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Finales y principios

[Capítulo 4] Laberinto de misterios

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30/06/2020, 03:25
Narradora

[Capítulo 4] Laberinto de misterios

Luis y Rómulo Royo

Rag'n'Bone Man - Human.

Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos,
la edad de la sabiduría, y también de la locura;
la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas;
la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación. 

                                                                                 —Charles Dickens – Historia de dos ciudades.

 

 

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09/07/2020, 22:53
Narradora

Nueva York, miércoles 1 de diciembre de 2037, 15.20.

Los copos de nieve llevaban cayendo desde la madrugada. Era una danza hipnótica, lenta, sinuosa, la que mantenía el viento del norte con esas pequeñas briznas heladas. Después de amenazar durante todo noviembre, el frío que había estado revoloteando por los rincones de Nueva York parecía haberse dado cuenta de que empezaba el último mes del año. El invierno se aposentaba en las calles de la Gran Manzana, copo a copo, hasta formar un manto blanco de nieve tan pura, tan limpia, que habría sido impensable en otros tiempos en que los coches gobernaban la ciudad. 

En el Major Morris las cosas habían estado algo revueltas las últimas semanas. La aparición de la madre de Thiago, reclamando bastante alterada a su bebé después de que Kane airease que estaba vivo en el Bronx, había tensado el ambiente entre algunos de los habitantes del refugio. Al final Lis se había llevado a su hijo y, con ayuda de Daniel y Axel, se había instalado en el grupo de Madre Laura. Había sido duro para María, pero finalmente había decidido regresar junto a su familia. 

A ese mismo grupo se habían mudado Robin y Skyler tras pensar mucho en su futuro. Allí, Robin podría aprender medicina con Ollie y Skyler calmar la sed de su espíritu con la monja que lideraba esa comunidad. 

También Anastasia, la vaca, se había quedado con ellos, tras una negociación algo dispersa, gracias a la que los habitantes del Major Morris tendrían leche fresca en las temporadas en las que el grupo seminómada estuviese asentado en Sugar Hill. 

Después de reunirse con McAvoy, William se había encargado de aumentar la seguridad del barrio. Él mismo se había reunido con los Red Cross y otros grupos de la zona y se habían incrementado las patrullas. Esa tarde en que todos los habitantes del Major Morris iban a salir de expedición, Ransom y Lisa se quedarían cuidando del refugio y de los dos niños. Esos dos habían llegado a la hora acordada, a tiempo para que todos pudieran partir. Macbeth había pedido que le dejasen acompañarlos en cuanto se había enterado de que iban a visitar la cripta de la que le habían hablado1.

Y, así, Axel, Cassandra, Clementine, Daniel, Kane, Morgana y Trish se habían puesto en marcha, caminando en grupo bajo un cielo totalmente blanco, del que no dejaba de caer la nieve.  Tal vez fue casualidad, tal vez algún tipo de augurio, pero en el mismo momento en que comenzaron a andar el cielo se oscureció por un momento sobre sus cabezas. De mirar arriba, podrían distinguir la silueta ominosa de uno de los solares de la corte de Nathael, volando en dirección al Empire State. 

Se dirigían al reducto más cercano de La Comunidad, aquel que la exmilitar solía visitar cada semana, en el que Axel había vivido unos cuantos años y donde Nick había dado clase a los más jóvenes. Desde allí, frente a la isla Randall, los refugios pertenecientes a ese grupo se extendían hasta el sur de Manhattan, controlando el acceso a Staten Island. 

La caminata hacia La Comunidad solía llevar alrededor de una hora, pero en una época en la que ya no había quitanieves, ni máquinas que echasen sal en las calles, la nieve entorpecía su paso, haciendo que caminasen más despacio. Un cáculo rápido les haría darse cuenta de que tardarían lo menos una hora y media en llegar. 

Al que no parecía afectarle la nieve era a Bentley, que correteaba en zigzag, dejando un surco de lado a lado de la calle, siempre delante de ellos. De tanto en cuando se giraba y soltaba un ladrido agudo en dirección al grupo, como si quisiera meterles prisa, o tal vez indicarles por dónde debían ir aunque él no supiera cuál era su destino. El perro parecía contento de salir a pasear con todos ellos. 

Al abandonar la seguridad de Sugar Hill, todos se hicieron conscientes de que dejaban atrás ese remanso de paz en el que habían creado su refugio. Las fronteras invisibles del barrio los separaban de otras zonas más crudas, menos amables. Esa certeza tensaba los músculos y apretaba los estómagos. Era el conocimiento de que en cualquier momento las cosas podían torcerse. Al fin y al cabo, el recuerdo de lo que le había pasado a Nick, aún estaba reciente en ellos.

 

Notas de juego

[1]Tenéis que decidir si le habéis dejado ir con vosotros o no. 

 

Aprovechad el primer post de cada uno para declarar todo lo que lleváis encima. 

Os dejo un par de turnos para situaros y avanzo.

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14/07/2020, 02:09
Narradora

La reunión de Morgana con Wallace y Vanisha había sido agradable, pero no demasiado productiva. Esos dos no tenían ni idea de lo que andaba tramando el grupito de Amy o por qué habían estado rondando La Comunidad. Sí prometieron que indagarían todo lo posible sin llamar la atención y, si averiguaban algo, se encargarían de ponerse en contacto con ella. 

Tampoco sabían nada de cruces, ni de cuál había sido el motivo del incendio del parque en Queens donde estaba el campamento de Nathan. El fuego lo habían sofocado las Tres Cruces, aunque habían tardado dos días en conseguir apagarlo con ayuda de los civiles de la zona. Pero, por lo que sabían sus dos amigos, ese ataque no había tenido nada que ver con el ejército. 

Por otro lado, trataron de convencerla una vez más para que regresase con ellos. Necesitaban gente como ella, aseguraron varias veces antes de que se marchase. 

···

Había algo más. Esa mañana Morgana había estado echando cuentas. Hacía cinco días que debería haberle venido el periodo. No era la primera vez que sufría algún retraso menor, pero normalmente era puntual como un reloj, le venía cada veintiocho días clavados. Podía contar con los dedos de las manos las veces que no había sido así, y aún le sobrarían dedos. Su cuerpo parecía normal, su vientre seguía plano y sus pechos pequeños, pero era inevitable que la semilla de la duda se sembrase en ella. 

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14/07/2020, 02:24
Narradora

Habían pasado dos semanas desde la cita con Jimmy. El joven la había llevado hasta la azotea de un edificio de Harlem, donde había una mesa perfectamente vestida para una cena de antaño, incluso con un mantel de tela de cuadros cubriendo su superficie. Una chica les había servido un plato enorme de espaguetis con tomate y albóndigas para que lo compartieran y hasta habían tenido una copa de vino espumoso para acompañar la comida. El postre había sido un batido de manzana. 

Después de cenar, Jimmy la había llevado hacia el otro extremo de la azotea, donde había algunas mantas y cojines en el suelo, y allí, en la pared de al lado, habían proyectado una película con un ordenador conectado a un aparato que casi no se atascaba. «Cena y cine», había señalado el chico con esa sonrisa traviesa capaz de hacer que cualquiera perdiese la cabeza. 

···

De vuelta en la realidad tras aquella noche, Trish se había preparado para el robo, pero finalmente habían tenido que aplazarlo porque Mike les avisó de que la Bratva parecía haber incrementado la seguridad durante varias noches seguidas. Tenían que repensar el asunto y observar para estar seguros de que podrían llevarlo a cabo con garantías.

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14/07/2020, 02:34
Narradora

Las investigaciones de Cass habían empezado a dar algún fruto, al menos en lo que correspondía a la petición de Morgana. La red estaba llena de palabrería, de visionarios que aseguraban haber visto monstruos de todas las formas y colores. La buscadora había pasado horas incontables separando el oro de la paja, y al final había encontrado algunos testimonios que parecían fidedignos. Varias personas hablaban de una criatura gigante y deforme que parecía habitar una casa abandonada en Nueva Jersey. «Ogro», lo llamaba alguien, tal y como Morgana había mencionado.

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14/07/2020, 02:39
Narradora

De vuelta en la realidad tras aquella noche, Axel y Trish se habían preparado para el robo, pero finalmente habían tenido que aplazarlo porque Mike les avisó de que la Bratva parecía haber incrementado la seguridad durante varias noches seguidas. Tenían que repensar el asunto y observar para estar seguros de que podrían llevarlo a cabo con garantías.

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14/07/2020, 02:40
Narradora
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Kane había vuelto al Bronx en el día que los chiquillos le habían indicado, pero cuando entró en el edificio allí no había nadie. No encontró ni rastro de los críos, ni tampoco de ese tal Jeff, tuviese un ojo o dos. Sin embargo, tras estudiar el lugar exhaustivamente en busca de algún rastro, sí encontró signos de pelea y de una huida apresurada. Nadie pudo darle indicaciones, nadie parecía haber visto nada, pero él era un hombre que se guiaba por su instinto y su intuición le decía que los chicos habían logrado escapar. Tal vez algún día su camino volviese a cruzarse con el de ellos.

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14/07/2020, 10:45
Morgana Whiterocks

Morgana caminaba con su habitual paso decidido y expresión en la cara de leona alerta en busca de una presa. Hacía frío y nevaba, pero daba la impresión de que no le afectase, bajo su gorrito de lana y protegida por el jersey y la chaqueta. En las manos sus guantes sin dedos y cargaba a la espalda con la mochila.

Miró al cielo ensombrecido, estrechó la mirada y mostró un dedo alzado a la silueta del alado.-Puto cabrón –masculló, con acerada ira en cada letra.

No le gustaba dejar el refugio en manos de nadie ajeno al grupo, por muy buenas que fuesen las relaciones. Era un signo de debilidad inequívoco. Y es que lo eran. Débiles en número, vulnerables a un asalto. De acuerdo que algunos de los componentes poseían habilidades inauditas e insospechadas, y eso les hacía especiales de alguna manera en este nuevo amanecer del mundo, pero no les dotaba de seguridad que ofrecía una banda o grupo grande. Como La Comunidad. O Las Tres Cruces. Sonaban los ecos en sus oídos de la conversación mantenida en la reunión que tuvo con sus ex.  Insistían en que regresase al ejército, a una nueva sección, la necesitaban. Y si bien Morgana no se arrepentía de decisiones ni volvía la vista atrás, no menos cierto resultaba que el aguijón de esas voces persuasivas se le había clavado en la cabeza y no podía sacárselo, emponzoñando la visión de las misiones que tenían por delante.

Se mordió el labio superior, se detuvo unos segundos, olfateó igual que una loba la nieve y las calles,  y prosiguió la caminata.

Masticó sus recuerdos, se los tragó. Centrándose en el presente, en los compañeros del Morris, en los acuerdos con Cass y Clem. En la indiferencia en el mejor de los casos con Dani y Kane. En la relación de amor odio que mantenía con la joven Trish. Y en su amistad sincera con el recién incorporado violinista Axel. “Cabrón portorriqueño” ,  maldijo sonriendo de medio lado.

Observó el deambular de Bentley. Qué despreocupado y feliz que es el hijo de puta. Le envidiaba, en cierto sentido.  A ella le cubrían nubes de responsabilidades, problemas, que no lo eran según su punto de vista, sino situaciones que debían resolverse, y un futuro incierto. Aunque, el futuro siempre lo es, y Morgana pisaba con furia el presente, lo único que le importaba de verdad. Pero ahora, un día más, otra cosa le empezaba a revolotear en la cabeza. Tal vez no era nada. Tal vez era todo.

Hay que ser gilipollas –pensó. Pero no pudo ocultar la sonrisa ni evitar que se le escapara una corta risa tonta.

Notas de juego

Por mí Macbeth puede venir, de hecho nos puede ayudar con sus conocimientos.

Llevo conmigo: Pistola, cargador adicional, cuchillo. 5 balas de otro calibre para posible intercambios. Mochila. Y todas mis pertenencias,  a excepción de las mudas de ropa y el chaleco antibalas. Sí incluyo una muda de ropa interior y el otro jersey que tengo.

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15/07/2020, 08:10
Axel Montenegro

El frío le calaba los huesos. Como siempre, Axel iba con mil y un capas de ropa encima. Si ya era friolero, enfrentarse a la nieve, por hermosa que fuera, no era lo que más expectación le causaba en la vida. De hecho, solo para poder salir a caminar, ese día había tenido que ponerse doble suéter, una chaqueta con capucha y un abrigo de lana, y obviamente, ni se había pensado si ponerse o no la bufanda y los guantes. Lo había hecho, y había lamentado no tener otro par de guantes para ponerse sobre esos, porque aún con ellos puestos sentía que se le congelaban los dedos y tenía que frotarse las manos para mantener el calor. Al menos los pies sí los tenía bastante calentitos, porque se había puesto tres pares de calcetines. Con lo bien que estaría en una playa echado al sol en vez de tiritando en pleno invierno.

Aunque solo habían pasado dos semanas, ya no se sentía tan en deuda ni tan nuevo. Le había alegrado bastante poder ayudar a Lis y su hijo establecerse con Madre Laura, porque confiaba en que ahí estarían a salvo. Y aunque lamentaba la partida de Robin y Skyler, a quien extrañaba bastante a pesar del poco tiempo, sabía que a ellos también les haría bien estar en el grupo. Excepto, claro, porque la pobre Sky tendría que seguir aguantando a la vaca. Pensar en cuanto se habría quejado al darse cuenta de que no podría deshacerse de ella le había hecho reír en su momento.

También le hacía sentir algo más seguro el poder contar con la ayuda de los de McAvoy, aunque no le dejaba particularmente tranquilo dejar a los niños atrás. Tampoco eran desconocidos, así que no le preocupaba demasiado, pero constantemente se tenía que recordar que él tampoco había sido la imagen de niñero ideal cuando había tomado ese papel hacía años atrás y eso había resultado bastante bien. Quizás Ransom acabaría siendo buen niñero también. Al menos le constaba que la paciencia la tenía, porque para escuchar a su compañera hablar el día entero había que tener paciencia de santo.

Los pesados pasos que tenía que dar en la nieve le requerían un esfuerzo que poco a poco iba resintiendo su rodilla. Normalmente podría caminar un buen rato sin sentir molestia, pero eso en terreno plano. Escalar, o atravesar nieve, definitivamente no era tan fácil. Y aunque aún no llegaba a cojear, tenía que mantener la mente ocupada para distraerse de la molestia y dolor que sentía. Lo bueno era que para ayudarlo con eso, el miembro más dinámico del grupo, Bentley, era ideal. Viéndolo tan enérgico se había entretenido llamándole la atención con gestos de la mano o lanzándole besos para jugar con él y darle caricias, distrayéndose así un poco de su rodilla y aprovechando para dar algún paso en plano si, por casualidad, el perro le limpiaba un poco el camino entre sus correteos de un lado a otro. Además, no podía negar que aunque el perro les metiera prisa, le alegraba tenerlo ahí. Se veía tan contento que hasta contagiaba el buen humor, a pesar de lo poco que le gustaba a Axel irse de excursión a plena luz del día.

Alguien se despertó de buen humor hoy - comentó con una sonrisa, al escuchar a Morgana reír. Entre menos pensara en lo que les había volado sobre la cabeza, o en las mil y una formas en que la excursión podía salir mal, más tranquilo se quedaría.

Notas de juego

Yo llevo una mochila con ropa, el violín en su funda dentro, agua y algo de comida. Entre las capas de ropa, afirmado del pantalón y cubierto por el abrigo de lana, llevo un bastón metálico retráctil.

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16/07/2020, 00:06
Kane

Habían sido dos semanas extrañas para Kane. Su habitual carácter austero no es que fuera muy distinto, puede que incluso más sombrío tras regresar de un breve viaje al Bronx, aunque prefirió mantener un perfil bajo en la mayoría de los casos limitándose a asentir si no tenía más que añadir. Cuando la madre de Thiago vino a por él, Kane evitó el contacto directo con ella, pero cualquiera que estuviera atento hubiera podido apreciar una mirada gélida que competía con las nieves que habían empezado a caer sobre las ruinas de la Gran Manzana.

Al salir de expedición, el pistolero no puso ningún inconveniente a que MacBeth los acompañara, aunque no escondía que se ponía un tanto tenso en su presencia. Avanzaba junto al grupo, más cerca de Clementine que de cualquier otro, pero tratando de mantener algo parecido a un perímetro de seguridad junto a Morgana a quien no mostraba especial animadversión en los días previos. Avanzaba por la nieve con moderada habilidad, tan acostumbrado a cualquier de los presentes que hubieran tenido que vivir una vida nómada. Cuando la sombra del alado pasó sobre ellos, Kane actuó como un resorte llevándose la mano a su revólver Raguel. Si bien no llegó a desenfundar, su mirada permaneció fija en la criatura que se perdía en dirección al Empire State.

—¿Un augurio? —comentó pensativo hacia Clementine, desconfiado. Llevaba tanto tiempo inmerso en pensamientos varios que ya no sabía qué creer. Había un mantra alojado en su cabeza, un mantra que repetía una y otra vez que todo debía tener una conexión. El problema era que Kane no se la solía ver.

Notas de juego

Kane lleva todo el equipo encima en su mochila.

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18/07/2020, 12:39
Daniel Green

Daniel caminaba concentrado en el sonido de sus pisadas, aquel sonido blando y gris de la nieve cuando era hollada por primera vez. El frío no era algo que le gustara. Prefería los días largos y cálidos del verano pero la nieve era otra cosa. Había algo en ella mágico. De un lado su blancura una aculada y de otra su capacidad para, cubriéndolo todo, ocultar las cicatrices de aquella ciudad haciéndola parecer hasta casi buena. 

Parecia ligeramente cansado, aunque una sonrisa bailaba en su cara. Se había levantado particularmente temprano para hacer una visita rápida a Robin a quien le había comentado las últimas novedades del Morris y la pequeña aventura en la que iban a enmarcarse. Después, se había despedido con un beso rápido y había corrido hasta el punto de encuentro. Lo último que quería era llegar tarde y comenzar con mal pie y una bronca de Morgana. 

Y ahora, tras un vistazo breve a la sombra voladora, que los había sobrevolado como un cuervo de mal agüero, centraba su vista en el perro que no entendía de nada que no fuera la magia de aquella nieve.

Notas de juego

Lleva todo su equipo en la mochila. 

No tiene problema para que los acompañe Macbeth.

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18/07/2020, 18:03
Cassandra (Cass)

Cassandra iba envuelta en varias capas de ropa, las capuchas de la sudadera y la chaqueta echadas sobre la cabeza, como era habitual, y los guantes cubriendo las manos que aferraban las correas de la mochila que llevaba a su espalda. Vamos, que apenas se le veía media cara y eso era posible sólo si no llevaba la cabeza inclinada hacia el suelo para pisar en las huellas de Morgana.

En el rostro de la buscadora se podía leer el cansancio en las bolsas de ojeras que había bajo sus ojos, o bajo su ojo si no era que se apartaba el mechón que le caía sobre la cara, así como también resolución en el rictus de sus labios. Apenas le había dado dos miradas a Bentley después de asegurarse que las carreras que llevaba a cabo eran por alegría y no como aviso de algo, a quien sí le dedicó una profunda fue al alado, siguiendo su vuelo y preguntándose qué tan insignificantes eran para ellos y porqué no se iban a cualquier otro planeta, ya que se creían tan superiores que se fuesen al centro de la galaxia.

—Un egoísta, luego se creerán mejores que nosotros...

La frase no era una contestación pues nadie le había preguntado, pero Cass se esforzaba cada día en no ser tan hermética y a veces se le escapaban retazos de pensamientos que quizás estuvieran mejor donde siempre se habían ocultado, en su mente. Cuando se dio cuenta que lo había dicho en voz alta sacudió la cabeza y alejó la vista del punto por donde había desaparecido, acelerando un poco el paso para no perder la estela de la ex militar.

Notas de juego

Ok a Macbeth. Lleva todo menos el portátil, que ha dejado escondido en casa, y algo de las reservas con lo que comerciar por si hace falta (ya me dices qué puede ser)   ;)

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19/07/2020, 23:03
Clementine

Clementine miró hacia el cielo, estremeciéndose. En parte, por el frío que llegaba con la nevada, y que la calaba hasta los huesos. Un frío que era mensajero de malos augurios y de recuerdos distantes, pues había sido un invierno, aún más frío que aquel, el que había roto su paz años atrás. Había sido un invierno el que le había arrebatado los suyos. Un invierno en el que había comenzado a vagar con Kane. Un invierno el que le había traído a Bentley y un invierno en el que había conocido a Macbeth, al que ella misma había invitado a unirse a aquella incursión. 

También se estremecía ante la visión del solar que volaba hacia el Empire State, impune y soberbio, como un augurio sobrevolando sobre sus cabezas. Las palabras de Kane, a continuación, verbalizaban lo que la predicadora pensaba en aquel mismísimo instante- Sólo Dios puede saberlo... Pero, tal vez.-dijo, suspirando y sonriendo al fin, al observar a Bentley, correr feliz entre la nieve, recordando que en una nevada como aquella había dormido durante días en el forro de su chaqueta, siendo un cachorro que cabía entre sus manos. 

Observó la comitiva, y pensó en Robin y Skyler. Esperó que estuviesen bien. Deseaba lo mejor para ambos, pero no podía negar que echaría de menos ver a Skyler más a menudo, siendo una de los únicos tres asistentes habituales de la misa del Morris. Posó las pupilas verdes sobre Kane, y suspiró. Sólo le quedaba él. Sólo él compartía su fe con ella en el Morris. Una fe que se había visto levemente cuestionada de últimas, por nuevos descubrimientos y teorías que finalmente había sabido encauzar con la Palabra. 

 

Notas de juego

Lleva todo menos una muda de ropa, la biblia y sólo algunas partituras encima. Y sólo lleva dos de las cuerdas de repuesto. 

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20/07/2020, 01:59
Trish

A pesar de que Trish solía ser puntual como un reloj, a aquella salida llegó unos minutos tarde. Se había pasado la mañana encerrada en el taller, intentando acabar de una vez los malditos walkies, y habría aprovechado hasta el último segundo posible con tal de llevárselos a la Comunidad. Por si acaso.

Sin embargo, al final no había sido capaz de terminarlos. De modo que se disculpó con todos mientras se ponían en marcha, lista para ir hasta la Comunidad.

Trish avanzaba cerca de su hermana y de Daniel, notando la ausencia de Robin y agradeciendo en el fondo la falta de Skyler. Nunca había sabido por qué la chica no había llegado a tragarla, pero se le notaba a leguas. Ahora todo estaba más tranquilo, aunque repartir las guardias y las tareas siendo menos había sido una faena.

De todas formas y a pesar de la nieve, Trish avanzaba con paso vivo, como si no fuera consciente de que así se cansaría antes. En las últimas semanas había recuperado parte de su alegría, y de vez en cuando una sonrisa fácil aparecía en sus labios. Atrás habían quedado los días de tristeza perpetua tras la muerte de Nick. Por suerte. Y no es que no pensase en él: lo hacía cada día.

Al ver cómo todo se oscurecía la muchacha alzó un momento la vista. Cuando vio de qué se trataba simplemente suspiró sin dejar de caminar. No le daba tanta importancia como otros a aquel detalle. Sin embargo el momento sí le hizo pensar en lo que habían encontrado en la iglesia semanas atrás. Desdobló el dibujo que habían hecho para echarle un vistazo rápido antes de volverlo a guardar.

—¿Hablas de los Alados? —le preguntó entonces a su hermana, habiendo captado sólo parte de lo que decía.

Notas de juego

Trish lleva sólo una mochila con muda de ropa, por si acaso, y material para algún porro para consumo intercambio.

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20/07/2020, 22:42
Narradora

Macbeth se había unido a la comitiva antes de salir de Sugar Hill. Venía preparado para la excursión, con un abrigo grueso, un gorro y una mochila pequeña a la espalda. Había saludado a todos y luego había caminado en silencio, esforzándose por moverse con la mayor agilidad que le era posible a pesar de la nieve. 

El camino se les hizo largo. La nieve no dejaba de caer y amontonarse en el suelo, dificultando el avance. A mitad de trayecto Macbeth sacó un termo de su mochila y ofreció una infusión caliente con algo de licor a todos. El que no parecía cansarse era Bentley, que una hora y media después de salir seguía correteando con la misma energía que al principio. 

No se cruzaron con nadie, no debía haber muchos viajeros ese día. Con el tiempo que hacía cualquiera que tuviese un refugio no se aventuraría a lanzarse a la carretera y quien no lo tuviese estaría buscando uno. 

Y, así, llegaron al enclave de La Comunidad al que se dirigían. No era difícil notar en qué punto comenzaban los refugios pertenecientes a ese grupo. Un perímetro de armazones de coches a medio desmontar delimitaban la zona cortando el paso a algunas calles y creando una pequeña ciudad dentro de Manhattan. Los huecos entre ellos hacían su función de entradas y salidas, pero solían estar vigilados y aquella mañana no fue una excepción.

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20/07/2020, 22:55
[Comunidad] Gonzo

Gonzo estaba en el interior de uno de los coches desarmados, pero salió de él cuando vio la comitiva que se acercaba. Era un chico de unos veintiocho años, llevaba el pelo moreno corto y una pistola colgaba debajo de su axila, en una de esas fundas que en otros tiempos solían usar los policías. 

«Me cago en la verga» —dijo, en español—. Pero «mira nada más» lo que trajo la nevada. Valientes ganas tenéis de salir de paseo con este frío. 

Los repasó con la mirada uno a uno, con una mirada curiosa que registraba y reconocía sus rostros. 

Mi «mamita» preferida y toda su pandilla. —Lo dijo hacia Morgana, pero cuando sus ojos pasaron por Clem, le guiñó un ojo con descaro y picardía—. Axel, «cabronazo», hacía mucho que no te pasabas por aquí. ¿Vienes a ver a Malena? No la vas a encontrar tejiendo, ya te lo digo. —Se rió con aquella broma y al final su mirada se detuvo en Macbeth—. Vaya, vaya, cada día traéis a uno nuevo. 

Notas de juego

Lo entrecomillado se dice en castellano. Los únicos que entienden este idioma del todo son Morgana y Axel (que lo habla perfecto). Kane y Clem lo chapurrean. Los demás ni idea, pero al ser el mismo idioma que el de la partida lo marcaremos así para diferenciarlo.

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20/07/2020, 23:05
[McAvoy] Macbeth

—Soy Macbeth —se presentó, adelantándose un paso para ofrecer la mano a Gonzo, que aceptó el gesto—. Vengo con ellos, soy también de Sugar Hill. 

No dijo nada más. Sólo se quedó esperando por si los demás querían hablar con él o el tipo le pedía alguna otra información antes de dejarle pasar, ya que era el único al que no conocía.

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21/07/2020, 13:25
Cassandra (Cass)

Cassandra oyó a Clementine y por un instante un remedo de sonrisa adornó su oculto rostro pensando en que esas palabras fuesen en respuesta a lo que ella había dicho, entonces la voz inconfundible de su hermana llegó a sus oídos y giró un poco la cabeza para verla. La sonrisa se ensanchó, Trish siempre tenía un efecto bueno en ella y se dejó llevar.

—Sí, se supone que a más inteligente, o mejor o superior o como quieras decirlo, más te preocupas por aquellos que tienen la "desgracia de ser inferiores", los animales no rezan por sus presas ni se preocupan cuando quedan pocos ejemplares de un tipo, pero esos están tan inmersos en su lucha que parece que no se dan cuenta lo que nos están haciendo. Supongo que pensarán de nosotros que somos como las hormigas son para los humanos, muchos y prescindibles, pero no hablamos de que solo lo pasan mal los humanos y cuando no miras por donde pisas... —esa frase podía acabarla de muchas maneras, todas se le pasaron por la cabeza durante el suspiro que dio e hizo que saliesen volutas de vaho de su boca —te pierdes.

Se decidió por aquella que no implicaba ni violencia ni superioridad, pues Cass creía firmemente que no puedes pretender ser mejor si crees que ya lo sabes todo, que la vida era aprendizaje, incluso aquella que parecía inmortal.

El recibimiento a las puertas de la Comunidad hizo que levantase la mirada y parase en espera de las palabras de la ex militar pues era ella quien tenía mejor relación con él, o de Axel en vista que también se conocían bastante. Las maneras del hombre, o más bien sus palabras en español, hicieron que recordase que todavía no le había pedido a ninguno de los miembros del Morris que lo sabían que le enseñase el idioma. Recordó también que quería hablar con Morgana. Se hizo apunte mental de sacar ambos temas de sus asuntos pendientes, había tenido demasiado lío con los cambios y poco tiempo.

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22/07/2020, 21:00
Morgana Whiterocks

Aparentemente Morgana no hizo caso del comentario de Axel, disimulando que no lo escuchó. Siguió caminando, atenta al entorno, llevándose la mano suavemente a la empuñadura de su cuchillo si le parecía intuir alguna cosa extraña o posible amenaza.

“De buen humor. Claro. ¿Por qué no?” AL final el comentario le dio más la risa, amenazando con una de aquellas situaciones en las que la alta mujer no podía parar de reír ni contenerse en sus carcajadas. Por fortuna, la profesional militar intervino a tiempo y corto pronto sus risotadas.

Pasó del tema de los augurios, y del Solo Dios puede saberlo, y esos comentarios por el estilo que a su juicio eran chorradas, un pasatiempo más intelectual que otra cosa realmente con algún sentido. Se lo dejó a los dos “místicos” del grupo y siguió a lo suyo, observando el corretear divertido de Bentley, escuchando conversaciones sin intervenir en ellas. Había tomado la decisión de ignorar un tanto esas charlas, ya que su punto de vista solía entrar en conflicto con el pensamiento de la mayoría. Claro que había ocasiones en las que no podía ni sabía mantener la boca cerrada.

-No creo que piensen eso. Creo que esos cabrones saben muy bien quiénes somos y de lo que somos capaces. Conocen muy bien que se nos da de muerte el arte de la destrucción propia y mutua. –Añadió a lo que dijo Cass.

Saludó a Gonzo con una sonrisa revoltosa- Guarda tu verga que se te va a helar. A los putos excursionistas no nos molestan cuatro copos de mierda de nieve. –Señaló a Macbeth, que ya se presentó- Macbeth. Un tipo siniestro, ya lo ves. Respondo por él. De acuerdo. –Miró de soslayo al violinista, con aire travieso. ¿Malena? Podrían ir a saludarla, sí.

Se acercó un poco al joven- ¿Qué tal María? ¿Habéis tenido problemas últimamente o nada a resaltar? Ya sabes de lo que te hablo.

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22/07/2020, 23:00
Clementine

Clementine negó con el rostro y suspiró, con una sonrisa, al escuchar a Axel y Morgana. También prestó cierta atención al intercambio de Trish y Cass, aunque no interviniese, y agradeció profundamente la infusión de Macbeth, que le calentó los huesos. Hacía rato que notaba el frío calándole la piel mientras Bentley simplemente correteaba como si nada. Lo miró con envidia. 

Cuando llegaron a la linde que delimitaba la Comunidad de los alrededores, saludó a Gonzo con un gesto, sonrojándose un tanto por el guiño que le dedicaba aunque no se notase demasiado. Sus mejillas estaban ya profundamente sonrosadas por el frío. Lo escuchó preguntar por Macbeth, y asintió cuando Morgana respondió por él- Yo también respondo por él.-añadió.

La pregunta sobre María le encogió un tanto el pecho. Había sufrido viendo cómo la madre de Thiago aparecía y se lo llevaba, dejando a María descorazonada, después de haberse encariñado con él. Pero sabía que así eran las cosas, y que eso era algo que podía pasar. Esperaba que la chica al menos hubiese superado su duelo.