Partida Rol por web

Correspondí a su abrazo posando suavemente una de mis manos en su cabello y me giré levemente, pegándola contra mi pecho y asegurándome de que no veía lo que le estaba sucediendo a la profesora Fossati. Esto es de locos y comienza a irse un poco de las manos. 

El profesor Levi se acerca y con la ayuda del chico con el cabello rojo consiguen dejar a la profesora estable. Es ahí cuando me separo un poco de la chica e inclinándome un poco retiro sus lágrimas con mis dedos pulgares. - Vamos, te acompañaré hasta tu habitación, allí estarás más tranquila. - Si duda alguna era mejor moverse de aquel lugar, quedarse aquí no ayudará a que se relaje y mucho menos después de lo de la señorita Fossati. 

Deseó que aquel abrazo fuera eterno, que no se tuviese que separar de Alvar en ningún momento. Sentir parte de su cuerpo contra el suyo era algo reconfortante, como si fuese alguien incompleto y hubiese encontrado su otra mitad después de tanto tiempo.

Alvar se había entregado totalmente a Laurence, supo que aquello era tan fuerte que asustaba. Sonríe a pesar del miedo. Sus propias emociones y las de Alvar eran sentimientos puros, nobles, sin maldad. El deseo, el placer carnal que Alvar, el calor. Todo era visible para Laurence, Alvar era transparente. Aquello hizo ruborizar aún más a Laurence, aquel deseo era nuevo para Laurie, su inocencia y pureza seguía siendo parte de él.

Se aleja un poco de él sólo para observarlo. Miraba su belleza, su expresión, su gestos, su porte, las marcas que tenía en el rostro, el azul de sus ojos que lo dejaba helado, sin aliento, memorizándolo todo para en un futuro, plasmarlo en un papel, en un lienzo, con grafito, tinta, acrílicos, óleos. Lo que sea necesario para sentirse más cerca de él.

-Me alegra que no te espantes y te abras a mi, lo aprecio mucho Alvar - Laurence estaba haciendo un gran esfuerzo para expresar sus emociones en palabras, pocas veces lo había hecho - La gente a la que le he revelado mi habilidad... tuvo la tendencia a retraerse, a alejarse de mi. Contigo es diferente... - Lo mira a los ojos con una sonrisa - Todo es diferente contigo. Te acepto tal y como eres, espero que... que puedas aceptarme a mi también, aunque te lleve más tiempo conocerme.

Sus dedos recorrieron con timidez la espalda de Alvar, mientras lo miraba con cierta fascinación e inocencia. Alvar se había entregado para que Laurence experimentara con él, a su ritmo. No sabía como hacerlo realmente, pero confiaba en la paciencia infinita de Alvar. No tardó en comparar la situación con Alvar como cuando Laurence se encontraba frente a un lienzo, donde podía experimentar e intentar hasta que logre una verdadera obra de arte. Esperaba que aquello resultara una obra maestra.

Acerca su rostro al de Alvar para volver a besarlo, fundiendo sus labios con los de él. Sabía que por su inexperiencia, Alvar podía considerarlo como un mal besador, pero no dejó de intentarlo por ello. Ambas manos fueron al pecho del moreno, sintiendo el latir de su corazón. Fue un beso lento, suave e inexperto, con inocencia.

Apartó su rostro para mirarlo a los ojos, a la expectativa.

-¿Estás seguro que eres real? Pareces sacado de un sueño. Si lo fuese, no me gustaría despertarme... - Aunque la frase podía ser considerada como una seducción inocente, Alvar pudo notar la inseguridad de Laurence al respecto pese a que se haya mostrado abiertamente ante él.

La forma en la que le mira Laurence le hace sentirse hermoso, no atractivo o con buen cuerpo, sino realmente bello, alguien que tiene algo que ofrecer, alguien interesante. Sus ojos mirándole atentamente le queman. Y la forma en la que se ruboriza le parece adorable, el mismo está también algo sonrojado y el pecho le va a explotar en cualquier momento.

Claro que te aceptare, todo lo que conozco sobre ti es perfecto, y presiento que lo que ignoro también. Y me alegro un mucho de que me cueste más tiempo conocerte del todo, quiero escucharte. Lo que tú puedes ver en segundos  a mi me costara años, años escuchando tu voz, mirando tus labios,… Tendrás que perdonarme si alguna vez me pierdo en tus ojos y tienes que repetirme algo.  Es inevitable.

Los dedos que recorren su espalda le hacen temblar, sentir cosquilleos. La falta de práctica de Laurence besando no era ningún problema, con su inocencia e intuición le volvía loco. Sus labios cálidos eran adictivos. Oleadas de placer recorren su cuerpo.

Aquello era demasiado, sus manos sobre el pecho, los latidos de su corazón se aceleran aun más.

¿Esta dudando? ¿Pero tan mal funciona su don, que no ve que me tiene conquistado? Yo me siento real (mientras habla acaricia sus brazos) aunque no puedo garantizarte nada. Pero no te preocupes, si despiertas volveré a buscarte la próxima vez que duermas.  

La reacción que tiene Alvar cuando Laurence lo observa le fascina, como si fuese admirado realmente por primera vez. Le gustaba saber que Alvar estaba experimentando nuevas cosas con él, el hecho de no ser tan diferentes. Ante sus palabras, Laurence se queda embobado. ¿Estaba Alvar dispuesto a pasar años con él?

Si bien era cierto que la mirada de Laurence podía distraer a Alvar, era porque había cambiado gracias a él. No podía mirarlo sin evitar elevar las comisuras de sus labios y sonrojarse. El brillo de sus ojos era porque estaba encandilado ante Alvar, su flechazo por él era algo fuerte.

-Tengo la suerte de que seas paciente, porque puedo llegar a ser bastante desesperante a veces - Murmura, bromeando, mientras rodea el cuello de Alvar con sus brazos - Lo repetiré tantas veces sea necesario, no quiero que te pierdas de nada...

Se ríe ante su respuesta, y eso que sacarle una carcajada a Laurence no era tarea fácil. 

-En caso de que seas un sueño, cuando despierte no haré nada más que recordarte y extrañarte hasta que llegue la noche de vuelta - Admite mientras hunde su cabeza en el pecho de Alvar por su verguenza, era la primera vez que Laurie decía esas cosas. Aspira el aroma de Alvar, volviéndose una adictiva y exquisita fragancia, mientras disfruta del contacto. Sentía un cosquilleo en el estómago al estar pegado a él.

Laurence va elevando su rostro y empieza a besar el cuello de Alvar, haciendo que éste ceda de a poco y juntos se tumben sobre la cama, aún aferrado a él y ambos de costado. Laurence se detiene para observarlo nuevamente, no podía dejar de contemplar a aquel noble medieval.

En aquella habitación hervía la pasión juvenil, el contacto de esos dedos tocando su espalda despertaba todo la lujuria que pudiera sentir un hombre, Alvar no sabía que hacer, su entrepierna reaccionaba y él no podía evitar que se excitase con esos dedos inocentes e inexpertos recorriendo su espalda, lo besó, besó a ese chico rubio que le encantaba tanto, entrelazaron sus lenguas en una danza ciega y pasional que los llevaba al éxtasis de los sentidos.

Estaban demasiado nerviosos, pero no importaba, la situación en el hall principal había calmado se y nadie notaría su ausencia, así que no habría  por qué salir de aquella habitación; Laurence sin  vergüenza alguna, siguió besando a aquel chico, llevó sus manos a los cabellos negros de aquel gótico que lo enloquecía desde que cruzaron palabras, y lo acercó más a su cuerpo, sin medida, se fundieron en un abrazo lleno de lujuria que no daba cabida a la espera.

Lentamente Alvar le quitó la chaqueta del uniforme a Laurence y luego desabotonó su camisa blanca, notó como su piel se erizaba ante el contacto de sus dedos sedientos de inocencia, le sonrió a los ojos y se mordió el labio inferior, no podía disimular su entrepierna más, ese chico rubio lo tenía lleno de pasión, más Laurence, estaba nervioso, más nervioso que nunca, inexperto comenzaba sus viajes por el contacto humano con otro  hombre, pero en este momento era lo que menos importaba, ese chico gótico lo había aceptado tal y cómo era, y había abierto su corazón, y así mismo él lo había hecho, no tenía temor hacia él, le daría todo de su interior, todo...

Mientras le seguía sonriendo a laurence, Alvar se quitó la chaqueta del uniforme y se desabotonó su camisa, con una mirada pícara llena de ganas de hacer travesuras, y sin previo aviso se lanzó sobre laurence y lo acostó en la cama, haciéndose sobre él, y aprisionándole las manos con las suyas, lo besó de nuevo, con dulzura, con salvajismo juvenil empedernido, lo miró, sonrió, besó su cuello, Laurence dejó escapar un quejido de placer, "le gusta..." Pensó.  Siguió su recorrido, besándolo, lamiéndolo, llenando su cuerpo de placeres escondidos y desconocidos, que bueno era jugar así, pensaba que no podría parar de hacerlo; notó como la entrepierna del chico rubio también se erectaba inevitablemente y con los ojos cerrados y el ceño fruncido gemía de placer, un placer que nunca había conocido antes.

-Detente, Alv.... - No alcanzaba a terminar, sentía demasiado placer, quería que lo siguiera besando, quería que siguiera jugando con él, quería sentirlo... su sudor, su respiración entrecortada, su mirada, sus labios, su lengua... 

Alvar quería ir más allá, no estaba del todo seguro en hacerlo pero sus manos actuaban ahora sin razón, simplemente el impulso que venía de otra parte de su ser lo llevaba a desabrocharle la correo de su pantalón, lo quería todo para él... quería saborear todo su cuerpo, experimentar nuevas cosas..

Por fin el día daba paso a la noche, mientras el ambiente en la nave se calmaba después del intento de ataque que sufrieron horas antes, y de las espantosa expresión de los poderes de la Profesora Fossati, el sol se ocultaba en la lejanía y la luna, a un lado de éste, se abría espacio en el firmamento claro oscuro que se llenaba poco a poco de luceros centelleantes parecidos a los de los grandes nacimientos.

Tanto los profesores como los alumnos se habían dispersado, algunos habían encontrado los habitáculos en los cuales les tocaba dormir aquella noche, pero el Vicerrector, por medio de un megáfono que llegaba a todos los rincones de la nave, confirmó los datos y dijo los números de cada uno para sus habitaciones:

- Buenas Noches para todos y todas, para su descanso esta noche en la nave, les han sido organizados determinados habitáculos, nombraré apellidos y números de habitación, se encuentran en la segunda planta de la nave en el ala este de la misma:

Bartholf, 30

Krausser, 31

Allking, 32

Brown, 33

Mitchell, 34

Ramius, 35

Armagnac, 36

Crawford, 37

Harris, 38

Parker, 39

Hammill, 40

Los profesores Miller, Levi, O'Donnell y Fossati estarán en los habitáculos 44,45,46 y 47 respectivamente, espero que pasen una noche reconfortante, el minibar del hall principal así como el minirestaurante quedarán abiertos para aquellos quienes quieran comer algo en medio de la noche, la tripulación se encargará de despertarlos a la hora propicia antes de la llegada.

¡Larga Vida al Emperador!

Y sin más, el sonido se fue y el bullicio volvió cada uno se fue a su habitación, corroborando el número que les habían asignados, esperaban que eso no fuera un impedimento para compartir con sus nuevos compañeros, los que ya habían hecho amistades.

Algunos demostraron su inconformidad por aquel mensaje, otros se mostraron agradecidos al saber que podían irse a descansar ya que, luego de todo, querían dormir un poco, pues esperaban con ansias llegar a la academia y poder comenzar con normalidad su proceso educativo.

Cuando le huele se siente un poco cohibido, avergonzado… rápidamente se da cuenta de que con su don puede malinterpretarle y le susurra: llevo con esta ropa desde primera hora, dando vueltas, no he tenido un momento para duchar...  (El “…me” se pierde entre sus labios porque los de Laurent llegan a su cuello y le hacen gemir) -Prueba a morder un poco, le susurra. Y si Laurent lo hace, hará estremecerse a Alvar, lo volverá loco, haciéndole temblar todo el cuerpo.

Cuando caen de costado en la cama se besan con locura, a ratos con tranquilidad, a veces solo mirándose fijamente a los ojos. Laurent lo abraza, le hace estar cerca. Alvar acaricia su costado, desde el hombro hasta la cadera, despacio. En la cima de su cadera empieza a descender en busca de su erección. Pero aunque no es hiperempático si que nota en su mirada un punto de inquietud. Se ha prometido respetar sus tiempos, y eso hará. Así que baja por la pierna un poco más y vuelve a subir hasta su hombro. Para acercarlo aun más. Besarlo más fuerte.

Tras un rato así, Alvar se incorpora y toma el aparato de música que tiene Laurent  en una mesilla. ¿Qué música te gusta? Podrías decirme que te recuerda o que te hace sentir, para compensar un poco la cantidad de información (Le sonríe) Se tumba de nuevo, esta vez bocarriba dejándole recostarse sobre él mientras comparten los cascos del aparato de música, uno cada uno.

¡Oye! Exclama de repente cuando han escuchado un par de canciones. Si te concentras mucho en una persona… ¿dejarías de sentir a los demás? Podría pensar en lugares bonitos y relajantes cuando estemos todos juntos, y si te concentras mucho en mi a lo mejor sientes menos a los demás y tu cabeza no sufre.

En aquella habitación hervía la pasión juvenil, el contacto de esos dedos tocando su espalda despertaba todo la lujuria que pudiera sentir un hombre, Alvar no sabía que hacer, su entrepierna reaccionaba y él no podía evitar que se excitase con esos dedos inocentes e inexpertos recorriendo su espalda, lo besó, besó a ese chico rubio que le encantaba tanto, entrelazaron sus lenguas en una danza ciega y pasional que los llevaba al éxtasis de los sentidos.

Estaban demasiado nerviosos, pero no importaba, la situación en el hall principal había calmado se y nadie notaría su ausencia, así que no habría  por qué salir de aquella habitación; Laurence sin  vergüenza alguna, siguió besando a aquel chico, llevó sus manos a los cabellos negros de aquel gótico que lo enloquecía desde que cruzaron palabras, y lo acercó más a su cuerpo, sin medida, se fundieron en un abrazo lleno de lujuria que no daba cabida a la espera.

Lentamente Alvar le quitó la chaqueta del uniforme a Laurence y luego desabotonó su camisa blanca, notó como su piel se erizaba ante el contacto de sus dedos sedientos de inocencia, le sonrió a los ojos y se mordió el labio inferior, no podía disimular su entrepierna más, ese chico rubio lo tenía lleno de pasión, más Laurence, estaba nervioso, más nervioso que nunca, inexperto comenzaba sus viajes por el contacto humano con otro  hombre, pero en este momento era lo que menos importaba, ese chico gótico lo había aceptado tal y cómo era, y había abierto su corazón, y así mismo él lo había hecho, no tenía temor hacia él, le daría todo de su interior, todo...

Mientras le seguía sonriendo a laurence, Alvar se quitó la chaqueta del uniforme y se desabotonó su camisa, con una mirada pícara llena de ganas de hacer travesuras, y sin previo aviso se lanzó sobre laurence y lo acostó en la cama, haciéndose sobre él, y aprisionándole las manos con las suyas, lo besó de nuevo, con dulzura, con salvajismo juvenil empedernido, lo miró, sonrió, besó su cuello, Laurence dejó escapar un quejido de placer, "le gusta..." Pensó.  Siguió su recorrido, besándolo, lamiéndolo, llenando su cuerpo de placeres escondidos y desconocidos, que bueno era jugar así, pensaba que no podría parar de hacerlo; notó como la entrepierna del chico rubio también se erectaba inevitablemente y con los ojos cerrados y el ceño fruncido gemía de placer, un placer que nunca había conocido antes.

-Detente, Alv.... - No alcanzaba a terminar, sentía demasiado placer, quería que lo siguiera besando, quería que siguiera jugando con él, quería sentirlo... su sudor, su respiración entrecortada, su mirada, sus labios, su lengua... 

Alvar quería ir más allá, no estaba del todo seguro en hacerlo pero sus manos actuaban ahora sin razón, simplemente el impulso que venía de otra parte de su ser lo llevaba a desabrocharle la correo de su pantalón, lo quería todo para él... quería saborear todo su cuerpo, experimentar nuevas cosas..

Con la correa en la mano se la hace besar a Laurent, antes de usarla para atarle las muñecas a la cama. Cuando lo tiene indefenso le arranca la ropa para penetrarlo salvajemente como un animal, mordiéndole, arañándole, haciéndole gritar y llorar. En la mesilla hay un cuchillo de metal negro, lo toma en una mano y en el mismo instante que eyacula dentro del chico rico rubio, le atraviesa el corazón. Sale de él mientras la cama se tiñe de rojo y se sienta en el colchón junto al cuerpo. De repente, el cadáver de Laurent abre los ojos y se mueve.

-El primer soldado de tu ejército. Dice el duque negro a su espalda, poniendo su pálida mano sobre el hombro de Alvar. Momento en el que este se despierta con un grito, empapado en sudor.

jajaja Dale Alvar perfecto, y que no se preocupen, esa era la idea  con el post mío, que ustedes decidieran allí si continuar con la situación o parar... está bien tu idea, procede :D

un abrazo.

Zarachy llevó la mano a su sien. Había sido el día más raro que había pasado en una larga temporada. El joven profesor recorrió el pasillo dirección a su cuarto, y dejó caerse en la cama, aunque no aguantó allí mucho. Es cierto que la cama era comoda,pero para alguien como él, dormir aquel día iba a ser un grave problema. La chaqueta de traje se había arrugado al tirarla al suelo por la profesora Fossati. Así que la dejó encima de una silla y se colocó un chaleco negro, más informal. Abandonó la estancia en unos minutos, y se fue dirección Hall.

Aquello estaba prácticamente vacío, y pese a que Zarachy no solía beber, pidió al camarero un whisky doble, y lo bebió de un trago, para volver a pedir otro.

Conseguí llegar a mi habitación, cerré la puerta tras de mí y me dejé caer en la cama. Todo esto empezaba a ser bastante extraño. Pasado largo tiempo después de aquel incidente y ya mejor decido salir a dar una vuelta por la nave. Se va haciendo de noche y dudo bastante que haya muchas personas rondando por ahí. 

Tranquilamente me estuve paseando hasta que llegué al hall y vi que el profesor Zarachy estaba sentado en la barra por lo que decidí hacerle compañía y me senté a su lado. - Un día duro, ¿eh? - Comenté tras ver que tomaba whisky a palo seco. - Pongame otro a mí. 

Zarachy termina su segundo whisky, y sonríe al esvuchar la voz de la joven. Vuelve a pedir el tercero, y se queda bastante estupefacto al escuchar que ella iba a beber lo mismo.
-¿Whisky? ¿No es usted una delicada señorita dr una alta esfera social?.- Dice, con una sonrisa pícara. Se cruje los dedos, a esperas que llegue el otro.
-Sí. Un día muy duro. Ahora estoy cansado, pero tengo un sueño bastante gracioso, y duermo bien poco.. - Suspiro, y vuelve a beber. Quizá rl alcohol en algún momento hiciese mella, no por ahora.

Le dedica una pequeña sonrisa cuando Alvar se avergonzó y se disculpó por su aroma. En ese momento era lo que menos importaba. Cuando besa su cuello, Alvar le sugirió morder un poco y Laurie obedeció, mordisqueando suavemente el cuello de Alvar, sintiendo la reacción su reacción, complacido.

Ambos acostados, se besan un largo rato. Siente como Alvar va a acariciándolo desde los hombros hasta su cadera, haciendo que Laurie se estremezca ante el contacto y las caricias. Sin embargo, se mantiene alerta cuando va bajando su mano hasta su entrepierna. Su corazón empieza a latir de prisa y mira a Alvar nervioso, inquieto, con miedo.

-Eh.. - Murmura, como para advertirle que se estaba sobrepasando.

Pero Alvar se detuvo antes de intentar algo y lo acerca más a él, para besarlo. Laurie le acaricia le mejilla hasta que Alvar se levanta y toma su tablet con los auriculares, preguntándole por su música. Se recuesta sobre él, utilizando su pecho como una almohada. Mientras le pasa un auricular inalámbrico a Alvar, Laurence se descalza, haciendo que sus zapatos caigan desde la cama.

-La mayoría de las canciones que escucho me gustan por sus letras o melodías, sin un significado especial - Se explicó. Activó el botón de Play y la música que tenía empezó a sonar. Eran canciones tranquilas, algo movedizas, pero con letras profundas y un tanto oscuras. 

Sin embargo, llegó una canción que hizo que Laurence se pusiera algo nervioso. Era similar a las anteriores canciones que habían escuchado juntos, pero había algo que lo hacía entristecer. 

Alvar prestó atención a la letra, que hablaba del duelo de perder a alguien amado. De una existencia en la Tierra sin sentido, de un paraíso oscuro.

Y no hay remedio para el recuerdo de rostros,

Como una melodía, no dejaré mi cabeza,

Tu alma está acechándome y diciéndome,

Que todo está bien,

Pero desearía estar muerto...

 

Siempre que cierro los ojos,

Veo un paraíso oscuro.

Nadie se te compara,

Tengo miedo de que no vayas a estar esperando al otro lado.

-Me recuerda a mi madre... - Explica Laurie con tristeza - Murió unos años después de tenerme a mi, no la he conocido mucho pero todos dicen que soy su viva imagen, en todos los sentidos.

Se queda callado y la canción llega a su fin. Luego de un par más, Alvar le propone una idea.

-La verdad es que nunca lo intenté... - Contesta, pensativo. La idea no era mala, podría funcionar - ¿Estarías dispuesto a ayudarme? Podemos hacer la prueba. Bueno, ahora todos deben estar en sus habitaciones...

Alvar siente la cabeza de Laurent en su pecho, es un peso agradable, y escucha con atención sus palabras estudiando sus gestos y reacciones a la música.

La canción que le gusta a Laurent le pone los pelos como escarpias. Habla del "otro lado". Lo siento... no lo sabia. Debió de ser una mujer impresionante si eres su imagen, seguro que ahora es un ángel y no dudes que estará esperando. Pero eso ocurrirá dentro de mucho tiempo, nadie va a tocarte un pelo sin pasar por encima mio antes. Lo dice con naturalidad y romanticismo, pero con un preocupante toque de frialdad, cuando piensa en que por salvarle mataría lo hace no como una frase bonita sino con certeza de lo que es la violencia y la muerte. Plenamente consciente de lo que significa su promesa.

Bueno podemos probar ahora que habrá menos gente. Así de paso podemos comer algo, me muero de hambre.

Alvar y Lauren acuden al mini restaurante, tratando de no molestar a los profesores que toman algo en el bar del Hall. Alvar se pide un plato de carne poco hecha, y a punto esta de pedir vino para acompañarla, pero se decide por agua. Cuando les sirvan se pondrá a hablar con su nuevo amigo en una de las mesas.

¿Que prefieres, esto? Alvar se imagina solo en un manglar, cerca de la playa, oyendo los animales y con las estrellas sobre su cabeza. ¿O esto? Recuerda la noche tras su primera clase militar en el campo cuando, fatigado y exausto, se dejo caer en un saco de dormir pero se mantuvo despierto unos minutos disfrutando la sensación de estar tumbado y descansar. También tengo este, rememora un día en la playa con unos amigos, tras beber comer y hacer chistes durante horas hubo un instante de silencio en torno a la hogera,era la primera vez que estaba con amigos fuera de casa. O este, recuerda la puesta de sol en el mar desde un acantilado de su tierra natal al que escalaba a menudo.

Trata de recordar especialmente sus sensaciones, mas que los hechos y circunstancias que, si funciona como le ha parecido entender, no sirven de nada para el don de su amado Laurent.

Se ruboriza ante la respuesta de Alvar, pero baja su mirada, pensativo. Sabía que aquello era una promesa más que una frase romántica. ¿Estaba Alvar dispuesto a matar a alguien por Laurence? Se estremeció y decidió no darle más vueltas a aquello. 

-Está bien, vayamos a comer algo. Pero espérame -  Dijo mientras se colocaba nuevamente los zapatos y se dirigía al baño, en donde se peinó un poco el cabello, revuelto por las caricias de Alvar. Se miró al espejo unos segundos y se acomodó el uniforme, que se había arrugado al estar tumbado en la cama.

Salió del camarote y le dio un pequeño beso a Alvar para luego dirigirse al minirestaurante. Pidió un plato de pasta y agua para tomar, mientras miraba a su alrededor con timidez. Siente las emociones pasadas de Alvar, sentimientos y sensaciones que experimentó hace tiempo, disfrutando de cada una de ellas.

-Me gusta el último... - Contesta con media sonrisa, intentando concentrarse exclusivamente en Alvar y tratando de ignorar al camarero. Luego de unos minutos de concentración, parece que sus esfuerzos dan resultado y se lo informa con una sonrisa de sorpresa y alegría - Es como si estuviésemos solos - Comenta, agradecido. - Gracias Alvar...

Siente unas terribles ganas de darle la mano, de sentir su piel con un gesto inocente, pero sabe que los camareros podrían verlos o alguien podía entrar en cualquier momento. No era algo bien visto en la sociedad en la que vivían. 

Finalmente en mi habitación pude sentirme a gusto y cómodo con la intimdiad que me proporcionaba. Me quité el uniforme sin dificultad y de una manera muy fluida, demasiado fluida. Mientras recordaba el porqué era así de fácil para mi, iba sinitiendo aquellas ansias  de mi cuerpo, que venían con tales recuerdos; pero, mi corzón solo aclamaba la sensación que alguién me provocó.

Caminaba por mi habitación, con movimientos fluidos y casi ritmicos; mientras preparaba la tina y luego tomaba las sales de baño de mi maleta.

Me di un largo y relajante baño, para olvidar y aliviar partes de mis ansias; aunque no pude reposar mucho, pues tenía en mente a la profesora y no podía sacarla de ahí "quizá no debí tener tanto tiempo mis manos sobre ell..." me dije a mi mismo. Luego salí de la tina, enjuagué mi cabello y el hambre me hizo proponerme el salir. Ojalá nadie recuerde aquella escena tan incomoda...

Me puse el uniforme de nuevo y salí de mi habitación. Caminé hasta el restaurante y pedí una ensalda de espinacas, acompañada con una copa de champagne El Esteco Extra Brut.

Así que ahí estaba, esperando mi plato con paciencia, mientras no miraba fuera de mi mesa, ensimismado en mis pensamientos... o mejor dicho mis sentimientos.

Una vez todo medianamente resuelto fui a mi habitación, me puse más cómodo quitándome la parte de arriba del uniforme y quedando con una remera negra ajustada al cuerpo debajo.

Recostándome en la cama de forma pensativa, sin embargo al poco tiempo me levante, me coloqué el uniforme encima pero sin abotonarlo y salí al restaurante.

Pedí un poco de carne asada jugosa y papas noisette, además de una copa de vino tinto especiado.

Me senté en una mesa en solitario, observando a los presentes y levantando al copa si alguno saludaba.

Primero entra el pelirrojo y después Aris. Alvar le hace un gesto de saludo a ambos especialmente a Aris.

En un susurro le comenta a Laurent: Este chico es de la casa de Allking, antes fue él que más se indigno por nuestra huida, estuvo a punto de ir a pedir explicaciones al vicerrector, creo que me cae bien, si no te importa que le invite a unirse a nosotros.

Tras recibir su respuesta afirmativa le hace un gesto al joven invitándole a unirse a ellos. En la sala también esta el chico pelirrojo, así que por cortesía espera a ver si levanta la vista de la mesa un segundo para hacer lo mismo. ¿En que estará pensando tan concentrado?