Partida Rol por web

Harry Potter y la Nueva Generación

Callejón Diagon

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30/07/2012, 17:44
Out(R) - Selena Green Lovegood

Selena apareció tras sus padres en el caldero chorreante. Se expulsó el sobrante de polvos flu, se reajustó su vestido y sonrió al volver a ver el callejón Diagón.

-Vamos pequeña, a por tus cosas. Dijo su madre, mientras su padre saludaba al tabernero.

El gentío que había en el centro comercial de los magos contrastaba enormemente con la tranquilidad que se respiraba en la granja "el Nido" donde había pasado gran parte de su vida. El ajetreado ambiente le abrumaba, pero a la vez le alegraba, pues todo eran caras nuevas y, seguramente, alguno de aquellos niños y niñas irían con ella a Hogwarts.

No perdió detalle de su alrededor mientras hacian las compras. Primero el caldero y los ingredientes para pociones. Le compraron lo básico. La siguiente tienda a la que entraron fue la tienda de Quidditch. Debido a la afición de la pequeña a volar con la escoba (En esto salió como la abuela), decidieron que iban a comprarle una buena escoba.

-Vaaaaya... expresó boquiabierta Selena al ver el último modelo de competición. -Menuda escoba! Con esto debes volar más rápido que un falco peregrinus como mínimo! Su madre se rió. Sin duda la vida en la granja de aves familiar le había pegado algunas costumbres a la pequeña.

-Ya sabes que si pasas de una lenta a una rápida de golpe... empezó su padre -Puede ser peligroso, lo se. Acabó Selena. Esta es una escoba de competición profesional. Aun consiguiendo mantenerme encima de ella, la desaprovecharía mucho. Está claro que me conviene más una escoba más intermedia.

Los padres asintieron ante el sentido común de su hija y al final reducieron la opciones a una Nimbus 2000 y una Nimbus 2009. Como desafío, la pequeña Selena se comprometió a llevar a cabo un mantenimiento constante de la Nimbus 2009 para que pareciera recién salida de la fábrica. Con esa promesa, los padres accedieron a comprarle la escoba junto a los materiales y manuales de mantenimiento de la misma.

También le reservaron unos guantes y una quaffle de las blanditas en el caso de que lograra entrar en el equipo de quidditch de su casa. Antes de salir, el vendedor intentó que le compraran el libro de quidditch a través de los tiempos, pero fue la pequeña la que respondió que ya se lo había leído en casa de su abuela.

Pasaron por delante de la tienda de animales, pero ni siquiera se pararon, pues la abuela Eli le había ofrecido una de las aves favoritas de Selena para que se la llevara como mascota a Hogwarts. De reojo vio a un par de ratas (o ratones) y un escalofrío recorrió la espalda de la niña, que apresuró el paso inconscientemente.

Sin más dilación, entraron en la librería, donde libros y más libros se amontonaban en estanterías. A la pequeña le brillaron los ojos como a su madre y su padre. En su familia, los libros eran devorados. No era de extrañar que cada visita a aquella tienda acabara con un par de bolsas cargadas de libros variopintos. Por suerte o por desgracia, su padre puso un límite de 30 galeones extra, por lo que sólo podía llevarse un par de libros de más a Hogwarts. Tras varios minutos intensos de pros y contras, la rubia eligió, a parte de los libros obligatorios, quedarse con "Hechizos y Contrahechizos", "Hechizos de Autodefensa" y "Evaluación de la educación mágica en Europa".

Por último, compraron los uniformes en Madame Malkin, junto a una bufanda que le gustó, azul y plata, y un gorro de lana verde y dorado. 

Una vez terminadas las compras básicas, se dirigieron a Ollivander's en busca de su primera varita propia.

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30/07/2012, 17:54
2ºH - Mircea Padurearu

Su madre lo despertó a las siete en punto. Siempre había sido costumbre familiar levantarse a horas temprana de la mañana, por lo que Mircea no mostraba morriña o el gesto adormilado que otros muchos rostros de su edad si lucirían. Estaba acostumbrado desde que cumplió los siete años y comenzó a recibir clases en su mansión de Rumanía. La dinastía de los Padurearu había sido autodidacta desde sus orígenes, hacia ya muchos siglos de ello, y su padre, Vladislav,  insistió continuamente hasta su muerte que las antiguas costumbres debían respetarse.

Cuando descendió las escaleras y llegó al comedor, su tío Petru ya se encontraba allí, paladeando lentamente su copa de vino matutina. No es que fuese adicto a la bebida, pero siempre empezaba y terminaba el día con una copa de tinto entre sus manos. "Los médicos muggles insisten en que es bueno para la salud, Mircea" - decía cada vez que el pequeño preguntaba por aquella pequeña sección del leit motiv que guíaba los pasos de su tutor - "Pero todavía eres demasiado pequeño como para probarlo" - reía ante la refunfuñada mirada que le lanzaba su sobrino - "Cuando crezcas, podremos catarlo juntos. Te lo prometo." Le creyó. Si algo sabía bien, era que las palabras de su tío valían como todos los tesoros de Gringotts juntos.

Una vez desayunado y aseado, salieron del apartamento en el que residían, cerca de Picadilly. Su madre y él con dirección al Callejón Diagón mientras Petru se quedaba en casa vigilando a las gemelas, Orsolya y Erzsébet, y al más pequeño de los Padurearu, Gábor. Tomaron un taxi y se dirigieron a Charing Cross Road, la calle en la que se encontraba El Caldero Chorreante, pub londiense que guardaba la puerta hacia el Callejón. El propietario, tras comprobar su condición, les susurró la secuencia correcta en la que apretar los ladrillos para que la entrada, situada en una habitación anexa tras la barra, se abriese.

La multitud de tiendas que se extendían a lo largo de la calle deleitó los apagados ojos del chico, quien sostenía la mano de su madre con dulzura. Aunque muchos niños pudiesen burlarse de él porque gestos como aquel estaban mal vistos para gente de su edad, Mircea les restaba importancia. Él quería a su madre, y no le avergonzaba  demostrarlo ante todo el mundo. Se sentía cómodo cuando notaba como la calidez que emanaba de los dedos de su madre lo imbuía mientras entrelazaba sus dedos entre los suyos, y eso era la único que realmente importaba.- ¿Prefieres que dejemos los libros para el final, Mircea? - propuso Ilona, que así se llamaba, dedicándole una sonrisa a su retoño.- Así tendremos más tiempo de ojearlos antes de ir en busca de tu varita. ¿Qué te parece? - el infante asintió, devolviéndole la sonrisa, lo que provocó que su madre se inclinase para depositar un beso en la sonrosada mejilla de su hijo. Ambos compartían la misma afición por la lectura, un hobby que ella se había encargado de desarrollar con el paso de los años y que logró afianzar aún más el cariño que se profesaban.

Tras comprobar que las transacciones de su cuenta en la sucursal de Gringotts en Rumanía hacia una nueva en el banco de los magos de Londres se estaban desarrollando con eficiencia, Ilona depositó ciertos objetos de gran valor personal en el interior de su cámara y extrajó de ella ciento diez galeones; suficientes para permitirse la mayor parte de las ropas y objetos que figuraban en la lista anexa a la carta de admisión de Hogwarts. Dada su condición de extranjeros, buscaron ayuda en una de las tiendas más cercanas, que resultó la tienda de confección de Madame Malkin. Al mismo tiempo que la señora tomaba medidas de la desgarbada figura del muchacho, ofreció instrucciones a su madre de las principales tiendas a las que debían acudir los estudiantes de primer año y su ubicación. Con una túnica, una capa de invierno y un sombrero bajo el brazo, se encaminaron hacia la tienda de segunda mano, donde adquirieron dos túnicas más y unos guantes de piel de dragón.

-Ah, mira. Ahí están tu tío y tus hermanos.- comentó Ilona en cuanto vislumbro la alta figura de Petru Padurearu entre el gentío, seguida muy de cerca por las gemelas y Gábor. Correspondió al saludo de Mircea con una sonrisa afectuosa y se prestó a ayudar a su cuñada tomando las bolsas entre sus manos.- Gracias, cumnat. Quizás ahora que tenemos más manos podamos terminar un poco antes. ¿Te importaría acompañar a Mircea a Ollivander's mientras yo voy con los niños a hacerme con todo lo queda? - le dio las instrucciones pertinentes y la dirección, además de treinta galeones para la varita.- Cuando terminéis dirigíos a Flourish & Blotts, que es esta tienda de aquí. - Ilona la señaló con un gesto de la cabeza.- Así, cuando estemos todos juntos, compraremos los libros y nos marcharemos.

- En absoluto, Ilona. Despreocúpate. - la tranquilizó Petru, apoyando su mano libre en el hombro de su sobrino y ahijado.- ¿Vamos, Mircea - le dijo, con una sonrisa traviesa en su delgado y bien conservado rostro.- No es bueno hacer esperar a tu varita, no vaya a ser que se enfade.- Mircea asintió, compartiendo las joviales risas de su tío mientras se encaminaban hacia una de las tiendas de varitas más prestigiosas y reconocidas del mundo mágico.

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30/07/2012, 19:05

Nikolay parecía nervioso, ya había despertado y esperaba en la cama con los pies colgando de la litera que compartía con su hermanastro menos, había llegado el gran día, al fin iba a ser un mago e iba a estudiar... a estudiar de verdad, no a leer esos libros de magia un tanto anticuados, la mitad ya leídos. La puerta se abrió con un chirrido y acto seguido, el joven albino bajo de un salto mirando a su padre entrar por la puerta con una sonrisa de oreja a oreja, también entro su hermanastra mayor y sonrió aun mas lanzándose a sus brazos.

-¿Vendrás con nosotros Rosie?- Pregunto con esa voz suave, típica de un niño de su edad, animada y alegre.

- Claro que si pequeñajo, como iba a dejarte ir solo, si eres un flojucho- Rosie sonrió al joven y este le enseño la lengua como un juego. Salieron los tres de la habitación dirección al salón comedor, como siempre su madrastra había salido minutos antes, era algo estricta con la hora del desayuno y casi siempre evitaba tenerla con Nikolay, el pequeño Roben estaba deborando su desayuno cuando vio entrar y saludo con la mano, murmurando un "buenos días" con la boca llena. Nos sentamos a la mesa el desayuno era sencillo, un tazón de leche, cereales, un zumo y algo de bollería que pedían de la pastelería de la esquina, eran unos bollos normalmente rellenos con algo, crema pastelera, nata, chocolate o incluso alguna mermelada. Nikolay se tomo su zumo y devoro un bollo, ese era de crema pastelera, luego se bebió la leche de un trago y miro a su padre el cual le miraba estupefacto por la velocidad con la que desayuno. Extrañado miro a su hermana que reía, esta le señalo el labio superior y en ese momento se dio cuenta de que lo tenía blanco de la leche, se limpio con rapidez y permaneció sentado esperando que todos terminaran, estaba ansioso por ir de compras... por recibir su primera varita... por empezar las clases.

Después de una espera que a él le pareció eterna, su padre y su hermanastra se levantaron, cogieron sus respectivos abrigos y salieron los tres despidiéndose del pequeño Roben, que decía adiós con la manita desde la puerta. Caminaron hasta donde estaba la entrada del Callejón Diagon, en un pequeño bar cercano, al entrar a Nikolay pareció iluminarse los ojos, dando casi saltos de emoción, al fin era su día y nada iba a salir mal. Fueron primero a la tienda de ropa, comprandole todo lo que decía en la carta mas una bufanda interesante, era de colo gris, pero al parecer estaba hechizada para que se cambiara en cuanto su casa fuera decidida, incluso tenía un pequeño escudo sin nada esperando a la casa que pertenecería, toda su ropa fue marcada con su nombre tal como se pedía.

Siguiente parada la tienda de libros, otro lugar que le hizo saltar de excitación, correteaba de un lado para otro, mirando libros, casi ausente, menos mal que su hermanastra sabía que libros debía tener, los busco mientras Nikolay paseaba de un lado a otro mirando portadas y acumulándolos en sus manos, al acabar tenía mas libros encima de los que debía llevarse, solo pudo elegir dos, ya que el dinero no daba para mucho mas decidió llevarse "criaturas mágicas volumen 5: Dragones y otras criaturas muy peligrosas" y "Unicornios: Mito y realidad".

La penúltima parada era la pajarería, su padre le había prometido una mascota para su primer año y curiosamente Nikolay ya sabía que quería. Fue a donde estaban las jaulas y busco entre ellas rapidamente la encontró, metiendo la mano en su jaula y sacándola con cuidado, sabía tratar animales gracias a los libros. La serpiente le miro con su esa linea que era su iris y se enrroscó en su mano, sin hacerle daño.

Salimos con la que ahora se llamaba Ulthen en un pequeña caja, se la oía sisear mientras caminábamos, mi hermana se quedo con las cosas en la entrada de la tienda de varitas, ahora estaba nervioso... se recordaba una y otra ves las varitas de magos famosos y entro con firmeza, acompañado de su padre.

Notas de juego

Lo de la mascota, si no puedo Master dimelo y edito :3

 

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30/07/2012, 20:09
2ºH - Sara Lago

Aquel día había sido de lo más extraño, caminaba al lado del profesor viendo todo con los ojos bien abiertos entre sorprendidos y algo temerosos mi mano se apretaba fuerte casi inconscientemente a la cruz que llevaba en el cuello mientras trataba de procesar que todo aquello era real. 

Todo había empezado con aquella carta que había recibido, "quizás la promoción de un nuevo libro o algo similar pero sin duda algo que no me iba a perder" había pensado, no podía estar más equivocada, cuando llegue a la estación me estaba esperando ese profesor. No pude evitar montar una pequeña escena, a fin de cuentas la magia no existe, eso lo sabe todo el mundo... y las monjas cuando me veían leer esa clase de libros siempre me decían que las brujas acababan en el fuego del infierno, que no era algo para jugar.

El tiempo iba pasando y la curiosidad podía al miedo empezaba a acercarme a los escaparates, me daba igual como me viera la gente por verlo todo con ojos como platos, pero todo aquello era increible. El malhumorado profesor tuvo que apretar el paso más de una vez para seguirme y agarrarme para llevarme a donde quería.

Llevaba una lista de cosas a comprar, un uniforme, libros, calderos... todo de baja calidad y en algunos casos de segunda mano pero estaba demasiado entusiasmada como para que eso me importase, ademas ya estaba acostumbrada a no tener nada realmente mio.

Mire con los ojos brillantes la tienda de mascotas, las lechuzas, gatos... casi todos los chicos parecían llevar su propia mascota, me gire hacia el profesor y nego.

Tan solo falta la varita, las mascotas no son obligatorias. Informo el profesor confirmando que llevaba todo lo que estaba en la lista.

El gesto de decepción solo duro el tiempo que me llevo centrarme en lo que tenía por delante, una varita... una lechuza habría estado genial... ¡varita varita varita! me repito mentalmente sin estar dispuesta a que nada me fastidie un día como este mientras sigo al profesor.

Mientras avanzamos pasamos por delante de una tienda de golosinas pero me ahorre la decepción de preguntar ya sabía la respuesta, fue la tienda que menos mire, las mascotas las mirará por que tenía dudas pero las golosinas se que es imposible, acelero un poco el paso. Con algo de suerte podría probarlas en la escuela... Por fin vi a lo lejos la tienda de varitas y la ilusión por algo como eso eclipso a todo lo demas.

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30/07/2012, 23:11
2ºG - Noah

Lamentablemente por mi situación no podia tener acceso a nada de lo que el colegio me pedia asi que me designaron a un profesor, su nombre es Nicolas Thorndike, es seria mi "tutor", mi opinion sobre el no era muy buena, parecía que lo hubiesen obligado ha tener que cuidar de mi. El tiene una actitud muy seria pero no es malo, bueno eso creo yo.
Con su mano en mi hombro me llevo hasta el callejón Diagon y fue guiándome entre todas las tiendas para comprar lo que necesitaba, la primera de ella fue "Madame Malkin Túnicas para todas las Ocasiones". Al entrar el se hiso cargo de todo, mostró una lista y pidió lo estándar explicandome luego que un buen mago no necesitaba cosas de lujo sino que con sus propias herramientas debia sacar el mejor resultado, eso para el era un hecho de la vida, eso diferenciaba entre lo que podia hacer un mago de otro, sin importar los objetos costosos que utilice, asi que aqui realizamos la primera de las compras, 3 tunicas de uso diario de color negro, una capa de invierno tambien negra, unos guantes y un gorro puntiagudo. Haciendo un calculo en esta primera compra gastamos 95 galones, no estaba contento por esto, estaba haciendo pagar a otros por mi mala suerte.
Al salir de ahí nos dirigimos a comprar una varita pero en ese momento tuve que detenerlo, no queria que siguiese gastando mas dinero... con algo de verguenza y timide le mostre mi carita, algo manchada por el fuego de aquella noche y el la tomo con desprecio y la analizo, dijo que no estaba mal pero me miro con algo de desprecio, aunque luego suavizo un poco el ambiente colocando otra vez su mano sobre mi hombro y suspirando... Tu historia es dificil, no me enorgullece lo que hicieron contigo pero por suerte ahora estas en buenas manos y lo que tienes lo usaras en el buen camino, eso espero, me dijo al devolverme mi varita.
Despues de eso finalizamos las compras y fuimos a un sector apartado del callejon, lo que parecia ser un viejo bar donde le hablo al cantinero sobre recuerdos viejos y de inmediato la barra comenzo a llenarse de libros y una escoba... Usaras lo que yo use al entrar a Hogwartz, espero que esto sea digno de ti. Me acerque emocionado, la verdad que cualquier niño que mirase los libros que obtuve en ese momento y la escoba eran muy viejos, gastados y olian mal. De seguro eran los que el habia utilizado, pues claro, me lo acababa de decir. Eso a mi no me importo, los tome como la primera cosa que seria mia despues de tanto tiempo siendo mi varita el primer objeto que me pertenecio.
Ahora leyendo de vuelta la carta observo una anotacion que dice que podemos llevar un animal y mi tutor no dijo nada malo, tan solo dijo que si y fuimos a El Emporio de la Lechuza donde al entrar mi tutor comenzo a hablarme de los animales y algunas representaciones pero no lo escuche mucho, mis ojos quedaron facinados con los de un animal en particular, un hermoso gato que me atrajo por sus ojos.
En fin, ya tenia todo lo que necesitaba y ademas un hermoso gato que me acompañaba, creo que eso ha sido todo por ahora. Por ultimo tan solo observe a mi tutor, estaba muy contento por todo lo que habia hecho por mi y estaba aun mas feliz por el hermoso animal que tenia ahora en mis brazos, lo unico que salio de sus labios fue ¿Como se llamara? a lo que le conteste Thorndike, quizas pude ver una sonrisa pero no lo supe con exactitud.

Notas de juego

95 galones

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31/07/2012, 01:29
Out(R) - Gwendoline Dacey

Gwendoline no comparte el asombro y entusiasmo que se refleja en los ojos de decenas de niños, que observan maravillados los escaparates del Callejón Diagon. Muchos de estos ojos estarán posándose por primera vez en los incontables prodigios que alberga este lugar. Pero para ella resulta tan anodino como contemplar durante tres cuartos de hora el reloj de cuco que hay sobre la repisa de su chimenea.
Ya ha estado un centenar de veces allí. La mayor parte de estas visitas las pasa en la librería de su padre, un establecimiento diminuto y discreto, ubicado en el rincón más escondido del Callejón. Pero desde luego, ha tenido tiempo de sobra para conocer todo cuanto sucede en el lugar, incluso en una mañana tan ajetreada como esta.

Su padre ha de quedarse atendiendo el negocio, por lo que es su madre y su hermano pequeño Ewan quienes le acompañarán a realizar las compras.

Primero pasan por la tienda de Artículos de Quidditch. Gwendoline sabe, por lo que le han contado sus padres, que los alumnos de primer año no pueden formar parte del equipo del colegio, por lo que no se demoran mucho allí. Tan solo compran una escoba, tal y como se solitaba en la carta.
Los precios son exorbitantes, pero pueden permitirse una Twigger. Gwendoline se hubiera conformado con una simple Barredora, pero deja que su madre se encargue de todo. Cuesta menos trabajo que discutir con ella por nonagésima vez cuáles son los motivos por los que tiene que ir a Hogwarts, en vez de quedarse en casa y estudiar en un colegio muggle, como ha venido haciendo hasta ahora.

La ropa de Madame Malkin siempre le ha parecido espantosa. Jamás le dedica ni una sola mirada al escaparate cuando pasa por allí. Sin embargo, hoy no le queda más remedio que probarse media tienda a petición de su madre, aunque para el colegio en realidad sólo precise de unas pocas prendas.
Compran toda la ropa necesaria, además de algunas cosas de abrigo para el invierno. No parece que su madre tenga intención de marcharse aún... hasta que repara en que Ewan ha dedicado ese rato a combatir el aburrimiento anudando los cordones de todos los zapatos que ha encontrado a su alcance. Por consiguiente, la dueña de la tienda les invita amablemente a que abandonen el lugar.

A Gwendoline la mañana se le está haciendo interminable, y sólo parece mostrar interés cuando entran en Flourish y Blotts. Como el dueño y su padre no se llevan muy bien (competencia desleal lo llama el primero; ser un zoquete, el segundo), no puede curiosear por allí tan a menudo como le gustaría. Por ello, aprovecha esta ocasión para recorrer cada pasillo y estantería, mientras su madre busca los libros del colegio. A Gwendoline le gusta tanto leer que no le importa que todos los volúmenes versen sobre encantamientos, criaturas extrañas e historias de personajes de lo más variopintos. Su madre – que parece encantada al verla por fin de buen humor–  accede a comprarle un par de libros más de los que necesita.

Como la librería de su padre está especializada en textos muy antiguos, Gwendoline sabe que no encontrará estos libros allí, por lo que está deseando regresar para mostrárselos. Pero su madre le indica que aún les queda por visitar El Emporio de la Lechuza. Tanto ella como su padre están empeñados en que es bueno que se lleve una mascota a Hogwarts. Alegan que, de esta forma, se sentirá más acompañada, sobre todo en los primeros días. Sin embargo, está convencida de que el motivo es el de siempre: están más deseosos que ella misma de conseguir que encaje. Y como todos los niños llevan una mascota, lo esperable es que ella también lo haga.
Todo esto le molesta tanto que, sin hacer caso de las miradas de reprobación de su madre, escoge el animal de aspecto más desagradable: una serpiente de puntiagudas escamas azules.

Debe ser mejor que nada, ya que su madre termina por comprársela, con un suspiro de resignación. Se llevan también una lechuza diminuta, de enormes ojos color café y una mancha en el pecho cuya forma recuerda a una pajarita. Ewan se ha encaprichado de ella y a su madre también parece haberle caído en gracia. Además, podrán utilizarla para mantenerse en contacto mientras Gwendoline esté en Hogwarts.

La muchacha contempla como Ewan avanza entre la gente dando saltitos con su nueva amiga. Parece de lo más contento, mientras que su humor empeora a cada segundo que pasa.

Y aún les queda por comprar la varita...

Notas de juego

Digo lo mismo que Nikolay. Si hubiera algún problema con llevar una serpiente, lo cambio.

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31/07/2012, 02:05
2ºG - Elisabeth Henman Suarez

Elisabeth llevaba unos 15minutos con la boca abierta, hasta que su padre le dice:
Cariño, puedes cerrar la boca, nose seguramente los niños que están por aquí sean tus compañros e imagino que querrás dar buena imagen jajajay miró a su madre y los dos se empezaron a reir
Elisabeth estalló y les dijo:
No es justo, nunca me habeis contado nada y ahora vengo aquí veo un banco con gnogmos, un callejón lleno de brujas y magos, como quereis que este...

Se rieron los 3 y les abrazó, la verdad es que agradecia que los dos hubieran pedido el dia libre en el trabajo para ir con ella, ahora iban a escoger la ropa a la tienda de Madam Malkin; al llegar su madre lo tenía mucho más claro que ella y la pidió un uniforme completo de Hogwarts, 2 túnicas negras, una capa de invierno y unos guantes de piel de dragón, al probarse la ropa elisabeth sólo dijo:
Mama, esta ropa es ceñidisima, no tienen algo más ancha, asi mas hiphop
Madam Malkin miró sin comprender, pero su madre accedió a que la trajera la talla superior, a Elisabeth le seguía pareciendo ancha, pero sabía que no iba a conseguir más, Madam Malkin ya había puesto los ojos en blanco al sacar más talla.

Al pasar por delante de la tienda de Quidditch, su padre Tim dice:
Anda es verdad que ponían, que necesitabas una escobaElisabeth asustada dice:
Una escoba, para volar!!!Que tendré que volar, no,no dejalo, esa asignatura no la doy y ya está, no hace falta tranquilosElisabeth se había quedado pálida, no lo dirían en serio...

Siguieron andando, Elisabeth andaba tan alucinada, que no reparaba en los demás niños, miraba los escaparates flipada y no pudo parar de reirse, al ver la tienda de los Wesley, de verdad se comían esas cosas, pero su madre no la dejó pararse casi en ese escaparate, y llegaron a Flouris and Blotts.
Elisabeth esperó a ser atendida junto a su madre, cuando lo hicieron pidió los libros obligatorios y Elisabeth pidió tres más, su madre sonrió y la dijo:
Esos 3 libros con una condción, que aceptes la escobaA Elisabeth se le cambió la cara, no podía decirlo en serio, con peor cara respondió:
No entonces mama, da igual no me hacían tanta ilusiónSu madre la miró con tanta sorpresa y al final la dejó elegir 1, el libro que se titulaba Animales fantásticos y donde encontrarlos, Newt Scamander.
Con sus padres con mala cara, compraron 2 bolsas de ingrendientes mágicos y el caldero, Elisabeth se sentía triste de verles con esa cara, pero es que la daba pánico, cuando pasaron por delante de la tienda de mascotas, la miró con los ojos fueras de las órbitas, pero como contestación sólo la dijeron:
Ya tienes a tu adorado Enzo, así que ni lo mirés
Ya sólo les quedaba la varita y mientras se encaminaban hacia la tienda de Olivanders, para que la varita la escogiera a ella, algo que aún no entendía muy bien Elisabeth, mirando las caras de sus padres, dijo muy resignada:
Vale comprarme la escoba, pero una que sea lo más normalito por favor
Su padre grito de alegría y salió corriendo hacia la tienda y dijo mientras se iba:
Compraré también comida para Enzo
Elisabeth nerviosa perdida se encaminaba para elegir su varita

Notas de juego

No compro jaula para gatos etc...porque en mi historia ya cuento que tengo gato, así que doy por echo que tengo todo, lo único que compro es la comida.

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31/07/2012, 03:07
Out(G) - Joseph (Joey) Stone

-¡Bart! Hay que comprar cosas aquí, en la tienda del viejo George, Sortilegios Weasley –Le grité a mi hermano. Necesitábamos bromas nuevas. Y ahora más que iba a empezar el curso en Hogwarts.

La verdad es que la familia pasaba de vez en cuando por el Callejón, para sacar algunos ingredientes para las recetas de mamá. Y ahí es cuando lo ví.
Estaba en el expositor del Emporio de la Lechuza, peludo, pequeño y blanco con algunas partes de color marrón, correteando arriba y debajo de su jaula. Era una preciosidad, y ahora que podía, conseguiría a ese hurón. Pero antes…

-No quiero probarme ropa, no quiero probarme ropa, no quiero probarme ropa, no quiero probarme ropa, no quier…
-¡Calla ya, Joseph! Te toca probarte el uniforme, si hubieses querido venir conmigo la semana con Bart, no tendríamos que estar hoy aquí -
-Había quedado con Nora para lanzar unas can… ¡Deja de reírte, Bart!... mamá, estoy ridículo, no quiero ir así…
-Tonterías, Joey. Estás igual de mono que tu hermano cuando estuvo aquí también… Bien, Madame, lo mismo de la semana pasada: El uniforme este completo… el de diario, no el de invierno…
Y así todo el rato… también me compró una capa de invierno, y otras dos túnicas más, por si una no fuera ya demasiado. ¡Ah! Y unos guantes. Horrorosos. <<Pero protegen al hacer pociones y esas cosas>> sí, claro…

Una rápida pasada por Slug&Jigger para comprar algunos ingredientes para pociones, nos dejaba el camino casi directo hasta Flourish y Blotts, donde el dueño de la tienda discutía acaloradamente con otro señor. Mientras yo me reía junto con mi hermano, mi madre se encargó de comprar los libros (<<Un pack para ambos, que son muy caros, y a compartirlos, ¿eh?>>) y yo de revisar la cantidad asombrosa de libros que había allí dentro. Era inmenso, y parecía que se iban a caer de sus estantes. Toda esa información que tendría que aprender tarde o temprano le abrumaba, pero también le motivaba: quería probar que él (y su hermano) iba a ser uno de los mejores y a la vez más irresponsables alumnos. Acababa de girar por una de sus innumerables esquinas cuando me encontré con una joven ensimismada con los libros. Decidí pasar de ella, ya que Bart y mi madre salían de la tienda con los libros, en dirección a la Tienda de Quidditch.

-Buah, mira esa Centella… ¡Mamá, por favor! ¡Voy a ser el mejor cazador de la historia!
-¿Estás loco o qué? ¿Has visto el precio? No nos da ni para una Barredora. Será en otra ocasión, hijo… ¡Bartholomew! ¿Qué estás haciendo? ¡Deja esa Bludger en su sitio! ¡No! ¡Para!

Una huída rápida por parte de los tres nos lleva al Emporio de la Lechuza. Al fin a buscar a mi nuevo amigo. Nada más entrar, le volví a echar el ojo, y seguía allí, esperándome, con su nueva jaula y todo. Unas palabras por aquí, algún camelo por otro lado, y en la chapa del collar empiezan a grabar “Spike”. También compramos algo de comida para que pueda sobrevivir, y a la salida el hurón salió sobre mi hombro, triunfante y contento de no estar en su jaula.

-Hermanito, rumbo a Sortilegios Weasley, ¡vamos!
-Niños, ¡ni se os ocurra! Me tenéis frita, ahora mismo vais a ir rumbo a Ollivander’s para… - Mientras mamá se alejaba, nosotros entrábamos a ver a George, a ver si podíamos llevarnos un pequeño pack de Surtidos Saltaclases…

Notas de juego

Bueno, como mis otros dos compañeros, si hay problemas con lo del Hurón, pillo otra cosa.

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01/08/2012, 04:10

Cuando Victor y su padre entraron al callejón (su madre era moogle y si bien sabía de la existencia de la mágia no quería que discriminaran al pequeño Victor por eso) el joven miraba a todos lados sorprendido, si bien su padre era mágo nunca le había mostrado deprimera mano lo que era ese otro mundo. Una de las cosas que más sorprendio fue la cantidad de gente, el callejón era una calle sola que corría en un solo sentido, y en el Londres moogle no se hubiera podido tener un movimiento tán fluido de tanta gente, y menos con esas túnicas tan largas que usaban. Pero a Victor no le dió tiempo de quedarse mirando a las personas que caminaban a su lado, ya que su padre lo agarró del brazo y lo sinchó en dirección.

Al entrar una bruja pequeña los atendió.

¿Hogwarts verdad?

Rápida como un rayo la bruja desapareció para reaparecer al lado del joven con un monton de ropa negra que incluía todo lo que le pedían en la carta. Mientras Victor se probaba la ropa el padre le pidió a la pequeña bruja si les podía traer tambien una capa de invierno para el joven, y algo que no logró esuchar.

Al cabo de un rato padre y niño salieron juntos con dos bolsas, una con la ropa del joven y la otra con la compra misteriosa, luego de caminar un rato, el padre lo miró.

¿Bueno ahora que más necesitamos papá?

Si bien Victor sentía un poco de nostalgia del mundo moogle quería conocer a fondo este nuevo mundo que se le abría ante los ojos.

Bueno allí está Flourish y Blotts

Dijo el padre mientras le apuntaba con el dedo.

Al cabo de un rato padre e hijo salieron de la tienda con otra bolsa más, esta casi tan abultada como la de la ropa, ya que varios de los libros tenían un buen tamaño. La proxima parada fue Slug & Jigger una tienda totalmente asquerosa de la que Victor salió un poco mareado.

Creo que no me va a gustar pociones papá

No te preocupes a nadie le gusta pociones, aunque se parenden cosas bastante útiles. El padre recordaba la última vez que usó multijugos con sus amigos para colarse en el vestuario de chicas, con lo que largó una gran risa. Bueno pero si no te gusta pociones lo próximo seguro te va a gustar.

Padre e hijo entraron a, "Artículos de Calidad para el Quidditch". El joven quedó inmediatamente facinado con las escobas y con las fotos que se movían y mostraban partidos de quidditch como si fuese una trasmisión de televisión.

Con mucho esfuerzo tu madre y yo te queremos comprar una buena escoba, no es de las mejores pero como sabemos que te gustan los deportes, y más que nada atajar en football creemos que le vas a dar un buen uso.

Richard llamó a el vendedor el cual volvió con una escoba nueva, se veía bastante bien aunque no estaba a la altura de las que se mostraban flamantes en las vitrinas.

Esto hijo es una cometa 280, y esto son un par de guantes de guardián para el quidditch, no son de los mejores pero como se que te gusta proteger el arco te va a gustar ese puesto, espero que lo disfrutes tanto como difrutas el football.

Luego que salieron de la tienda, el padre le mostró la bolsa misteriosa, tenía una túnica blanca parecida a las que veía en las fotos de la tienda de quidditch.

Espero que con esto puedas difrutar los partidos, y si atajas tan bien como en el football seguro vas a jugar por tu casa, esperemos que sea Ravenclaw!

Se notaba que su padre estaba orgulloso de él.

Bueno ahora queda lo más importante para un mágo, tu varita...

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01/08/2012, 09:25
Out(H) - Ardeen Colden

Ardeen nunca había estado en el Callejón Diagon y se quedó con la boca abierta cuando salieron de las oficinas del Corazón de Bruja, desde donde habían tomado la Red Flú. Su madre había tenido que hacer una pequeña parada para hablar con su redactora jefe, parada durante la cual Ardeen había estado mirando el techo y pensando en lo maravilloso que iba a ser ir a Hogwarts.

- Podemos empezar comprando la escoba- murmuró su madre mirando la carta-. Podríamos hacer un esfuerzo y comprarte una buena, para que te dure toda tu estancia escolar...

Ardeen parpadeó y bajó la cabeza, intentando aparentar tranquilidad: - En realidad no necesito que sea buena. Cualquiera estará bien...- musitó mirando a ambos lados de la calle-. Yo... ¿Me compras una mascota, mamá?- añadió rápidamente, posando sus ojos sobre un cartel que rezaba "El Emporio de la Lechuza".

Su madre esbozó una media sonrisa y asintió: - Claro, cielo. Lo que haga falta.

Juntas cruzaron la calle y entraron en el pequeño establecimiento. Varias lechuza aletearon nerviosas por el ruido de la puerta.

- Siempre he pensado que los búhos reales eran los que mejor llevan las noticias- murmuró su madre señalando una lechuza parda-. ¿Qué te parece, cielito?

Pero Ardeen poco caso le hacía. Había visto la mascota que quería. Era una ratita de pelaje marrón oscuro y ojos, por lo que ella creía, inteligentes.

- Ratas no, son sucias y a nadie le gustan. ¿No prefieres un gatito?

- No.

Y aunque no era una niña caprichosa... No hubo manera de hacerla cambiar de opinión. Al final de un rato de tira y afloja su madre accedió a comprarle la dichosa rata a la que decidió llamar César (- Es una ratita- había corregido la tendera rápidamente, pero Ardeen no había cambiado de idea).

Después, comprar el resto del equipo fue rápido a pesar de las largas colas y el esperar.

- Me gustaría que diéramos pociones en el colegio- musitó Ardeen al pasar por Slug & Jigger a comprar la "bolsa mágica de ingredientes"-. ¿A que tú estás de acuerdo conmigo, César?

Su madre rió quedamente, mientras la empujaba para que saliera.

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01/08/2012, 14:59
Sólo para el director

Luego de recibir la carta, el joven se dirigió a sus padres junto a su hermano, para mostrar la carta. Al llegar al gran salón de la casa, donde se encontraba su madre dando direcciones a los elfos, esta noto su presencia tan pronto entraron y pudo observar con sorpresa la carta que llevaba en sus manos.

-!Hijo, espera aquí!- dijo mientras subía rápidamente las grandes escaleras que llevaban el segundo nivel donde se encontraba su padre.

Pasaron cinco minutos y de pronto el joven sintió la presencia de su padre, que aparecía detrás de los hermanos junto a su madre; acostumbrado a estos clichés, ya no le sorprendía dichas apariciones, pero si apreciaba cada vez que lograba ver a su padre, cosa que invocaba en el un profundo sentimiento de orgullo y aprecio por aquella figura paterna que pasaba mas tiempo encerrado en el salón o fuera de casa por motivos de trabajo.

-Dracun, imagino sabes que contiene esta carta- dijo frotándole la cabeza al joven hermano -Dame un momento con tu hermano- al terminar Dracun caminaba sumiso, pero contento en dirección a la puerta que llevaba al patio.

Los tres individuos se reunieron muy plácidamente en una de los cuartos, allí explicaron la carta y dieron una inducción de experiencias vividas, así como cosas de las que debía cuidarse, para luego terminar diciendo con voz amable -Hijo, iras con tu madre a comprar todo lo que necesitas para esta etapa de tu vida-

Tan pronto terminaron de charlar, ambos se prepararon para salir, cosa que inmediatamente hicieron...

Ya en el Callejón Diagon, el joven al haber pasado tanto tiempo desde su ultima visita, ya sabia las tiendas que deseaba visitar, entre ellas una que sabia su madre no permitiría. Sin muchas carlas fueron recorriendo todas y cada una de las tiendas, pudiendo el joven experimentar sensaciones que no conocía hasta el momento, debido al poco aprecio por las cosas materiales que tenia, pero esto sin lugar a dudas era muy diferente para el joven.

Una de las cosas que llamaron su atención, era la tienda de animales, entrando rápidamente en ella y observando los animales allí existentes. Le llamo la atención le hurón y el fenix que allí habían, pero por algún motivo, miro en otra dirección donde una lechuza blanca con intensos ojos azules; el vendedor capto aquel momento y se arrojo a cerrar la venta, alegando la rareza del ave y la particularidad de la misma, cosa que para el joven importaba poco -Madre, esta es la mascota que deseo- dicto interrumpiendo al señor que hablaba.

Pronto se podía ver a joven con todos los artículos necesarios para la gran lechuza. Caminaron un momento y se alzaba en una esquina un edificio algo particular, cosa que miro con algo de desprecio la madre del joven y este entendió que aun no era el momento de poder entrar a la tienda donde se hablaba de juegos de gran ingenio y sentido del humor, cosa que en su casa mejoraría mucho las tramas planeadas contra los elfos que les servían; siguieron caminado y entraron a la tienda de libros, en la cual el joven se explayo leyendo los títulos de cada libro que podía observar e interesaba, pero su madre limito a elegir los que mas servirían y los apropiados para el joven, esto provoco mucha intriga en el vendedor que observaba con cuanta pasión Edward buscaba libros lo que permitió hacer un cumplido a la madre -Tiene algo muy especial... Algo raro en los niños-.

Al final de la tarde, tenían todo lo que necesitaba, solo faltaba la deseada varita, cosa que por tradición su familia dejaba para el final, ya que seria un momento importante y trascendente para el joven.

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01/08/2012, 22:43

Pasando el mediodía estoy saliendo con mis padres de Gringotts, ese impresionante lugar lleno de duendes.

el callejón esta abarrotado de padres llevando a sus hijos a comprar sus útiles y demás cosas para la escuela.

-por dónde empezamos??- digo mientras saco la carta que había recibido días antes.-Creo que primero, el uniforme no?

mi madre me mira con una sonrisita cómplice asintiendo, los tres caminamos entre la muchedumbre y llegamos hasta el negocio de Madam Malkims, tras casi una hora de medidas y habladurías de la dueña de la tienda salimos con las túnicas tanto de uso cotidiano como para invierno, negras como especificaba la carta de Hogwarts, aunque mis padres insistieron a que las terminaciones y demás detalles los hicieran en verde.

Cinco minutos después ya estábamos en la inmensa librería de Flourish y Blotts, donde se abarrotaban las madres tratando de agarrar los últimos ejemplares del material para sus hijos…
-Arus- dice Andrómeda, mi madre agachándose hacia mí- por que no me das la lista de libros?, yo buscare los libros que te pidieron…- dice extendiendo la mano.
Sin muchas ganas le doy mi carta, sabia por que lo decía, no quería que empiece a pedirle libros extra.. Porque según ella, en casa tenia cientos.
Saca un pergamino en blanco, y con un movimiento de la varita la tinta comienza a moverse como pequeños hombrecitos, saltan al pergamino que ella sostiene y se graban las mismas palabras que tenía mi carta. Abro los ojos bastante grandes, ese truco no lo había visto, extiendo una amplia sonrisa y la miro buscando una explicación, o que me enseñase, pero ella se limita a sonreírme, y nos dice a mi pa y a mí que sigamos con las compras.

Salimos de la librería con mi pa, me fijo en la lista… -mmm necesitamos una escoba?- digo un poquito sin ganas… en realidad no me gusta mucho el Quiddich, por lo que tener una escoba no me gustaba mucho… -asique le dije a mi pa que solo me comprara una nimbus 2000, ya que al parecer era una obligación la misma.

Acto seguido compramos el caldero y los ingredientes… en solo unos minutos ya estábamos en la puerta de "El Emporio de las Lechuzas" antes de entrar, emocionado porque por fin iba a tener mi mascota me pegue a la vidriera, anticipándome a lo que me iba a encontrar… aunque desde afuera no veía mucho por los reflejos del sol, indeciso por qué tipo de mascota quería al poner un pie en el local lo supe.
Un canto celestial, nunca antes había sentido algo así, hasta parecía que provenía desde dentro de mi corazón. Frente a mí, se levantaba una magnifica ave de plumajes dorados. Las puntas de sus alas eran de un rojo tan intenso que daba la sensación de que estaban en llamas.
-Es un ejemplar único podría decirse-, dice la empleada de la tienda, al ver que me había quedado ensimismado en el umbral de la puerta. Se aproxima a mí y me dice, - ven, creo que dejara que lo acaricies…- me extiende su mano
Ignorando un bufido de mi padre en forma de desaprobación, le tomo de la mano y me dejo guiar hasta el ave, era al menos la mitad de alto que yo, mientras más me acercaba aún más fuerte era su canto, el ave abrió sus amplias alas haciendo un total silencio por parte de los demás animales, y agacha la cabeza para que lo pueda acariciar. Sorprendentemente noto que su plumaje es relativamente frio, a diferencia de lo que se puede ver…
Sin darme cuenta de mi alrededor ni de que mi padre se había agachado al lado mío sigo acariciando al ave con una gigantesca sonrisa en la cara.
Un frio recorrió mi espina cuando de repente escucho un susurro en mi oído -Sabes que tu madre no lo va a aprobar- mi total felicidad, y mi sentimiento de completitud se esfumaron al segundo.
Una lagrima brota en mis ojos… al ver esto mi padre se apresura a decir - además, no sabemos si Hogwarts aceptara un fénix, que pasaría si lo compramos y después se tiene que quedar en casa mientras tú te tienes que marchar?- comienza a trabajar mi psicología. Se queda un momento pensativo.
-mira, que te parece si hacemos esto. Ahora mismo llevamos lo que nos piden en la carta. Si te portas bien, y sacas buenas notas, tal vez convenza a mama de que te lo regalemos para navidad…- cruza una miradita cómplice con la vendedora. Me seco los ojos con la manga de mi remera, y acepto el trato…-pero por ahora tendrá que ser nuestro pequeño y "emplomado" secretito, si?- y se lleva la mano a la boca en seña de silencio.
No tan contento como hacía unos instantes, acepto el trato miro otra vez al ave - pero quiero que sea el- digo poniéndolo como excusa.
Lo acaricio nuevamente, y me despido, mientras sigo buscando una lechuza que me gustase. Llego a las ultimas repisas del local y ahí la vi, a diferencia de todas las demás esa parecía que se estaba riendo, era de unos 30 centímetros de alto, de un blanco deslumbrante y llena de pintitas negras. Esa fue la elegida, su nombre fue Joker.

Tras realizar las compras encontramos a mi mama, quien nos dice de tomar uno de los helados especiales

Notas de juego

Uhhh creo que me extendi un poco... me re cope escribiendo :)

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02/08/2012, 02:22
2ºS - Sam Seeworth

Sam entró en el Callejón Diagon con su padre a su espalda. El señor Seeworth era un hombre alto, corpulento, de pelo moreno y piel blanca. Llevaba un traje de gusto exquisito.

Sam, querida, tienes la lista, ¿verdad? Vayamos rápido, que quiero llegar a casa.

Sam miró a su padre con cara de desagrado

Sí, padre, no vaya a ser que me mires a la cara en un descuido pensó la niña.

Dio la espalda a su padre y sonrió. Ya había estado antes allí, pero ahora le tocaba ponerse a comprar cosas para el colegio.

Se dirigió en primer lugar a Flourish y Blotts a por los libros. El dependiente se acercó sonriente, pero la sonrisa de Sam se congeló y le entregó la lista sin saludar siquiera. El hombre se fue refunfuñando sobre la mala educación de hoy en día y lo que ocurriría si eso hubiera pasado cuando era joven.

Sam se puso a mirar por los libros, para ver si encontraba algo interesante. Cogió el libro "Auge y caída de las artes oscuras" y "Compendio de maldiciones básicas y cómo combatirlas" y se acercó al dependiente que ya tenía los otros libros y añadió esos dos. Salió fuera mientras su padre pagaba y cargaba con las bolsas.

Ahora tocaba Madame Malkin Túnicas para todas las Ocasiones. Al llegar, la mujer quería ser de lo más agradable, así que no tuvo más remedio que sonreirle y dejarla hacer lo que quisiera. Compró tres de diario, más una de invierno y una de verano, más todo lo que ponía en la carta.

Harta de tanta cordialidad, salió a respirar un rato mientras su padre volvía a pagar. Miró la lista y la releyó. Había comprado las túnicas y los libros, ahora sólo le quedaban cosas del material.

Se acercó a Slug & Jigger. Al entrar, arrugó la nariz.

Qué asco pensó Sam. Aquí huele a muerto

El dependiente de esta tienda parecía bastante arisco, así que Sam decidió ser exageradamente amable

Buenos días. ¿A caso no hace buena mañana hoy? A mi me encantan estos días. ¡Uy! ¿Y ese olor? Es muy raro, ¿es usted el que huele así? O a lo mejor es su tienda... Quizá debería abrir las ventanas. Bueno, vengo a por esto dijo enseñándole la lista Voy a empezar el colegio y me hace falta. ¿Hace mucho que fue usted a Hogwarts? Porque fue, ¿verdad? 

Sam siguió parloteando y riéndose de aquel hombre, que poco a poco se iba cabreando. Cuando ya estaba en su punto más alto, Sam tiró sin querer una caja que había por allí. El dependiente les echó de malas maneras, y Sam se estuvo riendo un buen rato.

Tenemos que ir a por la escoba y la varita comunicó a su padre, que no podía cargar con todas las bolsas y las llevaba volando con algún tipo de conjuro

Se acercó a la tienda de Artículos de Calidad para el Quidditch. No le llamaba mucho la atención esa tienda, pero la carta le pedía una escoba, así que tendría que comprarla.

Entró y se puso a mirarlas. Pidió una Nimbus 2000. De lo poco que había oído hablar de escobas, parecía que esa era bastante decente.

Salió de la tienda y fue a la de animales. No tendría por qué comprar uno, pero a Sam le encantaba mirarlos, sobre todo porque los animales se ponían nerviosos ante su presencia. Las lechuzas no dejaban de ulular, los perros de ladrar y los gatos la bufaban. Aunque no todos. Había un gato negro, delgado pero alargado, que parecía en buena forma. El gato se estaba preparando para atacar a los demás que estaban bufando, aprovechando que no le hacían caso. Saltó sobre él y se empezaron a pelear, y parecía que el gato negro tenía todas las de ganar. La pelea terminó con el otro gato bastante herido, parecía que le había destrozado un ojo. Eso le hizo mucha gracia a Sam, que decidió llevarse a aquél gato

Veamos si este sobrevive más tiempo... A lo mejor es mi compañero ideal, jajaja

Sam salió de la tienda con el gato, comida y una jaula para llevarle. 

Ya no le quedaba nada, sólo la varita. Pero quería ir a Sortilegios Weasley a por algún artículo.

Al llegar allí, se puso a mirar rápidamente. Compró un par de orejas extensibles, caramelos de la verdad y un libro mordedor.

Salió de esa tienda contenta. Ahora sólo le tocaba ir en busca de su varita

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02/08/2012, 14:40
2ºS - Morpho Venom

Iba junto a mi padre. Él quería agarrarme de la mano pero yo me negaba, así que mi primer día en el callejón Diagon resultó ser una mañana llena de miradas desafiantes hacia mí. Yo no podía hacer otra cosa salvo mantener la compostura y obedecerle.

Fuimos andando rápidamente de un lado para otro, él no estaba dispuesto a perder demasiado rato en ir de compras conmigo. En el fondo, mi padre, estaba orgulloso de que fuera a un colegio de magos..."Así es como debe ser", me decía una y otra vez, "No debes juntarte con sangres sucias", "Procura no meterte en líos, ¿¡¡me oyes!!?"...

Lo primero que hicimos fue entrar en la tienda de "Artículos de Calidad para el Quidditch" para comprarme una no muy buena escoba, porque según él, no me haría demasiada falta en el colegio. Se dirigió al dependiente y con una mirada fría y unas palabras secas le dijo:

Deme una Cometa 280 para mi hijo. En breves segundos ya estaba pagando y saliendo del lugar...Mi última mirada antes de salir de allí, fue hacia una escoba con un palo de fresno, ultra fino y aerodinámico, con lo que parecían ser una ramitas de abedul...

A ver, veamos...¡Ah sí!, el dichoso animal de compañía...¡¡Vamos!! - me dijo.

Justo en frente estaba la tienda. Entramos...

Me maravilló ver tal cantidad de animales juntos, nunca había visto tantos, aunque la verdad me ponían nervioso. Ví a varios niños y niñas comprando lechuzas y más lechuzas. A mí no me llamaban la atención. Me fijé en un par de serpientes, un gato de color negro, etc., pero lo que más me sorprendió y me hizo quedarme quieto fue un gato de color blanco y ojos azul turquesa...

Estaba allí, solo, nadie le hacía caso, pero acaba de encontrar a su nuevo amigo, Morpho Venom sería como su hermano...

Mi padre me lo compró, junto con un porta gatos, alimento para todo el curso, un bebedero, un comedero y un collar identificativo.

¡Qué tiempo estoy perdiendo! - me repitió. Vayamos ahora a comprarte los libros a Flourich y Blotts...

Cuando llegamos, algunos magos y muggles se le quedaron mirando a mi padre e, incluso, alguno se apartó a un lado para dejarle avanzar. Qué raro, ¿por qué lo harán?, ¿le tendrán miedo? - me pregunté.

Quiero toda esta lista, ¿de acuerdo?, no me haga esperar demasiado. Y deme éste otro: "Las fuerzas oscuras: una guía apra la Autopretección, Quentin Trimble". En tres minutos tenía todos los libros que me habían dicho en la carta que recibí. Éste último te vendrá bien - me dijo.

Salimos de allí, y como mi padre no se despidió por tercera vez de un dependiente lo hice yo:

¡Hasta luego señor!. Recibí una mirada fría de mi padre...

Lo último de todo fue acudir a Madame Malkin a por las túnicas y demás. Nos despachó también enseguida, y ya disponía de todo el listado que me adjuntaron.

Sólo me quedaba ir a por la varita. Mi padre me decía que era lo más importante de un mago, pero yo creía que no, pero no se lo dije. Era un chico listo, mi padre me trataba siempre como a un estúpido, quizás algún día entendería que no lo era...

 

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03/08/2012, 17:36

Su padre le acompañó en sus primeros pasos por el mundo mágico. El callejón fue algo más espectacular de lo que había imaginado. Embobado, tan sólo se dedicó a seguir a su padre sin pronunciar una palabra, pues este le llevaba directamente a las tiendas y le compraba lo necesario para un primer curso; un ex profesor de defensa contra las artes oscuras siempre sabía qué era lo justo y necesario, además de la calidad justa que necesitaba.  Su padre tuvo que reprenderle un par de veces por quedarse demasiado tiempo mirando por los escaparates de las tiendas, pero la lista de materiales estaba comprada más rápidamente de lo que a él le hubiera gustado (con un par de cosas extra que su padre consideró necesarias).


- Ahí debes entrar tu sólo – le dijo señalando la entrada de la tienda de varitas.

Seth miró hacia atrás, y se aventuró en la tienda de varitas sin vacilar. Esperaba toparse con su primera aventura.

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03/08/2012, 23:17
Out(S) - James Jakson

Principios de septiembre,

La pared de piedra se abrió después de que mama, apretara varios ladrillos, no era la primera vez que venia en este lugar sin duda, pero hacia varios años de que cruzo al Callejon Diagon. Las calles eran oscuras y la luz tenue como en todo Londres. Las tiendas apretadas encogían el paso de los viandantes que llenaban completamente los pasillos, solo había visto algo igual en las rebajas en el mundo muggle.

Nada había cambiado, todo seguía exactamente igual desde que fueron a comprar el material para su hermana Lili, ademas sabia perfectamente donde comprarían y que comprarían cada cosa, Sophie siempre decía que para ir a hogwarts se necesitaba, una varita unos libros interminables...y mil cosas mas que nunca he terminado de escuchar.

Pasaron de largo por la tienda de escobas y artículos para el Quidditch, la escoba la heredaría de su hermano mayor que ya no la utiliza junto con todo el equipo de Quidditch, Kyle habia sido un buen bateador. Me pase todo el verano insistiendo en comprar una nueva escoba y el equipo para jugar, pero no lo consigui, la escoba de Kyle es una birria, desde que Kyle se cayo estampandola en el suelo, no ha vuelto a ser igual, por eso Kyle se la cambio hace un año. Aunque mama dice que no importa. Si es necesario ya me la compraran, pero nunca es necesario. Ademas la bufanda de la selección me la regalaron hace poco por mi aniversario, por eso ni entramos. Yo quería todo un equipo nuevo como le compraron a Kyle, un asco!

Nunca me ha gustado esa tienda, huele mal y los animales...sufren ahí? son jaulas mágicas, que son enormes por dentro? eso estaría bien. Madre dice que puedo llevar un animal como compañía, me enamore de un perro de color negro y marrón, no tenia cola, bueno tenia algo al final, pero mama tiro de mi brazo cuando lo estaba observando, dice que perros no se pueden llevar, pero porque? si son mas cariñosos y bonitos que los gatos...que manía tienen contra los perros, aun veo sus ojitos.

Al final escogí una lechuza de color negro, mi madre ha insistido mucho que así podremos hablar por carta.

Cuando salimos y unas tiendas mas allá entramos en la tienda de libros fluornoseque, fue el peor momento en diferencia, nos acercamos a un hombre mayor de unos 20 o 25 años. Madre entrego una lista con su letra, y me paso el primero que lo cogí bajo el brazo, minutos mas tarde, me dio otro, que lo cogí con el otro brazo, no tardaron ni diez segundos que ya tenia otro libro, solo pude cogerlo al poner los tres libros uno encima de otro sostenidos por mis dos brazos, 10 minutos mas tarde tenia todo el cuerpo de cintura, que era donde tenia los brazos hacia mas allá de mi cabeza llena de libros, recuerdo que podía leer los títulos por el lateral, Fantasmas y Quimeras,Una dura tarea (eso si que fue duro...)Libro de monstruos, animales y otras sabandijas mágicas, Encantar y encantamientos encantados, Filtros y pociones mágicas, estaba seguro que había mas libros de los que pedían en la carta, aunque el mas interesante era el Libro sobre el Duelo Mágico. Luego descubrí que si, había hasta 7 libros mas de la cuenta, mas 3 que me dio de mi hermana Lili de su primer año.
Apenas podía salir del lugar, por suerte al pagarlos los guardo mama y pudo volver a tener una estatura normal.

He allí el terror, la casa de las mil pesadillas, miles y miles de túnicas y ropas variadas cual mas fea que la anterior y que producía mas picor que todos los picapica juntos del mundo mundial. Me hizo probar 3 túnicas iguales de color negro, decía que podían ser diferentes aunque fueran iguales, que a ella le paso en una tienda muggle. No me dejo sacar en ningún momento un sombrero de color negro puntiagudo horroroso, nunca pienso ponérmelo. Si que me compro dos guantes de piel de dragón, eso molaban un montón, aun se podían ver en los nudillos escamas del antiguo dragón! eran de color rojizo! Luego con la ultima túnica negra me puso encima una capa de color negro con cosas plateadas, ME ESTABA MURIENDO DE CALOR!. Finalmente pude sacarme la ropa y salir de esa tienda eran varias bolsas*. Encima me ha dicho que cuando este en una casa tenemos que volver para comprar uniformes!, prometo no volver a entrar nunca, como les puede gustar a las asquerosas chicas entrar ahí?

Luego entramos en una tienda que olía peor que el cuarto de Kyle, por suerte mama pidió noseque bolsas de ingredientes, parece ser que compro 3, dice que vale mas tener siempre de estas, yo dije que siempre vale mas tener una buena escoba y protectores para jugar, pero no me ha echo ni caso.

Cuando ya nos marchavamos pasamos por la tienda de Sortilegios Weasley, hacia años que no podía entrar, me la mire con los ojos brillantes, aunque aun no me lo creo mama me miro y sonrió, me dio algunas monedas y me dijo que en 10 minutos pasaría a buscarme por esta tienda, me dijo que si quería llegar a tener vacaciones hasta los 18 años no marchara de la tienda y me esperara al lado de la puerta.
ERA ENORME! Juguetes y golosinas comestibles y de bromas a todos lados, podría vivir aquí para siempre, de mayor quiero trabajar aquí, que suerte tienen!, mama no me dio muchas monedas pude comprar algunas cosas, algunos los recordaba pero otros eran nuevos, así que compre uno de las cosas que mas me llamaron la atención y salí hacia fuera, madre estaba fuera esperando, me había entretenido? no me lo dijo pero poco mas tarde, después de pasar por olivanders a comprar la varita, esto ya lo contare mañana, volvimos a casa, aunque ahí :D me hicieron un regalo, lo compro cuando me dejo en la tienda de golosinas, sobre la mesa del comedor había un equipo entero de protección para el Quidditch, mi mama es perfecta!.

Notas de juego

*Ropa:
3 túnicas negras de diario.
1 túnica de invierno.
1 túnica de gala.
1 sombrero negro puntiagudo para uso diario.
2 pares de guantes de dragón rojos y negros.
1 capa de invierno negra con broches plateados.
1 capa idéntica que la de invierno pero de verano.
1 camisa de gala
1 Sudadera

1 abrigo
1 camisa manga corta
1 camisa normal
1 pantalones de gala
1 pantalones largos
1 pantalones cortos
1 zapatillas
1 bambas
1 botas para el aguua
1 botas para la nieve
1 orejeras horrorosas
1 guantes de invierno
1 gorro de lana que pica un monton.

Lo he escrito como diario, como si explicara que ha echo durante el día.

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05/08/2012, 20:10

Al entrar al callejón Diagón, Filipp se quedó sorprendido de la cantidad de magos que allí había. Nunca había visto tantos juntos.

El primer lugar al que le llevaron sus padres fué a Madam Malkin. Después de un rato ajustando el uniforme de Hogwarts a su delgado cuerpo, al fin tenía su túnica lista. A ésto, sus padres añadieron una capa gruesa, pues sabían que haría frío en los meses de invierno, además de guantes y otros utensilios.

En Slug & Jigger compraron rápidamente los ingredientes necesarios para el curso, que ya venían convenientemente preparados en unas bolsitas, ya que eran muchos los niños que los necesitaban en estos días. Hecho esto salieron de camino a la librería.

Llegaron a Flourish & Blotts. Tras coger todos los libros correspondientes a primer curso, Alexei y Svetlana, los padres de Filipp le preguntaron si quería coger algo más. Él, ilusionado, cogió "Animales fantásticos y donde encontrarlos".

Por último, le llevaron a El emporio de la lechuza. Si bien los alumnos podía llevar un animal de casa, los padres de Filipp le dijeron que dejase a Valiant, su gato, en casa, pues era ya muy mayor. Por eso mismo le compraron una lechuza pequeña, un Autillo. Con una jaula y alimento para su nuevo amigo, Filipp tenía todo lo necesario para comenzar su nuevo curso, excepto la varita. Por eso mismo se encaminaron a la afamada tienda del señor Olivander...

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07/08/2012, 16:03
2ºH - Mircea Padurearu

Flourish&Blotts, la librería especializada en artes mágicas y diversos enseres del mundo de los magos, estaba a rebosar. No era de extrañar, dado a que no eran pocos los libros de texto necesarios parar cursar primero; ni tampoco el número alumnos nóveles que aguardaban su turno con impaciencia. Aunque se afanaron en hallar la posición de Ilona y los niños, tuvo que ser ella quien les llamase la atención tras avistar la figura de Petru entre la inmensa marabunta de personas que se agolpaban contra los escaparates y el rellano de la tienda.

- Mircea, Petru, ¡aquí! - les llamó mientras les hacía gestos con la mano, luchando porque las bolsas que sostenía con ayuda del hombro y el cuello no se estrellasen contra el suelo. Su tío no tardó en ir en su auxilio, apropiándose de las que parecían más pesadas a pesar de las protestas de Ilona que, aunque a regañadientes, tuvo que resignarse ante la caballerosidad y la insistencia de su cuñado.- Tu galantería acabará por matarme algún día, cumnat. - ambos rieron y Mircea alzó las manos para que su madre pudiese descansar un poco los brazos.- Gracias, viata mea.- respondió, compartiendo algo de su carga con el muchacho tras darle un suave beso en la coronilla.- ¿Te han dado ya la varita?.- ensanchó aún más su sonrisa cuando su hijo asintió, visiblemente emocionado.- ¿Me la enseñas? - apremió, haciendo sitio a las gemelas y a Gábor que, muertos de curiosidad, se pugnaban por echarle un vistazo a la varita de su hermano mayor.- Es muy bonita, Mircea. La cuidarás bien, ¿verdad qué sí?

- Sí, madre. Lo prometo.- su mirada verdemar parecía haber recuperado parte del brillo que confería la inocencia infantil, algo que alegró muchísimo a su madre tras los tres años de vida distanciada que había sufrido tras el incidente en la mansión de los Padurearu.

Tras hacerse con los libros, Ilona accedió a comprar dos tomos adicionales a su retoño: Uno dedicado a la transformación, de Emeric Switch, y Compendio de maldiciones básicas y como combatirlas. Como le sobraron algunos galeones, se hicieron con unos helados en la heladería de Florean Fortescue y se dirigieron de vuelta a casa, donde habían preparado dos sorpresas para Mircea.

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12/08/2012, 10:18

Neil y toda su familia entraron en el callejón Diagon con paso seguro. Sus hermanos mayores, Michael y Susan, abrían la marcha, acostumbrados ya a acceder a la callejuela mágica, mientras que Neil y Sarah iban acompañados por sus padres.

- Al fin ha llegado el día -pensaba Neil.

Había acompañado varias veces a sus hermanos a hacer las compras previas al curso, pero este año él sería uno más en Hogwarts, y tenían que comprar también sus cosas. Tenía una especie de nudo en el estómago, una mezcla de miedo, expectación e impaciencia.

- ¿A dónde iremos primero, mamá? No nos podemos dejar ninguna cosa... -preguntó.

Su madre, Martha, le sonrió y le revolvió el pelo.

- No te pongas nervioso -dijo-. Iremos por orden, como siempre, para que no se nos olvide nada.

Lo primero que visitaron fue la tienda de Flourish & Blott's, pues las tres listas de libros eran largas y tenían que adquirirlos todos sin falta. Después de un buen rato rebuscando por las estanterías, pues la librería estaba demasiado abarrotada para poder preguntar a los encargados, se hicieron con todos los ejemplares necesarios.

- Ahora, las túnicas -dijo su madre-. El año pasado, por poco nos quedamos sin ellas.

El camino hasta Madame Malkin fue complicado, pues la calle estaba llena a rebosar de magos y brujas, pero por fin lograron llegar. Le compraron a Neil dos preciosos uniformes de hogwarts, uno para uso diario, y otro para los días de invierno. Michael y Sarah solían quedarse en Hogwarts durante las vacaciones, pero Neil aún no había decidido qué haría.

Después de la ropa, su padre le pregunto si quería echar un vistazo a las mascotas. En primero no era extraño que los alumnos llevaran una, para no sentirse tan solos. Pero después de ver todos los que había en la tienda, ninguno llamó su atención. Además, si necesitaba enviar una carta, sus hermanos tenían lechuzas.

Remataron las compras acudiendo a por un caldero de peltre para las clases de Pociones, y todos los ingredientes necesarios. Tener dos hermanos mayores en Hogwarts era muy útil, Neil siempre sabría de antemano qué esperar de las clases.

- Bueno... pues libros, túnicas, recambios e ingredientes -enumeró Susan, su hermana mayor-. Creo que ya está todo.

- No. Falta lo más importante -dijo su padre-. Neil, ven conmigo, tenemos que ir a buscarte una varita. ¿Nos vemos en el Caldero Chorreante? -preguntó al resto de su familia.

Su madre y sus hermanos asintieron con una sonrisa, y el chico siguió a su padre por el callejón en dirección a Ollivander's.

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06/10/2013, 20:26
Director

Callejón Diagon

El Callejón Diagon es una calle que se encuentra detrás de El Caldero Chorreante, un pub londinense situado en la calle Charing Cross Road. Para cruzar el muro de piedra, tendrás que apretar a los ladrillos correctos (tres horizontales, dos verticales...) y por arte de magia la pared se abrirá. Delante tuyo tendrás el Callejón Diagon, una larga calle llena de tiendas y establecimientos para todos los magos y brujas que tengan que hacer sus compras en Londres.

Existe la creencia popular de que primero se construyó el Banco Gringotts , y más tarde fueron estableciéndose las demás tiendas en el Callejón Diagon.

El lugar está repleto de chicos y sus familias comprando las cosas para Hogwarts

Notas de juego

Esta escena no se considera de relación entre personajes. Aquí iréis llegando y decidiréis donde vais a comprar vuestras cosas, pero aquí aún no interactuaran vuestros personajes. Eso será más adelante.

Os podéis ver, que os llame la atención que esté uno u otro pero por el momento no tendréis conversaciones.

Debéis comprar en función de vuestro nivel económico y teniendo en cuenta también a vuestro padre/madre o tutor que lo llevaréis como PNJ. También tened en cuenta que los precios son orientativos, porque sinceramente hay cosas que me parecen que están algo descompensadas, pero al menos os hacéis una idea de ello.

Los post serán para todo el mundo pero no es obligatorio que leais lo que dicen unos u otros.

A ser posible tampoco os extendáis demasiado, sed un poco consecuentes con el número de jugadores que sois. Pero estas escenas serán de precalentamiento y para que vea quien está activo y quien no.

A continuación tendréis un listado de los lugares que hay y lo que podéis comprar en ellos. Si es que hay algo importante que comprar.

En este post no tendréis que esperar una respuesta por mi parte.

Esta vez en el apartado de Notas de juego apuntad el Nivel Económico que pusisteis en vuestra ficha. Todo lo que vayais comprando colocadlo en la pestaña de Equipo, y junto a ello el precio (pero no en una nueva columna). En cantidad el número de cosas que compráis y en precio no pongais nada. Ya que en la web el precio es decimal, y en HP no.

Tened en cuenta que no os dejarán comprar todo lo que se os antoje, por muy ricos que seais, así son los padres o tutores.

La varita mágica quedará para otro post aparte a este.

¡Adelante y que comience La Segunda promoción de Harry Potter y la Nueva Generación!

P.D: Aquellos que no posteen durante estos primeros turnos, y que no hayan avisado, serán expulsados de la partida sin más contemplación.