Partida Rol por web

Ofrecí la mano a Prieto en plan amigable, con el hambre que gastaba y con lo que me gustaba la pasta...era todo un acierto. Ami me acabas de conquistar amigo dije claramente de buen rollo.

Gabrielle sonrió por el buen rollo que había entre sus pretendientes y asintió a Prieto.

La verdad es que me apetece mucho también. Dijo dedicandole una dulce sonrisa. ¿Qué habéis hecho vosotros aquí? ¿Me habéis echado de menos? Bromeó riendo.

Sonrío y asiento ante el ante el comentario de Prieto, yo creo que la pasta nos gusta a todos y siempre es un acierto. Me siento con todos a cenar y cuando Gabrielle nos pregunta sonrío, un buen baño, cine, ejercicio, ya sabes lo normal cuando no puedes salir de casa ni trabajar y con respecto si te echamos de menos..... bromeo divertido, lo justo, no te echamos de menos en exceso....es broma se nota mucho tu ausencia.

Aprete la mano de Hernan, con una sonrisa.- Pues no es a ti al que deberia conquistar.- Sonrei bromista y mire a Gabrielle.- Por supuesto que te he echado de menos preciosa.-  la guiñe un ojo mientras me acercaba a la mesa a acercarle la silla a Gabrielle.

Yo un poco de todo, pero mas estudiar un poco. Y de tanto estudiar me aburri e hice la pasta.- Rei.- Yo os sirvo no os preocupeis.- Le di un calenton a la pasta y tras escasos tres minutos comence a servir los platos de cada uno.

Los días habían pasado y Gabrielle había tenido la oportunidad de conoceros más o menos a todos. Al menos, había conocido a los que habían tenido el interés y la motivación de conocerla a ella. No había ninguna regla en el programa, que prohibiese robar a la ricachona durante un corto período de tiempo para hacer una cita improvisada y fugaz. Por lo tanto, Emma tenía ya todas las cartas sobre la mesa. Ahora le tocaba tomar una importante decisión: de todos sus pretendientes, debería elegir sólo a uno. O bien, también existía la posibilidad, de no elegir a ninguno y seguir su búsqueda por su cuenta. Eso quedaba a decisión de la ricachona.

El programa había dispuesto un espacio precioso, en el jardín de la casa Lagerfeld. Todo el mundo estaba listo: Gabrielle se encontraba en su pequeño altar decorado y los chicos enfrente de éste, esperando con sus mejores galas todos, y todos preparados para escuchar la decisión que ella había tomado.

Había llegado el momento que tanto habían esperado y decidí ponerme mis mejores galas. Como si de una película de romance se tratase, me coloqué uno de mis mejores trajes y salí al encuentro de mis compañeros y, por supuesto, de la bellísima Gabrielle.

Mentiría sino dijese que estaba deseando verla y, sobretodo, ser el elegido. Este tiempo que había pasado con ella había descubierto que era mucho más que una cara bonita y que tenía un montón de cosas que descubrir en Gabrielle. Algo que estaba ansioso por hacer. Sin embargo, nada era seguro y apenas conocía la relación y el nivel de afecto que tenía con mis otros dos compañeros. No era una persona que se pusiese nervioso con facilidad, pero en aquél momento tenía un nudo en el estómago que se iba acrecentando con la dilatación del momento.

Respiré profundo y dibujé mi mejor sonrisa. Sabía que para Gabrielle aquél debía ser un momento complicado y no quería ponerla más nerviosa ni hacer que lo pasase aún peor. Fingí algo de normalidad y clavé mis ojos en ella, esperando ser el elegido, esperándola a ella.

Gabrielle observaba a todo el mundo entrar. No podía ocultar su nerviosismo, pero estuvo toda la noche preparándose para este momento. Sonreía siempre que podía a sus pretendientes, ahí presentes, pero la notícia que tenía que dar no iba a ser a gusto de todos.

Buenos días a todos. Dijo con voz nerviosa. Su pánico escénico también surgía antes estos casos, por supuesto. Uf... esto se me hace difícil... Dijo sincerándose. Suspiró mirando a sus tres pretendientes. Para empezar... muchas gracias a los tres por haber llegado hasta aquí. Ha sido un placer tener ese ratito con cada uno de vosotros, que me ha aportado algo nuevo y maravilloso. Sin embargo, el programa me exige que me decida ya por uno... y no podía imaginarme lo duro que se haría... Vuelve a callar para suspirar y coger aire.

Jake, muchas gracias por tus momentos. Me he divertido mucho contigo... pero creo que sólo puedo verte como a un amigo.. lo siento...así que entenderé que no quieras volver a saber de mí, aunque a mi me gustaría seguir manteniendo el contacto... Dijo aguantándose las lágrimas.

Miró a los dos pretendientes que quedaban: Hernán y Prieto. Hernán... prosiguió. He notado la conexión entre nosotros desde el principio, eres un caballero y me siento muy protegida cuando estoy contigo. No añadió nada más. Prieto... me paso todo el día sonrojada cuando estoy contigo y es que tu presencia me impone mucho y me pone muy nerviosa. No quiero romper el corazón de ninguno de los dos... pero por una vez tengo que pensar en mí... así que el elegido es... Hernán. Lo siento Prieto... Dijo con tristeza en su rostro.

Escuché las palabras y el nerviosismo se apoderó de mi estómago. Notaba toda la ansiedad ahí acumulada. Cuando dijo mi nombre.. el nudo se hizo aún mayor. Me di cuenta que lo que comenzaba a sentir por ella era totalmente real, estaba ahí. Por un momento sus palabras me hicieron sospechar de que no sería el elegido, casi se me cae el mundo encima.. pero mantuve una tímida sonrisa. Cuando supe que me había elegido, la alegría me embargó, casi como si estuviese embriagado. Por un momento contuve mis emociones, me quedé petrificado, pero se notaba un cierto brillo en mis ojos, estaba contentísimo.

Tras unos instantes de dudas y de contención no pude sino levantarme, desabrocharme la chaqueta e ir hacía Gabrielle. La miré con dulzura, cogí su mano y le di un dulce beso en sus suaves y carnosos labios. No me dejé llevar por la pasión y alegría que sentí en ese momento, debido a que los otros compañeros estaba presentes... pero no pude contener besarla, eso si que no.

Gaby no pudo evitar sonreír al ver la reacción de su elegido. No podría haber sido mejor. Al verle acercarse, su vergüenza iba aumentando, a penas pudiendo mirarle y sonrojándose de forma encantadora. Iba a saludarle o decirle algo, pero él fue mucho más rápido e hizo algo que no se esperaba pero que no fue mal recibido. La besó. Un beso dulce, que tan sólo significaba el comienzo de algo.

El beso terminó y Gaby mantuvo los ojos cerrados un poco más, aún saboreandolo. Cuando abrió los ojos y volvió a encontrarse con los de él, tan sólo pudo suspirar. Enhorabuena... Tan sólo pudo susurrar.

- Y qué lo digas - dijo algo más suelto y alegre ahora. Iba siendo el otra vez.. pero no quitaba los ojos de Gabrielle y, sobretodo, no soltó su mano.

La ceremonia terminó y así quedaron las cosas. Gabrielle había decidido quedarse con Hernán. Así que ahora sólo les quedaba conocerse mejor a solas.