Partida Rol por web

Una ligera sorpresa se dejó entrever en la mujer. No pensaba que fuese a hablar tan pronto, lo cual de cierta forma le agradó. Sus palabras parecían ser sinceras y de cierta forma ese hombre le daba cierta seguridad que antes no tenía, una seguridad lejana que alguna vez pudo pero no llegó a tener. 

     Bueno, ahora mismo mi principal preocupación es mi...por un segundo había dudado hijo Lindor el cual ya está en edad de aprender ciertas aptitudes que os compiten de cierta forma. Creo que el tiene muchas ganas ya de comenzar, ¿no es así Lindor? Acarició el cabello del infante mostrando ahora una suave sonrisa a sendos hombres, aunque uno aun fuese solo medio. 

- Cierto. Nada más llegar a casa le daré la primera lección. Ibamos a empezar hace cosa de una semana, pero coincidió con el viaje a las tierras Basarab - un gesto de malestar y dolor aparecen y desaparecen en la cara del sargento- En todo caso... es algo que le debo, y de lo que me ocuparé personalmente, tanto como vasallo de Durius... como por motivos familiares ahora

La familia Basarab...según contaban una familia de brutos que no entendían mas que de sangre y armas. Pero no era momento de ahondar en temas que incomodaban al hombre, eso es algo a lo que se tendría que acostumbrar, de nuevo. 

Oh y,si no es mucho preguntar, ¿nos podéis adelantar algo de lo que le vais a enseñar a Lindor? Aún no entendía como habían vuelto a "casarse" con ella, una mujer con un hijo. Ningún hombre se casaba con una mujer cuyos hijos no fueran del hombre,eso era casi una ley en aquellos tiempos. Tenía que estar muy agradecida por ello.

- A usar un arma, por supuesto. Debe conocer el tacto de un arma, como moverse con ella, y como sobrevivir a un combate... o mejor dicho, como tener las mayores posibilidades a sobrevivir a un combate. Soy un hombre de armas, y esa es la primera misión que debe cumplir. Se que el maestro Maserrak está satisfecho con la inteligencia de vuestro hijo y su capacidad para aprender. Pero debo enseñarle a combatir. El arte de las armas es, de todos, el mas importante

No lo podía negar, la idea no le agradaba para nada. Sabía de hombres que no habían necesitado esgrimir un arma pero parece que ese no era el sino de su hijo. Al menos, bajo la protección del señor Durius nunca le faltaría de nada en un futuro si todo iba bien. 

Le pondrá mucho empeño ya verá dijo casi en un susurro recordando ese frio día en el que su marido partió para no volver. A el no le pasará lo mismo, a mi hijo no. Y dígame, se que igual es un poco pronto aun como bien ha comentado pero...bueno creo que es justo saber los gustos del marido. Es lo mas importante realmente. Intentaba ser educada y preguntar lo menos posible, pero aun así algunas cosas se tendrían que hablar y compartir.

El Sargento Dominik nos alcanzó en la calle camino a nuestro hogar. Le miré con respeto a pesar de aun no asimilar la noticia de que se casaría con mi madre. No le tomé importancia y siquiera entendí mucho las consecuencias de ello, quizás por mi edad o quizás simplemente por no ser capaz de imaginarme una vida con un hombre en la casa que no fuesen mis primos.

Comenzaron a hablar acerca de varias cosas y siempre que se me preguntó algo contesté con un fuerte "Si" y un asentimiento de cabeza. Me gusta la idea de aprender a entrenar con las armas pues a lo largo de todas las historias que el Maestro Maserrak me ha enseñado, son los hombres de armas los más loables héroes y es esa capacidad la que les ha permitido conservar su vida, luchar por sus ideales y proteger a los suyos. La idea de hacerme hombre y no ser capaz de defenderme a mí o a mi madre me es completamente inconcebible. Dicen que soy un buen estudiante, para mí esta es una oportunidad perfecta para dar lo mejor de mí.

Continúo caminando en calma mientras oigo la conversación de manera distraída.

Dominik no puede evitar sonreir al ver el buen ánimo de Lindor

- Tener pasión, inteligencia y conocimiento para comprender y respetar las órdenes son los principios mejores para llegar a ser un buen guerrero y lo que es más importante, un buen soldado. Sólo se sobrevive en este mundo, y sólo se es digno, cuando se es leal a los que son tus superiores, y justo y estricto con quienes están a tu mando, Lindor. Se que si no te malogras, Durius, nuestro señor, tiene grandes esperanzas en ti. Y debes prepararte para el día en que él requiera tus servicios en su nombre  - tras esas palabras dedicadas al niño mira a Pavetta pensativo- No soy un hombre complicado Pavetta. Quiero sentirme respetado en mi casa, y a ser posible querido. Quiero que mi familia sea nombrada con respeto, y no ignominia. Y no me gustan las discusiones, ni tampoco las faltas a la fe o al decoro. No pido mucho, y me comprometo a ayudaros a vos, a vuestro hijo al que trataré como si fuera mío y, de ser posible, a vuestros familiares. Y si, quisiera tener hijos propios. - el sargento es franco y directo, aunque hay cierta elegancia en sus maneras es indudable que ha vivido siempre entre soldados y su trato refleja ese hecho

Aparte de ser un hombre de armas lo cual saltaba a simple vista era virtuoso con las palabras, lo cual le agradaba. Seguramente su hijo Lindor sentiría verdadero respeto por ese hombre. Él se encargaría de entrenarlo en las artes varoniles, a montar a caballo y tener honor. Ella tendría que evitar que su pequeño traspasara los límites de la razón y siguiera los caminos del señor, como estipulaban las leyes, las leyes del superior.

Descendencia...sabía que ese tema llegaría tarde o temprano, y era totalmente lógico que el sargento deseara tener sangre de su sangre. Asintió con una sonrisa más relajada ahora que las ideas iban posándose sobre sus hombros, los cuales no sabían si sentirse mas aliviados o pesados. Una pregunta surgió casi de golpe en su mente. 

Supongo que empezará a visitarnos más a menudo, ¿No es así?

- Mis primeras obligaciones son con mi señor. Pero estoy todo lo convencido que puede estarse sobre las intenciones de un superior que no pondrá problemas en que mi presencia en la casa sea más de continuo, Pavetta. Y mi deseo es, en efecto, tal - señala el sargento- ¿Cómo funciona la casa? ¿habeis tenido problemas con vecinos o salteadores? ¿quiénes viven ahora mismo en ella?

Oh no, es una zona muy tranquila. En la casa viven mi hermana pequeña Ynnya,; mi cuñada Niziya y sus dos hijos, Vasany y Dagu. Aparte de nosotros dos claro. Asiente al pronunciar sus palabras mientras poco a poco va soltándose con el hombre. Cualquiera que los viera...

Su hogar era una casa de mujeres, salvo por los dos niños ya mas mayores. 

Nos levantamos antes que los gallos cacareen  y nos acostamos ya entrada la noche, digamos que es un lugar lleno de vida cuando nos hayamos todos en la mesa alguna que otra vez. Dígame, ¿tiene familia aquí?

El sargento parece tomar nota de la familia que va a pasar a tener y una sonrisa, sincera, aparece en sus labios al escuchar a la mujer

- Lo cierto es que no tengo familia Pavetta. Serví hace tiempo a los basarab y lamento que mis relaciones con ellos no terminaron bien. A pesar de eso mi servicio a ellos, primero, y mi servicio a Durius, después, no me ha permitido tener familia. En cuanto a mis padres no llegué a conocerlos bien, y hace mucho que no se de ellos. La guerra primero, y las obligaciones después, me hicieron perder todo contacto, y toda posibilidad de recuperarlo. Ambos deben haber fallecido. - guarda silencio unos instantes- Supongo que hasta ahora vos habeis sido  la cabeza del hogar ¿no es asi?

 Bueno tampoco iría que yo soy la cabeza del hogar, pero si soy la encargada de ir al mercado para acaparar las vendimias de la comida que se necesita. Los demás tienen sus quehaceres propios, y todos salvo Niziya trabajan a tiempo completo en el castillo del Duque a cambio de alojamiento y comida. 

Miró al sargento, ese gesto por la posible muerte de sus padres le honraba ahora tendréis una familia; una esposa y lo más importante, un hijo al que poder enseñar, al que seguramente luego se unirán mas. 

El sargento se queda unos instantes y asiente, satisfecho.

- Eso me agrada. Veré si el comportamiento de vuestra... de la familia, es adecuado, de que mejoren su situación en el palacio del duque. Pero no es algo que dependa enteramente de mi. En cuanto a la administración y cuidado de la casa, es algo que a pesar de nuestra unión deseo sigais ocupándoos como si nada hubiera ocurrido. Salvo que haya algún problema que exija mi atención, estoy convencido que llevareis las cuentas y la administración dignamente. Mi señor Durius habla con grandes términos de... ti - dice, pasando a tutearla tras dudar unos instantes

Asintio a las palabras del hombre. Una alegría de la que no pudo pasar sin mostrar una sonrisa un poco mas amplia la invadió, pues, le hacía muy feliz el hecho de que hubiese hablado el señor Durius bien de ella. Por norma los halagos se conseguían con trabajos muy duros en la plebe y con una facilidad pasmosa en la nobleza.

Así haré, no tenéis que preocuparos aunque meditó por unos segundos el hablar con el de esas cosas en una época aun tan lejana del próximo casamiento aunque debo advertiros que es difícil conseguir viandas ultimamente. Espero que me disculpéis por ello si el guiso alguna noche no está del todo completo. Ella tambien era clara, y de donde no había no se podía sacar.

- A quien da lo que tiene, nada más se le puede pedir. Con ayuda del Altísimo saldremos adelante, Pavetta. - dice en tono serio Dominik, para luego sonreir a la mujer- Y a vos, ¿qué os gusta? ¿cómo terminasteis al servicio de mi señor Durius?

Realmente no estoy a su servicio,si no que gozo de su protección, ya que mi difunto marido si le servía y murió bajo el servicio del señor Durius. La mirada hacía la pavimento y su voz ligeramente quebrada al final dieron a entender que pese a todo el tiempo que ya había pasado seguía no solo echándolo de menos, si no queriéndolo. Aun recuerda las malas nuevas como si fuese ayer. Unos segundos pasaron antes de que volviese a hablar con renovadas fuerzas.

Soy buena bordando, y es una habilidad que algunas mujeres de sangre noble saben apreciar muy bien. También me agrada pasear cuando el tiempo es proclive a ello y dispongo de algo de tiempo. Y aunque ya no lo haga no me disgusta montar en mi caballo, el cual se llama Centeno. Explicó la mujer

- Creo que me gustará pasear con vos - el sargento tarda unos largos segundos en contestar- Constando el permiso de nuestro señor... si no tenéis inconveniente.... no veo problema en fijar lo antes posible la fecha de la boda. ¿Vos qué opináis, Pavetta?

Miró de reojo a su hijo, el cual parecía no atender demasiado a la conversación. Era una conversación de adultos.

¿Creéis que sería bueno adelantarla a la fecha ya pensada...Dominik? Miró al hombre fijamente, a decir verdad ella se casó en solo unos meses con su difunto marido, así que no vería tan sumamente extraño una boda mucho mas pronta de un año. Dígame, ¿tiene una fecha en concreto en la que quiera que tomemos esponsales?

Se queda pensando unos instantes y luego niega con la cabeza

- Lo cierto es que olvidé que ya se había fijado para fin de año. No, está bien en esa fecha. Mi preocupación era evitar malidicencias y murmuraciones por visitar a menudo vuestra casa en los próximos meses... pero es una fecha suficientemente cercana. Y ya está dispuesto así

Bueno, no se preocupe por ello. Dudo que una vez se haya comunicado nuestros futuros esponsales hablen de más, aunque es cierto que ni teniendo de que hablar mal lo hacen, así que no os preocupéis. Recordó a la verdulera...iba a tener que comunicar que, efectivamente se casaría de nuevo. 

Hablaran las malas lenguas igual con una boda cercana a una lejana. Casi se rie ante su comentario, pero acabó siendo una sonrisa amplia y un amago de risa. Igual alguna mañana si teneis tiempo podeis acompañarme al mercado...dijó con un toque de humor, puede que fuese una broma.