contemplar no si es que hacía trampa estrictamente, sino el modo en que un "veterano" según él hacía decisiones al contemplar los resultados y volver a recoger los dados y hacer impactar el cubil contra la mesa, un juego dinámico y potente que le emocionaba pero que no le hacía dejar de lado la táctica. Estos dos factores irían primero y su derrota casi le parecía aceptable como un inicio.

Alzó los brazos en una encogida de hombros como indicando una derrota justa.

- Oh bueno, es una pena, pero no piense que me rendiré. -Sonrisa de medio lado.- Tendré la revancha. Esta vez jugaré yo como tirador, si me permite.

Y así, metería otros 5000 enrollados encima del pozo de apuestas. Tronó el cuello y puso los dados en el cubilete. Su mano izquierda sujetaba el mismo por los lados pasando a rozar los bordes de la parte de la boca, ligeramente más ancha que la base, un poco más angosta, como un ligero cono abierto hacia afuera pero con un "trasero" o base firme. Su otra mano sujetó el costado más hacia esta misma base y el "cuerpo" del cubilete. Luego sus dedos de la mano izquierda taparon el mismo para permitir que los dados rodaran en el aire y hacer un pequeño show, pero nada extensivo, con todos los ojos alrededor. No pudo evitar sentir ese éxtasis que los juegos, que las apuestas le daban. Cuando los dados estaban "cayendo" hacia la base por dentro, su mano derecha movió el cubilete para hacerlo caer hacia abajo en un potente pero no excesivo impacto contra la superficie, y dar el resultado tras mirar unos dos segundos el objeto.

- Tsk.

Miró ese doble tres. Miró a los otros, a todos, incluso al Maese en la barra y luego a Rosha. Algo había. ¿Algo tenía que haber, no? ¿O era solo él? Ah, esa presión lo volvía loco. Calmó su corazón afable y suave para seguir con el show.

- Menuda mier-...

Se censuró y usó el mismo cubilete para tomar los dedos con el borde del mismo desde el lado y hacia arriba, usando apenas los dedos de su otra mano para alzarlo. Ahora el cubilete estaba hacia arriba y era hecho agitar como si fuese un trago, no burlesco pero sí algo caótico. Luego lo hizo girar sobre sí mismo hacia abajo de nuevo usando la misma física para que no se saliesen afuera y cayeran de nuevo.

7 u 11. Una probabilidad de 2 en 11 opciones. [5] y [6], [4] y [3], [5] y [2]... Ya empezaba a verlo, número repetidos. ¡Eso tenía que ser! Un 5 era vital, y si sacaba o un 6 para sacar 11 o un 2 para sacar 7, ganaba. ¿Qué sería?

4, nada. Un [3] y un [1]. Otra vez.

Un par de [2], hasta él quería reírse. Otra vez.

[2] y [4], un 6 al final, lo que sacó originalmente.

Sonrió entonces, pero no engreído, no de nuevo.

- Ser joven sirve de algo, Mr. Rosha. -Sonrió, y según cuanto ganara invitaría un chupito ligero a los presentes, al menos.- ¿Opta elegir esta vez?

Quería al menos una ronda más antes de comenzar con su plan original, necesitaba más información y más emoción.

El capitán Rosha sonrió al hacer que Nîlo volviera a jugar. Los movimientos de aquel hombre al jugar no parecían extraños y con cada tirada habías visto un patrón errático diferente que daba a entender que no estaba usando ninguna estratagema.

Los espectadores se animaron con el nuevo juego, el que acabaste ganando, para desgracia de tu contrincante.

- No seas engreído, has recuperado lo que perdiste, ahora mismo tu cuenta esta a 0, así que sólo has perdido el tiempo. - Dijo devolviendo el dinero antes tomado. - Malgastar un rato para quedarte a igual es una derrota en si misma, así que creo que ambos hemos perdido. ¿No tienes nada mejor que apostar, sólo una ronda?

El desafío del capitán Rosha aumento la emoción en la sala, que hizo que las apuestas en tu mesa se volvieran a mover en mayor cantidad.

Se emocionó un poco y pasó de largo, si bien la amabilidad (Dentro de su carácter crudo) del mismo Rosha-senchou le había dejado pasar su infracción a la etiqueta. Estuvo bien ganar, y estuvo aún mejor jugar, por lo que quiso corregirle al menos en eso.

- Oh, ciertamente sumé cero, pero no perdí tiempo, gané porque me divertí jugando. -Sonrió ampliamente, más que siempre.- Y ahora vamos por una tercera ronda, por supuesto...

El cabrón era bueno provocando e incitando más rondas. ¿Ese sería su truco? ¿Sabía que a largo plazo la cosa cambiaba? Esta sería su tercera y última ronda... Normal, tenía que saber ahora una cosa más. A diferencia de Rosha, él tenía tiempo de sobra, seguro, y el capitán aún así lo gastaba en esto. Pensó que podría "desplumarlo" pero no le saldría tan facilón, parecía.

- Ahora por favor diga si desea ser tirador o espectador. O quizá que el público nos diga.

Alzó una mano, un brazo y chasqueó el dedo.

- ¡Master! Por favor una botella de whisky y vasos para todos, ¡muchas gracias!

Sí, gastaría esos 5000 en la mencionada botella para que bebieran los presentes, Rosha y él mismo. Incluso cuando llegara le haría un gesto al camarero para servirle él mismo al capitán su trago, y servirse a sí mismo un poco. Bebería con lentitud, lentitud y enfoque, no pasarse, de a poco.

Y por lo demás, esperaría que él decidiera si tocaba ir de tirador o espectador, quería entender las preferencias, y estaría atento a las "votaciones" de los que estaban junto a nosotros y alrededor. Esto le haría determinar qué haría las siguientes rondas y el análisis de los números que ya hizo antes.

El ambiente se emocionó con el repentino trago gratis, hasta el capitán Rosha sonrió y brindó a tu salud junto con los demás, para luego beber todo el trago cuan largo era y desanudarse el llamativo collar que colgaba de su cuello, uno hecho de oro con algunas gemas de color rojo y verde que lo adornaban.

- Esto vale un galeón, pero lo apostaré si tienes algo de igual valor que merezca la pena arrebatarte. - Dijo seguro de sí mismo mientras los murmullos de los asistentes sugerían que sólo hacía aquella apuesta cuando quería acabar de arruinar a otro jugador. - Yo tiraré, me gusta más la acción que la pasividad, si sabes a lo que me refiero.

Tras las últimas palabras hizo un movimiento pélvico bastante explícito, pero enarcó una ceja sin saber si Nîlo captaría aquella referencia.

- Si no puedes apostar algo material, ¿qué tal tu cuerpo? - Apoyó su codo encima de la mesa con un cubilete en su mano derecha y los dados en su mano izquierda dispuesto a juntarlos y volcar el contenido encima de la mesa a señal de su contrincante. - Podría comprar un esclavo en las minas con este medallón, pero prefiero conservarlo y llevarme un jovencito conmigo. 

Sonrió entonces ante la buena voluntad. Al final no hubo "preferencias", era claro que estaban, no confabulados necesariamente con Rosha pero le seguían la corriente, muy normal. La oscuridad tomaba control de "Sargon", de Nîlo, el cual poco a poco pensaba en si colgaría a este imbécil de su propio mastil con una cadena, o si lo agarraría del cuello y le haría "el resorte", una de su técnicas favoritas, donde le pegaba, lo hacía rebotar, lo devolvía y de nuevo. Sobretodo por las implicaciones, de ahí lo único que la polla de este viejo iba a sufrir era un arrancón prematuro.

Pero últimamente, sus planes de esperar a la cuarta ronda para empezar sus trampas se vieron acelerados, concordó con algo que decía este viejo verde.

- No me soy capaz físicamente de resistirme a semejante accesorio, me encantan. -Dijo sincero.- Muy bien, creo que tiene razón, Capitán. ¡Hay que ser proactivos! ¿O NO, GENTE?

Y llamó a la algarabía de los presentes, incluso se alzó levemente, mirando fijamente las manos de Rosha. En instantes, al ir sentándose usó su propia mano para tomarle la de él con los dedos en un apretón amable y muy, muy breve.

- Buen juego entonces, será su collar de gran valor por mi esclavitud. Ah, pero, si pierde, espero que sigamos jugando, ¿vale? ¡Que empiece!

Se aguantó una risa por lo corto, era un loco, sin más. Tronó su cuello apenas ladeando su cabeza y entonces dejó aquella finísima, invisible cadena, no, era un hilo informe que ataba al menos uno o ambos dados, según hubiese logrado en el breve momento en que anexó el "Tártaros"; su habilidad como le apodaba, a la Rensa Rensa no Mi. Dejó sus dos manos, la derecha debajo, la izquierda encima, cosa que el hilo fuese tapado desde abajo para cuando Rosha con el milimétrico, no, decimilimétrico hilo, léase, una decena de milímetro, una mierda tan delgada en grosos que era estúpido incluso, agradecía a las matemáticas que le concedió su madre querida. Podría haber ido con una centésima de milímetro, y como sus cadenas sujetaban sin importar el grosor con misma fuerza, no habría problema pero no se excedió, podría fallar en generarlas si las hacía muy delgadas.

Con esto, los dados serían hechos regirar cuando cayeran desde el cubilete hacia dentro con un simple movimiento del dedo del joven buscado por la ley y apostador cubierto por su otra mano. Ahora, qué resultado obtendría era el tema, total Targoss no podía mirar el resultado y dependía de la cara en la que haya pegado la cadena/hilo para ver donde giraba. Si salía un 5, al darlo vuelta podía caer en cualquiera de estos: 4, 3, 1, o 6, en donde el 2 estaría al otro lado, o podría semejanemente, girarla de modo de forzar un 5, siempre.

Era su primer experimento. Sonría, expectante.

Hora del verdadero juego.

Nîlo consigue conectar una finísima cadena con uno de los dados de una manera tan sutil que si no fuera por su sentido del tacto ni siquiera pensaría que lo ha logrado.

Nadie parece haberse percatado y la tirada se realiza con normalidad. Con el cubilete aún tapado, notas que la suerte no te acompaña y se va a descubrir un 7, una derrota completa si no haces nada.

Dándole la emoción que requiere ese momento, el capitán Rosha hace una pausa dramática antes de levantar el cubilete, lo que te deja suficiente tiempo para modificar uno de los dados.

Muchísimas emoción, la idea de ser esclavo sexual de este imbécil asqueroso era suficiente para romper su promesa con Fu-chan a la hora de aniquilarle y destriparle aquí mismo de perde formalmente, y ya que estamos, con el señor padre Bai Qu, que directamente lo podría mandarle a arrestar como con esos tipos antes o ejecutar de una, 15 millones de Berries al bolsillo, cosa que para él debe ser poca pero tampoco tanto, un agregandum a sus finanzas con justificación sin más. Tuvo que controlarse para no exponer el sudor frío por su cara y el gusto de esto, este sentimiento de riesgo, en el fondo, paradójico.

No era una buena, sintió las superficies de aquel hilo que casi no existía, ni él podía verlo realmente. Un hilo, como los que tejía su madre o incluso usaba su padre para la pesca medía un milímetro y era apenas visible o mayormente visible a distancia corta, una décima de eso directamente no registraba excepto si eras super observador. ¿No habría alguien con tales sentidos aquí, o sí? Parecía que no.

Optó por mover el 2 a un 6. ¿Por qué un 11? Si podía mover el dado hacia cualquier lado con suficiente precisión, era una cosa de probabilidad estimada. Siempre había una chance de 1/6 de sacar un valor en cualquier dado, si Rosha sacaba cualquier número después perdería excepto si terminaba sacando ese 11 que ahora sacaría como el valor base. Nilo debía apuntar al 7 y nada más. Sería una guerra de atrición, como se dice.

Sonrió entonces con un pequeño movimiento de su dedo de la mano derecha cubierta por la mano izquierda y un suspiro. Sentía su energía fluir siendo gastada y a la vez pasando a través de su cadena que brotaba de su cuerpo, como si fuese todo su cuerpo a la vez, esclavizando a la suerte mediante su poder, "Tártaros", la Rensa Rensa no Mi para evitar a su vez la esclavitud. ¡Poesía pura!

- ...Oh.

¿Mala actuación o buena? No sabía, pero al final ahí saldría un 5 y un 6. Nîlo miró fijamente, serio, eso podía explicarse no en base a que estaba pudiendo ser pillado trampeando, sino a que su literal culo estaba en juego, eh ahí la seriedad real-actuada. Su sonrisa apenas era leve, pero temerosa.

- Otra vez, Capitán...

Incluso dejó salir los nervios de su voz para fomentar esa actuación con sentimiento real, tragando audiblemente. Miró la pulsera aquella. ¿De verdad valía tanto? Si no lo hacía pensaría en buscar a este imbécil en la calel y... Bueno, fuera del local como tal ya no tenía que seguir las promesas con la hermosa chica hija del jefe, por lo menos las que ella puso. Pero eso para después, que si el colgante sí que valía un barco entero y más, lo dejaría pasar como un "buen juego"; sin más. Seguía la tensión.

¡Pero excepto entonces se dió cuenta que estaba cagándola! Sus propios sentidos personales, o quizá su confianza estúpida o el miedo, o el odio y la sed de sangre o todo junto le hicieron casi entregarse. ¡Literalmente entregar el culo! Tuvo que torcer un poco el dedo y apretar por encima con la otra mano para que no se notara. Por suerte... Todos estaban atentos al resultado de los cubiletes y no a él. ¡Un uno! ¡Un 1, Niilo! ¡Nailo! ¡Cómo rayos se pronuncie!

Tragó audiblemente y mantuvo la sonrisa. Menuda m...

El ambiente pareció detenerse en el instante en el que el capitán Rosha levantó el cubilete mostrando un 5 y un 1. El público jaleó que el juego continuase dado aquel resultado, pero ahora cada uno de los participantes tenía un objetivo, el tirador, un 6, el espectador, un 7.

Pudiste notar claramente el enojo de Rosha al ver su resultado y pese a que te miró con cierta ira, no hizo otra cosa más que volver a meter los dados en el cubilete.

- Bendita suerte la tuya. - Fue lo único que dijo mientras agitaba el receptáculo de los dados en un nuevo atisbo de espectáculo.

Esta vez los dados marcaban doble 2, lo que provocaría una tercera tirada si Nîlo no cambiaba el resultado.

Y se acabó, una vez más pudo sentir la inminencia de lo próximo. Menuda casi-cagada que se manda antes, pero sentía, ya tras percibir las ligeras diferencias en las protuberancias de los dados y a pura memoria usando su tacto agudo, Targoss podía percibir que tenía uno de los dados listos. Era difícil hacer esto la verdad y consideraba que podría ser pillado, pero a su vez pensar que el viejo supiese que estaba trampeando lo haría arder de rabia, pero ya verlo rabiar por no salirse con la suya era una delicia. Saciaba sus dos gustos el joven "niñato", el de molestar a otros y el de hacerlos sufrir cuando lo merecían... Y el de sufrir mismamente por el peligro de esto. ¡Glorioso!

- Veamos qué tal, Capitán...

Una ligera sonrisa. Movió de nuevo el dado y sintió entonces. Sí, eso debería ser... Un cinco.

Un cinco más el otro dos por manifestarse y una victoria final. Se quedaría con ese bonito amuleto que esperaba costase lo que pretendió el tipejo este antes. Sudó notablemente y tragó incluso audiblemente, era un juego emocionante por muchos motivos.

- ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!

Emoción, mucho más.

De nuevo, la respiración de la sala se contuvo al destapar los dados, que marcaron un nuevo resultado, 4 y 5.

- Así que 9. - Dijo el capitán mirando penetrantemente a Nîlo. - Que inesperado.

Para cualquiera que escuchara la conversación, no parecía tener mayor importancia salvo algún tipo de juego mental para que alguno de los dos participantes se retirara, pero Nîlo estaba convencido de que con su argucia debía haber ganado, pues estaba seguro de que los dados marcaban doble dos cuando cayeron sobre la mesa.

Sin duda había algo que se le escapaba, pero sin duda su contrincante también parecía haberse dado cuenta por la manera en que te miraba sonriente.

- Esta va a ser la última. - Volvió a meter los mismos dados en su cubilete y a realizar su ya usual protocolo para agitarlos en una penosa escena. - Tenlo por seguro.

De nuevo, con la tirada oculta por el cubilete, Nîlo pudo sentir ambos resultados, un 2 y un 6, que provocarían una nueva tirada, pero sin duda las palabras del capitán Rosha no debieran tomarse a la ligera, o al menos eso es lo que le dijo a Nîlo su subconsciente.

Oh mierda, esto estuvo interesante. Ahora todo hizo click, como una cadena abierta conectándose. ¿Por qué este tipo siempre ganaba tan fácilmente y tan confiadamente? Claro, tenía algo, quizá una Fruta del Diablo, habilidad especial o trampa, dados cargados o alguna otra cosa para lograr esto. El 5 que Nîlo hizo salir en vez de aparecer junto a un 2, salió junto a un 4. Ya veía, este imbécil mal perdedor que no podía aceptar que la trama no le pertenecía manejaba los dados de algún modo. Tramposo contra tramposo, eso solo hacía aún mejor la situación. Su sonrisa pasó de su típica sonrisa mierdera y de falsa modestia a una sonrisa amplia de tiburón, casi feliz. "Fu-chan, si no logro ganar y este idiota fuerza la situación... Ojalá me perdones por romper la promesa, bonita", le dijo en su mente y corazón a Fu Go.

Y entonces, comenzó el juego. Pensó con su cabezota dura. ¿Si este tipo sabe que voy a cambiar el dado a un "1" para sumar a ese 6 y convertirlo en 7 entonces él basta con convertir su 6 en un "5" y sacar un total de 6 para ganar él finalmente. Con esto, simplemente... Usó su simplistmo mental. Su sonrisa maligna pasó a un gesto increíblemente odioso, como de labios doblados hacia un lado y unos ojos no inexpesivos pero con una expresión de caricatura, neutra, pero cómica, como para resfregar el odio en Rosha, y además... Declarar que ni tenía el control ni estaba descuidándose tampoco.

Y con eso, meramente cambió el dado al 1, como para que Rosha lo escuchara rodar... Y lo devolvió. Dejando así un 2 al final, de modo que Rosha al intentar cambiar su 6 a 5... Pues quedara con un rico 7.

Posiblemente lo atacaría en la calle igual, lo estaba cabreando. Tronó el cuello. Pero de momento el juego era más importante. Se tomó todo el sorbo de alcohol restante de una y miró al viejo.

- Levanta los putos dados de una vez, viejo tramposo. Acabemos con esto y suéltame tu accesorio. Solo esperemos que valga algo y no sea un maldito pedazo de basura.

Y en un acto de maldad, le escupió en la cara, pero no. El escupitajo llegó a centímetros de él y le pasó por el lado como una bala, y pasó hacia lo lejos. De inmediato, cambió 180° y habló en voz bien alta:

- ¡AH! ¡PERDÓN! ¡Me emocioné bebiendo, disculpen! ¡Disculpe, maese, limpio eso de inmediato, perdón!

Y tras hacerse el modesto miró a Rosha con cara de bastardo, como diciendo "A la próxima te lo hago llegar al ojo, viejo marica", incluso, con hartas ganas, usó sus labios solo para murmurar cada palabra:

_{- M... a... r... i... c... a...~}

Y se rió, relamiéndose. Era hora. Tronó sus dos manos, ya no molestándose en la pose de antes que usaba para camuflar. Pronto, según sucediese este desenlace, sus cadenas tomarían una funcón muy diferente. Primero muerto que puto, que humillado. Rosha iba a pasar un muy mal rato si no entregaba el collar.

El instante pareció hacerse eterno hasta que el capitán Rosha levantó su cubilete mostrando un fatídico resultado para Nîlo, una suma de 6, 5 y 1 era lo que marcaban los dados.

- Vaya, que sorpresa. - Se burló irónicamente del resultado. - Parece que gano esta vez, jovenzuelo.

El clamor del intenso duelo brotó de entre los espectadores, algunos maldiciendo su suerte y otros agradeciéndola, pero sin duda el que más había perdido era Nîlo, aunque aún no sabía el qué.

- Ahora eres mío. - Te dijo levantándose y colocándote una mano sobre el hombro, sin apenas fuerza, un gesto bastante amable. - Te quiero arriba de mi barco en dos días, hasta entonces, eres libre de hacer lo que quieras.

Parecía que Nîlo había malinterpretado las palabras del capitán, ya que daba a entender que ahora formaba parte de su tripulación, aunque aún no salía de la habitación y pedía en voz alta otro contrincante para apostar.

Sus ojos se abrieron en cámara lenta entonce. Algo no estaba bien y podía sentirlo, como las veces en particular donde su vida cambiaba para peor, los eventos que cambiaron dicha vida, esa sensación se reiteraba y esta vez en décimas de segundos. ¿Qué pasó? Ahí sí que no entendió ni vergas, pero claramente le cambió el 2 que él mismo dejó, confirmando que también podía manipular los dados pero algo más había. Miró al hombre hacia arriba lentamente y en ese lapso rompería la promesa con su madre, y también con su padre, la de sonreír siempre, porque se puso serio de cojones y en el instante, segundo en que el otro lo iba a tocar, estaba listo.

Su mente visualizó lanzando una cadena grande hacia arriba en un instante con su mano libre, la izquierda, atándola entonces al cuello de Rosha todo a través de las vigas de la estructura que por estar en el segundo piso podrían acceder directamente y por las propiedades misteriosas de sus propias cadenas no serían dañadas por el peso, ahorcando entonces al viejo y matándolo horrorosamente en frente a todos aquí, sin piedad.

El toque fue tan leve que Targoss sintió el deseo de no solo azotarle la mano, sino que pelear con él primero un poco, pero... Se logró calmar. Soltó un suspiro y miró su botella aún con un poco. Infló los mofletes como diciendo "Pues, qué va..." o quizá aguantando esas ganas de carnaza y se sorprendió. Pero estaba por verse si el imbécil quería un juguetito sexual fácil, por ahora parecía que lo de antes solo era provocación y funcionó. Su mente deshizo las cadenas pequeñas y al final rápidamente tomó el cubilete que le condenó a su suerte, o dados. ¿Cómo funcionaba su habilidad? Tocaba descifrarlo.

- Como diga, capitán... ¿Ubicación?

Sonrió de nuevo, esa sonrisa falsa comemierda{*} que siempre tenía, bendita fuese su integridad mental y personal, emocional, tal vez incluso algo que iba más allá del cuerpo, los nervios o la mente misma. No lo sabía, no creía en nada mísico como su señora progenitora, aún cuando tenía un literal superpoder regalo de la misma. Esperaba que su nuevo capitán le dijese donde, seguramene el puerto, el que no era el alto puerto por donde vino (O quizá sí) y se llevó el cubilete con insistencia.

-  Un buen juego. Hey, si queréis, tomados lo que queda de este ron, no me interesa, no soy de beber mucho. Gracias a todos por acompañarme igual.

Esto lo dijo con menos mala fé, levantándose y yendo él mismo a entregar el par de dados principalmente porque quería asegurar que todo pequeño fragmento de cadena Rensa Rensa no Mi quedase completamente fuera de los dados, si bien intentó mirar dichos así como el lugar donde estuvieron y analizar algún vestigio o pista de lo que hizo Rosha.

- Maese, ¿puedo participar en alguna pelea? ¿Y puedo apostar en mí mismo? Necesito plata, pero sobretodo, soltar energía.

Un buen modo de decir "desplegar furia y masacrar a alguien más", pero tampoco era del todo falso. Entregó el cubilete con los dados al "maese", al bartender que le había atendido desde el principio.

No se quiso quedar a mirar el truco de Rosha, quería ganar en algo donde sí tenía chance, a punta de puñetazo limpio. Este desenlace era predecible, algo aburrido... Pero necesario, imaginaba. "Los modos del destinos son misteriosos", "Las mareas se mueven para donde tienen", recordó las palabras de ellos dos. Suspiró.

Y se puso a fumar de paso, mientras contemplaba los combates.

- Así me gusta, chico. - Dijo casi notando la intención asesina de Nîlo. - Hay que saber perder. Mi barco se encuentra en el puerto de la ciudad.

Sin duda se estaba refiriendo al Alto Puerto, que Nîlo todavía no conocía, pero presumiblemente sería un puerto de alto calado para los buques comerciantes que atracaban en la ciudad con mercancías, nada memorable.

Tras eso, el ahora capitán de Nîlo pudo oír sus preguntas sobre las peleas.

- En la ciudad están prohibidas las peleas, si te metes en algún lío acabarás preso y, como ahora eres mi responsabilidad, tendré que ir a salvarte el culo. - Volvió a recalcar la condición de servidumbre que te había impuesto. - Pero ya sabes, en la ciudad.

Tras aquel comentario te guiñó un ojo burlesco y volvió a desafiar a más gente al juego de las apuestas, pero parecía que nadie quería enfrentar al imbatible capitán Rosha.

- Eh, yo me vine a atracar en el Bajo Puerto con mi barquito rentado, que si me he topado hasta con los marinos y la Contramaestre y todo, joder.

Mencionó casual, al final pensó mientras escuchó con desprecio más bien infantil ese comentario.

"¿Saber perder, eh? Bastardo, cuando pille tu truco, que lo tienes, venceré con ganas... Pero creo que para entonces tal vez me caigas bien, tsk..."

Semi-chasqueó la lengua en lo físico porque al final todo el show de Rosha era mayormente eso, una pantalla. ¿Este era su modo de reclutar gente problemática o hacerse con músculo y mano de obra fácil? Suponía que sí, pero al final no era tan bastardo realmente, se notaba. Se quedó mirando como pensando en pillarle el truco, desafiarlo de nuevo parecía una pérdida de tiempo y probablemente una imposibilidad.

- Me pillé igual con el mismísimo jefe, por... Razones interesantes. O sea que la pelea de antes no era un evento de aquí, era algo que estaba sucediendo y se llevaron arrestados, ah...

Suspiró, manos tras la nuca y con gesto relajado y bobalicón, medianamente. Ahora entendía lo que vió antes, si Bai Qu mandó a arrestrar a los peleones no eran "batallas oficiales" que pensó él tan inocentemente. Se rió de sí mismo y supuso que con una ganancia neutra no le quedaba otra que ir a dar vueltas o... ¿Dormir? Ugh, remar, apostar, casi pelear, sufrir nervios, etc., necesitaba ser más fuerte pero ser más fuerte exigía regenerar.

Optó por eso, su moral espiritual estaba agotada por culpa de Rosha, no, de Senchou, su nuevo Capitán. Bajaría, buscaría algo de comer, no solo cigarros y trago, y alguna habitación o algo, reposar era decente y quizá el paisaje nocturno diese aperturas a sus malos haberes, sin más. Tenía dos días para ir a su nueva... Tripulación, suponía. Vaya si algo que tenía muy lejano en su mente había llegado de la nada.

Así eran los haberes, como los vientos marinos y sus olas, después de todo.

El tiempo había pasado más rápido de lo que Nîlo creía y, cuando bajó abajo, vio inesperadamente a Fu Go, la anterior camarera que estaba sentada en una mesa sola, comiendo. Parecía que estaba en su descanso o, con algo de suerte, ya habría acabado su jornada laboral.

De modo inconsciente, los pies de Nîlo se movieron hacia aquella mesa y se sentó, procurando que algo estuviera entre la línea de visión de Bai Qu, que seguía en la barra, y él.

Cuando Nîlo se sentó, Fu Go resopló, agotada físicamente, pero le dedicó una sonrisa complice.

- ¿Todo el mundo se divierte ahí arriba, no? - Te preguntó abriendo la conversación con un tono amable. - Yo también quiero salir al mar algún día, pero ese viejo estirado no me lo permite.

Por primera vez en lo que habías conocido a la muchacha, pudiste ver un rostro de frustración mientras sujetaba sus utensilios de comer con los puños cerrados y una fuerza desmesurada.

- ¿Qué tal te ha ido a ti, Sarg? - Te preguntó haciendo que tu corazón se alegrara de que recordase tu nombre y como le habías dicho que te llamase.

Al bajar se dispuso a comer y entonces la vió. ¡Ah, ahí estaba, su musa! ¡Fu-chan! Y logró sentarse con ella en un ángulo perfecto calculando que Bai Qu no pudiese verles. En teoría, si no la tocaba estaría todo bien pero parte de su sentido común le decía que era más como "No te acerques a mi hija" que nada. Aún así, reunirse con ella estaba de lujo.

- Divertido, sí, o sea, incluso cuando un capitán tramposo te arregla el juego, ciertamente. -Alzó los brazos en signo de "Bueh, pues nada".- Pero ya le pillaré el truco...

Dijo bromeando aunque perfectamente consciente de que lo que decía era real, esa barrera extraña entre las tonterías y la sinceridad, posiblemente para entretener a Fu-chan. Por otro lado, se fijó en su conducta y consideró su situación actual y sus intenciones previas.

- Pues... Me han reclutado para una tripulación, salgo en dos días. Pensaba armar la mía propia pero el tramposo ese lo tenía todo arreglado y... -"...Invitarte", pensó en decirle pero no podía ser tan directo. Notó como ella parecía realmente asfixiada en esta isla, le preocupaba.- No lo sé. Tu padre se preocupa por tí, creo, pero ya eres una adulta, ¿no? -Podría equivocarse, pero se veía como tal.- El punto de los pirats es peligroso, de hecho el punto es que los piratas previos fueron todos... Aniquilados, ¿no?

Si bien lo dijo en tono amistoso mientras comía y hablaba con ella, no se andaba con cosas, no quería ni disuadirla ni persuadirla, pero sí quería hacer algo por ella.

- Tu padre me tiene negado ponerte "un dedo encima" pero me gustaría hacerte feliz. -No sabía cómo decirle que salieran a caminar para hablar en privado, sin que Bai Qu lo pillara después y lo colgara de las pelotas en la plaza pública o algo, y que tampoco ella pensara que él tenía esos mismos motivos ulteriores.- Gracias, me alegra verte la verdad, has sido lo único bueno que me ha pasado en esta isla tan... Pues sí.

Tan llena de maniáticos y abusadores, básicamente. Eso respondía en sí algo de la pregunta: ¿Por qué quería irse tanto ella? Pero algo más debía haber. Poco podía hacer con su nulo poder, la verdad, ni pistas de qué hacer ni nada, y las buenas intenciones no bastaban, realmente. No es como si pudiese llevársela consigo y con Rosha, fijo que sí que con ella podría tener intenciones raras, o incluso si no, ponerla en peligro aún si sacarla de su malestar era un problema, eso claro considerando el poder sacarla sin que Bai Qu la pillara, o los pillaran, dicho sea.